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Lukács y Korsch para la Escuela de Frankfurt y para la reconstrucción

del marxismo occidental1

Jorge Veraza Urtusuástegui

Hablaré acerca de Karl Korsch y de Georg Lukács, especialmente de sus dos libros más
famosos, de Georg Lukács, Historia y consciencia de clase publicado en 1923 y de Karl
Korsch Marxismo y filosofía, publicado en ese mismo año; y haré algunos apuntes de su
relación con la Escuela de Frankfurt. Pues es el trazo de estos dos marxistas, especialmente
de estos dos libros, el que origina la conformación teórica del proyecto del Instituto de
Investigaciones Sociales que con el tiempo habrá de llamarse Escuela de Frankfurt.
Proyecto en el que se intenta aplicar el marxismo no solamente a la investigación
económica o a la crítica económica del capitalismo sino a una crítica de la cultura, a una
crítica de la política, a una crítica de las dimensiones cotidianas que suceden en la sociedad
burguesa. Así que, de alguna manera, la Escuela de Frankfurt está intentando reconstruir la
crítica global de la sociedad; que fuera proyecto de Marx, dar cumplimiento a este anhelo.

1. La Crisis del marxismo y la actualidad de la revolución: premisas de Historia y


conciencia de clase y de Marxismo y filosofía

La Escuela de Frankfurt nace de hecho en 1923, este Instituto de Investigaciones Sociales


que habrá de ubicar su cede en Frankfurt nace, justamente, en ocasión de que se han
publicados estos dos libros y que se lleven a cabo unos seminarios sobre los mismos,
seminarios que fueron, por así decirlo, una especie de Sábados Rojos Culturales. Así que
daré una breve semblanza del momento, para hacernos idea de la efervescencia político-
revolucionaria que se experimentaba.

Después de 1896 en que Eduard Bernstein publica su libro sobre Las premisas del
socialismo y las tareas de la socialdemocracia, esto es, las tareas que ésta tiene enfrente

1
Intervención del Dr. Veraza en el seminario “La Escuela de Frankfurt en la perspectiva del discurso crítico.
Conexiones, intersticios y fronteras entre los marxismos del siglo XX”, 2013.

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para el nuevo periodo que él cree estar viendo amanecer en el capitalismo. Es la primera
vez que en la izquierda se plantea que está naciendo una nueva época, y esta nueva época
dice Bernstein es distinta a la que vivió Marx, especialmente la época del Manifiesto del
Partido Comunista, pues, ahora, el gran desarrollo civilizatorio del capitalismo, la
industrialización de países como Francia y Alemania, ha modificado grandemente la
manera en que están viviendo los obreros, con mejores salarios, con mejor urbanización,
con gran cantidad de representantes socialdemócratas en el congreso y que nos permiten
hacer una serie de reformas benéficas para el pueblo en general y para los obreros en
particular. Así que esta nueva época de auge del capitalismo, y también civilizatorio, con la
democratización ha vuelto cosa del pasado las anteriores actitudes brutales, represivas de
los gobiernos absolutistas de la vieja Europa y, aun, de las nuevas repúblicas. Pues si en un
primer momento los gobiernos republicanos tuvieron desconfianza respecto de la clase
obrera, ya se han acostumbrado a que haya una oposición democrática. Ha habido entonces
una serie de modificaciones en la economía, en la política, a nivel cultural y de las
costumbres que señalan que el capitalismo ha ido evolucionando y que auguran que pueda
seguir evolucionando en un sentido favorable a la clase obrera. Así que hay que replantear
con base en esta nueva conformación histórica de la sociedad burguesa las tareas que tiene
el partido obrero, el partido socialdemócrata.

Realmente no parece un momento propicio para hacer revoluciones sino para hacer la
mayor cantidad de alianzas políticas y lograr la mayor cantidad de reformas en el gobierno,
obtener la mayor cantidad de votantes para la socialdemocracia con un programa amplio y
que el partido tenga cada vez más fuerza en el congreso para, entonces desde ahí, llevar a
cabo una serie de modificaciones benéficas para la clase obrera y para el funcionamiento de
la sociedad en su conjunto.

De tal manera que el análisis de Bernstein de la situación coyuntural que lo lleva a


pensar que existe una nueva época del capitalismo y que esta nueva época es progresista,
civilizatoria, tiene por conclusión unas propuestas de política reformistas. El partido
socialdemócrata pasa de la posición revolucionaria a una posición reformista que requería
de una revisión de las ideas de Marx tanto acerca del capitalismo que, según Bernstein
había cambiado, como acerca del procedimiento mediante el cual los obreros deben
enfrentar al capitalismo, si mediante reformas o mediante revoluciones.

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Desde 1896 interviene Bernstein; otra serie de dirigentes socialistas de distintas partes
de Europa hacen un enfoque más o menos similar —descollantemente Tomáš Masaryk,
Benedetto Croce y George Sorel— y surge un fenómeno generalizado de cambio de
perspectiva de dirigentes socialistas tanto políticos como intelectuales que se ha dado en
llamar la crisis del marxismo; con la posición revisionista Bernstein da inicio a la crisis del
marxismo. Las corrientes de izquierda del partido socialdemócrata, especialmente del
partido socialdemócrata alemán, intentan contraargumentar, revertir este posicionamiento
de Bernstein; incluso el centro representado por Karl Kautsky, discípulo directo de Marx y
Engels, intenta criticar las posición revisionistas de Bernstein completamente cargadas a la
derecha del partido. Desde la izquierda le contesta Rosa Luxemburgo, que pertenecía al
partido socialdemócrata de Polonia pero que —como emigrada llegó a Alemania— se
inserta en el partido socialdemócrata alemán.

Distintas corrientes de izquierda, los consejistas holandeses, como Henriette Roland-


Holst y Anton Pannekoek, intentan revertir esta derechización de la socialdemocracia tanto
del partido socialdemócrata alemán como de otros partidos socialdemócratas europeos y, de
hecho, de toda la Segunda Internacional. En estas críticas, en este intento de enfrentar a la
derechización formidable de la socialdemocracia, participa Lenin, Trotsky, etc., así que
tenemos tres grandes vertientes: una, la de Rosa Luxemburgo; también a los izquierdistas
alemanes y holandeses; y, finalmente, a Lenin y los socialistas bolcheviques rusos, así
como al menchevique Trotsky. Además claro, del así llamado marxista ortodoxo, Karl
Kautsky, que tenía posiciones centristas pero que, supuestamente, era quien estaba
recogiendo el legado teórico de Marx. Y se van sucediendo distintas obras, distintas
polémicas, desde 1896 en que publica Bernstein su libro, hasta 1914-16 en que Lenin
publica El Imperialismo fase superior del capitalismo; el cual recogía ideas muy
importantes de Rosa Luxemburgo, tratando de asumir a la nueva época anunciada por
Bernstein como una época efectivamente nueva pero, señalando, que las contradicciones
imperialistas requerían de conclusiones políticas completamente opuestas a las que sacara
Bernstein. Que, más bien, se venía encima un enfrentamiento imperialista, que
posiblemente se podía llegar a la guerra. Rosa Luxemburgo escribe esto en 1913 y Lenin
ya está escribiendo en plena guerra, pues se publica su libro en 1916; así que los hechos
demostraban que la época imperialista no es la de un hecho civilizatorio y muy favorable a

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la clase obrera y favorable también las reformas, sino al contrario; que se iban a endurecer
las posiciones de las naciones burguesas, de las empresas monopólicas y el militarismo iba
a crecer lanzando a la guerra a la clase obrera.

De suerte que en 1914 sobre la base de haberse iniciado la crisis del marxismo, se da
una, vamos a decir, catástrofe porque todos los partidos socialdemócratas de Europa van a
apoyar a sus respectivos Estados para que ocurra la guerra, la Primera guerra mundial. Lo
que significa una traición a la clase obrera, a todos sus votantes, porque justamente quienes
van a ir a la guerra serán los obreros transformados en soldados; cuando que quienes están
votando que vayan son los diputados socialdemócratas. ¡Así que yo te pongo en el
parlamento para que tú me mandes a la guerra! Ese fue el intercambio. Según el cual, el
mandato del pueblo se vio completamente revocado por estos mandatarios que, más bien,
se convierten en mandantes, que de mandatarios se transforman en mandantes y toman por
su cuenta la responsabilidad histórica —como dice Peña Nieto que va asumir la de la
entrega del petróleo. Pues bien, aquí se trató de la entrega de la vida de millones de obreros
por parte de todos los partidos socialdemócratas.

Es contra estas fuertísimas tendencias históricas de derechización y de


aburguesamiento que se suscitaron al interior de los partidos socialdemócratas contra lo que
están tratando de combatir los izquierdistas alemanes y holandeses, Rosa Luxemburgo y
Lenin, e, incluso, Kautsky; quien dice que no está de acuerdo con esas tendencias aunque
en las alianzas con Bernstein participa.

Ahora bien, el planteamiento tanto de Rosa como de Lenin (Rosa Luxemburgo en La


acumulación de capital y Lenin en El imperialismo fase superior del capitalismo, quien
poco después publicara un pequeño folleto aún más pequeño que el de su teoría del
imperialismo, El imperialismo y la guerra) sostiene que en el curso de la guerra la mejor
defensa de la clase obrera, de su vida, de sus condiciones de existencia es transformar la
guerra imperialista en guerra civil, en revolución proletaria en contra de quienes están
haciendo la guerra.

Esta es la nueva propuesta táctica que se va a tratar de sacar adelante por la izquierda.
Frente a la guerra imperialista la revolución proletaria. Si ellos están planteando destruir
nuestras vidas, nosotros contestamos destruyendo su modo de vida asesino, su régimen

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asesino. Y, en efecto, ocurre que en 1917 estalla la revolución en Rusia; en febrero una
revolución democrático-burguesa que logra destituir al Zar y poner a un gobierno
democrático-burgués, presidido por Aleksandr Kérensky y algunos diputados socialistas.
Pero este gobierno insiste en seguir mandando a la gente, al pueblo ruso, a la guerra,
cuando el pueblo ruso sufre miseria y está muy desgastado, así que se suscitan
levantamientos en el frente, levantamientos en las ciudades y con estos levantamientos se
va a ir acumulando fuerza hasta que ocurre la Revolución de Octubre. En la que ya no se
trata de tirar al zar sino de tirar al gobierno de Kérenski, al gobierno republicano
democrático-burgués y se tratar de construir un gobierno de los trabajadores.

El triunfo de la Revolución de Octubre tiene en ese momento una gran significación


en todo el mundo, especialmente en Europa y para todas las clases obreras, pues todavía
quedaba un año de guerra y qué tal que en lugar de guerra tuviéramos en nuestros países
también una revolución; nomás hay que tomar las armas pero en lugar de dirigirlas contra
el enemigo internacional, dirigirlas contra el enemigo de clase, es decir, que realmente, en
el momento de guerra no es tan difícil la decisión, y, efectivamente, hubo levantamientos
revolucionarios en distintos frentes.

