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LIBRO GANADOR
DEL PRIMER
RALLY DE
CONTINUACIONES
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Cynthia L Itorres Meli Eli
Femme Fatale Scherezade
Scherezade
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Scherezade
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Jay Crownover
Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Honor (The Breaking Point #1)
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N
o hay muchas cosas que decir sobre ella,
ama los tatuajes y las perforaciones e
incluso tiene gran parte de ellos en su
cuerpo. No ha visto su color natural en su
cabello desde hace mucho tiempo. Vive en Colorado
con sus tres perros, los cuales están totalmente locos, y
ama la nieve. Ha sido bartender desde la Universidad, pero su gran sueño es
ser estrella de rock en lugar de escritora, aunque lamentablemente no tiene
el talento para cantar, así que esto es lo que hay. Ama escribir y leer, sobre
todo libros donde los personajes pueden transmitir y hacer que el lector
sienta algo. Marked Men fue su primera serie de libros publicados, seguida
por su serie Welcome to the Point; y a partir del próximo año The Saints of
Denver.
Marked Men:
Rule
Jet
Rome
Nash
Rowdy
Asa
Leveled (02/11/2015)
Página
Built (05/01/2016)
Hooked (08/2016)
Jay Crownover la autora mejor vendida de acuerdo al New York Times y USA
Today, presenta en su tercera novela dentro de la sexy y emocionante serie
Welcome to the Point, a una mujer buscando el arrepentimiento, lo que la lleva
hacia un hombre de su pasado al que no puede olvidar, mientras unen sus fuerzas
para salvar su ciudad... y el explosivo amor sin el que ninguno de los dos puede
vivir.
T
itus King siempre ha visto su mundo en blanco y negro. Hay un firme
correcto e incorrecto en su mente, por lo que cuando era un
adolescente dejó atrás a la única familia que había conocido para
crear una vida mejor para sí mismo. Ahora, como un detective de la policía
en una de las peores ciudades del país, no puede negar que su vida se ha
vuelto de un millón de diferentes tonos de gris.
Reeve sabe todo acerca de la amenaza que intenta destruir The Point.
Ella sabe cómo de despiadado, vicioso, y cruel puede ser este nuevo
peligro... y en lugar de huir, quiere ayudar. Reeve sabe que tiene mucho de
lo cual arrepentirse y salvar la ciudad, además de al ardiente policía que no
ha podido olvidar, podría ser la única manera de que finalmente pueda
encontrar algo de paz interior.
P
loc… ploc…
Plas… plas…
Trac… trac…
Clanc… clanc…
Pi… pi…
Paf… paf…
—JODER…
Gruñido…
Mis ásperas palabras temblaron con lo último del poco de aire que
estaba tosiendo fuera y dentro de mis obviamente lastimados pulmones y
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—Todo esto por una chica, por una ciudad que nunca te retribuirá tu
sangre y sacrificio. En serio, detective King, pensé que probarías ser más que
un desafío. Ella te hizo suave. Te hizo débil. Todos los hombres de esta ciudad
se distrajeron por sus pollas sacudiéndose y olvidaron que había una guerra
en curso. No hay chica por la cual valga la pena morir.
atrevan a llamar a este lugar casa, pero incluso después de que extiendas
el desperdicio aun así todavía no tendrás lo que quieres… una chica por la
que sí vale la pena morir. Ella te matará primero.
Apreté los dientes y ceñí las manos en los enlaces de las esposas para
poder mirar a mi captor a los ojos mientras escupía la cruel y brutal verdad
que sabía lo llevaría hasta el borde.
Le dije sobre la chica, quien ahora era mi chica, y cómo ella iba a traer
el mundo que Roark estaba intentando destruir hasta él y lo enterraría
debajo de él cuando averiguara que desaparecí. Entendía algunos cuantos
puntos que llevarían de vuelta al punto por el que sabía lo que estaba
tramando, entendía su verdadera motivación incluso si parecía caótica y
poco clara para todos los demás.
Un tic inició en la mejilla de Roark y dio unos pasos más cerca hacia
dónde estaba colgando desangrándome lentamente hasta morir desde
adentro hacia afuera. Se detuvo cuando las puntas de sus botas estaban
tocando las mías cubiertas de sangre. Le sentí poner un dedo debajo de mi
barbilla mientras hacía mi cabeza hacia atrás para vernos el uno al otro.
Tenía una mirada que me era familiar tanto en oscuridad como en locura.
Roark llegó a su locura e implacable desprecio por la vida humana natural-
mente. No había nada de genética retorcida.
—¿Tu chica? —La voz acentuada era dura, furiosa, y sabía que había
tocado un nervio tierno.
Solté una risa que sonaba más como un ruido moribundo, y sentí un
fugaz momento de satisfacción cuando algo de mi sangre cayó en su cara.
Éramos casi de la misma altura, y si no hubiera estado colgando y roto,
estaríamos ojo con ojo. Tenía solidos 20 kilos más sobre Roark y sabía cómo
luchar tan sucio como el otro tipo, pero a lo que nunca sería capaz de
sobreponerme, lo que siempre les daría a hombres como ellos la delantera
sobre hombres como yo, era el hecho de que todavía tenía un corazón.
Todavía me importaba. No importa cuán duro continuaba pateándome a
la basura esta ciudad, no importa cuántas veces tuve que escoger entre mi
familia y lo que estaba bien, no importa cuántas veces me recordaron que
vivía en un lugar ausente de justicia y luz… todavía me importaba. Todavía
tenía esperanza. Todavía quería ser una fuerza que luchara por lo correcto
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La chica. Por la cual moriría. Aquella por la cual lucharía esta guerra
que Roark había empezado, y si esta era la forma en que me tocaba salir,
que así fuera. Moriría por tener un corazón, pero al menos sabía que iba a
irme por una jodida razón valiente e importante.
Lo sentí tensarse. Sabía que la chica era un punto doloroso, una pérdida
que realmente había amplificado su motivación de destruir The Point en una
bola de fuego de venganza y odio. De ninguna manera Roark iba a dejar
pasar ese rechazo y desprecio, no por encima de los otros que The Point le
había dado.
—Si ella quería la ciudad a sus pies, podría haberla puesto allí ella
misma. Es por eso que nunca la mereciste, idiota. Nunca entendiste que
podía correr en círculos alrededor de ti en el departamento de furia perdida
y necesidad de venganza. Solo ella fue lo suficientemente inteligente para
saber que en la vida tenía que haber más que eso. Yo soy su más. Tú solo
fuiste un medio para un fin. —Las palabras eran incoherentes por la pistola,
pero tenía que sacarlas.
Solo que la nueva yo nunca había encajado, y para ser honesta, nunca
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había sido fan de ese disfraz de chica frágil y sumisa. Esconderse era para
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los débiles, y yo sabía en lo profundo del interior de quién realmente era, que
nunca, jamás, estaría completamente segura. Había albergado demasia-
dos demonios, hecho demasiados tratos con diablos junto con la forma de
pensar que alguna vez me iba a salir con la mía caminando fuera de The
Point sin hacer alguna clase de penitencia manchada de sangre por mis
fechorías.
Algunos hombres querían ver al mundo arder. Titus era un hombre que
quería sacar todas las llamas por su cuenta desde el interior del fuego. Era
el único en quien confiaba con la información que yo portaba. Era el único
en quien confiaba para que me ayudaba a encontrar un lugar seguro para
aterrizar después de que pateara mi nueva vida hacia la cuneta y
desempolvara mi viejo yo y me pusiera de regreso en su dañada y andrajosa
piel. Solo Dios sabía cuánto tiempo iba a durar ahora que estuviera de
regreso, pero sabía que si tenía a Titus a mi lado tendría una mejor
oportunidad de llegar hasta el final, al borde, al lugar en el que necesitaba
estar para tener la posibilidad de enmendar mis errores. Uno de tantos en
este infierno.
Tragué, luchando para evitar dar un paso hacia atrás. Titus era un
hombre enorme y realmente alto, así que era fácil querer acobardarse bajo
su ardiente mirada, pero si hacía eso le mostraría lo asustada que estaba y
no podía darme el lujo de empezar esta conversación de esa manera.
—Detective King. —Me gustaba su nombre incluso con ese título frente
a él. Podía ser gobernante de alguna antigua tierra bárbara donde solo los
fuertes sobrevivían.
Sus ojos eran azules, un bonito azul ligero que debería haber suavizado
la dureza de su cara, pero había algo en ellos, algo frío y duro, que los hacía
destellar y brillar como un arma pulida, tan afilados que dolía mirarlos por
demasiado tiempo. Esa hermosa mirada cubierta por pestañas que eran
demasiado largas y aterciopeladas para tal dura e inflexible cara, podían
hacer toda clase de daños por su cuenta, sin la peligrosa amenaza de ese
fuerte cuerpo detrás suyo. Titus era un hombre que nadie podía ser lo
bastante tonto como para tomarlo a la ligera, y todo sobre la manera en la
que miraba transmitía ese hecho alto y claro.
Cruzó sus brazos sobre su amplio pecho y observé sin ninguna vergüen-
za mientras los músculos se abultaban. No debería estar aquí, pero mientras
lo estaba, iba a admirar la vista.
»Mucho tiempo sin verlo, Detective.
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Maldijo bajo su aliento y levantó sus manos para frotarlas sobre los
mechones más largos de su cabello, que quedaron levantados en la cima
de su cabeza. El cabello indomable y la mirada en su cara casi lo hacían
ver salvaje. Había salvajismo en el hombre y me pregunté si siquiera se daba
cuenta.
—Mira, Reeve. —Se empujó del escritorio y extendió una mano para
colocarla en mi hombro—. Necesitas ponerte en contacto con el agente a
cargo de tu caso. Ha habido una pérdida. Uno de los testigos que fue
levantado en la investigación contra Novak y su equipo fue asesinado
anoche. Acababa de cambiar de bando y los federales solo lo habían
tenido en Protección de Testigos por dos meses. Todo el mundo en el caso
podía estar comprometido, así que el que tú estés aquí, de vuelta en la
ciudad, es un movimiento estúpido y demasiado arriesgado.
—¿Qué?
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Tuve que alejar la mirada. Estaba intentando abrirme con esa glacial e
intensa mirada azul y no lo quería en ningún lugar cerca del sentimental y
suave centro de mi yo verdadero.
—Sé que Hartman fue asesinado anoche y es el por qué estoy aquí.
Dejé WITSEC porque sé quién lo hizo.
—¿De qué estás hablando, Reeve? Haz que valga la pena porque
estoy a dos segundos de lanzarte dentro de una celda y ordenar un
alcoholímetro y una prueba de drogas.
Era una larga historia, una de la que él solo conocía el principio, y había
partes que no quería contarle. Partes como la conclusión, donde yo me
había enamorado del traidor. No quería admitir que había sido engañada
por el general que disparó la salva de apertura en esta batalla, principal-
mente porque en la superficie, ese general me recordaba demasiado al
imponente hombre justo ahora frente a mí.
Solo que Conner Roark no era para nada como Titus King. Ningún
hombre lo era y fui tonta por alguna vez haber pensado de otra manera.
hombre por Hartman una vez que estuvo fuera de prisión y en una casa de
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seguridad. Quería que Race Hartman supiera que tomarlo desde donde
Novak lo había dejado era una mala idea.
Titus no dijo nada por un largo tiempo. Silenciosamente me observó y
pude verlo dándole vueltas a las palabras en su cabeza.
—¿Por qué? ¿Por qué le importa a Roark quién toma el control de The
Point? ¿Qué significa para él y por qué vale destruir su carrera con los
federales?
—No tengo respuesta para eso. Odia la ciudad. Odia a las personas
que viven aquí a tal grado que borda el fanatismo. No puede decirte por
qué lo hizo. Solo puedo decirte que lo hizo. —Mordí un poco mi labio
observando a Titus intentar encajar las piezas en su lugar.
correcto. Me necesitaba.
—¿Por qué hombres peligrosos y desesperados hacen lo que hacen,
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Detective?
—Debido al amor —dijo sin emoción y llanamente.
Asentí con solemnidad.
—Empecé a ver a Conner casi tan pronto como me sacó de este lugar.
Después de todo lo que pasó con Dovie, me sentí terrible. Nunca quise que
ella saliera lastimada, pero tuve que hacer lo que hice debido al trato que
tenía con Novak. Conner me hizo sentir amada a pesar del hecho de que
había traicionado a mi amiga, a pesar del hecho de que soy una persona
horrible. Y me hizo sentir a salvo. —En realidad te deseaba a ti, pero sabía
que no había ni una sola oportunidad en el infierno de que alguna vez
sucediera, así que me conformé con lo que pensé que era lo segundo
mejor… Esa parte no fue dicha, pero supe que probablemente estaba ahí,
derramándose de mis ojos mientras nos mirábamos el uno al otro.
—Toda esta historia es malditamente increíble.
Estaba anticipando eso, así que levanté mi bolso y busqué ahí hasta
que encontré el celular que le había robado a Conner la última vez que
estuvo en mi casa de seguridad en los suburbios. Solo había sido hace un
día pero se sentía como si toda una vida hubiera pasado. Se lo entregué sin
hablar y me puse de pie. Un pequeño zumbido de electricidad vibró por mi
brazo cuando mis dedos cepillaron ligeramente a lo largo de su áspera
palma.
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Estaba dando vueltas al teléfono una y otra vez entre sus dedos y
mirándome como si estuviera tratando de ver dentro de mi cabeza. Él de
verdad no quería estar ahí; era un lugar atestado y retorcido, y creo que se
impresionaría de ver qué tanto espacio ya estaba ocupando él.
—Dices que no sabes por qué Conner está haciendo lo que hace, de
ser así él está involucrado, pero ¿por qué lo estás tú?
Salí por la puerta y casi choqué con la joven mujer a la que casi había
matado con mis tontas y egoístas acciones hace no mucho tiempo.
Dovie Pryce era una dulzura. No había nada en ella que no fuera
honesto y puro. La manera en la que sus ojos verdes se ampliaron ante mi
presencia y la manera en la que se puso más pálida debajo de su
complexión lechosa cuando nuestros ojos se encontraron, me hizo sentir
como la peor forma de vida que alguna vez haya existido.
—¿Qué estás haciendo aquí, Reeve? —Su voz estaba llena de preocu-
pación, lo que me hizo sentir incluso peor. Debería odiarme, aborrecerme, y
aun así estaba preocupada por mi bienestar. Ella era demasiado buena
para que yo la llamara mi amiga. Era demasiado buena para esta ciudad
olvidada por Dios.
Metí algo de mi cabello detrás de mi oreja y le di una sonrisa torcida.
del vándalo medio hermano del detective, Shane Baxter. Noticias como
esas deberían ser dadas por la familia.
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Dovie hizo un sonido de preocupación pero antes de que pudiera
preguntarme otra cosa acerca de mi repentina reaparición un hombre rubio
de aspecto elegante se materializó a su lado y puso un brazo de manera
protectora alrededor de sus delgados hombros. Jamás había conocido al
hermano mayor de Dovie, Race, y no estaba muy ansiosa por hacerlo en
este momento. Él no sabía quién era yo pero con seguridad sabía de mi
participación en que su hermana fuera secuestrada y en poner en su
dirección a una despiadada banda de matones para que le dieran una
paliza a la que apenas si había sobrevivido. Race Hartman tenía todo el
derecho de querer que me sucedieran terribles, terribles cosas. Todo el
mundo que había sobrevivido a la masacre final de Novak lo hacía.
Race era otra historia. Esperaba rabia, enojo, furia… esperaba cual-
quier cosa excepto la fría indiferencia que pareció cubrirlo tan pronto como
les di a ambos las noticias. No había amor perdido entre Race y su padre.
De hecho, más de una vez se habían lanzado amenazas, y de no haber sido
porque Reeve salió de la nada con su escandalosa historia, habría puesto a
Race y a mi hermano en la cima de mi lista de sospechosos del asesinato
del hombre.
Eso era lo que hacía a Race tan peligroso y el por qué había sido la
clara opción para que tomara la larga empresa criminal una vez que Novak
estaba fuera de la foto. Era simplemente demasiado jodidamente inteli-
gente. Podía ver los puntos conectándose antes de que siquiera fueran des-
plegados.
Brysen era la única persona que podía sacudir a Race fuera de la glacial
conmoción en la que parecía estar encerrado. Era un policía. Jamás
desestimaba lo benéficos que podían resultar los refuerzos.
Dovie me dio una pequeña sonrisa y negó un poco con la cabeza.
—¿Cómo es que el asesinato del viejo encaja con todo lo demás que
está sucediendo, Titus?
R
ecientemente, The Point había visto a las chicas trabajadoras
espantadas de hacer lo suyo porque una de ellas se había
llevado una paliza que tenía la intención de matarla, justo
mientras el más sucio y desagradable club de la ciudad se incendiaba,
llevándose demasiados asiduos con él mientras se quemaba hasta los
cimientos. Encima de eso, el apreciado auto antiguo de Race hacía sido
incinerado justo enfrente de esta misma estación de policía y cuerpos
habían empezado a acumularse por ninguna otra razón que probar un
punto. Novak se había ido y eso hacía a la ciudad un juego justo, al menos
esa había sido la interpretación inicial. Ahora, con las revelaciones de Reeve
y Hartman fuera del camino, tenía la sensación de que algo más grande
estaba en juego. Ni asesinar al viejo de Dovie y tampoco el intentar asesinar
a Race, hacían nada por la ciudad. Estaban motivados por pura y simple
venganza. A alguien no le gustaba el hecho de que Race y su socio de
negocios, Nassir Gates, lo habían tomado justo donde Novak lo había
dejado. Incinerar el club jodió a Nassir y golpeó directo en el corazón de lo
que era más importante para él, su dinero y sus chicas. Lo mismo podía
decirse de la destrucción del auto de Race. Él amaba ese maldito auto, y
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aunque su papá fue un hijo de puta, era obvio que Race todavía se
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preocupaba por él. Los ataques parecían más intencionados ahora que
antes.
Suspiré de nuevo y solo le di a Race una mirada que podía interpretar
de cualquier manera que quisiera. Era lo bastante inteligente para saber
exactamente lo que pensaba sin que tuviera que postrarlo frente a él. Me
puse de pie y caminé alrededor de donde él y Dovie estaban sentados.
—¿Por qué volvió Reeve, Titus? ¿Qué tiene que ver ella con todo lo que
está pasando?
Estaba de acuerdo con él, así que solo cerré la puerta detrás de mí y
caminé sigilosamente hacia donde Bax estaba haciendo a Reeve pasar
sobre las brasas mientras Brysen observaba con amplios y confundidos ojos.
Escuché su profunda voz ladrar:
—Nadie tiene amigos en The Point… al menos eso fue lo que siempre
pensé. Estoy intentando arreglarlo. —Llegué exactamente a la pequeña
fiesta cuando la voz de Reeve se rompió y su labio inferior empezó a temblar
ligeramente.
Reeve miró entre ambos, y fue lo bastante lista como para salir huyendo
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—Reeve Black. Ella es la persona que le dijo a Novak que Dovie estaba
por su cuenta la noche que él hizo que sus chicos la levantaran de la calle.
Se metió a la cama con él debido a una deuda de sangre y él la cobró y la
utilizó para lastimar a Race y a Dovie. Debería estar en prisión con pena de
muerte, pero sacó un enorme trato con los federales y se metió a Protección
de Testigos. Se supone que debería estar tan lejos de aquí como fuera
posible. Le dije a este idiota —me señaló con el dedo—, que si alguna vez la
veía de nuevo, no iba a ser responsable de mis acciones.
Hartman estaba dispuesto a dar los nombres de los más grandes traficantes
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—¿Por qué estaba Reeve aquí, Titus? —Era un cambio drástico de tema
pero sabía que estaba viniendo. Bax no iba a estar feliz de que Reeve
volviera sin importar cuáles fueran las razones de su repentina reaparición.
—En mi oficina con Dovie. —Detuve a Bax con una mano en el centro
de su pecho cuando fue a moverse a mí alrededor. Mi hermano era enorme,
pero yo siempre había sido más grande, y no tenía reparos en hacer uso de
mi peso si era necesario—. Mira, necesito a esta chica para detener lo que
está sucediendo en The Point… los incendios, las palizas, la destrucción…
todo está involucrado. Ella es absolutamente necesaria. Le dije a Dovie todo
esto y lo entiende, así que tú necesitas utilizar tu cerebro y no lanzar toda
una rabieta, porque te calmaré tan rápido que haré que tu cabeza de
vueltas. ¿Me entiendes, Bax?
Toda la vida de Bax había sido una enorme casa de naipes esperando
derrumbarse. Pasó su juventud haciendo una hazaña ilegal tras otra,
simplemente apostando su tiempo hasta que fuera atrapado. Él no era un
buen tipo, y nunca lo sería, pero el hecho de que se preocupaba por Dovie,
que la amaba, lo obligó a hacer decisiones más inteligentes. Él sabía que si
volvía a prisión y si eventualmente se enfrentaba a alguien que fuera solo un
poco más duro o un poco más despiadado que él, la mataría tener que
ponerlo bajo tierra. Bax siempre fue peligroso, pero ahora, con la imperti-
nente pelirroja en su vida, también era cuidadoso. Nunca pensé que lo vería
suceder, pero había llegado el día en que mi hermano pensara antes de
actuar.
Todo estaba ahí. Palabra tras palabra que contaban una historia de
venganza y destrucción. Había mensajes de ida y vuelta entre Roark y
alguien que tenía agendada una cita con una de las chicas de Nassir
arreglando la trampa de manera que el hombre irlandés pudiera llegar a
Roxie, una de las prostitutas más conocidas en The Point y una amiga
personal de Bax de tiempos pasados.
una apuesta de futbol y tirar su cuerpo como mensaje para la nueva elite
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criminal. Más cuerpos le habían seguido igual que el dinero dentro de las
manos de hombres desesperados de manera que pudieran hacer cosas
desagradables para asegurarse de que todos supieran que The Point nunca
iba a ser seguro, sin importar quién estaba a cargo. Que nunca iba a ser
nada excepto un lugar olvidado lleno de gente olvidada que nadie extra-
ñaría si desaparecía.
las calles. Ella no solo tenía inteligencia callejera sino también tenía agudos
instintos para el peligro. Empezó a enviarle textos preguntando sobre dónde
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Los textos se detuvieron porque era claro que la siguiente vez que Roark
vio a Reeve ella agarró su teléfono y se dirigió de regreso a la ciudad para
poder entregármelo. Vio su declaración de amor por lo que era, una cortina
de humo, y había hecho lo que hizo desde la primera vez que la conocí. Se
estaba cubriendo su propio trasero y apuesto que Roark era lo bastante
inteligente para saber que su cubierta de tipo bueno, como miembro de las
fuerzas policiales, se había jodido tan pronto como el teléfono desapareció.
Apostaría mi bola izquierda a que el federal se había escondido y que yo no
sería el único que lo estaría buscando. Hice una nota mental para hacerles
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una llamada a los agentes federales solo para saber qué tanto sabían de su
agente corrupto.
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—Bueno, joder. —Lancé el teléfono en el escritorio, curvé mis manos en
puños, y las empujé en las cuencas de mis ojos. Podía sentir un dolor de
cabeza empezar a enroscarse alrededor de la base de mi cuello y palpitar
detrás de la parte posterior de mis ojos. Sentía como si un mazo golpeara el
interior de mi cráneo.
