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COMENTARIO EL DICTAMEN 1283/006 DE FECHA

26.03.2020 DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO

Jimmy A. Garrido Pedreros


Abogado
Temuco 26.03.2020

La Directora (s) del Trabajo hoy 26 de marzo de 2020 acaba de emitir el Dictamen N°1283/006, en
el mismo, se pronuncia respecto de la aplicación de medias de cuarentena, cordón sanitario y
aislamiento o toque de queda ordenada.
Es importante destacar que la opinión «técnica» que comentaré la emite el máximo organismo
administrativo laboral de Chile que, según dispone su ley base (D.F.L. 2 de 1967), fue creado
teniendo por propósito que «para alcanzar un adecuado desarrollo económico y social del país, es
función primordial del Estado, velar por la correcta aplicación de las leyes que garantizan los derechos
sociales de los trabajadores» [énfasis añadido].
Así, sin mayor preámbulo, sostengo que se trata de un adefesio desde el punto de vista normativo.
El referido dictamen en síntesis, y en lo que me parece pertinente comentar, señala que a partir de las
situaciones mencionadas en el primer párrafo, «al ser actos de autoridad que responden a una situación
de emergencia sanitaria y concurriendo a su respecto los requisitos […] para configurar el caso
fortuito o la fuerza mayor, resulta necesario concluir que exoneran a las partes de las obligaciones
recíprocas que les impone el contrato de trabajo. A saber, otorgar el trabajo convenido y pagar la
remuneración de parte del empleador, y asistir a prestar los servicios convenidos por parte del
trabajador». Si bien en un acto de mediana prudencia se expone que la configuración de estos
elementos «debe necesariamente ser analizada por los tribunales ordinarios de justicia», lo cierto es
que el dictamen en comento crea una institución desconocida para el Derecho del Trabajo y contraria
a él como señalaré.
Si bien reconozco que se trata de una solución medianamente práctica, en rigor se aparta de la
normativa existente, pensando únicamente en las empresas y poco o nada en el sustento económico
de las familias de los trabajadores. En efecto parece una finta para evadir la problemática consistente
en ausencia normativa que resguarde los intereses de ambas partes de la relación laboral.
Aprovechando la ausencia de denominación para esta nueva institución creo conveniente bautizarlo,
darle una denominación apropiada: en reconocimiento un gran artífice de fintas en el baloncesto
llamaré «la gran Jordan».
La gran Jordan es una suspensión de la relación laboral por vía de facto, de decisión unilateral y con
respaldo administrativo. El dictamen no indica si puede ser aplicada por el empleador o por el
trabajador y tampoco indica cómo se ejerce.
Es una institución extraña porque este engendro de la jurisprudencia administrativa supuestamente
exonera a las partes de cumplir sus obligaciones recíprocas por la existencia de un caso fortuito. Así,
sabiendo que éstos hechos (caso fortuito y fuerza mayor), son constitutivos de causal de término del
contrato de trabajo conforme dispone el artículo 159 N°6 del Código del Trabajo, se limitaría el
derecho del empleador a desvincular.
Si bien lo anterior, para los laboralistas no sería malo, la gran Jordan causa un agravio a los
trabajadores pues constituiría un juicio anticipado de la ausencia del trabajador a su lugar de trabajo,
dándolo por justificado pero sin derecho a remuneración; esto es algo no contemplado en la
legislación laboral. En efecto si un trabajador se ausenta, su inasistencia puede ser justificada o
injustificada: de ser injustificada entonces se descontará el día o, configurándose los requisitos legales
(del artículo 160 N°3 del Código del Trabajo) entonces podrá ser desvinculado; pero si su inasistencia
es justificada, entonces no corresponde el descuento del día no trabajado.
Es curioso ver que el dictamen que contiene esta suspensión hace referencias al artículo 7º del Código
del Trabajo, pero a diferencia del carácter convencional que se contiene en el acto descrito en la
norma, la gran Jordan tendría una naturaleza legal (en qué ley no lo sé), porque no dependería del
acuerdo sino del caso fortuito. La gran Jordan incluso supone una intervención a la garantía de una
justa retribución del artículo 19 N°16 de la Constitución en circunstancias que el artículo 43 de la
Carta Fundamental, ni aún en estado de catástrofe –como es el decretado- lo permite. Es importante
destacar que fundado en el carácter convencional del contrato de trabajo no se halla reparo en que por
acuerdo de las partes se suscriban permisos con o sin goce de sueldo atendida la contingencia que
constituiría potencialmente caso fortuito pero la solución normativa es el despido o el pago de
remuneración por inasistencia justificada.
Ahora bien, desde el punto de vista político, como dije, la gran Jordan parece una salida
medianamente práctica pero en rigor es un acto que fácilmente puede ser interpretado como una
deslealtad hacia trabajador. Explico de manera muy sencilla: el peor escenario es que los empleadores
desvinculen por caso fortuito o necesidades de la empresa, esto al menos les permitirá a los
trabajadores (ahora que sus empleadores aún tienen ingresos) recibir su feriado y/o sus
indemnizaciones; sin embargo, la gran Jordan permitiría suspender las relaciones laborales, sin
derecho a ninguna indemnización, sin derecho al beneficio contenido en el Proyecto Covid-19 (que
concederá la posibilidad de uso del seguro de cesantía frente a un acuerdo entre empleador y
trabajador de suspender la relación) y sujeto a una esperanza de que la empresa retomará su actividad
al término del caso fortuito, de no ser así, los trabajadores se encontrarán vinculados a una empresa
que a esas alturas no contarán con ningún patrimonio.
Desconozco quién redactó el documento y si quien lo firma es o no parte del Gobierno, pero está
siguiendo su lógica: ser impopular. Cual niño del cuento «El traje nuevo del emperador» le informo
que sus sastres la están exponiendo, su traje está hecho con hilos del derecho civil, esperemos que los
tribunales no sigan su lógica.

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