Así que de una situación de crisis del marxismo y de derechización pasamos a través
de la guerra, a través de múltiples polémicas en torno a cuestiones teóricas y políticas y de
desarrollo de la crisis del marxismo, pasamos a una situación de auge revolucionario y de
un triunfo formidable de la clase obrera en Rusia y con un gran prestigio. Estamos en 1917
y nos faltan seis años para llegar a 1923, año en que se publican los dos libros que nos
ocupan y que ambos van intentar sacar las conclusiones de las enseñanzas tanto de los
posicionamientos políticos de Lenin como de Rosa Luxemburgo; y van a tratar de sacar las
enseñanzas teóricas de todas las polémicas que han venido ocurriendo desde que Bernstein
hizo su intervención revisionista planteando la emergencia de una nueva época y, entonces,
la necesidad de una nueva política reformista de partido. Por el contrario surgieron
posiciones revolucionarias tanto por parte de Rosa Luxemburgo como de Lenin y de los
izquierdistas consejistas alemanes y holandeses. Todavía vamos a ver en 1919, recién
terminada la Primera guerra mundial, la emergencia de varias revoluciones en Europa que
intentan recuperar la estafeta de la Revolución rusa, extender este momento de auge
revolucionario; así que se dan levantamientos en Italia con los consejistas de Bordiga; en

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Alemania, en Berlín y en Hamburgo, se dan gobiernos provisionales en estas ciudades,
siempre construyendo consejos obrero o soviets, tal es la palabra rusa para decir consejo.
Que eran consejos democráticos de obreros, consejos democráticos de soldados, etcétera.
Estos surgieron por primera vez en la Revolución rusa de 1905 y vuelven a surgir los
soviets en la Revolución rusa de 1917; esta nueva forma de hacer política desde la base y
que surgió espontáneamente en el curso de la revolución, va a ser el modo en que en toda
Europa se van a intentar construir gobiernos revolucionarios.

En 1919 también triunfa la revolución Húngara; la va presidir el socialdemócrata


Béla Kun y el ministro de cultura de esta revolución va a ser precisamente Georg Lukács;
este gobierno dura tres meses y es derrocado por un golpe de Estado, todos huyen, también
Lukács, que emigra hacia Alemania, prosigue su formación, sigue entendiendo la
situación, asimilando diversas teorías de Lenin; pues entonces no se tenían las obras
completas, era difícil conseguirlas, así que él dice que leyó a Lenin en su estancia en Berlín
como emigrado y luego en Viena —donde se congregan refugiados de distintas
revoluciones de Europa. Viena, será el lugar que los congregue y donde se da una gran
discusión entre consejistas holandeses, italianos, alemanes y se cree la revista
Kommunismus, en la cual tiene contribuciones importantes Lukács.

De suerte que entre 1919 y 1923 Lukács publicará una serie de trabajos, desde que
estaba en el gobierno revolucionario que fue provisional en la revolución húngara y, luego,
como emigrado en el contexto de la aludida efervescencia revolucionaria, tanto de derrotas
como de nuevos levantamientos que estaban ocurriendo. Y todas las discusiones para hacer
el balance de lo que está ocurriendo en la coyuntura estaban teniendo lugar en Viena y
Lukács está en Viena. Irá publicando una serie de artículos que van a dar como resultado
reunidos el libro de Historia y consciencia de clase.

Así que se suscita la impresión de que es posible en 1923 todavía proseguir el auge
revolucionario; y si hubo dos revoluciones que triunfaron, la rusa y la húngara (que aunque
la acaban de derrotar triunfó) y, además, otros levantamientos que no ocuparon países
enteros pero que sí fueron triunfantes en importantes ciudades industriales aunque, luego,
fueron derrotados, es posible, se dijo, que todavía la ola revolucionaria siga adelante y
pueda derrotarse al capitalismo. Es posible que una revolución internacional socialista

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ocurra. En todo caso, esta coyuntura no es de actualidad de la reforma como estaba
diciendo Bernstein sino de una actualidad de la revolución proletaria.

2. Historia y conciencia de clase y Marxismo y filosofía en la aurora de la Escuela de


Frankfurt

Este es el panorama del ambiente que se está viviendo en Europa central y en estas
condiciones se publican los libros Historia y consciencia de clase y Marxismo y filosofía.
Ambos libros son de una gran calidad teórica, de una gran profundidad filosófica y, sin
embargo, tienen la intención de incidir directamente en la coyuntura político práctica que
está ocurriendo para dar claridad al conjunto de militantes de cómo comportarse, cómo
asumir la ciencia, cómo asumir la economía, cómo asumir las ciencias sociales, cómo
asumir la filosofía, qué actitud tomar ante cada uno de los desafíos que te enfrenta no
solamente la sociedad burguesa sino la situación revolucionaria; y, en fin, cuál es la manera
de organizarse: ¿Tiene sentido la posición de Rosa Luxemburgo?, ¿tiene sentido la posición
de Lenin respecto del partido centralista democrático? Son una serie de cuestiones que
están involucradas en ambos libros.

Por eso es que en medio del auge revolucionario en las ciudades alemanas,
especialmente en la ciudad de Frankfurt, distintos intelectuales de izquierda, Horkheimer,
que había sido uno de los fundadores del Instituto de Investigaciones Sociales, Karl
Grünberg, que será finalmente quien funde el Instituto y sea la primera persona que lo
presida, van a organizar primero unos grupos de discusión, una discusión que clarifique la
relación del marxismo con todas las ciencias sociales y con la filosofía. ¿Qué otras tareas
teóricas se abren? El legado de Marx y Engels quedó trunco al morir ambos y Kautsky
logró desarrollarlo magramente, en referencia a la Cuestión Agraria, en referencia a la toma
del poder, pero otras múltiples vetas del desarrollo del materialismo histórico están
frenadas, toda la crítica de la cultura, toda la cuestión del arte, toda la cuestión de la
superestructura, todo eso no está desarrollado.

De manera que en estos Sábados Rojos de discusión de ambas obras, se las presentó
por parte de los propios autores y se las discutió; y desde entonces pudieron servir para
establecer una serie de lineamientos de qué investigaciones podrían hacerse; y no solamente

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qué investigaciones sino cómo hacerlas, cuáles serían las nuevas vías para desarrollar una
ciencias sociales y un marxismo que se alimente con los nuevos aportes de las ciencias
sociales, justamente en terrenos que han sido descuidados, que no han sido desarrollados.
Todo ello en vista de poner a la altura, vamos a decir, de la crítica de la economía política,
las otras áreas del desarrollo del pensamiento revolucionario; un pensamiento crítico que no
solamente se sustente materialistamente en la base de la sociedad y critique la situación de
explotación del proletariado, sino todas las subsiguientes formas de opresión, a nivel social,
a nivel político, a nivel cultural para construir una imagen completa de la sociedad
burguesa, una imagen completa de su crítica y que, también, ofrezca alternativas en todos
estos ámbitos. Se trata de un proyecto, una idea, omniabarcante muy ambiciosa.

Y, justamente, ambos libros, el del Karl Korsch y el de Georg Lukács, dan pie para
eso. Tienen suficiente seso incluido, suficientes tesis, argumentaciones suficientemente
potentes como para abrir investigaciones en todas las áreas de las ciencias sociales; como
para darle la plataforma, un primer impulso, un programa y unos objetivos claros de
investigación a todo un instituto de ciencias sociales, de investigaciones sociales que,
entonces, se va a inspirar en estas discusiones.

Intervención del público.

Tengo entendido que ciertas obras de Marx, porque Marx era muy riguroso con qué
publicaba y que no publicaba, fueron publicadas no hasta su muerte sino varios años
después, específicamente en los años 20´s en la Unión Soviética. Pues bien, tenía yo la
duda de qué impacto tuvo la aparición póstuma de estas obras en el debate que está
habiendo.

Puede verse en las citas tanto de Lukács como de Korsch que se han publicado obras
póstumas y una muy principal es la Introducción de 1857; texto que fuera el resultado de un
segundo momento en que Marx después de sus años de juventud se vuelve a encargar de
discutir con Hegel en vista de construir una perspectiva metódica para realizar su crítica de
la economía política. Se trata de una introducción a la Contribución a la crítica de la
economía política, publicada en 1859; en el entendido de que para redactar Marx dicha

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Contribución… escribió, primero unos extensos manuscritos que se conocen como Los
lineamientos fundamentales de la crítica de la economía política o en alemán Grundrisse;
pues bien, estos Grundrisse son referidos por Marx en el Prólogo de la Contribución de la
Economía Política de 1859 en el siguiente tenor: tengo ante mí en forma de monografías
toda la investigación de la crítica de la economía política. Monografías que son,
precisamente, los Grundrisse. No se conocían y serán publicados hasta 1934; sólo se
conocía el prólogo donde Marx habla de ellos. Y añade: originalmente había pensado
escribir una introducción pero renuncio a hacerlo pues quiero que el lector entre
directamente a los capítulos. Por eso sólo escribió el breve prólogo aludido. Y bien, dicha
introducción ya la había redactado Marx y formaba parte de los Grundrisse; dado que los
lectores requerían claves para comprender la crítica de la economía de Marx, esa
Introducción de 1857 era muy esperada. Y ese es uno de los documentos más importantes
que se publica a vuelta de siglo como obras póstumas, así como cartas de Engels de sus
últimos años, este forma parte de este legado póstumo, y especialmente la Introducción de
1857 en donde tenemos expuesto el método de la economía política, etcétera.

Estos texto Lukács y Korsch sí los conocen, justamente porque se acaban de publicar
y los vemos citados a pie de página, todo esto es de la obra póstuma, citan a El capital,
etcétera.

3. Los Libros Negros del marxismo y la crisis y el renacimiento de éste

Ahora que, ya tenemos el panorama en el que son publicados los libros y el enlace de estos
libros y de esa coyuntura de efervescencia con este nuevo anhelo de una investigación
científica rigurosa y al mismo tiempo crítica de la sociedad, ahora vamos a entrar
propiamente a estos libros. Antes de analizar qué es lo que contienen y es tan importante,
digamos que a Historia y conciencia de clase se lo conoce como el Libro Negro del
Marxismo y así lo reeditaron en 1968 como libro negro, esto es, de pastas negras; no sé
quién le puso ese mote, pero se le conoce así porque llegó a confrontar al marxismo
soviético que entonces era el marxismo oficial. Los dos libros, tanto el de Marxismo y
filosofía como Historia y consciencia de clase, son los libros que originan al ‘marxismo
occidental’, que surge en el contexto en el que hay un marxismo revisionista que ya está

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dejando de ser marxismo representado por Bernstein y, por otro lado, existe el ‘marxismo
ortodoxo’ de Kautsky que cada vez se derechiza más; y, en fin, hay un marxismo
revolucionario en Rusia representado por Lenin, con algunos aportes de Rosa Luxemburgo.
Pero al no triunfar la revolución alemana y que Rosa Luxemburgo fuera asesinada;
mientras que Lenin está vivo y triunfó la Revolución Rusa, así tenemos que adquirió gran
prestigio el marxismo ruso. Y es en este contexto que a partir de 1923 surge un marxismo
occidental, que es revolucionario y que está representado por Korsch y Lukács.

