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Roland Schimmelpfennig

VISITA EN CASA DEL PADRE

BESUCH BEI DEM VATER

Spanisch von María Teresa Linares,


Córdoba, Februar 2007

Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des
öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das
Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom:
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licence has been obtained. Application for perf ormance etc., must be made before rehearsals
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069-6062355, E-mail: theater@fischerverlage.de

Die Rechte an der Übersetzung liegen bei:


María Teresa Linares, Iquique 650, X5105LJF Villa Allende, Córdoba/Argentinien
Tel. + 54 3543 436 748, e-mail: maria_teresa_linares@arnet.com.ar

Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by:

1
Personajes

HEINRICH, anglicista, mediando los sesenta,


EDITH, la mujer de Heinrich, pisando los sesenta
ISABEL, la hija en común de Heinrich y de Edith, de unos
veinte años
PETER, hijo de Heinrich, pisando los veinte años
MARIETTA, la hija de Edith de un matrimonio anterior,
terminando los treinta
SONJA, la sobrina de Edith, mediando los treinta
LA PROFESORA, mediando los sesenta
NADJA, su hija, una joven estudiante

El escenario vacío. Siete sillas. Quizá un banco.


Más tarde, una mesa.
Lugar: una gran casa de campo.
Época: hoy, en el invierno.

El pasaje que se cita de «Guerra y paz» ha sido extraído de


la traducción de Werner Bergengruen. Esta traducción, si se
la observa con detenimiento, no es lo suficientemente
antigua. Reemplazaré el texto más adelante por una
traducción anterior.

2
Primer acto

1.

El escenario vacío: una gran casa de campo antigua. Una


gran sala con ventanales que dan a la galería. Muchas
habitaciones y pasillos contiguos. Es invierno. Afuera hay
mucha nieve.
Una joven, de aproximadamente veinte años, rubia o rubia
teñida, delgada, nerviosa. Está apoyada contra la pared y,
quizá, incluso hasta acaba de deslizarse por la pared, está
en cuclillas o arrodillada en el piso. En sus manos tiene
un teléfono celular, cuyas teclas ella aprieta una y otra
vez.
Aparte de ella, no se ve a nadie. Habla con alguien en una
de las habitaciones contiguas. Más bien grita, no habla.
¿Con quién?
Tiene puesta una campera de invierno.

ISABEL:
No puedo cambiarla. No funciona.

Nuevamente aprieta las teclas.

No funciona. No se puede cambiar -

Nuevamente aprieta las teclas.

No logro sacarla.

Nuevamente aprieta las teclas.

Debe de ser un faro - probablemente.

Aprieta nuevamente las teclas.

Debe de ser probablemente un faro. El reflector en la noche.

3
Aprieta las teclas.

Pero parece una torre de control.

Aprieta las teclas.

Parece una torre de control de un campo de concentración.


El reflector.

Aprieta las teclas.

Siempre que prendo esto, veo la torre de control y el


reflector y el campo de concentración. ¿Qué te parece esto?
¿Quizás puedas ayudarme?

Aprieta las teclas.

Y no logro sacarla.

Aprieta nuevamente las teclas.

Allí debería haber peces que se besen, peces o burbujas de


aire o simplemente huellas en la arena. Pero en lugar de
eso: un campo de exterminio. La vista a la torre de control.

Aprieta las teclas.

Terrible.

Aprieta las teclas.

¡Sé que debe de ser un faro! ¡Lo sé! Pero no parece un faro.
¡Parece una torre de control!

4
Alguien desde fuera hace sonar una campana anticuada y
golpea la vieja puerta de madera de la galería. La joven no
reacciona. Aprieta. Suena nuevamente la campana y, luego,
se oyen golpes en la puerta.

ISABEL:
No logro sacarla.

Otra vez suena la campana de la puerta. Isabel se levanta


sin sacar sus ojos del celular, abre sin mirar quién está
delante de la puerta y regresa a su lugar inicial.
En la puerta hay un joven, de unos veinte años, aunque
quizá aparente más edad. Se ha comprado un sobretodo viejo
que no le queda bien, pero que él considera que es una muy
buena prenda. Isabel le presta atención brevemente. Él se
queda parado ante la puerta abierta. Nada sucede. Entra
nieve en la casa.

ISABEL:
Por favor, cierre la puerta.

Pausa.

Por favor, cierre la puerta. Entra frío.

El joven entra y trae consigo un montón de nieve que cae


sobre la alfombra y en el piso de madera. Él cierra tras de
sí la puerta. Ella sigue sin prestarle atención. Él no dice
nada.
El tiempo transcurre.

ISABEL:
¿Sabe cómo se saca esto?

5
Desde lejos le echa una mirada al teléfono, niega con la
cabeza.
Continúa apretando. Nada sucede. Él está en la habitación,
ella está ocupada con su teléfono.

MARIETTA, a quien se la oye desde una habitación contigua,


le grita algo a su madre que parece encontrarse en otra
habitación:
No llegan hasta la casa. Debemos sobornarlos.
Quizá con aguardiente, no vienen hasta la casa, llegan
hasta el portón, tocan el timbre una sola vez y, sin
esperar, arrojan el aviso de notificación en el buzón y,
luego, siguen viaje, ni les interesa si hay alguien en casa
y aquí siempre hay alguien.
Debemos ir al pueblo para hablar con el hombre del correo.

Edith, una mujer que está mediando los sesenta y que aún se
mantiene joven, ingresa en la habitación, le responde a su
hija Marietta que se encuentra en la habitación contigua.

EDITH
Ya lo sabemos, dicen que esperan, dicen que nosotros no
escuchamos el timbre, que no abrimos. Dicen que no pueden
esperar eternamente.

Se dirige hacia el ropero o hacia un cajón, quiere buscar o


sacar algo. Ella vivió en esta casa cuando era niña, creció
también aquí, ahora ha vuelto a vivir aquí con su marido
Heinrich y la hija de ambos Isabel.

EDITH
¡Encima, el portón ni siquiera está cerrado! Y aún si
estuviera cerrado con llave: la llave está puesta del lado
de dentro - cualquiera puede pasar la mano por el portón y
abrirlo.

6
A Isabel:

¿Qué dijiste?

Advierte la presencia del huésped.

Oh - buenos días -

PETER
Sí -

Pausa.

Es curioso verlo parado allí con su sobretodo usado y de


otra época. El joven es ágil, larguirucho y, a la vez,
fuerte. Inmóvil. Duro.

EDITH
Nos conocemos -

PETER
No -

EDITH
¿No?

PETER
No - usted –

EDITH
Sí - sí, nos conocemos -

PETER
No, no,

7
EDITH
[¿]Está con Isabel[?], qué estás haciendo allí en el piso,
yo lo conozco a usted -

Isabel no responde.

PETER
No. Seguro que no. No nos conocemos.

EDITH
Pero usted me recuerda a alguien.

PETER
Eso seguramente sí.

EDITH
¡Pero si nos hemos visto ya antes!

A la distancia, un disparo de una escopeta de caza.

PETER
Con total seguridad, no.

EDITH
Si yo tan solo supiera a quién se parece usted - yo conozco
a alguien parecido a usted...

Pausa.
Sí...

Pausa.
¿Cómo se llama?

8
PETER
Peter.

EDITH
¿Qué lo trae a nuestra casa, Peter? ¿Qué podemos hacer por
usted? ¿A quién busca?

PETER
A mi padre.

Pausa.

EDITH
¿A quién dijo?

PETER
A mi padre.

Pausa.

Mi padre me invitó.

Pausa

EDITH
Su padre- ah – ah - usted es el - usted es Peter

Pausa.

¡Usted! -

Pausa.

Yo creía - yo no tenía ni idea de que usted -

9
PETER
Sí, llegué antes, ya sé, vine diez día antes - yo pensaba
al principio que quizás no habría nadie aquí.

EDITH: se echa a reír:


¡Diez días!

PETER
Sí, diez días.

EDITH
Diez días antes - qué habría hecho si aquí no hubiese
habido nadie

PETER
Habría entrado por la fuerza. Habría roto una ventana de la
galería y después la habría abierto desde dentro.

EDITH: le da la mano.
Soy Edith, la mujer de su padre. Y ella es Isabel - su
hermana.

ISABEL
Hola. Buenos días

PETER
Hola -

EDITH
Media hermana. Su media hermana. Ustedes son medios
hermanos.
-

Pequeña pausa.

10
EDITH
Algo pasa con su teléfono.

Marietta aparece por la puerta.

MARIETTA
¿Con quién están hablando? ¿Tocaron el timbre recién? No
escuché nada: ah - buenos días -

PETER
Buenos días

MARIETTA a su madre:
¿Quién es, mamá?

EDITH
Es Peter - el hijo de Heinrich -,

Pausa.

MARIETTA
El hijo de Heinrich.

PETER
Peter -

MARIETTA
Peter, bienvenido -

Le da la mano. Pausa.

MARIETTA.

A la madre, en tono amable:

11
¿Sabías que vendría?

EDITH
¿Yo?

De pronto, algo confundida -

Sí, sí. Heinrich le escribió, es decir, primero le escribió


usted a Heinrich, Heinrich no sabía, por cierto -

MARIETTA
Seguramente está pasado de frío -

EDITH levemente ausente:


¿Qué?