Aire fresco era algo que nadie nunca iba a encontrar en The Point, pero
necesitaba estar afuera, necesitaba la libertad de pasear de ida y vuelta sin
sentirme como una bestia enjaulada. Jalé fuera de mi cuello mí ya floja
corbata y saqué mi propio teléfono de mi bolsillo trasero. Estaba por hacer
una llamada que ni en un millón de años pensé que iba a hacer.
enseñado que la gente mala y las cosas malas estaban en todos lados. El
código postal realmente no importaba. Tenía gente inocente por proteger
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Pensé que podía hacerlo. ¿Es decir, qué tan difícil puede ser el ser
amiga de una chica tímida? Muy difícil cuando esa chica creció en las
calles y tenía el mismo tipo de instintos por las personas como yo. Dovie
nunca me dejó entrar, y cuando Bax entró al cuadro y traté de advertirle
sobre él, sobre lo mal que se iban a poner las cosas si ella no se alejaba, me
bloqueó completamente. Luego vino la llamada que estaba temiendo.
Novak la quería y no le importaba cómo la obtuviera. Me debatí entre
decirle a Dovie y solo forzarla a dejar el pueblo. Pensé en huir también yo,
pero sabía que Novak solo iría tras ambas. Al final del día, tomé el camino
de un cobarde y llamé a Benny, la mano derecha de Novak, y le hice saber
que Dovie estaba por su cuenta, tomando un autobús de vuelta a un garaje
en dónde se había estado quedando. Sabía que los chicos de Novak la
agarrarían; lo que no sabía era que la usarían para lastimar a Bax, o que
iban a asaltar el garaje y golpear a su hermano casi hasta la muerte y matar
al dueño del garaje.
Pensé mis opciones hasta que no pude soportarlo más y luego fui a
buscar a Dovie. Tenía que decirle por qué había hecho lo que hice. Sabía
que no podría perdonarme, nunca, pero necesitaba que supiera que mis
razones eran más complicadas de lo que parecían. Le dije que me iba a
entregar y ella me advirtió que no fuera con Titus. Por supuesto, eso
significaba que él era al que tenía que buscar. Estaba lista para el castigo
completo, y si eso incluía vaciar mi corazón al hermano de Bax para que
hiciera conmigo lo que quisiera, que así fuera. Merecía el castigo que la ley
considerara apropiado, y cuando terminé de hablar con Titus, podía ver que
estaba de acuerdo. Para él no era nada más que otra criminal haciendo lo
que los criminales hacían en The Point.
vida irse a la deriva mientras miraba a través de los barrotes de hierro, pero
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entonces Titus hizo algo que nos asombró a ambos. Llamó al fiscal del distrito,
quien rápidamente me mandó con el fiscal general del estado. El de mala
gana explicó qué tipo de información tenía de las operaciones de Novak a
los altos mandos, y lo siguiente que supe fue que estaba en una lujosa oficina
siéndome ofrecido un trato si acordaba testificar en el caso contra los
miembros restantes de la pandilla de Novak en un caso federal. Me
ofrecieron protección de testigos, me ofrecieron una salida, y no podía saltar
en ella lo suficientemente rápido. Titus podría odiarme y era obvio que lo
que había hecho le causaba repulsión pero a pesar de todo él me salvó, y
tenía bastante claro que iba a amarlo por siempre por eso. No había visto
mucho bien en mi vida y aquí estaba un gran montón de ello envuelto en
un sobresaliente paquete de masculinidad y taciturna esplendidez que ya
ni siquiera podía mirarme a los ojos.
—¿No tienes amigos, ni otros parientes, nadie que pueda darte un lugar
para esconderte mientras vemos cómo manejamos a Roark? El fiscal
general del estado va a pensar que te saltaste el programa de protección
de testigos. Vas a ser una fugitiva hasta que lo atrapemos y pueda dar las
pruebas de que está sucio a las personas correctas.
Dejé caer mi cabeza hacia atrás hasta que pegó contra la puerta.
—Dile a los federales que todavía testificaré; solo que ya no quiero estar
en custodia de protección. Hicieron eso por Bax y Race. Además de que
está sucio, durmió conmigo y rompió el protocolo. ¿Por qué tengo que
probar que soy honesta? —Podía ver la respuesta en sus ojos. Le creerían a
Conner porque él tenía un trabajo respetable incluso si lo había usado para
romper la ley, y yo solo era una chica que seguía tomando malas decisiones.
Me reí secamente y le alcé una ceja. Deseé tener el valor para caminar
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querer que sufra por eso, pero no es estúpido y sabe todos los trucos de
ustedes los policías. No es un matón ignorante vendiendo bolsas de
marihuana en una esquina. Él es como tú, Titus, solo que la versión malvada.
—Crucé los brazos sobre mí pecho para imitar su pose y un poco de
adrenalina me recorrió cuando no pudo esconder la forma en que su
mirada bajó para ver como mi blusa se tensaba en mi pecho. Podía no
agradarle, pero había una atracción allí que no podía controlar. Había una
parte interna de él que empujaba contra su dura fachada cuando
estábamos a una distancia de apenas tocarnos. Esa era la parte a la que
quería abrazar y enroscarme.
—¿Me estás pidiendo usarte como anzuelo? ¿Quieres que te lance allí
afuera en un océano de tiburones cuando el agua ya está llena de sangre?
algo inusual en este lugar, sino porque le importaba tanto. Llevaba esas
elecciones y fallas de otras personas como si fueran las propias, y en un lugar
como este el peso de eso tenía que ser enorme. Él era Atlas. En verdad
estaba tratando de cargar al mundo y todas sus jodidas cosas en su
espalda.
—¿Qué tan lejos estás dispuesta a llegar con todo esto, Reeve? ¿Cuál
es el límite?
—No hay límite. ¿Cuáles son mis opciones, Titus? Muero o voy a la
cárcel, y ninguna de las dos son muy atractivas. Sé que no merezco una
segunda oportunidad, pero soy lo suficientemente tozuda y egoísta para
querer tomar una para mí de todas maneras.
—Sabes que Conner va a venir por ti, ¿pero siquiera has considerado
las otras amenazas? Mi hermano es tan peligroso e impredecible como
Roark y tú has tenido acción directa en hacer que la única chica que le ha
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Bajé mis pestañas para no tener que ver cómo se sentía realmente
sobre mí, brillando en esa mirada.
—Pero por mucho que me duela decirlo, podemos ayudarnos. De
hecho, creo que la única manera de hacer esto con los mínimos errores es
trabajando juntos. Quiero a Roark y tú quieres que te cubran el trasero, y
para hacer esto, tenemos que estar pegados de la cadera.
Le fruncí el ceño mientras continuaba avecinándose sobre mí.
—¿Qué estás sugiriendo, Detective?
Tragué y abrí mi boca para decirle lo loco que sonaba, pero el estiró
una mano y puso ligeramente su palma sobre mi boca. Le fruncí el ceño y
contemplé hundir mis dientes en la parte carnosa de su mano.
peligroso si piensa que tiene que pasarme para agarrarte. Además, por lo
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que me has dicho, y por lo que entiendo sobre los tarados como Roark, si
piensa que lo reemplazaste conmigo, eso lo forzará a moverse más rápido.
Saldrá de esconderse más rápido si piensa que seguiste adelante sin
pensarlo dos veces. Si entiendes los riesgos involucrados, estoy dispuesto a
tomarlos contigo.
Alcé mis cejas y golpeé mi rodilla con los dedos hasta que él dio un
paso atrás y consideró mi reacción. No sabía qué estaba esperando, pero
él parecía nervioso mientras me ponía de pie.
Retrocedió un poco y alzó una mano para circular mi muñeca con sus
dedos. Me pregunté si sentía mi pulso acelerarse por el toque.
—Haré lo que sea que se requiera para tener el trabajo hecho.
P
RUEBALO.
Sentir lujuria por esta mujer que tenía por naturaleza ser tan fría, tan
calculadora, como cualquier otro criminal que encerraba diariamente no
era un lugar para que mi cabeza estuviera mientras estaba al borde de la
guerra con su trastornado ex-amante.
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estaba furioso de que cualquiera de los dos tuviera que estar en esta
situación en primer lugar. Cada vez que me volteaba, otra cosa mala u otra
persona mala estaban pisándome los talones. Finalmente me resbalaría y
caería y no habría nadie que quedara con ningún tipo de consciencia en
este lugar, no quedaría nadie a quien le importara la justicia y lo correcto.
Esa rabia tenía mis manos temblando mientras la agarraba y usaba los
pulgares para inclinar su cabeza para que su boca estuviera hacia mí. No
tenía mucho tiempo para salir con alguien, no tenía la paciencia para una
mujer que no entendía que estaba intentando salvar una ciudad entera de
sí misma y que mi trabajo se llevaba gran parte de mi atención y energía.
Las mujeres con las que salí nunca tenían la altura correcta, o el tamaño
correcto, y seguro como el infierno que nunca se vieron tan deliciosas y
tentadoras como esta mujer. Nunca nadie había encajado en mí de la
manera en que ella lo hacía y eso me enojaba mucho más.
Todo sobre ella era una prueba para mi voluntad. La forma en que sus
ojos oscuros brillaron cuando bajé mi cabeza hacia sus labios entreabiertos.
La forma en que su mano subió por mi pecho para curvarse en mi cuello
mientras me acercaba más y más. La forma en que soltó un suave suspiro
que cosquilleó en mi boca cuando finalmente toqué sus labios con los míos.
Se suponía que era para probar un punto. Se suponía que era un acto de
desafío, y tal vez lo fue por una fracción de segundo, pero luego no fue
nada más que un beso y olvidé quién era y de qué se suponía que se
trataba. Después de medio latido de corazón solo quería besarla y seguirla
besando hasta que ambos estuviéramos desnudos, y estuviera profunda-
mente dentro de ese perfecto y traicionero cuerpo suyo.
Su boca era suave, lo cual era una mentira porque ella no era una
mujer suave. Ella sabía dulce, lo cual también era una mentira. Podría lucir
como un sueño y saber como un postre, pero sabía que había mucho más
debajo de ese caparazón externo. Su lengua salió y la punta tocó m labio
inferior, y antes de que pudiera considerar lo que estaba haciendo, la
estaba besando como besaba a una mujer que deseaba, no a una mujer
a la que me intentaba resistir.
—Sí, bueno, la razón por la que te hablé es porque luce mucho como
el encanto que vino a tu oficina ayer. Largo cabello negro, ojos azules. A
primera vista podría ser ella, pero es más joven y la jodió de una manera muy
personal.
—Joder.
—Sí. Ven aquí, King, y ve lo que ese enfermo bastardo le hizo a esta
pobre chica, y mientras estás en eso encuentra a la que todavía respira y
dile que cuide su espalda.
—Toma lo que sea que hayas traído contigo. Nos vamos. —No le
pregunté.
56
—Ya te dije que me fui a prisa y no tengo ningún lugar a dónde ir.
—Tengo un lugar que servirá por ahora. Un cuerpo apareció en los
puertos y aparentemente tiene un asombroso parecido a ti. Eso significa que
Roark ya sabe que estás aquí y creo que nos hace saber que está enojado
por eso. Una pobre chica fue asesinada porque tenía el mismo color de
cabello y ojos que tú, Reeve. ¿No te dice eso lo peligroso que es esto para
ti? Este tipo es un sociópata. —Y no tenía tiempo de averiguar qué lo había
accionado, qué había empezado su masacre y cómo detenerlo.
—Titus… —Su voz estaba baja y sus ojos se clavaron en los míos cuando
nuestras miradas se encontraron—. Regresé para ayudarte. No quiero ser la
razón por la cual Shane y tú terminen de nuevo mal. Sé lo difícil que fue para
ti casi perderlo. Es por eso que nada de esto es sobre mí.
no estar siempre en el mismo lado y siempre había una impía tensión entre
Página
Gruñí porque Shane y Bax eran dos partes que creaban un hombre
completo. Ambos eran equivalentemente atemorizantes y peligrosos, pero
ella no tenía que saber eso, por lo que señalé la asquerosa habitación y
ordené:
—Toma tus cosas.
Ella me dio una sonrisa ladeada.
—No tengo nada.
Ella había dicho eso, pero no le había creído. ¿Qué tipo de mujer podía
huir con literalmente la ropa que traía puesta? Una que estaba hecha para
sobrevivir sin importar qué. Respondí mi propia pregunta.
Suspiré y caminé a la puerta.
—Está bien, vámonos de aquí. Necesito ir a los puertos.
La mujer había sido cortada por el pecho justo como Dovie había sido
cortada la noche que fue secuestrada. Solo que Dovie había sobrevivido y
tenía las cicatrices para probar lo duro que luchó para vivir. Esta chica solo
tenía las heridas. También tenía quemaduras en cada superficie de piel
expuesta, un hoyo de bala en la frente, y nada de eso era tan perturbador
como las cosas que Roark le había hecho a partes de ella que nunca
deberían de ser tratadas con otra cosa además de reverencia y
apreciación. Había rabia y odio puesto sobre esta chica como nunca antes
había visto y era inquietante porque tenía un notable parecido a Reeve,
solo mucho más joven y pequeña.
—¿Está bien si la llevamos ahora, Detective?
—Sí. ¿Tenemos una identificación suya? Solo es una bebé. Alguien tiene
que notificar a la familia.
—Todavía no. La única pista que tenemos es que podría haber sido una
bailarina en Spanky’s. Fue encontrada con un montón de dinero en su bolso
y nada más.
60
había pasado en su club. Cuando se enterara que una de sus chicas estaba
en el peor lugar en el peor momento y que el mismo tipo que incendió el
club era responsable, definitivamente enloquecería. Había hombres que
poco me podía importar si decidían hacer una batalla en mis calles. Era más
duro, más rápido, más inteligente, y cuando tenía que ser así, era más brutal.
Nada de esto era el caso con Nassir Gates. No estaba cien por ciento seguro
de cuál era su pasado pero conocía el entrenamiento y maldad cuando lo
veía. Podía intentar hacerse pasar por un típico bribón pero lo sabía. Nassir
era el Diablo, y si se soltaba de la cornisa de civilidad a la que se estaba
agarrando, el baño de sangre que resultaría cuando se cayera nos ahogaría
a todos.
llegar y pensé que esperaría a bajar hasta que el resto de los chicos de azul
se fueran antes de ver qué estaba pasando.
—¿Vives aquí?
—Mi viejo usaba este lugar para traer a sus amantes. El dueño de la
propiedad es turbio como el demonio, así que cuando todo lo del acosador
de Brysen salió, tuve que hacer que transfiriera la escritura a su nombre para
tener un lugar a donde irse. Me gusta aquí afuera. Es callado, y después de
que Booker saliera del hospital cuando le dispararon, lo llevé al edificio para
mantener vigiladas las cosas cuando estoy trabajando. Me gusta que las
chicas tengan a alguien con quien contar si no estoy cerca. Además,
modifiqué el sistema de seguridad para que fuera tan difícil meterse al lugar
como lo es estar en el lado bueno de Bax. Nadie se mete o sale sin que yo
o Booker lo sepamos. Hay cámaras en todos lados.
lugar para guardar mis cosas y llegar cuando tuviera algunos minutos. No
era lo suficientemente segura para llevar a Reeve, con todas las personas
que querían una pieza de ella. Estaría aislada y sola si la dejaba allí mientras
continuaba buscando a Roark.
—No hay nada malo con mi casa, pero estoy en medio de una
situación y necesito algún lugar seguro para estar algunas pocas semanas.
—Sí, así es, y no quiero escuchar nada de eso. El tipo que quemó tu
auto, el tipo que molestó a Roxie, el tipo que torturó a la pobre chica y la
dejó aquí como si fuera basura, no solo está tras The Point si no también tras
Reeve por venganza. Ella me dio su nombre y está dispuesta a ser carnada
para sacarlo, por lo que necesito hacer lo que pueda para mantenerla
segura. Ayúdame, Race.
Vivía mi vida entre las muy clara líneas blancas y negras, pero
últimamente todo se había vuelto muy difuso en tantas sombras de gris que
era difícil ver a través de esa niebla. Creía en el bien y el mal, en lo correcto
y lo incorrecto. Estaba dispuesto a morir por esas convicciones, pero también
quería que los tipos buenos ganaran ocasionalmente. Últimamente, parecía
que la única forma de hacer que eso pasara era jugar con las reglas de los
tipos malos. Hacía todo dentro de mí partirse y revolverse en rabia, pero no
63
Suspiré y dejé que mi cabeza cayera hacia adelante para ver mis botas
y la gastada madera del puerto entre ellas.
Se rio entre dientes e hizo que los vellos de mis brazos se erizaran.
Recordé cuando él solo era un chico perdido acelerando autos con Bax. Ya
no estaba perdido, y el hombre en el que se había convertido no era uno al
cual subestimar.
64
Página
REEVE
U
nos pocos días escondiéndome en el pequeño apartamento de
Bax me hicieron sentir como si estuviera de regreso en protección
de testigos. No había visto a nadie además del chico repartidor
de pizza. Y no había escuchado de Titus excepto en el día en que me dejó
aquí, cuando se apareció con algo de ropa que me dijo que tomó prestada
de una vecina y un celular desechable que me aventó en la mano con un
gruñido. Me dijo que solo lo usara en caso de emergencia y luego desa-
pareció sin ninguna palabra más. Era obvio que todo lo de tener que lidiar
conmigo lo estaba molestando, pero no tenía una solución a ese problema,
así que simplemente tomé el celular y colapsé contra la puerta después de
que se fuera, con una nube de enojo y tensión tras su estela.
Abrí la puerta y puse un brazo en el marco para que Race captara que
66
Race me sonrió de nuevo y puse los ojos en blanco. Era fácil ver cómo
lograba todo a su manera sin ningún esfuerzo. Esa sola sonrisa podía hacer
que alguien le prometiera cualquier cosa y todo debajo del sol. El chico sin
ningún esfuerzo proyectaba buenos tiempos y cosas sucias y sexys.
—Lo entiendo. Bax lo arruinaría por una pelea y no le importará por qué
estoy aquí o que Titus podría necesitarme para su juego final.
—Si fuera por Bax, terminarías seis metros debajo de algún lugar y siendo
nada más un distante recuerdo para todos nosotros, pero él seguido es de
corta vista. —Race cruzó sus brazos sobre su amplio pecho y observé la
forma en que jaló su camisa henley sobre los músculos que vivían ahí. No era
de estatura tan imponente como Titus o Bax, pero había una elegancia
severa en él que parecía tan amenazante mientras me consideraba en
silencio por un largo momento—. Quiero saber cuál es el juego final, Reeve.
¿Qué pasa una vez que este tipo se aparece? Titus podría pensar que
puede sacarte allí afuera y mantener sus ojos en el premio, pero lo conozco
lo suficiente para saber que si estás en peligro su atención estará en ti y no
en deshacerse de la amenaza. ¿Cuál es la verdadera razón por la que
accediste a jugar este juego? Ten en mente que no soy un muy buen
hombre cuando mis amigos o familia son amenazados. No tengo problema
en hacer una llamada y dejarle saber a Bax en dónde te escondió su
67
—Sé quién es el tipo que estuvo detrás del asesinato de tu padre. Tenía
pruebas de quién era, así que se las di a Titus porque quiero ayudarle a
detenerlo.
Rodé mis ojos. No era como si darle a Race la información que buscaba
cambiaría el juego en algo. Conner no sería encontrado hasta que estuviera
listo.
—¿Regresaste aquí para hacer que Titus mate a Roark por ti, Reeve?
¿Estás jugando con las vidas de las personas de nuevo? Porque si es así,
tengo que decirte que terminará mucho peor para ti esta vez.
—Bueno, si Titus no detiene a este tipo para bien, hay muchas personas
dispuestas a meterse y terminar la tarea. Solo me preguntaba si tú realmente
eres lo suficientemente conspiradora para saber eso. —Él sonrió sardónico
de nuevo y ahora ese hoyuelo hizo que mi estómago se tensara—. Creo que
sí. Creo que Roark tiene que morir como un perro y que Titus es demasiado
moral, demasiado concentrado en el lado correcto de la ley para hacerlo,
pero él tiene suficientes personas a las que les importa, que quieren
asegurarse de mantener sus manos limpias del desastre en el que nosotros
nos embarramos, y hacerse cargo del problema por él.
Salté cuando el celular que Titus había dejado sonó con un mensaje de
texto. Lo agarré y me llamé con unas cuantas elecciones de nombres
cuando mi pulso se aceleró solo por ver su nombre en el mensaje.
Su voz era ronca y áspera, mucho más de lo normal, y tuve que tragar
antes de poder responder. Estaba comiéndomelo con los ojos y me tomó un
segundo darme cuenta que me estaba hablando. En lugar de su normal
camisa abotonada y arrugada y sus pantalones planchados, tenía puesta
una camisa negra que se tensaba a través de sus músculos que se veían
como si estuvieran hechos de piedra. Sus largas piernas estaban enfundadas
en jeans desteñidos que tenían un agujero en la rodilla y uno en el muslo. La
piel asomándose del material deshilachado era de un color rojizo y se veía
tan duro como el resto de él. No había suavidad en Titus King incluso cuando
estaba fuera de servicio. Llevaba las mismas botas que usaba mientras
trabajaba, pero su cabello estaba desordenado, como si no se hubiera
molestado en peinárselo, y nunca había visto el parecido entre él y su
hermano menor tan fuertemente como lo hice en ese momento. Se veía
igual de duro, así como impredecible, como Bax siempre se veía y tenía
lugares dentro de mí que temblaban de una manera que realmente
necesitaba ignorar para que pudiera responderle y no sonar como una
idiota sin aliento.
—Por supuesto que tengo pantalones puestos. No es mi culpa que tu
vecina sea una enana.
Titus hizo esa cosa de chicos, donde sus pestañas bajaban y sus ojos
73
—Te ves bien de la forma que estás. Te ves mejor así que la mayoría de
las mujeres cuando se esfuerzan. No necesitas intentarlo, y si un chico te
hace pensar que lo tienes que hacer, entonces es un imbécil. Consigue lo
que necesites y salgamos de aquí.
—Lo sé. Pero es la mejor opción para lo que estamos tratando de lograr.
Estarás a salvo mientras trabajo, y eso significa que no tendré mi atención
dividida entre mi trabajo y tu seguridad.
Un hilo de calidez intentó trabajar su camino hacia el corazón que
había estado tratando de congelar hacia él.
Puse la cabeza hacia a un lado para poder mirarlo y noté que el tic
que tenía cuando estaba intentando guardar lo que fuera que estaba
sintiendo en el interior había comenzado a trabajar en su mandíbula. Sus
76
Una bola pesada de culpa y algo más feo, algo más sucio, se alojó en
mi garganta.
—Así que, ¿te estás comprometiendo a ti mismo por mí, por esté plan
tuyo? Nunca le darías a nadie un pase libre de otra manera. —No quería
que Titus fuera contra su propio código solo para acercarme a Conner. No
quería que cambiara en absoluto. Me encantaba de la forma en la que
era… me encantaba la forma en que se acercaba a heroico y valiente.
Sabía que podría amarlo tan fácilmente con todo mi corazón, si no
pareciera tan imposible.
Maldijo en voz baja y luego giró el ruidoso auto por una rampa que
parecía que llevaba hacia un taller subterráneo. Se volvió a mirarme, sus ojos
casi tan brillantes como los faros brillando en la oscuridad frente a nosotros.