A partir de entonces en occidente va a dominar la socialdemocracia y en Rusia el


Partido Comunista ruso. Pues al triunfo de la Revolución rusa el resto de partidos
comunistas del mundo se van a ligar a la Tercera Internacional. Y van a seguir los
lineamientos del partido comunista ruso y va a ser éste el que habrá de dominar en la clase
obrera de todo el mundo. A la muerte de Lenin la estalinización socapa de bolchevización
de los partidos comunistas será mayor (1925); y el asesinato de Trotsky (1938) termina con
una de las vertientes de desarrollo del leninismo revolucionario y antiestalinista. Así que
quedan en pie en ediciones perdidas unos libros que expresan el auge revolucionario de la
coyuntura de la revolución internacional europea, no nada más de la Revolución rusa sino
de todas las revoluciones que se dieron en Europa. Es esa coyuntura práctica la que están
expresando teóricamente en todos sus alcances, facticos, estratégicos, filosóficos, ambos
libros, el de Korsch y el de Lukács.

Así que conforme se resquebrajan las burocracias de los partidos comunistas en los
años 30, 40, en los 50 e inicios de los 60, de repente hay alguien que posee una edición
antigua de estos libros. Son libros secretos y, particularmente, como “libro negro del
marxismo" fue conocido el de Historia y conciencia de clase, según dijimos; libros que
cuestionan profundamente todos los métodos, la forma de pensar, la forma de hacer teoría,
la forma de criticar al capitalismo, la forma de hacer revoluciones que tiene el marxismo
ruso, este es un poco el sentido de ese mote, aunque el libro fuera publicado antes del
estalinismo. De suerte que una vez que hubo de nueva cuenta un auge revolucionario en
occidente Historia y conciencia de clase y Marxismo y filosofía volvieron a ser estudiados
con avidez. Lo que sucedió sólo hasta la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, y
después de que aparentemente el capitalismo ya no presentara crisis cíclicas sino puro auge
acumulativo, de suerte que los capitalistas y también sus ideólogos empezaron hablar del

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capitalismo sin crisis, que ha superado sus contradicciones económicas, etcétera. Estamos a
mediados de los sesentas pero hay problemas ambientales, ha habido una revolución
cubana en América Latina, hay levantamientos revolucionarios-guerrilleros en muchas
partes de América Latina y, ahora, nos vamos acercando conforme se termina la década de
los sesenta, nos acercamos a una situación no de auge sino de crisis económica de nueva
cuenta que va a reventar en 1971; dando un mentís a la ideología del capitalismo sin crisis.
Y aún más, poco antes, tres años antes, se suscitó una gran rebelión internacional,
estudiantil y juvenil en casi todos los países del mundo contra la guerra de Vietnam; pero,
también, contra las condiciones de autoritarismo en escuelas y universidades, y contra las
condiciones de deficiente democracia en sus países, de ser una propuesta contra la guerra,
contra el autoritarismo, contra planes de estudio, esta revuelta estudiantil se transforma en
un cuestionamiento radical del capitalismo a la izquierda de todos los partidos no solamente
socialdemócratas, sino partidos comunistas. Es en este contexto que dichos libros fueron
recuperados para la conciencia histórica.

En efecto, la mayor parte de los partidos comunistas se enfrentaron a los estudiantes.


Diciéndoles a las clases obreras de sus países no te juntes con ellos son anarquistas, son
muy malos. No obstante buena parte de los jóvenes obreros se ligan con los estudiantes en
Paris, en Praga incluido México; aunque en distintos lugares queda aislado el movimiento
contestatario, hay sitios en los que ocurre una alianza entre los estudiantes y los obreros
para hacer más potentes las rebeliones. Es en esas condiciones desde 1966 en que va a ser
recuperado el legado de Karl Korsch y de Georg Lukács, sobre todo de estos dos libros y es
de ahí que en el 68’ se publica en español, Historia y consciencia de clase. Libros que no se
conocían, no es la siguiente edición sino que es la primera vez que se los tradujo, pero
simultáneamente se publica en alemán una segunda edición pero después de más de
cincuenta años en que no se les había conocido.

Eran una curiosidad bibliográfica, no se diga el de Marxismo y filosofía de Korsch,


eran libros sumamente perseguidos, censurados, pero con este nuevo auge revolucionario
internacional, estudiantil, pero también, en algunos casos obrero, se posibilita la
recuperación de un legado, de una memoria revolucionaria aparentemente perdida. Ahora
es tal la fuerza, las contradicciones capitalistas y la fuerza revolucionaria de las masas
espontaneas, pero que son sabias, que son jóvenes que estudian, que tienen nociones de

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ciencias, de antropología, de economía y no pertenecían a ningún partido pero se dan
cuenta de lo que está pasando; así que el nivel de espontaneidad de estas nuevas masas
rebeldes es muy alto. Y requieren luces y las empiezan a buscar por todos lados y recuperan
de nueva cuenta estos dos libros.

Tiempo atrás, habían dado origen a la Escuela de Frankfurt para hacer distintas
investigaciones de distintas áreas del conocimiento para cuestionar a la sociedad
contemporánea. De por medio teníamos una crisis del marxismo iniciada en 1896 con la
intervención de Bernstein; se intentó revertir esta crisis; y con la Revolución rusa y con los
aportes de Lenin parece que se ha revertido la crisis del marxismo, de hecho hay un auge
revolucionario en Europa, y en medio de este auge es que surgen los libros que nos ocupan;
después viene la muerte de Lenin en 1924, y cada vez Stalin toma más fuerza al interior del
partido y del Estado soviéticos, empieza la persecución de Trotsky y, luego, Stalin irá
copando a los distintos viejos bolcheviques, hasta que llegamos a los procesos de Moscú de
1935-36 en que Stalin va a fusilar a la vieja guardia bolchevique no porque fueran traidores
—como los imputo— sino que les inventa traiciones y acaba con ellos.

Así que realmente la crisis del marxismo siguió adelante; la que se inició con
Bernstein pareció ser revertida por la Revolución rusa y por la intervención de Rosa
Luxemburgo y de Lenin pero, en realidad, va a ser un larga noche hasta 1956, una muy
larga crisis del marxismo. 1956 es el año —1953 en el que muere Stalin y 1956 ya con
Jruschov al mando del Estado soviético— en que ocurre el XX congreso del Partido
Comunista de la URSS y en este XX congreso Jruschov lanza dos grandes tesis, una es la
crítica al culto de la personalidad (o sea todos los problemas que tenemos, que tuvimos en
la construcción del socialismo en la URSS, estaría diciendo Jruschov, el Estado soviético
sigue siendo un estado socialista, no se crea que pasó a mayores, pero hubo una
burocratización y, sobre todo, hubo un culto a la personalidad, a Stalin se le trató como
dios, y se puso de mandón, y esto creó una imagen y un modo autoritario de actuación que,
a eso debemos todos los problemas incluidos los campos de concentración. Realmente la
crítica al culto de la personalidad, era una crítica muy pequeña respecto del gran problema,
simplificaba las cosas respecto del gran problema que había ocurrido durante décadas en la
URSS, pero era un posicionamiento crítico respecto del estalinismo y respecto de formas
autoritarias al interior tanto del partido como del Estado Soviético). Pero por otro lado el

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XX congreso también lanza otro gran lema, “La vuelta a las fuentes”. Ya que este culto a la
personalidad que dio como resultado creer que Stalin era dios y que era el gran cerebro de
la izquierda, pues dio por resultado que el verdadero marxismo fuera olvidado y fuera
sustituido por las obras completas del camarada Stalin en todos los terrenos. De ahí la
crítica al culto de la personalidad y a una recuperación del marxismo.

Lo cual tenía sentido para reavivar la vida de todos los partidos comunistas del
mundo, que volviera a leerse a Lenin, no sólo a Stalin y que volviera a leerse a Engels y a
Marx que habían sido olvidados entretanto. Y esto es una Vuelta a las Fuentes, vuelta a las
fuentes del marxismo después de que ha sido trastocado.

Como se ve, claramente, se reconoce que ha venido transcurriendo una crisis del
marxismo y que, ahora, al volver a las fuentes se está tratando de reconstruir el marxismo.
Efectivamente, hubo una gran crisis del marxismo de 1896 a 1956, sesenta años, con un
respiro intermedio de la Revolución rusa y el auge revolucionario de Rosa Luxemburgo y
de Lenin, que intentó revertir esa crisis sin lograrlo.

A partir de 1956 hubo una renovación en todos los partidos comunistas del mundo y
buena parte de todos los intelectuales de izquierda, efectivamente, empiezan a volver a
trabajar a Marx y a Engels, al propio Lenin, etc., pero será en el curso de los sesenta que
empiece a ocurrir en forma objetiva la superación de la crisis del marxismo, este es el
momento oficial vamos a decir, de conclusión de la primera gran crisis del marxismo. En
1961, se publica La crítica de la razón dialéctica de Jean Paul Sartre y este sí es,
propiamente, el evento que muestra que la crisis del marxismo ha sido completamente
revertida, que hay un renacimiento del marxismo que durará los próximos 14 años.

La crítica de la razón dialéctica de Jean Paul Sartre que es la crítica al “marxismo


detenido”, la razón dialéctica es el marxismo, es la crítica al marxismo en tanto “marxismo
detenido”, en vista de reconstruir una razón dialéctica auténtica, bajo la forma diría Jean
Paul Sartre de una Antropología Genético-Estructural, una ciencia del hombre que aborde
los problemas todos, sociológicos, políticos, culturales, económicos, una ciencia de todo lo
que es lo histórico, lo humano, con una perspectiva tanto histórica-genética, pero también
estructural.

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Este nuevo auge del marxismo durará hasta 1975 (14 años) en que sucede la segunda
crisis del marxismo; ahora por cuenta de la emergencia del Eurocomunismo. Corriente
política que elabora un planteamiento de crítica de la URSS y crítica a la dictadura del
proletariado, a la dictadura del partido, a la dictadura del Estado dentro de la URSS, pues
que estas no son vías adecuadas para desarrollar el socialismo en Europa.

Los partidos comunistas europeos dicen que el socialismo en Europa es un socialismo


democrático. El Eurocomunismo, evidentemente que tiene ingredientes positivos, críticos
de izquierda que rebasan al estalinismo y al neoestalinismo pero, también, una serie de
posicionamientos oportunistas. Y a nivel teórico, se va a presentar una maraña en el intento
de captar al capitalismo tanto a nivel económico como a nivel cultural; así que vamos a
decir que todo lo avanzado en los sesenta y setenta por este nuevo auge del marxismo una
vez más va a ser revocado. En parte retomado y trastocado; así que de nueva cuenta van a
olvidarse los libros Marxismo y filosofía de Karl Korsch e Historia y consciencia de clase
de Lukács, que solamente para momentos de auge están hechos. Surgieron en un momento
de auge y casi solamente se los puede entender cuando hay auge. Allí, la gente dice: pero
esto sí me hace falta; mientras que las letras entretanto se desleen. Por eso estamos
esbozando este panorama histórico de los grandes momentos de crisis y de recuperación del
marxismo.

