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El azote del populismo

Abelardo Posso Serrano234

Introducción bernantes, siempre da lugar a mayores


aspiraciones. El derecho simple al tra-
Antecedentes bajo, una vez reconocido y promocio-
No hay acuerdo, entre autores de nado por los gobernantes, avanza hasta
Ciencias Políticas, para determinar los el derecho a un trabajo digno, existe
orígenes del populismo, salvo, quizás, pues una calificación superior del de-
señalar que se trata de un fenómeno recho originario fundamental e incluso
contemporáneo que mantiene la justi- del derecho ulterior a ese trabajo digno,
ficación de traducir la preocupación de deviene el derecho al trabajo digno y
los gobernantes por el pueblo, por los bien remunerado y al ir sucesivamente
afanes y las mayores necesidades del añadiendo cualidades, el concepto de
pueblo235. «bien remunerado» implica protección
Esta misma vaguedad permite acon- de seguridad social, la estabilidad labo-
dicionar las preocupaciones de los go- ral, el derecho a que los trabajadores se
bernantes en múltiples líneas de acción, organicen, que tengan vivienda, salud,
con la meta puesta en solucionar, o al y, en ese línea, un casi interminable aña-
menos en paliar, las mayores necesida- dido236.
des que captan en los pueblos; necesi- Consecuentemente, la preocupación
dades estas que varían, igualmente, por de los gobernantes por las necesidades
múltiples circunstancias y que una vez del pueblo no puede ser meramente una
superadas suelen dar lugar a nuevas ne- preocupación filosófica de apertura para
cesidades, derivadas de las originales, o escuchar los clamores populares y una
por las demandas populares para cali- buena disposición para acoger las de-
ficar las respuestas consideradas como mandas del pueblo. Necesariamente se
suficientes. deben llevar a cabo acciones concretas
Esto último quiere significar que el para satisfacer las demandas populares,
reconocimiento de los derechos fun- pero cuando esas acciones no fueron se-
damentales de los individuos y de los riamente previstas o debido a escaseces
grupos sociales, por parte de los go- crónicas de medios e instrumentos, las

234 Embajador (S.P.)


235 Gonzales, O. (2007). Los orígenes del populismo latinoamericano: Una mirada diferente.
236 Gonzales, O.
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preocupaciones de los gobernantes se comprender mejor estas posibilidades


limitan a promesas. de transformación o de acoplamiento.
En la variedad enorme de las prome- El populismo llamado democrático, en
sas está otra dificultad académica para Occidente, no pretende cambiar institu-
determinar cuando estas son viables y ciones y estructuras, pero sí llevar ade-
posibles y cuando se trata simplemente lante reformas sustanciales en las mis-
de anuncios electorales. Los gobernan- mas y poner énfasis políticos en ciertas
tes saben de antemano que podrán cum- acciones fundamentales, para alcanzar
plir algunas ofertas, si median ciertas las metas propuestas, sabiéndose que
circunstancias económicas y políticas. son metas provisionales, que servirán
En otras ocasiones deberán respaldar de plataforma para acciones y reformas
las acciones gubernamentales frente a ulteriores, conforme avance la sociedad
las reacciones de los gobernados. hasta el modelo propuesto238.
En algunas circunstancias especia- El populismo democrático se acerca
les, incluso cabe esperarse el sacrificio más a la sensibilidad de los gobernan-
del pueblo para desarrollar las acciones tes, quienes deberán captar adecuada-
y alcanzar las metas que los gobernan- mente las necesidades populares y los
tes proponen237. respaldos sociales tendrán que depender
Por otra parte, las realizaciones de las satisfacciones reales del pueblo.
efectivas exigen enmiendas políticas, Los pueblos manifiestan sus respaldos
más o menos sustanciales en relación a las propuestas de sus líderes, pero
con la severidad de las necesidades po- mantienen ese respaldo, desde la óptica
pulares. Habrán, por ello, ocasiones en democrática, por los logros efectivos de
que alcanzar las soluciones requerirán los gobernantes.
una transformación institucional revo- En tiempos contemporáneos este
lucionaria. Será menester transformar llamado populismo democrático da lu-
radicalmente los esquemas y los para- gar a la gobernabilidad, y la satisfacción
digmas políticos que hubieran estado popular se mide por los índices univer-
vigentes. sales del desarrollo humano, que inclu-
En otras circunstancias, quizás las yen resultados prácticos de buen vivir y
reformas institucionales resulten sufi- satisfacción popular. En definitiva, son
cientes. No será necesaria, entonces, una los resultados de las acciones guber-
revolución en sentido estricto, sino llevar namentales las que permiten medir los
adelante reformas menos traumáticas. grados reales de buen gobierno239.
Las dos grandes líneas ideológicas Probablemente, dentro de este es-
de la superada Guerra Fría ayudan a quema, el populismo sí es efectivamen-

