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estatura promedio de los varones británicos era 1,55 metros.

136 El aumento
de estatura ha sido incluso mayor en otros países. En los Países Bajos, el
varón promedio mide casi 1,80 metros, más de 15 centímetros137 que hace
ciento cincuenta años. Recuerdo este gran aumento generacional de la estatura
cada vez que me reúno con mis colaboradores holandeses. Se inclinan
solícitos, pero, aun así, me siento como si estuviera plantada ante un bosque
de secuoyas.
No creo que la reserva genética haya cambiado tanto en unas pocas
generaciones, sino que el gran aumento de la estatura más bien tiene que ver
con la nutrición, el agua y el aire puros, y la medicina moderna. (Por cierto, el
aumento generacional de peso ha sido incluso mayor, y esto puede deberse a
comer más que en el pasado y a movernos menos, en lugar de estar
relacionado con cambios en nuestro ADN.) Incluso en una sola generación se
puede apreciar la influencia del entorno en el peso. Los niños que toman
comida sana en abundancia serán más altos; en cambio, la malnutrición atrofia
el crecimiento.
Asimismo, rasgos como la honradez y la generosidad,138 y sí, también el
grit, están influidos por la genética y las experiencias. Al igual que el CI,139
la extroversión, gozar del contacto con la naturaleza,140 ser goloso,141 la
tendencia a acabar fumando como un carretero,142 el riesgo de contraer
cáncer de piel143 y cualquier otra cosa que se te ocurra. Lo innato nos
condiciona, al igual que lo adquirido.
El talento, en cualquiera de sus variedades, también está influido por la
genética. Hay quienes nacen con genes que les permiten tener más facilidad
para entonar una melodía,144 encestar una pelota de baloncesto145 o resolver
una ecuación cuadrática.146 Pero aunque parezca mentira, el talento no
depende solamente de la genética: la rapidez con la que desarrollamos
cualquier habilidad también depende en gran medida de la experiencia.
Por ejemplo, el sociólogo Dan Chambliss participó en competiciones de
natación en el instituto, pero lo dejó al creer que nunca llegaría a competir a
nivel nacional.
«Soy demasiado pequeño y mi cuerpo no me permite la flexión plantar en
el movimiento del tobillo. Al intentar hacer el movimiento inverso, no puedo
doblar el pie hacia arriba, solo flexionarlo hacia abajo. Es una limitación

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