Esta segunda crisis del marxismo va a proseguir durante toda la crisis económica que
estalló en 1971 y termina en 1982, allí se hunde el keynesianismo y empieza el
neoliberalismo y, entonces, empieza la gran noche del neoliberalismo, una gran auge de la
acumulación de capital a nivel mundial, un auge de las ideologías burguesas y un
hundimiento cada vez mayor de todas las perspectivas de izquierda incluido el marxismo.
En medio del neoliberalismo en 1991 —antes en 1989, cae el muro de Berlín— se
desmembrar la URSS y cae el Bloque Socialista con gran frustración para buena parte de la
izquierda.

14
4. Los Libros Negros del marxismo, la caída de la URRS y el renacimiento del
marxismo

Entonces parece que no solamente hay crisis del marxismo sino una catástrofe, una
segunda crisis del marxismo y una catástrofe donde ya no tiene sentido la idea del
socialismo y el marxismo quedó sepultado con el muro de Berlín. Así que todo hace creer
que este proyecto de hacer una nueva sociedad distinta a la burguesa no tiene pies ni
cabeza; no, la verdadera sociedad humana, la meta de la historia, el “fin de la historia” es
una sociedad democrática, digna, justa. Y es eso lo que está diciendo en 1991 recién
desmembrada la URSS Francis Fukuyama en su libro: El fin de la historia y el último
hombre. Ahí hemos llegado a la meta de la historia y mejor no estén tratando de realizar
utopías que luego terminan en totalitarismo, estalinismo, en campos de concentración,
mejor intentemos mejorar democráticamente, hagamos que crezca el pluralismo y la
democracia en las sociedades que ya tenemos.

En 1997 estalla la primera crisis del neoliberalismo y en 1994 ocurre el levantamiento


del 1º de enero en Chiapas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional que muestra que
en realidad las cosas no estaban tan bien como sostenía el neoliberalismo y como
planteaban los jefes del gobierno de México, que hacían loas a la modernización de México
y que íbamos entrar al primer mundo. Pero esto no solamente es un signo que resquebraja
la ideología progreso del Estado mexicano sino, en realidad, a nivel mundial muestra que
hay grandes contradicciones en el capitalismo que proseguirán. En el 1992 se suscitan los
primeros intentos serios de revertir el neoliberalismo: en Venezuela, el intento de golpe de
Estado de Hugo Chávez, quien en 1998 saliera de la cárcel y, más bien, tomaría el camino
electoral, gana las elecciones. Y, luego, lo logró Evo Morales en el 2003-2005. Como se ve
van ocurriendo una serie de modificaciones en el panorama político del mundo.

Antes, en 1999, casi en el 2000, se da la gran protesta de Seattle contra la


Organización Mundial de Comercio que está imponiendo el neoliberalismo en todas partes.
Sindicatos, ONG´s, feministas, derechos humanos, todo tipo de luchas, un gran arcoíris de
luchas de izquierda se enfrentan en contra del neoliberalismo. De aquí va a surgir el
altermundismo, el foro en Porto Alegre, todos diciendo “Otro Mundo es Posible”, no una
globalización neoliberal a favor del capitalismo sino que otro mundo es posible. Emerge la

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reconstrucción de alternativas al neoliberalismo todavía no al capitalismo, de alternativas
que se autoconciben tímidamente diciendo que podrían ser algo así como socialismo; o,
bueno, un socialismo pero que no sea como el de la URSS, que quedó muy desprestigiado;
y poco a poco, otra vez se volvió a hablar de lucha de clases, otra vez se volvió hablar de
crítica del capitalismo y no solamente del neoliberalismo; las posiciones de izquierda se
van radicalizando cada vez más en distintos países.

Así que una vez que el conjunto de contradicciones del sistema capitalista, después de
la crisis de 1997, se hacen más evidentes —con movimientos rebeldes en todas partes,
muchos de ellos cada vez son más ambientalistas— pues el proceso de acumulación salvaje
del capital no solamente está desarraigando pueblos y explotando obreros a morir y, hay
cáncer y hay diabetes y obesidad crecientes por las formas de consumo salvajes sino que,
también, tenemos una destrucción de las fuentes de la naturaleza que está explotando la
industria. Por eso han emergido grandes movimientos medioambientalistas. Dentro de este
panorama de crítica al capitalismo, se van modificando las luchas, los proyectos, las
maneras de ver a la sociedad burguesa, al capitalismo. Y si todavía no se concibe con
claridad que la alternativa debe ser el socialismo, por lo menos ya se asume que deberá ser
una sociedad sustentable; y así se empieza a tratar de salir de la camisa de fuerza que ha
construido el neoliberalismo y con la que pudo acoplar la caída de la alternativa “socialista”
que se había originado en 1917.

Con estas nuevas contradicciones del capitalismo in crescendo es necesario de nueva


cuenta no solamente dar luz a esta lucha en esta colonia, en esta huelga, estos campesinos, a
unas violaciones de mujeres que son cosas locales, etcétera, que siempre son luchas
inmediatas, siempre son luchas de tipo jurídico por ejemplo, no de una impugnación
anticapitalista, pero conforme empiezan a crecer el número de estas luchas y su
profundidad, el número de contradicciones, suena la hora en que hay que tratar de conectar
una lucha con otra, o hay que tratar de explicar cómo las conectamos o por qué están
sucediendo, qué le está pasando a la sociedad burguesa como para que esto suceda, qué
relación hay entre el capitalismo y la destrucción de la ecología; ¿provienen de un error o es
que le dieron lana al síndico del medio ambiente? Y claro que todas estas corrupciones
también existen pero hay que explicar por qué son tan frecuentes, hay que ofrecer una
explicación global o de conjunto.

16
Poco a poco el auge de los movimientos obreros, de los movimientos populares, de
los movimientos campesinos en todo el mundo, requieren de nuevas luces y empieza a
haber un renacimiento del marxismo, empieza muy tímidamente en 1994 con la toma de
San Cristóbal por parte del Ejercito Zapatista, sigue avanzando muy despacio pero va
integrándose poco a poco con la crisis de 1997, toma un nuevo aire con los movimientos de
Seattle en contra de la OMC, con los movimientos de Génova en 2001. Pero este auge de
las luchas anticapitalistas será revertido por el ataque a las Torres Gemelas; sobre todo, por
la respuesta reaccionaria de “guerra preventiva” de tipo fascista que da Georg Bush hijo.
Quien no solamente se mete en Afganistán y, luego, a Irak sino que, en realidad, son todas
las derechas del mundo las que se lanzan en contra de los movimientos de rebeldía y van a
incrementar los niveles de seguridad social policiaca (en los aeropuertos te revisan, a ver si
traes una crema Nivea y posiblemente sea una bomba y cosas así).

Independientemente de su paranoia a ti te paralizan y estas bajo vigilancia. Lo que


empieza a suceder no solamente en aeropuertos y eventos públicos sino también bajo la
forma de la criminalización de movimientos sociales. En fin, no es nuestro tema hoy, pero
lo importante es que veamos cómo se suscitó desde 1994 un segundo renacimiento del
marxismo después de una segunda crisis (1975-1994). Un segundo renacimiento del
marxismo que viene creciendo muy despacio desde 1994 y que será contravenido con las
políticas reaccionarias Bush hijo a partir del 2001; pero que después del 2003, cuando
Estados Unidos se mete en Irak, surge un posicionamiento incluso de las propias naciones
Europeas que no están de acuerdo en que Bush se meta en esa zona; dándose un
posicionamiento democrático burgués en contra de Estados Unidos. Las contradicciones
interimperialistas crecen y, evidentemente, contradicciones a nivel económico, a nivel
político, en el campo, en la industria, a todos los niveles, por la acumulación salvaje de
capital instaurada por el neoliberalismo. De suerte que, de nueva cuenta los movimientos de
rebeldía recuperan la iniciativa en todo el mundo; y el segundo renacimiento del marxismo
que fuera contravenido pero no anulado marcha hoy con paso firme.

17
5. Los Libros Negros del marxismo y la reconstrucción de éste

Y es bajo estas condiciones que se requiere de una nueva explicación del mundo desde la
economía, su sociedad, su política, evidentemente que todo el proyecto de la Escuela de
Frankfurt va ser vuelto a recuperar, pero conforme más se radicaliza la época, también
Marx empieza a ser recuperado. Y la crisis del 2008, la segunda gran crisis mundial, es una
crisis de sobreproducción; así que se dirá “Marx tenía razón”, así que hay leerlo si no, no
vas a entender nada acerca del mundo, y también hay que explicar al capitalismo, y también
hay que explicar al sujeto revolucionario, cómo debe organizarse para enfrentar al
capitalismo. Justamente eso lo que tenemos en estos dos libros que estamos comentando;
así es que empiezan a volver a ser importantes, interesantes para la reconstrucción del
marxismo.

Una de las grandes características de los dos libros es que no tratan


fundamentalmente de hacer el análisis del objeto. Me explico. El Capital de Marx analiza al
objeto, al capitalismo, es una crítica de la economía política, pero, estos dos libros, en
concordancia con el tiempo, con la coyuntura histórica en que fueron construidos, se van a
fijar más bien en el propio sujeto revolucionario, no tanto en el objeto enemigo a explicar.
Pues supuestamente la explicación fundamental ha sido dada por Marx, y se siguen
haciendo explicaciones como la de Lenin, como la de Rosa Luxemburgo, pero el trabajo
fundamental ahora, es explicar ¿con qué tipo de partido hacemos la revolución? o sea, el
propio sujeto ¿cómo debe organizarse para llevar a cabo la revolución? La teoría que usa
ese sujeto, ¿debe ser solamente economía y política o debe de contener filosofía? Que ese
es el título del libro de Korsch, Marxismo y filosofía. En fin ¿cómo construir nuestra
imagen del mundo para combatir al enemigo?

Como vemos la perspectiva de análisis preponderante en este libro —como en el de


Lukács— aunque tiene algunas dimensiones de análisis del objeto, esto es, de la sociedad
burguesa, sobre todo es una perspectiva que cumple una autorreflexión sobre el sujeto
revolucionario en vista de lograr posicionarlo en medio de las contradicciones capitalistas
hasta superarlas, de por medio el triunfo sobre la clase burguesa. Es este otro de los rasgos
importantes de estos libros.

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Intervención del público.

Cuando te refieres al eurocomunismo, dinos, ¿cuáles son los representantes de este


eurocomunismo?