237 Offe, C., Espinosa, A. E., & Keane, J. (1990). Contradicciones en el estado del bienestar. Alianza Editorial.
238 Vilas, C. M. (1988). El populismo latinoamericano: un enfoque estructural. Desarrollo Económico, 323-352.
239 Lanzaro, J. (2007). La «tercera ola» de las izquierdas latinoamericanas: entre el populismo y la social-democracia.
Encuentros Latinoamericanos, 1(1), 20-57.
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te una buena actitud y una buena dispo- de tal naturaleza dominantes que no ca-
sición de los gobernantes, para atender ben miramientos ni excepciones, salvo
debidamente la satisfacción de las nece- de quienes socialmente asumen la res-
sidades populares. El populismo demo- ponsabilidad de las transformaciones.
crático, en consecuencia, fue un medio Un grupo monolítico, estricto y severa-
para planificar adecuadas estrategias y mente organizado, toma las riendas de
constituyó un camino para ir paulati- las transformaciones y pone las reglas
namente alcanzado un bienestar social, de protección de las mismas. El grupo
que es un concepto en permanente mo- se organiza como partido político úni-
vilidad, pues es menester añadir las cua- co y asume la representación del pue-
lificaciones ya descritas, con asiento en blo. La satisfacción de las necesidades
un derecho fundamental, que da lugar a populares requiere igualmente, como
otros derechos derivados del mismo o a lo ocurrido con el llamado populismo
novísimas necesidades sociales. democrático, de un proceso sistemático
El populismo socialista, en contraste y progresivo, que lleve al pueblo a la
con el anterior, parte del reconocimien- sociedad ideal.
to de inequidades sociales insuperables El populismo democrático se en-
de afrontar sin recurrir a transformacio- frenta con el populismo socialista, aun-
nes radicales de las instituciones políti- que para ambos es menester captar las
cas que permitieron y auparon, incluso, necesidades populares. Para atender
los descalabros que deben superarse por estas necesidades, el populismo demo-
una auténtica revolución, no con meras crático orienta sus estrategias y accio-
adecuaciones o con reformas que no pa- nes hacia la creación de un gobierno
san de ser paliativos, por la profundidad eficiente, pero dispuesto a ser perma-
de la crisis social que el socialismo uti- nentemente analizado por los goberna-
liza como acicate para la revolución. dos, de tal manera que sin romper con
El acomodo social a las nuevas las institucionalidades de origen, se den
realidades que la revolución impondrá mayores facultades al pueblo para que
requiere de un proceso sistemático y pueda manifestar su respaldo o rechazo.
progresivo. Las nuevas instituciones En el populismo socialista, las ne-
políticas, nacidas de la revolución, exi- cesidades populares deben interpretarse
gen total respaldo popular, los bienes para evitar desviaciones y revisionis-
comunitarios deben preservarse y de- mos y, especialmente, para erradicar
ben, especialmente, prevalecer frente a retornos a las situaciones de inequidad,
los intereses de grupos, con mayor ra- que justificó la revolución. El interprete
zón frente a los intereses de escasas cla- único de las necesidades populares, que
ses sociales o de individuos que sacaron van también creciendo en respuesta a
provecho de las inequidades. los logros reales y a nuevas necesidades,
Las transformaciones radicales a es un partido político único, al que de-
nombre y en beneficio del pueblo son ben someterse siempre los gobernados
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y, sin variación alguna, los gobernantes convencidos del valor inusual del líder
de turno, que son seleccionados por el son sus seguidores de base. Los dirigen-
partido y que sucesivamente piden al tes utilizan al líder para recibir sus cuo-
pueblo que ratifique, en cada ocasión, la tas particulares de beneficios.
determinación del partido240. La institucionalidad se nutre de la
Las teorías de los dos populismos, apariencia. Parece que se trata de una so-
que se convirtieron pronto en antagóni- ciedad democrática, pero en realidad los
cos, con sus respectivas razones, lucen mecanismos de control, del populismo
impecables, en cuanto se refiere a poner socialista, se emplean para que el líder
atención a las necesidades populares. escape de las apreciaciones populares.
Los resultados de los dos son distintos y El movimiento político que respalda al
la cuota de sacrificio popular difiere en- líder no representa al pueblo. Es el líder
tre uno y otro. El populismo socialista el que asume personalmente esa repre-
es absorbente; el populismo democrá- sentatividad. Él es el pueblo, en con-
tico puede dar lugar a manipulaciones secuencia, sus necesidades son las que
de la llamada gobernabilidad. Los go- deben apreciarse y las herramientas de
bernantes que tengan habilidades comu- publicidad «venden» esas necesidades
nicacionales resultan aventajados sobre del líder, para que tengan la apariencia
aquellos que no manejan los medios de de ser las necesidades populares.
comunicación; surgen, entonces, prác- Como antecedentes para estas lu-
ticas de marketing político que venden cubraciones sobre el populismo, cabría
personas, no ideas ni cometidos. concluir en que el populismo contem-
La aldea global universal permite poráneo no puede tener una ideología
captar las condiciones favorables de los definida, ni siquiera cerca de las dos
dos sistemas, y sin que fuere menester vertientes mayores. Cabría incluso pen-
mayor habilidad, pueden combinarse sar en que dejó de ser populista para ser
las herramientas de uno y otro. personalista. Surge entonces la pregun-
El populismo latinoamericano con- ta: ¿en términos académicos clásicos, el
temporáneo usa profusamente el mar- populismo de nuestros días es una nue-
keting político que apareció como un va forma de dictadura?
efecto paralelo del populismo demo- El populismo democrático es esen-
crático y se beneficia de la organización cialmente reformista, mientras que el
política férrea del populismo socialista. populismo socialista es básicamente re-
El líder magnificado por la publicidad volucionario. Los dos tienen una carga
toma la organización política a su ser- ideológica fuerte, fuere neoliberal, el
vicio, somete a la agrupación a sus de- primero, y marxista, el segundo. El po-
terminaciones, puesto que los primeros pulismo contemporáneo, especialmente

