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Cinco cabezas piensan más que una?

Mariela, Cristian, Marisa, Mario y Mauricio habían sido miembros de un equipo


por sólo una semana, pero sentían que juntos ya trabajaban bien. La alta
dirección de su empresa: “Comunicando Valor”, empresa de marketing de
tamaño medio, reunió a los cinco empleados en un proyecto especial: el
desarrollo de un comercial para promover la pantalla plana de plasma, de 60
pulgadas, que lanzaría un cliente.
Comunicando Valor es una empresa local fundada hace 10 años por dos
jóvenes publicistas. Durante estos años trabajaron duro, alcanzando una buena
imagen corporativa en el mercado nacional. Actualmente, cuentan con un
grupo de colaboradores comprometidos, sumamente creativos, que trabajan
con razonable autonomía, responsabilidad y dedicación hacia los
requerimientos de sus clientes.
Este proyecto tenía importancia crítica porque la compañía de televisión era
uno de los clientes más importantes de “Comunicando Valor”, y últimamente los
ingresos de la empresa iban a la baja debido a unas pocas malas campañas
publicitarias. No es necesario decir que la alta dirección de “Comunicando
Valor” quería que el equipo anotara un gol con el proyecto.
Los altos directivos no tuvieron ningún problema para escoger a los cinco
empleados, pues todos eran individuos brillantes y talentosos que aportaban
ideas creativas. Más importante aún, razonaban los funcionarios, los
empleados tenían cierto número de características similares, Mariela, Cristian,
Marisa, Mario y Mauricio eran de la misma edad aproximada, habían trabajado
para la compañía el mismo tiempo, y sus personalidades parecían armonizar
debido a que todos tendían a ser sociables, amistosos y valoraban el trabajar
con otros.
Para proporcionar al equipo un ambiente creativo, la administración les dio
tanta autonomía como era posible, libertad para realizar el proyecto de principio
a fin: con sus propias ideas, la contratación de alguien que grabara el comercial
una vez que la idea hubiera sido desarrollada, crear y cumplir un presupuesto,
y hacer la presentación final del comercial al cliente. La alta dirección de
“Comunicando Valor” ya se había reunido con el cliente y le había asegurado
que con ese equipo se encontraba en buenas manos.
Impaciente por comenzar a trabajar, el equipo decidió reunirse en persona para
analizar sus ideas para el Comercial. Cristian, que había sido el líder de sus
grupos de trabajo anteriores, se sentó a la cabecera de la mesa y de inmediato
les dijo su idea.
“He estado pensando mucho sobre el proyecto desde que me lo comentaron
por primera vez”, dijo. “Conozco bien al cliente y pienso que quiere que
hagamos algo fuera de lo común: algo que atrape la atención de la gente”.
Cristian procedió a explicar su idea para el comercial, que se centraba en un
estudiante universitario “perdedor” que trataba de conseguir una cita. Después
de que una chica particularmente atractiva lo rechaza y ridiculiza con sus
amigas, el estudiante regresa cabizbajo a su dormitorio, se deja caer en un
viejo sofá y mira su pequeño televisor en blanco y negro. En la siguiente
escena el estudiante instala el televisor de plasma de 60 pulgadas en su
dormitorio, con la puerta abierta, y mientras lo hace el grupo de atractivas
mujeres pasa por ahí. En la escena final, el estudiante se encuentra en su
recamara viendo el televisor nuevo con el grupo de hermosas chicas a su
alrededor.
Cristian siguió su explicación, se recargó en su asiento y cruzó los brazos
sobre su pecho, suspirando con orgullo preguntó “Bien, qué piensan?”.
Marisa fue la primera en hablar, “Mmm, no sé”. Hizo una pausa y dijo con
titubeos, “Lo único que me preocupa es que a nuestro cliente no le guste. Están
orgullosos de ser más sofisticados que sus competidores. Para ellos, este
televisor es tanto un aparato electrónico como una obra de arte”. Pero luego
agregó con rapidez, “Pero no sé, quizás tienes razón en que necesitamos
hacer algo diferente”.
Cristian con una ligera mueca en su rostro preguntó a los demás miembros del
grupo “Qué piensan los demás?”.
Mario respondió, “Sí creo que es una buena idea”.
Mariela comentó: “Estoy de acuerdo, tiene potencial”
“Todos parecen estar de acuerdo conmigo. ¿Qué piensas Mauricio?” preguntó
Cristian, mientras los otros tres miembros observaban a aquel.
Mauricio hizo una pausa. También tenía sus propias ideas y como había
trabajado con el cliente tal vez más que ningún otro, no estaba seguro de la
idea de Cristian. Mauricio había vislumbrado un comercial en el que apareciera
el televisor en un departamento de Buenos Aires, contemporáneo y estilizado,
con una pareja en su tercera década de vida disfrutando de una película clásica