A nivel político son, sobre todo, los secretarios de los partidos comunistas: el francés,
el italiano y el español. El español, Santiago Carrillo; el francés Georges Marchais y el
italiano, Enrico Berlinguer. A nivel intelectual hay múltiples aportes que no se presentan
como eurocomunistas sino que se presentan en la coyuntura abierta por el eurocomunismo.
Los distintos intelectuales de izquierda harán aportaciones. Uno de los principales y yo creo
que es de los mejores aportes de esta coyuntura, es el libro de Michel Aglietta, Regulación
y crisis; de hecho se trata del nacimiento de una escuela de economía de izquierda, de
crítica de la economía política de izquierda, el regulacionismo; con conceptos tan
importantes como el fordismo o el taylorismo para entender qué está pasando en las nuevas
empresas y con las nuevas relaciones salariales. Además se suscita una nueva revisión de la
teoría del valor de Marx. Y, por si fuera poco, se posiciona Lucio Colletti criticando
especialmente a Historia y consciencia de clase de Lukács a nivel filosófico aparentemente
por la izquierda. Aunque Lucio Colletti se irá derechizando cada vez más hasta formar
parte del partido neonazi en Italia. Pues se dan transformaciones en los intelectuales de
izquierda, que no solamente tuvieron que ver con el eurocomunismo sino, poco después,
con la transformación del capitalismo hacia el neoliberalismo; degradaciones fuertes a nivel
de la consciencia y a nivel de la organización. La teoría del valor de Marx ¿todavía tiene
sentido? Y surgen los aportes de Sraffa y los sraffianos y los neoricardianos de izquierda
que sobre todo dirán, bueno yo creo que ya Marx no es la alternativa para el análisis de
izquierda sino Ricardo. En fin, tuvo lugar una revisión del marxismo por un lado
“científico”. Son nuevos aportes intelectuales que corresponden a la época del
eurocomunismo, que en términos intelectuales mostró una gran cantidad de aportes; aunque
desafortunadamente por sobre su sofisticación y su pretendida exactitud, representaron una
tergiversación y retroceso respecto de las posiciones teóricas y políticas de Marx en aras o
so pretexto de criticar al estalinismo y al autoritarismo posterior que pervivió en la URSS.

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Intervención del público.

Cuando te refieres a crisis del marxismo; no estaríamos hablando más acerca de una
crisis del movimiento obrero que se refleja en ese marxismo anquilosado, cientificista. La
otra cuestión que a lo mejor pudieras abordar brevemente es la siguiente: al triunfar el
pseudomarxismo soviético y ser dominante, digamos, eso no se puede explicar sino sólo en
parte como un acto de autoritarismo sino que algo estaba pasando en el movimiento obrero
a nivel mundial, de manera que el marxismo soviético ya despojado de su carácter
dialéctico tuviera auge, ¿no? Yo recuerdo en los setentas ni Lukács ni Korsch andaban en el
ambiente, pero criticar los textos soviéticos era sacrilegio, se te acusaba de trotskista, no de
hegeliano pero sí de idealista. El ¿Qué hacer? de Lenin era el punto y aparte en términos de
organización y en términos de comprensión del mundo; el marxismo soviético era la última
palabra. Incluso había quienes se atrevían a sostener que si la ciencia natural no se apegaba
a la metodología del marxismo no era ciencia, cosas de ese tipo.

Pero vamos, yo lo que quisiera subrayar es que la crisis teórica del marxismo
finalmente es expresión de una crisis de aquello que está siendo pensado, ¿no? Lo digo para
no caer en una cuestión puramente teoricista, algo estaba pasando en el mundo real.

Por su puesto, de todas maneras lo que notamos es que hay estos auges y estos
resquebrajamientos que se reflejan a nivel de la teoría. Ésta está reflejando grandes
modificaciones del capitalismo a nivel mundial y modificaciones de los movimientos
obreros reales pero, finalmente, se reflejan a nivel teórico como una gran crisis que inicia
en 1896, intenta ser revertida durante la Revolución rusa y durante unos años más —a los
que pertenecen los libros que nos ocupan— pero, luego, cayó la gran noche del estalinismo,
prosiguiendo hasta 1956. Año en el que tiene lugar el XX Congreso del PCUS, al que ya
hicimos alusión más arriba.

De tal manera, lo que tenemos es una gran crisis del marxismo de 60 años; a partir de ahí
tiene lugar un primer renacimiento del marxismo que durará de 1956 a 1975-76, casi veinte
años y sobre todo 14 años si lo datamos desde la publicación de La crítica de la razón
dialéctica de Sartre en 1961; pero que pronto en 1975, otra vez va a ocurrir un tras pie en
todo el movimiento obrero sobre todo en Europa, que va a dar como resultado la

20
emergencia de la alternativa política eurocomunista y para apoyar esta alternativa política
los intelectuales de partido empiezan hacer una gran producción teórica en los más distintos
ámbitos, que va a ser en donde se va a reflejar esta segunda crisis del marxismo que va ser
muy larga. Va a tener un primer quiebre claro, franco, en 1994, pero la reanimación del
marxismo va a ser muy lenta. Tendrá que haber un auge de movimientos sociales en todo el
mundo que mientras tanto no quisieron saber nada de marxismo ni de socialismo y luego,
otra vez dicen: bueno, quizá.

Conforme el capitalismo muestra más agudas sus crisis, y habiendo tiempo de digerir
la caída de la URSS, empieza la sospecha de que a lo mejor eso no era socialismo. Y aún,
se abre paso la idea de que era capitalismo de Estado; así que todavía sigue en pie la
alternativa socialista. Y bueno eso del “Estado marxista” eso es una especie de muégano.
Pues existen un estado absolutista, una república democrática, un Estado bonapartista, es
decir, estados cuyo adjetivo me explica el tipo de organización política que lo caracteriza,
pero un “Estado marxista”, ¿qué es eso? En esta frase el adjetivo no tiene que ver con la
estructura política que debiera de ilustrar. En realidad esto no tiene que ver con Marx; ahí
se hundió la URSS pero ni el socialismo ni Marx.

Así es ciertamente; pero para deslindar cada una de estas dos temáticas (Estado
soviético por un lado, y el pensamiento de Marx por otro) los intelectuales de izquierda
tardaron cinco, diez, veinte años y todavía hay quien dice que si construimos un poco al
socialismo es porque construimos un poco la URSS, y que hay que recuperar a Lenin y a
Stalin. En fin, es una consciencia que todavía no alcanza a ponerse sobre sus pies. No
obstante; aunque ha sido larga la recuperación de la consciencia histórica socialista y
marxistas cada vez es más consistente. Sobre todo con la crisis del 2008, cada vez a pasos
agigantados la recuperación del pensamiento de izquierda en su conjunto, anarquismo,
socialismos utópicos, y del propio marxismo, y dentro del marxismo los aportes
fundamentales —como los de Korsch y Lukács— empiezan a ser cada vez más
recuperados, reconstruidos, replanteados.

Y en 2013 se cumplieron 90 años de la publicación de estos dos libros, es el


aniversario de estos dos libros, un aniversario importante que tiene lugar en un momento
propicio para que sean valorados como se merecen y retomados.

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Intervención del público.

Respecto a que el marxismo sufre una crisis de acuerdo a como está el movimiento
obrero, me surgió una duda: ¿hay similitud entre Bernstein y el socialismo evolutivo por la
vía democrática y el eurocomunismo? Y eso es una pregunta doble, ¿tiene que ver
Bernstein con el eurocomunismo de los años 70’s?

Hay analogías. Aunque no es propiamente nuestro tema hoy. Pero debemos reconocer que
de todo esto realmente esa analogía es lo más interesante a tratar de dilucidar; pero,
justamente, para dilucidarlo paso a paso, es que he presentado este panorama para entender
la importancia de estos libros; respecto de los cuales tenemos la paradoja fascinante
consistente en que, precisamente, es en el oleaje de los tiempos en donde de repente se
olvidan y de repente vuelven a emerger con una gran fuerza. Por eso les recomiendo que
los lean, son interesantísimos. Y por eso vamos a dejar hasta ahí este panorama general y
entremos al contenido de los libros propiamente dichos.

6. Historia y conciencia de clase y la Escuela de Frankfurt

Historia y consciencia de clase ofrece dos primero ensayos: “¿Qué es el marxismo


ortodoxo?” y “Rosa Luxemburgo como marxista”. Era muy importante definir qué era
propiamente el marxismo frente al revisionismo, frente a las distintas corrientes que
distorsionaban un legado que debía de servir a la revolución. Es esta una muy importante
intervención de Lukács. Para poder definir qué es el marxismo ortodoxo, hay que
reflexionar teóricamente sobre su estatuto teórico, sobre su metodología, sobre los temas
que trata, así es que, necesariamente, hay que incluir a la filosofía para poder discernir qué
es el marxismo ortodoxo; digo esto para que se entienda cómo la temática de marxismo y
filosofía del libro de Korsch también está imbricada en el modo de investigación que está
intentando Lukács para posicionar un marxismo revolucionario en occidente.

El ensayo “Rosa Luxemburgo como marxista”, sobre la base de responder qué es el


marxismo ortodoxo, Lukács pregunta si Rosa Luxemburgo es marxista o no es marxista,

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porque Rosa Luxemburgo criticó a Marx; y hay quien puede pensar que por eso no ha de
ser marxista. Pero aquí Lukács profundiza y matiza la idea de qué es el marxismo ortodoxo;
dice la ortodoxia en el marxismo no es de esta o aquella tesis suelta afirmada
dogmáticamente sino es una ortodoxia de método, es el método con el que enfocas la
realidad el que te va garantiza que estas teniendo una perspectiva ligada al proletariado y
una perspectiva que considera la sociedad como totalidad. Pues como es la perspectiva del
proletariado explotado al que le cae todo el peso de la sociedad encima y él produce a la
sociedad, el proletariado alcanza a ver lo que él produce, entonces tiene la posibilidad de la
visibilidad y requiere para liberarse quitarse todas las cadenas. Así que por dos caminos la
perspectiva de totalidad es la que le pertenece al marxismo por esencia y la que integra su
método, no la de separación de sujeto-objeto y tienes una parte y otra parte, sino de unidad
sujeto-objeto, esa es la totalidad. El conocimiento de la sociedad pasa por el
autoconocimiento del sujeto: el proletariado que produce a la sociedad se autoconoce, ve
sus propias yagas, ve lo que el capitalista le hace; y sobre la base de este sufrimiento, de
esta negación de sí mismo, reconstruye cada uno de los eslabones de la cadena y construye
una perspectiva del conjunto de la sociedad, una perspectiva al mismo tiempo verdadera,
científica y crítica por lo que está sufriendo. La consciencia del objeto no puede ser posible
sin el auto conocimiento del sujeto, hay una unidad entre el sujeto y el objeto para que
ocurra el desarrollo de la ciencia, para que ocurra este marxismo ortodoxo.

Rosa Luxemburgo mantiene esta perspectiva de totalidad; y no porque hay criticado a


Marx, deja de ser marxista. Pues a Marx también se lo puede criticar. No se trata de
quemarle incienso y tomarlo como papá y como la última palabra; sino, justamente, es
importante el pensamiento de Marx porque tiene esta perspectiva de totalidad, ligada al
proletariado, en la que el autoconocimiento coincide con el conocimiento y el conocimiento
del objeto con un mayor conocimiento del sujeto, en donde se aclaran las contradicciones
de la sociedad burguesa y el cómo combatirlas. Rosa Luxemburgo pensó que estaban
equivocados los esquemas de reproducción del tomo II de El Capital y, en vista de sacar
adelante la perspectiva de la revolución y del proletariado según la perspectiva metódica
del marxismo es que hizo su crítica; porque piensa que Marx está equivocado. La libertad
de pensamiento forma parte del marxismo como método.

