Institución Educativa Leticia - Hora de la lectura “Leer por leer”
para darle de comer. Una noche antes de dormir, Luis pensó que sería bueno ayudar a sus padres y salir a trabajar. Él tenía muchas ganas de ir a la escuela a estudiar pues sabía que sólo así podría ser un gran profesional cuando sea mayor para cambiar su forma de vivir y la de su familia. Él tenía muchas aspiraciones a pesar de su corta edad. A la mañana siguiente, después de desayunar, salió a buscar a un señor que tenía una tienda a ver si le daba trabajo. El señor le dijo que le daría una propina nada más pero a Luis eso no le importó. Él quería ganar dinero y así lo hizo. Pasaron los días y encontró otro trabajo en un restaurante lavando platos. Como era rápido, el pequeño Luis pasó a entregar algunos platos de comida en las mesas y empezó a ganar un poco más con las propinas que los comensales le dejaban por ser muy atento. Después de tres meses el niño ahorró algo de dinero y por fin se matriculó en la escuela. Habló con el dueño del negocio y continuó trabajando después de las clases. Como era un buen niño se ganó el cariño de todos y le daban comida para él y su familia, un sueldo y propinas. Pasaron los años y Luis creció, se convirtió en un excelente arquitecto y construyó una casa muy grande y bonita para él y sus padres.