Sonaba resignado y cansado cuando me dijo:
—Ya no puedo percibir la diferencia entre los chicos malos y los chicos
buenos que son malos porque no tienen otra opción al respecto. No me
estoy comprometiendo, me estoy adaptando. ¿No es esa la primera regla
de supervivencia?
Estaba tumbado en el sofá con un brazo sobre mis ojos. Era pasada la
medianoche y había estado trabajando el caso de la chica-muerta-en-el-
muelle todo el día. Resultó que ella no tenía a nadie. Era una niña del
sistema. Otra pobre niña que nadie quería, por lo que terminó en las calles
haciendo lo que podía para sobrevivir. Me sorprendió lo furioso que Nassir
estaba sobre su situación. No es que una de sus chicas fuera asesinada por
el mismo enemigo que había quemado su club, pero no había nadie que
79
—¿Todavía estás despierto? —Su voz era suave mientras iba a la deriva
desde algún lugar por encima de mí.
Esta vez dejé que el gemido saliera vibrando por mi pecho, y me moví
para estar sentado. Dejé caer mi cabeza en mis manos.
—Sí.
—Hemos estado haciendo esto una semana, Titus. Cada día que pasa,
te pones más tenso. Algo tiene que ceder. Se supone que debemos ser
amantes. Se supone que debemos ser incapaces de mantener nuestras
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manos fuera del otro y poner a Roark loco de celos. Todo lo que estás
haciendo es evitarme. Solo estoy tratando de encontrar una manera de
Página
Tiró la mano libre y la utilizó para correr sus dedos por su largo cabello.
El movimiento empujó sus pechos más arriba, haciéndolos tensionarse
contra la fina tela apenas cubriéndolos y haciéndome gruñir mientras veía
la forma de sus pezones, obviamente, apretándose bajo el peso de mi
mirada.
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—Creo que tenemos que hacer una parada en Spanky’s. Eso nos da la
oportunidad de estar con el tipo de personas que tienen que ver con
nosotros y también nos da la oportunidad de mostrarle a Nassir que estás
conmigo. Además, si por alguna razón Roark hace un movimiento, no vamos
a estar solos. Chuck estará allí y Nassir siempre tiene personal de seguridad
armado defendiendo a la tropa. No será una pelea desigual si Roark hace
un movimiento con un siervo en lugar de hacerlo por sí solo.
Cruzó las piernas y lancé mi mirada hasta la de ella para ver si lo había
hecho a propósito. Lo hizo. Sus ojos azul oscuro reflejaban el resplandor de
la luna y pude ver que estaba tan afectada por mi cercanía a medio vestir
como yo lo estaba por la suya. Esto iba a explotar sobre nosotros, y cuando
el humo se disipara, la metralla nos escogería. Tenía la sospecha de que las
heridas que nos íbamos a dejar el uno al otro, serían de esas que nunca
lograrían curarse del todo.
—Solía trabajar con el cabello de una gran cantidad de chicas de
Spanky’s cuando Ernie llevaba el lugar para Novak. La mayoría de ellas eran
muy dulces, incluso las chicas que hacían más aparte del baile. Se sabía que
una vez que entrabas en el negocio no había manera de salir. Novak era su
dueño.
Ella inclinó su cabeza de regreso al sofá y elevó sus ojos hacia el techo.
Pensé que vi un rastro de humedad a través de la superficie color azul marino
pero luego parpadeó y se había ido.
—Sí, voy a intentar estar aquí antes de las cinco. Realmente necesitas
algo de ropa que te quede. —Brysen había corrido a recoger un par de
cosas después de que fuimos a acampar por un par de días, y esas le
quedaban un poco mejor, pero ninguna chica viva parecía tener esas
piernas ridículamente largas o la misma clase de curvas con las que Reeve
estaba trabajando en la parte de arriba. La ropa de Brysen la cubría más
que la ropa de mi vecina adolescente, pero no lo suficiente para que no
tuviera un buen vistazo cada vez que la miraba.
Ella unió sus dedos y levantó los brazos sobre su cabeza de modo que
el dobladillo de su blusa se elevó sobre el borde de su ombligo y levantó el
borde de sus pantalones cortos tan alto que no tuve que utilizar mucha
imaginación para soñar como lucían sus suaves partes secretas. Como si
necesitara más incentivo para seguir pensando sobre ella y el sexo, cuando
mi mente y mi atención deberían estar en cualquier otra parte.
ver eso. Había muchas razones para desearla, para encontrarla atractiva y
últimamente irresistible.
Página
Había más de una razón mayor que cada vez que mi sangre golpeaba
en respuesta a ella, culpa y vergüenza rugían a la vida dentro de mí. Por
supuesto que tenía un problema con el hecho de que ella era un criminal
admitido. Ella era una de las personas de las cuales estaba intentando
proteger a la ciudad.
Sin importar sus intenciones, sin importar si ella estaba intentando usar a
un chico malo para deshacerse de otro chico malo. Ella no lo había hecho
por medios legales. Pero estaba también el hecho de que tendía a olvidar
que estaban allí, los monstruos de mi pasado y la carga de bestias que
mantenía enterradas tan profundo y oscuro en mi interior despertaron y
comenzaron a gritar cuando ella estaba cerca. No podía ignorarlos más, la
manera en la que se tensaban contra la piel del hombre que intentaba tan
duro ser.
Estar encaprichado con una mujer que tenía una historia de tomar la
ley en sus propias manos podría ser mi absoluta destrucción y si no podía
mantener esos sentimientos en una caja, no iba a haber nada más de mí.
No tendría nada más para estar de pie en contra de mi animal interno, me
masticaría vivo desde dentro hacia afuera y estaría justo como el resto de
las personas, perdido y solo, tan solo esperando para que la ciudad los
reclamara. No podía dejar que esto suceda.
—Sé que talla uso y no elegí nada lujoso. Solo algunos jeans, blusas y un
par de faldas que son demasiado cortas por lo que cualquiera viéndonos
sabrá por qué no puedes resistirte a mí.
Suspiré y reduje mis pasos para igualar los cortos de ella. Puse una mano
sobre donde las de ella estaban descansando y forcé una sonrisa a través
de mis labios.
—Eres solo un humano, Titus. Solo hay mucho más que puedes hacer y
solo muchas más responsabilidades que puedes tomar.
Me detengo en el GTO y la rodeo para abrirle la puerta.
—¿No es eso lo que intenté decirte anoche?
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—Voy a decirle a Chuck que necesito hablar con Nassir sobre el caso
de la chica del muelle. Él nos dejará entrar sin hacer muchas preguntas.
—Está bien, así que ¿qué se supone que haga mientras hablas con
Nassir? Lo creas o no, en realidad yo nunca estuve en un club de
desnudistas.
—Soy una mujer adulta, Titus. Puedo manejarlo por mí misma. Nadie
puede hacerme sentir peor sobre mí de lo que yo lo hago a diario.
Ella murmuró su acuerdo y el resto del viaje fue en silencio hasta que
entramos en el estacionamiento del club. Me aseguré de estacionar al lado
del Bentley de Nassir. Era el único lugar donde estaba bastante seguro de
que nada iba a pasarle a mi bebé. Nassir amaba su auto extremadamente
caro, así que sabía que probablemente tendría cámaras en el lugar donde
estaba estacionado. No quería que el GTO corriera con la misma suerte que
había tenido el Stang de Race. Nassir podría no dar una mierda sobre mí o
lo mío, pero dejé el GTO lo suficientemente cerca de su máquina para que
si algo le pasaba a mi auto, el suyo se arruinaría, sería más como un daño
colateral, y el sofisticado hijo de puta nunca se recuperaría de eso.
Chuck era un hombre negro gigante. Era una de las pocas personas
89
con las que me había encontrado que en realidad tuviera que inclinar la
cabeza hacia atrás para mirarle a los ojos. Me dirigió una sonrisa deslum-
Página
brantemente blanca, que tenía al incisivo de oro reluciendo hacia mí.
Apreté a Reeve cuando la sentí tensarse a mi lado.
—¿Qué pasa, Chuck?
—Dos veces en una semana, poli. Eso no es bueno para los negocios.
—Pensé en otra pregunta que quería hacerle a tu jefe.
Forcé una risa y vi a Reeve poner sus ojos en blanco por la esquina de
mi ojo.
—Algo así. —La abracé más cerca y por dentro la aplaudí cuando llegó
y puso una mano en el centro de mi pecho. Bateó sus pestañas hacia Chuck
y le dio esa sonrisa suya que fue diseñada para detener a cualquier persona
con el cromosoma Y de pensar con la cabeza que se encuentra por encima
de sus cinturones.
—Se suponía que iba a ser una noche de cita. Tiene suerte de que esté
dispuesta a dejarle que me compense más tarde. —Ella jugó a la seductora
tan bien que no era de extrañar que fuera lo único que podía hacer para
no tocar.
—No tardes en volver. —Su voz era cantarina y llena de diversión. Gruñí
y me dirigí hacia donde el dueño del club de cabello oscuro estaba
acechando en la puerta de su oficina.
—Sí, lo hace. Hay una razón por la que estás con ella y una razón por la
que la trajiste aquí. Apuesto a que también hay una razón por la que una
de mis chicas fue cortada y arrojada en el muelle como basura. Si fuera un
hombre de apuestas, que ambos sabemos lo soy, apostaría que tiene algo
que ver con el hecho de que ella se parecía mucho a tu nuevo pedazo de
culo.
Sentí que mis hombros se endurecían mientras lo fulminaba.
—¿Por qué estaba tu chica en los muelles esa noche? ¿La enviaste allí
para reunirse con un cliente? Nadie va a esa parte de la ciudad sin una
razón.
—Ya te dije que ella no trabajaba en ese lado de las cosas. No era más
que una niña. Bailaba y eso era todo. Chuck la acompañó por la noche
antes de que la encontraran y me dijo que ella se metió en su auto… sola.
Como hacía siempre. Puedes seguir preguntando y seguirás recibiendo las
mismas respuestas. ¿Y tú, policía? ¿Por qué pienso que tú y esta chica
significan más de lo que estás compartiendo?
—No es mi trabajo compartirlo con el submundo del crimen, Nassir.
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Página
REEVE
P
odía tolerar muchas cosas. Era inmune a palabras repugnantes y
pensé un poco en la gente que las lanzaba alrededor sin sentido.
Había crecido escuchando que era una rata. A menudo escu-
chaba a la gente murmurando la palabra traidora mientras pasaba. Había
sido etiquetada con éxito, una traidora, pero lo peor fue la decepción que
veía en los ojos de Titus cada vez que trataba de acercarme lo suficiente
para que se diera cuenta exactamente de quién tenía sus manos sobre él,
que clase de mujer era que hacía que sus ojos perdieran todo su color y
quemaran el blanco ardiente con ansia y necesidad. Quitaba pequeños
pedazos de lo que quedaba de mi dignidad cuando me miró así, porque la
decepción no estaba dirigida a mí sino a mi interior. Él luchaba con la forma
en que me deseaba, luchaba contra cosas grandes y poderosas que se
elevaban en su interior cuando nos tocábamos y dolía que no cedería a
ello. No estaba segura que siquiera supiera que ellos estaban allí, pero podía
verlos brillando fuera de él y oírlos llamarme más y más fuerte tan fuerte que
Titus trataba de callarlos. El policía tenía más cosas que su deber de servir y
proteger, y yo quería cavar en todo eso.
de él. Esto debería haber sido ridículo. Las palabras eran trilladas y obvias y
ellas las entregó en nada más que una brillante tanga y un par de tacones
Página
Le dije que retrocediera. Le dije que Titus era un hombre adulto y podía
tomar sus propias decisiones sobre con quién quería pasar el tiempo. Los ojos
de Key se habían estrechado especulativamente y cruzó sus brazos sobre
sus pechos desnudos. Ella debería haberse visto ridícula y vulgar... no lo
hacía. Lucía feroz y protectora, como una guerrera amazónica, y eso
acababa de hacer que mis pelos de punta se elevaran aún más. Yo estaba
preocupada por Titus tanto como ella lo estaba. Demonios, estaba tonta-
mente y sin esperanza encaprichada con el chico, tenía un enamoramiento
a primera vista que iba creciendo en algo mucho más grande mientras
aprendía lo que había detrás de su impulso de proteger al bueno e ino-
cente. Nadie tenía una mayor participación en como esta farsa jugaba con
el que yo.
Ella continúo diciéndome que sabía que algo estaba pasando, que no
había manera en que el guapo detective quisiera de buena gana molestar
a su hermano por pasar el rato conmigo, que él tampoco sería tan servicial
y afectuoso porque no era de ese modo con nadie. Esto era de la presun-
ción que de alguna manera ella conocía a Titus mejor que yo, que ella tenía
íntimo conocimiento de cómo operaba, eso me envió sobre el borde. Sin
pensar, la empujé por el centro de su desnudo pecho y le dije que obvia-
mente él era ese tipo de sentimental, cuando sus manos estaban en alguien
que realmente quería. Sus ojos se habían vuelto predadores, y antes de que
pudiera detenerme, reaccioné, abalanzándome sobre ella, llevándola al
suelo antes de que tuviera una oportunidad. La primera regla en The Point
era nunca mostrar ninguna clase de debilidad, así que ataqué antes de ser
atacada. Era una simple lógica de la calle.
dolía, pero también lo hacían todas sus acusaciones, que fueron el por qué
me lancé hacia Titus tan pronto como las puertas del baño se cerraron
detrás de él.
Lo que recibí del serio y profundo Titus King fue completamente ines-
perado. En vez de la distancia, fui colocada con tanta fuerza en el lavabo
que el borde del tocador golpeó mis muslos. En vez de un espacio en
blanco, tenía a un hombre devolviendo mi beso tan ferozmente como yo se
lo estaba dando. Conseguí un muslo duro como una roca presionando entre
mis propias piernas que fueron forzadas a separarse, y una erección
imposible de ignorar incluso entre las capas de ropa presionadas contra mis
partes sensibles que de repente se encontraba adoloridas y húmedas.
la calidez limpia que de alguna simple manera era Titus. Él sabía cómo se
veía, fuerte, seguro y potente. Él sabía a justicia y honor. Redención y
Página
arrepentimiento. Él sabía a bondad, y no había manera de que yo tuviera
suficiente de eso.
Mis dedos agarraron los pantalones que lo mantenía lejos de mí, tiré la
cabeza hacia atrás con una repentina sacudida mientras su boca dejaba
la mía, aterrizando con precisión en el pezón que estuvo torturando con su
rudo toque. Fuego pasó rápidamente a lo largo de cada punta de mis
nervios, y algo más de pasión comenzó a zumbar en mis oídos.
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—Tú cuidas a todos, siempre. Tal vez yo quiera cuidar de tú. —Levanté
una ceja, deslizando mi lengua a través de mi labio inferior—. Esto está
sucediendo Titus. Pelea todo lo que quieras, pero puedes verlo venir desde
kilómetros y kilómetros de distancia.
100
Bajé su cremallera el resto del camino, excitada por mi victoria, por más
de una razón. Él no me lo estaba dando para siempre, me lo estaba dando
por ahora, y eso era suficientemente bueno. Me reí un poco mientras tiraba
de su polla fuera de los confines de su ropa interior. Él era impresionante en
todas partes. No estaba sorprendida. Él era lo mejor de lo mejor, así que por
supuesto que su polla tenía que caer en esa categoría también. Se sacudió
en mi mano mientras frotaba mi pulgar en la punta donde la evidencia de
que a pesar de cualquier resistencia que su mente podía tener, su cuerpo y
el salvaje en su interior, estabas sueltos, escapando y llamándome.
Él gruñó en respuesta mientras caía sobre mis rodillas frente a él. No era
mi posición favorita ante ningún hombre, el olor de debilidad y sumisión,
pero aquí se sentía como poder, como tomando lo que era mío. No me
importó lo apropiado del tiempo o la ubicación. Todo eso se desvaneció
junto a la forma que ardía en mi boca mientras chupaba y jugaba con él.
Sus ojos habían ido a la deriva y todo lo que yo podía ver mientras él me
observaba era un torbellino plateado. Él todavía estaba peleando, se
negaba a moverse conmigo, se negaba a tocarme... al menos lo hizo hasta
que la bestia despertó mientras yo giraba mi lengua alrededor de su
adolorida punta. Estaba añadiendo mis manos a la mezcla haciendo girar
mi puño en la base de su erección, cuando de repente sus manos estaban
en mi cabello y moviéndose hacia mí.
como podía soportar. Sentí al músculo que estaba agarrando flexionarse tan
fuerte que se sentía como roca bajo mi toque, entonces juró ante mi otra
vez y se vino en todas partes en una punta de deseo y algunas malas
palabras.
—No deberías ser tú la que me hiciera sentir bien, Reeve. —Ahí estaba.
La dura realidad de las cosas entre nosotros. Él en un extremo que divide la
línea y yo en el otro.
—Pero lo soy, y tú solo vas a tener que aprender a lidiar con eso. —Pasé
a su lado regresando al club de desnudistas, esperando que no viera la
forma en que mis piernas temblaban. Acomodé mi cabello y metí las manos
en el bolsillo asumiendo que él nos guiaría hacia la puerta. Definitivamente
habíamos causado una impresión esta noche y si Conner tenía ojos en el
club, no había forma de que se perdiera la manera en que salimos del baño,
desaliñados y excitados. Misión cumplida, incluso si mi corazón y mi ego
habían tomado una palpitación igual con las últimas duras palabras de Titus.
102
—¿Por qué crees que los uso todo el tiempo? —Sacó su pierna y noté
que los tacones eran realmente altos y puntiagudos, incluso estaba vestida
con jeans y una camiseta. Inclinó su cabeza a donde los hombres parecían
absortos en la erótica escena del escenario. Quería patear a Titus—. Vas a
tener que pelear con alguien más que conmigo por él. Vas a tener que
pelear con Bax, la ciudad... demonios, incluso vas a tener que tirarlo abajo
a él, si lo quieres.
—He estado peleando cada día de mi vida. Algunas veces pienso que
todo lo que me queda es pelear. —Si algo merecía la pena la lucha, sería
cada minuto que tuve con Titus antes de que las cosas, inevitablemente
103
Ella me dio una sonrisa real, no la sonrisa que le daba a los hombres por
Página
dinero o para conseguir que la gente pensara que ella solo era una stripper
tonta. La hacía lucir como una persona completamente diferente. Ella fue
de una diosa del sexo a una mujer normal, una que solo resultó ser increíble-
mente hermosa.
—Oye, no puedes irte a ningún lado. Este lugar te necesita. —Me refería
a la ciudad, no al sórdido club de desnudistas y esperaba que ella lo
supiera—. Me entiendes, Keelyn. —Sus ojos se cerraron y presioné más fuerte
en la herida.
dedos.
—¿Key? —Sin respuesta, así que presioné aún más fuerte y grité—:
Página
¡Honor!
Sus ojos se abrieron y me espetó:
—No me llames así.
Reí un poco y luego fui empujada a un lado por manos fuertes. Miré a
Nassir mientras se arrodillaba junto a nosotras. Sin una palabra se sacó la
costosa chaqueta y la tiró al suelo. Inmediatamente quedó pisoteada por
los pies que huían.
—No puedes morir. —Su voz era dura mientras tiraba de su camisa y la
convertía en un improvisado vendaje mientras presionaba en la desagra-
dable herida. Esta situación era terrible, pero aun así me tomé un segundo
para mirar el devastador paisaje, él reveló una piel bronceada. Nassir no
tenía la constitución de una montaña como Titus, pero seguro era hermoso
y no había tenido idea de que el enigmático dueño del club tenía un
enorme tatuaje que cubría toda su espalda. De hombro a hombro y todo el
camino de su columna, incluso en la parte superior de sus pantalones a la
medida, tinta marcaba su piel. No podía entender de qué trataba la escena
y no era el momento adecuado para mirar de cerca.
—Es mi trabajo, hombre. Yo soy el que debió haberlo visto. —Sus oscuros
ojos giraron a donde Nassir estaba apoyándose sobre Keelyn—. Mejor
consigue ayuda para ella rápido. Si esa chica muere, él perderá su siempre
amorosa mente.
Titus giró sobre sus pies para alcanzar una silla y patearla. Empujó al gran
bravucón.
una inocente chica universitaria. Él sabe cómo elegir a sus objetivos. Tal vez
se suponía que ella tenía que intentar destruir Spanky´s de adentro hacia
afuera y escuchó que nosotros estaríamos aquí esta noche, así que subió el
juego. Ella estaba mirándote a ti, Titus. Ese primer disparo estaba dirigido a
ti.
Estaba segura de eso y estaba segura que Conner tenía una mano
metida en esto, podía ver por la expresión en la cara de Titus que estaba de
acuerdo. Luego las puertas del club estallaron abriéndose y los paramédicos
entraron apresuradamente con camillas. Keelyn y Chuck no fueron los
únicos heridos en la balacera y todos estaban mirando a Nassir como si fuera
una bomba que estaba a punto de explotar.
Siempre había más sangre, siempre más violencia y más alboroto y odié
sentir que mí decisión de regresar había incrementado el volumen y la
frecuencia en ambas cosas.
Era bueno estar en casa. Suspiro...
107
Página
TITUS
H
abían pasado un par de días desde el tiroteo en Spanky’s, y una
vez más estaba enterrado en trabajo y evitando a Reeve como
si tuviera la peste.
Parecía que la teoría de Reeve de que Roark había hundido las garras
en la chica podría tener algún mérito. Las personas hacían locuras en
nombre del amor. Simplemente no tenía en mí decirle que tenía razón. Si mi
cabeza no hubiera estado dando vueltas, si todo en mi interior no hubiera
estado tirando ferozmente del cinturón para llegar a ella, para entrar en ella,
para tenerla sin importar lo que el sentido común dijera, habría notado que
el arma era real. Estuve observando a la chica quitarse la ropa desapasiona-
damente. Ninguna chica desnuda se iba a comparar a la que casi había
108
follado en el tocador del baño de Spanky’s y ese era un hecho estricto. Pero
hubo algo de la stripper que me molestó bastante. Solo no podía identifi-
Página
carlo, porque mi cabeza todavía seguía tronando con lujuria y mis nervios
seguían tintineando con deseo.
Debería haber divisado la pequeña calibre 22 desde un kilómetro de
distancia, pero todo lo que podía ver era a Reeve de rodillas enfrente de mí
con todo ese cabello negro suyo enredado en mis manos mientras ella me
ponía al revés con un creativo giro de su lengua y el perfecto roce de sus
dientes. Sabía cómo trabajarme y cuidar tan bien de mí al mismo tiempo.
Estaba intentando mantenerla con vida, intentando mantenerme a mí
mismo con vida, y quizás, solo quizás, sacarnos a ambos de esta situación sin
corazones rotos.
—Sub alguacil Otis Packard. Oí por un pajarito que tienes a uno de mis
testigos en custodia protectora sin intención de devolvérnosla.
Solté un bufido.
—La situación es mucho más complicada que eso.
Él asintió y estrechó los ojos.
—Así parece.
—Estás buscando en Roark al resto de los asesinos, ¿verdad?
Página
Nadie quería involucrarse con The Point. Éramos una causa perdida
aquí en la alcantarilla. Todas las campanas de advertencia que habían es-
tado tintineando que las motivaciones de Roark eran más complicadas que
mostrarle a Race y a Nassir que no apreciaba que se hicieran cargo de los
negocios de Novak comenzaron a sonar alto y claro en mis oídos.
—¿No tienes que ser un ciudadano americano para estar con los
alguaciles? Roark es irlandés.
