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2017

BENEMERITA
UNIVERSIDAD
AUTONOMA DE
PUEBLA

FACULTAD DE
PSICOLOGIA

PROFESORA MARÍA
DEL ROSÍO DURÁN
SORIANO

[​PROYECTO DE
INTERVENCIÓN
NIVEL
PRIMARIO​]
ALCAIDE CARPIO JESSICA

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN EN PSICOLOGÍA


EDUCATIVA
PRIMAVERA 2017
INTRODUCCIÓN

El Reporte Mundial de Drogas 2014, por parte de la ONU, sustenta que la cifra de
consumidores problemáticos de drogas se ha mantenido estable entre 16 y 39
millones de personas (Guía práctica clínica, 2015). Solo 1 de cada 6 pudo acceder a
algún servicio para el tratamiento a la dependencia. En México, la Encuesta
Nacional de Adicciones (ENA, 2011), marca que el consumo de drogas licitas e
ilícitas oscila entre los 12 y 65 años; marcando como promedio el inicio del consumo
de sustancias a los 17 años o menos. En comparación con la ENA 2002 y la ENA
(2008) se ha visto un incremento de consumo por parte de la población femenina;
así mismo, ha incrementado el uso de la marihuana como droga de preferencia en
ambos sexos, en la mayor parte del país, y un incremento notorio de heroína y
cocaína en los estados de la frontera norte. Se ha incrementado el consumo del
alcohol entre jóvenes y ha habido una ligera disminución en el consumo de tabaco,
en ambos sexos. Aunque la encuesta GATS (2009), menciona que la población
mayor a los 15 años es ya fumadora.

Respecto al consumo de marihuana, la población más afectada es de los 15 a 19


años y su inicio se da a los 11 aproximadamente; los usuarios de inhalantes, que es
la siguiente sustancia de más uso en el país, como grupo más afectado están entre
los 12 a 14 años; la cocaína, en tercer lugar de prevalencia de consumo como grupo
más afectado están los usuarios entre 15 a 19 años. Hablando solo de las tres
primeras sustancias de consumo prevaleciente.

La importancia del tratamiento de las adicciones es fundamental. Los riesgos de


desarrollar enfermedades crónicas y fulminantes son ya conocidos. El índice de
mortandad por accidentes provocados por el consumo de sustancias va en aumento
año con año. Y no sólo la calidad de vida de los consumidores se ve disminuida en
salud, sino en su productividad.
Pomerleau y Pomerleau (1987) hablan del modelo biopsicosocial en relación con los
trastornos de abuso de sustancias, donde estos ejes del individuo, lo
biológico-social-psicológico, son capaces de explicar la iniciación, mantenimiento o
abandono de la conducta adictiva, explicando la vulnerabilidad individual y
contextual del individuo.

La adolescencia, caracterizada como la etapa de transición de la infancia a la edad


adulta, es cuna de la madurez del individuo, momento clave donde el sujeto aprende
a enfrentar retos y responsabilidades. Los cambios a los que se enfrenta el
adolescente, físicos y psicológicos, marcan su adaptación a las normas sociales, a
nuevas responsabilidades individuales, la incorporación de nuevos valores y la
afirmación de otros, la etapa propiamente exige al individuo su interacción con su
sociedad.

En la confirmación de una nueva identidad, el adolescente tiene la necesidad de


experimentar sensaciones nuevas, de probar con cosas que utilizan los adultos
como el alcohol o el tabaco, en afán de sentirse mayor, y probar algunas otras que
usa u ofrece el grupo de pares, entre ellas algunas drogas de tipo ilegal, con la
intención de tener nuevas sensaciones, buscar la pertenencia a un grupo y
formarse un concepto positivo de sí mismos.

