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UNSA - INGENIERIA – ORGANIZACIÓN INDUSTRIAL 1

EL HOMBRE Y SU EXCLUSION

Debo confesarles que hasta ahora he puesto a consideración de los lectores


artículos que, después de leerlos, me han parecido interesantes de compartir con
Uds., pero en este caso se trata de un tema y un desarrollo tan denso, pesado y
serio e importante que los transcribiré casi textualmente.
El mismo comienza comentando que, ya hemos iniciando los albores de este
nuevo siglo XXI, sin hasta ahora haber podido conseguir que se reconozcan
cultural, legal y socialmente el “Rol Protagónico que ha tenido, tiene y tendrá, en
el futuro, “El Hombre” en el desarrollo de la Humanidad y su Progreso”.
Así es como permanece inserta en la sociedad la idea de que el Capital – y no el
Hombre – es el verdadero motor de su desarrollo; así como también de que el
Trabajo – material e intelectual – es solo una mercancía plausible de ser comprada
o adquirida y que los Hombres que lo realizan pueden ser retribuidos y pagados
con una remuneración, no relacionada e independiente con la creación de la
riqueza que se genera y/o produce por la aplicación de su inteligencia y de su
esfuerzo.
Esta realidad cultural da origen a que, se considere natural que sólo el Capital
tiene derecho a decidir sobre el Desarrollo de la Economía y la Distribución de la
Riqueza y a que el Hombre solo puede aspirar a ser un simple observador del
Arbitrario Sistema de Distribución, establecido por quienes detentan el poder
económico y en consecuencia el poder político y social dentro de la sociedad.
La falta de solidaridad y de objetivos comunes entre el Capital y el Trabajo han
ocasionado ingentes problemas a la humanidad, de dolorosas consecuencias para
la misma, a saber: guerras, regímenes políticos dictatoriales, amancebamiento
social, falta de educación, grupos comunitarios con marginación y pobreza
creciente, hambre e incapacidad social para proveer de trabajo a cada vez mas
Hombres, enfermedades, atraso regional, etc., etc., son solo algunas de ellas, que
no han podido ser eliminadas, pese a los esforzados intentos que se han
realizados y al altísimo y doloroso costo pagado en vidas, sufrimientos y calidad de
vida de muchos Hombres.
El poder político, religioso, militar e incluso gremial y económico que sustenta
este sistema esta inmerso en un Sistema Arbitrario que a la vez que concentra la
riqueza en los dueños, cada vez son menos, del Capital , impiden a todos los
Hombres acceder a parte de ella. Lo que no parece resultar moralmente justo y
tolerable. No debería dudarse que la distribución de la riqueza que generan los
Hombres – con la ayuda del Capital – se impone ética y moralmente.
Resulta necesario entonces crear y recrear fuentes múltiples de trabajo para
todos los Hombres; pero recrearlas a partir de la necesidad de satisfacer el
mejoramiento y el aumento de la calidad y el nivel de vida - y con ello el consumo
– de todos los Hombres, aumento que solo será posible cuando se incremente su
poder económico accediendo a parte de la riqueza acumulada.
A partir del firme convencimiento de que es necesario terminar – pacifica y
civilizadamente – con la injusticia actual para llevar adelante este proyecto,
deberá apelarse a los sentimientos mas íntimos de Solidaridad Social, de todos los

Ing. Roberto RADICE


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grupos sociales, para poder alcanzar y cumplir el objetivo de lograr una Sociedad
donde La Distribución de la Riqueza haya sido lograda.
Es preciso encontrar el camino, sus mecanismos de funcionamiento, etc. para
transformar definitivamente este Sistema Injusto y Arbitrario, en el que vivimos, y
crear uno nuevo “que reconozca al Hombre su protagonismo decisivo, en la
ejecución y construcción de todas – absolutamente de todas – las realizaciones
humanas y, aceptar definitivamente que lo importante no es el Capital sino la
presencia y capacidad del Hombre. Resultado que así se da desde el momento
que el Capital por sí solo no puede pensar, emprender o realizar ninguna acción y
además por ser el Hombre quien creo al Capital. No debiendo olvidarse que ha
sido el Hombre el que con su Genio y su Trabajo fue quien lo genero a partir de la
Tierra, sin dueño, con la que se encontró cuando comenzó a transitar por la
Historia.
Habremos de crear un Sistema de Solidaridad Social que no solo contribuya a
solucionar los tradicionales enfrentamientos entre el Capital y el Trabajo, sino
también consolide el concepto de propiedad privada, ampliándolo hasta el limite
de considerar, en un mismo plano, a la capacidad de Trabajo de los Hombres y
al Capital material y financiero actual, y a reconocerle, por tener esa capacidad de
Trabajo, el derecho inalienable de ser copartícipe de la riqueza que genera.
Para lo cual será imprescindible que:
A) Legalmente los poderes políticos de todos y cada uno de los Países del mundo,
y las organizaciones internacionales, legislen para alcanzar una Justa Distribución
de las Riquezas. Generando las estructuras institucionales necesaria que lo genere
y asegure.
B) El Capital actual acepte – de manera legal y sin violencia – el desafió de
proceder con justicia al reconocimiento que le corresponden a los Hombres parte
de la riqueza que – precisamente esos Hombres – han generado con su genio y su
Trabajo.
C) El poder gremial se decida a luchar por “Los Temas Fundamentales, que
hacen a la vida del Hombre”, entre los que cabe mencionar: El reconocimiento del
protagonismo del Hombre en la creación de la riqueza, el derecho del Hombre a
Intervenir en el Desarrollo de la Economía y en la Distribución de la Riqueza, en la
defensa del medio ambiente, en la solidaridad para con los sectores más
desprotegidos en materia de educación y salud, y en la defensa de las minorías
atacadas por los fundamentalismos de cualquier tipo y color.
D) Que los Hombres sean los elementos motores del cambio, no desfalleciendo
ante los inconvenientes que pudieran presentarse, para llevar a cabo las acciones
conducentes a lograr un Sistema de Solidaridad Social.
E) Culturalmente se imponga este Nuevo Sistema, capaz de reconocer el
Protagonismo del Hombre que se reclama; que reconozca e imponga una relación
del Capital con el Trabajo sobre bases solidarias y que reformule – incluso – los
contenidos de todos los sistemas educativos para contribuir a instalar en la
Sociedad el Sistema de Solidaridad Social que se persigue.
(Extraído del libro Renacimiento y Riqueza de los Hombres, del Ing. Juan A.
Pardo)

Ing. Roberto RADICE

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