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DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS 103

presa nunca vuelve a ser del todo la misma, al


menos la de aquellos especialistas en cuyo campo
particular se encuentran las novedades.
VI. LAS ANOMALÍAS Y EL SURGIMIENTO Hemos de preguntarnos ahora cómo pueden
DE LOS DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS producirse cambios de este tipo, considerando en
primer lugar los descubrimientos o novedades de
hecho, y luego las invenciones o novedades teóri-
LA CIENCIA normal, la actividad de resolver rom- cas. No obstante, tal distinción entre descubri-
pecabezas que acabamos de examinar, es una miento e invento o entre hecho y teoría, pronto
empresa enormemente acumulativa y eminente- resultará ser extremadamente artificial. Su arti-
mente eficaz en la consecución de su finalidad, ficíalidad constituye una pista importante para
que es la ampliación continuada del alcance y varias de las tesis principales de este ensayo. Al
precisión del conocimiento científico. En todos examinar algunos descubrimientos selectos en el
estos aspectos encaja con toda exactitud con la resto de este capítulo, hallaremos enseguida que
imagen más usual del trabajo científico. Con to- no constituyen sucesos aislados, sino que son epi-
do, falta un resultado típico de la empresa cientí- sodios comunes con una estructura que recurre
fica. La ciencia normal no pretende encontrar con regularidad. El descubrimiento comienza to-
novedades de hechos o de teorías, y cuando tiene mando conciencia de una anomalía, es decir, re-
éxito, no las encuentra. Sin embargo, la investiga- conociendo que la naturaleza ha violado de algún
ción científica descubre reiteradamente fenóme- modo las expectativas inducidas por el paradig-
nos nuevos e inesperados, y los científicos inven- ma que gobierna la ciencia normal. Prosigue lue-
tan una y otra vez teorías radicalmente nuevas. go con una exploración más o menos amplia del
La historia sugiere incluso que la empresa cientí- área de la anomalía, y se cierra sólo cuando la
fica ha desarrollado una técnica inmensamente teoría paradigmática se ha ajustado para que lo
poderosa para producir sorpresas de este tipo. anómalo se vuelva algo esperado. La asimilación
Para reconciliar esta característica de la ciencia de un nuevo tipo de hecho exige un ajuste de la
con lo que se ha dicho hasta aquí, es preciso que teoría que no se limita a ser un añadido, y hasta
la investigación que sigue un paradigma sea un que no se termina dicho ajuste, hasta que el cien-
modo especialmente efectivo de inducir cambios tífico no haya aprendido a ver la naturaleza de un
paradigmáticos, pues a eso es a lo que dan lugar modo distinto, el hecho nuevo no es en absoluto
las novedades empíricas y teóricas fundamentales. un hecho plenamente científico.
Al ser producidas de manera involuntaria por un Para mostrar lo íntimamente que se imbrican
juego regido mediante un conjunto de reglas, su las novedades fácticas y teóricas en el descubri-
asimilación exige elaborar otro conjunto. Tras ha- miento científico, examinaremos un ejemplo par-
berse convertido en parte de la ciencia, esta em- ticularmente famoso, el descubrimiento del oxí-

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geno. Al menos tres personas diferentes tienen mo- do nitroso y en 1775, tras ulteriores pruebas, co-
tivos para reclamarlo como suyo, y otros muchos mo aire ordinario con menos cantidad de flogisto
químicos de comienzos de la década de 1770 pue- de la usual. El tercer pretendiente, Lavoisier, ini-
den haber enriquecido el aire en un recipiente de ció el trabajo que lo condujo al oxígeno después
su laboratorio sin saberlo. I El progreso de la cien- de los experimentos de Priestley de 1774, y es po-
cia normal, en este caso la química neumática, sible que lo hiciera como resultado de las pistas
preparó el camino a una ruptura muy profunda. suministradas por Priestley. A comienzos de 1775,
El primero de los candidatos a haber preparado Lavoisier informó de que el gas obtenido calen-
una muestra relativamente pura del gas fue el bo- tando el óxido rojo de mercurio era "el propio aire
ticario sueco C. W. Scheele. Con todo, podemos completo, sin alteración [excepto que]. .. más pu-
pasar por alto su trabajo dado que no se publicó ro, más respirable".3 Hacia 1777, probablemente
hasta después de que el descubrimiento del oxí- con la ayuda de una segunda pista de Priestley,
geno se hubo anunciado repetidamente en otras Lavoisier había llegado a la conclusión de que el
partes, por lo que careció de efectos sobre el pa- gas constituía una especie distinta, uno de los dos
trón histórico que más nos interesa aquU El si- constituyentes principales de la atmósfera, con-
guiente en reclamar la prioridad fue el científico y clusión que Priestley nunca fue capaz de aceptar.
