Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por la gracia de los sabios que nos enseñan el griego... aprendí que esta pala-
bra, Metánoia, se deriva de meta y noun, es decir, en latín, post y mentem, y vi
que Metánoia puede derivarse, no sólo de post y mentem, sino también de trans
y mentem, de modo que Metánoia es un «comprender lo que ha pasado», y es un
reconocimiento del propio error, adquirido después de aceptada la consecuen-
cia y el error reconocido.
Danach kam es, daß durch die Gnade der gelehrten Männer, die uns griechisch
und hebräisch pflichtbewußt lehren, ich gelernt habe, daß dieses Wort in der
griechischen Metanoia steht und aus Meta und Nomen, dh Post und Mentem,
abgeleitet ist, so daß Poenitentia oder Metanoia Ist ein «Kommen zu den Sinnen»,
und ist ein Wissen über das eigene Böse, das nach der Bestrafung gewonnen
wurde, wurde angenommen und der Irrtum anerkannt […] (Lutero, 1518).
Cuando Lutero leía dicho texto en griego, «ὁ καιρὸς καὶ ἤγγικεν ἡ βασιλεία
τοῦ θεοῦ: μετανοεῖτε καὶ πιστεύετε ἐν τῷ εὐαγγελίῳ» (Mc. 1, 15), se daba
cuenta de que Jesús, en su proclamación, utilizaba palabras griegas como
Kairós (καιρος), y Metánoia, transformada en verbo, metanoiete, μετανοεῖτε.
Sin embargo, al compararlas con la traducción latina de la Vulgata, «quoniam
impletum est tempus et adpropinquavit regnum Dei, paenitemini et credite
evangelio», no le parecía buena la traducción de µετανοειτε por paenitemini
132 PEDRO GARCÍA GONZÁLEZ
«…me atreví a pensar que esos falsos maestros… habían derivado su idea de
las palabras latinas poenitentiam agite, que indican una acción, en lugar de un
cambio de corazón, y de ninguna manera es equivalente a la Metánoia griega».
— Cuius opus?
— Phidiae, qui signum Pallados, ejus, quique Jovem fecit, tertia palma ego sum.
Sum dea quae rara et paucis occasio nota.
—¿Quid rotulae insistis?
— Stare loco nequeo.
— Quid talaria habes?
— Volucris sum. Mercurius quae fortunare solet, tardo ego, cum volui.
— Crine tegis faciem?
— Cognosci nolo.
— Sed heus tu occipiti calvo es?
— Ne tenear fugiens.
— Quae tibi juncta comes?
— Dicat tibi.
— Dic, rogo, quae sis.
— Sum dea, cui nomen nec Cicero ipse dedit. Sum dea, quae facti non factique
exigo poenas, nempe ut paeniteat. Sic Metanoea vocor.
— Tu modo dic, quid agat tecum.
— Quandoque volavi, haec manet: hanc retinent quos ego praeterii. Tu quoque
dum rogitas, dum percontando moraris, elapsam dices me tibi de manibus.
MARTÍN LUTERO. PERSPECTIVAS DESDE EL S.XXI 135
2- https://jvpoll.home.xs4all.nl/back/Web/erasco2.htm
136 PEDRO GARCÍA GONZÁLEZ
Guiados por los escritos de Erasmo hasta las lecturas de Lutero, indaga-
mos si este último estaba familiarizado con estas palabras tan originarias y
persistentes, ya que, en sus escritos, citaba de memoria los adagios de las
fábulas de Esopo, sin nombrarlo, al final de algunas de sus diatribas contra
los adversarios, y en 1530 acabó traduciendo a la lengua vernácula alemana
las Fabulae Aesopiae (Esopo 620 - ca. 560 aC), a su vez traducidas del grie-
go al latín por Fedro (15 a.C.-50 d.C.). Es interesante saber que, en el Libro 5,
MARTÍN LUTERO. PERSPECTIVAS DESDE EL S.XXI 137
Recorridas tres etapas de este viaje heurístico por Kairós y Metánoia, co-
rresponde esperar de los investigadores actuales una justificación de su
continuidad y sentido. Siguiendo a Erwin Panofsky (1962:69-93), el primero
que investigó iconográficamente la supervivencia y mutación de la figura de
Kairós-Occasio y Metánoia, la filóloga, comunicóloga y retórica Kelly Myers
(2008) demuestra que, a lo largo de la historia cultural, Kairós y Metánoia son
3- http://www.thelatinlibrary.com/cato.dis.html
138 PEDRO GARCÍA GONZÁLEZ
4- Gál. 4, 4: «Pero cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su propio hijo, nacido de
mujer, nacido bajo el régimen de la ley…» Lutero, en su comentario a los Gálatas hace una tra-
ducción aplicada a la ley «Es decir, después de que se cumplió el tiempo de la ley». «That is to say,
after the time of the law was fulfilled, and that Christ was revealed, and had delivered us from
the law, and that the promise was published among all nations». En Commentary on st. Paul’s
epistle to the galatians, Ed. Books For The Ages. Albany, OR (USA) 1997 p. 379. Disponible en:
http://media.sabda.org/alkitab-8/LIBRARY/LUT_CGAL.PD (Fecha de consulta: 05/08/2017).