Actualmente, las condiciones sociales y familiares, han dado paso a un sin número
de situaciones de riesgo a las que se enfrenta el adolescente cotidianamente, la
disponibilidad a las drogas, la falta de valores, la influencia de los medios masivos
de comunicación, la presión del grupo de pares, la comunicación inadecuada en la
familia, la carencias de límites y/o reglas del hogar, la poca convivencia de los
padres con los hijos, son solo algunos de los factores que pueden traer
repercusiones mayores como el consumo de drogas.

Teniendo en mente que el individuo se está formando interpersonalmente en esta


etapa, es imposible dejar de lado las variables que intervienen en la formación de
esta nueva identidad. Becoña (2010) menciona ya seis etapas para el desarrollo de
la dependencia a sustancias [fase de predisposición, fase de conocimiento, fase de
experimentación, fase de consolidación, abandono y mantenimiento, y posible fase
de recaída], donde interactúan factores como el historial familiar previo relacionado
con el consumo de sustancias, el ambiente donde el individuo ha crecido y cómo
son consideradas las adicciones en estos círculos, la facilidad que se tiene para la
obtención de las sustancias y cuáles drogas son de mayor acceso para su consumo,
los problemas familiares,-psicológicos-circunstanciales que puede atravesar la
persona y cómo afronta dichas dificultades. Éstos y muchos otros factores son los
que predisponen al individuo a ser o no consumidor, a ser o no dependiente a las
drogas. La probabilidad de la permanencia del consumo cuando se inicia desde
temprana edad, es alta. El niño, o adolescente, crece con patrones conductuales
que subsecuentemente se transforman en neuronales que afectan radicalmente su
desarrollo pleno en su esquema de vida. Aparecen dificultades en el aprendizaje, en
su desempeño social, su probabilidad de mortandad a temprana edad aumenta
considerablemente, y demás problemas colaterales que parten y/o se añaden al
abuso de sustancias. Las adicciones, se han vuelto una epidemia mundial, que tiene
que ser tratada de manera inmediata.

La atención correcta que el gobierno Mexicano ha tratado de implementar en los


últimos años a los problemas de salud y sociales derivados del consumo y abuso de
sustancias psicoactivas, es la atención primaria a factores de riesgo asociados con
el consumo. (Prevención, detección y consejería, 2015) para así poder prevenir,
detectar e intervenir con tratamientos eficaces a tiempo para evitar el reforzamiento
de patrones de conducta adictivos; parte de la eficacia de estos tratamientos e
intervenciones tempranas, es la disponibilidad de acceso a tratamientos y
herramientas que motiven al individuo en su desarrollo y disminuyan los riesgos de
las variables negativas precedentes al consumo, o que consecuenten el
mantenimiento del mismo.

El presente proyecto tiene como finalidad dar una breve descripción sobre el
consumo y abuso de sustancias, los posibles orígenes y explicaciones que se dan
respecto al consumo y abuso, explicar algunos enfoques en la intervención y
tratamiento de adicciones y presentar técnicas de intervención de primer y segundo
grado; esto con la intención de proporcionar una guía-ayuda para la psicoeducación
de grupos sin contacto con sustancias psicoactivas y grupos con primer grado de
contacto.

Las técnicas y las teorías están orientadas principalmente para tratar sujetos entre
11 a 15 años, considerando la media poblacional en la que se inicia el consumo.
Para así enseñar a los neo adolescentes valores que les ayuden en su proceso de
elección de estilos de vida, y que faciliten su desarrollo personal y social.

JUSTIFICACION

El presente proyecto de intervención está previsto realizarse a grupos de educación


secundaria, especialmente los primeros años, con la finalidad de dar a los jóvenes
información real y oportuna respecto a las drogas comunes y los daños que
ocasionan. Acompañado con la información se contempla un programa de
actividades interactivas que faciliten la comprensión de la información y el desarrollo
de habilidades para afrontar situaciones de riesgo, y así prevenir el consumo de
drogas.