teólogo británico Joseph Priestley, que recogió el Este patrón de descubrimiento suscita una pre-
gas emitido por óxido rojo de mercurio calentado gunta que se puede plantear acerca de todo fenó-
como una muestra más de una investigación nor- meno nuevo que se haya presentado a la concien-
mal en marcha sobre los "aires" emitidos por un cia de los científicos. ¿Quién fue el primero en
gran número de sustancias sólidas. En 1774 iden- descubrir el oxígeno, Priestley o Lavoisier, si es que
tificó el gas producido de esta manera como óxi- fue alguno de ambos? En cualquier caso, ¿cuán-
do se descubrió el oxígeno? Planteada de esta ma-
1 Un tratamiento aún clásico del descubrimiento del oxíge-
no es el de A. N. Meldrum, The Eighteenth-Century Revolution
nera, la pregunta podría formularse incluso si
in Science. The First Phase (Calcuta, 1939), cap. v. Una revi- sólo hubiera existido un pretendiente. Aquí no
sión reciente indispensable, que incluye un pormenor de la nos interesa en absoluto una respuesta que emita
controversia sobre la prioridad, es Maurice Daumas, Lavoi- un fallo acerca de la prioridad y de la fecha. Sin
sier, théoricien et expérimentateur (París, 1955), caps. I-lII. embargo, el intento de ofrecer un dictamen dará
Para una explicación y bibliografía más cabal, véase también
T. S. Khun, "The Historical Structure of Scientific Discovery", luz sobre la naturaleza del descubrimiento, pues
Science, CXXXVI (l0 de junio de 1962), pp. 760-764 [ahora no existe una respuesta del tipo buscado. El des-
capítulo 7 de The Essential Tension, The University of Chicago
Press, 1967; hay traducción española, La tensión esencial, Mé- 3 J. B. Conant, The Overthrow of the Phlogiston Theory: The
xico, FCE, 1982]. Chemical Revolution of 1775-1779 ("Harvard Case Histories
2 Véase, no obstante, Uno Bocklund, "A Lost Letter from in Experimental Science, Case 2; Cambridge, Massachusetts,
Scheele to Lavoisier", Lychnos, 1957-1958, pp. 39-62, para 1950), p. 23. Este utilísimo folleto reproduce muchos de los
una evaluación distinta del papel de Scheele. documentos pertinentes.
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cubrimiento no es el tipo de proceso sobre el que ria del calor. 4 ¿Diremos por tanto que el oxígeno
sea adecuado plantear la pregunta. El hecho de aún no se había descubierto en 1777? Algunos se
que se formule (la prioridad en el descubrimien- sentirán tentados de hacerlo, pero el principio de
to del oxígeno se ha puesto repetidamente en tela acidez no se borró de la química hasta después
de juicio desde la década de 1780), es un síntoma de 1810, y el calórico subsistió hasta la década de
del sesgo en la imagen de la ciencia que confiere 1860, mientras que el oxígeno se había converti-
al descubrimiento un papel tan fundamental. Con- do en una sustancia química normal antes de
sideremos de nuevo nuestro ejemplo. La candida- cualquiera de estas fechas.
tura de Priestley a ser el descubridor del oxígeno Está claro que necesitamos un vocabulario y
se basa en la prioridad a la hora de aislar un gas unos conceptos nuevos para analizar sucesos co-
que más tarde se identificó como una especie dis- mo el descubrimiento del oxígeno. Aunque sin
tinta. Pero la muestra de Priestley no era pura, y duda sea correcta, la frase "el oxígeno fue descu-
si sostener en la mano oxígeno impuro equivale a bierto" induce a error al sugerir que descubrir
descubrirlo, entonces eso es algo que hizo cual- algo es un acto único y simple, asimilable a nues-
quiera que haya embotellado alguna vez aire at- tro concepto usual de ver, que asimismo es cues-
mosférico. Además, si Priestley fue el descubridor, tionable. Ésa es la razón de que supongamos con
¿cuándo hizo el descubrimiento? En 1774 creyó tanta facilidad que descubrir, al igual que ver o
que había obtenido óxido nitroso, una especie que tocar, debería ser inequívocamente atribuible a
ya conocía; en 1775 vio el gas como aire desflo- un individuo y a un instante temporal. Mas esta
gistizado, que no es aún oxígeno, ni siquiera un última atribución es siempre imposible, cosa que
tipo inesperado de gas para los químicos del flo- también ocurre con frecuencia con la primera. Si
gisto. La candidatura de Lavoisier puede que sea ignoramos a Scheele, podemos decir con seguri-
más sólida, pero presenta los mismos problemas. dad que el oxígeno no se había descubierto antes
Si le negamos el premio a Priestley, no se lo pode- de 1774, y probablemente diríamos también que
mos otorgar a Lavoisier por el trabajo de 1775, ya había sido descubierto hacia 1777 o poco des-
que lo llevó a identificar el gas como "el propio pués. Pero dentro de esos límites u otros simila-
aire completo". Presumiblemente tenemos que es- res, cualquier intento de fechar el descubrimiento
perar al trabajo de 1776 y 1777 que hizo que La- será inevitablemente arbitrario, porque descubrir
voisier viera no solamente el gas sino también un nuevo tipo de fenómeno es necesariamente un
qué era el gas. Con todo, incluso esta concesión suceso complejo que entraña reconocer tanto que
del premio podría ser objetada, pues en 1777 y algo es, como qué es. Adviértase, por ejemplo,
hasta el fin de sus días, Lavoisier insistía en que
el oxígeno era un "principio de acidez" atómico y 4 H. Metzger, La philosophie de la matiere chez Lavoisier
que el gas oxígeno se formaba solamente cuando (París, 1935); y Daumas, Lavoisier, théoricien et expérimenta-
dicho "principio" se unía con el calórico, la mate- teur, cap. VII.
