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Impulso al sector
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha mostrado su interés por el
desarrollo del sector del lúpulo para dinamizar el medio rural, y ha destacado su apuesta
por la sostenibilidad y la proyección de futuro del cultivo. En abril de este año se ha
aprobado una normativa para mejorar las condiciones productivas del cultivo del lúpulo y
aumentar la rentabilidad de las explotaciones.
Se trata de un Real Decreto que cuenta con dos líneas de ayudas, con una dotación
presupuestaria de 350.000 euros/año, para el establecimiento de nuevas plantaciones de
lúpulo, la reconversión y mejora de las plantaciones existentes, y ayudas para la
adquisición de maquinaria especifica. Además, Esperanza Orellana, directora general de
Producciones y Mercados Agrarios, remarca que es necesario aumentar el
asociacionismo, a través de las organizaciones de productores, que ayudan a vertebrar el
sector del lúpulo y mejoran la posición de los agricultores en la cadena de valor
agroalimentaria.
“Hay 250 agricultores que producen lúpulo en España, y, aunque
no es una cantidad muy elevada, nuestro objetivo es que esa cifra
crezca y mejore el cultivo en calidad, siendo principal la
incorporación de las variedades más demandas por la industria
cervecera”, apunta la directora que, además, ha valorado el
esfuerzo de modernización del sector productor del lúpulo y la
industria cervecera para apostar por nuevas variedades más
resistentes a plagas y con nuevas características organolépticas
como, por ejemplo, la apuesta por las variedades aromáticas.
Durante los primeros años del siglo XXI, en el mercado internacional se intensificaba la
aparición de nuevas variedades mucho más productivas que las cultivadas en España.
Variedades que solamente podían ser cultivadas previa autorización. En 2015 la industria
nacional se hace a un lado y permite que una multinacional del sector del
lúpulo, Hopsteiner España, asuma la responsabilidad de producción de nuevas
variedades.
De este modo, según explica Magadán, se planificó una estrategia de mejora del sector de
los productores enfocada, principalmente, a conseguir un aumento de competitividad, a
través de la mejora de las prácticas agronómicas junto a la utilización de nuevas
variedades mucho más productivas y la renovación de los sistemas de procesamiento
(selección, secado y envasado).
Con el objetivo de encontrar cuáles de las variedades seleccionadas eran las que mejor se
podían adaptar al cultivo en España, en 2016 Hopsteiner España pone en marcha
un ensayo agronómico con diez variedades (cinco aromáticas y cinco amargas). Este lo
ha llevado a cabo de forma consensuada con toda la industria elaboradora de cerveza y la
SAT Lúpulos de León, en su finca experimental de Villanueva del Carrizo, en León, en la
que cuenta con ocho hectáreas divididas en dos parcelas en producción y otra dedicada a
la experimentación, cada una de 1,7 ha.
Jacobo Olalla, director general de Cerveceros España, afirma que el lúpulo “es el
alma de la cerveza” y añade que España se ha convertido en el tercer país productor
de cerveza de la Unión Europea (UE). Desde el sector cervecero español destacan el
crecimiento del número de compañías cerveceras en 2018 (18 más que el año anterior,
con un total de 538), lo que refuerza el dinamismo del sector y la expansión de la cultura
cervecera. Además, según destaca Olalla, el 90% de la materia prima que adquiere el
sector cervecero nacional es de origen español.
Este también es referente en el panorama agroalimentario por su contribución a la
economía. El valor de la cerveza en el mercado supera los 15.000 millones de euros,
alrededor del 1,3% del PIB y genera cerca de 7.000 millones de euros de valor añadido a
la economía. Con una cifra de negocio de 3.563 millones de euros, la producción de
cerveza impulsa el sector agroalimentario, equivalente al 21% del total del sector de
bebidas y el 3% del sector alimentario en su conjunto