Como proyecto independiente, se ofrece a toda comunidad adolescente dispuesta a


colaborar con el equipo de trabajo para llevar a cabo las sesiones completas. En
apoyo consciente a la necesidad de programas accesibles a la población, el
programa se ofrece de forma gratuita.
El interés principal del equipo de trabajo es colaborar con la salud social,
respondiendo al interés conjunto por la sociedad y su desarrollo pleno.

OBJETIVO GENERAL DEL PROYECTO

* Desarrollar habilidades que permitan al adolescente enfrentar situaciones de


riesgo para prevenir el consumo de drogas
OBJETIVOS ESPECÍFICOS

* Brindar información real y oportuna respecto a las drogas más comunes y los
daños que estas ocasionan en el organismo.

* Brindar estrategias específicas que permitan fortalecer el autoestima de los


adolescentes.

* Concientizar a la población adolescente respecto a la importancia de los valores


básicos para un mejor desarrollo.

* Brindar estrategias que permitan favorecer la comunicación en la familia, la


escuela y con el grupo de pares, favoreciendo la negociación y la resolución de
conflictos.

MARCO TEORICO

I. INTRODUCCION A LOS CONCEPTOS ESENCIALES

Para tener una idea clara de lo que hablaremos durante el trabajo, dejemos en claro
algunos conceptos básicos del tema.

ADICCION. De acuerdo con la 10a Revisión de la Clasificación Estadística


Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la salud (OMS,
2008), hace referencia “al conjunto de trastornos mentales y del comportamiento
debidos al consumo de sustancias psicotrópicas o psicoactivas. Entiéndase
también, como “la pérdida de control de la persona ante cierto tipo de conductas que
tienen como características producir dependencia, síndrome de abstinencia,
tolerancia, y vivir para y en función de esta conducta… puede darse por sustancias
químicas o por conductas”. (Becoña, 2010)
DROGAS. “Sustancias que la ser introducidas en el organismo tienen efectos sobre
el sistema nervioso central” (OMS, 1994). Lorenzo (1998) menciona también que
son “aquellas sustancias psicoactivas con acción reforzadora positiva, capaces de
generar dependencia física, psíquica o ambas y que ocasionan en muchos casos
grave deterioro psico orgánico y de conducta social”.(Prevención, detección y
consejería, 2015)

DEPENDENCIA. Uso excesivo que genera consecuencias menos significativas; Le


caracterizan el síndrome de abstinencia, y el sentimiento de satisfacción e impulso
que exige la administración regular o continua para producir placer o evitar malestar.

ABUSO. Uso continuado a pesar de las consecuencias negativas.

II. ADOLESCENCIA Y SUS CARACTERÍSTICAS ANTE EL CONSUMO DE


SUSTANCIAS

Como se mencionó en la introducción del trabajo, la adolescencia es uno de los


periodos de mayor vulnerabilidad ante el consumo de sustancias y su posible
continuación del consumo. Esta vulnerabilidad depende en gran medida en como
maneje la situación ante el consumo experimental o la invitación de sus coetáneos a
consumir; que consecuentemente afectara su desarrollo y su maduración*x10. El
manejo de estas situaciones está determinado en gran medida por sus recursos
personales, valores, y su sentido de realidad social.

Propio de su etapa, el adolescente está en una constante búsqueda de


reafirmación, de identidad, que busca a través de los otros. La inclusión a sus
grupos de iguales tiende constantemente a la iniciación de “ritos” que los vinculan
entre sí, como parte de estos ritos se observa el uso de sustancias toxicas, como es
en la mayoría de los casos el alcohol, el tabaco u otro tipo de drogas. (Arbex, 2002)
En una relación estrecha con la reafirmación de sí mismo, está también la función
del grupo de iguales, como grupo de apoyo contra el mundo adulto, y la tendente
necesidad de sentirse bien con este grupo. La elección y/o cercanía a círculos
sociales donde el consumo de drogas forme parte de sus ratos de entretenimiento y
sus formas de búsqueda de nuevas experiencias dificultara la resistencia al
consumo, por presión social directa o indirecta. “La vulnerabilidad del adolescente
dependerá en gran medida de sus recursos personales como el autoestima, la
asertividad, su capacidad para afrontar situaciones conflictivas, sus habilidades
sociales, etc.”.