MARIETTA
Él -

PETER
Yo -

EDITH
Creíamos que vendría recién en diez días.

Pequeña pausa.

MARIETTA
¿Cómo llegó hasta aquí?

PETER
A pie.

MARIETTA
¡A pie! ¿Desde dónde?

El joven no contesta.

12
MARIETTA
¿Desde la estación de ferrocarril? Si así fue, estuvo
caminando dos horas. ¿Por qué no avisó? ¿Sabe su padre que
está aquí? ¿Ya vio a Heinrich? ¿No?

Pausa.

Entonces vamos a buscarlo, vamos a buscarlo.

Pausa.

¿O no? O prefiere ir a buscarlo solo -

PETER
Sí, sí, por supuesto.

EDITH
Él quería entrar por la fuerza.

Pequeña pausa.

¡Pero si es parte de la familia!

Marietta y Peter salen de la habitación, Peter deja su


equipaje en la puerta - su bolso es más bien un bolso
marinero.

EDITH a ISABEL:
¿Y vos?

ISABEL alza la vista:


¿Yo?

EDITH:
¿Qué tal?

13
Silencio.

En unos días se habrán ido todos.

Silencio.

Vamos -

Silencio. Aprieta.

Vení conmigo.

Espera en la puerta a que su hija vaya con ella. Al rato,


efectivamente ella se levanta y sale de la habitación junto
con su madre.

Heinrich y Sonja, la sobrina de Edith, se acercan


entusiasmados a la puerta para entrar, el viento sopla
nieve hacia dentro, ambos traen una escopeta de caza y un
pato muerto.

HEINRICH
Mire, Sonja, ¡qué suerte! ¡qué enorme suerte!

SONJA
Sí, eso fue suerte.

HEINRICH
Sí, realmente fue suerte,

SONJA
Sí,

14
HEINRICH
si el ave hubiese volado tan solo un metro más,

SONJA:
¿el ave?

HEINRICH
el ave muerta,

SONJA se ríe:
¿Cómo, si el ave está muerta, no podía seguir volando?

HEINRICH
La curva, la caída del ave herida describe una curva -

SONJA:
¿Una curva?

HEINRICH
fue una suerte, no tengo licencia de caza, lo que cazo en
mi campo, es asunto mío, pero seguramente la gente del
pueblo no lo ve así, lo ve diferente, pero fuera del, fuera
del -

SONJA:
Sí -

Ella se ríe.

Ah, claro -- usted dice que si el animal herido hubiese


caído detrás del cerco,

HEINRICH

O a veces vuelan más alto, revolotean un poco más, si el


ave hubiese caído del otro lado del cerco, en el campo
labrado – eso no es bien visto -

15
SONJA
pero quién podría haberlo visto -

HEINRICH se echa a reír:


Sí - quién sabe -

SONJA
Aquí no vive nadie. Yo habría saltado el cerco y lo habría
buscado - al fin y al cabo es mi ave, yo le disparé.

HEINRICH
Una curva -

Describe con el dedo la trayectoria de la caída del ave


cazada. Mira a Sonja:

¡Qué disparo!

Pausa.

HEINRICH
¡Qué disparo!

SONJA:
Suerte - pura suerte de principiante.

HEINRICH
O destreza.

Él deja la escopeta a un lado y levanta el ave cazada -

HEINRICH
«Even throughout life, ´tis death that makes life live» -

SONJA:
¿Qué significa lo que dijo?

HEINRICH

16
Ah -
¿Cuánto tiempo se quedará con nosotros? Usted debería venir
más seguido.

Pequeña pausa.

Las veces que usted pueda.

De repente, ella lo toma de la mano. Pequeña pausa.

No hay nada en mi vida, en mi mente, en mi corazón, que no


desee más ardientemente, ningún deseo más ardiente que
tener un hijo. Quiero un hijo. Quiero quedar embarazada. No
hay nada que desee más.
Que esta vida no pase por delante de mí sin que se cumpla
este deseo. Que no llegue a vieja sin haber dado a luz un
hijo. Que no llegue a vieja sin haber concebido, dado a luz
y criado un hijo.

Pequeña pausa. Ella suelta su mano.

HEINRICH
Sí - sí, ya sé - llevemos el ave a la cocina.

SONJA:
Sí - la escopeta –

HEINRICH
Llévela, llévela usted - usted sabe por cierto cómo
manejarla -

Ella toma la escopeta de doble cañón, la cierra: se escapa


un tiro, algo se rompe - una pequeña fotografía enmarcada.
Se rompió la fotografía, pero el marco está totalmente
intacto.

SONJA
Oh, Dios, lo siento, lo siento infinitamente -

HEINRICH

17
¡Otro disparo como ese!

SONJA
Lo siento terriblemente, yo, yo no quería -

HEINRICH la tranquiliza, la acaricia -


No es tan grave -

Él descuelga el cuadro de la pared y lo sostiene en el aire.

Risas.

¡Pero qué disparo!

Ambos salen. Él se detiene, se da vuelta. Vuelve a colgar


el cuadro en su lugar. Luego sale junto con Sonja.

La voz de EDITH desde una habitación contigua:


¿Qué fue eso?

EDITH entra en la habitación, mira a su alrededor, descubre


el daño.
Ella descuelga el cuadro de la pared. Una mujer con un
cuadro baleado en la mano.

EDITH grita hacia dentro de la casa


¿Por qué dispararon a nuestra fotografía?

Pequeña pausa.

grita
¿Por qué disparaste a nuestra fotografía?

Pequeña pausa.

grita
¡Ya dije que la escopeta no funcionaba bien! ¡Nunca
funcionó bien!

18
PETER aparece en la puerta.

EDITH
¡La fotografía!

Pequeña pausa.

¡Llegó tu hijo!

Pequeña pausa.

¿Me estás escuchando?

Pequeña pausa.

Era una fotografía de Heinrich y mía de cuando regresamos


aquí. Sabe, yo viví aquí cuando era niña, pero después, mis
padres debieron dejar la casa. Y ahora me pertenece
nuevamente. La volví a comprar. Mi bisabuelo había comprado
la casa en su momento, y después yo volví a comprarla.

PETER
Si usted quiere, puedo arreglarla -

EDITH
La fotografía se estropeó, no hay cómo recuperarla. Qué
pena. De todos modos, gracias.

PETER
La pared, yo decía la pared -

EDITH pensativa -
Ah - dejémosla así como está. Encaja perfectamente, en esta
región siempre ha habido combates, terrible. Aquí, fuera,
en esta llanura, por aquí marchó Napoleón. Cuando iba hacia
el Este. Hacia Rusia.

19
Pequeña pausa.

Por aquí siempre ha habido combates. Heinrich encontró una


vez una pistola detrás de los viejos establos, un revólver
del Ejército de la época de la Segunda Guerra Mundial. Que
funciona perfectamente. ¿Dónde habrá quedado su dueño?

PETER
¿Qué dueño?

EDITH
El dueño del revólver.

Pequeña pausa.

Isabel llama a esta casa el panteón familiar. Su media


hermana. Usted se va a llevar muy bien con ella.

Pequeña pausa. Ella grita.

¡Tu hijo! ¡Llegó tu hijo!

Se va. El joven se sienta, oculta su rostro entre sus manos.

MARIETTA y SONJA atraviesan la habitación, cargan algo


pesado, quizá, una mesa para más adelante -

MARIETTA
Una mujer fea como realmente pocas - o una joven fea como
realmente pocas, mujer es quizás demasiado. Esta mujer se
veía como un perro. Como una medusa. Un cráneo, como si
hubiese tomado esa forma en el tornillo de banco. Dotado de
un cuerpo que hacía todo para no avanzar en este mundo. Oh,
Dios, qué cruel. Cruel. Mala piel, todos los signos de
estar totalmente decepcionada y agotada por el solo hecho
de existir.
Destruida por la comparación que ella misma hace de sí y de
los demás. Alguien debe cerrar el portón. ¿Alguien cerró el
portón?
Llegó un joven -

20
Ambas se van.

Heinrich solo, desde otra puerta.

HEINRICH grita
¿Entró el libro?
Es lo que me está sucediendo con mayor frecuencia: hace
poco entendí que decían «verano en el frente» y estaban
diciendo «remato excedentes».
¿Sabés lo que yo había entendido?
¿Entró el libro? ¿Qué libro? ¿Qué querés decir con eso?
¿Sabés lo que yo había entendido? ¿Lo que había entendido
recién? Había entendido que tu hijo llegó - Ha llegado tu
hijo.

Se echa a reír.

¡Mi hijo!

Sonja, ahora sin abrigo ni zapatos de invierno, aparece un


instante en una de las puertas. Heinrich quiere decirle
algo en ese momento, pero ella vuelve a desaparecer.

PETER se levanta:
Papá -

HEINRICH totalmente confundido, sorprendido y exigido:


¿Sos - sos vos?
No puede ser, justamente estaba - ¡ja!
¿Por qué, por qué nadie me avisa? ¡Por qué nadie me dice
que estás aquí! ¡Muchacho!

Se echa a reír de nuevo.

¡Llegó el libro, ja ja! ¡Llegó el libro! Sabés, creo que me


estoy volviendo sordo, algo prematuro para mi edad, pero
quizás solo se deba también a la escopeta, Sonja me disparó
justo cerca del oído - hemos cazado un pato, jaja, ya has
conocido a alguien aquí, quién te ha hecho pasar,
¡Edith!
¡Isabel!

