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Indígenas de la etnia Wayuu aprenden a leer y escribir con la misión Robinson. Lugar:
Casusai, Parroquia Alta Guajira, Municipio Paez, Estado Zulia. Franklin Reyes/J.Rebelde
Para ello es necesario aproximarse a ese Otro, no imaginarlo, reconocerlo.
Ahora, la Premio Nobel guatemalteca, Rigoberta Menchú, enfatiza la necesidad
de una educación que reconozca la esfera lingüística y la naturaleza
multilingüe de las naciones latinoamericanas, a fin de propiciar mecanismos
que permitan formar una nueva identidad del ciudadano en sociedades
multiculturales. Por otra parte, se hace necesario afrontar el problema de la
débil memoria histórica de la mayoría de los países latinoamericanos, mediante
la inclusión en los planes de estudio de temas relativos a la memoria histórica,
el civismo, los derechos humanos, el respeto a la vida y el pluralismo, entre
otros; podría argumentarse que dichos temas ya se han incorporado al
currículo de los distintos países latinoamericanos, pero aquí se trata de enfocar
dichos temas desde un punto de vista multicultural, a partir de dos conceptos
extraídos de la cosmovisión maya-quiché; dichos conceptos
son: Pixab. (enseñanza, transmisión de saberes, o educación) y Utzil (paz
integral), pues se trata de darles un enfoque más universal-inclusivo y menos
euro céntrico-exclusivo.
En la cosmovisión maya, el Pixab se refiere a la sabiduría de la memoria
histórica del pueblo, representada por la palabra y la práctica de los abuelos y
abuelas, para guiar y orientar el camino de la comunidad hacia el futuro. Pixab,
también constituye un consejo de vida, para reafirmar el compromiso colectivo
de la comunidad con su identidad, su historia y su cultura, en sus ámbitos
político, económico y social, además de ser un elemento clave en los procesos
de prevención y resolución de conflictos, la administración de justicia, la
educación y la formación del carácter humano y las habilidades profesionales.
Pixab es también un espacio para la reflexión que surge del diálogo crítico
entre maestro y alumno, en una comunicación que permite visualizar diversos
puntos de vista. Por último, el concepto de Pixab constituye una visión integral
de la enseñanza, en donde la educación, la salud, la política, la espiritualidad,
el conocimiento, la cultura y el uso y disfrute de los recursos naturales, ocurren
en un mismo espacio, de tal modo, que resulta imposible separar y fragmentar
las relaciones entre ellos.
El concepto de Utzil, que significa paz integral, entendiendo por tal el bien en
todas las dimensiones de la existencia, se encuentra sustentado y garantizado
por los principios del Pixab e implica un código ético basado en el respeto
mutuo y en una forma de vida guiada por la mesura, que garantice la
coexistencia con todas las formas de vida del planeta. Así pues, para Rigoberta
Menchú la meta de alcanzar un sistema educativo multicultural y plurilingüe
que conduzca a una sociedad intercultural, sólo puede alcanzarse si dicho
sistema educativo se basa en los principios expresados por los conceptos
Pixab y Utzil.
Por otra parte, estas políticas educativas deben estar acompañadas de un
orden socio-económico de participación que impliquen el desarrollo de una
democracia real más plena. Por último, la nobel guatemalteca resalta la
imposibilidad de continuar la búsqueda de una identidad latinoamericana por el
camino de la homogeneización cultural, en medio de políticas que niegan y
eliminan la diversidad; así pues, se trata de construir identidad a partir de lo
diverso, promoviendo un tipo de educación que permita desarrollar la
aceptación, el reconocimiento y el respeto por la diferencia.
Jovenes ecuatorianos. Comunión Metal, 2005. Bruno Carranza
De acuerdo con Rigoberta Menchú[7], para que una educación intercultural
realmente aporte a la construcción de una sociedad democrática y pluralista,
debe incorporar otros ejes transversales como la democracia, la paz y el
desarrollo, los derechos humanos, el ambiente y la equidad, entre otros; dichos
elementos, que se encuentran presentes en los conceptos Pixab y Utzil, deben
ser temas tratados a lo largo de todo el currículo, teniendo en cuenta la
importancia de partir de lo local a lo nacional y de lo nacional a lo global.