240 Drake, P. W. (1992). Socialismo y populismo: Chile, 1936-1973 (Vol. 6). Instituto de Historia, Vicerrectoría
Académica, Universidad Católica de Valparaíso.

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el latinoamericano, por su afinidad con mente sólidas muestran actualmente un


el progresismo y con el llamado Socia- total deterioro.
lismo del siglo XXI apareció original- Si los líderes de las diferentes expre-
mente como neomarxista, pero también siones del populismo de América Latina
cabe suponer que desde un punto de previeron racionalmente que sus pro-
vista ortodoxo, el marxismo, y por ende puestas no eran realizables, la utiliza-
una eventual renovación del mismo, de- ción del marketing político y el mante-
bería ser contrario a la dictaduras perso- nimiento de una publicidad permanente
nalistas, pues no cabe otra dictadura que responde a las aspiraciones puramente
la del pueblo, de las masas241. personales del líder, lo que podría cons-
La asunción de los partidos co- tituir en un auténtico «cesarismo», in-
munistas sobre la representatividad cluso por el poco interés real del César,
del pueblo para ejercer la dictadura acerca de las eventuales necesidades del
del proletariado, resulta posible por pueblo sometido a sus caprichos.
la aplicación práctica del marxismo En la línea de sostenimiento del po-
a través de las enseñanzas de Lenín o der político, como una condición muy
de Mao Tse Tung o, quizás incluso, de particular del populismo contemporá-
Castro, pero no calza adecuadamente neo, la absorción de todos los poderes
pensar que el «chavismo» venezola- del Estado no se concentra en el partido
no, por ejemplo, pueda resultar ser la intérprete de las necesidades populares,
aplicación práctica del Socialismo del sino en la persona del líder, que asume
siglo XXI, por ser ideológicamente ha- de manera exclusiva y excluyente la re-
blando, un neomarxismo. presentatividad del pueblo. Incluso, en
En cuanto a la viabilidad de las un paso subsiguiente, el pueblo se asi-
propuestas populistas, el reformismo mila al líder.
del populismo democrático probó que Si cuando en materia de soberanía
sí es dable llevarlas a cabo. Igualmen- se suele recurrir a la célebre frase de
te, sin entrar a discutir el alcance del Luis XIV, «el Estado soy yo», la con-
sacrificio popular, sí puede decirse que cepción de soberanía dentro del popu-
el populismo socialista pudo tener al- lismo contemporáneo exhibiría una po-
gunos –ciertos– resultados prácticos. sición mucho más radical, puesto que es
Las propuestas de los populismos con- el líder populista contemporáneo el que
temporáneos, especialmente en Améri- reclama su propia soberanía al afirmar
ca Latina, evidentemente no han tenido que él es el pueblo. Significaría decir
resultado práctico alguno; por el con- que el líder es el único soberano, el que
trario, economías que fueron mediana- tiene todas las facultades de poder y el

