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237 Offe, C., Espinosa, A. E., & Keane, J. (1990). Contradicciones en el estado del bienestar. Alianza Editorial.
238 Vilas, C. M. (1988). El populismo latinoamericano: un enfoque estructural. Desarrollo Económico, 323-352.
239 Lanzaro, J. (2007). La «tercera ola» de las izquierdas latinoamericanas: entre el populismo y la social-democracia.
Encuentros Latinoamericanos, 1(1), 20-57.
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te una buena actitud y una buena dispo- de tal naturaleza dominantes que no ca-
sición de los gobernantes, para atender ben miramientos ni excepciones, salvo
debidamente la satisfacción de las nece- de quienes socialmente asumen la res-
sidades populares. El populismo demo- ponsabilidad de las transformaciones.
crático, en consecuencia, fue un medio Un grupo monolítico, estricto y severa-
para planificar adecuadas estrategias y mente organizado, toma las riendas de
constituyó un camino para ir paulati- las transformaciones y pone las reglas
namente alcanzado un bienestar social, de protección de las mismas. El grupo
que es un concepto en permanente mo- se organiza como partido político úni-
vilidad, pues es menester añadir las cua- co y asume la representación del pue-
lificaciones ya descritas, con asiento en blo. La satisfacción de las necesidades
un derecho fundamental, que da lugar a populares requiere igualmente, como
otros derechos derivados del mismo o a lo ocurrido con el llamado populismo
novísimas necesidades sociales. democrático, de un proceso sistemático
El populismo socialista, en contraste y progresivo, que lleve al pueblo a la
con el anterior, parte del reconocimien- sociedad ideal.
to de inequidades sociales insuperables El populismo democrático se en-
de afrontar sin recurrir a transformacio- frenta con el populismo socialista, aun-
nes radicales de las instituciones políti- que para ambos es menester captar las
cas que permitieron y auparon, incluso, necesidades populares. Para atender
los descalabros que deben superarse por estas necesidades, el populismo demo-
una auténtica revolución, no con meras crático orienta sus estrategias y accio-
adecuaciones o con reformas que no pa- nes hacia la creación de un gobierno
san de ser paliativos, por la profundidad eficiente, pero dispuesto a ser perma-
de la crisis social que el socialismo uti- nentemente analizado por los goberna-
liza como acicate para la revolución. dos, de tal manera que sin romper con
El acomodo social a las nuevas las institucionalidades de origen, se den
realidades que la revolución impondrá mayores facultades al pueblo para que
requiere de un proceso sistemático y pueda manifestar su respaldo o rechazo.
progresivo. Las nuevas instituciones En el populismo socialista, las ne-
políticas, nacidas de la revolución, exi- cesidades populares deben interpretarse
gen total respaldo popular, los bienes para evitar desviaciones y revisionis-
comunitarios deben preservarse y de- mos y, especialmente, para erradicar
ben, especialmente, prevalecer frente a retornos a las situaciones de inequidad,
los intereses de grupos, con mayor ra- que justificó la revolución. El interprete
zón frente a los intereses de escasas cla- único de las necesidades populares, que
ses sociales o de individuos que sacaron van también creciendo en respuesta a
provecho de las inequidades. los logros reales y a nuevas necesidades,
Las transformaciones radicales a es un partido político único, al que de-
nombre y en beneficio del pueblo son ben someterse siempre los gobernados
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y, sin variación alguna, los gobernantes convencidos del valor inusual del líder
de turno, que son seleccionados por el son sus seguidores de base. Los dirigen-
partido y que sucesivamente piden al tes utilizan al líder para recibir sus cuo-
pueblo que ratifique, en cada ocasión, la tas particulares de beneficios.
determinación del partido240. La institucionalidad se nutre de la
Las teorías de los dos populismos, apariencia. Parece que se trata de una so-
que se convirtieron pronto en antagóni- ciedad democrática, pero en realidad los
cos, con sus respectivas razones, lucen mecanismos de control, del populismo
impecables, en cuanto se refiere a poner socialista, se emplean para que el líder
atención a las necesidades populares. escape de las apreciaciones populares.