MARTÍN LUTERO. PERSPECTIVAS DESDE EL S.XXI 139
El endemoniado en la sinagoga: «Sé quién eres tú, el Santo de Dios»8 (Mc. 1.24);
Los espíritus inmundos que se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo
de Dios»9 (Mc. 3, 11);
El endemoniado de Gerasa: «Jesús, hijo del Dios Altísimo»10 (Mc. 5, 7);
La confesión de Pedro: «Tú eres el Cristo»11 (Mc. 8, 29); «el Cristo de Dios»12
(Lc. 9, 20) Mt. «Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios Vivo»13 (Mt. 16, 16);
La declaración de reconocimiento del centurión ante la muerte del crucificado:
«Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios»14 (Mc. 15.39).
(Coro) «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres15; le
matarán y al tercer día resucitará» (Mt. 17, 22-23).
(Coro) «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres16; le mata-
rán y a los tres días de haber muerto resucitará» (Mc. 9, 31).
(Corifeo) «Poned en vuestros oídos estas palabras»17: (Coro) «el Hijo del hombre
va a ser entregado en manos de los hombres»18 (Lc. 9 44-45).
La gente a coro ante la curación del paralítico: «¿Qué es esto? ¡Una doctri-
na nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y
le obedecen.» (Mc. 1, 27)
Los sumos sacerdotes preguntando y exclamando a coro (para la audien-
cia): «¿Cómo habla éste así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados,
sino sólo Dios?» (Mc 2, 7).
Los discípulos a coro tras la tempestad calmada: «¿Quién, pues, es éste a
quien incluso los vientos y el mar obedecen?» (Mc. 4, 41)
La admiración coral de la gente ante los milagros: «Todo lo ha hecho bien;
hace oír a los sordos y hablar a los mudos.» (Mc. 7, 37)
sandalias» 20 (Mc. 1, 7), seguido de la voz celestial al ser bautizado por Juan,
dándole la máxima relevancia, como se la da al héroe trágico el «deus ex
machina», en forma de declaración: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me com-
plazco» 21 (Mc 1, 11), voz celestial que reside en todo el curso de la narración,
aunque permanezca en silencio hasta la transfiguración, en la cual también
designa explícitamente la identidad relevante de Jesús, incorporando un
mandato para sus discípulos y la audiencia: «Este es mi Hijo amado, escu-
chadlo»22, (Mc. 9, 7). Este carácter relevante de Jesús se mantiene constante
en su enseñanza, «como quien tiene autoridad» o en las controversias con
los guardianes de la ley y el templo, o en sus acciones milagrosas y curacio-
nes, o en la Pasión, aunque parece decaer, vacilar, dudar en la oración del
huerto de Getsemaní, en la súplica y en el reconocimiento de la voluntad de
Dios: «Abba, Padre, todo te es posible. Aparta de mí esta copa de amargura.
Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú»23 (Mc. 14, 36). Esta
súplica se cierra finalmente con el grito al mismo Dios, como el de los héroes
trágicos: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado»24 (Mc. 15, 34).