21
Qué te parece la casa, magnífica, [¿]no es verdad[?], [¿]ya
te han mostrado la casa[?], veinte habitaciones, fue la
casa de los padres de Edith, desde cuándo estás aquí,
¡Sonja, Marietta!

Edith pasó aquí su infancia y, ahora, ella ha vuelto o


mejor dicho, nosotros - ¿hace frío afuera, no? ¡Muchacho!
Que ya estés aquí - me alegra mucho - vení aquí. Dejame que
- - puedo –

Se abrazan.

Bienvenido. Bienvenido.

Heinrich ya casi está por largarse a llorar.

No te vayas nunca más.

Lo suelta.

HIJO:
Yo -

HEINRICH
¡Sí! ¡Vos! ¡Qué bueno!

HIJO:
Yo también me alegro -

HEINRICH
Que me hayas encontrado -
Dejame que te mire.

Vení, veámonos -

Se observan.

HEINRICH

22
¿Qué tal el vuelo?

HIJO:
No vine en avión -

HEINRICH
¿No? ¿Y entonces cómo? ¡A pie!

Se ríe de su propia broma.

HIJO:
No, estuve enrolado como tripulante en un barco.

HEINRICH
En un barco -

PETER
En un buque carguero -

HEINRICH
Busco algo para tomar -

Se dirige a un pequeño aparador, busca copas y una botella


de aguardiente.

PETER
En un carguero, y después seguí viaje a -

MARIETTA aparece en la puerta.

HEINRICH
Esta es Marietta, la hija mayor de Edith, Marietta, este es
mi hijo Peter, que acaba de llegar -

MARIETTA
Ya nos hemos -

HEINRICH llama a su mujer y a su hija:

23
¡Edith e Isabel!

Sonja entra en la habitación.

y esta es Sonja - la sobrina de Edith - la hija de su


hermana -

Pequeña pausa.

¡Aquí hay solo mujeres! ¡Solo mujeres y yo!

Pequeña pausa.

¡Y vos! ¡Y ahora también estás vos!

Pequeña pausa.

Bienvenido - cómo - sí - cómo podría - cómo podríamos


llamar a esto - - cómo debemos encararlo -
¡es casi como un nacimiento!

Llora. O está casi por largarse llorar.

No lo sé. No lo sé. Todos estos años.

Pequeña pausa.

Si hubiese sabido que existías -

Pequeña pausa.

Puedo, me dejas sacar una fotografía, alguien debe sacar,


alguien puede sacar una fotografía, debemos sacar una
fotografía de esto - qué hacen allí paradas -

PETER

24
Te he traído algo-

HEINRICH
¿Qué?

PETER
Te he traído un regalo -

HEINRICH
¿En serio? - cómo - ¿qué es?

PETER corre a su mochila, que sigue en la puerta, revuelve:


¡Ha recorrido un largo camino hasta aquí!

Todos miran el regalo, que aún está envuelto.

Lo compré para vos.


No tengo ni idea si te va a gustar -
Abrílo.

HEINRICH rompe el paquete. Aparece una camisa


estadounidense de cowboy.
Una de las mujeres hace un ruido de sorpresa, algo así como
un «huy» o un «oh».

Breve silencio.

HEINRICH
¡Hey!

PETER
¿Hm?

HEINRICH

25
Heyhey

PETER
Sé que a lo mejor es -

HEINRICH
¡No, no!

PETER
No es -

HEINRICH
No, no lo digas -- ¡gracias! ¡Ya he tenido una como esta!
¡Antes!

PETER
De St Louis, Estados Unidos. Eso dice allí. Yo me compré
otra igual para mí.

Pausa.

EDITH
Parece un poco chica -

PETER
No sabía cómo -

EDITH
¡No, no!

PETER
digo que nunca le compré una camisa a una persona que yo no
había visto nunca antes –
yo no sabía cómo sos -

Pequeña pausa.

Ponétela

26
HEINRICH
¿Qué?

PETER
Ponétela para ver si te queda bien.

HEINRICH
¿Ahora?

SONJA:
Sí, por qué no -

ISABEL
Sí - ponétela.

HEINRICH
Si ustedes lo dicen -

Se saca su camisa y su pulóver, queda a la vista su panza y


se pone la camisa de cowboy encima. Es demasiado chica. Se
ve espantosa. Sencillamente, él tiene varias décadas de más
para esa camisa.

HEINRICH a los demás:


Qué opinan -

LOS DEMÁS:
Mmh, pues -

PETER
Qué te parece a vos -

Pequeña pausa.

HEINRICH con franqueza, pero también con humor:


Es - es horrible.

PETER

27
¿Te parece?

HEINRICH
Sí, horrible -

PETER
Lo siento.

HEINRICH
No es tu culpa -

El padre intenta sacarse la camisa por la cabeza, pero como


la camisa le queda muy chica, le cuesta.

HEINRICH
Es demasiado estrecha, demasiado estrecha -

PETER
Lo siento.

HEINRICH
demasiado estrecha - no me entra.

Se pone furioso.

Simplemente soy demasiado gordo para esta camisa.


¡Demasiado viejo!

EDITH
¡Demasiado gordo!

ISABEL
¡Sobre todo demasiado gordo!

Pequeña pausa.

SONJA:
Quizás me quede bien a mí -

28
Se saca su camisa y, por un momento, se ven sus pechos. La
imagen se detiene brevemente. Heinrich le da la camisa
-

EDITH
Sonja -

Se ha puesto la camisa encima: es demasiado grande, pero de


algún modo, es sexy.

HEINRICH se sonríe, le echa una mirada a EDITH:


Le queda a usted - le queda a ella bien - no te parece -

EDITH
Sí - sí -

SONJA a PETER:
¿Puedo quedármela?

PETER
Pregúntele a él - es de él -

29
2.

EDITH
A veces suele suceder que por una vez y durante una
fracción de segundos uno ve pasar todo delante de sí - todo
tal cual será, en el futuro – diferente de cuando uno cree
haber vivido algo ya antes - no, no así, una breve mirada
hacia el futuro, demasiado breve como para comprender
realmente lo que uno está viendo en ese momento. O no lo
suficientemente extenso como para poder comprender que lo
que acaba de ver, ya lo ha visto.

30
3.
Sonja acaba de ponerse la camisa.

SONJA
¿Cuántos años hace que no se ven?

HEINRICH:
Muchos.

SONJA
¿Cuántos?

HEINRICH:
Demasiados.

MARIETTA
Sí, ¿pero cuántos?

Pequeña pausa.

HEINRICH
Su madre, tu madre, no quería que nos viéramos.

MARIETTA
¿Podía impedirlo?

El padre hace un vago gesto.

MARIETTA
¿O vos no querías verlo?

Pequeña pausa.

Heinrich
Yo ni siquiera sabía de su existencia.

Pausa.

31
SONJA
Qué triste

HEINRICH llora imperceptiblemente.


Sí, es triste. Es realmente triste.

Pausa. Mira a SONJA.

HEINRICH
Hemos matado un pato.

EDITH
Han roto de un tiro la fotografía, la fotografía -

SONJA
Lo siento, fui yo, no lo hice queriendo, el disparo - No
fue intencional -

HEINRICH
Un pato. Ella derribó un pato que estaba volando en el
cielo, un ave gigante, podés verlo - fue un disparo
magnífico -

EDITH
Un pato -

HEINRICH
Sí, un pato -

EDITH
Un ave.

32
HEINRICH
Un ave, sí. Sonja le disparó.

MARIETTA
No va a alcanzar.

HEINRICH
¿Por qué no?

EDITH
Somos

cuenta,

seis personas. Tenemos visita.

HEINRICH
Qué visita, no tengo tiempo para visitas, ya tenemos una
visita.
¡No quiero visitas! ¡Odio las visitas!

33
Segundo acto

1.

Isabel con su celular.

ISABEL
Sí.

Pequeña pausa.

Sí.

Pequeña pausa.

Sí, un momento.

Toma el teléfono en la otra mano, aprieta algunas teclas,


vuelve a hablar por teléfono.

¿Hola? Sí - no.

Vuelve a apretar, mira la pantalla, habla nuevamente por


teléfono.

¿Hola? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Puede repetir, por favor? No entendí


eso.
Un momento.

Vuelve a mirar el teléfono.

¡No, no! ¡Sigue así! ¡Pero sí, sí! Pero si eso ya lo hice.
Menú, saludo, seleccionar, ya lo hice, digo qué saludo es
ese, eso no es ningún saludo.

Pausa.

34
Está dentro de saludo. No. ¡No!

35
2.
En la cocina: Edith con Marietta e Isabel.

EDITH
Dice que simplemente caminó por la calle principal. Por la
nieve. A veces, la gente se paraba y lo llevaba.

Un disparo a la distancia. Después, otro más.

Parecen no tener suerte. Peter y Sonja - han vuelto a salir.


Dijo que quizás cacen otra ave más.

Pequeña pausa.

Sobre todo las mujeres se paraban. Siempre encontró un


lugar donde dormir.

