1. ¿Cuál debe ser la relación entre enseñar y discipular? Es una constante muy primordial dado que está estrechamente cohesionado y no se puede separar una cosa de la otra. Además en la Biblia encontramos que tiene un origen muy importante con los patriarcas y sigue para adelante con todo el Antiguo testamento pasando por Moisés, Samuel, Elíseo, etc, llegando a nuestro Señor Jesucristo el maestro por excelencia y continuando con los apóstoles de manera especial y particular con Pablo quien determinó los principios maravillosos del discipulado inspirados por el Espíritu Santo. Así que enseñar y discipular está relacionado por la necesidad de formar una nueva generación de personas llamadas para la gran comisión, sobretodo tomando como referencia 2 Tim. 2:2, donde se denota las características particulares de la persona que continuará con este desafío de llevar a cabo la enseñanza a las siguientes generaciones venideras. ¿Crees que la iglesia actual los considera una misma actividad? En el contexto donde me encuentro tengo que hacer mención de la realidad que se observa y es que se considera 2 actividades diferentes, incluso hasta aislados el uno del otro, porque se cree o se supone que son ministerios diferentes, digo aquello entendiendo por el escaso conocimiento de las Santas Escrituras y su correcta interpretación y aplicación en el área o espacio geográfico dónde nosotros vivimos. La tendencia que pueden influir en esta práctica es el desorientado enfoque de interpretación escritural, por ejemplo si decimos vamos a discipular sólo pensamos en el nuevo convertido, cosa que no está mal, pero terminado este ciclo muchas veces se les abandona para que puedan crecer a su manera, sin embargo cuando nos referimos a enseñanza es un proceso más a largo plazo e incluso denominado o considerado de mayor importancia que requiere mucha atención y cuidado de parte del maestro o pastor, pienso que ahí está el disloque para una mala praxis. Por lo señalado debo inferir que es necesario y fundamental un acercamiento urgente al estudio bíblico apropiado, sobretodo realizando el elemento de evaluación crítica para superar las dificultades y debilidades del caso. 2. Si hay diferencias en concepto y práctica. ¿Qué cambios consideras que debes de hacer para alinearte con el patrón bíblico del discipulado? En primer lugar volver nuestra mirada a la palabra de Dios para entender los propósitos divinos de lo que es un auténtico discipulado, no pretendo hacer una reingeniería bíblica sino captar la manera como el Señor Jesucristo y los apóstoles trabajaron el discipulado de manera coherente y práctica. Me parece interesante el Método de Jesús de Marcos 3:13-15 y sus 4 pasos secuenciales, recuerdo haber escuchado una prédica de dicho pasaje pero relacionado al llamado de Jesús de sus discípulos de manera primigenia y nada más. Pero el detalle principal es trabajar con un modelo bíblico adecuado para el desarrollo firme y estable del cuerpo de Cristo, esto garantiza un crecimiento positivo y permanente del discípulo y de la iglesia cómo ente corporativo. Entiendo que el apóstol Pablo no se equivocó cuando dijo a Timoteo “procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. En segunda instancia es oportuno y pertinente considerar la urgencia de tener excelentes discípulos que estén dispuestos a cumplir los desafíos de la gran comisión, porque sólo de esa manera se puede garantizar la estabilidad de la iglesia en medio de un mundo demasiado materialista. Entiendo que urge volver nuestra mirada a lo que demanda la palabra de Dios para formar personas capaces e idóneos para enseñar a otros. 3. ¿Cuál debe ser el rol de la humildad y el servicio en la enseñanza? Deben y tienen que ser valores fundamentales en la iglesia de Dios para un crecimiento sostenible de los miembros de la misma. Porque si estos valores están ausentes simplemente será una transferencia de conocimiento bíblico y nada más, es necesario que el maestro de la palabra cumpla con estas características para ser modelo de formación integral en sus discípulos a quienes va formando de manera progresiva y constante, nos es necesario forjar la imagen de Cristo en cada uno de los discípulos, porque lo que hemos recibido de gracia, de gracia debemos dar y por lo tanto eso implica servicio y entrega. ¿Es algo con el que tu ministerio está comprometido? Sin pecar de vanidoso diría que sí, por cuanto tuve el privilegio de ser formado y entrenado por hombres de Dios con gran vocación de amor y servicio a pesar de su escaso conocimiento secular, pero muy consagrados al Señor Jesucristo. Por tanto, me es necesario cumplir los estándares de formación espiritual en el ministerio que desarrollo para la gloria de Dios. Son y deben ser siempre las marcas distintivas de mi desarrollo ministerial. Cada día que me confronto con la palabra de Dios es para mí un reto y compromiso de desenvolverme como siervo útil en las manos del alfarero de quien soy y a quién sirvo. En algún momento me puse a pensar que sería de mi trabajo ministerial si los elementos básicos como servicio y humildad no estarían presentes, la lógica es que todo se comparará a un címbalo que retiñe como dice la palabra de Dios. Así que todo esfuerzo debe redundar para la gloria de Aquel que nos llamó con amor y esperanza. 4. ¿Qué lugar ocupa la compasión en tu ministerio de enseñanza? Pienso que es oportuno y elemental la compasión en el desarrollo del ministerio de la enseñanza de la palabra para que sea integral y funcional dentro del proceso formativo de cada discípulo de Cristo. Un pasaje importante para empezar es el mencionado en 1 Co. 13, dónde hay un énfasis de lo que demanda una correcta motivación del trabajo y visión del pastor o ministro del evangelio. Otro texto significativo que me parece importante para demostrar la compasión en mi labor ministerial es el citado en Gálatas 5: 22-23, donde debo mostrar el fruto del Espíritu en mi vida hacia los demás. No puedo dejar desapercibido lo que menciona 1 Pe. 5:3 dónde el enfoque es trabajar con la eficacia y la solvencia de no enseñorearse de la grey del Señor Jesucristo. Pero también es pertinente y oportuno lo que menciona 1 Tim. 4:12 que mi desempeño ministerial está ligado al ejemplo como punto de referencia, sin olvidar que nuestro llamado está sustentado en el modelo que nos dejó nuestro Salvador y Señor Jesucristo.