El núcleo de la tragedia lo constituye la representación de un conflicto o co-
lisión entre dos poderes de carácter relevante cuyas pretensiones son incom-
patibles, como describía Philipp Melanchton en su Interpretatio Tragediorum
de Áyax de Sófocles, el dramaturgo político, refiriéndose a los dos tipos de
representantes humanos que gobiernan el mundo, uno perteneciente al ejér-
cito, el otro al Senado, que colisionan entre sí, en su forma de gobierno, en
permanente conflicto, representado en la tragedia, Odiseo como senador y
Ajax, como líder del ejército griego, prestando ambos excelentes servicios en
su patria, aunque solo uno, el estadista, pervive:
Sophocles plane politicus scriptor est, qua re singulae eius Fabulae aliquem in-
signem locum communem ex vita politica tractant, ut in Aiace conferuntur inter
se illa duo genera hominum, a quibus gubernatur mundus, nempe Militare et
Senatorium. Colliduntur vero haec duo genera hominum inter se in ipsa guber-
natione et perpetua sunt inter eos certamina, quorum certaminum imago quae-
dam in hac Tragoedia pingitur. (Melanchthon, 1558).
del Templo. El relato de la tumba vacía sólo tiene una Buena Noticia: «Jesús
de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí»29 y una misión com-
partida: «irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo»30. La
resurrección es visible si, como en Galilea, se vuelve a cumplir el tiempo de
anunciar la Buena Noticia a todo el mundo, sin templo. Marcos no necesita
terminar de otro modo su evangelio porque el propósito principal de la histo-
ria trágica ya ha sido alcanzado.
El culmen de la tragedia es la presencia inevitable del sufrimiento y la
muerte, que el héroe elige, predice y afronta, alcanzando así su glorificación
o κλεοσ. Wright (2015: 115-123) desarrolla y concluye esta verificación en
la segunda parte del Evangelio de Marcos, después de que Pedro reconoce
a Jesús como el Cristo (8, 29) cuando comienza a enseñarles que «el Hijo
del Hombre debía padecer mucho, que sería rechazado por los ancianos,
los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley; que los matarían, y a los
tres días resucitaría31. (Mc. 8, 31). Las predicciones de Jesús, de su propia
muerte, corresponden, en la tragedia griega, a las del héroe dando sentido
a su muerte para alcanzar la gloria o κλεοσ. La agonía de Jesús, asociada
con el pathos o el sufrimiento del héroe trágico, nos introduce de lleno en la
tragedia de la pasión, con evidentes huellas de transposición o traducción
de escenas de la literatura griega trasladadas a la época de la audiencia, por
lo que es posible hacer su deconstrucción tal como la ha realizado el joven
investigador Fernando Bermejo (2014: 37-68). El juicio en el sanedrín ante el
Sumo Sacerdote contiene una escena preparatoria, la acusación de los su-
mos sacerdotes (αρχιερεισ) porque había dicho «Yo destruiré este Santuario
(ναον) hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres.»
(Mc. 14, 58), acusación que tendrá eco en la burla de la gente que pasaba
ante la cruz y era jaleada por los sumos sacerdotes: «¡Eh, tú!, que destruyes
el Santuario (ναον) y lo levantas en tres días, ¡sálvate a ti mismo bajando
de la cruz!» (Mc. 15, 30). La escena central del juicio es el interrogatorio del
Sumo Sacerdote cuya pregunta es una reversión del reconocimiento hecho
por Pedro y los endemoniados «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»32 la
cual exige una respuesta por la que será condenado inevitablemente: «Sí, yo
soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre
las nubes del cielo.» El Sumo Sacerdote se rasga las vestiduras y dice: «¿Qué
necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os pare-
ce? Todos juzgaron que era reo de muerte» (Mc. 14, 63). Esta escena central
tiene su paralelo con la escena del final de la muerte de Jesús que, dando un
29- Ἰησοῦν ζητεῖτε τὸν Ναζαρηνὸν τὸν ἐσταυρωμένον: ἠγέρθη, οὐκ ἔστιν ὧδε.
30- ὅτι Προάγει ὑμᾶς εἰς τὴν Γαλιλαίαν: ἐκεῖ αὐτὸν ὄψεσθε, καθὼς εἶπεν ὑμῖν.
31- Ὁ υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου παραδίδοται εἰς χεῖρας ἀνθρώπων, καὶ ἀποκτενοῦσιν αὐτόν,
καὶ ἀποκτανθεὶς μετὰ τρεῖς ἡμέρας ἀναστήσεται.