36
3.
SONJA
¿Cómo anda uno al lado de un extraño del cual uno sabe que
tiene la misma meta que uno mismo?
Uno va diferente de lo que andaría si anduviese junto a un
conocido - y uno va también muy diferente de lo que iría si
fuera junto a un extraño, cualquier extraño, cuyas metas
uno desconoce y nunca las conocerá - Éramos extraños, no
nos conocíamos, pero teníamos la misma meta.
Se sentía por un instante, por un momento muy breve, por
unas centenas de pasos como si fuera un comienzo, una
partida y, ya inmediatamente después, venía la decepción.
Un pensamiento de deseo
La besaría, te besaría ahora mismo, y cada uno de nosotros
estará pensando en ese momento en otra persona - que acaba
de besar a otro - ya no somos más nosotros quienes se besan,
sino que se están besando aquellos en quienes estamos
pensando.

37
4.
PETER
Cuando me acuesto con mujeres, no pienso necesariamente en
Adán y Eva. No siempre.
Puede ser que piense en Adán y Eva antes o después de
acostarme con mujeres, cuando las mujeres están ante mí.
Desnudas. Caminando hacia mí o apartándose de mí.

Puede ser que comience a pensar que me estoy perdiendo en


el pensamiento de Adán y Eva.

Pequeña pausa.

Pero más bien pienso en mí. Comienzo a observarme desde


fuera. Y empiezo por escucharme.
Partiendo de Adán y Eva, dónde estoy ahora, dónde estoy
parado - o partiendo del primer hombre que aprendió a
caminar erguido, dónde estoy hoy, ahora, el número cuánto
que le sigue, quién sabe dónde está parado él -

38
5.
En la cocina. Isabel, Marietta, Edith, Heinrich.

ISABEL
Qué imbecilidad: cómo podemos hacer algo comestible de esto.
Qué imbecilidad.

MARIETTA con el ave muerta:


No tengo ni idea de cómo se hace.

ISABEL
Cómo se hace eso, digo, hay algún truco, no puedo
arrancarle al animal pluma por pluma.

EDITH
No, por cierto, no vamos a comer el ave con las plumas.

ISABEL
Es imposible. Es imposible. ¿Eso es lo que se hace con cada
ave? ¿Con cada pollo?

MARIETTA
[¿]No hay que desangrar el animal[?], qué, qué, yo, quién
vacía el animal - sí se vacían los animales. También se
vacían los pescados.

HEINRICH
Aún no han vaciado el ave - debemos desplumarlo y vaciarlo
-

ISABEL
Primero se lo despluma o primero se lo vacía -

HEINRICH
Ni idea -

EDITH
Mi madre lo habría sabido -

MARIETTA

39
Quizás lo sepa el muchacho -

HEINRICH
De dónde va a saber esto el muchacho -

EDITH
Quizás sí lo sepa -

HEINRICH
De dónde puede saberlo, dame un cuchillo - o mejor dame la
tijera para aves -

ISABEL
Pero no con la tijera -

HEINRICH
Y entonces con qué -

Abre el ave con la tijera. Hace el corte muy arriba, en el


lugar equivocado -

MARIETTA
Ahí no hay nada, eso no es el estómago -

ISABEL
El corte está muy arriba -

HEINRICH retira por fin los intestinos del animal, caen al


piso.

ISABEL
¡Mierda! ¡Mierda!

Pausa.

¡Mierda!

HEINRICH

40
Los antiguos griegos leían el futuro en las vísceras de un
ave.

MARIETTA
Estoy segura de que la fotografía puede reemplazarse
perfectamente.

41
6.
Peter y Sonja regresan, entran en la casa. Cuando entran,
pasa mucha nieve por la puerta. No han cazado nada. Él trae
el arma. Ella está aturdida.

PETER
En serio - se sienten diferente - los pechos de una mujer,
todo su cuerpo, la mujer entera se siente totalmente
diferente con diez grados bajo cero que, por ejemplo,
digamos, con veinte sobre cero.
Totalmente diferente.

SONJA
¿De dónde sabés eso?

PETER
Experiencia -

SONJA
Ah, claro -

Intenta besarla. Ella se aparta de él. Ella está en otro


lado con sus pensamientos.

PETER, de repente, grosero:


¿Qué pasa? ¿No te gustó? ¿O sí te gustó? ¿Nunca te había
pasado que alguien fuera al grano tan rápidamente? ¿Nunca
te había pasado?

42
7.
En la cocina.

PETER
Quién ha vaciado el ave -

HEINRICH
Yo -

PETER
Debieron haber comenzado por desplumar el ave -

Pequeña pausa.

No lo desangraron -

HEINRICH
¿Por qué?

Pequeña pausa.

HEINRICH
Por qué -

PETER
Porque siguen teniendo en la mano el ave ensangrentada.

HEINRICH
Entonces lo desangraremos -

PETER
¿Ahora?

HEINRICH
Sí -

PETER
Como digas -

43
Saca del bolsillo de su pantalón una gran navaja con la
cuchilla firme -

Compré la navaja en Estados Unidos. Cuando estuve en los


Estados Unidos.

Corta el cuello del ave y deja desangrar el ave- todo lo


que se puede -.

EDITH
Paren, paren -

MARIETTA
Oh, Dios -

PETER levanta una parte del cuello del ave con la cabeza
del ave:
El buche. Entero. Un ave impresionante.
Ahora esto dura una eternidad.

MARIETTA
Por qué, cuánto dura esto -

PETER
Ni idea, horas,

ISABEL
¿Horas?

MARIETTA
¿Dura horas desplumar un ave?

44
ISABEL
En realidad, por qué cazaron el animal -

45
8.
Más tarde: Heinrich y Marietta cuando despluman el ave.

HEINRICH
Sin hijos a los 39 -

Despluman.

¿Le da, te da miedo esto?

Despluman. Lo mira, se detiene.

MARIETTA
Sí. Probablemente sí.

Pequeña pausa. Lo mira.

O no.

46
9.

EDITH
Sexo sobre motocicletas, es posible eso - hace tres días
llevé el auto al taller y allí estaba colgado uno de estos
almanaques.

Pequeña pausa.

Y entonces me pregunto si eso está sucediendo en este


preciso momento en algún lado, si en este preciso momento
hay gente que está teniendo sexo sobre motocicletas.

SONJA
No.

EDITH a Sonja.
Ninguna de mis hijas tiene hijos. Y vos tampoco -

47
10.
Desplumando el ave: Isabel y Peter han [reemplazado] a
Heinrich y Marietta.

ISABEL
Quizá podemos usar esta cosa de algún modo, como rasqueta -

PETER
¿Eso?

ISABEL
Esto, sí, para qué sirve, para cocinar, cómo se llamaba
esto -

PETER
Esta cosa -

ISABEL
Sí.

Pequeña pausa.

ISABEL
¿Cómo se llama?

PETER
Eso -

ISABEL
Sí -

Pequeña pausa.

PETER
Es una espátula, una espátula - nunca utilizaste algo así
antes,

ISABEL

48
Sí, sí, lo uso constantemente, pero no sé cómo se llama -
¿de qué está hecho?

PETER
No sé.

ISABEL
De qué estará hecho, de metal, de metal liviano, será
nocivo, quizá usarlo provoque dolor de cabeza -

Ella tira el objeto.

49
11.
Marietta ha reemplazado a Isabel.

PETER
deja de desplumar el ave, mira, dice a MARIETTA:
Yo ya sé cómo te verás después.

MARIETTA:
Yo -

Mira a Peter y reflexiona un instante lo que él dice. No


está muy segura. Sigue desplumando.

MARIETTA: se echa a reír.


Puedo imaginarme cómo te ves en ese momento.

Ella sigue desplumando.

Él se para, se inclina sobre ella y la besa. Un largo rato.

50
12.

HEINRICH
El paraíso perdido.

MARIETTA
Aburrido.

HEINRICH
¿Aburrido? Por el contrario: excitante. Genial. Increíble.

EDITH
Aburrido. Puras palabras.

HEINRICH
Increíble.

13.

EDITH
Llamamos a su habitación el salón ruso.

PETER
¿Sí?

EDITH
Sí -

PETER
¿Por qué?

EDITH
Por los libros - son libros rusos. Heinrich colocó los
rusos en una habitación propia. Ignoro por qué -

PETER: vocifera
Acabala con eso, acábala con eso, si vos sí querés, sabés
perfectamente que lo1 querés.

1
N. de la T.: en la frase «lo que querés» [en alemán «dass du es
willst»], «lo» se refiere a una cosa, a algo, pero no a una persona.

51
Tercer acto

1.
Han venido visitas. HEINRICH, EDITH, MARIETTA, SONJA, LA
PROFESORA, PETER, ISABEL. En otra habitación, buscando un
libro que quería pedir prestado: NADJA.

HEINRICH
Quisiera escribir algo en un papel -

EDITH
Y hacelo,

HEINRICH
No, no, quisiera escribir algo en un papel y -

EDITH
Aquí tenés papel y lápiz -

HEINRICH
Es un viejo sueño que tengo - debería ser posible: escribir
algo en un papel y que el papel te convierta en
multimillonario.

ISABEL
¿El papel?

HEINRICH
Sí - el papel.

LA PROFESORA
¿Qué tiene que decir el papel?

HEINRICH
No sé - si yo lo supiera, entonces -

52
LA PROFESORA
Sí, pero qué, una frase o una cuenta o -

HEINRICH
dicho de otro modo: si alguien alguna vez logró convertirse
en millonario con un papel, con un lápiz y una hoja.