Los resultados de los dos son distintos y El movimiento político que respalda al
la cuota de sacrificio popular difiere en- líder no representa al pueblo. Es el líder
tre uno y otro. El populismo socialista el que asume personalmente esa repre-
es absorbente; el populismo democrá- sentatividad. Él es el pueblo, en con-
tico puede dar lugar a manipulaciones secuencia, sus necesidades son las que
de la llamada gobernabilidad. Los go- deben apreciarse y las herramientas de
bernantes que tengan habilidades comu- publicidad «venden» esas necesidades
nicacionales resultan aventajados sobre del líder, para que tengan la apariencia
aquellos que no manejan los medios de de ser las necesidades populares.
comunicación; surgen, entonces, prác- Como antecedentes para estas lu-
ticas de marketing político que venden cubraciones sobre el populismo, cabría
personas, no ideas ni cometidos. concluir en que el populismo contem-
La aldea global universal permite poráneo no puede tener una ideología
captar las condiciones favorables de los definida, ni siquiera cerca de las dos
dos sistemas, y sin que fuere menester vertientes mayores. Cabría incluso pen-
mayor habilidad, pueden combinarse sar en que dejó de ser populista para ser
las herramientas de uno y otro. personalista. Surge entonces la pregun-
El populismo latinoamericano con- ta: ¿en términos académicos clásicos, el
temporáneo usa profusamente el mar- populismo de nuestros días es una nue-
keting político que apareció como un va forma de dictadura?
efecto paralelo del populismo demo- El populismo democrático es esen-
crático y se beneficia de la organización cialmente reformista, mientras que el
política férrea del populismo socialista. populismo socialista es básicamente re-
El líder magnificado por la publicidad volucionario. Los dos tienen una carga
toma la organización política a su ser- ideológica fuerte, fuere neoliberal, el
vicio, somete a la agrupación a sus de- primero, y marxista, el segundo. El po-
terminaciones, puesto que los primeros pulismo contemporáneo, especialmente
240 Drake, P. W. (1992). Socialismo y populismo: Chile, 1936-1973 (Vol. 6). Instituto de Historia, Vicerrectoría
Académica, Universidad Católica de Valparaíso.
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necesidad de explicar las razones para según vaya haciéndose más importante
la adopción de recetas de gobernabi- el apoyo de cada uno de esos sectores
lidad, que se reputaban como propias «halagados» con las ofertas.
de una filosofía antagónica. Los pla- Uno de los forjadores del Ecuador
nificadores y gobernantes populistas moderno solía decir que no debe plani-
simplemente acogen, especialmente en ficarse, puesto que únicamente los me-
tiempos de elecciones, los clamores po- diocres lo hacían, ya que lo inteligente
pulares y ofrecen reformas sociales que y propio de los genios tenía que ser la
favorezcan, por igual, a los abusados de improvisación. Es posible que la fór-
siempre y a los abusivos contumaces. mula actualmente resulte inviable, por-
Las calificaciones de «izquierda» que las exigencias de planificación son
o de «derecha» salen sobrando en los mundiales, pero con las salvedades que
populismos, por el propio deterioro de las necesidades contemporáneas impo-
esas tendencias, como por lo impráctico nen, el consejo para la gobernabilidad
que resulta para los gobernantes popu- populista sigue siendo impecable.
listas el ir determinando los parentescos Las vulnerabilidades del populismo
ideológicos de las variedades múltiples están en la creación de marcos institu-
de las fórmulas que van ofreciendo a cionales, aun cuando se sepa que serían
sus gobernados; puesto que, en la prác- simples indicadores de conductas que
tica clientelar y demagógica, pueden los propios gobernantes auspiciadores
convivir sin dificultades las ofertas eco- de las mismas, no pensaron nunca en
nómicas, por ejemplo, de limitación de llevarlas a la práctica, puesto que es
las importaciones, con las de apertura imposible que las ofertas institucionali-
de mercados; y en lo político, aquellas zadas, peor si hubiesen sido hechas de
promesas de consolidación democráti- manera solemne, podrían cumplirse al
ca, con las usuales y cada día más evi- mismo tiempo y para satisfacción de los
dentes acciones represivas245. sectores sociales llamados a ser antagó-
nicos, porque fueron previamente azu-
La imposibilidad de institucionaliza- zados por los gobernantes, para agran-
ción como el mecanismo de autodes- dar sus diferencias.