—Su mamá es irlandesa. Conner tiene doble nacionalidad.
¿Novak lo amenazó?
El anciano sacudió la cabeza.
—No lo sé. Tenemos que encontrar a Conner para preguntarle eso.
—Quemó el Pit. Le dio una paliza a una de las chicas trabajadoras que
han estado alrededor de estas partes desde hace mucho tiempo. Además
del asesinato, se está vengando de la gente de The Point golpeándolos
donde más les duele. Reeve descubrió que estaba involucrado con el
asesinato de Hartman, y huyó.
—¿Por qué corrió hacia ti? La evidencia parecía apuntar hacia ella y a
Conner siendo muy amistosos. Solo una regla más que el bastardo rompió.
Suspiré.
—No lo sé. Ella confía en mí. Sabe que no soy un policía corrupto y que
todo lo que quiero es detenerlo antes de que alguien salga herido. Mató a
una chica solo para dejarle un mensaje a Reeve y tuvo a otra disparando
en un club de desnudistas anoche. Este tipo está trayendo efectivamente a
The Point de rodillas y lo está haciendo sin ser visto. Es como una bocanada
de humo y es igual de toxico.
—Es bueno. —Respeto a regañadientes coloreó la voz del viejo.
—La diste por muerta, y ahora ¿la dejarás en prisión si no está dispuesta
a arriesgar su cuello por ti? A la mierda con eso.
—Ella rompió la ley.
113
—Lo es. Mientras sea útil. Haz que sea útil, detective. Lo que estoy
asumiendo, que es lo que has estado haciendo; haz alarde de ella,
presúmela. Haz que Conner muestre su jugada. Ahí afuera, no estarás más
solo. Pondremos ojos en ti y en la chica, por si él hace un movimiento, tendrás
refuerzos. Aquí tienes mi tarjeta. Quiero estar informado de cualquier pro-
greso el caso de Roark. Si fuera veinte años más joven y no estuviera
dirigiendo un escritorio más de lo que me importa admitir, podría manejar el
trabajo de campo yo mismo. Me recuerdas mucho a mí, King. Sé qué harás
lo que se necesita hacer para cuidar el negocio. Como dije, nosotros
queremos lo mismo.
—No es chantaje, ya estas saliendo con ella por ahí como un cebo. Tú
sabes que Roark va a ir por ella como un hambriento tiburón reaccionando
a la sangre en el agua. Yo solo te da un amistoso recordatorio de
exactamente lo que está en juego, las emociones no deberían interferir con
lo que hay que hacer.
Lo observé girar su camino a través del caos que era la comisaría y sentí
mis manos apretarse fuertemente en los costados. No necesitaba suerte.
Página
Él siguió hablando sobre sus varias giras del deber. Me regaló sus
historias de guerra y heroísmo. Escuché pacientemente porque mientras él
seguía hablando, yo podía guiarlo a donde yo quería que fuera.
Roark tenía que ser hijo de Novak, y por supuesto el cerebro criminal no
había tenido nada que ver con el hecho de que fuera lo suficientemente
mayor para ser útil. Cuando Roark se unió a Patrulla Fronteriza, Novak se
abalanzó y puso sus manos sobre su ya contaminada descendencia. Él
había hecho lo mismo con Bax, ignorando a mi hermano hasta que sus
habilidades para robar autos probaron ser útiles. Todo hizo clic en su lugar e
hizo a mi corazón comenzar a palpitar.
—Eso escuché. Nassir estaba más que feliz de contarme todo sobre el
tiroteo en el club y el hecho de que desapareciste con esa perra en la parte
trasera por un periodo de tiempo sin especificar. Sé que tú la pusiste en el
condominio de Race, pero no sabía que estabas durmiendo con el
enemigo.
Le gruñí muestras cruzaba el estacionamiento.
hacer cosas que no nos gustan y con las que no estamos de acuerdo porque
el final del juego es más grande que nosotros. ¿Me entiendes?
Página
Lo escuché exhalar otra vez y luego una inundación de palabras
realmente desagradables golpeó mis oídos.
—Estaré en la cafetería en diez. Ordéname una hamburguesa.
cascarón vacío de hombre. Solo había una hermosa mujer con los ojos de
color azul oscuro que tenían poniendo mi vida y mi polla dura dentro de ellos
y las cosas increíbles que estaba haciéndome. No debería desearla, pero lo
Página
hacía, y el nivel que quería estaba creciendo cada vez para convertirse
realmente en algo más grande que yo y cualquier reserva que podría haber
tenido.
—¿Qué?
—No lo sé. Un camión de la basura salió volando por la calle. No es día
de recogida de basura en esta parte de la ciudad y parecía que tenía prisa.
en su vida.
que se preocupaba por él, así que tenía que cuidar de sí mismo.
Movería el camión de la basura con mis propias manos si tuviera que
hacerlo.
Dovie iba a ponerse como loca. Con razón. Con todas las cosas
peligrosas y sucias con las que Bax se mezclaba, esto se trataba de un
accidente de auto que iba a tenerlo luchando por su vida. Era tan injusto
que me estuviera ahogando en ello y no pudiera verlo. Estaba enojado
mientras los paramédicos lo ajustaban y comenzaban a rodar hacia la
ambulancia. Nunca había visto a mi hermano parecer tan frágil o tan
impotente. Eso incluía cuando era solo un niño y tuve que explicarle que me
122
—No. Tengo que llamar a su novia y tengo que ver si alguien tiene
alguna información sobre dónde ha ido el conductor del camión de la
basura. Voy a estar justo detrás de ustedes.
—Solo vayan. —Apreté las palabras entre los dientes y di un paso atrás.
Saqué mi teléfono de mi bolsillo y tomé una respiración profunda antes de
marcar el número de Dovie. Respondió en su manera generalmente alegre
y, literalmente, escuché romperse su corazón cuando le dije lo que estaba
pasando. En la manera típica de Dovie, ella no chillaba o gritaba; solo
comenzó a respirar con dificultad y me hizo un millón de preguntas. Podía
123
oír su llanto, así que le dije que iba a reunirme con ella en el hospital y colgué
y llamé a Race. Le dije que fuera a buscarla. Tenía que estar preparada para
lo peor y no había manera de que la quisiera conduciendo por sí misma.
Página
Cuando bajé el teléfono, uno de los chicos de la patrulla con los que
había estado hablando antes del accidente, apareció a mi lado.
124
Página
REEVE
N
o había visto a Titus en días. Quería ir al hospital pero Booker no
me dejaría dejar el condominio, y parte mí sabía que incluso
aunque quería estar desesperadamente ahí para él, no me
necesitaba allí. Bax estaba en mala forma. No había despertado aún, y
había sido llevado a cirugía de emergencia en dos ocasiones desde que lo
metieron a la sala de emergencia. Casi no lo logró en la segunda, y de lo
que escuché nadie estaba seguro de cuándo despertaría… o si él lo haría.
También tenía un tobillo destrozado, una muñeca rota, costillas fracturadas
en ambos lados, un hombro dislocado y la mandíbula rota. Los doctores de
sala de emergencias habían luchado para abrirlo y operar su hígado per-
forado antes de que él sangrara hasta morir. Así que incluso cuando desper-
tara no estaría fuera de peligro, pero considerando que consiguió ser atro-
pellado por un camión de veinte toneladas y todavía estaba respirando, to-
dos estaban contando eso como una ganancia.
pero imaginé que no era mi decisión y lecciones como esas tenían que ser
aprendidas de la forma difícil. Todo lo importante lo requería.
Página
Era viernes en la noche, y yo había enviado otro texto todavía sin
respuesta a Titus, preguntándole si estaba bien y si necesitaba algo. No
estuve sorprendida cuando el silencio fue lo que me saludó pero estaba
dolida. Todavía no había imaginado como resolver eso. Estaba haciendo
queso a la parilla para alimentar a Booker y Karsen, ya que al parecer todos
íbamos a estar atascados juntos por otra noche, cuando decidí que había
pasado el tiempo suficiente para que pudiera pedirle al guapo, y oscuro,
hombre el favor por el que yo había estado trabajando ya que él se había
comprometido a vigilarme. Miré a Karsen, quien estaba observando algún
tonto reality show en la pantalla plana y de espaldas a nosotros. La última
cosa que necesitaba era que me escuchara por casualidad y me delatara
con Race. No que el dorado Adonis me pararía, pero no necesitaba que él
tuviera algo más sobre mi cabeza. Ya tenía demasiadas cartas en su difícil
juego, el que estaba jugando entre Conner y yo.
—¿Puedo pedirte que hagas algo por mí, Noah?
—Necesito un arma. Conner nos ha mostrado que está listo para hacer
cosas sangrientas, y no estoy segura de cuánto tiempo más Titus pueda
seguir con esta actuación que estamos tratando de representar. Él apenas
está sosteniéndolo como está, y ahora con lo que le pasó a Bax —sacudí mi
cabeza y lo miré sobre mi hombro—, necesito ser capaz de protegerme a
mí misma.
Él resopló y tomó asiento mientras yo sacaba los platos para poner los
sándwiches y un puñado de papas.
—Tú podrás ser su enemigo, pero nunca me has hecho nada malo y yo
entiendo de dónde vienes. Apuesto a que el policía tiene una idea más
clara de cuan poderosa y motivadora puede ser la venganza, después de
ver a su hermano yacer inmóvil en la cama de ese hospital durante la última
semana. Ningún hombre puede conocer el camino de la venganza y repre-
salias hasta que ha tenido que caminarlo por sí mismo.
Mordí mi labio y coloqué el plato enfrente de él.
—¿Así que puedes echarme una mano? —Él era mi opción más segura.
Tenía que estar lista para Conner, y si Booker me decía que no, iba a tener
que arriesgarme a salir a las calles para tratar de encontrar un vendedor por
mi cuenta. Ese era el último recurso, pero haría lo que tuviera que hacer para
poner fin a esto.
—Te llamo Noah porque has sido agradable conmigo. Te has mante-
nido haciéndome compañía, e incluso aunque se supone que estás prote-
127
visto eso porque soy más de lo que ellos piensan que soy, también. Así que
eres más que solo Booker para mí y para ella. —Apunté sobre su ancho
hombro a dónde la adolescente estaba obviamente malhumorada, y
lográndolo de lejos más elegante y glamorosamente de lo que yo alguna
vez sería capaz—. Sabes que esa chica está en medio de un encapricha-
miento importante por ti, ¿verdad? Su corazón está en sus ojos cuando te
mira.
—Le he dicho a Race que le ponga una cadena. Le he dicho que ella
va a meterse en problemas mirando a los hombres de esa manera. Es
demasiado linda y suave para tener eso en su vida si va a ser parte de The
Point. También podría aprender eso ahora.
—Tenemos algo y está bien, pero ese algo a menudo es mucho trabajo
y no siempre divertido, así que es bueno todavía tener un enamoramiento
por la persona por la que te preocupas.
Observé sus ojos dispararse al costado y luego de regreso a mí.
—Oh. Ya veo.
Apuesto a que ella lo hacía. Esta chica era inteligente más allá de sus
años e iba a ser incontrolable cuando fuera mayor de edad. Tenía la
sensación de que las miradas anhelantes, y la vigilancia furtiva iban a
convertirse en algo que a Booker le iba a ser difícil mantener a raya, una vez
129
que ella fuera lo suficientemente mayor para tomar sus propias decisiones.
un policía, uno de los tipos buenos y eso, pero siempre es tan rudo y de algún
modo malo. Él me asusta un poquito.
De las bocas de los niños. Compartí una mirada con Booker y tuve que
contener una sonrisa. Aquí estaba esta niñita encaprichada con un hombre
que había tenido un tiempo difícil, que le pagaban por romper cuellos y
golpear caras para el novio de su hermana, y ella pensaba que Titus era
malo y escalofriante.
El ánimo era sombrío entre nosotros tres, así que me puse a limpiar la
cocina y Booker le dijo a Karsen que la acompañaría escaleras abajo de
regreso a su apartamento. Mientras ella estaba recogiendo sus cosas y por
encima del ruido del lavaplatos, esos turbulentos ojos azul grisáceo suyos se
posicionaron sobre mí y me dijo en voz baja:
profundo que parecía que iba a ser una parte permanente de su cara de
aquí en adelante. Su cabello estaba parado y esa mancha blanca que
decoraba su sien parecía que se había duplicado en tamaño. Él tenía un
Página
vendaje Ace envuelto alrededor de una mano y algo de gasa blanca sujeta
en la otra. Parecía un luchador de peso pesado que había pasado por
nueve rounds y ningún ganador había sido declarado.
—¿Está despierto Shane? No estaba esperando que regresaras pronto.
Él se acercó más, sus ojos pasando sobre mí como un toque físico. Este
no era el calmado y recogido policía que mantenía las calles seguras. Este
era el hombre salvaje que hacia un trato con una mujer en la que no
confiaba, y luego la dejaba poner sus manos y boca sobre él porque no
podía resistir la atracción. Este era la bestia que quería, necesitaba y anhe-
laba ser alimentada. Estaba prácticamente vibrando con las emociones
que estaban en guerra en su ardiente mirada. Rabia, lujuria, miedo, pena,
pesar, culpa, remordimiento… todas ellas compitiendo por la primera
posición mientras él me observaba y merodeaba más y más cerca.
—Traté de sacar a Bax del desastre y las corté con el marco del auto y
los vidrios rotos.
Página
Oh Dios mío, él era increíble e intrépido. ¿Cómo podía un hombre
preocuparse tanto por todos los demás y no ver el daño que esto estaba
haciéndole? Él no podía ser responsable por el mundo entero. Eso lo mataría.
—Titus… —Mi voz quedó atrapada en la emoción que brotaba.
frenesí y podía sentir como sus labios y manos corrían caóticamente a través
de mi piel. Esto era todo acerca de desear y tenía muy poco que ver con
necesitar, al menos de su parte, pero yo era lo suficientemente avariciosa,
lo bastante necesitada de este hombre para dejarlo tomar… por ahora.
El botón en mis jeans probó ser muy poco disuasorio cuando sin
advertencia, su mano y sus muy ágiles dedos estaban todos sobre mí e
infaliblemente encontrando todos los lugares que le darían la bienvenida,
incluso si mi sentido común estaba gritándome que debería poner un alto a
esto justo ahora. El vendaje a través de su palma era áspero sobre la
delicada piel, y el roce de la punta de sus dedos incluso más, mientras ellos
se hundían dentro de mí. Gemí en respuesta y todo mi cuerpo saltó contra
el suyo donde él me tenía sujeta. Apartó su boca de la mía y ambos
tomamos una respiración muy necesitada. Sus ojos quemaban y todo lo que
yo podía hacer era arder y moverme con él, mientras empezaba a
acariciarme con firmes y constantes movimientos. Nada sobre la forma en
que me tocaba se sentía reverente. Era frenética y salvaje. La urgencia lo
hacía todo más excitante y caliente.
—Eres tan hermosa. Te sientes aún mejor de lo que luces. ¿Sabes? —No
había mucho espacio ahí abajo ya que todavía tenía mis jeans puestos y sus
manos eran grandes, pero sus palabras me hicieron apretarme a su
alrededor y moverme aún más duro en sus dedos. El placer apretaba tan
fuerte y tan lleno que parecía que no encajaba dentro de mi cuerpo. Tenía
que salir de allí.
—Titus. —Su nombre era un ruego para que me diera más o me diera
menos. Necesitaba una u otra si iba a lograr salir de esta con vida.
camiseta puesta pero la fricción del algodón contra los doloridos picos era
suficiente para hacerme jadear su nombre otra vez. Me sonrió y no fue muy
agradable. Sus ojos eran lo suficientemente calientes para dejar marcas de
Página
—¿Qué? —En serio estaba atontada por la vista de él. Era hermoso. Era
un guerrero. Era un hombre hecho para luchar, para ganar. Era grande y
duro. Estaba cortado y definido. Era poderoso y masivo de una manera que
me hacía sentir increíblemente delicada y femenina. Era todo lo que un
hombre debe ser y algo más y nunca habría nadie que alguna vez se le
136
»De prisa. —Sonaba como si estuviera a punto, así que agarré el pesado
eje y rodé el látex hacia abajo. Se estremeció ante mi toque y el poder de
eso fue tan embriagador que me incliné hacia adelante y sellé mi boca
sobre la suya. Él respondió envolviendo una de sus manos vendadas
alrededor de mi pecho y apretando con fuerza.
Puso una mano debajo de mi trasero e inclinó mis caderas más hacia
él. Acarició la curva de mi cuello con su rostro por lo que cada gruñido, cada
jadeo, toda maldición susurrada flotaba en mi oído como una promesa.
Puso su otro brazo en el cristal sobre mi cabeza para hacer palanca y luego
procedió a follarme hasta el olvido.
Solo tomó unos minutos más para que él llegara a su propia conclusión,
y cuando lo hizo, de nuevo me dejó tonta. Sus músculos bloqueados, sus ojos
quemando todo lo que tocaban, y la apariencia de relajación que final-
mente salpicó sus duros rasgos fue como un milagro. Quería que luciera así
por mí todo el tiempo.
sobre nosotros en absoluto. Me dijo que tenía que tomar una ducha, pero
realmente no podía oírle sobre el sonido de mi corazón una vez más
Página
—¿A dónde crees que vas? —Mi voz sonó débil y pesada para mis
propios oídos.
Ella se movió un poco debajo de mí hasta que apreté mis brazos con
más fuerza a su alrededor y puse una mano sobre su plano estómago para
evitar que se moviera. Me aseguré que cada centímetro suyo estuviese
firmemente pegado contra cada parte de mi cuerpo desnudo. Eso se sentía
como un sueño de la vida real.
—No. No lo haré. Todo parece mejor contigo a mi lado. Solo dame una
hora, Reeve ¿Por favor? —Inhalé y supe que no habría ninguna discusión
más tan pronto exhalé. Parecía que siempre le estaba pidiendo que me
diese cosas, lo que estaba muy en contra de mi carácter. Nunca tomaba
nada para mí mismo, al menos no lo hacía hasta que ella volvió a la ciudad.
Jurando para mí mismo, me puse una mano sobre los ojos, intentando
no pensar en cada cosa que había hecho mal con Reeve que me estaba
preocupando. Todo empezó cuando se la entregué a Roark en un principio.
No debí dejar que una placa me llevara automáticamente a pensar que
era uno de los buenos. Lo sabía muy bien. Fueron policías corruptos los que
me arrastraron ensangrentado hacia Novak. Policías que habían estado en
la nómina de los jefes del crimen incluso antes de que me hiciera detective.
Los chicos buenos se estaban volviendo cada vez más difíciles de encontrar
143
y aun así había estado tan cegado a repulsar sus acciones, tan ultrajado
porque una chica bonita hubiese hecho tales cosas feas e ilegales, que la
había querido fuera de mi vista y fuera de mi mente. Pensé que con ella a
Página
Miré hacia abajo, hacia mí y tuve que reírme. Aún estaba encima de
las sabanas y todavía estaba desnudo. Todo lo que necesitaba era que ella
estuviese en la misma habitación para que mi polla se retorciera con interés.
Podía jurar que algo que se parecía a la culpabilidad danzó sobre sus
ojos oscuros, pero su atención estaba en lo que pasaba en la parte baja de
mi vientre y su expresión cambió a algo más.
estaba acostumbrado a que alguien hiciese nada por mí y cada vez que
me giraba ella estaba haciendo algo importante o amable como eso.
»Gracias.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado y cerró los ojos solo durante una
fracción.
145
—No lo creo. Te he dado tus horas, Titus. No creo que esté de humor
para darte nada más ahora mismo. Sé que quieres que Roark haga su
movimiento. Sé que estás furioso porque casi mata a Bax, pero nadie gana
Página
—Tú no eres un peón. Pero soy un idiota. Mira, cuando pasé esa puerta,
tenía tantas cosas en mi cabeza… —Me detuve y respiré—. Apenas podía
soportar estar esperando si Bax lo iba a lograr. Y entonces abrió los ojos. Tuve
que explicarle a todo el mundo que me importa que el legado de Novak
aún siguiera jodiéndonos la vida. Tuve que decirle a Bax que aún tenía otro
medio hermano yendo por mí ahí fuera, y este lo quería muerto. —Sacudí la
cabeza lentamente hacia ella—. Todo eso tuvo que ir a algún lugar y ese
lugar eras tú. Te deseaba, Reeve. Vine aquí hacia ti, en vez de irme a casa
o al apartamento de la ciudad. Lo jodí, pero lo que pasó entre nosotros era
sobre tú y yo y no tenía nada que ver con él.
Ella estaba vacilando. Sus ojos me dijeron que quería dar esos pocos
pasos que nos separaban pero el modo en que su cuerpo estaba rígido y el
modo en que sus manos involuntariamente se enroscaron en pequeños y
feroces puños, me dijo que no estaba creyendo completamente mi afirma-
ción, que nuestro interludio previo había estado basado en lujuria y en
abrumadora pasión en lugar del orgullo de macho y amarga venganza. Eso
me hizo sentir como un completo idiota. Ahora que no estaba privado del
sueño y cuerdas apretadas con demasiadas emociones para nombrar,
sabía que en este momento la deseaba absolutamente más de lo que
deseaba venganza por lo que Roark le hizo a mi hermano.
Pregunté suavemente.
Dio otro paso más cerca y estiró su mano para que la punta de sus
dedos rozara los míos.
—El problema no es querer, Titus. Está todo lo que es más que eso.
—Ahora mismo, no puedo hacer más, Reeve, así que esto es todo lo
que tenemos. Es esto o nada. —La alcancé y la tiré más cerca con una
mano en su culo. Cuando estaba tan cerca cómo podía estar, comencé
trabajando mis manos por debajo de la parte posterior de su flojo suéter. No
parecía tener nada debajo del delgado material. No había sujetador
interponiéndose en mi camino mientras alisaba una palma sobre la delicada
piel de su columna, llevándome la tela conmigo.
Ella dejó ir mi cabeza y cepilló sus manos sobre mis hombros. Su toque
me hizo temblar y una vez que tuve su top fuera de ella, la estreché y la tiré
a la cama para que estuviera arriba de mí. Necesitaba tenerla tan desnuda
como yo lo estaba, así que la volteé así estuviera debajo y trabajé en sus
147
—Haré que esto valga la pena. Haré que esto sea suficiente hasta que
podamos hacer más. Esto importa, lo que sea que esto es, y por ahora, esto
es todo, ¿está bien?
—Está bien. Esto contigo es mucho más que más con alguien más de
todas maneras.
Ella iba a ser mi ruina. Iba a ser mi corrupción y mi vicio. Iba a ser mi
adicción y mi compulsión y todavía estaba por caer de cabeza dentro de
ella, sabiendo que el aterrizaje iba a ser brutal para los dos.
Brillante. Linda. Secreta. Prohibida. Elusiva. Misteriosa. Ella era todas las
cosas que guían a los hombres a romper las reglas que han seguido desde
el inicio de los tiempos y estaba acostada ante mí como un banquete digno
de los dioses. Esto supuestamente era sobre dar, no recibir, pero cuando me
miró con esos ojos azul media noche sobre su pesado pecho, no había
manera de negar que estaba recibiendo tanto como lo que estaba dando.
La igualdad de ello, lo justo de ello se situó a mí alrededor de una manera
que era sorpresivamente cómoda. Era como si esto fuera exactamente
como debería ser entre dos personas y nunca había experimentado algo
así.
perfecta, tan perfecta. Sus ojos estaban casi negros con una pasión casi
como una droga y podía verla tambalearse en la puerta de su orgasmo. Tan
Página
—¡Titus, muévete! —No fue un suspiro o nada dulce, era una orden, y
era lo más jodidamente caliente que jamás haya habido.