lOS DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS 109

que si para nosotros el oxígeno fuese aire desflo- meno violaba las expectativas inducidas por el
gistizado, diríamos sin el menor asomo de duda paradigma. Nótese, no obstante, ya que. será im-
que lo descubrió Priestley, por más que sigamos portante más tarde, que el descubrImIento del
sin saber cuándo exactamente. Pero si tanto la oxígeno no fue en sí mismo la causa del cambio
observación como la conceptualización, el hecho en la teoría química. Mucho antes de que desem-
y la asimilación a una teoría, se encuentran inse- peñara función alguna en el descubrimiento del
parablemente unidos en el descubrimiento, en- nuevo gas, Lavoisier estaba convencido no sólo
tonces el descubrimiento es un proceso que ha de de que algo andaba mal en la teoría del flogisto,
llevar tiempo. Tan sólo cuando todas las catego- sino además de que los cuerpos absorbían al ar-
rías conceptuales pertinentes están dispuestas der una parte de la atmósfera. Eso fue lo que dejó
por adelantado -en cuyo caso el fenómeno no registrado en una nota sellada que depositó ante
sería de nuevo tipo-, descubrir que algo es y des- el secretario de la Academia francesa en 1772. 5
cubrir qué es podrá producirse sin dificultad, ins- El resultado del trabajo sobre el oxígeno fue con-
tantáneamente y a la vez. formar y estructurar mucho más la primitiva sen-
Supongamos ahora que el descubrimiento en- sación de Lavoisier de que algo estaba mal. Le
traña un proceso extenso, aunque no necesaria- comunicó algo que ya estaba preparado para des-
mente largo, de asimilación conceptual. ¿Podemos cubrir: la naturaleza de la sustancia que la com-
d~cir también que entraña un cambio de para- bustión toma de la atmósfera. Tener conciencia
dIgma? No se puede dar todavía una respuesta por adelantado de las dificultades tuvo que ser
general a esta pregunta, pero en este caso al me- una parte significativa de lo que le permitió a La-
nos la respuesta ha de ser afirmativa. Lo que La- voisier ver en experimentos como los de Priestley
voisier anunció en sus artículos desde 1777 no un gas que el propio Priestley había sido incapaz
era tanto el descubrimiento del oxígeno cuanto la de ver. A la inversa, el hecho de que se necesitara
teoría de la combustión del oxígeno. Dicha teoría una revisión importante del paradigma para ver
er~ la pieza clave de una reformulación de la quí- lo que vio Lavoisier, fue la razón principal de que
mIca, tan vasta que generalmente se conoce como PriestIey haya sido incapaz de verlo hasta el fin
la revolución química. Ciertamente, si el descu- de su larga vida.
brimiento del oxígeno no hubiera sido una parte Otros dos ejemplos mucho más breves contri-
consustancial del surgimiento de un paradigma buirán a apoyar lo que se acaba de decir, y a la
nuevo para la química, el problema de la priori- vez nos llevarán de la elucidación de la naturale-
dad con el que empezamos la discusión nunca za de los descubrimientos a la comprensión de
hubiera parecido tan importante. En este, como
en otros casos, la evaluación de un nuevo fenó- 5 La descripción más autorizada de los motivos del descon-
tento de Lavoisier es la de Henry Guerlac, Lavoisier-the Cru-
meno y por tanto de su descubrimiento, varía cial Year: The Background and Origin ofHis First Experiments
con nuestra estimación de en qué medida el fenó- on Combustion in 1772 (Ithaca. Nueva York, 1961).
