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«Considerando haber perdido los reinos de Aragón y Valencia y todos sus habitadores por la

rebelión que cometieron faltando enteramente al juramento de fidelidad que me hicieron como a su
legítimo Rey y Señor, todos los fueros, privilegios, exenciones y libertades que gozaban (...)
he juzgado por conveniente, así por esto como por mi deseo de reducir todos mis reinos de España a
la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente
todos por las leyes de Castilla tan loables y plausibles en todo el Universo, abolir y derogar
enteramente como desde luego doy por abolidos y derogados todos los referidos fueros y
privilegios, prácticas y costumbres hasta aquí observadas en los referidos reinos de Aragón y
Valencia siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla y al uso, práctica y forma
de gobierno que se tiene y se ha tenido en ella yen sus tribunales, sin diferencia alguna en nada,
pudiendo obtener por esta razón igualmente mis fidelísimos vasallos los castellanos, oficios y
empleos en Aragón y Valencia de la misma manera que los aragoneses y valencianos han de poder
en adelante gozarlos en Castilla sin ninguna distinción.»
Decretos de Nueva Planta, Palacio del Buen Retiro, a 29 de junio de 1.707

a) Clasificación del texto: tipo de texto, autor, destinatario, fecha, contexto.


b) ¿Qué se aprueba en estos Decretos? ¿Por qué?
c) ¿Qué relación tiene la fecha con lo aprobado?

“Para una parte importante de los analistas del período, la legislación contenida en los Decretos de
Nueva Planta significaba el castigo y la imposición implacable de un poder que había tenido que ser
conquistado por las armas. Según esta manera de contemplar aquellos primeros edictos borbónicos,
los territorios de la Corona de Aragón debían ser sometidos a enérgica corrección y sancionados por
su rebeldía. Otros estudios prefieren ver, en esta nueva legislación, un afán de homogeneización de
los reinos que entroncaría con la peculiar visión de Estado que habría tratado de establecer el conde
duque de Olivares, varias décadas antes. En realidad, ambas ópticas historiográficas son
compatibles y podría decirse complementarias. Si bien resulta irrisorio pretender que Felipe V no
actuara con resentimiento frente a quienes fueron sus enemigos durante aquella larga y sangrienta
guerra, que puso sus derechos regios en la picota, tampoco es desdeñable que sus consejeros,
fuertemente influidos por la política centralista inspirada en Versalles, quisieran acentuar las
medidas igualadoras, emanadas de una filosofía absolutista, ya bien asentada en toda Europa.
Ambas facetas de un mismo proyecto convivieron para un fin común: el afianzamiento del poder de
la monarquía y la eficacia de una administración que debía abarcar amplios territorios, todavía
carentes de la deseada cohesión.”
Tortella, Jaume: “Legislación en el cambio dinástico: La nueva planta cultural”. 2000

a) Clasificación del texto


b) ¿Qué razones esgrime el autor para explicar la nueva legislación homogeneizadora?

“El motín de Esquilache ejemplifica claramente un fenómeno propio de la sociedad del Antiguo
Régimen: las crisis de subsistencias y las subsiguientes algaradas populares fruto de la carestía y
el malestar social. Estas crisis, originadas por las malas cosechas, el acaparamiento y la
especulación revelan que aquella sociedad se debatía aún en las contradicciones propias de una
economía fundamentalmente agraria, de bajos rendimientos, de cuyas rentas y excedentes se
adueñan, mediante censos, arrendamientos y tributos, los poseedores de la tierra, es decir, la
aristocracia, el alto clero y la Hacienda Real. Estamos, pues, ante una sociedad que conserva
muchos de los rasgos básicos de la economía feudal. Como dice P. Vilar: “En la base, en las
estructuras profundas, sigue existiendo la contradicción fundamental entre el campesino y el señor
(…) A cada crisis de subsistencia – y no son escasos – el campesino pobre se hace vagabundo,
engrosa las masas urbanas, se convierte en fermento revolucionario (…). Pero, después de 1750,
tanto en España como en Francia, las cosas se hicieron menos simples. Entre los campesinos
pobres, periódicamente conducidos a la desesperación, y las capas dirigentes fieles a las viejas
normas – caridad prudente y policía dura – han surgido los campesinos ricos, los
arrendatarios de los derechos de almacenaje, los comerciantes, los funcionarios especuladores,
una clase para la que el fin es el dinero, y la libertad, un medio (…)
”El motín de Esquilache y la crisis del Antiguo Régimen”, Revista de Occidente, nº107, 1972

a) Explica las frases en negrita, relacionándolas con la teoría.

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