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ENSAYO SOBRE LA DIDACTICA EN LA PRÁCTICA DE UN DOCENTE DE

MATEMÁTICAS.

Si bien es sabido, una buena didáctica aplicada en el aula puede llegar a ser un punto

superlativo en la práctica docente, debemos, a partir de la observación, determinar con

cuáles actividades se identifica cada grupo en especial para que esta práctica sea efectiva,

teniendo en cuenta el contexto, los alcances de la misma, los recursos y la metodología que

se va a aplicar, dentro o fuera del aula, así como también los momentos de clase, dado a

que no es lo mismo proponer una actividad a campo abierto a medio día que a primera hora.

La idea de hacer didáctica es revolucionar la manera en que enseñamos, si la actividad no

conlleva a los actores del proceso a una trama diferente a la de todos los días, a la de todos

los años, de magistralía, en la que el docente es unidireccional y solo se hace transferencia

de contenidos, que ya están en los libros, incluso de forma mas completa y bien explicita,

no se puede hablar de didáctica. Este proceso tiene que orientar el pensamiento de nuestros

estudiantes a otro espacio, tiene que llamarle la atención, maravillarlo, extasiarlo, de tal

manera que este motivado a crear, proponer, trabajar en equipo, colaborar, entre otras, con

el fin de llegar a desarrollar competencias para el saber ser y saber hacer, tal como lo

manifiesta Godino (2004), cuando resalta la verificación lógica de los resultados por los

estudiantes y no la visión del profesor como única fuente de respuestas correctas.

Este ensayo tiene como objetivo mostrar al lector una perspectiva de cómo hacer más

didáctica la clase de matemáticas en su quehacer docente en el grado octavo para el

pensamiento aleatorio, especialmente en el tema de análisis e interpretación de graficas

estadísticas, tema que, según los resultados históricos de pruebas supérate de la institución,
ha generado muy bajas calificaciones en los componentes del pensamiento como lo son: la

comunicación, la argumentación, los procedimientos y la resolución de problemas.

La aleatoriedad en la enseñanza de las matemáticas es uno de los temas más complejos que

se imparten en el aula, por ser este, uno de los que requiere de la observación de una

muestra o población, la aplicación de fórmulas, procedimientos matemáticos analíticos,

conceptos, tablas y la interpretación de resultados para plantear una solución a un

problema; quedando en evidencia la falta de pensamiento crítico que tienen nuestros

estudiantes cuando se enfrentan a un proceso tan riguroso con lo demanda este pensamiento

en el área.

El pensamiento aleatorio en el grado octavo se divide en tres ejes temáticos, en el primero,

el estudiante aprende conceptos básicos que le permiten reconocer una población, tipos de

variables en poblaciones y como tomar una muestra de una población, en el segundo,

aprende a como recolectar datos o información de una muestra, también, a cómo

organizarla en tablas y graficas que le permitan visualizar la información de una mejor

forma y en el tercero, aprenden a determinar medidas de posición y medidas de dispersión,

estas medidas le permiten al estudiante hacer inferencias acerca del comportamiento de una

variable con respecto al cambio de otra, así como también, identificar datos relevantes en

sus estudios estadísticos.

Para poder hacer más didáctica esta enseñanza propongo que a principio de año el docente

organice grupos en el grado y proponga el trabajo por proyectos, es decir, cada grupo debe,

al final de año, presentar un proyecto sobre unas funciones que se le asignaran en el

transcurso de las dos primeras semanas del año lectivo, esta funciones se asignan teniendo

en cuenta las dependencias de la institución tales como la secretaria, coordinación


académica y de convivencia, laboratorios, biblioteca, cafetería, entre otras; a cada

estudiante del grupo se le estipula un rol para no hacer repetitivo el trabajo y que cada uno

de ellos tenga una responsabilidad especifica dentro del proyecto.

Esta invitación implica también un gran esfuerzo del maestro por relacionarse cada vez con

la realidad de nuestros estudiantes, el saber como piensan, cuales son sus percepciones y

sus necesidades, para cambiar esos paradigmas que existen del docente de matemáticas

como un dictador que siempre tiene la razón; más porque los docentes de matemáticas

hemos sido catalogados como los mas rígidos, complicados y rajadores del colegio; la

didáctica también nos debe permitir romper este estigma, nos debe servir para mostrar

nuestra parte humanista, para enseñar con amor y para la vida, con el único objetivo de

generar competencias en nuestros estudiantes y no como se mal piensa, que enseñamos

matemáticas para hacerlos aptos para el mundo laboral o para que estudien carreras

profesionales como ingeniería, arquitectura o contabilidad; no, no solo para eso, también

para que sean pintores, poetas, músicos y en general, todo lo que ellos quieran ser en la

vida, pero principalmente, para que sean seres que analizan, piensan críticamente, seres que

razonan de su realidad, que debaten, que argumentan y que siempre están deseosos de

resolver los problemas de su entorno con bases solidas en un pensamiento bien forjado.

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