32- Σὺ εἶ ὁ Χριστὸς ὁ υἱὸς τοῦ εὐλογητοῦ;
MARTÍN LUTERO. PERSPECTIVAS DESDE EL S.XXI 149
fuerte grito, expiró, y el velo del Santuario (ναου) se rasgó en dos, de arriba
abajo (Mc. 15, 38) y el centurión, que estaba frente a él, al ver que había ex-
pirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios»
(Mc. 15, 39). La escena grotesca del juicio de Jesús, preparado por los su-
mos sacerdotes, ante un Pilato que hace preguntas inútiles sobre si es rey de
los judíos, consultando a la gente qué hacer con él, sabiendo que los sumos
sacerdotes le habían entregado por envidia, los cuales seguían incitando a la
gente a pedir la libertad de un condenado y a gritar, «¡Crucifícale!», es un re-
curso literario para convencer a la audiencia de que quien condena a muerte
a Jesús no es Pilato, sino el Templo, los sumos sacerdotes del Templo. La his-
toriadora y arqueóloga Joan Taylor (2006: 555-8) ha demostrado que Pilato
era un praefectus que, en sus monedas, acuñaba el simpulum y el lituus de
pontifex máximus (achiereus megistos, Αρχιερεύς Μέγιστος) del emperador
Tiberio, expresión de su misión de puente entre las religiones y vicario del
Emperador en la región, por lo cual no podía ignorar ni la religión ni al líder
religioso o político que juzgaba. Este recurso literario de Marcos le sirve para
ridiculizar, tanto al Imperio Romano, como al Bizantino, porque es evidente
que la escena de Pilato, manejado por los sumos sacerdotes, consultando a
la multitud del pueblo de Judea contra el blasfemo Jesús es copiada del jui-
cio del Emperador Bizantino contra el hereje ante todo el pueblo de Bizancio
en el Hipódromo, atestiguado como tradición por Ana Comnena (1081-1118)
en la Alexiada. En este sentido, el último recurso literario de Marcos es la es-
cena de reconocimiento final del Centurión, dedicado a una audiencia roma-
na en la que el emperador romano era considerado Hijo de Dios. El reconoci-
miento del Centurión significa una reversión de los acontecimientos: cuando
Jesús es colgado en la cruz y está muriendo, varias personas pasan y se
burlan de él, incluso se burlan de sus palabras sobre el Templo: «Dijiste que
ibas a destruir el Templo y reconstruirlo en tres días» (Mc. 15, 29). Entonces
ocurre la última reversión. Jesús muere (Mc. 15, 37) y la cortina en el Templo
se rasga de arriba a abajo (Mc. 15, 38). Así se revela que la muerte de Jesús
no significa derrota, sino victoria sobre el templo se vuelve obsoleto porque
es patente que ya no está ni oculto ni presente Dios en él. El definitivo reco-
nocimiento del centurión como «Hijo de Dios» (Mc. 15, 39) es doblemente
reversivo, ya que lo hace un Oficial Romano perteneciente a la Religión del
Culto Imperial que profesaba que el Emperador era Hijo de Dios, haciendo
así obsoleto, no sólo el templo, sino el culto al emperador.
Cuando Philipp Melanchthon corregía la traducción del evangelio de
Marcos hecha por Lutero, como experto en la cultura griega y traductor
de Homero, Esquilo y Eurípides, como director erudito de sus tragedias,
¿no vio algún rasgo idéntico entre la estructura de los evangelios y la es-
tructura de las tragedias griegas? ¿No pudieron descubrir la cultura que
había detrás de las palabras? ¿No pudieron traducir de cultura a cultu-
ra? Estas preguntas retóricas sólo sirven para introducir las cuestiones
150 PEDRO GARCÍA GONZÁLEZ
Los griegos y los romanos lo hacen tan bien, que puedes disfrutarlo con razón.