Página
Ella se arqueó contra mí, tomando medidas drásticas, se movió contra
los afilados bordes de mis dientes. Sus uñas arañaron mi espalda y la
quemadura de ello fue lo suficiente para que las riendas se deslizaran. Gemí
e hice lo que ella me ordenó. Me moví.
Era sudoroso. Era agresivo. Era ruidoso y casi brutal en el modo en que
nuestras manos se agarraban, la manera en que nuestros cuerpos luchaban
para estar más cerca y tomar más. Era sencillamente la mejor experiencia
sexual que jamás haya tenido en mi vida.
Olvidé que mi cara estaba cubierta con barba de tres días y rasgó su
suave piel mientras yo comía su cuello y su boca una y otra vez. Puse una
mano entre nosotros y capturé uno de sus pezones entre mi pulgar y dedo
índice y pellizqué hasta que gritó de placer y se convirtió en dolor. Me habría
disculpado, pero sentí la forma que a ella le gustó mientras el placer recubría
la superficie de mi polla mientras se movía dentro y fuera de ella en una
fiebre de paz. Era tan bueno. Todo sobre ella, todo sobre hacer esto con
ella, era tan increíblemente bueno que iba a darme vuelta de adentro
hacia afuera. Lo sentí corriendo por mi columna. Lo sentí quemando en mis
bolas. Sentí cómo mi polla condujo más fuerte y más profundo con cada
empuje.
—Más. Quiero más.
Su voz se rompió y eso fue todo para mí. No podía darle el más que ella
quería, pero podía darle esto.
precipitó dentro de ella, y al igual que lo había hecho desde que ella vino
estrellándose de nuevo en mi vida, ella tomó todo sin una queja.
Página
Colapsé encima de ella, respirando pesado y cubierto en sudar y sexo.
Jadeé en su garganta mientras ella deslizaba sus manos de arriba a abajo
por mi espalda. Me sentí sin huesos. Me sentí sin peso. Sentí como si todo lo
que importaba en este momento fuéramos ella y yo, lo que es exactamente
el por qué no podía darle más. Ella ya tenía demasiado.
—Esto tiene que estar bastante bien, por ahora —dije las palabras, pero
podía escuchar que carecían de la fuerza que necesitaban para hacer mi
punto.
—Por ahora. Vamos a limpiarnos para que puedas ir a ver a tu hermano.
152
Página
REEVE
H
ubo un tangible cambio entre nosotros dos mientras acelerá-
bamos por la ciudad en su fantástico auto. Iba más allá del sexo.
Iba más allá de querer algo que no deberíamos. Había una
simple aceptación de que no era “él” o “yo”, era “nosotros”, ya sea para
bien o para mal. Estábamos finalmente juntos en esto sin importar lo que
estuviera por venir. Éramos un equipo.
tenía que ser mi libertad, entonces que así fuera. Era un precio que estaba
dispuesta a pagar una vez que todo regresara a su lugar.
Página
Una vez que llegamos al hospital pensé que solo iríamos por caminos
separados, ya que Bax todavía estaba en cuidados intensivos y Keelyn
estaba en otro piso en recuperación general, pero sorpresivamente Titus
quería que caminara con él a la habitación de su hermano. Estuve vacilante
porque sabía que Dovie y Race estaban por allí y no quería tener ninguna
confrontación fea. Es decir, antes de dormir con Titus estaba durmiendo con
Conner, y Conner era la razón por la cual Bax casi había muerto. Si la
situación fuera inversa yo tendría mucho que decir al respecto. Sin embargo,
mientras Titus tomaba mi mano en la suya y me jalaba junto a él mientras
nuestros zapatos rechinaban groseramente contra el suelo de linóleo, no
tenía las palabras correctas para objetar, por lo que solo lo seguí
silenciosamente.
La habitación de Bax fue fácil de localizar. Había dos policías armados
parados en cada lado de la puerta y una pelirroja despeinada caminando
de un lado a otro enfrente de ellos. Dovie se veía ojerosa y demacrada.
Tenía sombras moradas bajo cada ojo verde y su típico color cremoso
estaba manchado y rojo. Lucía como un desastre y agitado mientras nos
acercábamos. Su mirada voló a Titus y sin ninguna palabra él soltó mi mano
y la agarró en un abrazo rompe costillas. Inmediatamente los sollozos co-
menzaron a sacudir su pequeño cuerpo. Titus hizo sonidos tranquilizadores y
acarició de arriba hacia abajo su espalda con una de sus grandes manos.
Hizo que mi corazón se inflara solo un poco. Él siempre estaba allí para cuidar
de todos los demás, siempre. Tenía que hacer a la bestia a un lado y ser el
chico que arreglaba todo, tan seguido que no había duda de qu, cuando
su propio monstruo se liberaba, no tenía idea de qué hacer con él.
Titus maldijo y luego la apartó de él para poder poner sus manos sobre
154
sus hombros.
Una vez que el gran hombre estuvo fuera del pasillo, sus ojos aterrizaron
en mí. Tenía todo el derecho a odiarme. Tenía todo el derecho a no confiar
en mí. Pero Dovie, siendo Dovie, solo me miró con una expresión contempla-
tiva en su cara mientras daba un paso hacia mí.
—Necesitas ser buena para él, Reeve. No sé qué pasa entre ustedes
155
—Necesita a alguien que cuide de él. Todo el día, cada día, todo lo
que hace es entregares a todos los demás.
Ella alzó una ceja cobriza.
—¿Tú eres ese alguien? ¿Vas a cuidar de él? ¿No estabas follando al
tipo que mató a mi papá y trató de matar a mi hombre? ¿Cuidabas de él
también?
No estaba asustada de la verdad, por lo que le dije inexpresiva:
—Pensé que Conner era alguien más, y sí, me importaba el hombre que
pensaba que era.
Ella me bufó.
—¿Quién pensaste que era?
Suspiré. Admitir lo equivocada que había estado, lo fácil que había sido
arrastrada por una farsa, todavía era difícil para mí. Se suponía que tenía
más inteligencia de la calle que eso.
—Nadie es como Titus. Nadie es así de fuerte, así de seguro, así de duro.
Él es su propia ley y su propio ejército. A Bax nunca va a gustarle que estés
156
—Lo sé, pero estoy segura de que a Race no le gustaba que Shane
estuviera cerca y con el tiempo tuvo que aceptarlo. Shane no tiene que
confiar en mí mientras su hermano lo haga. Ahora mismo Titus y yo nos
necesitamos el uno al otro, por lo que no importa lo que alguien más piense
o sienta, somos un equipo.
—El doctor piensa que debería de quedarme un par de días más, pero
Página
—Dejar este lugar atrás. El escenario cambia, las personas son distintas,
pero todavía serás tú y eso significa que siempre tendrás una gran parte de
158
de nuevo.
Ella bufó y luego luchó para ponerse de pie, forzándome a apresurarme
y ayudarla mientras se paraba inestable.
—Porque solo tú puedes recibir un disparo, y aun así verte como una
diosa. No es justo.
Ella puso los ojos en blanco.
—Pagué mucho dinero para verme así de bien.
Apostaba que sí.
Ella se dejó caer contra la puerta del ascensor. Era evidente que estaba
sufriendo, más que por la herida de bala del pecho.
—Creo que lo veo muy claro, Key. Crees que puedes correr. Crees que
el espacio y el tiempo y quizás un hombre diferente lo sacaran de tu sistema
porque él no es quien tú debes querer. Piensas que quizás, solo quizás, pue-
des ser una persona diferente, dejar todo el lio y la mierda de aquí en The
Point, y ser alguien que has pensado que deberías ser. Crees que puedes
remplazarlo, perderlo, y te lo voy a decir por experiencia de primera mano,
no es así de fácil. Así como la ciudad está dentro de ti, él también lo está, y
tú siempre serás tú, así que esta parte de ti que está hambrienta por él, que
duele por él incluso aunque pienses que él es el final para ti, siempre estará
ahí.
—Gracias por echarme una mano, pero sigues siendo una perra.
Me encogí de hombros.
Página
—Prométeme algo. —Levanté una ceja hacia ella y esperé por lo que
iba a pedirme—. Si me ves aquí otra vez en los próximos seis meses,
prométeme que no dirás “te lo dije”. Eso realmente me enfadaría y podría
volver a pegarte otra vez.
—¿De verdad que no quiere que venga Dovie? —Eso era triste y estaba
mal de tantas maneras.
161
—Oh, él quiere que venga, pero no hasta que se deshaga del guardia
armado de la puerta y le meta un tiro a Roark. Bax piensa que una vez que
Página
Roark escuche que ha sobrevivido al accidente, vendrá por él. Quiere que
le consiga un arma.
—Oh no. ¿De verdad te pidió eso? Tendría que saber que dirías que no.
—Temblé ante la extraña manera por la cual el plan de Bax se hacía eco
del mío.
—Por supuesto que lo sabía. Era su forma poco sutil de decirme lo que
tenía bajo la manga, así no estaré sorprendido cuando todo se vaya al
infierno. ¿Y sabes que es lo me jode? Por supuesto le dije que se jodiera, pero
Race no lo hará. Si Bax le pide a Race que le ayude con esto, lo hará.
Maldición, todo el mundo al que quiero tiene deseos de morir.
—Le dije que tú y yo teníamos algo. Le dije que no iba a gustarle, pero
es lo que hay. Estaba sorprendentemente tranquilo por el tema, tan tranquilo
como si estuviese pensando en otra cosa. Él me dijo que intentara que no
me dispararan en la polla.
Tenté sus labios con los míos, y recorrí mi lengua por el borde de los
suyos, y la introduje cuando finalmente abrió la boca. Lamí la curva de su
labio inferior y me precipité dentro enrollando su lengua con la mía. Sabía a
café y un poco de pasta de dientes. Un sabor real y limpio. Sabia a todo por
lo que vale la pena luchar.
En la forma típica de ser de Titus él solo dejaba que las cosas fueran
suaves y dulces un segundo antes de tomar el control. Una de sus manos
encontró mi culo y me inclinó más hacia delante, bajando él más la cabeza
para poder devorarme. Cuando nos separamos finalmente, los dos está-
bamos jadeando y teníamos cosas sucias y sexuales flotando por nuestros
ojos. Pude ver mi propia expresión de anticipación brillando hacia mí en el
translucido plateado de sus ojos. Era una buena vista para mí. Se veía incluso
mejor en él.
Él se puso detrás del volante y me dio una mirada caliente por el rabillo
del ojo.
—¿Viste a Honor?
—Nassir mencionó que le dijo que se iba. No creo que fuera una
amenaza real. No creo que él la deje marchar. Tiene a muchas mujeres
arrastrándose por él, pero por alguna razón ella es la única a la que trata
como si fuera un ser humano. Normalmente trata a todos como si fueran una
molestia y una pérdida de su tiempo.
—No creo que él sepa que se ha ido hasta que sea demasiado tarde.
Ella sabe que no la dejara irse y que se dejaría convencer para quedarse.
Página
Necesita ver cómo es ahí fuera. Necesita ver que no todo es como The Point,
y eso no siempre es algo bueno.
—Es como es. Creo que es importante aprovechar lo que tienes. Antes
de que te des cuenta, todo se puede ir y entonces solo te queda el lamento.
realidad. ¿Por qué dejaste a Bax cuando eras más joven, Titus? ¿Era porque
querías más en vez de apreciar lo que ya tenías? ¿Con que te dejó eso? ¿El
lamento de que tú hermano se juntó con malas compañías? ¿El lamento de
que no estabas ahí para él? ¿Es por eso que estás tan obsesionado por el
abrumador deseo de proteger a cada inocente y humilde, porque no
pudiste hacerlo por la persona que más te importaba? No te estoy juzgando;
solo digo que no aceptar de dónde vienes y cómo eres no es bueno.
Eso era lo que había estado buscando cuando caí presa de Conner.
Alguien que viese todas las partes de mí, todas las cosas que me hacían lo
que era y que me amara de todas formas.
—Ves demasiado. —Estaba enfadado.
—Solo porque estoy observando.
165
Solo una idiota habría dicho que no a esos ojos de plata fundida, a esa
talentosa boca, a esas manos fuertes e impacientes, a ese cuerpo hecho
para castigar y dar placer, y yo era muchas cosas, la mayoría de ellas
desagradables, pero idiota no era una de ellas.
166
Página
TITUS
D
e dónde era, era algo sobre lo que no quería hablar con nadie,
nunca. No tenía nada qué ver con Reeve o el hecho de que
dejarla meterse en ese profundo hoyo negro iba a pegarme
incluso más sólidamente a ella. Podría ser un hombre con un propósito
ahora, pero antes solo era como cualquier otro chico corriendo por las
calles, y odiaba esos recuerdos. No me habían dado una salida; yo me hice
la mía, y la forma en la que lo hice todavía dejaba un sabor sucio en mi
boca todos esos años después. Tenía tanta mala sangre corriendo por mis
venas como Bax, incluso mucho más cuando lo veías bien. Era esa parte de
mí contra la que luchaba por mantener enterrada cada minuto de cada
día bajo el honor y el deber. Esa sangre manchada, ese pasado
desagradable, me seguían, me perseguían, lo cual era el por qué no tenía
ningún espacio para el gris de mi vida. La niebla del pasado estaba llena de
monstruos que sostenían mi alma, por lo que los mantenía en la oscuridad.
Usualmente estaban allí, hambrientos y furiosos, pero desde que Reeve
había traspasado mi fortaleza de protección estaban escalando a la
superficie y demandando atención.
merecía algo mejor de lo que le estaba dando. Dos semanas que se sintieron
como una eternidad mientras me ponía encima de ella y la dejaba hundirse
Página
Ver a Bax así de roto, observar a Nassir sobre Keelyn mientras la sangre
salía de su pecho… todo me pegó fuerte. Estaba acostumbrado a hacer
malabarismos con la ley y las personas que me importaban. Tuve a mi
hermano encerrado por cinco años, y estaba esperando a que Race hiciera
algo lo suficientemente estúpido para que fuera su turno de sentarse en una
celda. Pero el tipo de contienda abierta que Roark estaba lanzando a las
personas que amaba era completamente diferente, y odiaba saber que él
tenía ventaja. Cuando el tipo malo conocía todos los trucos del tipo bueno,
hacía el trabajo de atraparlo el doble de difícil que debería de ser.
los clientes que habían estado esperando para comprar cervezas también
fueron balaceados y estaban en camino al hospital. No era un escenario
Página
inusual en The Point, pero por alguna razón, cuando llegué a la escena y vi
que el chico que estaba esposado y sentado en la parte de atrás del auto
de la policía, no podía tener más de doce o trece, eso casi me hizo
voltearme, regresar a mi aburrido sedan, y no detenerme hasta que llegara
a la estación y entregara mi pistola y mi placa. Toda la violencia y el
desperdicio innecesario de vida parecía demasiado para seguir cada día
de mi vida.
hay padre. De acuerdo con el chico, se queda con un “tío” —El policía hizo
comillas en el aire—. Pero suena como que el tipo es un circo de fenómenos.
El chico dijo que estaba intentando robar el lugar para poder comprar un
Página
Así era, pero el chico nunca tuvo una oportunidad, y todo en lo que
podía pensar era como habría sido para Bax hacer algo tan estúpido
cuando estaba luchando para alimentarse y sobrevivir porque nadie más
estuvo allí para hacerse de cargo de él cuando tenía esa edad.
el chico malo y supusieron que podrían ser ellos. Todos teníamos experiencia
personal con las cosas que pasaban aquí, y no tenía que soltar historias
sobre mi propia madre alcohólica y mi padre asesino en masas, o el
Página
hermano ladrón de autos, para mostrar cuánta experiencia tenía en lo que
se refería a lo oscuro que The Point podía ser.
llamado a Brysen para recoger a su hermana una vez que los chicos fueron
liberados.
Página
—Pensé que era tiempo de hacerte saber que recuerdo muy bien el
papel que tuviste en la noche en la que mi padre fue asesinado. Te vi allí,
Detective.
cuando hicimos una redada al club. Golpeado e inútil. No hiciste nada para
detener a mi hermano de matar a nuestro padre. Él todavía tenía la pistola
Página
—¿Qué quieres decir con que has estado corrompiendo lo que más me
importa? ¿Estás hablando de Race y Bax? ¿Estás hablando de lastimar a mi
familia? —Mi cabeza estaba girando y entre más tiempo pasaba sin ver a
Karsen, estaba más seguro de que ella estaba adentro del edificio,
posiblemente con él, posiblemente sentada sobre una bomba lista para
explotar.
La acentuada voz se carcajeó e hizo que el vello de mi nuca se erizara.
Ella solo era una niña, una buena niña. Merecía algo mucho mejor que
ser arrastrada a los juegos letales de Roark. Apreté las manos en puños en
mis costados y miré al policía con el que había hablado cuando llegué a la
escena.
—Los estudiantes están con los profesores, pero no he visto a Karsen con
ellos. —No estaba listo para decirle que su hermana era actualmente un
peón en un muy peligroso juego y que no tenía idea de cómo ayudarla.
Booker alzó una ceja. Su apariencia era amenazadora con esa cicatriz
desfigurando su cara.
Brysen alzó las temblorosas manos hacia su boca y vi sus ojos salir en un
tamaño innatural.
—¿Piensas que está allí adentro con ella?
No quería pensar nada, pero si este era otro los bombardeos de Roark,
entonces todo era posible. Iba a abrir la boca para darle a la bonita mujer
joven mis típicos clichés cuando Booker me rodeó y dio rápidos pasos hacia
el frente de la escuela. Estiré una mano para agarrarlo y me sacó fuera de
balance cuando se detuvo de golpe. El tipo estaba fornido como una
montaña y no era seguido que alguien pudiera igualarme en el departa-
mento físico.
—¿A dónde crees que vas? Te dije que nadie entra hasta que ese
edificio esté asegurado. No podemos arriesgarnos.
—No soy policía y Roark dijo que mantuvieras a los policías fuera. Race
me paga para cuidar de esas chicas, eso es lo que voy a hacer.
—¿Qué pasa si ella está lastimada o algo peor? ¿Cómo puedo vivir con
eso? Es mi trabajo mantenerla a salvo. —La voz de Byrsen estaba débil, pero
175
de los chicos que no habían sido contaminados por la ciudad todavía era
mi trabajo.
Me golpeó como un montón de ladrillos. Tan pesado y tan duro que
casi me puso de rodillas. Roark había estado yendo tras lo que más me
importaba desde el inicio. Me importaban las personas que todavía tenían
una oportunidad de librarse de The Point. Luchaba por los inocentes o los
jóvenes, porque seguido sentía que nadie más iba a hacerlo. Cada persona
que Roark había lastimado, había retorcido, había infectado en su busca
de sacar su venganza había sido alguien que había jurado proteger y
mantener a salvo.
Comenzó con el chico cuyo cuello rompió y tiró afuera del Pit. Solo un
tonto apenas en sus veintes que le gustaba apostar, pero solo era un niño y
merecía un mejor final. Luego fue el club. Antes de que se quemara hasta
los cimientos, Nassir había sido sacado deliberadamente y todas las víctimas
solo fueron chicos buscando diversión y problemas. Perdieron sus vidas
haciendo lo que todos los chicos del país hacían cada día. Después fue la
chica en el puerto y la stripper armada en Spanky’s. Dos chicas demasiado
jóvenes para ser atrapadas en ese tipo de vida y demasiado jóvenes para
estar muertas. Dos chicas que debería de haber sido capaz de mantener a
salvo. Y por último estaba mi hermano. Claro, Bax estaba más allá de la
inocencia, lejos de tener un disparo en una vida buena y respetuosa de las
leyes, pero él todavía era mi única familia, mi sangre, e incluso si lo había
decepcionado en el pasado, era mi deber de corazón ahora mantenerlo a
salvo y mantenerlo fuera de problemas. Matar a Bax habría servido al doble
propósito de sacar su venganza del hombre que Roark pensaba como
responsable de la muerte de su padre y frotar sal en la herida que sufriría por
ser incapaz de protegerlo.
—Esfuérzate más.
No es de extrañar que Race hubiera saltado sobre ella. Parecía una
muñeca, pero tenía la mordedura de una barracuda. Era su pareja perfecta
en ese sentido, todos dorados y brillantes en el exterior pero hechos de
fuerza, de cosas más resistentes en el interior. Si Roark tenía a Karsen, espera-
ba que la joven Carter fuera tan dura como Brysen.
Justo cuando los grandes, vehículos utilitarios negros con los miembros
del equipo SWAT y los técnicos de bombas llegaron a la escena, las puertas
de metal en la parte delantera de la escuela rechinaron abriéndose y
Booker salió con su brazo alrededor de una Karsen obviamente sacudida y
trastornada. La adolescente se veía tan pequeña y frágil al lado del gigante
hombre que tenía la rabia asesina hacia Roark golpeteando fuertemente
no solo a través de mi corazón, sino el corazón de la bestia que estaba muy
despierta en mi pecho y hambriento de venganza.
estabas todavía dentro del edificio, Karsen? ¿Qué pasó? —No quería presio-
narla demasiado duro porque estaba obviamente muy sacudida, pero no
tenía tiempo que perder tampoco.
Brysen dijo cada palabra sucia que había existido y me miró sobre la
cabeza de su hermana.
—Dime que vas a hacer algo al respecto.
Asentí.
—No. No lo veo. Esto es debido a ese tipo, ¿no es así? El tipo que
178
—¿En serio? ¿Una niña siendo arrastrada a todo esto? Esto termina
ahora, Titus.
—¿Y si hubiera sido una bomba, Titus? ¿Y si ella solo estaba atrapada
allí esperando a morir porque un loco tiene problemas de papi?
matemáticas y decidí mejor llamar para ver cómo estaba Reeve ya que
estaba sola. Estaba marcando y el teléfono solo sonaba y sonaba. Se
suponía que debía estar en el apartamento y ella era demasiado inteligente
como para aventurarse por la ciudad por su cuenta sabiendo que Roark
estaba ganando este mortal juego de manos. Traté de recordármelo a mí
mismo a medida que el teléfono seguía sonando sin respuesta. Ella no estaría
dispuesta a ponerse en peligro sabiendo lo que había en juego. También
traté de tener en cuenta que si ella había dejado el apartamento, se
suponía que los federales iban a mantener un ojo en ella por nuestro trato,
por lo que no estaría ahí afuera en la zona de guerra sola.
El profesor vivía en ese extraño barrio donde Bax había comprado una
casa. Era lo suficientemente bueno como para no necesitar barras en las
ventanas, pero aún lo suficientemente cerca de la ciudad que se podía
sentir la mugre y la suciedad debajo de sus pies. El profesor tenía una casa
sencilla de estilo rancho que estaba bien cuidada y se veía de clase meda
baja. No había señales de nada que indicara que estaba de alguna manera
mezclado con Roark, pero sabía que las apariencias podían ser engañosas.
Mandé a Reeve un último texto exigiéndole que me dijera dónde estaba
antes de salir del sedán y caminar hasta la puerta principal.
Levanté una mano para llamar y casi caí en la casa cuando la puerta
se abrió bajo el golpeteo de mis nudillos. El interior estaba oscuro, y antes de
dar un paso por encima del umbral, el metal y el olor metálico de la sangre
golpeó mi nariz.