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l~s ci:cunstancias según las cuales surgen en la rados según el paradigma del flogisto, mientras
CIenCIa. A fin de presentar los diferentes modos que el descubrimiento de Roentgen comenzó al
en que pueden producirse los descubrimientos darse cuenta de que su pantalla brillaba cuando
elegimos estos ejemplos de manera que difiere~ no debiera hacerlo. En ambos casos, la percepción
entre sí y del descubrimiento del oxígeno. El pri- de la anomalía, esto es, de un fenómeno para el
mero, los rayos X, es un caso clásico de descubri- que el paradigma no ha preparado al investiga-
miento accidental, un tipo de descubrimiento que dor, desempeñó una función esencial al desbro-
se. pr~du~e con mayor frecuencia de lo que los zar el camino para la percepción de la novedad.
CrIterIOS Impersonales de información científica Pero, de nuevo en ambos casos, la percepció? de
nos permiten fácilmente constatar. La historia se que algo iba mal no fue más que el preludIO al
inicia el día en que el físico Roentgen interrum- descubrimiento. Ni el oxígeno ni los rayos X sur-
p!ó .una investigación normal sobre los rayos ca- gieron sin un proceso ulterior de experi~ent~­
tOdICOS porque se había dado cuenta de que una ción y asimilación. ¿En qué punto de la InvestI-
pantalla de platinocianuro de bario que se halla- gación de Roentgen, por ejemplo, habríamos de
ba a cierta distancia de su aparato blindado, bri- decir que se descubrieron de hecho los rayos X?
ll~ba cuand~ se producía la descarga. Investiga- En cualquier caso no en el primer instante, cuan-
CIones ulterIores, que ocuparon siete semanas do lo único que se notó fue una pantalla que bri-
febriles durante las cuales Roentgen práctica- llaba. Al menos otro investigador había visto se-
mente no salió del laboratorio, indicaron que la mejante brillo y no descubrió nada en absoluto,
causa del brillo procedía en línea recta del tubo para su posterior disgusto. 7 También está bastan-
de los rayos catódicos, que la radiación proyec- te claro que el momento del descubrimiento no
taba sombras, que no se podía desviar mediante se puede postergar a algún momento de la última
un imán y muchas otras cosas. Antes de anunciar semana de investigación, cuando Roentgen esta-
su descubrimiento, Roentgen se había convenci- ba explorando las propiedades de la nueva radia-
do de que este efecto no se debía a los rayos cató- ción que ya había descubierto. Lo único que po-
dicos, sino a un agente que presentaba algunas demos decir es que los rayos X aparecieron en
semejanzas al menos con la luz. 6 Wurzburgo entre el 8 de noviembre y el 28 de di-
Incluso un resumen tan breve descubre sor- ciembre de 1895.
prendentes semejanzas con el descubrimiento Sin embargo, hay un tercer campo en el que es
del oxígeno: antes de experimentar con óxido mucho menos visible la existencia de paralelis-
rojo de mercurio, Lavoisier había realizado ex-
perimentos que no produjeron los resultados espe- 7 E. T. Whittaker, A History of the Theories of Aether and
Eleetrieity, 1 (2 a ed., Londres, 1951), p. 358, nota 1. Sir George
6 L. W. Taylar, Physies, the Pianeer Seienee (Bastan, 1941), Thomson me ha informado de un segundo caso. Alertado por
pp. 790-794; Y T. W. Chalmers, Historie Researehes (Landres unas placas fotográficas inexplicablemente veladas,. si.r Wi-
1949), pp. 218-219. ' lliam Crookes estuvo también en la pista del descubrImIento.
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mas significativos entre los descubrimientos del con sorpresa, sino con pasmo. Lord Kelvin ini-
oxígeno y de los rayos X. Frente a lo que ocurrió cialmente los consideró un truco rebuscado. 8
con el descubrimiento del oxígeno, el de los ra- Otros se sintieron claramente anonadados aun-
yos X, al menos durante una década después del que no dudaran de las pruebas. Aunque la teoría
suceso, no se vio implicado en ninguna hecatom- vigente no prohibiera la existencia de rayos X,
be obvia en la teoría científica. ¿En qué sentido éstos violaban expectativas profundamente en-
entonces se puede decir que la asimilación de di- raizadas. Sugiero que esas expectativas estaban
cho descubrimiento precisó un cambio paradig- implícitas en el diseño y la interpretación de los
mático? Las razones para negar tal cambio son procedimientos de laboratorio establecidos. Para
muy fuertes. No cabe duda de que los paradigmas la década de 1890 el equipo de rayos catódicos
aceptados por Roentgen y sus contemporáneos estaba muy extendido en numerosos laboratorios
no habrían servido para predecir los rayos X. (La europeos. Si el aparato de Roentgen había produ-
teoría electromagnética de Maxwell aún no había cido rayos X, entonces un buen número de otros
sido aceptada de manera general y la teoría par- experimentadores tenían que haber estado pro-
ticularista de los rayos catódicos no era más que duciendo tales rayos durante algún tiempo sin
una de las diversas explicaciones en curso.) Pero darse cuenta. Tal vez esos rayos, que podrían tener
esos paradigmas tampoco prohibían, al menos de perfectamente otras fuentes desconocidas, estu-
modo obvio, la existencia de los rayos X, al modo viesen implicados en conductas que anteriormen-
en que la teoría del flogisto había prohibido la in- te se habían explicado sin hacer referencia a ellos.