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Así es que incluso esta crítica en la que Rosa se equivocó redobla el carácter marxista
de Rosa y aclara en qué consiste propiamente la ortodoxia. Una vez más deberemos de
reconocer que de nueva cuenta se requiere de una filosofía, he utilizado los conceptos de
consciencia, de autoconsciencia de la relación sujeto-objeto, etc., de totalidad para poder
explicar qué es el marxismo ortodoxo, así es que se requiere de la relación del marxismo y
filosofía para dilucidar la cuestión aquí tratada.

Luego vienen tres ensayos que son, “Consciencia de clase”, “La cosificación y la
consciencia del proletariado”, que es el ensayo más importante del texto y que fue el ensayo
que más influyó a la Escuela de Frankfurt porque… pero, bueno, antes del por qué,
digamos que el otro ensayo es “El cambio funcional del materialismo histórico”. Estos tres
ensayos tratan de observar en términos objetivos cómo es la consciencia del sujeto, la
consciencia de clase de todas las clases (de las clases campesinas, de la clase proletaria, de
la clase burguesa, de la pequeña burguesía), qué es eso de la consciencia de clase.

El siguiente ensayo —me refiero a la “Cosificación y la consciencia del


proletariado”— es más complicado, alude a la consciencia de clase, la del proletariado en
particular y singularmente a la consciencia revolucionaria, no la que está sometida sino la
que estando sometida puede llegar a liberarse y convertirse en consciencia revolucionaria,
¿bajo qué condiciones surge y se desarrolla? Para responder a lo cual hay que analizar las
condiciones de dominio del capitalismo. Lo que aquí se resume como “la cosificación”;
existe la cosificación de las relaciones sociales; y es lo que caracteriza a la modernidad
capitalista y bajo estas condiciones de cosificación es que queda dominada la clase obrera
(todas las clases) incluida su consciencia; pero, también, es en esas condiciones de
cosificación que puede haber contradicciones suficientes como para abrir una perspectiva
crítica en contra del capitalismo para decirlo resumidamente. O sea, que para poder hablar
de la cosificación de la consciencia del proletariado hay que observar el conjunto de la
sociedad burguesa, el conjunto a nivel económico, social, político y cultural. Por eso este
ensayo fue tan importante para la Escuela de Frankfurt y da la clave de todas sus
investigaciones.

¿Cómo investigar la cultura desde una perspectiva marxista?, ¿cómo investigar la


política?, ¿cómo investigar lo social desde tal perspectiva y no solamente la economía?

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Aquí Lukács señala que el fenómeno fundamental de la sociedad burguesa, lo que
caracteriza a la modernidad capitalista consiste en que a diferencia de todas las sociedades
anteriores en las que la mercancía es un elemento disolvente pues destruye al
precapitalismo, destruye a las comunidades, introduce el dinero, introduce el intercambio
con otras comunidades y, entonces, se va perdiendo la tradición, se va perdiendo la
identidad cultural de esa tribu, de esa etnia, etcétera, así que para todas las sociedades
precapitalistas la mercancías es un factor disolvente, desestructurante, mientras que en la
sociedad burguesa se nos muestra como un factor estructurante, esta es la gran diferencia
histórica y estructural de la sociedad burguesa, eso es lo que la caracteriza, que aquí la
mercancía estructura no solamente a las relaciones económicas sino estructura al conjunto
de todas las relaciones de esta sociedad.

La contradicción valor-valor de uso, mercancía-dinero, va a estructurar todo lo que


suceda en esta sociedad. Y como esta contradicción y el mercado requieren de una falsa
consciencia para ocurrir, el propietario privado tiene que deslindarse emocional,
psicológicamente de todo aquel al que excluye de su propiedad, esto es mío, esto es tuyo,
esto no es tuyo. Según esta posición de la destrucción de la solidaridad social, de la ruptura
de la comunidad, la mercancía destruye las comunidades primitivas; pero construye a la
socialidad burguesa que está hecha de átomos sociales, de puros propietarios privados que
no tienen relaciones comunitarias íntimas sino que se excluyen entre sí; es una “sociedad
asocial”, dice Kant y lo está recuperando Marx en este planteamiento y lo recupera,
también, Lukács: la sociedad burguesa es una sociedad asocial.

Para existir requiere de un fenómeno de endurecimiento emocional, una cosificación


de la consciencia de los agentes sociales; no me interesan mis relaciones contigo, me
interesa si tienes dinero para comprarme la mercancía que te voy a vender; nuestra relación
como personas no me interesa, me interesa la cosa que te estoy dando y, sobre todo, la cosa
que me vas a entregar a cambio. Es la cosificación de las relaciones sociales y una
cosificación de la mentalidad. Bajo esas condiciones de cosificación real y mental —que
Marx expone en el “Fetichismo de la mercancía…”, en el capítulo primero del capital—, es
que se construyen todas las formas de consciencia, no solamente de la economía, sino todas
las formas de consciencia, el sentido común, todas las diversas formas de consciencias de
clase, de ideologías, de cultura, de cómo se piensan las leyes, cómo se piensa la política, la

25
forma de Estado, todas las formas de consciencia se construyen a partir de cómo están
pensando los seres humanos su vida, la piensan de manera cosificada, así es como hacen
arte, así es como hacen filosofía, así es como van a intentar hacer ciencia.

Lo sorprendente de este ensayo de Lukács es que no solamente postula estas ideas


geniales, recuperadas de las de Marx pero refinándolas, sino además hace la demostración
puntual de cómo el derecho burgués está construido sobre la base de la mercancía, de cómo
la cultura y la filosofía burguesa están construidas sobre la base de las mercancías, sobre la
base de la cosificación.

Este va a ser el gran legado que entregue el libro de Lukács a la Escuela de Frankfurt.
Todas las investigaciones, por ejemplo, la investigación de la Dialéctica del iluminismo o la
de la ilustración, de este gran libro de Horkheimer y Adorno, están basadas en una reflexión
de la modernidad sobre la base del fenómeno de la cosificación. Así vamos a entender la
cultura en sus distintos niveles, la nueva filosofía que se está haciendo; y, en fin, ¿desde
cuándo hay una idea de modernidad? La respuesta nos la entrega el capítulo dedicado a
Homero y La odisea, esa gesta de un individuo excepcional: Odiseo, que premoniza al
individuo aislado, al propietario privado y ciudadano de la época moderna. O, también,
¿por qué Sade construyó un discurso como el de Justin…? ¿Por qué hay una especie de
cosificación de los cuerpos en el sadismo?, son preguntas que responde el referido libro
teniendo como fundamento el fenómeno de la cosificación mercantil de las relaciones
sociales.

Todo esto, todas la áreas de la cultura pueden ser investigadas a partir de la


mercancía; la clave es la mercancía, para cualquier obra de arte, para cualquier obra
literaria, para cualquier obra filosófica, para cualquier acto de gobierno, para cualquier
actitud de una constitución política, o sea, cualquier evento cultural desde la economía
hasta la filosofía y la religión, la clave de análisis va a ser la mercancía si nos ocupamos de
la sociedad burguesa. Ahora, a partir de este gran legado, se pueden hacer muchas
investigaciones sociales y justamente fue lo que inició la escuela de Frankfurt, legado que
se concentra especialmente en este ensayo, “La cosificación y la consciencia del
proletariado”.

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Los últimos tres ensayos, “Legalidad e ilegalidad”, “Observaciones críticas acerca de
la crítica de la Revolución rusa de Rosa Luxemburgo” y “Observaciones de método acerca
de problemas de la organización”, analizan no el tema de la consciencia de clase sino el
tema de cómo llevar a cabo la política revolucionaria y con qué tipo de organización, ¿tiene
razón Rosa Luxemburgo o tiene razón Lenin acerca del partido centralista democrático?

De tal manera, tenemos en síntesis: cómo es el marxismo ortodoxo, el tipo de teoría,


la perspectiva de critica a la sociedad capitalista; luego, un análisis de la consciencia de
clase y del conjunto del capitalismo no solamente a nivel económico sino como hecho
cultural total, como modernidad; y, finalmente, directamente frente a esa sociedad la
alternativa revolucionaria, cómo puede hacerse, con qué método, con qué organización, con
qué táctica. Historia y consciencia de clase es un libro muy completo: la historia del
desarrollo capitalista y la consciencia de clase que intenta hacer historia frente a la sociedad
burguesa ¿cómo hacer historia? Bueno, cómo es la consciencia de clase, hay que analizarla
para entregarte un razonamiento adecuado, convincente y con qué tipo de organización, etc.
Por eso es un libro tan importante.

Por sobre el gran conocimiento filosófico de Lukács y su gran erudición cultural, los
grandes pilares de Historia y consciencia de clase son por un lado, su recuperación de
Lenin y, por otro lado, la recuperación de Rosa Luxemburgo como una marxista occidental.
Y es este intento de ligar la Revolución rusa con la revolución en occidente, especialmente
con la revolución alemana y su expresión teórica lo que está tratando de ser armonizado en
el texto. Dejemos aquí a Lukács y pasemos a hablar un poco de Karl Korsch, del texto
Marxismo y filosofía.

7. Marxismo y filosofía. ¿Cómo salir de la crisis del marxismo?

Se trata sobre todo, en Marxismo y filosofía, de modo más enfático, de superar la crisis del
marxismo. Korsch expone el método para hacerlo. Ya vimos lo que era el marxismo
ortodoxo, es una cuestión de método, no de una tesis o de una autoridad que dijo en no sé
qué momento un gran autor sino que se trata de una perspectiva metódica, en eso consiste
la ortodoxia. Y bueno ¿cómo se podría salir de la crisis del marxismo? Se ha intentado
criticar las posiciones puntuales, distintos temas que ha planteado Bernstein, como ¿cómo

27
es la nueva época?, ¿es de progreso, civilización, imperialista, bárbara o de reforma, no más
bien es de revolución, etcétera? Son distintos temas con los cuales se lo contra argumenta.
O el de reforma o revolución; tema muy importante para rosa Luxemburgo, son distintos
temas que se le contesta uno por uno pero, ahora, después que se han suscitado distintas
polémicas, ahora se intenta construir un método para superar la crisis del marxismo; no
nada más contestar tema por tema y recuperar la ortodoxia de Marx sino a ver ¿cómo le
hacemos? Y el método para hacerlo es aplicar el materialismo histórico al materialismo
histórico. Esta es la gran propuesta de Marxismo y filosofía.

Cuando revisamos las distintas propuestas de cómo completar al marxismo,


especialmente a la crítica de la economía política (en el entendido de que el marxismo era
asumido como economicismo) cómo completarlo con una filosofía, con Kant, con Hegel,
con qué filosofía completamos al marxismo o con el positivismo y las ciencias, parece que
el marxismo carece de una filosofía.