Juré en voz baja y entré en la casa esperando lo peor. Lo conseguí,
Un adolescente que no podía ser más viejo que Karsen estaba a pocos
pasos de distancia, boca abajo sobre la alfombra y le faltaba la parte
posterior de su cráneo. Parecía que había tratado de correr y no llegó muy
lejos. Saqué mi teléfono para poder llamar a los forenses y vi que me perdí
un texto de Reeve. No hice caso de él, así podría llamar a la estación,
explicando que pensaba que el homicidio múltiple estaba directamente
180
Salí para poder hablar con los vecinos y ver si alguien había visto algo.
Mientras salía me acordé de mirar el texto de Reeve. Golpeé la pantalla
para abrirla y fruncí el ceño ante su conciso mensaje.
Tenía que ir a casa.
Ellos dijeron que vieron a un hombre calvo con una barba de chivo
hablar con el chico. Había estado un par de veces cuando los padres se
habían ido, y la pareja concordaba con que no emitía una buena vibra. El
problema de las drogas del chico era muy conocido por el barrio, por lo que
pensó que podría ser un distribuidor. Les dije gracias y me dirigí al otro lado
de la calle mientras la tripulación llegaba a la escena del crimen. Estaba
181
Cuando me dijo que ella estaba fuera, mi corazón cayó y sabía que
tenía que llegar a ella. Había estado cuidando de mí desde el momento en
que puso un pie de regreso en The Point. Ahora era el momento para
devolverle el favor.
182
Página
REEVE
C
uando Booker salió después de una llamada de pánico de
Brysen, tenía planeado quedarme por el resto del día y no hacer
nada. Estaba realmente harta y cansada de no hacer nada.
Nunca había tenido la oportunidad de sentarme inactiva, mientras que otra
persona se encargaba de mí, y no me importaba en absoluto. Especial-
mente desde que me despertaba sola y carente cada mañana sabiendo
que Titus estaba deliberadamente poniendo espacio entre nosotros durante
las horas de vigilia. Teníamos que encontrar una manera de que yo pudiera
estar al aire libre que pareciera que estaba por mí misma sin tener que volar
en solitario. Tenía que haber algún lugar donde Conner pudiera estar más
cerca de mí. Este condominio era como una fortaleza y no había manera
de que pudiera poner sus manos sobre mí si yo estaba encerrada tras los
impenetrables muros.
Mi mamá sonaba tan parecido a Rissa por teléfono que era como
hablar con un fantasma. Estaba temblando tan mal que estaba teniendo
un momento difícil para aferrarme al teléfono y sus palabras se perdieron
por la sangre corriendo a través de mi cabeza.
183
sobre el asesinato de Rissa y su novio. Ella me dijo que el agente había sido
tan agradable, tan guapo y educado. Me dijo que él pensaba que debería
ser ella la que me llamara porque era información que toda la familia
necesitaba saber. Mi madre no había tenido esa cantidad de vida en ella
desde que el cuerpo de mi hermana estaba en la tierra. Sus palabras
apuñalaron a través de mí como fragmentos rotos de vidrio. Ella me pidió
que fuera a casa. No había estado en casa para verla o a mi padre en casi
seis años. Demasiado tiempo y un enorme secreto me impidieron volver a
ellos, y ahora Conner estaba manipulando la situación por lo que no tenía
otra opción.
Él quería que les dijera lo que había hecho. Él sabía que admitirle a mis
padres mi parte en lo que había sucedido después de la muerte de Rissa era
mi peor temor. Estaba usando en mi contra cosas que le había dicho,
compartido con él, cuando pensé que estaba enamorada. Él era pura
maldad y realmente astuto. No me pasó desapercibido que me estaba
guiando lejos de la seguridad del condominio mientras que Titus y Booker
estaban lejos. Me pregunté si todavía tenía que atender a los policías que
estaban supuestamente manteniendo un ojo en mí desde el jardín o si
simplemente no le importaba.
Nunca entendería cómo un hombre tan terrible podría tener una voz
tan hermosa. Era sin duda una de las mejores armas que tenía en su arsenal.
Su acento solo una sombra debajo de sus duras palabras cuando dijo mi
nombre.
—Reeve. Bonita, bonita Reeve. Es una pena que se tuviera que tomar
este camino. Tenía grandes planes para ti.
que me hubiera engañado tan mal. Odiaba que acabara de traer más mal
en mi vida, cuando lo único que quería era lo bueno. Odiaba que fuera a
matarlo, y esta hermosa cosa que se estaba desplegando entre Titus y yo se
marchitaría y moriría.
—Pensé que estábamos empezando una relación. Pensé que eras algo
diferente.
—Ya somos dos. Pensé que entenderías por qué estoy haciendo lo que
tengo que hacer. Pensé que hablábamos el mismo idioma de la venganza,
de hacer lo que tengas que hacer para corregir un error.
—¿Por qué fuiste a casa de mis padres, Conner? ¿Qué estás tratando
de hacerles?
Se echó a reír, e hizo que mi estómago volteara una y otra vez. Pasé un
brazo alrededor de mi cintura y me incliné. Me sentí como que había una
buena probabilidad de que pudiera estar enferma.
hecho. No podía quedarme allí y mentirle a la cara a mis padres, así que me
fui, y ahora él me estaba obligando a volver. Él iba a hacer estallar a mi
familia una vez más, usándome y a mis elecciones pasadas como dinamita.
Página
Apreté mis ojos, cerrándolos. Él tenía razón: había más de una manera de
hacer sufrir a alguien. Sentí el dolor bien dentro de mí.
—Esperas que les diga lo que hice. Quieres que les diga que fui con
Novak.
—¿Oh si? ¿Qué pasa con la chica en los muelles? ¿Quieres que me
crea que no tienes las manos en eso? Se veía igual que yo.
Se rio un poco.
pantalla. El ir a ver a mis padres era un riesgo estúpido que tomar. Podría
tomar un taxi a su casa, explicarles lo que había hecho, y Conner todavía
enviaría a Zero detrás de ellos, pero si no voy, estaban muertos con
seguridad. No había un ganador en este escenario, y como de costumbre,
al final del día sería la perdedora. Imaginando que yo en realidad no tengo
otra opción, un regreso a casa, esa reunión de bienvenida ponernos al día
con la gente que me había criado desde hace mucho tiempo de todos
modos, llamé a mi madre de vuelta y le dije que iba a estar en casa para la
cena. Estaba sorprendida de lo emocionada que sonaba por verme, y el
señuelo de nueva información, de algún tipo de cierre cuando se trataba
de la muerte de su hija, la puso casi vertiginosa. Esto hacía que mi corazón
doliera.
Conner no era solo el mal, era retorcido y cruel. Él sabía que decirles a
mis padres que había concertado un asesinato, que había vendido mi alma
a Novak, terminaría eficazmente con cualquier sentimiento que tuvieran por
su hija sobreviviente. No se trataba de herirme tanto como me estaba
obligando a rasgar su mundo en dos, una vez más, sino hacerme tan mala
como una persona como él. Quería recordarme lo parecidos que fuimos,
que era también una forma de recordarme lo diferentes que Titus y yo
éramos. Eso dolía. Quemaba y se podría dentro de mí. No quería que fuese
cierto, pero no se podía negar que lo era.
raya para siempre, pero lo mantendría a raya el tiempo suficiente para que
hiciera el trabajo sucio. Pensé que si los alguaciles todavía me estaban
siguiendo buscando a Conner, lo sustituirían por el hecho de que estaba en
Página
Mis padres todavía vivían en The Point. Tenían una casa de la ciudad
detrás de un centro comercial que llevaba mucho tiempo abandonado y
dejado a la putrefacción. El lado del edificio donde vivían estaba cubierto
de grafiti y todas las ventanas tenían barras verticales corriendo a través de
ellas. Mis padres no tenían un problema de drogas, y ninguno de los dos
había tomado alguna vez en sus vidas. Habían sido dos niños pequeños que
habían caído perdidamente enamorados, tuvieron un bebé demasiado
jóvenes, y nunca lograron salir adelante lo suficiente con cualquier trabajo
para invertir en su futuro. Mis padres eran los trabajadores pobres que
siempre habían sido, y The Point encajaba como un cómodo zapato viejo.
Mi madre trabajó como camarera desde que era una adolescente, y mi
padre era conserje en algún gran edificio en The Hill. Tendía a saltar de un
trabajo a otro, y aunque nunca había habido nada por lo que crecer, siem-
pre había sido suficiente.
creciendo. Los recuerdos me golpearon tan fuerte que tuve que poner una
mano en la pared para mantenerme en pie. Mi mamá me dio una mirada
Página
—Bueno, los recuerdos son todo lo que nos queda, así que intentamos
aferrarnos a ellos.
—Ese agente les mintió, mamá. Él no tiene nada nuevo de Rissa. Ella
Página
—El agente vino a verlos porque sabe secretos sobre mí. Feos y oscuros
secretos, y quiere que se los diga para que puedan saber el tipo de persona
que realmente es su hija sobreviviente. —Tuve que tomar una respiración
profunda, porque la mirada de horror que cruzó el rostro de mi madre fue
casi suficiente para hacerme dejar de hablar—. Él quiere que les diga lo que
hice cuando averigüé que Rissa estaba muerta. Él quiere que confiese que
me volví un poco loca, me perdí tanto en la necesidad de venganza y en el
dolor que tomé mis propias malas decisiones. Él ya ni siquiera es un alguacil,
no creo que alguna vez realmente lo fuera. Tenía una insignia, pero la
utilizaba para sus propios fines, no para ayudar a alguien más. Es un hombre
malo y está tratando de hacerle daño a mucha gente. Me obligó a venir
aquí y lastimarlos.
—¿De qué estás hablando, Reeve? Nada de esto tiene sentido. —Ella
todavía tenía esperanza. La puedo oír en su voz. Si no hubiera estado
planeando matar a Conner ya, lo estaría planeando ahora. Odiaba tener
que ser la que robe esa esperanza de ella.
—Sabía que el novio de Rissa fue el que la mato, y sabía que él iba a
salirse con la suya. Hay demasiadas personas que mueren en The Point para
que una chica importe, incluso si cargaba un bebé. Era demasiado. Dema-
siado daño, demasiado dolor, demasiada injusticia. Decidí que él necesi-
taba aprender una lección del mismo modo en que él la enseñó, así que fui
y hablé con Novak.
Mi madre jadeó y apartó la mirada de mí. Miró a mi papá con los ojos
190
—Te criamos mejor que eso. Toda vida tiene valor y tú no eres quien
sentencia. No le dimos la espalda a Rissa cuando cayó en las drogas. No
dejamos de amarla cuando se volvió la puta de ese chico. Todavía
valorábamos lo bueno en ella. ¿Cómo pudiste hacer eso, Reeve? ¿Cómo
pudiste hacer un trato con un monstruo como Novak? ¿Dónde hay algún
tipo de bondad en eso?
—Sentí que tenía que hacerlo. Rissa merecía algo mejor de lo que
recibió. —¿Cómo no podía él querer que el hombre que había lastimado
tanto a Rissa pagara? ¿Por qué fui la única que pensó de esa manera?
—¿Te hizo sentir mejor después de que se hizo? ¿Te trajo paz?
eso?
puñetazos.
—No tuve opción. El agente que vino a la puerta está intentando tomar
su propio tipo de venganza contra la gente que siente le ha hecho daño y
soy una de ellas. Él amenazó con herirte a ti y a mamá si no venía a
sincerarme sobre lo que había hecho. Él podría herirlos de todas maneras,
así que deberían ser realmente cuidadosos. La venganza puede hacer que
una persona se vuelva loca. —Sé lo que me había hecho a mí y no estuve
tan loca y desquiciada como Conner estaba resultando ser.
—Tenía que hacerlo. —Realmente tenía que hacerlo. Esta era la reac-
ción que esperé, pero aun así me rasgó por la mitad.
—Igual que tuviste que hacer un trato con un hombre terrible para
poder buscar venganza. “Tener que” y “querer” son muy diferentes criaturas.
Creo que deberías irte.
—Lo siento.
Me puse de pie y tropecé hacia la puerta principal.
estaban ahí para sostenerme. Parecían estar ahí para atraparme cada vez
que caía estos días. Ni siquiera levanté la mirada, solo me apoyé en su
Página
—Podría. Pero era más sobre destrozarme que sobre ellos. Él imaginó
que mi papá iba a mirarme como si nunca quisiera verme otra vez, y tenía
razón. Tuve que decirle que contarles a mis padres lo que había hecho era
lo único que nunca podría hacer. Admitírselo a ellos siempre fue uno de mis
temores más grandes. Resulta que tenía una razón para estar aterrorizada.
—Apoyé la frente en el frío cristal de la ventana y pregunté—: ¿Cómo me
encontraste?
—Sí. Creo que mi mamá sabía lo que él estaba haciendo; eso fue lo
que comenzó su problema con la bebida en primer lugar. Aprendió su
194
—Pero aun así... —Mi voz se apagó, todavía intentando abrirse camino
por su gran revelación.
—¿Qué hizo? —Apenas respiré las palabras, fascinada por este otro
lado de él.
—No he tenido a mis padres en mi vida durante mucho tiempo, así que
no debería sentir que los perdí. Pero lo hago.
—Me sentí de esa manera cuando encerré a Bax. Sabía que no iba a
entender que tenía que hacer mi trabajo, y cuando salió, la primera vez que
lo vi me dio un puñetazo en la cara. Me odiaba. —Apagó el auto y acercó
un dedo para girar un mechón de mi largo cabello alrededor de él.
—No dejes que Roark gane. Una vez que todo esté resuelto, vuelve con
ellos y hazlos entender.
196
Sus cejas se alzaron hasta el nacimiento del cabello y levantó sus dos
Página
Una vez que lo hiciera, iba a tener que quedarse con ella. Mi bestia
hecha de ternura y compasión estaba hecha para encajar perfectamente
contra su bestia hecha de dureza y pelea.
198
Página
TITUS
P
odía contar el número de gente con la que hablé de buena gana
sobre mi padre con una mano, y compartía sangre con dos de
ellos. Nunca hablé de mis padres, de donde venía o cómo
terminé donde estaba ahora. No me gustaba pensar en eso. Esos recuerdos
me hacían sentir como un fraude, un impostor, un falso. No importaba cuán
dedicado estaba hacia las leyes, cuán concentrado en ayudar a otros, o
cuánto de mí mismo dediqué intentando hacer la diferencia en este lugar
olvidado de Dios. Debajo de todo eso yo no era diferente de Bax o Race.
Demonios, en realidad era tan frío y tan manipulador como Nassir cuando
esto venía sin rodeos. Hería a otros para obtener lo que quería, y lo hacía sin
remordimientos, porque la verdad del asunto era que haría exactamente lo
mismo otra vez si esa era la única salida que tenía.
—Amo lo fuerte que eres. —Sus dedos escalaron hacia arriba y viajaron
ligeramente por mi pecho y a través de mi clavícula. Aspiré una bocanada
de aire mientras usaba su dedo índice para arañar sobre la superficie plana
de mi pezón, y me pregunté si esto es cómo se siente cuando iba detrás
ella—. Pareces indestructible.
—Pensé que tenía que estar calmando a tu bestia, Reeve. Esto se siente
como lo opuesto a eso. —Estaba a punto de correrme en su mano y ella
todavía estaba en su mayoría vestida y no la había besado—. Se supone
que debes tomar lo que necesitas.
—Lo hago. Me gustas así. Nunca eres suave, ni gentil, pero para mí lo
eres. Eso alivia algo dentro de mí. Me gusta ser la que puede hacerte correr
a fondo. La correa está siempre tirando, siempre jalando, pero ahora mismo
no lo está. —Había poder en esas palabras. Para calmar su salvaje interior,
el mío propio se había calmado. La necesidad de marcar y calmar no
estaba ahora aquí bajo su ligera caricia. Era diferente con ella. Siempre lo
era.
—Voy a ser muy suave, como en dos minutos y luego tú vas a ser
jodidamente afortunada si deseas utilizar eso para algo.
Conseguí sacar mis pantalones fuera del camino y decidí que no iba a
perder el tiempo con la ropa interior. Eran solo pequeños trozos de encaje
de todos modos, así que los empujé a un lado y la atraje hacia abajo sobre
la parte superior de mí. Ella no tenía ningún otro lugar al que ir con el volante
a su espalda, por lo que se deslizó en mi polla y ambos gruñimos mientras
ella se estiraba a mi alrededor y me dejaba todo el camino interior. No había
nada del empujón frenético y presión que normalmente había cuando
teníamos sexo. Esto era diferente. Esto era más.
Nos corrimos con un suspiro, con los ojos cerrados y los corazones
latiendo a tiempo el uno con el otro. Fue el sexo más fácil que el que
normalmente teníamos, lo cual era extraño considerando cuanto más
estaba sumergido en este.
Ella dejó escapar un largo suspiro, y luego movió la mano que estaba
alrededor de mi cuello así podría frotar sus dedos a lo largo de mi desaliñado
rostro. Solo estaba mirándome y yo estaba mirándola en el silencio y la
oscuridad. No creo que alguna vez haya conocido un momento tan suave
y tranquilo, con otro ser humano. Este estaba logrado incluso más profun-
didad, por el hecho de que todavía estábamos tan estrechamente
conectados como dos personas podrían estarlo.
Sus manos subieron para peinar a través del cabello en mis sienes. Se
detuvo en el lado con la mancha blanca y la recorrió.
Ella todavía parecía un poco perdida, así que negó con la cabeza y
comenzó a jalar de sus pantalones de nuevo por sus piernas.
—Nunca me propuse arruinar tu vida. —Lo dijo en voz tan baja que si el
auto hubiera estado funcionando no la habría escuchado—. Yo solo quiero
ayudarte. Quiero hacer lo correcto.
—Lo correcto para nosotros podría no ser lo correcto para alguien más
y tú no arruinaste nada. De hecho, podrías estar arreglando partes de mí
que no me di cuenta que estaban rotas. Ahora, ¿nos detenemos o no?
taba. Debería exigir que tomara la píldora del día después, pero no quería
eso. Por completo no quería eso. Se sentía mal. Me sentía como que se
suponía que estaba construyendo algo con esta chica que me entendía,
Página
tenía todas las partes de mí, y no tenía miedo de nada de eso. No creo que
alguna vez hubiera estado completo hasta que ella comenzó a sacar a la
bestia a jugar.
Oh, tan lentamente, negó con la cabeza no sin mirarme. Su mirada fue
arrastrada hacia su bolso entre sus pies y estaba blanca como un fantasma.
Ya que yo había conseguido la respuesta que quería, no la presioné. Creo
que los dos estábamos locos, y yo no había decidido todavía si se trataba
del buen tipo o el malo. Solo el tiempo lo diría.
206
Página
REEVE
T
oco a la puerta de Brysen y Race una hora, o así, después de que
Titus se fue a trabajar. Seguía esperando que Booker apareciera,
pero cuando no lo hizo me imaginé que mejor iría a descubrir
dónde estaba. Necesitaba devolverle la pistola. No podía hacerlo. No podía
permitirme volver a caer en la trampa de tratar de tomar decisiones, como
quién debería vivir o morir porque creo que sé la respuesta correcta. No
después del modo en que las cosas han cambiado entre el policía y yo.
Race abrió la puerta usando nada más que un par de jeans de corte
bajo y un gesto soñoliento en su rostro demasiado bonito. Su cabello dorado
estaba desordenado y sus ojos verdes lucían oscuros y cansados. Apoyó un
hombro en la puerta y se inclinó, cruzando los brazos por encima de su suave
207
Fruncí el ceño.
Booker no parece del tipo que necesita un día libre, pero no comparto
esa opinión con Race. Doy un paso atrás y le digo:
—No, no lo tiene, y cruzó una línea de la que no hay vuelta atrás. —La
amenaza está ahí, clara como el día. Trago un poco.
—Lo estoy, y como que no tengo opción. Los federales están dejando
caer el caso contra el escuadrón de Novak. Conner lo arruinó, así que no
me necesitan. La única manera en que soy útil es para derribar a Conner.
Ellos no han dicho nada aún, pero los federales ya le dijeron a Titus que mi
trato se pierde si no ayudo a traer a Conner. No puedo hacer nada desde
adentro de esta fortaleza. Alguien necesita dispararle y no creo que estés
en desacuerdo con que no importa quién lo haga.
Él asintió lentamente.
y un estafador.
—Dame una hora e iré abajo, al club contigo desde que Booker está
perdido en acción. Nassir podría no escucharte, pero si voy contigo, él
tomará cinco minutos para escuchar la historia que tienes que decir.
Necesitas decirle a Titus lo que vas a hacer, sin embargo. No lo necesito
golpeando mi puerta en medio de la noche para patear mi trasero de
vuelta a The Hill.
Cuando Titus me había dicho que estaba bien con lo que sea que
pasara después de nuestro imprudente ataque de sexo sin protección,
pensé que lo había escuchado mal. Traer un niño a este mundo, especial-
mente con las cosas tan impredecibles e inciertas como ahora, era una idea
horrible. Era tonto y totalmente algo que nunca habría considerado antes
de él. Pero si él estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario, entonces
yo también, y eso significaba no más mentiras, no más tretas, y no más
desear ser algo más de lo que era. Nunca sería perfecta y realmente la
había jodido, pero después de que él me dejó entrar y me dejó ver que tenía
fallas parecidas a las mías, ya no me sentí como si tuviera que ser una mejor
versión de mí misma para merecerlo.
Él maldice.
Él suspira.
—Está bien.
venganza, y que atacar a un hombre malo con una bala aún era algo que
tenía sentido para mí. Tal vez él necesitaba saber cuál había sido mi plan
desde el principio ahora que sabía que no podía llevarlo a cabo. No quería
ser una asesina. Quería ser alguien que él pudiera amar. Suspiré y golpeé el
borde de mi teléfono contra mi frente. Solo yo podía poner mis manos en
algo que quería demasiado y estar preparada para arruinarlo todo en el
mismo latido.
—Va a pedirte que bailes. Con esas piernas harías una fortuna.
Página
—No hay nada malo en bailar para vivir. Honor hizo más dinero de lo
que hizo Bax cuando comenzó a trabajar para Novak solo quitándose la
ropa.
Le pongo los ojos en blanco y presiono el botón que nos baja con más
violencia de la necesaria.
—¿Por qué lo haría? Tuviste sexo con ella. La llamaste por su nombre
artístico y entonces seguiste adelante. Cuando comenzaste a ganar dinero,
comenzaste a hacerte de un nombre cuando te hiciste cargo de los
negocios de Novak, ¿alguna vez pensaste en preguntarle si quería más?
Nassir tampoco. Él se hizo cargo del club de Ernie y solo la dejó seguir
bailando en el escenario. Nunca le ofreció nada más. Si lo hubiera hecho,
ella se habría entregado a él sin preguntas. Todo lo que quiere es a alguien
que la valore.
Dejé salir un aliento que elevó unos mechones de mi cabello y los dejó
caer de nuevo en mi rostro.
—Lo sé porque yo soy ella. Somos del mismo lugar. Estamos hechas de
lo mismo. Hemos tenido que luchar las mismas batallas, y sé que todo lo que
yo deseaba era que alguien me valorara, todo de mí.
esas cosas me dan la habilidad de ver todo de él, así que tenemos que
aceptarnos el uno al otro. Además, de dónde vengo me da la suficiente
fuerza para luchar y tratar de mantenerlo cuando quiera alejarse. —Abrí la
puerta mientras Race daba una risa seca.