terpretación que hacía Lavoisier del gas de Pries- En última instancia, varios tipos de aparatos des-
tley. Por el contrario, en 1895 la teoría y la práctica de hacía tiempo familiares, tendrían que aislarse
científicas aceptadas admitían algunas formas de con plomo en el futuro. Algunos trabajos ya ter-
radiación, como la visible, la infrarroja y la ultra- minados sobre proyectos normales, tendrían que
.violeta. ¿Por qué no se podrían aceptar los rayos X repetirse de nuevo ahora porque los científicos
como una forma más de una clase bien conocida anteriores no se habían dado cuenta ni habían
de fenómenos naturales? ¿Por qué no se acepta- controlado una variable pertinente. Sin duda los
ron, por ejemplo, a la manera en que se aceptaba rayos X abrieron un nuevo campo incrementando
el descubrimiento de un nuevo elemento quími- de este modo el dominio potencial de la ciencia
co? En la época de Roentgen aún se buscaban y normal. Pero además, y ello es ahora lo que im-
se hallaban nuevos elementos para rellenar los porta, cambió algunos campos preexistentes. En
lugares vacíos de la tabla periódica. Su búsqueda ese proceso negaron a tipos de instrumentación
era un proyecto típico de la ciencia normal y su antes paradigmáticos el derecho a dicho título.
hallazgo era un motivo de parabienes y no de sor-
presa. 8 Silvanus P. Thompson, The Life of Sir William Thomson
Sin embargo, los rayos X no sólo se recibieron Baron Kelvin of Largs (Londres, 1910), vol. n, p. 1125.
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Dicho sea brevemente, de manera consciente o aludiendo, por ejemplo, a la identificación tardía
inconsciente, la decisión de emplear un equipo de la fisión del uranio. Una de las razones por las
experimental particular y usarlo de un modo de- cuales esta reacción nuclear resultó especialmen-
terminado, conlleva la suposición de que sólo se te difícil de reconocer era que las personas que
producirán cierto tipo de situaciones. Existen ex- sabían lo que era de esperar cuando se bombar-
pectativas instrumentales además de teóricas que deaba uranio, eligieron pruebas químicas orien-
a menudo han desempeñado una función decisi- tadas principalmente a los elementos del extremo
va en el desarrollo científico. Una de esas expec- superior de la tabla periódica. 10 ¿Acaso hemos de
tativas forma parte, por ejemplo, de la historia concluir de la frecuencia con que tales compro-
del descubrimiento diferido del oxígeno. Como misos instrumentales resultan engañosos, que la
prueba típica de la "bondad del aire", tanto Pries- ciencia debería abandonar las pruebas y los ins-
tley como Lavoisier mezclaron dos volúmenes de trumentos estándar? Sería un método de inves-
su gas con un volumen de óxido nítrico, agitaron tigación inconcebible. Los procedimientos y las
la mezcla sobre agua y midieron el volumen del aplicaciones paradigmáticas son tan necesarios
residuo gaseoso. La experiencia anterior a partir para la ciencia como las leyes y las teorías para-
de la cual se había desarrollado este procedimien- digmáticas, y poseen los mismos efectos. Inevita-
to estándar, les aseguraba que con aire atmosféri-
co el residuo sería un volumen, y sería mayor para 10 K. K. Darrow, "Nuclear Fission", Bell System Technical

cualquier otro gas (o para el aire contaminado). Journal, XIX (1940), pp. 267-289. El criptón, uno de los dos
principales productos de la fisión, parece no haber sido iden-
En los experimentos del oxígeno ambos hallaron tificado por medios químicos hasta después de que la reac-
un residuo próximo a un volumen y en conse- ción fuese bien comprendida. El bario, el otro producto, fue
cuencia identificaron el gas. Sólo mucho más tar- casi identificado químicamente en un momento posterior de
de, y en parte merced a un accidente, Priestley la investigación porque da la casualidad de que dicho elemen-
abandonó el procedimiento normal y ensayó la to tenía que añadirse a la solución radiactiva a fin de precipi-
tar el elemento pesado que andaban buscando los químicos
mezcla del óxido nítrico con su gas en otras pro- nucleares. La incapacidad de separar el bario añadido del pro-
porciones. Halló entonces que con un volumen ducto radiactivo llevó, después de que la reacción se hubiera
cuádruple de óxido nítrico casi no quedaba resi- investigado durante casi cinco años, al siguiente informe:
duo. Su compromiso con el procedimiento de "Como químicos, esta investigación debería llevamos... a cam-
biar los nombres del esquema [de reacción] precedente, escri-
prueba original, procedimiento sancionado por biendo Ba, La, Ce, en lugar de Ra, Ac, Th. Mas, en cuanto 'quí-
una cuantiosa experiencia anterior, era a la vez micos nucleares' con íntimos lazos con la física, no podemos
un compromiso con la no existencia de gases que dar este salto que contradiría toda la experiencia anterior de la
se comportaran como el oxígeno. 9 física nuclear. Puede ser que una serie de extraños accidentes
Se podrían multiplicar ejemplos de ese tipo vuelvan engañosos nuestros resultados" (atto Hahn y Fritz
Strassman, "Über den Nachweis und das Verhalten der bei der
Bestrahlung des Urans mittels Neutronen entstehended Er-
9 Conant, The Overthrow ofthe Phlogiston Theory, pp. 18-20. dalkalimetalle", Die Naturwissenschafren, XXVII [1939], p. 15).
