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Los sables de luz suelen tener una estructura básica similar, aunque muchas son individualizadas
por quienes las construyen. En general, su forma consta de una base cilíndrica y una hoja de luz
de algún color.
Aunque el rayo de energía pura no tiene masa, la onda de arco generada electromagnéticamente
crea un fuerte efecto giroscópico que hace de la espada de luz un arma difícil de vencer.
Funciona según el complejo principio de la energía de ondas de arco controlada por precisión y
requiere de elementos de enfoque confeccionados a partir de cristales naturales que no se pueden
sintetizar (Ejemplos de cristales tenemos los Pontites de Ádegan y el cristal Kaiburr). Las
espadas de luz tienen que construirse a mano, ya que no existe una fórmula exacta que explique
la decisiva alineación de los cristales irregulares. El más mínimo error en la alineación
provocaría la explosión del arma al activarla.
Es por esto que la construcción de una espada de luz es una tarea que sólo puede acometer un
usuario diestro de la Fuerza; conseguir la alineación exacta es casi imposible sin ayuda mística.
Las partes básicas de que se suele componer una espada de luz son las siguientes:
Un anillo magnético de estabilización con pestaña de afinación.
Un controlador de longitud del rayo.
Un controlador de potencia del rayo.
Circuitos de modulación de energía.
Proyectores de energía de campos cíclicos.
Cristales naturales irregulares de enfoque.
Un cristal principal (el corazón de la espada de luz).
Una montura de un metal capaz de sostener el cristal ante la excitación de los átomos (en el caso
de un Kaiburr, similar al rubí, dichos átomos asemejan la estructura atómica del cromo); una
buena opción es el acero Mandaloriano (lo más semejante en el planeta Tierra es el titanio).