Así como muchos hombres se comprometen a escribir en su propio idioma, y
se empeñan, con celo, en alabar lo que les pertenece, ¿por qué deberían los
Francos dudar para cantar la alabanza de Dios en el idioma franco? Lo que las
palabras de Cristo y lo que sus discípulos nos dijeron, a eso le doy preeminencia,
como es justo, porque lo cantaron en lenguaje muy noble. ¿Por qué deberían los
francos ser los únicos que no pueden? Si hay alguien en su país que de otra ma-
nera no pueda entender, que oiga aquí, para su salvación, lo que Dios le ordena
en el idioma franco. Vamos a cantar a Cristo en nuestro idioma, esa experien-
cia se nos concede para glorificarle en el lenguaje franco. Ahora quiero contar
nuestra salvación por los Evangelios, en el idioma franco, para que no sean los
únicos en tener que renunciar a cantar las alabanzas de Cristo en su idioma,
para que pueda ser glorificado por medio de sus palabras, el que los atrajo a él,
los reunió en su fe. (Robin, 2014:18-20).
152 PEDRO GARCÍA GONZÁLEZ
Pero la hamartía no es un defecto interno dentro del sujeto, sino una fuerza
externa que produce la tragedia. Así, en Antígona, la tragedia de Sófocles,
la orden o poder (kratos, Κράτος) de Creonte se comunica como un «keryg-
ma», un mensaje-poder que prohíbe a Antígona el entierro de su hermano
Polínices. El Kerygma es el mensaje del heraldo, el Kerux, κηρυξ, su conte-
nido y su acto de prohibición totalmente externo a ella. El conflicto se produ-
ce cuando Antígona recibe esa orden contraria a su deber, pues ella debe
enterrar a su hermano como quieren sus dioses y así lo hace. La elección
trágica de Antígona es no obedecer a su rey, sino obedecer a sus dioses.
Eso es la hamartía, ἁμαρτία, no tiene nada que ver con el pecado, ni con
el pecado original. Esta traducción de conceptos de las tragedias griegas a
inspiraciones del cristianismo de muy distinta naturaleza es una huella alu-
siva espacio-temporal dejada por los autores del Nuevo testamento para ser
investigada. Pablo también deja otra huella alusiva para Lutero al denominar
«kerygma» al mensaje de la salvación de Dios por la Gracia de la Pasión
de Cristo (I Corintios 2, 4). Cuando Melanchthon y Lutero, aunque no sin
33- Ensslin es conservador de arte, autor de teatro, dramaturgo, director, profesor de estéti-
ca y filósofo alemán, que recibió el Máster en Filosfía en la New School for Social Research
de New York en 1996 por el trabajo «The Origins of Modern Self-Consciousness in Luther’s
Lectures on Romans».
MARTÍN LUTERO. PERSPECTIVAS DESDE EL S.XXI 155
violencia, traducían estas palabras de los autores Pablo y Lucas, ¿no se die-
ron cuenta que pertenecían a un universo cultural por ellos muy conocido?
Otra cuestión abierta trata de esclarecer cómo la literatura traduce la his-
toria. La literatura siempre hace alusión a la historia. Comprender el punto
de vista literario del autor, es decir, qué modelo literario recoge del pasado
para escribir, ayuda a situar el texto de su escritura en su verdadero contexto
histórico. Las alusiones que se hacen a la historia desde los protagonistas de
los Evangelios nos ayudan a comprender en qué época y región se han escrito.
El título «Hijo de Dios» (Mc.1, 1) es histórico, el título de «Hijo de Hombre» es
literario. La expresión «Hijo de Dios» es del siglo I, pertenece a Octavio Augusto,
quien la acuñaba en sus monedas DIVI FILI, hijo del divinizado, pero, en boca
del centurión la expresión de reconocimiento «Hijo de Dios» ante la muerte de
Jesús, es literatura enfrentada al culto imperial romano, ya tan obsoleto como
el Templo en el momento en que se escribe el texto. Por tanto, la escritura de
Marcos puede ser del siglo III o IV, no del siglo I. En este mismo hay también
una huella alusiva a la historia en la escena de la controversia sobre el tributo
al César en la que Jesús manda traer el denario del tributo para verlo y pregun-
ta: «¿De quién lleva la imagen y [qué dice] la inscripción?» (Mc 12, 14 - 17) y los
fariseos y herodianos se la traen y le responden sobre la imagen y no sobre la
inscripción. Si aludiera a la historia, aquel denarius de plata era la única mone-
da destinada a pagar el tributo al César, el censo (κηνσος), que en el anverso,
alrededor de la imagen, decía: «TI CAESAR DIVI AVG F AVGVSTVS34», Tiberius
Caesar Divi Augusti Filius Augustus, Tiberio Caesar, Hijo del Divino Augusto,
Augusto; entonces, la respuesta de Jesús: «lo del César devolvédselo al César,
y lo de Dios a Dios» estaba ya escrita en la moneda y sería una exhortación
a practicar la religión del Culto Imperial que no era una obligación sino un
deber moral, como decía el teólogo protestante Ethelbert Stauffer: «Esa es la
primera gran sorpresa en este versículo, y su significado es: el pago del tributo
a César es no sólo tu obligación incuestionable; también es tu deber moral».
