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Estanislao Zuleta

1980
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a política ocupa un lugar fundamental dentro del pensa-
Pablo
Andrés
miento de Estanislao Zuleta. Este es un terreno en el que
Malpica su reflexión en general encuentra una síntesis. Podría decir-
León se, sin que sea un descubrimiento, que en la política los diferentes
caminos por los cuales discurrió el trabajo intelectual de Zuleta
encuentran un destino o un punto de confluencia. El concepto de
racionalidad, las condiciones del pensamiento, el carácter edifican-
te del conflicto y la dificultad, las simultáneas tendencias humanas
a la sociabilidad y al aislamiento, entre otros temas, son construc-
ciones que Zuleta desarrolla en ámbitos tan diversos como los de
la estética, la ética o la lógica, pero que se convierten en piezas
fundamentales de sus ideas políticas.
Dos conceptos nos dan luces sobre lo que Zuleta entiende por
política: el de intereses y el de fuerza. La política es, según él, el es-
cenario donde encuentran curso e interactúan los diversos intereses
que la vida humana entraña, lo cual necesariamente conducirá a
la construcción y elevación de exigencias y demandas; en un nivel
más desarrollado, a la elaboración de programas. Pero con esto no
basta para hallarse en el terreno político, pues es necesario que tales
intereses encuentren respaldo en una fuerza que los pueda reivindi-
car frente a otros paralelos o contrapuestos. Como el mismo Zuleta
sostiene, una demanda o un programa no prevalecen solamente
demostrando su veracidad o pertinencia sobre otros, sino que esto
depende de los mecanismos de presión de los que se disponga para
hacerlos valer. La hegemonía estadounidense —en declive— no se
sostiene porque la humanidad esté convencida de la pertinencia de
tal cosa; sin lugar a dudas sus aviones, sus marines y sus bombas
atómicas algún poder disuasivo tienen.
Creo que no es excesivamente especulativo pensar que Zuleta
estaría de acuerdo con la inversión foucaultiana de la máxima de
Clausewitz, según la cual “la política es la continuación de la guerra
por otros medios”. Sin embargo, el centro de la reflexión política
de Zuleta radica en el intento de definir los rasgos característicos

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de una democracia, es decir, la manera su parte en la burocracia y al cierre de toda


como un régimen democrático configura- posibilidad a fuerzas políticas alternativas
ría formas específicas de hacer política, los que amenazaran su hegemonía.
presupuestos que tendría que contemplar Zuleta ve pues en el derecho una vía
la defensa de los propios intereses, las limi- de escape al ejercicio indiscriminado de la
taciones que tendrían las acciones para obs- violencia. La legalidad se presenta enton-
truir, denegar o reducir los intereses ajenos, ces en dos direcciones: hacia adentro, como
los mecanismos de presión permitidos, etc. configuradora y límite del poder del Estado,
Con esto en mente, Zuleta elabora una se- y hacia afuera, como canalizadora de con-
rie de conceptos, tales como el de pluralis- flictos y marco de solución no violenta. Pero
mo, el de conflicto, el de derechos humanos, ahí no finaliza el asunto. Zuleta sabe que la
entre otros, dentro de los cuales es nuestra legalidad es algo carente de contenido que
prioridad desarrollar el de Estado, sin que se puede oponer al puro ejercicio de facto de
para ello sea posible desconocer los demás. la fuerza, pero que por sí misma no es útil
a la formación de un Estado democrático.
Por otra parte, el Estado tendría como deber Estados totalitarios ha habido que en sen-
matizar los poderes de los particulares tido formal y estricto no son ilegales. Para
suplir este vacío teórico introduce Estanislao
que por diversas razones pueden convertirse Zuleta la noción de derechos humanos,
en dominadores de la mayoría; como un mínimo que cualquier forma de
ello le demandaría tener una gran independencia legalidad democrática debe reconocer. Los
derechos humanos son garantías mínimas
frente a los grupos de presión constituidos, que a la vez se tienen contra el Estado y de
por ejemplo, en virtud de la riqueza. las cuales este mismo es garante. Son, para
usar la terminología de Zuleta, una forma
En primer lugar, Estanislao sostiene de poder otorgada a cada persona que sirve
que un Estado democrático es aquel capaz de límite a la acción del Estado, que de otro
de desarrollar y mantener en vigor un orden modo carecería de toda contención. En otros
legal a través del cual sea posible darle curso términos, la legalidad devendría legítima por
pacífico y civilizado al conjunto de conflictos la vía de asegurar a cada individuo una in-
que la vida en sociedad implica siempre. Esta tangibilidad fundamentada en su condición
idea, aparentemente abstracta, es elaborada de ser humano.
teniendo presente el Estado colombiano, Por otra parte, el Estado tendría como
que en el tiempo de Zuleta, y aún hoy, care- deber matizar los poderes de los particula-
cía de capacidad de abarcar todo el territorio res que por diversas razones pueden con-
nacional, se encontraba cooptado por inte- vertirse en dominadores de la mayoría; ello
reses particulares y cuyo poder era disputado le demandaría tener una gran independen-
por fuerzas incapaces de vencerlo pero tam- cia frente a los grupos de presión constitui-
bién imposibles de ser vencidas, lo cual las dos, por ejemplo, en virtud de la riqueza.
entrababa en un conflicto armado sin salida Del mismo modo, un Estado democrático
política y al mismo tiempo sin conclusión a auténtico debería no impedir, e incluso
la vista por la vía militar. A su vez, el espec- promover, la potenciación de los que por
tro político se encontraba dominado por un sus condiciones de subordinación y vulne-
ordenamiento jurídico rígido y conservador rabilidad carecen de todo poder. Ello, por
cuya expresión máxima era la inmodificable supuesto, no implica que Zuleta atribuya
constitución de 1886, y, además, por unas únicamente al Estado el deber de generar
organizaciones partidistas desideologizadas, las condiciones para la organización y de-
sin intereses diferentes al mantenimiento de sarrollo de las capacidades colectivas de los