MARIETTA
¿Millonario o multimillonario?

ISABEL
Multimillonario.

HEINRICH
Si eso alcanzara.

EDITH
Sí.

HEINRICH
¿A quién?

EDITH
Ni idea.

HEINRICH
Entonces -

EDITH
Entonces qué -

HEINRICH
¿Qué decía el papel?

LA PROFESORA
¡No!

53
EDITH
¡No! ¿Usted cree que no?

LA PROFESORA
Piense en los nuevos multimillonarios de Rusia, tenían
todos algo más que un lápiz y un papel -

MARIETTA
Eso no lo entendí bien: ¿un bosquejo? ¿Una frase? ¿Una
fórmula?

HEINRICH
Supongamos que tenemos todo: el lápiz, el papel - y ahora -

ISABEL
La condición para hacer dinero es tener dinero.

PETER
El dinero está en la calle.

LA PROFESORA
Pero ahora está faltando el paso decisivo: la idea. El
conocimiento. Usted no cuenta con suficientes conocimientos.

PETER
Esta es una cuestión de imaginación más que de
conocimientos.

LA PROFESORA
Con imaginación usted puede escribir el papel entero. Pero
no servirá para otra cosa.
Valor agregado. Ventajas.

Pequeña pausa.

Esto suena a Estados Unidos. Estuvo alguna vez en Estados


Unidos. Escuché que usted compró allí un cuchillo que aquí
ha causado una gran sensación.

54
Pequeña pausa.

Curioso, un cuchillo ¿sintió allí la necesidad de


defenderse? Cuente, quien hace un viaje, tiene cosas para
contar, cuéntenos de Estados Unidos.

PETER
¿Estados Unidos? No puedo decir mucho de Estados Unidos.

Pequeña pausa.

Hacía calor, era verano, las noches eran cálidas. Había


conocido una chica con la cual una noche fui en bicicleta
hasta un lago artificial. Una noche estrellada de luna
nueva. De pronto vi en sus rulos un punto luminoso, primero
vi uno solo, luego varios. Comencé a buscarlos, me sumergí
en su cabello, pero las pequeñísimas luces que brillaban
luminosas me llevaban a sumergirme cada vez más y más sin
que jamás pudiera alcanzarlos - y al amanecer estas luces
habían desaparecido.

La profesora ha traído consigo una vieja fotografía. El


padre no se reconoce a sí mismo.

LA PROFESORA
Me acabo de acordar - aquí te he traído esto -

HEINRICH
¿Qué es?

LA PROFESORA
¿Esto?

HEINRICH
¿Sí, eso?

LA PROFESORA
La tomó Kepeck.

HEINRICH

55
¿Kepeck?

LA PROFESORA
El pequeño Kepeck, te acordás, hace treinta años, Kepeck,
vos y yo,

HEINRICH
¿Este es Kepeck?

LA PROFESORA
¿Este? No, este no es Kepeck, ese sos vos.

HEINRICH
¿Yo?

LA PROFESORA
Vos, pero claro, quién otro.

ISABEL
¿Puedo ver?

Se ríe a carcajadas.

HEINRICH

¿Qué le ves de gracioso?

ISABEL
¡Cómo estás!

HEINRICH
¡Ese no soy yo!

ISABEL
¡Los cabellos!

HEINRICH
¡Ese no soy yo!

56
EDITH
¡Por supuesto que ese sos vos!

HEINRICH
¡Ese es Kepeck! ¿Soy yo?

PETER:
Podrías ser vos -

EDITH
¡Él se parece a vos! ¡Se parece a vos!

HEINRICH
Oigan - este es Kepeck.

LA PROFESORA
El pobre Kepeck. El amante más infeliz que tuve. Se pegó un
tiro dos semanas después de sacar la foto, ¿te habías
olvidado de eso?

Él la mira.

57
HEINRICH
Obviamente su verdadero nombre no era Kepeck. Él se hacía
llamar Kepeck, porque no quería llamarse como su padre.

Pequeña pausa.

El padre de Kepeck era un rottweiler devenido persona, un


rottweiler alemán. Puros nazis. Puros gasificadores de
judíos. Kepeck quería vengarse de su padre de este modo,
pero por supuesto no lo logró.

Pequeña pausa.

Por supuesto no lo logró.

LA PROFESORA
Su padre no se reconoce a sí mismo - no se reconoce, la
fotografía tendrá quizá treinta años. ¿Qué conclusión
sacamos de esto?

PETER
Que quizá también me pase a mí lo mismo alguna vez.

LA PROFESORA:
Tanto peor. ¿Qué conclusión sacamos de esto? Chicos,
mírense bien en el espejo, acuérdense de cómo se veían
antes, porque algún día no se parecerán más a ustedes
mismos.

Se estira la piel de su rostro.

Oh, oh, ¡adiposis y decadencia! ¡Decadencia!

ISABEL:

58
Era una luciérnaga. La luciérnaga estadounidense. La
luciérnaga fluorescente estadounidense.

Pausa.

Que ilumina en la oscuridad. Un insecto luminoso, eso era


lo que tenía tu pequeña amiga en sus cabellos.

LA PROFESORA:
La bendición de la biología.

Pequeña pausa.

Qué pena que usted no continuó con eso, por qué no continuó
haciéndolo, lo va a lamentar, Isabel. ¿Ya lo está
lamentando? No se haga problema, hay un camino de regreso,
siempre. Todos ellos descienden. ¿Qué tal su carrera?

ISABEL
Yo tuve una audición allí, y enseguida me quisieron. Todo
salió bien, perfectamente. Quizá demasiado perfecto.

Pequeña pausa.

Un contrato por dos años. En vista. Así no más.

Pequeña PAUSA.

LA PROFESORA
Pues, felicitaciones.

ISABEL
Pero recién - pero recién cuando tengan realmente algo para
mí. Nada peor que contratar a alguien que después no tendrá
nada para hacer.

Pequeña pausa.

59
Pero me querían de todos modos. Pero no tenían nada para mí.
Y yo podría proponer también proyectos propios. ¿Qué tipo
de proyectos? ¿Es eso, es usual algo así?

Pequeña pausa.

Y yo propuse algo, y Andreas, el director artístico, dijo


que le parecía interesante, pero que no sabía lo que
opinaban los demás al respecto, Milton, el paraíso perdido,
cómo el paraíso perdido, pero si sos demasiado joven para
ese papel, sí tenés que actuar, sí yo quiero, yo quiero
actuar, y si ustedes no tienen ningún papel para mí,
entonces haré una función con una obra de Milton, con el
paraíso perdido, mejor que Aragón y Villon, todo eso lo
hacen los demás.

Pero siempre se quedaban mirándome así. Y decían sos


principiante, tenemos una responsabilidad especial, que yo
debía esperar... que no precipitara nada.

Pequeña pausa.

Yo era para ellos solo la mina con la que cogen. Yo debía


ser solo la mina para coger.

EDITH a Peter:
Usted no ha contado absolutamente nada de su camino hasta
aquí.

MARIETTA
Vino caminando desde la estación de ferrocarril.

PETER

60
¿Desde la estación de ferrocarril?

MARIETTA
No dijiste eso -

PETER
No, no desde la estación de ferrocarril -

MARIETTA
Ah, yo creí -

LA PROFESORA
No vino desde la estación de ferrocarril - ¿cómo llegó
entonces?

PETER
Vine caminando.

LA PROFESORA
Caminando, sí, ¿pero desde dónde?

PETER
Desde Hamburgo.

MARIETTA
¿Desde Hamburgo?

EDITH
¿A pie? ¿En la nieve?

PETER
Sí -

Pequeña pausa.

61
ISABEL
¿Por qué?

PETER
Yo, no sé - tenía tanto tiempo. Quería sentar pie.

LA PROFESORA
¿Y? ¿Lo hizo?

Pequeña pausa.

PETER
¡No! Creo que no.

Pequeña pausa.

EDITH
Sonja, aquí en este salón, jugábamos con tu madre horas
enteras. Corríamos alrededor de la enorme alfombra, una
enorme alfombra persa que mi abuelo había recibido de
regalo de su suegro, el padre de mi abuela, eran
comerciantes, comerciantes ricos, era una alfombra persa
cara, tenía un borde azul lleno de diseños y adornos, y en
el medio, tenía una parte roja - nosotras, las hermanas,
decíamos que era el estanque.

Pequeña pausa.

SONJA
Sí, me contó.

EDITH
Nosotras éramos el cochero borracho Jeppe y correteábamos
alrededor de la alfombra hasta que caíamos al estanque y,
luego, la niñera debía hacer del capataz Hanckel y sacarnos
del estanque.

Pequeña pausa.

62
Ella se casó después con él.

SONJA
¿Quién?

EDITH
La niñera. Se casó con el capataz. Con Hanckel Fritz.

Se ríe.

Y entonces ya no durmió más con nosotras en la habitación.

Pequeña pausa.

Lo llamaron a filas y entonces, papá quiso retenerlo, pero


entonces, también llamaron a filas a papá. Papá regresó,
pero Hanckel Fritz cayó en seguida. Ya en la tercera semana.

Pequeña pausa.

Y entonces ella se casó con el guardabosques que, en


realidad, era mucho mayor que ella, él ya tenía más de
cincuenta. Dos años más tarde.
Y tuvo un hijo de él.

Pequeña pausa.