—Siempre supe que el hermanote tenía más cosas pasando de las que
todos sabían. Bax estaba tan enojado con él cuando éramos más jóvenes
que lo hizo parecer un monstruo. Siempre confié en Titus con mi vida, pero
sabía que debajo de la superficie escondía algo más. Ninguno de nosotros,
los que sobrevivimos en los guetos, tenemos el lujo de ser una sola cosa.
Todos tenemos las manos en diferentes frascos de galletas, esperando que
al final del día no quedemos atrapados en ninguno de ellos.
»No suelo cargar una pistola, pero algo me dice que salir contigo puede
hacerlo necesario. —El arma desapareció en su espalda y debajo de su
suéter mientras salíamos del auto y nos dirigíamos dentro del edificio muy
rosa. Era mucho peor en el día. Solo gritaba perdición y degradación. Era
tan brillante y feo que dolía mirarlo. No podía creer que alguien con tanto
estilo y clase como Nassir no lo hubiera remodelado aún. Y le dije eso a Race.
Él hizo un sonido de acuerdo mientras golpeaba el código de seguridad en
el tablero y una masiva puerta de metal se abría.
—Quiero decir, siempre sería un club de desnudistas, pero no veo por qué
no podría ser uno lindo.
Página
—¿Has visto a Booker desde que salió bajo fianza? —La voz de Nassir
217
era suave y llena de humo pero siempre había un borde afilado que cortaba
a través de ella.
Página
Aclaré mi garganta así podía hablar sin que me temblara la voz. Nunca
era una buena idea mostrar miedo enfrente de un depredador.
Nassir no dijo nada por un largo rato. Sus astutos ojos pasaron entre
Race y yo, y entonces una de sus muy negras cejas se elevó hasta su frente.
—No, no quiero bailar. Le dije a Titus que no sería parte de esto. ¿No
puedes ponerme detrás de la barra o algo? —No pregunté sobre servir
cócteles porque incluso esas chicas tenían que trabajar en topless, y aunque
no era tímida, no estaba de acuerdo con tener mis partes de dama a poca
distancia de las manos de los borrachos.
—No hay espacio detrás de la barra. Y ese trabajo es más turbio que
estar desnuda en el escenario. Al policía le daría un ataque si supiera que te
estas metiendo con dinero sucio.
Ambos, Race y Nassir parecían tan suaves, tan pulcros, que era fácil
olvidar que tenían sus manos en pilas y pilas de dinero ilegal corriendo por
debajo de la ciudad. Todo ese dinero sucio se necesitaba para estar limpio
de alguna manera y llevar las cuentas a través del bar en un club de
desnudistas era obviamente pan comido.
—Contratas a las chicas más lindas que puedes encontrar, les das un
grado de seguridad que no tendrían en las calles, pero todavía están
consiguiendo desnudarse para extraños y eso puede ser humillante.
Aumenta la clase de este lugar. Deshazte del rosa por todas partes. Es
llamativo. Haz que este lugar se sienta costoso y que valga la pena, y las
chicas no solo trabajaran aquí, lo poseerán. Además puedes cobrar más y
traer una mejor clase de perdedores. Este lugar se siente como un regreso a
los tiempos difíciles, y después de ese tiroteo... —Me encogí de hombros otra
vez porque él no era estúpido y sabía exactamente de lo que estaba
hablando—. Necesitas respirar nueva vida dentro de este lugar justo como
lo que estás intentando hacer con los otros negocios de Novak.
—No, pienso que ella tenía que irse para que cuando regrese pueda
hacerlo sabiendo que probablemente nunca se irá otra vez. Esa es una
píldora difícil de tragar. Pienso que si ella hubiera sabido que era más que
unas tetas, un culo y un bonito espectáculo, hubieras llegado más lejos con
ella.
Me gruñó y se sentó en su silla detrás del feo escritorio. Miró hacia algo
en la computadora y luego sobre mi hombro donde Chuck todavía estaba
parado como un silencioso centinela.
poco.
muy cómodos y tienes mucho en tu plato. Deja que rompa este lugar y lo
arregle. Deja que lo haga tan lindo como ella lo es. Nadie sabrá quién los
golpeó.
Le disparé a Race una mirada por el rabillo de mi ojo y luego moví mis
pies nerviosamente. Esto no era lo que esperaba en absoluto.
Nassir lanzó una mirada a Race luego volvió hacia mí, dobló sus manos
y se inclinó en su silla. Patricia el diablo sentado en un andrajoso trono.
—Si puedes mantenerlo legal, todo esto, abiertamente, así Titus no tie-
ne ninguna razón para dudar de mí, entonces estoy adentro.
Race rio y me palmeó tan fuerte en la espalda que casi me caigo
mientras Nassir me estudiaba fuertemente.
Interesante iba a ser probablemente la cosa más simple que iba a ser.
No importaba lo que hiciera, parecía que solo me hundía más y más
profundo dentro de la sujeción de esta ciudad. Al menos era lo suficiente-
mente inteligente para saber que luchar contra ella solo hacía el agarre más
fuerte. Como Keelyn pronto lo iba a descubrir, una vez que vuelves aquí lo
haces sabiendo que vas a quedarte para siempre, y había una rara especie
de paz en ese conocimiento. Iba a morir intentando proteger mi hogar y mi
hogar eventualmente iba a matarme. Era lo mismo para todos nosotros, lo
que nos hacía exactamente lo que Chuck dijo, una familia. La más disfuncio-
nal de todas, pero aun así, todos teníamos el mismo destino que nos ataba
juntos.
222
Página
TITUS
M
e desperté de golpe mientras mi puño, que estaba
sosteniendo mi cabeza, se deslizaba de debajo de mi barbilla.
Me había agotado mientras me sentaba en la habitación de
hospital de Bax después de tener una rápida y furiosa discusión por mensaje
de texto con él desde que no podía decirme adecuadamente que me
jodiera mientras los clavos y cables mantenían su boca cerrada. Dovie no
había dejado su lado desde el día que la había obligado a ir a casa. La
razón de que estaba ahí ahora era que necesitaba correr a casa y limpiarla
un poco porque Bax sería dado de alta mañana. Se suponía que sería dado
de alta dos semanas antes pero había tenido una recaída cuando uno de
los muchos tornillos que sostenían su fracturado tobillo unido, se había roto y
desarrolló una fea infección. Terminó necesitando más cirugías y más tiempo
acostado en recuperación. Demandó que Dovie pasara la noche en una
cama real, que descansara, y cuando ella discutió, accedió a enviarme un
mensaje texto y pedirme que me quedara con él hasta que fuera liberado
al día siguiente. Fue algo lindo, mi ultra malo hermano cediendo porque se
preocupaba demasiado por la enérgica pelirroja. Dovie no quería que se
quedara solo, así que me envió un mensaje y me aparecí para quedarme
con él. Tan pronto como ella se fue, Bax procedió a agredirme por no
ayudarlo a mantenerla alejada. Me tomó un segundo reconocer que
estaba asustado, realmente asustado por su bienestar y a pesar de que ella
estaría más segura lejos de él y de mí, y todo el desastre con Roark. Él estaba
tratando de alejarla por su propio bien, pero ella era demasiado inteligente
y testaruda para irse.
223
Sabía que me preocupaba por ella, sabía que esta cosa entre nosotros
ya no tenía una fecha de expiración próxima e iba a durar aún después de
atrapar a Roark. Ella estaba en mí. Muy profundo dentro de la misma jaula
donde mantenía al monstruo y parecía feliz de estar ahí, así que, ¿cómo
podía vivir conmigo mismo sabiendo que estaba dispuesto a ponerla en
riesgo cada día? ¿Cómo se había convertido mi hermanito, que nunca se
preocupaba por nadie más que sí mismo, en un hombre honorable tratando
de hacer lo correcto por su mujer y yo terminé siendo lo opuesto? ¿Cuándo
224
Eso me hizo sentir un poco enfermo. Reeve era demasiado buena para
eso. Dejando atrás sus malas elecciones, que habían sido alimentadas por
el dolor, era una mujer sorprendentemente buena. Tenía un corazón duro
con un centro suave y merecía algo mucho mejor de lo que le había dado.
Merecía a alguien dispuesto a arriesgarse tanto como ella se estaba
arriesgando. Merecía ser cuidada y protegida del modo en que Bax
cuidaba a Dovie, protegida del modo en que Race, construyendo una
fortaleza, protegía a Brysen. Merecía más que a mí.
aparecido desde que salió bajo fianza, lo que tenía a todos preguntándose
dónde podría estar, y dejaba a Reeve para cuidarse sola con los federales
Página
apareció.
Dovie entro de puntillas, silenciosa como un gato hasta que vio que
estaba completamente despierto mirándola. Parpadeó lentamente y se
encogió de hombros sin culpa.
—Voy a irme ya que estás aquí con él. Llámame si necesitas algo de
ayuda llevándolo a casa. Puede ser mucho que manejar una vez que no
esté atado a una cama de hospital.
Bax hizo un ruido en su sueño y movió su muñeca rota hacia ella. Ella
susurró sonidos calmantes y continúo frotando la punta de su dedo por
encima de esa estrella negra. Como dije, así es como lucía el amor en The
Point y no podría estar más feliz por ellos.
Escuché el típico sonido de fondo que iba con una escena del crimen
y apreté el acelerador del GTO hasta el fondo mientras corría a través del
pueblo.
recibió una horrible paliza antes de apretar el gatillo. No irá con los para-
médicos hasta que usted llegue aquí.
Página
¿Una horrible paliza? ¿Qué exactamente significaba eso? Mi mente
estaba corriendo con cada peor escenario en el que podía pensar. No
podía creer que Reeve le había disparado a alguien. ¿De dónde había
sacado una pistola y cómo había alguien traspasado toda la alta
tecnología y extremas medidas de seguridad que Race había instalado en
el condominio de apartamentos? Nada de eso tenía ningún sentido para
mí, pero todo lo que importaba justo ahora era que Reeve estaba bien y
quien sea que hubiera tratado de lastimarla era el que ya no respiraba.
Estreché mis ojos hacia él mientras Reeve temblaba incluso más contra
mí. No estaba acostumbrado a estar en el extremo opuesto de esta conver-
sación y no podía decir que me importaba en lo más mínimo.
—Danos un minuto.
»¿Quién?
»Iba a matarme.
Abrí la boca para llamarla pero entonces miré al otro detective. Él nos
miraba y sabía que decir algo llevaría a más preguntas que no podían
responderse.
pero no lo hacía. El chico era alto como yo y casi igual de constituido. Tenía
tatuajes en cada centímetro visible de piel y un duro brillo en sus ojos que
me dejaba saber que no estaba asustado de mi tamaño o mi furia que
llenaba la habitación.
—Lo que pasó es que alguien apagó todo y entonces abrió la puerta
delantera. Bailó al entrar.
—¿Qué?
—Stark tiene este sistema armado para que nadie pueda meterse con
él. Está grabando constantemente y alimentando servidores, así tenemos
una visión de todo el tiempo. Alguien literalmente tiró del enchufe esta
noche, y una vez que lo hizo, dejó al chico entrar. No hay grabación de él
subiendo el ascensor hacia el apartamento, nada. Pateó la puerta y atacó
a Reeve, pero desde que Booker es normalmente la única otra persona que
se queda en ese piso nadie la escuchó gritar. Alguien llamó a los policías
cuando escucharon los disparos y entonces, de repente, los generadores
volvieron a la vida como si los hubieran conectado a la corriente.
—Así que ¿quién sabe que está aquí en primer lugar? ¿Quién sabría
qué enchufe desconectar? No Roark, y no su ayudante.
232
—Booker.
Race se giró y vi su cuerpo entero tensarse. Booker pasó por las puertas
delanteras del condominio, mirando justo a las cámaras de seguridad todo
el tiempo. Fue al ascensor y vi a Race tensarse visiblemente cuando golpeó
el botón para el sótano.
—Mierda.
—Pensé que él era tu chico. —Eso vino de Stark mientras Booker llegaba
al nivel más bajo del edificio y las cámaras lo seguían directamente a la
puerta de la habitación donde estábamos ahora. Se detuvo y miro la
cámara una vez más antes de presionar el código. La puerta se abrió y
233
Race apretó sus manos y miró de ida y vuelta entre el chico de las
computadoras y yo.
Race negó.
—No lo entiendo.
Gruñí.
—No tengo que entenderlo. Lo veo y va a pagarlo. Ella fue casi violada
y asesinada hoy.
—Entonces supongo que es una buena cosa que alguien le haya dado
un arma para protegerse, ¿no? Esta historia pudo haber terminado de una
forma mucho más triste, ¿o no, Titus?
—Chicos, mismo equipo ¿recuerdan? Tal vez deberían dejar todas esas
poses y furia para el tipo que dejó entrar a los chicos malos.
»¿Estás bien? —Aún estaba enojado con ella por mentirle al policía, por
ser deshonesta conmigo, pero era obvio que necesitaba un toque más
gentil del que quería darle.
Maldije suavemente.
—No te disculpes. Fue una noche difícil. Podemos hablar de eso des-
pués. De todo.
sí misma, para luchar, para mantenerse a salvo, y eso hacía que la forma en
que yo la había arriesgado cada día, se sintiera menos como un movimiento
Página
idiota.
—No tienes opción. Eso es lo que es más, Reeve. Tú y yo y todo eso. Pero
puede esperar hasta mañana.
—Mañana será otro día, pero yo aún seré la misma chica, Titus. No te
va a gustar lo que tengo que decirte.
236
Página
REEVE
L
a casa de Titus era un poco como él. Por fuera, era una pequeña
y ordenada casa de estilo americano Craftsmancon1 un patio con
el césped perfectamente cortado, pero en el interior las cosas
estaban un poco desordenadas y por todo el lugar. Era fácil ver por su
decoración que era soltero y vivía solo. No había el toque de una dama en
ningún lugar y el poco mobiliario que había era pesado y oscuro, cubierto
de artículos de ropa desechados y botellas de cervezas dispersas por el
lugar y recipientes de comida para llevar vacíos. Titus era descuidado en su
propio espacio y nunca lo hubiera creído sino lo hubiera visto con mis propios
ojos.
1 Craftsmancon: Modelo arquitectónico de casa americana que fue popular en los años
‘20 y ‘30.
esas cosas lo tenían más rabioso. Tampoco estaba segura de si iba a poder
mirarme a los ojos después de que le contara por qué tenía el arma y cuál
había sido mi plan inicial con esta. Dijo que iba a intentar trabajar en esto,
pero lo iba a decepcionar de nuevo y no estaba segura de que su sentido
innato de moralidad fuera a ser capaz de lidiar con mi admisión de que
tenía la completa intención de ser parte de la muerte de otra persona. Era
mucho para cualquier persona, especialmente un hombre con un código
tan estricto del bien y el mal, para salir a través del paso.
—No es de extrañar que Conner tenga una erección por ti. Eres mucho
Página
Cuando estaba a mitad de camino por las escaleras, fui golpeada por
detrás con la suficiente fuerza para levantarme de mis pies y enviarme
volando a través del aire. No golpeé más escaleras y me estrellé contra el
piso de la planta baja con todo el peso de Zero encima de mí. Mis dientes
rasgaron mi labio inferior, mi barbilla se golpeó contra el piso de madera con
la fuerza suficiente para hacerme desmayar por un segundo y las palmas de
mis manos y mis rodillas perdieron la primera capa de piel, mientras inten-
taba apresuradamente encontrar cualquier tipo de tracción en el piso para
alejarme del peso opresivo sobre mi espalda.
el cuchillo se clavaba en mi pecho. Grité hasta que me quedé sin aire, pero
eso solo pareció estimularlo mientras se inclinaba y mordía la ladera expues-
ta de mi pecho donde la tela de mi camiseta había sido arrancada.
Todo lo que podía saborear era pánico y sangre, y aplicó más presión
y continuó cortando mi piel con el cuchillo. Pateé mis piernas inútilmente
debajo de él mientras continuaba una y otra vez sobre lo caliente que
Conner le dijo que era yo en la cama, sobre todas las cosas obscenas y
horribles que se había estado haciendo mientras me observaba durante los
últimos meses. Era asqueroso y mucho más violento que la forma en la que
estaba sentado sobre mí y cómo me estaba ahogando.
»Me gusta más cuando peleas, pero esto también funciona. —Me
obligué a no mover ni un solo músculo mientras aflojaba su agarre en mi
cuello y comenzaba a frotar el borde del cuchillo a lo largo de donde
estaba seguro que estaba latiendo mi pulso. Antes de que pudiera cambiar
de opinión o evaluar los riesgos en juego, levanté mi cabeza del piso solo un
poco como si fuera a besarlo y hundí mis dientes en su labio. Sentí que la
carne se desgarraba, sentí la oleada de sangre, pero fue suficiente para
240
Estaba cerca de nuevo. Podía sentirlo. Así que solté el seguro y me volví
ya apretando el gatillo sin apuntar. Disparé y disparé, cada disparo más
fuerte que el anterior. Disparé hasta que el cargador estuvo vacío y mi
hombro se sintió como si estuviera dislocado por retroceder. Todo el desván
olía a sangre y pólvora mientras Zero se desplomaba en un cúmulo en el piso
junto a mis pies. No lo había golpeado con todas las rondas, pero suficientes
habían hecho contacto como para que ya no fuera una amenaza. El
cuchillo ahora estaba tirado inútil y cubierto de color carmesí en el suelo
junto a su forma laxa.
Llamé al 911 solo para ser informada que ya había unidades en camino
a mi localización debido a reportes de disparos. Le dije a la operadora que
había un cadáver en la escena y entonces Race y Brysen estuvieron allí de
repente, haciéndome salir con prisa del apartamento y haciéndome un
millón de preguntas. Nadie me escuchó gritar, pero seguro que escucharon
la pistola. Antes de siquiera poder empezar a procesar lo que me estaban
preguntando o el hecho de que estaba sangrando y probablemente en
estado de shock, el malhumorado detective estuvo sobre mi haciéndome
preguntas y todo lo que podía decir era que quería a Titus.
—La única persona que lo ve siempre soy yo, así que supongo que no
me molesto realmente por cuidad del interior de la casa. No estoy mucho
por aquí.
Una vez que estuvo desnudo al igual que yo, se acercó, apagó las luces
y se subió a la cama junto a mí, a pesar de que era temprano en la mañana
y el resto del mundo estuviera comenzando a despertarse, nosotros íbamos
a la cama.
pecho.
Página
»Es mañana.
Sabía que quería hablar, pero todavía no estaba lista.
—Está bien. Podemos descansar. Por cierto, estoy orgulloso de ti. Eres
una gran luchadora, Reeve.
E
staba teniendo el sueño más maravilloso. Estaba lleno de manos
que buscaban. Besos tiernos. El roce de cabello suave contra mi
piel. Mi nombre era susurrado entre labios que amaba y nunca
había estado en un lugar más seguro o feliz.
Podía no tener sentido, pero quería sus manos sobre mí. Quería a mi
corazón tronando y corriendo en mi pecho por él y no porque estaba
asustada y sacudida. Todo lo que era malo, todo lo que era trágico y no
tenía sentido, Titus estaba allí para darle sentido. Era el bien y necesitaba
todo eso en mí.
—No estoy seguro de que sea una buena idea. Tuviste una noche dura.
—Tú y yo juntos siempre es una buena idea. Necesito esto. —Sabía que
nunca me lo negaría cuando le decía que lo necesitaba. Era demasiado
entregado para decir que no.
Rio entre dientes contra mi lugar más sensible y levantó mis caderas de
la cama. Tiré de su cabello y le dejé saber que se estaba dirigiendo en la
dirección correcta y me apretó el culo a cambio.
mi oreja y susurró:
—Lamento no haber estado allí.
—Estoy avergonzada de admitir cuánto tiempo has sido todo para mí,
Titus. Cualquier riesgo valió la pena para terminar justo donde estoy contigo
ahora. —Y el deseo de Dios era suficiente para mantenernos juntos de esta
246
La forma en que mi cuerpo lo devoró nos hizo jadear. Lo arañé con mis
uñas y tiré mi cabeza hacia atrás para poder mirarlo. Sus ojos estaban
luminosos con un calor plata y un rubor muy rojo decoraba sus mejillas.
»Ya hiciste que todo fuera mejor y besaste todas mis heridas. Fue dulce,
pero ahora necesito que me folles como haces normalmente, por favor.
—Aleteé mis pestañas hacia él y empujé mis tobillos de nuevo, esperando
que entendiera la indirecta.
Sus cejas se hundieron entre sus brillantes ojos y destelló el color blanco
en su rostro mientras me sonreía.
Debido a que aún estaba aturdida por los regalos que me había
otorgado con su boca, estaba un poco más atrás. Rocé la punta de mis
dedos por mi abdomen, me detuve a rodear mi ombligo, amando la forma
en que me observaba todo el tiempo. Se sentía agradable tocarme, pero
se sentía aún más saber que cuando lo hacía, Titus perdía la cabeza. Estaba
respirando como si estuviera corriendo una maratón y su ritmo constante se
había vuelvo ligeramente desesperado y frenético. Me detuve en el vértice
donde estábamos unidos, dejando que me rozara la punta de los dedos
mientras entraba y salía.
edificio.
Fue mi turno de ponerme rígida.
—¿Qué?
—¿Qué hay del resto, Titus? La jodí de nuevo. —Le estaba dando
pruebas de que nunca iba a ser tan buena como él incluso si él venía de un
lugar que era tan sucio y manchado como yo.
—No puedes ser la juez, jurado y verdugo si vamos a estar juntos, Reeve.
Tienes que entender la diferencia entre una mala decisión y una decisión
que tiene consecuencias que no se pueden deshacer y perduran por
siempre. Si Dovie hubiera muerto, si hubieras tenido éxito en matar a
Conner… ¿dónde estarías al final de todo eso? Enterrada bajo la culpa y el
remordimiento al igual que lo has estado desde que le pediste a Novak que
se hiciera cargo del novio de tu hermana. Necesito que confíes en que haga
mi trabajo y tienes que confiar en el proceso. Sé que Roark era un policía
corrupto, sé que hay más de esos en esta ciudad que los buenos, pero no
soy uno de ellos. Tienes que darme la oportunidad de hacer lo que necesita
ser hecho.
Asentí lentamente.
—Eso lo sé.
—Ahora.
250
el exterior tratando de entrar. Estaba intentando hacer lo que era mejor para
todos. Y para que lo sepas, Race pensó que estaba intentando tenderte una
trampa a ti para matar a Conner por mí. Él nunca confió en mis motivos.
Estaba por agradecerle y por sofocarlo con mi alivio, con más besos y
251
Recogí la tarjeta con el logo de los Alguaciles y doblé mis dedos en ella.
252
—No vayas solo. —Mi voz era apenas un susurro. No podía soportar el
Página
lo que no pasó mucho tiempo antes de que tuviera un puño en mis costillas
y ambos estuviéramos rodando por el asfalto intercambiando golpes
pesados y gruñendo por el esfuerzo. Le dio un buen golpe a mi mejilla y
estuve bastante seguro de que le rompí la nariz cuando golpeé mi frente en
el centro de su rostro. Llevó un codo a mi esternón, lo que me dejó sin aire,
por lo que respondí con un golpe en el riñón que finalmente alejó al otro
hombre de mí. Ambos nos pusimos de pie, ensangrentados y furiosos,
mientras continuábamos haciendo un círculo como perros de pelea.