241 Giordani, J. (2009). La transición venezolana al socialismo. Caracas.

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que responde a la satisfacción de sus ne- la esperanza de la autodestrucción se


cesidades, que son las necesidades del aleja, aun cuando no se haya eliminado,
pueblo, aun cuando el pueblo haya sido por haber sido simplemente pospues-
insensible para captarlas. ta243. Pero muy pocos observadores han
El pueblo soy yo, entonces, es mu- planteado la amenaza de la autodestruc-
cho más radical en materia de sobera- ción que debería implicar el populismo,
nía, que el monarca francés, que solo quizás porque entienden que populismo
pretendía ser el Estado. Esta concepción es la negación de cualquier filosofía y
de soberanía no puede ser explicada con que eliminado el «camino», no pue-
los principios doctrinarios del neolibe- de esperarse el mantenimiento de una
ralismo, tampoco con los del populismo práctica de gobierno que utilice la de-
democrático ni con los principios, en magogia, el engaño popular masivo, el
construcción, del neomarxismo. clientelismo y la propaganda.
Desde un punto de vista académico
La ausencia de ideologías242 podría ser muy acertada la anterior de-
Cualquier lector de ciencias política, ducción acerca de la carencia de cami-
aun aquel que no tenga pretensiones de no como la «esperanza» mayor de los
ser un analista, podrá haber concluido pueblos para librarse del juego macabro
en que toda filosofía política, de apli- de la demagogia, el engaño, el cliente-
carse con absoluta ortodoxia, podría lle- lismo y la propaganda agobiante, pero
gar a autodestruirse. Para recurrir a un la comprobación histórica, durante el
ejemplo clásico, muy manipulado en la siglo pasado y estos primeros años del
recientemente superada Guerra Fría, en actual, nos hace ver que el recurso al
esta destrucción del capitalismo por la populismo continúa siendo muy válido
acumulación o en el socialismo marxis- y que, como práctica de gobierno, el
mo, por la carencia de incentivos, esta- populismo ha demostrado mayor duc-
ba, para unos y para otros, la esperanza tilidad que las doctrinas filosófico-po-
de poder superar la «larga noche neoli- líticas fundamentales. Hemos visto y
beral» o la «pesadilla socialista». quizás seguiremos en el futuro compro-
Los hibridismos políticos de nues- bando, con qué facilidad se acomodan
tros tiempos han hecho menos vulnera- los nuevos populismos a las corrientes
bles a las filosofías de base, fuere por políticas mayoritarias, al ofrecer cam-
las intervenciones estatistas en el capi- bios, revoluciones y transformaciones a
talismo o sea por las cesiones capitalis- la carta244.
tas, en los antiguos regímenes marxis- Esta ductilidad se alimenta en la
tas. Cuando aparecen estos hibridismos, ventaja de que el populismo no tiene la