Un viejo nazi. Después de la guerra volvió a conseguir


trabajo en seguida. En Baden-Wurttemberg o por ahí. En
Stuttgart.

63
PETER
Estuve viajando dos semanas.

MARIETTA
Dos semanas.

LA PROFESORA
¿A qué se dedica, Sonja?

SONJA
¿Yo? Trabajo en el Instituto botánico -

ISABEL
Qué pensaste cuando estabas allá - cuando apareció a lo
lejos la casa.

HEINRICH
¿Por qué querías venir a pie?

PETER
Una casa en medio de la nieve. Genial. Una vieja finca.
Muchísima nieve, un crudo invierno. Un cerco alto, una
entrada, el portón está abierto.
Solo puede ser esa casa.
Allí vive mi padre a quien nunca he visto en mi vida, quien
está ahora en esta casa y de quien hasta ahora, hasta este
preciso instante, no sabia ni siquiera cómo era físicamente,
a quien creí muerto, porque mi madre me dijo que había
muerto antes de que yo naciera.
Solo sabía su nombre, su dirección.

LA PROFESORA
Qué tiene pensado hacer ahora -

a HEINRICH

64
Ya le has preguntado qué tiene pensado hacer ahora -

HEINRICH
No, ni siquiera se lo he preguntado, ni siquiera te lo he
preguntado -

LA PROFESORA
¿Por qué no? ¿Por qué no?

HEINRICH
Pensaba que habría tiempo para eso

LA PROFESORA
¡Quizá no!

PETER
Me gustaría -

Pequeña pausa.

Quizá intente ser actor.

EDITH
¡Actor!

HEINRICH
Preguntale a tu hermana, ella conoce eso perfectamente,
pregúntale a Isabel, ¿no, Isabel? Podés preguntarle a ella
-

ISABEL
Se encoge de hombros.

EDITH
¡Dos actores! ¡Dos actores en la familia!

65
HEINRICH
Hacelo, hacelo, actor, maravilloso -

Pequeña pausa.

Pero fácil no es.

PETER
No, no -

ISABEL
¿Cómo se te ocurrió?

LA PROFESORA
Sí, a mí también me interesaría saber cómo se le ocurre
este deseo profesional, ¿tiene usted alguna idea de lo que
significa esto? ¿Lo que realmente significa esto? Creo que
si lo supiera, lo pensaría dos veces. ¿No? ¿O no, Isabel?

PETER
Tengo un amigo que se dedica a esto. Frankie. Es un poco
mayor. Trabaja ahora en Schwedt. O en Schwerin, no sé
exactamente. Dice que puede ayudarme. Es bueno. Realmente
bueno.

ISABEL
Aja -

LA PROFESORA
Sí...

EDITH
En fin - es -

Pausa.

66
Peter se echa a reír con comicidad.

PETER
¡Puede suceder también que ni lo logre! ¡Entonces deberé
estudiar algo diferente! Ya escuché eso de que los actores
deben estudiar algo diferente. ¡Quizá también vos! Isabel -

ISABEL
¿Yo? Por qué yo -

PETER
Después, al final, terminaremos siendo algo así como
ayudantes de laboratorio o sujetos de experimentación,
entonces, deberemos vivir de que se prueben los
medicamentos en nosotros - ¡o quizá terminemos siendo
cuidadores de animales!

MARIETTA
A veces me pregunto si no nos lo hacemos demasiado
complicado, demasiado engorroso, si todo no es mucho más
fácil, aquí -

Ella muestra una tarjeta plástica de colores, no más grande


que una tarjeta del subterráneo.

Esta, esta me la dio un taxista en Karlsruhe -

Lee en voz alta:

CUIDA TUS PENSAMIENTOS


PORQUE ESTOS SE CONVIERTEN EN TUS PALABRAS

CUIDA TUS PALABRAS


PORQUE ESTAS SE CONVIERTEN EN TUS ACTOS

67
CUIDA TUS ACTOS
PORQUE ESTOS SE CONVIERTEN EN TUS HÁBITOS

CUIDA TUS HÁBITOS


PORQUE FORMARÁN TU CARÁCTER

CUIDA TU CARÁCTER
PORQUE SERÁ TU DESTINO

del Talmud, aparentemente está en el Talmud - producimos y


producimos y quizá, con una tarjeta plástica como esta se
ha logrado todo, imprimir, plastificar, listo, aquel que lo
concibió es quizá riquísimo -

ISABEL
Y quizá no.

EDITH
El ave estará lista en cinco minutos. Podemos comer.

LA PROFESORA:
¿Qué tipo de ave?

SONJA:
Es un pato, me fijé en el libro, es un pato salvaje - en el
libro del abuelo, ¡que todavía exista el libro!

LA PROFESORA:
Un pato -

SONJA
Nosotros mismos cazamos este pato. Y luego nos dijeron que
usted nos visitaba que usted venía a comer y entonces
volvimos a salir Peter y yo, pero lo único que nos salió al
vuelo en el camino fue un azor, y le fallamos el tiro.

LA PROFESORA
Gracias al cielo. Las aves de rapiña apestan. Su carne
apesta. Las aves de rapiña suelen comer también carroñeros,
¿sabía usted eso? Lechuzas, mochuelos, azores. Ningún
pueblo sobre la faz de esta tierra come aves de rapiña.

68
Se adornan con ellos, se llevan estos animales en los
escudos. Pero un azor no es mucho mejor que un buitre.

HEINRICH
El pato y el azor, qué combinación inusual que el azar casi
nos habría traído a la casa, ambos, por cierto, símbolos
del amor -

Pequeña pausa.

LA PROFESORA
Este pato, ¿alguien hizo revisar este animal antes de
cocinarlo?

HEINRICH
No, ¿en qué momento podríamos haberlo hecho?, si no hace ni
dos horas que andaba volando por allí.

LA PROFESORA
¿Hoy lo cazaron?

SONJA:
Recién -

LA PROFESORA
Entonces se esmeraron en vano.

SONJA
¿Por qué?

LA PROFESORA
Tenemos la gripe aviar en el pueblo vecino, ¿no lo sabían?

HEINRICH
No -

LA PROFESORA
Ya están afectadas tres fincas, en este momento se están
sacrificando miles de pollos y patos y gansos.

69
MARIETTA
Pero qué tiene que ver con este pato -

LA PROFESORA
Yo no agarraría el animal. ¿Lo han tocado?

HEINRICH
¡Yo lo vacié!

LA PROFESORA
¿Lo vació? ¿Lo vació a mano?

HEINRICH
Lo vacié, sí, por cierto -

LA PROFESORA
¿Vació el ave?

HEINRICH
¡Sí!

LA PROFESORA
Tírenlo

HEINRICH
¿Debemos tirarlo a la basura?

LA PROFESORA
Indefectiblemente.

HEINRICH
Cazamos juntos esta ave, Sonja - Sonja y yo. ¡Fue
estupendo! ¡En medio de la nieve! ¡Quizá eso haya sido lo
mejor que me sucedió en los últimos diez años!

LA PROFESORA
No se puede comer el ave.

70
HEINRICH
¡Qué mierda! Sí, es una mierda.

HEINRICH sale corriendo.

LA PROFESORA:
Lo siento.

SONJA
Sí -

EDITH lo llama.
¡Te estás comportando de un modo demasiado extraño!

HEINRICH regresa con una pata del ave. Muerde la pata.

HEINRICH
Sabe totalmente normal. Riquísima. Muy buena.

Se la ofrece a los demás.


¿Alguien más quiere?

Pequeña pausa.

HEINRICH
¡Nadie se anima! Ay, qué mierda.

Tira la pata mordida.

EDITH
Sí -

Pequeña pausa.

De todos modos, estoy casi muerta de hambre.

HEINRICH

71
El ave -

LA PROFESORA
¿Tiene quizá algunas galletas en casa?

Nadja, la hija de la profesora, sale de la biblioteca


contigua.

NADJA
No tienen ni un solo ruso. Ni uno solo.

HEINRICH
Obviamente que no.

Pequeña pausa. EDITH se echa a reír.

EDITH
La casa íntegra está repleta de rusos, fíjese en el salón.

HEINRICH
No tengo rusos, quiero decir, sí tuve alguna vez unos
cuantos, pero nunca me gustó demasiado leerlos.

EDITH
Acabala, es mentira, el salón íntegro está repleto de rusos.

NADJA
No encontré ni uno solo. ¡Ni uno solo!

HEINRICH
Tampoco los hay -

EDITH
Estuvo buscando en el lugar equivocado, usted debe solo -

HEINRICH
Chéjov está en alguna parte,

NADJA

72
Ni Tolstoi, ni Dostoievsky,

HEINRICH
Espantoso, Tolstoi, Ana Karenina, espantoso, odio Ana
Karenina,

NADJA

¿Espantoso?

HEINRICH
Y Vronsky y Karenin, - Sí, terrible, Crimen y Castigo,
Humillados y ofendidos, Crimen y castigo, para vomitar.

NADJA
¡Cómo puede decir algo así!

HEINRICH
Yo debo decir algo así, porque soy anglicista y traduzco a
Milton, desde hace diez años no hago otra cosa, no leo a
los rusos. Todo lo que tenía de los rusos lo malvendí. Me
acabo de acordar de que heredé la mayoría de Kepeck. Kepeck
decía que debía reconciliarse con los rusos - el padre de
Kepeck había quemado a los rusos, Kepeck los había vuelto a
comprar y yo después los malvendí. ¡Los malvendí!