La necesidad de rebeldía y transgresión es otra de las características propias de


esta etapa. Marina J.A. (2001), habla de la imposibilidad actual del adolescente de
transgredir la autoridad dado a la sobrevaloración del uso de la libertad como
método de crianza. Sugiere que la excesiva tolerancia de los padres y la cultura al
justificar las acciones del adolescente los deja sin límites claros, por lo cual, uno de
los últimos medios que les queda como acto de rebeldía es el uso habitual de las
drogas, provocando así las normas del mundo adulto. (Arbex, 2002)

Díaz-Aguado (1996) habla de “la fábula personal” del adolescente, caracterizada por
su egocentrismo y su necesidad de diferenciación. El adolescente percibe sus
experiencias como únicas, irrepetibles e inentendibles ante los demás; lo que
genera en ellos una ilusión de protección ante el consumo de sustancias, seguido
de un pensamiento donde <<a ellos no les pasara nada malo>>. Dicho pensamiento
puede confirmarse cuando han tenido experiencias satisfactorias con un consumo
previo, reforzando la creencia de ser invulnerables y desechando la información
sobre los efectos negativos del consumo de sustancias. (Arbex, 2002) Aunado al
constante rechazo de cuidados y advertencias por parte de los adultos, natural en
su proceso de búsqueda de autonomía; omiten los riesgos de sus conductas.

III. TRATAMIENTO PSICOLOGICO POR USO DE SUSTANCIAS: CENTRALIDAD


Y ENFOQUES.
Los diferentes tratamientos psicológicos para usuarios de sustancias adictivas
tienen como similitud su interés por entender la conducta adictiva y la relación con
su contexto (biográfico o social). Entre los criterios a considerar, podrían dividirse en
dos grupos: fisiológicos, que son la tolerancia a la sustancia y el síndrome de
abstinencia; y los patrones conductuales compulsivos, como es el craving, y la falta
de control de consumo.

Como se mencionó en la introducción, Pomerleau y Pomerleau (1987) hablan de un


modelo bio-psico-social que explica el abuso de sustancia, donde la vulnerabilidad
individual, el contexto y las consecuencias del consumo son variables que
determinaran su uso y abuso. Se hace énfasis en el proceso de aprendizaje que el
patrón de consumo determina.

Díaz-Aguado (1998) sugiere un enfoque desde la globalidad para la intervención


efectiva de las conductas de riesgo de los adolescentes. Sugiriendo no ver el
consumo como el problema exclusivo, sino como parte de su estilo de vida y su
proceso de maduración. Destaca la importancia de ver los problemas de consumo
en un “paquete más amplio”. Apoyando el modelo vio-pico-social de Pomerleau en
el sentido del consumo y abuso como parte de varios factores.