242 Laclau, E. (2012). La razón populista. Fondo de Cultura Económica.


243 Posso Serrano, A. (2007). Principales Corrientes Políticas Mundiales. Quito: Instituto de Altos Estudios Nacionales.
244 Viguera, A. (1993). «“Populismo”» y “neopopulismo”» en América Latina». Revista Mexicana de Sociología, 49-66.
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necesidad de explicar las razones para según vaya haciéndose más importante
la adopción de recetas de gobernabi- el apoyo de cada uno de esos sectores
lidad, que se reputaban como propias «halagados» con las ofertas.
de una filosofía antagónica. Los pla- Uno de los forjadores del Ecuador
nificadores y gobernantes populistas moderno solía decir que no debe plani-
simplemente acogen, especialmente en ficarse, puesto que únicamente los me-
tiempos de elecciones, los clamores po- diocres lo hacían, ya que lo inteligente
pulares y ofrecen reformas sociales que y propio de los genios tenía que ser la
favorezcan, por igual, a los abusados de improvisación. Es posible que la fór-
siempre y a los abusivos contumaces. mula actualmente resulte inviable, por-
Las calificaciones de «izquierda» que las exigencias de planificación son
o de «derecha» salen sobrando en los mundiales, pero con las salvedades que
populismos, por el propio deterioro de las necesidades contemporáneas impo-
esas tendencias, como por lo impráctico nen, el consejo para la gobernabilidad
que resulta para los gobernantes popu- populista sigue siendo impecable.
listas el ir determinando los parentescos Las vulnerabilidades del populismo
ideológicos de las variedades múltiples están en la creación de marcos institu-
de las fórmulas que van ofreciendo a cionales, aun cuando se sepa que serían
sus gobernados; puesto que, en la prác- simples indicadores de conductas que
tica clientelar y demagógica, pueden los propios gobernantes auspiciadores
convivir sin dificultades las ofertas eco- de las mismas, no pensaron nunca en
nómicas, por ejemplo, de limitación de llevarlas a la práctica, puesto que es
las importaciones, con las de apertura imposible que las ofertas institucionali-
de mercados; y en lo político, aquellas zadas, peor si hubiesen sido hechas de
promesas de consolidación democráti- manera solemne, podrían cumplirse al
ca, con las usuales y cada día más evi- mismo tiempo y para satisfacción de los
dentes acciones represivas245. sectores sociales llamados a ser antagó-
nicos, porque fueron previamente azu-
La imposibilidad de institucionaliza- zados por los gobernantes, para agran-
ción como el mecanismo de autodes- dar sus diferencias.
trucción del populismo246 La Constitución reglamentaria que
Las ofertas populistas tienen que te- prohíbe la infelicidad plantea la educa-
ner, por lógica, los cauces abiertos para ción, la salud, la vivienda y la recrea-
poder presentarse libremente, en paque- ción para todos los habitantes de un
tes que cada sector interesado haga suyo país, tendrá que entenderse únicamen-
y que puedan activarse o suspenderse, te como una bella promesa, peor si ese

245 Gudynas, E. (2009). «La ecología política del giro biocéntrico en la nueva Constitución de Ecuador». Revista de
Estudios Sociales, (32), 34.
246 Posso Serrano, A. (2009). «La imposible institucionalización del Populismo». Revista Actualidad Jurídica, No.30,
julio-agosto, año V, CEP, Quito.
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país se orienta a la producción mera- a las nuevas realidades. Las realidades


mente autosuficiente, que quiere retor- afrontadas y aparentemente resueltas
nar a los medios de producciones ances- son las que el líder apreció, de acuerdo
trales y que cuenta con la única realidad a sus anhelos y propósitos políticos y a
de la pobreza. Las distintas leyes que sus necesidades coyunturales.
vayan creándose, para poner en marcha Los líderes populistas tienen un ci-
los preceptos constitucionales, tendrán clo de predominio que obedece a las
que ser tan variadas y disímiles como maniobras publicitarias y al control de
los «cauces maestros» que se pretende los aparatos estatales. Los lugartenien-
seguir247. tes de los líderes ocupan niveles de
La esperanza para superar el popu- importancias menores, pero siempre
lismo tendrá que estar en la comproba- en relación con la cabeza suprema. El
ción, cada vez más difícil de ocultar, de deterioro del liderazgo afecta en primer
los abismos entre las realidades, los re- lugar a los lugartenientes y luego pro-
cursos y las necesidades y quizás, solo voca una decepción popular, que se va
quizás, la imposible convivencia entre generalizando248.
las ofertas de los gobernantes y su desa- Sería esperanzador creer que depen-
rrollo terminaría por ser la fórmula más derá del marco general de referencia
efectiva para superar la demagogia, el para determinar los síntomas del de-
engaño masivo y la propaganda. terioro del líder. Los resultados de las
Pero no podría abrigarse una esperan- acciones personalistas del líder podrían
za fundada, si se aplica para la superación dejar de convencer al pueblo encegueci-
del populismo las mismas recetas que do por la publicidad asfixiante o las re-
dieron lugar a la situación caótica, polí- acciones de una oposición certera, pero
ticamente hablando, que provocó al lan- probablemente por la consolidación de
zamiento y promoción del líder populista. las facultades de poder, solo el agota-
La idea de la autodestrucción del miento de los recursos para mantenerlo,
populismo, en consecuencia, no podría podrían constituir la causa mayor.
plantearse desde los lineamientos teóri- El agotamiento tiene que ver con
cos de los apabullantes buenos resulta- los recursos materiales para continuar
dos, de los regímenes neo-liberales, ni con la campaña electoral permanente y
de la auto-consumición del capitalismo, con la evidencia del engaño masivo en
prevista por el marxismo ortodoxo, por- cuanto a los reputados logros de la ges-
que los gobiernos populistas contem- tión providencial del líder.
poráneos no se han detenido a acondi- Los síntomas inequívocos de la so-
cionar estas filosofías políticas matrices ciedad deteriorada se manifiestan en el