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blemente restringen el campo fenomenológico de dida que el experimento y la teoría tentativa se ar-
la investigación científica en cualquier momento ticulan conjuntamente, surge el descubrimiento
dado. Reconociéndolo, hemos de comprender si- v la teoría se convierte en un paradigma.
multáneamente un sentido esencial en el que el . El descubrimiento de la botella de Leyden mues-
descubrimiento de los rayos X exige a un segmen- tra todos estos aspectos así como los otros que ya
to especial de la comunidad científica un cambio hemos observado antes. Cuando comenzó, no ha-
de paradigma y por tanto un cambio tanto en los bía un paradigma único para la investigación eléc-
procedimientos como en las expectativas. Como trica. Por el contrario, competían entre sí algunas
resultado de ello hemos de entender también de teorías, todas las cuales derivaban de fenómenos
qué manera el descubrimiento de los rayos X pa- relativamente accesibles. Ninguna de ellas conse-
reció abrir un extraño mundo nuevo a muchos guía organizar muy bien la gran diversidad de los
científicos, participando de este modo de una ma- fenómenos eléctricos. Esta falla es la fuente de
nera muy efectiva en la crisis que llevó a la física varias de las anomalías que suministran el telón
del siglo xx. de fondo del descubrimiento de la botella de Ley-
Nuestro último ejemplo de descubrimiento cien- den. Una de las escuelas rivales de electricistas
tífico, el de la botella de Leyden, pertenece a un consideraba que la electricidad era un fluido, y di-
tipo que se podría describir como inducido por la cha idea llevó a algunas personas a intentar em-
teoría. A primera vista la expresión podría pare- botellar el fluido sosteniendo un recipiente de vi-
cer paradójica. Gran parte de lo dicho hasta aquí drio lleno de agua en la mano mientras tocaban el
sugiere que los descubrimientos que la teoría pre- agua con un conductor suspendido de un genera-
dice por adelantado forman parte de la ciencia dor electrostático activado. Al separar la botella
normal y no dan lugar a ningún nuevo tipo de he- de la máquina y tocar el agua (o un conductor co-
chos. Por ejemplo, ya he hecho alusión a los des- nectado a ella) con la mano, estos investigadores
cubrimientos de nuevos elementos químicos a lo experimentaban una fuerte sacudida. Con todo,
largo de la segunda mitad del siglo XIX, que pro- estos primeros experimentos no suministraron a
cedían de la ciencia normal en este sentido. Mas los electricistas la botella de Leyden. Tal artilugio
no todas las teorías son teorías paradigmáticas. surgió más lentamente y, una vez más, resulta
Tanto durante los periodos preparadigmáticos imposible decir exactamente cuándo se terminó
como durante las crisis que conducen a cambios su descubrimiento. Los intentos iniciales de al-
paradigmáticos a gran escala, usualmente los cien- macenar fluido eléctrico sólo funcionaron porque
tíficos desarrollan muchas teorías especulativas e los investigadores sostenían el recipiente en sus
inarticuladas que pueden indicar el camino hacia manos mientras se mantenían de pie sobre el sue-
un descubrimiento. No obstante, a menudo ese lo. Los electricistas tenían todavía que aprender
descubrimiento no es exactamente el anticipado que la botella necesitaba no sólo una capa con-
por la hipótesis especulativa y tentativa. Sólo a me- ductora interior sino también otra exterior, y que
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el fluido en realidad no se almacena en absoluto posición breve y controlada. Muchas de las car-
en la botella. El instrumento que llamamos bote- tas eran normales, pero algunas eran anómalas,
lla de Leyden surgió en algún punto en el curso como por ejemplo un seis de picas rojo y un cua-
de las investigaciones que les enseñaron estas co- tro de corazones negro. Cada pase experimental
sas y les presentaron otros efectos an6malos di- consistía en mostrar una única carta a un solo
versos. Además, los experimentos que conduje- sujeto en una serie de exposiciones cada vez más
ron a su aparición, muchos de ellos tealizados largas. Tras cada exposición se le preguntaba al