«That is the first great surprise in this verse, and its meaning is: the payment
of tribute to Caesar is not only your unquestioned obligation; it is also your
moral duty» (Estauffer, 1955:129). Pero el autor, Marcos, elude la inscripción,
la escritura de la moneda, y la reemplaza por la voz resolutiva para indicar
que Jesús estaba refiriéndose a otro Dios distinto del emperador. Este recur-
so literario alude a una historia pasada en la que ya se ha superado el Culto
Imperial, por lo menos dos o tres siglos más tarde de la época de la moneda.
En consecuencia, la versión o traducción de la literatura a la historia pone en
evidencia que el culto al Dios del Templo único y el Culto al Emperador romano,
incluido sutilmente el bizantino, son reemplazados por el anuncio de la buena
noticia del acceso universal a Dios por medio del anuncio del Evangelio, men-
saje que no puede provenir históricamente de un pueblo, sino de un imperio,
34- http://www.wildwinds.com/coins/ric/tiberius/i.html
156 PEDRO GARCÍA GONZÁLEZ
del siglo IV hay datos fiables de algún manuscrito que determine la datación
histórica de la redacción? ¿Por qué hay diferencia de siglos sobre la data-
ción de manuscritos entre paleógrafos y teólogos, como plantean Pasquale
Orsini y Willy Carysse (2012)? ¿Cómo es posible que la tradición oral de los
evangelios dure tres siglos sin ser puesta por escrito? ¿Por qué no afrontar
honestamente, con las nuevas herramientas, la época de la primera compo-
sición de los evangelios?
La propuesta de Claire Clivaz (2014), en «Digital Humanities»43, de realizar
con los manuscritos del Nuevo Testamento un proyecto multitexto y no un
prototipo, afronta un nuevo reto para todas las corrientes del cristianismo
que deben unificar esfuerzos para lograrlo, incluida la puesta en común de
todos los manuscritos de los evangelios, incluidos los árabes, ya que man-
tienen una fidelidad asombrosa a los más antiguos. Claire Clivaz (2014) en
«Las humanidades liberadas», invita a tomar conciencia antropológica de un
nuevo subjetivismo cultural porque, a medida que se pasa de una cultura
impresa a la de la era digital, los lectores digitales actuales somos el lugar,
la verdadera morada de todas las literaturas, y la que fue denominada por
Lutero hace quinientos años la «sola escritura», hoy exige de nosotros el «re-
conocimiento» de que, en nuestros ojos y en nuestro cerebro es «sólo litera-
tura», más bien “escritura líquida” en palabras de Jeffrey S. Siker (2017), ya
que todos somos lectores-de-autores que dejamos nuestros escritos como
nuevos autores-para-otros-lectores, como explicaba Roger Chartier:
Lutero puso un límite a la expansión católica del Imperio Hispano, como dijo
Gustavo Bueno (2014) y ha escrito Lyndal Roper (2017) y, aunque esta histo-
ria no puede ser motivo ni objeto de diálogo interreligioso, aún sirve para dia-
logar sobre los caminos emprendidos por Lutero y todos los humanistas, su-
perando ahora las circunstancias históricas que les impidieron continuarlos.
Y esta es la nueva tarea del diálogo interreligioso: traducir ecuménicamen-
te unas religiones a otras desde la materialidad de sus datos antropológicos
(etic), comprendidos desde la perspectiva de las ciencias de la religión, lide-
rada por Pascal Boyer (2001), hasta la hermenéutica cultural que trasciende
sus vivencias (emic), hoy comprendidas desde la perspectiva neurocientífica
de la Teoría de la Mente como sugiere Wellman (2014).
Lo que inició Lutero, es posible continuarlo. Esto es lo que hemos inten-
tado hacer, identificando su inicio, su itinerario y sus continuadores, para
comprender la Escritura como literatura religiosa que integra y traduce las
religiones antiguas y al mismo tiempo permanece abierta a nuevas lecturas
y reescrituras a través de la historia.
