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ACTOS ADMINISTRATIVOS ILÍCITOS EXCLUIDOS DE REVOCACIÓN

DIRECTA

INTRODUCCIÓN

El Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (Ley


1437 de 2011), introdujo algunos cambios importantes frente a la administración y su
relación con los administrados, entre ellos se generó modificaciones en la figura de la
revocación directa de actos administrativos.[ CITATION Riv12 \l 9226 ]

De acuerdo a lo anterior la revocación directa de un acto administrativo es definida


como una facultad de control que se ejerce desde la administración y hacia los actos
administrativos proferidos por ella, las formas de iniciar este proceso son: por
solicitud de parte, por quien se crea titular del derecho y de manera oficiosa; la
finalidad de esta figura jurídica se sintetiza en que el funcionario que emitió el acto
administrativo (o quien tenga la potestad de suscribir actos administrativos en la
entidad) por medio de la revocatoria restituya la licitud del ordenamiento jurídico,
descartándolo de acuerdo a las causales establecidas por la ley. [ CITATION Rod02 \l
9226 ]

Así mismo, se ha observado diferentes posturas jurisprudenciales en torno al tema de:


Actos administrativos ilícitos no susceptibles de revocación directa, por lo cual se ha
convertido en un asunto que ha generado controversia, por cuanto existe la
presunción de que todo acto administrativo expedido por la administración pública
goza del respaldo legal y genera efectos desde el momento mismo de su expedición,
sin embargo, no se puede presumir que todo acto de carácter particular solo por el
hecho de contener la firma o aval del funcionario competente, este adecuado a
derecho. [ CITATION Gom99 \l 9226 ]

Como bien es sabido, para solicitar o invocar oficiosamente la figura de revocatoria


de un acto administrativo por haber sido este obtenido a través de medios ilegales, es
necesario demostrar que dicha actuación es ilícita, donde la administración fue
llevada a tomar una decisión por error, fuerza y dolo. Es así, como la res pública debe
probar a fin de demostrar un acto administrativo ilícito, que el funcionario encargado
de su expedición actuó mediante engaño, inducción a falsa convicción o presión física
o mental.[ CITATION Cer06 \l 9226 ]

Frente al tema de los actos administrativos de carácter particulares, es necesario


resaltar que la Honorable Corte Constitucional en varios pronunciamientos, uno de
ellos la sentencia C 620 de 2004, MP Jaime Araujo Rentería indicó al respecto que
“son aquellos actos administrativos de contenido particular y concreto, que producen
situaciones y crean efectos individualmente considerados”.

No obstante, la facultad que tiene la res pública para ejercer la acción de revocatoria
directa sobre actos administrativos, excluye a los actos que han reconocido un
derecho, creado o modificado una situación jurídica de carácter particular y concreto,
o de igual categoría al derecho inicial, sin contar previamente con el consentimiento
expreso y escrito del titular. [ CITATION Ram17 \l 9226 ]

En virtud a lo anterior, se logra observar como la jurisprudencia y la misma ley,


tienen tratamientos distintos de acuerdo a los derechos que se prohíjan por parte de un
acto administrativo y pueden ser recurridos mediante una solicitud de revocatoria
directa, en ese entendido, surgen exclusiones directas para requerir actos
administrativos de carácter particular que tienen su génesis en hechos, motivaciones o
derivaciones ilícitas, que crean derechos a favor un tercero generando situaciones y
efectos individuales.

En ese entendido, el fin primordial y objetivos de este trabajo serán: conocer que
actos administrativos ilícitos son excluidos de la revocatoria directa, para así, obtener
un conocimiento más amplio de la figura de la revocatoria directa, los casos en los
que aplica y que ocurre cuando un acto administrativo tiene su nacimiento en la
ilicitud y genera efectos particulares que forjan obligaciones y derechos para el sujeto
activo del acto administrativo.

Lo anterior, tiene su sustento o justificación en que, los actos administrativos son, sin
lugar a dudas, contenido de entera inquietud en diferentes y múltiples sistemas
jurídicos, de acuerdo a ello, si examinamos de fondo el tema de su revocabilidad o
irrevocabilidad; se encontraran posiciones disimiles que van desde la imperiosa
afirmación de que los actos administrativos son por naturaleza irrevocables, hasta las
que aseveran que una de las tipologías propias de todo acto administrativo, es la de
poder ser revocados; contextos que en el ordenamiento jurídico Colombiano han sido
importantes dado el tratamiento brindado a intereses adversos como son la firmeza
jurídica del acto VS el respeto de la legalidad y la licitud del acto, elementos que son
cotejados de un lado, por los intereses inherentes de la administración pública; con
los intereses de los administrados; lo que ha implicado módulos, metodologías y
figuras jurídicas que la jurisprudencia y la ley colombiana han implementado para
permitir la revocación del acto, claro está, dentro de un fundamento estatuido para
brindar garantías a favor de los administrados, lo que se refleja mediante la
imposición de fronteras a la acción de la res publica como autora del acto
administrativo, mediante la imposición de procesos que reflejen el cumplimiento de
métodos estrictos.
De acuerdo a ello, en el estado colombiano, siempre ha persistido la ilicitud y el
indebido accionar por parte de los funcionarios públicos, y es por esto que nace la
necesidad de esclarecer que actos administrativos ilícitos se encuentran exentos de la
figura denominada Revocatoria directa, de acuerdo a las limitaciones o excepciones
que la ley y la jurisprudencia ha descrito