por Franklin, fueron los mismos que eXigieron la sujeto qué había visto y el pase terminaba con
revisión drástica de la teoría del fluido, suminis- dos identificaciones correctas sucesivas. 12
trando así el primer paradigma pleno para la elec- Incluso con las exposiciones más breves, mu-
tricidad. 11 chos sujetos identificaban la mayoría de las car-
En mayor o menor medida (correspondiente al tas, y tras un pequeño aumento todos los sujetos
continuo que va del resultado sorprendente al pre- las identificaban todas. En el caso de las cartas
visto), los rasgos comunes a los tres ejemplos de normales, dichas identificaciones eran usualmen-
antes son característicos de todos los descubri- te correctas, pero las cartas anómalas casi siem-
mientos de los que surgen nuevos tipos de fenó- pre se identificaban como normales sin duda o
menos. Dichas características incluyen la concien- perplejidad aparente. Así por ejemplo, el cuatro
cia previa de la anomalía, el surgimiento gradual de corazones negro podía identificarse como cua-
y simultáneo del reconocimiento tant() observa- tro de picas o de corazones. Sin ser conscientes
cional como conceptual, y el consiguiente cambio de dificultad alguna, se hacía encajar la carta in-
de categorías y procedimientos paradigmáticos mediatamente en una de las categorías concep-
acompañados frecuentemente por alguna oposi- tuales dispuestas por la experiencia anterior. Ni
ción. Existen pruebas de que estas misrnas carac- siquiera podríamos decir que los sujetos habían
terísticas forman parte incluso de la naturaleza visto algo distinto de lo que identificaban. Con un
del propio proceso perceptivo. En un experimen- ligero aumento en la exposición a las cartas anó-
to psicológico que merece ser mejor conocido fue- malas, los sujetos comenzaron a dudar y a mos-
ra de su campo profesional, Bruner y Postman trar conciencia de la anomalía. Al verse expues-
pedían a los sujetos experimentales que identifi- tos, por ejemplo, al seis de picas rojo, algunos
caran una serie de cartas de la baraja tras una ex- podían decir: es el seis de picas, pero tiene algo
mal, el negro tiene un borde rojo. Un aumento
11 Para las diversas etapas de la evolución de la botella de adicional en la exposición daba lugar a mayores
Leyden, véase 1. E. Cohen, Franklin and Newtoy¡ an Inquiry dudas y confusión, hasta que finalmente, y a me-
into Speculative Newtonian Experimental Science and Fran-
klin's Work in Electricity as an Example Thereof (Filadelfia, 12 J. S. Bruner y Leo Postman, "On the Perception of In-
1956), pp. 385-386, 400-406, 452-467, 506-507. La última eta- congruity: a Paradigm", Journal of Personality, XVIII (1949),
pa se describe en Whittaker, A History, pp. 50-52. pp. 206-223.
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nudo repentinamente, la mayoría de los sujetos a algo que ha ido anteriormente mal. Esta con-
hacían la identificación correcta sin ninguna du- ciencia de anomalía inaugura un periodo en el que
da. Además, tras hacer esto con dos o tres de las las categorías conceptuales se ajustan hasta que lo
cartas anómalas, no tenían mayor dificultad con inicialmente anómalo se convierta en lo previsto.
las otras. Sin embargo, unos cuantos sujetos nun- En este punto se ha terminado el descubrimien-
ca fueron capaces de realizar los ajustes precisos to. Ya he insistido en que ese proceso u otro muy
en sus categorías. Incluso con una exposición 40 similar está implicado en el surgimiento de todas
veces mayor que la media exigida para recono- las novedades científicas fundamentales. Permí-
cer las cartas normales, más de 10% de las cartas taseme ahora señalar que al reconocer dicho pro-
anómalas no se identificaban correctamente. Y los ceso podemos finalmente empezar a ver por qué
sujetos que fracasaban entonces experimentaban la ciencia normal habría de ser un proceso tan
a menudo una angustia aguda. Uno de ellos ex- efectivo para producir novedades por más que
clamó: "No sé qué palo es; esta vez ni siquiera pa- sea una empresa que no se dirija a descubrirlas y
rece una carta. No sé de qué color es ni si es una que inicialmente tienda a suprimirlas.