Prochaska y DiClemente (80’s) plantean un modelo transteórico de cambio, en el


cual explican la predisposición del adicto para cambiar su conducta adictiva. La
dividen por etapas, explicando que entre menos está consciente de su consumo y lo
que consume, es menos probable que el tratamiento de cambio de conducta sea
eficaz. Describen cinco estadios motivacionales para el cambio: pre contemplación,
cuando no se tiene intención de cambiar la conducta adictiva pues los pros del
consumo superan los contras; contemplación, cuando no se ha desarrollado un
compromiso firme de cambio, en gran medida por la consideración de pros al
consumo mayor a los contras; preparación o determinación, que es cuando el adicto
genera pequeños cambios en su conducta y hay mayor compromiso de cambio para
un futuro próximo pues los pros del cambio son ahora mayores a la continuación
del mismo; actuación o acción, los cambios en la conducta adictiva son mayores
aunque existe mayor riesgo de recaídas; y el mantenimiento del cambio, que es
cuando se consolida el cambio de la conducta adictiva y existen ya estrategias de
prevención de recaídas. Ubicando en esta escala al adolescente y habiendo ya
descrito los cambios propios de su etapa, los posicionaremos en la etapa de pre
contemplación.
Miller y Rollnick (1991) realizaron una investigación relacionando una Entrevista
Motivacional (EM) y los estadios de cambio de Prochaska y DiClemente, de la cual
desarrollaron un enfoque terapéutico que integra también la Terapia Centrada en el
Cliente de Rogers (1951) junto con estrategias cognitivo-conductuales. Su terapia a
drogodependientes consiste en el respeto de las creencias e ideas del paciente,
ellos creían importante la disposición del paciente para que los cambios de la
conducta adictiva fueran afrontados con éxito. Consideraban que el adicto era quien
tenía que elegir qué vida quería tener y si el cambio era conveniente para ellos.
Evita la confrontación del paciente con un cambio al que no está preparado para
hacer, y prioriza la verbalización del paciente respecto a su preocupación por el
consumo. (BECOÑA, 2007)

IV. INTERVENCION EDUCATIVA PARA ADOLESCENTES

Dado que la adolescencia es la principal “etapa de interiorización de valores,


actitudes y de aprendizajes de hábitos de comportamiento” es de vital importancia
ayudar al adolescente a madurar y desarrollar sus recursos personales que le
ayuden a “paliar las carencias que tenga y modificar los aspectos negativos de su
conducta y de su personalidad. Se debe fomentar el aprendizaje, ofrecer refuerzos y
recursos para conseguir el aprendizaje y así obtener avances paulatinos para el
cambio. “ Arbex (2002)

Para la intervención con el menor debe tenerse en consideración las diferentes


áreas de su desarrollo:
1. DROGAS. Toma de conciencia respecto al consumo; Adquirir información
objetiva respecto a las drogas, conductas de riesgo y mitos; desarrollar
una actitud crítica respecto a las drogas; motivar el acercamiento a
recursos asistenciales.
2. DESARROLLO PERSONAL. Apoyo en la búsqueda y consolidación de la
identidad; desarrollar la autoconfianza, un concepto positivo de sí mismo y
el autoestima; estimulo de su autonomía, que aprendan a tomar
decisiones y solucionar sus conflictos; fomento de la responsabilidad de
sus actos, hacerles conscientes de las normas; fomentar una actitud
crítica y pensamiento independiente; autocontrol de la impulsividad y de la
conducta, enseñarles a gestionar el riesgo de sus decisiones.
3. DESARROLLO SOCIORRELACIONAL. Establecer relaciones con las que
comparta sus inquietudes; potenciar los contactos con adolescentes no
consumidores; desarrollar habilidades de afrontamiento ante la presión de
otros y la autonomía; y entrenamiento en habilidades sociales, como la
comunicación.
4. ESCOLAR/FORMATIVA. Detección de menores en situaciones de riesgo;
Actitud positiva hacia el mundo escolar y laboral; establecer hábitos de
estudio, ayudar en las dificultades y resaltar esfuerzos minimizando
fracasos; informar itinerarios formativos; orientar el aprovechamiento
eficaz del tiempo; y establecer contacto con recursos de formación o
empleo en su comunidad.
5. OCIO Y TIEMPO LIBRE. Favorecer el cuestionamiento y la ruptura del
modelo recreativo; actitud crítica hacia las subculturas juveniles; educar
para la gestión del tiempo libre; e integración de ambientes alternativos de
actividades con otros menores.