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sectores populares, imprescindibles para su latinoamericano— en los últimos años de


conversión en sujetos políticos; es más, un su vida y en las décadas posteriores a su fa-
Estado democrático, según Zuleta, supone llecimiento. Mucho menos a prever el des-
también una sociedad civil altamente poli- calabro del que son hoy víctima los Estados
tizada, organizada, autónoma y crítica. europeos a manos del poder financiero glo-
A este respecto, sostiene Zuleta: bal que pretende asfixiar a las otrora prós-
peras repúblicas de Grecia, Italia, España,
Defender la democracia es luchar en
Portugal e Irlanda en pos de una deuda
permanencia por la ampliación de los
impagable e ilegítima. Es una cuestión im-
poderes ideológicos, culturales, eco-
perativa averiguar qué se mantendría en
nómicos y políticos del pueblo; por su
pie y qué habría que ajustar de los plantea-
capacidad organizativa, de decisión y
mientos de Estanislao en este escenario, en
de intervención. (Zuleta, 2003: 26)
el que, en nuestro país, del Estado queda
Se trataría entonces de un Estado que, incólume solamente su aparato represivo y
al permitir el curso civilizado de los conflic- militar, en el que la salud, la educación, el
tos garantizando una legalidad respetuosa desarrollo económico, el medio ambiente,
de los derechos humanos, no denegaría entre otros muchos aspectos, no son objetos
de manera tajante los intereses de ningún de su interés; en este mundo en el que “ex”
sector específico, salvo aquellos que por su banqueros asumen sin pudor alguno el go-
carácter violento y deseoso de eliminar físi- bierno de los países europeos en bancarro-
camente al contrincante cierren la posibili- ta, en el que el decadente imperio amenaza
dad al conflicto pacífico. De esto se deriva con iniciar nuevas guerras.
que el Estado pensado por Zuleta vendría a Así mismo, resulta imprescindible
ser un “campo de combate” en el que múlti- repensar las ideas políticas de Estanislao
ples formas de ver el desarrollo social deben Zuleta a la luz de los planteamientos he-
encontrar expresión y en el que triunfarán chos por movimientos sociales como el
aquellas que logren imponerse a partir del zapatista mexicano, que hacen énfasis, más
despliegue de las formas legítimas de acción que en el fortalecimiento del Estado, en la
democrática, tales como la organización, la construcción de poderes desde abajo.
movilización, la generación de una opinión Acometer estas y otras tareas pendien-
pública favorable, la protesta, etc. tes, referentes a la actualización del pensa-
Un aspecto final por resaltar del pensa- miento de Zuleta, es la mejor forma de ser
miento de Zuleta sobre el Estado democráti- legatarios de las ideas de un maestro que
co es la necesidad de que este sea, en la mayor admiró como pocos a excelsos representan-
medida posible, descentralizado. Si Zuleta tes del pensar sin renunciar a esa suprema
veía con gran optimismo la elección de alcal- expresión de la libertad que es la crítica.
des por votación popular —establecida desde
1988— era porque consideraba esto como
una oportunidad para que la democracia fue-
ra cada vez más cercana a la vida concreta y Pablo Andrés Malpica León (Colombia)
Abogado, residente en la ciudad de Tunja, participante
específica de los ciudadanos; como él mismo de diferentes procesos de formación de la Corporación
lo dice, una cátedra in vivo de política. Cultural Estanislao Zuleta y miembro de esta organi-
zación. Actualmente adelanta procesos culturales, de
El declive del Estado lectura y formación en Boyacá.
y su coyuntura
Referencias
Zuleta no alcanzó a conocer a fondo el Zuleta, Estanislao (2003). Colombia: violencia, demo-
dramático desmantelamiento que sufriría cracia y derechos humanos. Medellín: Hombre Nuevo
el Estado colombiano —y en general el Editores.

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