con una botella de vino tinto sobre la mesa.
Al sentir la presión de sus compañeros, Mauricio dijo con renuencia, “Sí, lo tuyo
suena bien”.
“Bueno, correcto”, deslizó Cristian. “Si seguimos a este ritmo no tendremos el
comercial a tiempo”.
El equipo trabajó en el comercial todo el mes siguiente. Cada uno se sentía
bien y la camaradería se hacía más estrecha. Una vez aceptada la idea de
Cristian los miembros del equipo adquirieron más confianza en que tendrían
éxito, tanto que hicieron el comercial aún más audaz que la idea original. Las
chicas atractivas estarían vestidas más provocativamente y en vez de ver
televisión, el estudiante y ellas reirían y beberían con el televisor de fondo.
Hubo algunos titubeos aquí y allá cuando los miembros del equipo expresaban
otras ideas pero cada uno decidió que sería mejor mantener el grupo en
buenos términos que perder la moral, pues disfrutaban la solidaridad interna.
El equipo decidió rápido sobre la compañía que grabará el comercial y aprobó
a los actores. Al poco tiempo, habían terminado el trabajo. El siguiente paso
era presentar el comercial al cliente. Cristian fue en persona para avisar a la
dirección que el equipo estaba listo para presentarlo.
“Impresionante. Tu equipo se adelantó un mes al plazo final”, dijo un alto
directivo. “Tenemos muchas esperanzas en esto, así que espero que sea
bueno. Supongo que todo marcho bien entonces?”.
Cristian asintió con la cabeza. “Sí, muy bien. No hubo problemas ni desacuerdo
en absoluto, pienso que juntos trabajamos realmente bien”.
El día de la presentación, el equipo esperaba con ansiedad en una sala de
juntas a que llegara su cliente. Los altos directivos de “Comunicando Valor”
ocuparon sus lugares. Poco después tres de los gerentes del cliente, con
vestimentas formales entraron a la sala y se sentaron en silencio. Después de
darles la bienvenida, comenzaron la presentación con Cristian como líder, que
explicó que la idea había surgido en el equipo casi instantáneamente, y como
todos habían pensado que era una buena idea estaba seguro que su compañía
sentiría lo mismo. Luego apagaron las luces, encendieron el equipo y comenzó
el comercial. No pasó mucho tiempo antes de que el equipo se diera cuenta de
que el comercial no estaba teniendo el efecto que deseaban ni en sus clientes
ni en sus gerentes. Los clientes intercambiaron miradas de soslayo entre sí y
los gerentes se revolvían con inquietud en sus sillas, después de lo que pareció
una eternidad, el comercial terminó y las luces se encendieron. Un pesado
silencio invadía la sala. Los clientes comenzaron a murmurar unos con otros.
Finalmente, uno de ellos dijo, “Es, mmm, interesante”.
Cristian replicó que él pensaba que la idea era “fuera de lo común” y que por
ello las audiencias lo recordarían con facilidad.
“Oh, lo recordarán muy bien” masculló una mujer entre los clientes. Se volvió
hacia los directivos de “Comunicando Valor” y dijo “Esto no es en absoluto lo
que buscabamos. El comercial no se ajusta a nuestras necesidades y no
transmite la imagen que tratamos de obtener. Dado que ustedes nos dijeron
que con este equipo estaríamos en buenas manos, mis colegas y yo tememos
que su empresa no sea capaz de cumplir nuestras metas. Apreciamos el
tiempo que le han dedicado pero nos gustaría emplear a otra empresa de
publicidad para que haga nuestro comercial”. A continuación ella y sus
compañeros abandonaron la sala.
Después de una reprimenda seria de los directivos de “Comunicando Valor” el
equipo fue disuelto.
Un mes más tarde Mauricio estaba en casa viendo televisión cuando apareció
un comercial mientras la cámara recorría una casa moderna se escuchaba un
fondo de música clásica, la cámara se detuvo con suavidad tras un sofá de piel
en la que se hallaba sentada una pareja que disfrutaba una botella de vino y
veía un televisor de plasma nuevo de 60 pulgadas. En la esquina inferior de la
pantalla en letras pequeñas aparecía el nombre de uno de los competidores de
“Comunicando Valor”. Aparentemente los clientes de esta empresa al fin
habían encontrado lo que buscaban, pero en la competencia. Mauricio se tomo
la cabeza entre las manos y se prometió que hablaría la siguiente vez que
tuviera una idea.

1- ¿Hubo equipo de trabajo? ¿Qué características de los equipos están


presentes y cuáles ausentes?

2- ¿Se están cumpliendo las funciones del conductor de un equipo de


trabajo? Fundamente su respuesta.

3- Evalúe al equipo de trabajo según los distintos modelos de evaluación


de equipos.

4- Analice si en el caso se aplicaron los criterios de creatividad.

5- ¿Qué técnicas de pensamiento lateral se podrían haber aplicado?


¿Hubiera cambiado el resultado? Fundamente su respuesta.

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