pica o un corazón. Ni siquiera estoy seguro ahora En el desarrollo de cualquier ciencia, lo usual
de cómo es una pica. ¡Cielo Santo!"13 En la sec- es que se considere que el primer paradigma acep-
ción siguiente veremos cómo en ocasiones tam- tado explica con éxito la mayoría de las observa-
bién los científicos se conducen de este modo. ciones y experimentos fácilmente accesibles a
Sea como metáfora o como reflejo de la natu- quienes practican dicha ciencia. No obstante, el
raleza de la mente, este experimento psicológico desarrollo ulterior normalmente exige la cons-
ofrece un esquema maravillosamente simple y trucción de un equipo refinado, el desarrollo de
convincente del proceso de descubrimiento cien- un vocabulario y habilidades esotéricas y un refi-
tífico. Como en el experimento de los naipes, tam- namiento de los conceptos que disminuye pro-
bién en la ciencia la novedad surge contra un tras- gresivamente su parecido con los prototipos de
fondo compuesto de expectativas, no sin ciertas sentido común usuales. Esta profesionalización
dificultades que se manifiestan por la resistencia conduce por un lado a una inmensa restricción
a su aceptación. Inicialmente sólo se experimen- de la visión del científico y a una considerable
ta lo previsto y usual incluso en circunstancias oposición al cambio de paradigma. La ciencia se
en las que más tarde se observará la anomalía. ha tornado mucho más rígida. Por otro lado, en
No obstante, una mayor familiaridad produce la aquellas áreas hacia las que el paradigma dirige
conciencia de que algo está malo remite el efecto la atención del grupo, la ciencia normal lleva a
un detalle en la información y a una precisión de
13 Ibidem, p. 218. Mi colega Postman me dice que por más
que conociera por adelantado todos los detalles acerca del la correspondencia entre teoría y observación, que
aparato y de la presentación, con todo se sentía profunda- no se podría obtener de otro modo. Además, ese
mente incómodo al mirar las cartas incongruentes. detalle y esa precisión en la correspondencia tie-
J 22 DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS

nen un valor que supera a su interés intrínseco,


que no siempre es muy elevado. Sin el equipo es-
pecial construido fundamentalmente para las fun-
ciones previstas, no se darían los resultados que VII. LAS CRISIS Y EL SURGIMIENTO
en última instancia llevan a las novedades. E in- DE LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS
cluso aunque exista el equipo, la novedad sólo se
presenta a la persona que, sabiendo con precisión
qué esperar, es capaz de reconocer que algo ha TODOS LOS DESCUBRIMIENTOS que hemos conside-
salido mal. La anomalía sólo aparece contra el rado en el capítulo VI causaron o contribuyeron a
trasfondo suministrado por el paradigma. Cuan- un cambio de paradigma. Además, los cambios
to más preciso y mayor alcance tenga dicho para- en que se vieron implicados estos descubrimien-
digma, será un indicador tanto más sensible de la tos fueron destructivos a la vez que constructi-
anomalía, siendo así una ocasión para el cambio vos. Una vez asimilados los descubrimientos, los
de paradigma. En el modo normal de descubri- científicos fueron capaces de explicar un abanico
miento, incluso la oposición al cambio tiene una más amplio de fenómenos naturales o de explicar
función que se explorará más extensamente en el con mayor precisión algunos de los fenómenos
capítulo siguiente. Al asegurar que el paradigma ya conocidos. Ahora bien, estas ganancias se con-
no se rinda con demasiada facilidad, la oposición siguieron al precio de rechazar algunas creencias
garantiza que los científicos no se distraigan con o procedimientos previamente establecidos, a la
cualquier cosa, y que las anomalías que lleven al vez que se sustituían esos componentes del para-
cambio de paradigma hayan de penetrar hasta el digma anterior por otros distintos. Ya he argu-
núcleo del conocimiento existente. El mismo he- mentado que los cambios de ese tipo están aso-
cho de que sea tan frecuente que la misma nove- ciados con todos los descubrimientos obtenidos a
dad científica significativa surja simultáneamen- través de la ciencia normal, exceptuando tan sólo
te en diversos laboratorios, es un indicio tanto de aquellos nada sorprendentes que han sido antici-
la naturaleza fuertemente tradicional de la cien- pados, excepto en los detalles. Con todo, los des-
cia normal como de la perfección con la que esta cubrimientos no son las únicas fuentes de estos
tarea tradicional prepara el camino para su pro- cambios paradigmáticos destructivo-constructi-
pio cambio. vos. En este capítulo empezaremos a considerar
los desplazamientos semejantes, aunque usual-
mente mayores, resultantes de la invención de
teorías nuevas.
Una vez que ya hemos defendido que en las
ciencias los hechos y las teorías, los descubri-
mientos y los inventos, no son categórica y defini-

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