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El problema de los errores

En prácticamente todos las ciencias, los últimos años del siglo XVII y todo el siglo XVIII
estuvieron determinados por la obra de Isaac Newton. Varios fueron los campos a los que
Newton dedicó su interés, realizando aportaciones de extraordinario interés en varios de
ellos. Podemos enumerar por su especial importancia los siguientes:

El enunciado del principio de gravitación universal. Gracias a él se disponía de un marco


global para estudiar los fenómenos astronómicos.
El enunciado de las leyes fundamentales de la dinámica, con lo que establece una teoría
común para explicar fenómenos que habían sido objeto de estudios fragmentarios e
incompletos como péndulos, planos inclinados, mareas, trayectorias de móviles, etc.
El descubrimiento del Cálculo Diferencial como herramienta para abordar una gran
diversidad de problemas. Es considerado el logro científico más importante de la época, y
posiblemente de todos los tiempos, que debemos conjuntamente a Newton y Leibnitz.
Durante los años siguientes los científicos de todo el mundo se vieron recorridos por una
fiebre mecanicista, alentada por la sucesión de proezas científicas conseguidas. Se tenía la
fe intuitiva en la regularidad y el orden periódico con que se cumplen los fenómenos
naturales. Se esperaba que la ciencia desvelara todos los milagros y explicara todos los
secretos. Bastaría con conocer lo que hubiera ocurrido en el pasado para poder predecir
lo que ocurriría en el futuro.

Sin embargo, las predicciones realizadas por las teorías de Newton debían ser
contrastadas empíricamente, disponiéndose de aparatos de medida muy rudimentarios.
Surge, por tanto, el problema de los errores de medición. Se disponía de una serie de
medidas independientes de una determinada magnitud física y se presentaba el
interrogante de cómo combinarlas para obtener un resultado más preciso. Este problema
ya había sido tratado por los astrónomos desde la Antigüedad, pero la novedad era que
había un modelo teórico al que debían ajustarse los datos.

Publicó, en las "Mémoires" de Turín un bello método para determinar el valor a elegir a
partir de un conjunto de observaciones, supuestas conocidas las distribuciones de los
errores. Esta limitación fue eliminada por Laplace.
En 1812, un siglo después del de Bernouilli, un gran tratado, titulado "Théorie Analytique
des probabilités". Esta obra es el compendio del trabajo realizado por Laplace
anteriormente y contenido en una serie de memorias presentadas ante la Academia de
Ciencias en el periodo comprendido entre 1770, cuando contaba veintiún años, y el
momento de la supresión de la misma. Laplace no se limita a ocuparse de problemas de
probabilidades discontinuas, que son los que corresponden a los juegos de azar, sino que
sigue la línea de Buffon y se encarga también de estudiar problemas de probabilidades
geométricas o continuas, donde el número de casos posibles se corresponden con los del
número de puntos sobre un plano. Además se ocupa de las probabilidades de las causas
de los acontecimientos, siguiendo la línea de Bayes.

A él le corresponde, además, el mérito de haber descubierto y demostrado el papel


desempeñado por la distribución normal en la teoría matemática de la probabilidad. Sus
aportaciones en este campo pueden cifrarse en dos: por un lado la creación de un método
para lograr aproximaciones de una integral normal; por otro su descubrimiento y
demostración de lo que ahora se llama el teorema central del límite.

En 1781 ideó un método que expuso en su "Mémoire sur les probabilités" que más tarde
en su memoria "Sur les approximations des formules qui sont fonctions de très grands
nombres" le permitió lograr aproximaciones de diversas distribuciones de probabilidad. El
enunciado y demostración del teorema central del límite están contenidas en su
"Mémorie sur les approximations des formules qui sont fonctions de très grands nombres
et sur leur application aux probabilités".

Previamente había escrito un trabajo divulgativo y filosófico, resultado del desarrollo de


una lección que impartió en 1795 en las Escuelas Normales que llevaba por título "Essai
Philosophique sur les probabilités" en el que resume en un lenguaje no técnico los
resultados más destacados a que se había llegado en este campo. Este ensayo fue
publicado en primer lugar como introducción de la "Theorie Analytique" y posteriormente
fue editada por separado.