En ese entendido, se procederá a desarrollar el tema de los actos administrativos, para


luego centrarnos en la figura jurídica de la revocatoria directa establecida por la ley
1437 de 2011, y terminar con los actos administrativos proferidos mediante medios
ilícitos, para luego denominar cuales se encuentran excluidos de la aplicación de la
revocatoria directa.

Así las cosas, los actos administrativos son comúnmente definidos como la clara
expresión de la voluntad publica o del estado, dirigida a los administrados, como la
aplicación de la carga pública por ellos resistible, de conformidad con la
reglamentación legal y constitucional. De esta forma el acto administrativo es
constituido como toda declaración unilateral, mediante la cual la administración crea,
modifica, reconoce o extingue una situación jurídica de carácter subjetivo.

Asimismo, la Corte Constitucional ha referido acerca de los actos administrativos lo


siguiente: “La existencia del Acto Administrativo está ligada al momento en que la
voluntad de la administración se manifiesta a través de una decisión. El Acto
Administrativo existe, tal como lo señala la doctrina, desde el momento en que es
producido por la administración, y en sí mismo lleva envuelta la prerrogativa de
producir efectos jurídicos, es decir, de ser eficaz. De igual manera la existencia del
acto administrativo está ligada a su vigencia, la cual se da por regla general desde el
momento mismo de su expedición, condicionada, claro está, a la publicación o
notificación del acto, según sea de carácter general o individual”

De acuerdo a lo anterior, existen actos administrativos de carácter general o


individual, los cuales centran su principal diferencia en los destinatarios a los que se
produce efectos jurídicos con cada uno de ellos, es decir que, un acto administrativo
de carácter individual o particular, lo será no por el número de destinatarios, sino por
la individualización de las personas a las cuales crea, extingue o modifica una
situación jurídica concreta, de esta forma pueden existir actos particulares que por su
naturaleza afecten a más de un destinatario, pero que por los efectos singulares
obtenga la naturaleza de individual, en su contraparte, los actos generales, son todos
aquellos que se dirigen a la comunidad en general, y generan efectos erga omnes
entre la población y la decisión proferida mediante la actitud volitiva de la
administración, o acto administrativo.

Una vez explicada la diferencia entre actos de carácter particular y general, se


procede a explicar la figura jurídica denominada revocatoria directa, la cual, según el
doctrinante del derecho, Jaime Orlando Santofimio Gamboa, manifiesta que “la
revocatoria es la pérdida de vigencia de un acto administrativo en razón de la
declaratoria hecha por el funcionario que lo profirió o su inmediato superior, con base
en precisas causales fijadas en la ley.”

Así las cosas, La revocatoria directa es una figura jurídica por medio de la cual la res
publica, a solicitud de parte o de forma oficiosa, quita los efectos de los actos
proferidos por ella misma, de acuerdo a las causales definidas y delimitadas de forma
taxativa en la ley. En el marco legal colombiano, esta institución no cuenta con un
fundamento jurídico definido. Sin embargo, del análisis de la norma que lo regula
(Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo
C.P.A.C.A. Ley 1437 de 2011), se puede establecer que la misma posee dos
singularidades:

1. Desplegada como mecanismo de uso directo, ejercido por parte del sujeto
pasivo del acto ante la entidad pública que lo originó; o frente a su superior
jerárquico.
2. Utilizada como organismo unilateral de la res publica para suprimir los
efectos de las disposiciones tomadas por ella misma.

En el evento inicial, se toma como un mecanismo de índole procesal, parecido a los


recursos comunes que se interponen frente a las actuaciones administrativas, con unos
métodos y procesos diferentes, motivo por el cual este modelo es definido por la
doctrina como un recurso extraordinario. Tomando el sentido de la palabra recurso de
forma amplia, de tal forma, se brinda al individuo una manera de procurar que la
entidad que despachó el acto lo examine de acuerdo a las causales que la ley impone.

Es extraordinario, por cuanto su funcionamiento jurídico, es separado formal y


técnicamente del procedimiento administrativo, actuando de forma
independientemente, no importante si el mismo concluyo o no; y de forma disyuntiva
y excluyente con los recursos constitutivos de la vía ordinaria (llamados recursos en
sede gubernativa).

En el evento subsiguiente, se define como un organismo no alterno sino anexo al de


la vía ordinaria, el cual puede usar la entidad pública de forma oficiosa, teniendo
como fundamento limitaciones y circunstancias delimitadas por mandato legislativo;
con el fin de corregir o revisar la antijuridicidad manifiesta, la contrariedad, o la
ofensa injusta que genera alguno de sus actos administrativos.