—Ella podría haber muerto, imbécil. —Escupí sangre hacia sus pies,
haciendo que retrocediera y me maldijera.
—Ella tiene una pistola y sabe cómo usarla. Era la única manera en que
alguno de nosotros iba a acercarse a Roark. Alguien necesitaba meterse
dentro y la única manera de hacerlo era darle algo que quisiera.
—¿El cadáver de Reeve? —Solo decir las palabras hizo que mi corazón
ardiera aún más y di otro paso amenazador hacia el otro hombre. Booker
levantó sus manos frente a él en un gesto de rendición y sacudió su cabeza
lentamente.
—No tenemos otra opción. Hay que hacer sacrificios porque, hasta
ahora, Roark está ganando y todos nosotros estamos colgando en el
extremo de su cuerda esperando como un montón de estúpidos para ver
tras quién va a ir después. Creía que Reeve podría cuidar de sí misma y eso
nos llevó exactamente hacia donde necesitábamos estar. Los seguí cuando
salieron de la casa para poder hablar contigo, aunque sabía que me ibas a
255
Crucé los brazos sobre mi pecho mientras él dejaba caer sus manos.
—Porque la chica te ama. Es obvio para cualquiera que los vea juntos.
Él no quiere que se vaya, quiere que sufra. En su propia enferma y maníaca
forma, se preocupa por ella. Pensaba que ellos dos eran perfectos juntos
cuando ella le contó cómo le había pedido a Novak que se hiciera cargo
del novio de la hermana. Pensaba que era tan brutal y violenta como él.
Pensó que la venganza los ataría juntos para siempre. Creo que ella lo
decepcionó al probarle que tiene un corazón y que realmente se preocupa
por otras personas y quiere que pague por eso. Ella lo decepcionó, por lo
que merece sentir ese mismo tipo de dolor.
—Es una situación ganar-ganar para Roark. Ella mata al tipo y él siente
Página
número bloqueado. Supe por el acento que era Roark. Me dijo que siempre
recompensaba un trabajo bien hecho. Me ofreció trescientos mil dólares por
dejar que Zero entrara y otros diez mil si acordaba llevarte hacia él. Le dije
que era un trato.
—No lo dijo. Me dio un número para contactarlo una vez que tuviera el
paquete asegurado. —Levantó una ceja hacia mí—. Tú eres el paquete,
policía.
Solté un bufido.
—Te estoy diciendo que tiene algo muy enfermizo y retorcido con tu
chica. Quiere que sufras y quiere que ella sepa que estás sufriendo por ella.
En cuanto a mí… es solo un riesgo que voy a tener que tomar.
Resoplé de nuevo.
de su fuerza y su valentía.
2Butch y Sundance: Butch Cassidy and the Sundance Kid es una película estadounidense
que cuenta la historia de los famosos asaltantes de banco Butch Cassidy y su compinche
The Sundance Kid.
3LoJack: Es un sistema de seguimiento de vehículos que permite que los vehículos sean
rastreados por la policía, con el fin de recuperarlos en caso de robo.
—Bien. Vamos por esa oportunidad. Pero tengo que llamar a Reeve y
decirle lo que está pasando. Si no salimos vivos de esto… —Mi voz se apagó.
Si no salía vivo de esto, ella iba a envolverse en venganza y la necesidad de
sangre. Iba a volver adonde había estado antes de llegar a mí y sentirse
como si fuera su deber jurado tomar la vida de Roark para vengarme. No
podía dejar que eso sucediera. Recién había devuelto su alma a dónde
pertenecía. No podía ser la razón de que la perdiera de nuevo.
»Oye. Soy yo. —No dejé que hablara antes de lanzarme a contarle lo
que estaba haciendo y el papel que jugaba Booker en todo esto. Me di
cuenta de que estaba llorando para cuando hube terminado de hablar.
—Ese es un plan terrible. —Su voz era ronca por las lágrimas.
—No. No puedo. —Estaba loca si pensaba que esa aún era una opción
después de todo lo que habíamos luchado para llegar a más.
—Tienes que estar bien, Titus. No puedo estar aquí, no puedo ser alguien
bueno sin ti. —Eso hizo que mi corazón pesara como quinientos kilogramos.
—Ya lo has hecho, mucho mejor que cualquier otra persona. —Debería
decirle que la amaba, pero se sentía mal, barato. Necesitaba escuchar esas
palabras cuando no hubiera una fuerte posibilidad de que fuera la única
vez que estuviera por aquí para decirlas—. Confía en mí y mi pedido inicial
sigue en pie: si no tienes noticias de mí en una hora, llama a los Alguaciles y
diles dónde estoy.
No quería que nadie más pusiera sus manos en mi bebé. Solo esperaba
que pasara lo que pasara, alguien pudiera llevárselo a Bax en una sola
pieza. Se merecía más que ser abandonado en este páramo. Me deslicé
bajo el marco y tiré de los cables que enviarían la señal de localización en
caso de que necesitara encontrarlo si esta hermosa máquina alguna vez
desaparecía. También saqué mis esposas de la guantera y se las entregué
al otro hombre. Las lanzó hacia arriba y las atrapó con su mano con una
sonrisa.
»Oye, poli.
—No puedo. Eso era parte de las órdenes del malote. Creo que
realmente podría tenerte un poco de miedo. —Sentí que ponía algo en mi
bolsillo trasero—. Esta es la llave por si por algún milagro sales de allí vivo.
»Por supuesto que voy a ir solo. Bax apenas puede moverse. Race
quiere matarme y el policía está atado como un cerdo.
—Sí. Dijo que le parece apropiado que sea tu última parada dado que
pasaste tanto tiempo intentando derribar a su padre. Nadie ha estado allí
desde que lo incautaron los federales. Ha sido propiedad del gobierno y
dado que él solía ser jefe de policía y trabajó en el caso, lo sabe.
—Joder, lo sabía.
Podrían haber sido diez minutos, pero se sintieron como cinco según-
dos. Había solo una franja de tiempo entre la teoría y la práctica, y ahora
Página
—Oh, Booker. ¿Crees que no sé sobre esa dulce Ruger4 que tienes
metida en la cintura? ¿Crees que no sé que tienes un punto débil en la forma
de una pequeña chica adolescente? Los hombres que se preocupan por
algo tan frágil son tan predecibles. Al igual que el detective King. Sabía que
vendría contigo sin importar cuáles eran las circunstancias, pensé que
tenerlo envuelto con una moña era un buen toque. Gracias.
siempre vaya a ser más rápido en tirar del gatillo que un simple matón
4
Ruger: Sturm, Ruger & Company, Incorporated es una compañía ubicada en Southport,
Connecticut, Estados Unidos, dedicada a la fabricación de armas de fuego, más conocida
por su nombre abreviado Ruger.
callejero. Estuvo cerca, sorprendentemente cerca. Sabía que iba a morir,
pero aun así corrió el riesgo. ¿Quién dice que los criminales no tienen honor?
Mis brazos fueron sacudidos por encima de mi cabeza y sentí algo duro
deslizarse contra mis muñecas mientras mis pies colgaban, apenas tocando
el suelo. Fui estirado como un trozo de carne en un refrigerador y sabía que
no era bueno. Booker había estado contando con conseguir disparar y
ahora había caído y yo estaba colgado como una especie de sacrificio.
Fue aquí exactamente donde el plan se vino abajo. Solo llámame Butch
Cassidy.
Conner Roark lucía mucho como lo había hecho la primera vez que
vino a recoger a Reeve para Protección de Testigos. Alto, guapo, lo
bastante similar a Bax que me hizo odiarlo un poquito más fuerte. Sus ojos
color ébano brillaban con un regocijo de maldad mientras caminaba de un
lado a otro frente a mí.
—Puedes joderte.
—Qué grosero. Confía en mí, Detective, esta es una historia que querrás
escuchar. Verás que involucra a la mujer de la que al parecer ninguno de
los dos podemos permanecer alejados.
»Cuando la vi ese día luego de que se entregara, supe que tenía que
tenerla. Hermosa, suave, pero con afilada. Era perfecta para mí. Venganza,
la necesidad de hacer que otros pagaran por la forma en la que la habían
Página
ofendido. Era música para mis oídos. Ella era todo lo que había querido
alguna vez y pensé que odiaba este lugar, las cosas que le había hecho.
Pensé que estaría junto a mí y observaría mientras se quemaba porque lo
entendía.
—Piensa que eres un sociópata. Vio a través de ti, Roark. Ella es así de
buena. Tiene visión de rayos X.
—Tal vez ella lo hizo, pero nunca vio a través del hombre que me hizo.
¿De verdad piensas que Novak sería tan desinteresado, o incluso lo suficien-
temente altruista para acabar con un hombre que mató a su puta novia?
¿Piensas que a Novak le importó alguien más lo suficiente como para
involucrarse en su pequeño drama? La respuesta es no. Era un hombre de
negocios y Reeve era una chica linda. El novio le debía dinero por un
escondite que el delató soplándolo en su propia nariz. Él no pagaría, así que
consiguió que se encargaran. Fue solo coincidencia que Reeve apareciera
rogando por venganza. El chico era hombre muerto incluso antes de que la
novia estuviera en el suelo. Novak era un hombre astuto. Sabía que Reeve
podría resultar de utilidad en el camino, así que le dejó creer por años que
ella era la catalizadora... que ella tenía dentro ser la asesina. La mantuvo en
una cadena y era hermosa. Pensé que podía ser mi muñeca también.
cintura. De una patada liberé mis piernas así podía engancharlas alrededor
del cuello del presumido hombre irlandés y comencé a apretar. Él me dio un
Página
puñetazo, luchó, pero solo cerré mis muslos cada vez más apretados. Iba a
estrangular la vida fuera de él y no me importaba si recibía una bala en la
espalda.
—Todo esto por una chica. En serio, Detective King, pensé que
probarías ser mucho más que un desafío. Ella te hizo suave. Te hizo débil. To-
dos los hombres de esta ciudad olvidaron que había una guerra en marcha
cuando se distrajeron por sus palpitantes pollas. Ninguna chica vale la pena
para morir por ella.
—¿Tu chica? —Su voz con acento era fuerte, furiosa, y sabía que había
golpeado un nervio.
—Mía.
—Ella eligió mal. Pude haber puesto esta ciudad a sus pies. —Se
escuchaba casi como un chico enfermo de amor, un personaje que estaba
intentando interpretar en lugar del estúpido asesino que realmente era.
—Si ella hubiese querido la ciudad a sus pies, la habría puesto ahí ella
misma. Ese es el por qué nunca la mereciste, idiota. Nunca entendiste que
podía correr en círculos a tu alrededor en el departamento de ira-
inapropiada y necesidad-de-venganza. Solo fue lo suficientemente inteli-
gente como para saber que tenía que ser más en la vida que eso. Yo soy su
más. Tu solo fuiste un medio para un fin. —Solo debería haber mantenido mi
boca cerrada porque mis odiosas palabras fueron las que lo tuvieron
empujando su arma en mi boca y el chasquido metálico de advertencia
contra mis dientes frontales. Me miró fríamente, con victoria y demencia
brillando en sus oscuros ojos, y vi su dedo temblar en el gatillo. Era tiempo de
terminar las cosas.
El mundo explotó…
¡BANG!
—¿Tienes una llave para esas, King? Por cierto, te ves como la mierda.
—En mi bolsillo. —Comenzó a bajarme mientras continuaba mirán-
dolo—. Ese es un buen momento el que tienes ahí, Packard. —No es que no
estuviera feliz de verlo, considerando que estaba por comer una bala.
Las cejas grises del viejo jefe de Roark se levantaron mientras caía en
una pila a sus pies una vez mis manos estuvieron libres. No estaba seguro de
si estaba rota, pero mi rótula se sentía como si estuviera hecha de gelatina,
así que no había manera de que saliera caminando de aquí por mí mismo.
No sabía si Booker estaría de acuerdo con que era afortunado. Esta era
la segunda vez que tomaba una ronda en su pecho en menos de seis meses.
Incluso si él tenía tantas vidas como un gato, estaban comenzando a correr.
—Sip. Le dijo a alguien quién era ella y estaba gritando algo sobre
confiar en el sistema y hacer lo correcto. También dijo que si no enviábamos
a alguien detrás de ti, estaba llamando al refuerzo no-tan-legal. No me
había dado cuenta que tenías tus manos metidas tan profundamente en la
lata de galletas, Detective. ¿Puedes caminar?
269
Suspiré. Esto era The Point. Nunca iba a terminar y nuestras balanzas
siempre estaban fuera de control en el lado opuesto que cualquiera quería.
Me arrastré, salté y trastabillé fuera de la bodega con su ayuda hacia donde
podía escuchar sirenas. Nos estaban dirigiendo hacia la parte trasera de
una ambulancia cuando escuché mi nombre. Vi su oscuro cabello en la
multitud y gruñí hacia Packard cuando uno de sus chicos la sujetó para
mantenerla lejos de caos y de la escena del crimen.
—No esperaste.
270
—Gracias. Estoy tan orgulloso de ti por saber qué hacer, por cuidarme.
—Quería hacer lo correcto. Quería que vieras que confío en ti, confío
en tu sistema. Quería mostrarte más. Quería cuidarte de la manera correcta.
La apreté con fuerza e hice una mueca de dolor mientras ella frotaba
mi rodilla. La maldita recibió un disparo. Parecía una pelota de baloncesto
y estaba del mismo color azul oscuro que los ojos Reeve.
—También te amo.
—Nunca tuviste algo que ver con la muerte del novio de tu hermana.
Él le debía a Novak dinero por drogas. Ya tenía un objetivo en él. Novak te
manipuló, te usó como lo hizo con todos en The Point. Nunca has sido una
asesina, Reeve. No eres una mala persona. Puedes ir y hacer las cosas bien
con tus padres, y dejar ir algo de esa responsabilidad que dejas que te
271
controle.
Me incliné y la besé.
—¿No puede ser la Bella y la Bestia? Creo que eso me gusta mejor.
272
Página
REEVE
E
l taller estaba ocupado cuando caminé a través de él. Estaba
ruidoso y olía a aceite y gasolina. Obtuve algunas miradas curio-
sas de diferentes chicos que tenían sus cabezas enterradas en
motores o que estaban trabajando en otras partes diferentes de los autos,
pero no les presté nada de atención. Todos sabían que estaba con el
hermano de Bax, y siempre y cuando ellos quisieran seguir respirando o
permanecer fuera de la cárcel, mantenían sus opiniones para ellos mismos.
Sabía que Bax estaba en algún lugar dentro del cavernoso recinto.
Había llamado a Dovie más temprano para preguntarle dónde podía
encontrarlo. Me dijo que se estaba volviendo loco sentado en casa, y ya
que el artilugio que sostenía su mandíbula en su lugar había sido quitado,
volvió a trabajar. Se escuchaba frustrada y sabía exactamente de donde
venía eso. Aunque las heridas de Titus eran menos graves que las de Bax en
el magnífico esquema de las cosas, todavía estaba en reposo con una
rodilla y algunas costillas rotas. El policía era un paciente terrible y me estaba
volviendo loca con su mal humor y hosca actitud, mientras golpeaba
alrededor de la casa en su yeso. Mi opinión personal era que el resto era
bueno para él. Se merecía algo de tiempo libre después de todo por lo que
había pasado, pero Titus no era la clase de chico que se relajaba. Se
quedaba en una espiral apretada, escuchando a su radio de policía y
constantemente en el teléfono con sus compañeros policías, hablando
sobre trabajo o casos sin resolver. Incluso golpeado y cojeando, el chico era
una fuerza a tener en cuenta, y lo mismo se podría decir de Bax.
273
—Mira, sé que la jodí con Dovie y salió lastimada, pero salvé la vida de
Página
Titus, así que eso debe contar para algo. No voy a ir a ningún lado y sabes
que no puedes hacer nada al respecto sin lastimar a tu hermano. Quiero
alguna especie de tregua, Shane. Te guste o no, somos parte de la misma
familia ahora.
—¿Qué vas a hacer con Titus a largo plazo, Reeve? Siempre va a ser un
policía, tú siempre vas a ser una chica con un pie a cada lado de la ley.
¿Vas a hacerlo elegir entre tú y quien es él, quién siempre fue?
No iba a rogarle. Tenía mucho orgullo para eso, pero iba a pelear si me
obligaba. Titus nos necesitaba a ambos en su vida y no iba a dejar que Bax
275
reabriera la brecha que los había separado por tanto tiempo. Me empujé
fuera del escritorio y giré la cabeza hacia la puerta. La voz grave de Bax me
Página
—Estoy aquí por todo esto. Lo que sea que esto sea.
—Estamos bien por ahora, Reeve, pero si alguna vez lastimas otra vez a
alguien que me importa, no habrá un lugar lo suficientemente lejos en el que
te puedas esconder para alejarte de mí.
Caminé fuera antes que él pudiera decir algo más. Era una tregua
inestable en lo mejor, pero debería funcionar por ahora. Bax nunca iba a ser
mi gran admirador, pero siempre y cuando me tolerara y entendiera que
276
nunca dejaría que nada lastimara a Titus, era una chica feliz.
Tenía una parada rápida más que hacer antes de regresar a casa con
Página
—Hola, Reeve.
—Hola, cariño. ¿Saben tu hermana o Race que estás aquí? —La adoles-
cente se sonrojó aún más y sabía que la respuesta era no. Suspiré—.
Entonces será mejor que te vayas. No es necesario meterse en más
problemas con Race.
277
Al principio, cuando Titus explicó el por qué Booker nos había traicio-
nado a todos, había estado tan furiosa, me sentí tan violada, que estaba
segura de que no quería ver al hombre otra vez. Pero era experta en saber
todo sobre decisiones drásticas hechas en el vórtice de la desesperación y
frustración, así que cuando me calmé, sabía que no podía permanecer
enojada con él. Booker estaba jugando la única mano que había tenido,
justo como todos lo hicimos. Todos jugábamos con el destino y la oportu-
nidad cada día, así que estábamos destinados a perder de vez en cuando.
Ese es el por qué estoy aquí. Sabía todo sobre joderla tan mal que te
sentías tan solo y nadie sería capaz de perdonarte. Necesitaba que Booker
supiera que aunque sus acciones me habían herido, habían sido terribles e
imprudentes, lo aceptaba y entendía qué le hizo hacerlo. Nosotros éramos
muy parecidos, y en este lugar, era difícil encontrar gente que no solo te
agradara sino también con la que pudieras relacionarte. No iba a echarlo
fuera y quería que lo supiera.
—No, ya no estoy enojada. Entiendo por qué hiciste lo que hiciste, pero
eso es solo porque he estado ahí. Los chicos... —Moví mi mano adelante y
278
sobre ti. Dales tiempo. Race verá todo el cuadro tarde o temprano.
—¿Qué hay del policía?
Me encogí de hombros.
—No ama que conseguí una paliza, y tampoco ama que me diste un
arma, pero está orgulloso de mí por cuidar e3 mí misma. Creo que entiende
que estabas desesperado y aferrándote a un clavo ardiendo. Alguien tenía
que hacer algo y tal vez no era la forma correcta, pero al final, tus acciones
hicieron que Conner cayera, y eso es todo lo que cuenta. Titus dijo que
todavía ibas a tener libertad condicional por escaparte de tu libertad bajo
fianza.
Asentí un poco.
—No necesito una roca. Soy lo bastante duro por mi cuenta. —No dije
nada, pero pensaba en los ojos-de-ciervo de la adolescente que acababa
de colarse aquí.
279
una tormenta, golpeando sin cesar contra una roca más grande,
lentamente, silenciosamente saltando lejos en la superficie.
Me deslicé fuera de la habitación y fui hacia el GTO así podía regresar
con Titus. No había arrojado mucho la palabra con A alrededor… de hecho
solo me lo había dicho dos veces. El día después que Conner fue arrastrado
lejos por el Alguacil y el día que finalmente había regresado a casa del
hospital cuando todavía estaba drogado por las pastillas para el dolor. No
me molestó porque al día siguiente, me había entregado las llaves de ese
musculoso auto azul Liberty y me dijo que podía usarlo hasta que su pierna
estuviera fuera de la escayola. Si esa no era una declaración llena de amor
y devoción, entonces no sabía qué lo era. Las llaves del GTO eran mejores
que cualquier anillo de diamantes que podría haberme dado.
Afortunadamente para mí, me había puesto una falda cuando había salido
para andar alrededor de la ciudad, así que toda su caliente y sudorosa piel
cepilló seductoramente a lo largo de mis muslos mientras me sentaba a
Página
Puse mis manos en su pecho duro como roca y enterré mis uñas en el
flexible músculo que vivía ahí.
—No puedes decirme que no, Reeve. Quieres a la bestia tanto como
esta te quiere a ti. —Me besó otra vez y gemí un poco mientras él empujaba
su mano lejos de mí y fuera de mi falda. Estaba por ponerle mala cara
cuando me dijo—: Quítate estas y voltéate. Nos podemos relajar mutua-
mente. —Sacudió sus cejas hacia arriba y abajo mientras aprensivamente
hacía lo que me pidió, probando que estaba en lo correcto. Nunca le diría
que no.
haciendo difícil.
Lo tomé tan profundo como podía y luego me balanceé hacia arriba.
Traté de tomarme mí tiempo con el rápido movimiento de su lengua y el
delicioso empuje y marcha atrás de sus dedos, pero era imposible. Su ritmo
era rápido y duro, me gustaba que el mío fuera lento y tortuoso. Quería que
terminara y me destrozara y quería bajarle la velocidad y llenarlo con tanto
placer que se desbordara. Era la guerra más sexy que había peleado.
»Déjame entrar, Reeve. —Como que lo amaba más que nada cuando
me daba órdenes como esa, así que liberé esa deliciosa dura carne con un
rápido movimiento de mi lengua y me levanté de vuelta sobre mis rodillas,
sobre él. No me molesté en darme vuelta. Eso solo habría desperdiciado
tiempo. Me deslicé hacia abajo, hacia su cintura y me levanté, así él podía
alinearse a sí mismo en mi resplandeciente entrada. Una vez que sentí su
punta tocar mis pliegues húmedos, me hundí todo el camino hacia abajo,
haciéndonos a ambos gemir. Puso una mano en mi cadera y levantó su
pierna buena, lo que forzó a mis piernas a separarse más a cada lado de las
suyas. Me estiró e hizo la presión y el empuje dentro de mí, incluso más
notable mientras comenzaba a moverme hacia arriba y abajo en un
movimiento de constante balanceo.
sus labios y sus dedos se apretaron más y más, cada vez que mi cuerpo
tomaba el suyo dentro. Esa era la mirada de posesión. Era la mirada de las
Página
»Ves. Bueno y rejalado. —Le habría puesto los ojos en blanco si todavía
me quedara cualquier tipo de energía.
—¿Qué quería Nassir? —La mano libre de Titus comenzó a frotar lentos
círculos a través de mi vientre y me pregunté si estaba pensando acerca de
lo que inevitablemente iba a pasar ahí si continuábamos teniendo sexo
desinhibido sin protección. Me estremecí un poco cuando me di cuenta que
estaba trazando corazones invisibles a través de mi piel.
—¿Keelyn?
Titus gruñó su afirmación.
—¿Por qué?
—Nassir nombró al nuevo club Lock and Key. Esa no puede ser una
coincidencia.
No estaba abierto aún, pero la ciudad y las calles ya estaban vivas con
ruido y anticipación para ver lo que el príncipe del pecado y la oscuridad
podía ofrecerles.
Él me devolvió el beso.
Amor y pelea.
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