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Cenizas

La noche se astilló de estrellas


mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
ni con música.

Pronto nos iremos

Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.

¿Qué haré conmigo?

Porque a Ti te debo lo que soy

Pero no tengo mañana

Porque a Ti te…

La noche sufre.

Alejandra Pizarnik
El cántaro de greda

Cántaro de greda, moreno como mi mejilla, ¡tan fácil que eres a mi sed! Mejor que tú el labio de la fuente,
abierto allá abajo, en la quebrada, pero está lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia
ella.
Yo te colmo cada mañana lentamente, religiosamente. El agua canta primero al caer; cuando quedas en
silencio, con la boca temblorosa, beso el agua, pagándole su servicio.
Eres gracioso y fuerte, cántaro moreno. Te pareces al pecho de una campesina que me amamantó cuando
rendí el seno de mi madre. Y yo me acuerdo de ella mirándote, y te palpo con ternura los contornos. Ella ha
muerto, pero tal vez su seno te esponjó para seguir refrescándome la boca con sed.
Porque ella me amaba...
¿Tú me ves los labios secos? Son labios que trajeron muchas sedes: la de Dios, la de la Belleza, la del
Amor. Ninguna de estas cosas fue como tú, sencilla y dócil, y las tres siguen blanqueando mis labios.
En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rocío, por si también tuvieras
sed. Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado.
Como te amo, bebo en tu mismo labio, sosteniéndote con mi brazo. ¿Si en su silencio sueñas con el
abrazo de alguien, te doy la ilusión de que lo tienes? ¿Sientes en todo esto mi amor?
En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y húmeda, para que no te tajee el calor, y una vez te
cubrí tiernamente una quebraja dura con barro fresco.
Fui torpe para muchas faenas, pero siempre he querido ser la dulce dueña, la que coge con temblor de
dulzura las cosas, por si entendieras, por si padecieras como yo.
Mañana, cuando vaya al campo, cortaré las hierbas buenas para traértelas y sumergirlas en tu agua.
¡Sentirás el campo en el olor de mis manos!
Cántaro de greda; eres más bueno para mí que muchos que dijeron ser buenos.
¡Yo quiero que todos los pobres tengan como yo un cántaro fresco para sus labios con amargura!

- Gabriela Mistral

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