Y bien hay que analizar cada una de esas proposiciones filosóficas y hay que analizar
al propio marxismo ¿desde qué perspectiva? He aquí una especie de callejón sin salida.
Históricamente hablando, podríamos decir, pero si no hubiera habido historia, podríamos
buscar una inspiración divina para intentar salir de este problema humano. Pero como todo
ocurren entre nosotros y en la historia, y esa historia no es cualquiera, sino que es una
historia de lucha de clases (¿pero quién dijo? Pues ni más ni menos que el propio marxismo
lo dijo, comprobándolo al aludir a cómo están presentes las contradicciones capitalistas).
Por eso, entonces, hay que aplicar el materialismo histórico a la filosofía de Kant, a las
ciencias, pero también hay que aplicar el materialismo histórico al propio materialismo
histórico cada vez que esté chueco, desviado o detenido o sea malversado; a todos los
marxistas hay que aplicarles el materialismo histórico; especialmente la idea de que no es la
consciencia de los seres humanos la que determina su ser, no es lo que la persona cree
acerca de sí misma, no es lo que una época cree acerca de sí misma, sino que es su esencia,
es su ser, el que determina su forma de pensamiento. Este análisis materialista también
implica una lógica: no lo que dice de sí mismo o lo que dice de las cosas sino con qué
coherencia las dice; si realmente ese pensamiento reconstruye la totalidad del evento o
tomamos la parte por el todo; cada vez que usted habla y dice que esto es así pues no, es
una parte y no ve el resto de determinaciones, ve el objeto en su conjunto pero no la

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relación con el sujeto; cuando hay que tomar en cuenta la totalidad. “La verdad es la
totalidad”, dice Hegel y esta afirmación la está recuperando Korsch para tratar de entender
cómo es que Marx entiende las cosas, ya que su maestro fue Hegel pero invirtiéndolo
materialistamente.

Total que para poder llevar a cabo esta superación de la crisis del marxismo hay que
replantear la relación entre el marxismo y la filosofía y aplicar el materialismo histórico al
materialismo histórico. Ese trabajo se lleva a cabo metódicamente en Marxismo y filosofía
y en un solo ensayo. Pues el libro es un solo ensayo; mientras que Historia y conciencia de
clase está conformado por varios ensayos. Marxismo y filosofía es un libro breve de unas
setenta, ochenta páginas y el de Lukács son varios ensayos; pero en el Prólogo a la edición
alemana dice Lukács, justamente que lo que va hacer es, precisamente, esta aplicación del
materialismo histórico al propio materialismo histórico.

En el Prólogo a la primera edición pueden ustedes encontrar esta referencia de la


aplicación del materialismo histórico al propio materialismo histórico. Es lo que hace Jean
Paul Sartre en 1960: la aplicación de la dialéctica a la propia dialéctica, es decir, del
materialismo dialectico, del materialismo histórico, al propio materialismo histórico,
siguiendo los paso de Lukács y Korsch, que son libros muy significativos tanto para él
como para Merleau Ponty, quien en Las aventuras de la dialéctica (de 1954) nombró
“marxismo occidental” y señaló a Lukács y Korsch como “los padres del marxismo
occidental”. Que no es marxismo occidental sino hasta que él les da ese nombre ya con la
perspectiva de tener enfrente al marxismo soviético de oriente u oriental estalinizado;
mientras que este es el marxismo occidental. El cual posee un talante completamente
distinto.

La aplicación del materialismo histórico al materialismo histórico, es consistente con


la perspectiva de totalidad y con la utilización del método concreto adecuado al objeto que
investigas. Sartre lo dice de otra manera; que para poder hacer una análisis de la dialéctica,
una crítica de la dialéctica ¿desde dónde tengo que revisar la dialéctica para poder utilizar
la dialéctica? Por eso titula su libro Crítica a la razón dialéctica: ella misma es una crítica
dialéctica, no una dialéctica anterior a la dialéctica, una crítica predialéctica o analítica; así
que después del gran logro del materialismo histórico, si el materialismo histórico se ha

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equivocado, si ya no sabemos qué es, si se ha distorsionado su mensaje, es posible
reconstruirlo mediante la utilización coherente —esta aplicación coherente— del
materialismo histórico sobre el materialismo histórico.

Hablemos un poco de Marxismo y filosofía. Me detuve a hablarles de la crisis del


marxismo, justamente, porque ésta es una de las reflexiones estratégicas de Karl Korsch; y
es él quien más ha pensado la crisis del marxismo. En Marxismo y filosofía inicia esta
reflexión presentando una serie de etapas del desarrollo del marxismo en las que ubica la
emergencia de la crisis del marxismo en ocasión de la publicación del libro de Bernstein de
1896; pero posteriormente, en 1931, hace un replanteamiento de la crisis del marxismo en
su ensayo titulado: “La crisis del marxismo”; y, luego, en 1950 vuelve a hacer una reflexión
global sobre el estado del movimiento obrero y de su teoría, en particular, del marxismo en
un texto que se conoce como “Las tesis de Zúrich” o como “Las diez tesis sobre la crisis del
marxismo”, pues consta de diez tesis. Allí hace el balance del marxismo y de si todavía
tiene sentido el marxismo o ya no.

En fin, he aquí la crisis del marxismo como una reflexión fundamental del Korsch, en
especial de Marxismo y filosofía; así como la cosificación es el tema central del texto de
Lukács. Y nótese que cuando Lukács analiza la cosificación está recuperando de El Capital
el capítulo primero, especialmente el parágrafo cuatro “El fetichismo de la mercancía y su
secreto”; pero Lukács le da tal amplitud al desarrollo del tema, justamente, por esta
indicación de Marx de que en la sociedad burguesa la mercancía es estructurante. Y si es
estructurante, entonces el fetichismo de la mercancía hay que extenderlo a distintos
fetichismos, no se detiene en la mercancía, o no se queda solamente en lo económico sino
que se extiende en todas las dimensiones sociales, políticas y culturales de la sociedad
burguesa.

Así que se verifica un fenómeno de cosificación de todas las dimensiones de la


consciencia. Se está acercando Lukács, al concepto de enajenación, tal y como Marx lo
había expuesto en los Manuscritos de 1844; aunque en 1923 este texto de 1844 de Marx no
se conoce, y en el que la enajenación ocupa el centro de la argumentación, sobre todo en el
primer manuscrito en el pasaje titulado “El trabajo enajenado”; sin embargo Lukács por su
profundo conocimiento de filosofía de Hegel y leyendo El Capital vuelve a reconstruir una

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idea de la sociedad burguesa como sociedad de la enajenación. He aquí una gran hazaña
teórica: después de que ha sido olvidado y perdido un gran argumento de crítica al
capitalismo. Y se perdió entre tanto; sí hace cincuenta años que se dijo algo como eso y
quedó perdido en bibliotecas, los ratones se los están comiendo y los hombres se están
cosificados cada vez más y cada vez más alienados y tampoco se dan cuenta, en fin, que
Lukács realiza esta gran hazaña mediante el concepto de cosificación; reconstruye el
concepto de enajenación de manera muy similar (no es la misma) que como el concepto de
enajenación que ofreció Marx en los Manuscritos económico filosóficos de 1844.

Mientras que en Marxismo y filosofía la reflexión fundamental es una reflexión de


tipo histórico de desarrollo del marxismo. Y es Korsch, sobre todo, quien señala que hay un
gran cambio en la manera en que se está desplegando el marxismo entre su primera época y
su segunda época, que a él le toca vivir. Marx y Engels, sobre todo dice, quieren dar cuenta
del objeto; mientras que el marxismo del siglo XX (esos primeros 23 años por lo menos) se
ha dedicado, dice Korsch, a reflexionar y cuestionarse sobre el sujeto. Esto es, por el
proletariado, por el partido, por las tareas de la socialdemocracia, por el soviet, por la
huelga de masas y por los sindicatos, etcétera.

El problema para Marx y Engels son las contradicciones capitalistas, eso es lo que en
su época hace problema, en cambio, para los marxistas lo que hace problema es el partido,
la clase, si realmente es revolucionaria o no, tiene una misión para hacer la revolución o no
la hace. En efecto existen contradicciones en todo el mundo y los campesinos y los
intelectuales, el sujeto revolucionario en cuanto tal es un objeto de reflexión, es un
problema; ha cambiado el talante del marxismo; en esto se fija muy bien Korsch y en la
periodización; qué tipos de problemas según los momentos históricos van ocurriendo
dentro del marxismo. Por eso le interesa hacer esta reflexión tan puntual de la crisis del
marxismo —del propio desarrollo de la teoría— en vista de reconstruir al sujeto
revolucionario.

8. La crítica de Lenin a Korsch, a Lukács y la Anticrítica de Korsch

Marxismo y filosofía e Historia y conciencia de clase fueron criticados por Lenin. Los dos
libros se conciben como leninistas, están tratando de recuperar al marxismo revolucionario

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contra Kautski y contra Bernstein, contra el revisionismo y echan mano de Rosa
Luxemburgo y de la teoría de los consejos obreros pero esa misma está en conexión con los
soviets que emergieron con la Revolución rusa de 1905, así que retoman al propio Lenin.
Sobre todo Korsch se asume como teniendo una perspectiva leninista. Lukács con una
perspectiva preponderantemente leninista pero que intenta una síntesis con Rosa
Luxemburgo, así que realmente se quedan sorprendidos cuando en 1922 Lenin crítica al
izquierdismo en general en Europa, en su libro El izquierdismo, enfermedad infantil del
comunismo, con esta adjetivación humillante muy acostumbrada en la polémica política por
Lenin. El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo crítica sobre todo a los
izquierdistas políticos, a Anton Pannekoek, Hermann Gorter, Henriette Roland-Holst; pero,
también critica a los izquierdistas teóricos; pues en medio de estas corrientes políticas
izquierdistas aparentemente ultraradicales, también hay unos teóricos ultraradicales, como
son Karl Korsch y Georg Lukács, a quienes les dedica una nota a pie de página, pero
resaltante. Y bueno, luego de que Lenin pública su libro, desde la Tercera Internacional
Zinóviev —que es el secretario de ésta— se encarga de hacer una crítica puntual
denunciando a Lukács y a Korsch y a sus respectivos libros. Se han publicado en Pravda, el
periódico de la URSS, reseñas críticas y en distintos partidos comunistas en Alemania y en
Hungría se han publicado reseñas críticas de los libros muy repudiantes de lo que estos
plantean; que es un marxismo hegelianisante dicen y, en fin, expresan distintas formas de
humillar lo que estos textos exponen.

Unos años después de esta crítica de Lenin Lukács se autocrítica con un sí,
definitivamente me equivoqué; e incluso en la edición de 1968 vuelve a tomar la pluma y
hace un prólogo especial al libro, donde se vuelve a autocriticar en el tenor de: sí la
autocrítica que yo me hice era mentira, nada más lo hice por no perder mi posibilidad de
participar en el partido comunista a lado de la clase obrera porque me iban a expulsar y,
entonces, dije, me expulsan y ya no puedo intervenir en el destino del movimiento obrero,
mejor me autocrítico, fue una autocrítica no seria, dice; fue táctica, pero en 1968 se
autocrítica y dice que es sincera esta nueva autocrítica. A mi modo de ver en cosas que dice
lo es y en otras cosas no.