Convirtiéndose, en un elemento concreto, otorgado por el legislador a la


administración pública, con el fin de que estudié sus acciones y actué conforme a
derecho, dentro del mundo de la oficiosidad, pudiendo con esta figura, eliminar de la
vida jurídica aquellas decisiones adoptadas que van en contravía del marco legal.
De acuerdo a lo anterior, y una vez entendida la figura de la revocatoria directa, se
hablará de los actos administrativos particulares que son obtenidos por medios
ilícitos, en ese entendido, estos, devienen de la actitud volitiva de la administración,
no obstante, dicha acción voluntaria, nace viciada bien sea por violencia, error o dolo,
lo que conmina al acto administrativo a nacer a la vida jurídica de forma ilícita.

De acuerdo a lo anterior, cuando un acto administrativo de carácter particular nace a


la vida jurídica de forma ilícita, el mismo debe ser recurrido por los mecanismos
autorizados o establecido por la ley, para el caso de la revocatoria directa de este acto,
tendría que ser solicitada a petición de parte o invocada de forma oficiosa por la
entidad pública que lo emitió. No obstante, para que esta figura jurídica surta efectos,
la entidad debe tener la autorización expresa de la persona o funcionario a la cual el
acto creo, modifico o extinguió una situación jurídica o derecho.

Empero, para que la administración pueda realizar la revocatoria del acto particular
que crea, modifica o extingue derechos, es necesario que el acto administrativo sea
obtenido por medios ilícitos que pueden originarse por la misma conducta de la
administración o por parte del administrado o un tercero. Además de ello, lo
dispuesto en el acto debe tener un contenido que surta efectos y obtenga un resultado
concreto, por cuanto si se ha de generar algún efecto, éste, debe constituir una causa
eficiente, de ahí que, si la causa descubierta no genera eficiencia, el resultado que
emane no se podrá endilgar a dicha causa. En ese orden de ideas, el entorno debe
producir un acto administrativo que presenta vicios de consentimiento, derivados de
vicios de constitución del acto.

En palabras de la Sección Segunda del Consejo de Estado: “se requiere pues para
revocar el acto administrativo de carácter particular, sin autorización escrita del
administrado, como ya lo ha señalado la Sección Tercera de esta corporación "que se
trate de una abrupta y abierta e incontrovertible actuación ilícita o fraudulenta,
debidamente probada. Entendida tal actuación ilícita, como se dijo en párrafos
antecedentes, como un vicio en la formación de la voluntad, que bien puede ocurrir
por error, fuerza o dolo".

De lo precedente se colige, a la luz de la jurisprudencia, es posible revocar un acto


administrativo que nació por medios ilegales (acto ilícito), sin que medie el
consentimiento del particular, siempre y cuando, se encuentre completamente
probado que el acto es manifiestamente fraudulento, esto quiere decir que surgió a la
vida jurídica con vicios en su conformación, bien sea por error, fuerza o dolo. en ese
entendido, No es suficiente la mera sospecha de que un acto administrativo fue
emanado de manera ilícita, ya que es forzoso, tener la plena prueba de que el
funcionario actúo de forma ilegal, para que, de esta forma el acto administrativo
pueda ser susceptible de revocación directa por parte de la entidad estatal.
No obstante, En el evento de que el funcionario acreedor del acto administrativo no
exhiba su autorización de revocación del acto, y no existan pruebas pertinentes,
conducente y suficientes que permitan evidenciar que el acto fue abiertamente
fraudulento, la entidad del estado se verá en la obligación de demandar ante la
jurisdicción Contencioso Administrativa los actos administrativos que le concedieron
el derecho al funcionario en concreto

CONCLUSION.

De esta forma se logra visibilizar que, los actos administrativos ilícitos, excluidos de
la figura jurídica denominada revocatoria directa, serán todos aquellos actos
administrativos, que, aunque en su formación, sea perceptible que existen acciones
fraudulentas que generaron error, fuerza o dolo, y por lo cual podrían considerarse
ilícitos, al momento de exhibir esta ilicitud en el campo probatorio, no se cuenta con
las pruebas pertinentes, suficientes y conducentes para poder llevar a cabo las
finalidades de esta institución jurídica, y por lo mismo, la entidad del estado deberá
acudir a la jurisdicción contencioso administrativa para que ella dilucide el caso en
concreto.

Para realizar la revocatoria directa de un acto ilícito, la administración de oficio o a


petición de parte, deberá tener todas las pruebas que demuestren la ilegalidad
cometida por la administración para la consecución y formalización del acto
administrativo, en ese caso, no se requiere que el administrado de su consentimiento
expreso o autorización previa, sino que la entidad pública podrá tomar las medidas
pertinentes para sacar de la vida jurídica al acto en concreto.
Bibliografía

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¿Mecanismo excepcional de impugnacion o especial prerrogativa de la

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