MARCO CONTEXTUAL

Dicho proyecto de intervención se aplicará a adolescentes jóvenes, niños de 12 y 13


años que se encuentren cursando el primer grado de secundaria, debemos recordar
que los primeros años de la adolescencia son una etapa marcada por muchos
cambios físicos, mentales, emocionales y sociales. Al inicio de la pubertad se
presentan cambios hormonales. En la mayoría de los varones comienza a aparecer
el vello público y facial y su voz se vuelve más grave. En las niñas aparece el vello
púbico, les crecen los senos y les viene el periodo. Estos cambios y la manera como
los perciben los demás podrían ser factores de preocupación para los
preadolescentes. También es un periodo en el cual el adolescente podría
enfrentarse a la presión que ejercen sus iguales para que se consuma alcohol,
tabaco y drogas o para que se inicie una vida sexual activa.
Otros retos a los cuales se enfrentan los adolescentes pueden ser los trastornos de
la alimentación, la depresión y los problemas familiares. A esta edad, los
adolescentes toman más decisiones por su cuenta sobre sus amigos, los deportes,
los estudios y la escuela. Se vuelven más independientes, con personalidad e
intereses propios, aunque los padres todavía son muy importantes.
Los cambios afectivos y sociales tienen un fuerte impacto en ellos, algunas
características en esta esfera son que los niños a esta edad:
Se preocupan más por su imagen física, la manera como se ven y la ropa.
Piensan demasiado en ellos; pasan por periodos de muchas expectativas y falta de
confianza. Tienen más cambios de humor. Se interesan y se dejan influir más por
los chicos de su edad. Demuestran menos afecto a los padres; puede que en
ocasiones se muestren rudos o con mal genio. Sienten ansiedad ante los retos que
les impone el trabajo escolar. Desarrollan problemas de alimentación. La tristeza o
depresión puede afectar su rendimiento escolar y hacer que consuman alcohol y
drogas, tengan relaciones sexuales sin protección y enfrenten otros problemas.
Sobre el razonamiento y aprendizaje podemos decir que los niños: Hacen
razonamientos más complejos. Expresan mejor sus sentimientos con palabras.
Desarrollan una noción más clara de lo bueno y lo malo.

Por todo esto proponemos una intervención donde trabajaremos fundamentados los
valores, pues el adolescente se encuentra buscando su camino hacia la
independencia.
Formándose como sujeto, inmerso en una sociedad, está constantemente
impactando y siendo impactado por su entorno. En esta parte aparecen los pares y
las tentaciones a consumir ciertas sustancias.
Para brindarles herramientas útiles que le sirvan a lo largo de este camino
proponemos diversas dinámicas de valores donde el adolescente pueda obtener un
aprendizaje significativo en un momento de diversión.

BIBLIOGRAFÍA

Guía práctica clínica. (2015) ​Prevención, detección y consejería en adicciones para


adolescentes y adultos en primer nivel de atención​: Aspectos generales. México:
Secretaría de Salud: 26/Marzo/2015

Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñíz; Instituto Nacional de


Salud Pública; Secretaría de Salud. ​Encuesta Nacional de Adicciones 2011: Reporte
de Drogas.

BECOÑA et al & Maite, Eduardo, José, Lorena, Ma. Pilar, Roberto, Vicente. (2007)
Guía clínica de intervención psicológica en Adicciones. España: Barcelona. Ed.
Socidrogalcohol.

BECOÑA et al & Maite, Francisco, Cesáreo, José, Ioseba, Juan, Ana, Agustín, José,
Enriqueta, Carmina, Ángel, Víctor. (2010) ​Manual de adicciones para psicólogos
​ spaña: Barcelona. Ed.
especialistas en psicología clínica en formación. E
Socidrogalcohol.

ARBEX, Carmen & MORA, Carlos & MORENO, Gorka. (2002) ​Guía de Intervención:
​ spaña: Madrid. Ed. JUMA.
Menores y consumo de drogas. E

​ éxico. Ed 8. Editorial McGraw Hill.


PAPALIA, Diana. (2001) ​Desarrollo humano. M

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