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La actitud de Korsch fue distinta. Korsch más bien se espera y en 1929 —han pasado
seis años y lo han estado criticando— pero, en lugar de una autocrítica hace una Anticrítica.
Misma que constituye un desarrollo del propio Marxismos y filosofía.

Marxismo y filosofía observaba la relación del marxismo y la filosofía en Marx y en


el marxismo de la Segunda Internacional, los intentos de conectar al marxismo con Kant,
con la ciencia, con el positivismo, o con Ernst Mach y Richard Avenarius, distintos intentos
de completar el marxismo con una filosofía extraña al propio marxismo, la tesis de Korsch,
como ya dijimos, es que el propio marxismo tiene su filosofía y hay que desarrollarla cada
vez más. Pero, ahora, que se ve criticado desde la Tercera Internacional y por el propio
Lenin, hace una reflexión: si yo me asumía leninista y Marxismos y filosofía intentaba
aplicar las tesis de Lenin al marxismo, a la filosofía, a la nueva época y al revisionismo de
la Segunda Internacional, me resulta muy extraño que Lenin me esté criticando. Korsch
reflexiona ¿desde dónde se me crítica? y ¿por qué me crítica? Y encuentra que es análoga la
crítica de Lenin y de Zinóviev y del posicionamiento de los leninistas —y, luego, de los
estalinistas, porque es hasta 1929 ya muerto Lenin que hace su anticrítica—, es análoga la
crítica que le hacen a las críticas que le hiciera Kautski como marxista ortodoxo reformista
y a la crítica que le hiciera Otto Bauer, otro intelectual centrista de la social democracia.
Así las cosas dice: es que, en realidad, hay una complementareidad; el marxismo soviético
se desarrolló sobre la base del legado de Kautski y el propio Kautski aprendió de Plejánov
filosofía; mientras en política y economía Plejánov aprendía de Kautski, pero en cuanto a
las alternativas filosóficas para el marxismo Kautski recuperaba las cuestiones de Plejanov;
de hecho el marxismo soviético, todo él, nunca se ha deslindado francamente de Kautski
más que en detalles y Lenin, como discípulo de Plejánov, siguió esta tradición. Y aunque en
realidad criticó al menchevismo y a Plejánov, sigue prisionero de estas tesis. Y sigue
prisionero de estas tesis porque son convenientes para el tipo de movimiento obrero que
existía en Rusia; en fin, por el gran atraso del movimiento obrero en Rusia que dio por
resultado que se construyera no un Estado socialista sino un capitalismo de estado con una
burocracia estatal que impulsara el desarrollo del capitalismo en Rusia. Mismo que no
podía llevarse a cabo mediante el método del absolutismo zarista que suscitaba frenos para
el desarrollo capitalista. Pero ahora, de nueva manera, mediante revolución proletaria,
ocurre el relanzamiento del desarrollo capitalista en Rusia. Y esto se va a reflejar en el tipo

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de teoría que se requirió para lograr que el movimiento obrero ruso se encausara por esta
vía.

Este es un centro neurálgico de la anticrítica de Korsch a la crítica que le están


haciendo desde la Tercera Internacional y con esto completa su Marxismo y filosofía; ahora
también la relación de la filosofía con el leninismo. La filosofía “marxista leninista” va a
ser criticada por primera vez a fondo en esta Anticrítica; no solamente Kautski, no
solamente el revisionismo sino que Korsch va a seguir adelante tratando de posicionar el
pensamiento de Marx, una aplicación de Marx a la nueva época pero contra todas las
figuras tanto de sociedad, presuntamente socialista, como de reflejo teórico de los presuntos
marxismos que iban ocurriendo, incluso el leninista.

Es una grandísima hazaña teórica sobre todo para los esclavos, para un pensamiento
esclavo, un pensamiento cosificado, un pensamiento que intenta liberarse y trata de darse
luces en medio de mil confusiones; de hecho Korsch empieza a tratar de poner al muñeco o
Golem sobre sus pies; pero extrañamente el muñeco tiene muchos muñecos dentro, vamos a
decir. O bien, si pongo el muñeco sobre sus pies, todavía hay que poner bien el cerebro que
quedó torcido; el hígado quedó patas arriba y hay que ponerlo bien; el corazón quedó hacia
arriba hay que voltearlo; cada parte del muñeco hay que ponerla sobre sus pies, es un
trabajo muy grande, una gran hazaña teórica el lograr este replanteamiento, esta reflexión
sobre la crisis del marxismo, etcétera.

9. Gramsci frente al marxismo occidental y frente a la Escuela de Frankfurt

Pregunta del público:

De los años 20’s del siglo XX también data el pensamiento de Gramsci. Por ejemplo,
en un artículo publicado en Avanti que se titula “Nuestro Marx”, hablaba en el sentido de
que Marx no podía ser tomado al pie de la letra sino que tenía que ser un punto de partida.
Claro que posteriormente el pensamiento de Gramsci habrá de ser conformado en la cárcel;
pero en los artículos también muestra esas inquietudes que usted ha mencionado a
propósito de Korsch y Lukács. Pero ¿cómo se relaciona con estos pensadores?

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Gramsci no fue base o plataforma para el desarrollo de la Escuela de Frankfurt, que
es uno de nuestros intereses en este curso; aunque ofreció un gran aporte al desarrollo del
marxismo no engrana con ellos porque vive en Italia; y porque dicha Escuela está en
Alemania. Es una cuestión cultural, un localismo, vamos a decir.

Por ejemplo, en el caso de Perry Anderson, troskista o antiguo troskista que publicara
sus Consideraciones sobre el marxismo occidental, en el que trata de hacer un
replanteamiento, una especie de recuperación de todos los aportes que ha habido del
marxismo occidental. Y asume como representativo del marxismo occidental no sólo
aquellos dos autores que Merleau-Ponty llamara los representantes del marxismo occidental
que son Lukács y Korsch sino, también, a Gramsci y las enseñanzas de Gramsci en
términos, sobre todo, de cómo hacer la crítica de la cultura, la crítica de la política, cómo
hacer política en una situación meridional de una Europa atrasada como Italia, pues ha
tenido una serie de grandes aportes para el marxismo; así como, otra manera distinta de
establecer la táctica revolucionaria que la que está ofreciendo Lenin con sus lecciones de
octubre; que por cierto, así Lecciones de Octubre tituló Trotski el libro en el que hiciera él
el balance de dichas enseñanzas sobre la base del tipo de partido centralista democrático,
precisamente, en un país atrasado; Italia es atrasada pero no tan atrasada, y un partido de
masas no es un partido clandestino y Gramsci intenta pensar otro tipo de estrategia
revolucionaria que, por ejemplo, para los países europeos desarrollados después de la
Segunda guerra mundial fue más sugerente que el planteamiento de Lenin, justamente
porque está hecho para un tipo de partido y donde hay una gran cantidad de campesinos y
obreros y hay que llevar a cabo la alianza obrero-campesina; mediación que la tiene que
llevar a cabo el partido y hacer que las propuestas de campesinos y obreros coincidan en
contra de un enemigo. Algo que no lo pueden hacer una clase por su lado y la otra por otro
lado, sino que tiene que haber una mediación, un órgano intelectual, una conciencia de
clase concentrada, en donde la teoría revolucionaria se concentre y se vuelva organización,
agitación de masas, lineamientos, una táctica, unas propuestas para hacer la alianza, un
programa hecho para una situación determinada. En cambio, la situación europea con
países capitalistas modernos es distinta. Por eso fue tan significativo posteriormente
Gramsci.

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Pero, sin embargo, hay cuestiones teóricas a resaltar que a mi modo de ver se le
escapan a Perry Anderson, cuando fácilmente dice: este es el marxismo occidental.
Occidental, por ejemplo, porque Gramsci pertenece a occidente. Como si por marxismo
occidental aludiéramos a si es en nuestro pueblo y no en otro pueblo. Pero en una
perspectiva no localista y sólo geográfica sino de fondo o, estructural, de la teoría que se
está ofreciendo, la aludida aplicación sistemática del materialismo histórico al materialismo
histórico que tenemos en estos dos libros no la vamos a encontrar en Gramsci. Ofrece
grandes aportes pero no este aporte metódico o no vamos a encontrar un concepto como el
de cosificación que explica la totalidad de la construcción de la sociedad burguesa. Ofrece
grandes apuntes, brillantes, sobre cómo está construida la cultura pero no cómo construir
metódicamente su análisis. En fin, son algunas de las cuestiones decisivas que a mi modo
de ver se soslayan al decir marxismo occidental como lo dice Perry Anderson y mete a tres
autores porque pertenecen a la misma zona geográfica. Pero eso es no ver las cualidades
específicas teóricas de cada uno de los textos.

De hecho Perry Anderson todavía incluye en el “marxismo occidental” a autores


como Louis Althusser que, en verdad, es un autor neoestalinista; o a Lucio Colletti que en
realidad intenta revocar de parte a parte a Lukács, en especial, su Historia y conciencia de
clase. Y ello sin siquiera una explicación de Anderson de por qué mete a todos los gatos en
el mismo saco, más allá del hecho de que geográficamente coinciden estos autores en haber
vivido en países de Europa, de occidente.

Hay quien dice no, pero sobre todo Gramsci es superior en términos teóricos y
políticos, mientras que Lukács y Korsch eran solamente filósofos; en cambio Gramsci
además de ser filósofo y sociólogo también hacia política, etcétera. He aquí una mirada
como la de quien va a aventar los gallos de pelea; pero si uno analiza con cuidado cada obra
en vista de la reconstrucción del marxismo, qué encuentras en una, qué encuentras en otra,
qué encuentras como para desencadenar investigaciones de cincuenta, setenta años, de la
Escuela de Frankfurt que justamente por estas dimensiones metódicas muy bien arraigadas
que se encuentran en Korsch y en Lukács fue posible. Habría que hacer, entonces, una
cierta diferenciación, sin descuidar o sin menospreciar el aporte de Gramsci; pero hay que
verlo en su especificidad.

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En fin, les recomiendo que lean los libros Marxismo y filosofía e Historia y
Conciencia de Clase. Pensaba explicarles algunas cosas más pero se hizo tarde.

Por cierto, sobre el tema, Historia intelectual del siglo XX de Peter Watson, que
supuestamente es un libro muy bueno, sin embargo, en él no aparece Korsch y lo que
aparece de Lukács son cosas que implican erudición pero el enfoque desde el que observa a
Lukács muestra, realmente, que no entiende lo qué se está tratando; el enfoque que hace de
la Escuela de Frankfurt es un poco mejor; el que tiene de Sartre también es superficial. Pero
eso sí, es un libro erudito sobre toda la historia intelectual del siglo XX, mil autores…sin
Korsch…

Así que con Perry Anderson, por un lado, y con Peter Watson, por otro, tenemos dos
modos de distorsionar la mirada acerca del marxismo occidental y la Escuela de Frankfurt;
en especial respecto de Lukács y Korsch como premisas de estas.

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