En el problema de hallar el valor exacto de una magnitud a partir de varias observaciones,


Laplace descubrió que si las observaciones eran lo suficientemente numerosas, no era
necesario conocer la distribución de los errores, tal y como postulaba Lagrange. Cotes
había dado una serie de reglas para el caso en que haya solamente un elemento a
determinar, que fue seguida por todos los calculistas. Sin embargo, cuando hacía falta
determinar varios elementos, no había regla fija, por lo que procedía mediante una serie
de tanteos. Fue para evitar estos tanteos por lo que Legendre y Gauss concibieron la idea
de sumar los cuadrados de los primeros miembros de las ecuaciones que planteaba Cotes
y de hallar el mínimo de dicha suma. Laplace demuestra la bondad de este método ya que
los valores así determinados poseen propiedades de las que carecen los obtenidos por
otros métodos.

El estudio por parte de Gauss de la Teoría de los errores le lleva al estudio de la


distribución de probabilidad de errores, con lo que llega a la distribución Normal, hasta
entonces obtenida como aproximación de otras distribuciones. Junto con el método de
mínimos cuadrados, el estudio de la distribución normal fue la principal aportación de
Gauss al Cálculo de Probabilidades. El renombre que poseía Gauss entre sus
contemporáneos contribuyó a la difusión de estos métodos. Es por ello por lo que su
nombre ha quedado asociado con el de esta curva.

Durante la primera mitad del siglo XIX, los científicos utilizan la teoría de errores en
distintas ramas del saber, ampliando sus resultados. Una de las primeras aplicaciones de la
curva normal fue debida a Bessel en 1818, que comprobó que los errores de medida de
300 medidas astronómicas coincidían con bastante aproximación a los previstos por Gauss
mediante la curva normal. Bravais es el primero en considerar la relación entre errores de
medida dependientes entre sí, Pierce propone el primer criterio par rechazar
observaciones heterogéneas con el resto y Newcomb introduce la estimación robusta.

En lo referente a la recopilación de datos estadísticos, Laplace recoge en su obra que


varios sabios, entre los que cita a Deparcieux, Kersseboom, Wargetin, Dupré de Saint-
Maure, Simpson, Sulmich, Price y Duvillard, reunieron gran número de datos acerca de los
nacimientos, los matrimonios y la mortandad, ofreciendo fórmulas relativas a rentas
vitalicias, seguros, etc.

Aportaciones
Análisis Matemático
Asimismo, estudió las ecuaciones diferenciales y la geodesia. Así, es muy conocida la
famosa ecuación diferencial de Laplace. Una ecuación del tipo Nabla cuadrado de f = 0
siendo Nabla cuadrado un operador laplaciano. Llamamos Laplaciana, u operador de
Laplace, a un operador para un campo escalar que se simboliza como Nabla cuadrado,
definido en coordenadas cartesianas rectangulares. Está definido siempre que existan
todas las derivadas parciales del segundo miembro.
Conocemos la Transformada de Laplace, como una transformación que asocia a cada
función real una función compleja, designada generalmente por L(f). Esta transformada
tiene aplicaciones muy interesantes, como la resolución de ciertas ecuaciones
diferenciales, y el estudio de problemas con condiciones de contorno. Se utiliza
frecuentemente en análisis de circuitos eléctricos y en servosistemas.

En colaboración con Antoine Lavoisier dirigió experimentos sobre la acción capilar y sobre
el calor específico. Estableció la relación que expresa la presión capilar ejercida sobre una
superficie líquida curvada. Este resultado se conoce en física como la Ley de Laplace.
Realizó junto a Lavoisier las primeras medidas calorimétricas relativas a los calores
específicos y a las reacciones químicas. Estableció la fórmula de las transformaciones
adibáticas de un gas, y la utilizó en la expresión de la velocidad de propagación del sonido.

Electricidad y magnetismo
Contribuyó a la fundación de la ciencia matemática de la electricidad y el magnetismo.
Estableció las leyes relativas a los campos magnéticos y a las corrientes eléctricas que
circulan bajo su influencia. La primera ley establece la fuerza ejercida por un campo
magnético sobre un elemento diferencial de un circuito por el que circula una corriente de
intensidad.

La segunda, también llamada ley de Ampère, establece el campo magnético creado por un
elemento diferencial de un conductor recorrido por una corriente de intensidad en un
punto que está en una posición determinada respecto del elemento del circuito.

Al Álgebra
Publicó varios artículos sobre matrices y determinantes. En 1772 dijo que los métodos
introducidos por Cramer y Bezout eran inservibles, y en un artículo en el que estudió las
órbitas de los planetas planteó la resolución de sistemas de ecuaciones lineales sin
calcularla realmente, usando determinantes. Sorprendentemente, Laplace usó la palabra
"resultante", para lo que hoy llamamos determinante. Es curioso, ya que es la misma
palabra que usó Leibniz, aunque Laplace seguramente no conocía su obra. Laplace obtuvo
el desarrollo de un determinante que ahora lleva su nombre.

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