BIBLIOGRAFÍA
-- Comnena, Anna (2000), The Alexiad, trans. E. Dawes, Book XV: 276-302 Ed. Cambridge.
Ontario.
http://www.yorku.ca/inpar/alexiad_dawes.pdf (Fecha de consulta: 25.06.2013).
https://sourcebooks.fordham.edu/basis/AnnaComnena-Alexiad15.asp (25.06.2013)
-- Egido, Teófanes (2010), Las reformas protestantes, Madrid, Ed. Síntesis.
-- Egido, Teófanes (2016), Lutero, obras, Salamanca, Ed. Sígueme.
-- Erasmi Roterodami, Desiderius (1508), Proverbiorvm chilias prima. «Nosce Tempus»,
Adagium 670. Transcript, Hans van Poll. Disponible en su Web:
https://jvpoll.home.xs4all.nl/back/Web/erasco2.htm; (Fecha de Consulta 02/10/2017)
http://ihrim.huma-num.fr/nmh/Erasmus/Proverbia/Adagium_670.html
-- England, Franck Ernest (2010), Mark as Drama: A Prolegomenon to Reading the Gospel
of Mark as an Aristotelian Tragedy, tesis doctoral, University of Cape Town, Ciudad del
Cabo, Sudáfrica, pp. 266 Disponible en: https://open.uct.ac.za/bitstream/hand-
le/11427/18313/thesis_hum_2010_england_frank_ernest.pdf?sequence=4 (Fecha de
consulta 22/12/2016).
-- Ensslin, Felix (2009), From Hamartía to «Nothingness»: Tragedy, Comedy, and Luther’s
«Humilitas» Rev, Filozofski vestnik | Volume XXX, 2 (35-39)
Disponible en: https://ojs.zrc-sazu.si/filozofski-vestnik/article/view/3209
(Fecha de consulta: 24/09/2017).
-- Ensslin, Felix (2015), «What’s Left to Imagine: The Privation of the Absolute». En Rev. Crisis
& Critique. P. 37 Disponible en: http://crisiscritique.org/uploads-new/full-edition.pdf
-- Erasmi Roterodami, Desiderius (1508), Proverbiorvm chilias prima. «Nosce Tempus»,
Adagium 670. transcrito por Hans van Poll en su Web: https://jvpoll.home.xs4all.nl/back/
Web/erasmusa7.htm (Fecha de consulta: 14/09/2017).
-- Erasmi Roterodami, Desiderius, Novum Testamentum. Disponible en: http://www.csntm.
org/PrintedBook/ViewBook/ErasmusNovumInstrumentum
-- Escaliger, Julius Caesar (1617), Poetices Libri Septem de libro V, «Criticus».
Disponible en: https://archive.org/details/ivliicaesarissc00scalgoog (Fecha de consulta:
02/04/2016).
-- Escaliger, Joseph Justus (1629), Opus de emendatione temporum, Genevae, Roverius, M.
DC. XXIX. Disponible en: www.e-rara.ch/zut/wihibe/content/structure/12859928
Disponible su traducción en: https://github.com/DomoViridi/Scaliger (Fecha de consulta:
2/09/2017).
-- Fussel, Stephan (2003), «A cultural historical introduction», en The Book of Books. The Luther
Bible, Madrid, Ed. Taschen.
-- García González, Pedro (2005), «Contexto histórico y entendimiento entre confesiones
religiosas», Rev. Encuentros multidisciplinares, Nº 18 Septiembre-Diciembre, Ed. UAM.
Disponible en: https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/680019/EM_18_8.
pdf?sequence=1
-- Genette, Gerard (1982), Palimsestos. La literatura al segundo grado, Madrid, Ed. Taurus.
-- Hemenway, Michael Paul (2017) “Bible as Interface” (2017). Electronic Theses and
Dissertations. 1372. https://digitalcommons.du.edu/etd/1372
-- Jonge, Henk Jan de (1996), «Joseph Scaliger’s Historical Criticism of the New Testament»
Novum Testamentum, 38, 176 - 193 Leiden University. Disponible en: https://openaccess.
MARTÍN LUTERO. PERSPECTIVAS DESDE EL S.XXI 163