trucción del populismo246 La Constitución reglamentaria que
Las ofertas populistas tienen que te- prohíbe la infelicidad plantea la educa-
ner, por lógica, los cauces abiertos para ción, la salud, la vivienda y la recrea-
poder presentarse libremente, en paque- ción para todos los habitantes de un
tes que cada sector interesado haga suyo país, tendrá que entenderse únicamen-
y que puedan activarse o suspenderse, te como una bella promesa, peor si ese
245 Gudynas, E. (2009). «La ecología política del giro biocéntrico en la nueva Constitución de Ecuador». Revista de
Estudios Sociales, (32), 34.
246 Posso Serrano, A. (2009). «La imposible institucionalización del Populismo». Revista Actualidad Jurídica, No.30,
julio-agosto, año V, CEP, Quito.
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247 Acosta, A. (2010). El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo. Una lectura desde la Constitución de Montecristi.
Policy Paper, 9(5), 1-36.
248 Thibaud, C. (2002). «En búsqueda de un punto fijo para la república. El cesarismo liberal (Venezuela-Colombia,
1810-1830)». Revista de Indias, 62(225), 463-492.
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que las olas de violencia social aumen- les, si cabe la posibilidad de buscar una
tan, crece el desempleo, se disuaden causa común, para abrazarla como ele-
inversiones locales y extranjeras, hay mento de aglutinación que se propon-
desabastecimiento de bienes de primera ga básicamente «acelerar» la caída del
necesidad, el poder negociador del Es- régimen populista, por una necesidad
tado desaparece y la imagen del país se compartida y emparentada con el bien
desdibuja. de la sociedad, para restablecer los ca-
Igual que lo que ocurre con todo dic- nales de convivencia democrática, que
tador, él es fuerte mientras no rectifique. por esencia abren las mismas oportuni-
El reconocer errores o aceptar modifica- dades a todos los partidos, agrupaciones
ciones en las líneas matrices de conduc- y movimientos políticos que abracen
ción debilitan al líder. En la obligada esa causa común.
fase de retroceso, el líder insiste en sus Por supuesto que la conveniencia de
errores, porque no conoce otras herra- los partidos, agrupaciones y movimien-
mientas para gobernar y debido a que tos políticos que buscan la superación
las recetas ortodoxas se pueden aplicar del régimen populista sería también
dentro de regímenes ideológicos, pero compartida y significará el retorno al
en el populismo no existen ideologías. libre juego democrático, que separada-
Los consejos prácticos acuden a ter- mente no podrían restablecerlo por las
minar con las posturas personalistas, a apropiaciones del populismo de todas
abandonar el modelo de gestión política las herramientas electorales, que preci-
del líder. Los intereses se dejan ver con samente evitan tal juego democrático.
claridad, de aquellos que quisieran pro- Los compromisos políticos que es
fundizar una verdadera revolución, que menester llevar adelante, para comba-
solo fue anunciada para captar favores tir y ganar al populismo, son solamente
electorales o de aquellos que quisieran coyunturales, para cumplir este objetivo
volver a las situaciones de privilegios mayor, por lo que no pueden conside-
sociales que fueron demagógicamente rarse claudicaciones de ideales y pro-
combatidos por el líder en declive. puestas, las mismas que tendrán que ser
Los resultados de la gestión perso- replanteadas luego, precisamente a tra-
nalista del líder cambiaron el país que vés del restablecido juego democrático.
ya nunca podrá volver atrás y que se ve Los compromisos en este sentido
muy complicado ahondar en las refor- de búsqueda y utilización de una causa
mas, porque fueron solo de maquillaje. común no han sido extraños en el mun-
do contemporáneo, para superar crisis
La causa común políticas provocadas por largas dictadu-
Incluso con la íntima convicción de ras o por situaciones de confrontación
que el populismo, por lo anotado, se au- social, no sería impensado, entonces,
todestruirá, para no esperar por la des- la utilización de una causa común para
trucción natural del régimen y con tal acelerar la caída del régimen populista.
espera provocar mayores daños socia-
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