NADJA
¿Qué pasa con «Guerra y paz»?

HEINRICH
¡Tolstoi!

NADJA
Sí, Tostoi, ¡ni una sola obra de Tolstoi en su biblioteca!

EDITH
¡El salón está repleto de cosas!

HEINRICH
Tolstoi, Guerra y paz - Tolstoi es un pornógrafo bélico.

73
La profesora se ríe a carcajadas. Nadja está indignada.

LA PROFESORA
Mostrale el salón.

HEINRICH
Hace poco leí un ensayo en el que un guionista
estadounidense tildó a Tolstoi de pornógrafo bélico.

Pequeña pausa.

¿Qué está buscando?

NADJA
Qué importa, de todos modos, usted no lo tiene.

HEINRICH
No, no, diga con qué quiere desperdiciar su tiempo...

NADJA
Turgeniev.

HEINRICH
Turgeniev es el peor de todos: Un mes en el campo,
insoportable, sabe una cosa, Turgeniev, es aburrimiento
puro.

Nadja sale corriendo.

LA PROFESORA:
Gracioso, gracioso.

HEINRICH
Sí, gracioso, ah, no sé.

LA PROFESORA:
Sí, tampoco yo sé.

74
HEINRICH
¿No?

EDITH
Por qué simplemente no dijiste dónde están los rusos -

HEINRICH
Porque ella no quería escuchar. Pero le dijiste por qué
ella no escucha. Odio los rusos.

ISABEL
¡Por qué simplemente no dijiste a dónde tiene que ir!

HEINRICH
2000 tomos de literatura rusa, heredados de Kepeck, hay que
tenerlos bajo llave, cuanto más viejo me pongo, más los
odio, especialmente Tolstoi, y no me los saco de encima.

PETER se levanta y sale.

MARIETTA
Es demasiado joven para vos, Sonja.

SONJA
Ah, sí.

HEINRICH
Quién dice que ella está interesada en él -

MARIETTA
Es demasiado joven, para vos, no para mí, por supuesto.

SONJA:
Pero vos sos más grande que yo -

MARIETTA
Justamente.

75
SONJA:
¿Cómo?

MARIETTA
Para vos es demasiado joven. Para mí, no. Estás recién
pisando los treinta, si una mujer que está recién pisando
los treinta se involucra con un hombre joven, eso tiene
algo de macabro.

SONJA:
¿De macabro?

MARIETTA
Sí, de macabro, tiene algo de desesperante. Es algo así
como desolador. En el caso de una mujer mayor, la cosa es
distinta.

LA PROFESORA
Presiento por dónde van los tiros.

EDITH
Tolerancia y repudio. - un modelo universal. Todo se basa
en ese modelo. Esto podría servir para tu papel.

HEINRICH
¿Tolerancia y repudio?

EDITH
El paraíso perdido, Adán y Eva, tolerancia y repudio.

HEINRICH
Seducción -

Ella lo mira.

EDITH
Seducción. La seducción es la precursora de la tolerancia.

HEINRICH

76
¿Es así?

EDITH
Quizá.

LA PROFESORA
Me resulta algo impreciso.

EDITH
Vos y yo. Nos encontramos en el estadio de la tolerancia.

HEINRICH
Nosotros los toleramos a ustedes.

EDITH
No, no -

HEINRICH
Yo te tolero a vos.

EDITH
Yo te tolero a vos.

HEINRICH
Sí, vos me tolerás a mí.

EDITH
Aquí.

HEINRICH
¡Aquí!

Pequeña pausa.

Sigue el repudio.

LA PROFESORA
Sigue el repudio.

77
Pequeña pausa.

HEINRICH
El doctor llamó y dijo que mis valores hepáticos son una
verdadera catástrofe.

Él observa las diferentes botellas de vino.

Siempre quise probar esta mezcla:

Él toma una botella de vino tinto y otra de vino blanco,


vierte un poco de ambas botellas en una copa de vino.

Una idea evidentemente sencilla.

Es una idea evidentemente sencilla. Esto - con esto podría


ganarse quizá un billón. Contamos con las materias básicas:
solo la combinación es totalmente nueva.

Pequeña pausa.

Nunca más volví a verla. En realidad, solo la vi poco


tiempo. Poco tiempo. Muy poco tiempo. Unos cuantos meses
antes de que nos encontráramos. Nos habíamos conocido en un
congreso. A partir de entonces me mandaba todos los años
una tarjeta para año nuevo. De una cordialidad casi
anticuada. Todos los años. A él no lo mencionó nunca.

MARIETTA
Una mujer mayor, una mujer a finales de sus treinta, una
mujer de unos cuarenta, también cincuenta, sesenta, que se
junta con un hombre más joven, no está desesperada. Es
glamurosa. Esta mujer triunfa sobre su destino.

EDITH
Entonces, él sería ideal para mí.
Nada peor que un viejo que corre detrás de mujeres jóvenes.

Pequeña pausa.

EDITH

78
¿Qué te pasa?

HEINRICH
No sé. Mi hijo ha llegado hoy aquí, mi hijo, del que
durante casi veinte años no supe que existía.

Pequeña pausa.

Quizá, quizá - quizá no debí haber comido el pato.

MARIETTA
¿Por qué? ¿No te sentís bien?

HEINRICH
Sí, sí, perfectamente.

79
2.

EDITH
Existen esos sueños angustiantes de los que uno se
despierta y durante un tiempo queda confundido, sin poder
comprender que tan solo ha sido un sueño. Y luego vienen
esas noches en las que una se despierta y piensa, gracias,
Dios mío, tan solo ha sido un sueño, hasta que comprende
que no es ningún sueño, que es la realidad.
Soñé que me acostaba con el hijo adulto de mi marido. Al
principio me gustaba, y yo quería a toda costa, yo quería
acostarme con él, pero después se tornó terrible y cada vez
peor, y yo no podía dejar de querer acostarme con él aunque
cada vez era más cruel lo que él hacía conmigo y cuando me
desperté, pensé Gracias a Dios, solo ha sido un sueño, pero
después me di cuenta de que no era ningún sueño.
Al principio era tan maravilloso sentir este cuerpo joven,
disponer de él, y yo quería entregarme a él, pero él tenía
una forma tan particular de morder empecinadamente mis
pechos, dolía tanto que me caían lágrimas de los ojos, pero
yo quería, pese a todo, seguir y seguir, todos lo veían, y
luego él decía cosas tan horribles, y a él le daba igual si
alguien escuchaba.
Te ves tan horrible, cómo voy a acostarme con vos así. Eso
me dijo cuando yo estaba desnuda ante él. Cuando yo estaba
dispuesta a hacer todo lo que él me pidiera.
Tus cabellos huelen mal.
Tenés verrugas en la espalda, hacételas sacar, después te
vas a sentir diez años más joven.
Cogés totalmente diferente de tus hijas, [¿]lo sabías[?]

80
3.
Nadja y Peter en el salón denominado ruso.

NADJA llora.

NADJA
Aquí está la primera edición rusa de «Los hermanos
Karamazov».
La primera edición alemana de «Ana Karenina» de 1885. Una
primera edición firmada de los «Humillados y ofendidos».
¿Sabés cuánto vale esto? No existe algo similar. Este de
aquí: Arabescos de Gogol, también la primera edición, de
1835. Y ahora está aquí.
Gorki. Turgeniev. Pushkin. Tolstoi. Chéjov.

PETER
saca un libro y lee un párrafo cualquiera del libro:
«El regimiento del príncipe Andrei había estado inactivo en
la reserva junto con los demás hasta casi las dos detrás de
Semeonovskoie bajo un intenso fuego de artillería. Después
de haber perdido ya más de doscientos hombres, el
regimiento avanzó hasta un campo de avena totalmente
pisoteado, en la zona entre Semeonovskoie y la batería de
la colina, un campo en el que ese día habían muerto miles
de personas y en el que a partir de ese momento se libraba
el peor fuego concéntrico de varios cientos de cañones
enemigos.
Sin moverse del lugar y sin disparar ni una sola vez, el
regimiento perdió aquí un tercio más de sus hombres. Desde
el frente y, sobre todo, desde la derecha, rugían los
cañones entre el vapor de la pólvora impenetrable, y desde
este misterioso sector envuelto en vapor que ocultaba todo
el campo que separaba a los rusos de los franceses, volaban
incesantemente balas de cañón que silbaban velozmente y
granadas que resonaban con pesadez. Algunas veces, como si
el regimiento pudiera permitirse recuperarse un poco,
durante un cuarto de hora, todos los cañonazos y las
granadas sobrevolaban las cabezas de los soldados, y otras
veces, en un minuto, se veían por todas partes soldados
desmembrados, y a cada instante, se apartaba hacia un lado
a los caídos mientras que hacia la derecha se tendía a los
heridos.

Hojea dos páginas más adelante.

81
«¡Cuidado!», gritó un soldado asustado, y como un pichón
que va silbando en un vuelo veloz y se posa en la tierra,
dos pasos delante del príncipe Andrei junto al caballo del
comandante del batallón, caía en la tierra una granada con
relativa suavidad. Sin después -

Da vuelta la página, salta el texto.