247 Acosta, A. (2010). El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo. Una lectura desde la Constitución de Montecristi.
Policy Paper, 9(5), 1-36.
248 Thibaud, C. (2002). «En búsqueda de un punto fijo para la república. El cesarismo liberal (Venezuela-Colombia,
1810-1830)». Revista de Indias, 62(225), 463-492.
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que las olas de violencia social aumen- les, si cabe la posibilidad de buscar una
tan, crece el desempleo, se disuaden causa común, para abrazarla como ele-
inversiones locales y extranjeras, hay mento de aglutinación que se propon-
desabastecimiento de bienes de primera ga básicamente «acelerar» la caída del
necesidad, el poder negociador del Es- régimen populista, por una necesidad
tado desaparece y la imagen del país se compartida y emparentada con el bien
desdibuja. de la sociedad, para restablecer los ca-
Igual que lo que ocurre con todo dic- nales de convivencia democrática, que
tador, él es fuerte mientras no rectifique. por esencia abren las mismas oportuni-
El reconocer errores o aceptar modifica- dades a todos los partidos, agrupaciones
ciones en las líneas matrices de conduc- y movimientos políticos que abracen
ción debilitan al líder. En la obligada esa causa común.
fase de retroceso, el líder insiste en sus Por supuesto que la conveniencia de
errores, porque no conoce otras herra- los partidos, agrupaciones y movimien-
mientas para gobernar y debido a que tos políticos que buscan la superación
las recetas ortodoxas se pueden aplicar del régimen populista sería también
dentro de regímenes ideológicos, pero compartida y significará el retorno al
en el populismo no existen ideologías. libre juego democrático, que separada-
Los consejos prácticos acuden a ter- mente no podrían restablecerlo por las
minar con las posturas personalistas, a apropiaciones del populismo de todas
abandonar el modelo de gestión política las herramientas electorales, que preci-
del líder. Los intereses se dejan ver con samente evitan tal juego democrático.
claridad, de aquellos que quisieran pro- Los compromisos políticos que es
fundizar una verdadera revolución, que menester llevar adelante, para comba-
solo fue anunciada para captar favores tir y ganar al populismo, son solamente
electorales o de aquellos que quisieran coyunturales, para cumplir este objetivo
volver a las situaciones de privilegios mayor, por lo que no pueden conside-
sociales que fueron demagógicamente rarse claudicaciones de ideales y pro-
combatidos por el líder en declive. puestas, las mismas que tendrán que ser
Los resultados de la gestión perso- replanteadas luego, precisamente a tra-
nalista del líder cambiaron el país que vés del restablecido juego democrático.
ya nunca podrá volver atrás y que se ve Los compromisos en este sentido
muy complicado ahondar en las refor- de búsqueda y utilización de una causa
mas, porque fueron solo de maquillaje. común no han sido extraños en el mun-
do contemporáneo, para superar crisis
La causa común políticas provocadas por largas dictadu-
Incluso con la íntima convicción de ras o por situaciones de confrontación
que el populismo, por lo anotado, se au- social, no sería impensado, entonces,
todestruirá, para no esperar por la des- la utilización de una causa común para
trucción natural del régimen y con tal acelerar la caída del régimen populista.
espera provocar mayores daños socia-
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