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Cuento 1

Fogata y canelo

Son dos caballos salvajes que tienen alas muy grandes. Ellos vuelan por su territorio mirando
sus llanuras esplendorosas desde las nubes, que privilegiada esas tierras; ser bañadas por
armoniosos gotitas de agua, para que el arcoíris que se entrelaza a la mirada de fogata y
canelo que se acicalan esperando la llegada de su cría, de nombre viento.

Su cría nace y los rayos del sol se tornan cálidos. Después de algún tiempo viento creció, corre
como el viento enfurecido que no se deja vencer. De repente personas escrupulosas desean
atraparlos para llevarlos a otras tierras, pero viento alza el vuelo y como un rayo daña sus
máquinas monstruosas que vuelan, y que corren más rápido que cualquier cosa, pero sin
esperárselo viento es capturado y llevado a ciudad queta.

Fogata y canelo buscan desesperados a su cría, cuando de un momento a otro una libélula les
dice que fue llevado por los malvados animales de dos patas a una ciudad.

Fogata y canelo emprenden un largo viaje siguiendo ríos, destinan docén por montañas y
paisajes inhóspitos hasta arribar a puerto bellavista.

Las gentes extrañadas ven a los dos caballos deambular por las calles como si buscaran algo. La
libélula los guía y se infiltra entre los despiadados animales de dos patas, pero viento está
encerrado, la libélula distrae los animales de dos patas para que fogata y canelo liberen su cría
para que escapen de las manos despiadadas.

Los humanos se percatan del escape y quieren seguirla, pero el estado del tiempo cambia de
un hermoso verano, a un imponente invierno que les trunca ir por la ansiada cría.

El tiempo se confabulo con los caballos el torrencial calmo las almas intranquilas. Canelo y
fogata huyeron con su cría a sus llanuras de fantasía. Esa llanura de fantasía ye desaparece a
los ojos malvados.

Fogata y canelo fueron felices. Viento ya tiene su propia cría que crece sana y fuerte.

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