En síntesis, la nobel guatemalteca considera que las practicas plurales son
sinónimo de un ejercicio democrático, y, en consecuencia, una educación que
incorpore los aspectos mencionados implica el fortalecimiento de la
democracia; así pues, concluye Rigoberta Menchú: “la formación de un
ciudadano universal y critico es también el modelado de un ciudadano
democrático, respetuoso de los procesos de esa naturaleza”.
No se trata de superar las diferencias para alcanzar una supuesta igualdad,
sino de reconocer esas diferencias para desarrollar una afinidad que nos
permita reconocer al Otro y a los otros en consonancia con una visión pluralista
del mundo y del ser humano; pluralidad del Otro, pluralidad del yo, pluralidad
de fuerzas y sentidos que no siempre configuran un orden pacifico, pero que
reproducen y hacen visibles en cada nivel de realidad un juego de tensiones,
de dominio y sometimiento, de mutuo reconocimiento, de aproximación o
compensación, etc. El “Yo” y el Otro son pluralidades irreductibles, y por ello,
no se trata de entender la otredad como el espacio para buscar una supuesta
igualdad, igualdad que no hace más que negar la diversidad y ocultar las
diferencias, sino más bien, entender la otredad como el campo en el que se
reconoce la diversidad y se parte de las diferencias para alcanzar afinidad,
entendiendo afinidad en términos nietzscheanos:
“No en la manera como un alma se aproxima a otra sino en la manera como se
separa es en lo que yo reconozco el parentesco y la afinidad que tiene con ella.
La presencia de otro, otra idea, otro pensamiento, otro cuerpo, otras formas de
aprender perturban nuestra propia idea de normalidad, como idea estable,
correcto y permanente. La figura del otro es lo que la altera; produce la
diferencia.
Se entiende como normal a una idea abstracta, que crea una idea de promedio,
de media, pero que es una falsa ilusión. No hay sujeto real, lo que hay es una
enorme dispersión, variabilidad y la que mas se afectan son los que acusamos
de anormal: hay una acusación del otro por ideas de normalidad, ideas
autoritarias y hegemónicas. Esta idea de normalidad en este periodo de
inclusión se tiene que perder porque no se puede invitar a los otros a que
formen parte de un escenario en común y al mismo tiempo controlarlo y
vigilarlo par que se parezca a uno mismo.
La alteridad implica ponerse en el lugar del otro para de ahí partir y reconocer
que es lo que nos hace semejantes y diferentes sin pasar al extremo de juzgar.
El deficiente nos podría decir: por que piensan que el único cuerpo posible es
el de ustedes. ¿Por que creen que ese modo de aprender es el único
aprendizaje?
Estos procesos de integración no dejan de tener fines correctivos, terapéuticos, y todos los
agentes de este proceso intervienen para normalizar. En este sentido el problema de la
discapacidad es un problema propio de los individuos con déficit, de sus familiares o de los
especialistas y se vive en términos de tragedia personal. Y ese grupo de especialistas hacen
esfuerzos enormes para que este alumno pueda realizar el curriculum ordinario o alguno
parecido a este. Lo que trae aparejado, de manera inevitable e imperceptible un solo y único
modo de ver la problemática de la discapacidad. Desde el punto de vista normal/anormal.
Nuestra mirada parece estar siempre influida por esta díada que acompaña nuestro trabajo
profesional desde la era moderna. La clasificación de los alumnos entre normal/anormal.
Consideramos que un análisis crítico de ellos, su concepción y uso, nos puede hacer entender
que prácticas producimos actualmente. Siempre las mismas prácticas, siempre los mismos
juegos, siempre las mismas reglas…. De esta manera, tan particular de ver la discapacidad y a
la persona considerada discapacitada, como una producción social, es que nos alejamos de
seguir viéndola como enfermedad o deficiencia. Se evidencia la intención política de las
prácticas y nos hace resistir a la idea de pensarla como tradicionalmente fue considerada,
como un problema que afecta a individuos, un problema derivado de las condiciones de salud
individuales y de deficiencia de algunos sujetos cuyos cuerpos se apartan de los cánones de la
normalidad y que, por ende, se transforman en objeto de estudio e intervención de la
medicina y la pedagogía con un fin correctivo, cuyos agentes especializados intervienen para
normalizar, como hemos dicho anteriormente. Aportes para una nueva mirada, otra.