«¡Cuerpo a tierra!, gritó el ayudante y se arrojó al suelo.


El príncipe Andrei permaneció parado sin saber qué hacer.
La humeante granada giraba en trompos entre él y el
ayudante que yacía en el piso junto al ajenjo en la cuesta
del prado. «¿Esto es la muerte?», pensaba el príncipe
Andrei mientras veía con un sentimiento que le afloraba por
primera vez en su vida de envidia por la hierba, por el
ajenjo y por la delgada ráfaga de humo que se levantaba de
la bola negra que giraba en trompos. «No puedo morir, no
quiero morir, amo la vida, amo esta hierba, esta tierra,
este aire...» Estos pensamientos se cruzaban por su mente
mientras tomaba conciencia de que los ojos de sus soldados
se dirigían hacia él. «Debería avergonzarse», le dijo a su
ayudante, «¡qué!...» No pudo continuar. En ese mismo
momento retumbó la explosión, las esquirlas se
desparramaron estrepitosamente como si se hubiese roto una
ventana, se expandió un olor sofocante a pólvora, y el
príncipe Andrei fue despedido hacia un lado y cayó de
bruces levantando un brazo.»

Sigue hojeando.

«Vio a Natasha delante de sí, tal como la había visto por


primera vez en aquel baile del año 1810, con el fino cuello,
los brazos delgados, con el rostro temeroso y feliz, que lo
único que esperaba era irradiar de plena felicidad...»

Pausa.

NADJA
Tolstoi.

Se dirige al estante.

82
«Un héroe de nuestra época», del año 1840, míralo, con el
primer prólogo de Lermontov, un prólogo que luego fue
modificado. Y él no tiene ni idea. ¡No tiene ni idea de
todo lo que tiene aquí!

Pequeña pausa.

PETER
Tiralo por la ventana.

NADJA
¿Qué?

PETER
Que lo tirés. Tiralo a la nieve.

Pausa.

Ella arroja el libro por la ventana. Acto seguido, se queda


casi sin aire.

NADJA
Oh, Dios. Oh, Dios, qué hice. Oh, Dios.

83
4.

LA PROFESORA se levanta.
Bueno,

Le da la mano a EDITH.

Adiós.

EDITH
Adiós.

LA PROFESORA
Bueno, adiós. Que le vaya bien.

EDITH
¡Si no nos pescamos la gripe aviar!

LA PROFESORA
¡Quizá él!

Se ríe.

¡Tenías que meter tu mano en ese animal! Adiós.

Ella lo abraza.

HEINRICH
Adiós.

a Nadja.

Adiós.

NADJA
Adiós.

84
HEINRICH
Espero que haya encontrado lo que buscaba -

NADJA
Apenas pueda, le devuelvo el libro.

HEINRICH
No, no -

LA PROFESORA le da la mano a MARIETTA


Adiós.

MARIETTA
Adiós.

LA PROFESORA
¿Cuánto tiempo más se quedará?

MARIETTA
Veré - no estoy muy segura aún -

LA PROFESORA
Oh.

Pequeña pausa.

¿No tiene entrevistas? Pero eso a mí qué me importa. Adiós.

MARIETTA
Sí, adiós, quizá hasta el año que viene.

LA PROFESORA
Sí, sí, exactamente. Adiós, Isabel.

ISABEL
Adiós -

85
LA PROFESORA
Mucha suerte.

ISABEL
Gracias.

LA PROFESORA
Mucha suerte con la obra de Milton.

ISABEL
Sí, gracias.

EDITH le da la mano a NADJA.


Adiós.

NADJA
Adiós.

EDITH
¿Todo bien?

NADJA
Sí, sí -

EDITH
Puede volver si necesita algo más, ya vio lo que hay,

NADJA
Adiós.

Le da la mano a MARIETTA.

MARIETTA
Adiós.

LA PROFESORA
Adiós, Sonja, mucho gusto de haberla conocido.

86
SONJA
Sí, adiós.

LA PROFESORA
Lamento lo de -

SONJA
No, no, usted tenía razón. Adiós.

LA PROFESORA
Cuídese. Ni siquiera hemos conversado nosotras dos. Mucha
suerte.

Ella mira a Peter. Luego se coloca el bastón sobre su pecho.

Puedo olerlo. Lo2 huelo.

EDITH se ríe.

LA PROFESORA
Adiós.

PETER
Adiós.

LA PROFESORA

2
«lo» no se refiere al bastón ni a Peter

87
Se queda mucho tiempo -

PETER
No lo sé aún.

LA PROFESORA
Mucha suerte.

88
Cuarto acto

1.
En la casa:

ISABEL
¿Qué? No te entiendo.

Pausa.

Tenés que venir aquí.

Pausa.

No puedo entenderte.

Pausa.

Tenés que venir aquí si querés que te entienda.

Saca su teléfono, lo mira y vuelve a guardarlo.

89
2.
En el jardín:

HEINRICH
¿Qué decía usted?

SONJA
No dije nada -

HEINRICH
Desde el disparo, hasta hace un rato, desde el disparo,
creo que desde el disparo ya no escucho bien -

Pequeña pausa.

El disparo - se acuerda usted aún -


Quería - quería decir que usted, Sonja - que ha sido una
gran alegría para mí cazar esa ave con usted - observarla a
usted en ese momento. Ha sido una gran alegría para mí.

Pausa.

Y que - si a usted le interesa encontrar un padre para su


hijo, que usted tanto desea - un padre biológico, yo digo,
no una pareja, por supuesto, que yo - si usted lo desea
tanto - que yo -

Pausa. Ella lo mira, con una mirada diferente.

Usted decía que usted -

Sabe, vivo con el miedo de que mi hijo - sé que es -

SONJA:
¿Qué?

HEINRICH
De que mi hijo que hoy llegó - que se acostará con mi mujer.
Con su madre. Y quizá también con Marietta. Y quizá con

90
usted - me imagino que se acostará con cada una de las
mujeres de esta casa.

Pequeña pausa.

Quién dice - quién dice que - quién dice lo que sucederá


cuando enterremos a esta ave, los gusanos lo devorarán y,
luego, los gusanos contraerán la gripe aviar, y las aves
que coman estos gusanos contraerán la gripe, y finalmente
la gripe estará en todas partes -

91
3.

MARIETTA e ISABEL
Qué codicia de la Naturaleza. Qué capricho cruel - una gran
mujer, alta, rubia, pálida, las venas azules le dividen su
rostro en surcos desiguales, enormes, todo muy grande, la
nariz, la pera - pero todo esto no es lo decisivo - lo
decisivo es la soledad y el endurecimiento que esta soledad
trae consigo, la soledad total de varios años con el cuerpo
que ella odia.

92
4.
Heinrich y Peter

HEINRICH
¡Dieciséis!

PETER
¡Sí, dieciséis!

HEINRICH
Dieciséis no puede ser en ningún caso.

PETER
¡Por qué no!

HEINRICH
¡Dieciséis!

PETER
Dieciséis y ni un día más.

HEINRICH
¡Oh, Dios! Tan joven.

PETER
Joven, sí. Realmente joven.

HEINRICH
Pero - vos tampoco sos mucho mayor.

PETER
Pero yo no tengo dieciséis.

HEINRICH
¿Qué edad tenés ahora?

PETER
Tengo veintiuno.

93
Pequeña pausa.

¿Te has acostado alguna vez en un mismo día con tres


mujeres diferentes?

Pequeña pausa.

HEINRICH
¿Qué querés hacer ahora? ¿Qué tenés pensado hacer?

PETER
Me puedo imaginar siendo actor.

Pequeña pausa.

PETER
Cuando Adán murió, ¿a dónde fue después?

Pequeña pausa.

Cabellos que huelen mal - sabés – [¿]conocés esto[?]:


mujeres con cabellos que huelen mal.

Pequeña pausa.

¿No? Seguro que conocés eso.

Pequeña pausa.

Me pasé ocho horas mirando el papel en el que figuraba tu


dirección. Hasta que Frankie me sacó el papel de la mano.
No puedo imaginarme que hace veintiún años me engendraste,
que hace veintiún años con una mujer otros tantos años más
joven - no puedo imaginármelo -

HEINRICH

94
¿Por qué no? ¿Por qué no podés imaginarte, digo, no
necesitás imaginarte - solo basta con que -
-

PETER
Y hoy está devorada por el cáncer y muerta, y nosotros
estamos aquí aunque vos eras el que estaba muerto - ¡el que
murió antes de que yo naciera! ¡Eso era lo que ella siempre
decía! ¡Desaparecido! Y luego te hizo resucitar nuevamente.

Pequeña pausa.

No sé por qué me lo dijo.

Pequeña pausa.

No lo sé.

95
5.

SONJA permanece parada allí sola, coloca sus manos sobre su


vientre. Ella permanece parada allí, mira hacia un lado.
Qué está pensando - no puede tener claridad de pensamiento.
No puede controlar sus pensamientos.
Ella permanece parada allí, así, durante mucho tiempo.
Luego:
Si concebí un hijo tuyo,
ahora grita,
si tengo un hijo tuyo, ¡me lo sacaré del vientre!
Va gritándolo por toda la casa.

96
6.

MARIETTA:
Sé todo sobre vos, le dijo él, te conozco de memoria,
incluso ahora, pese a habernos conocido recién hoy. Sé todo,
decía él, y yo - yo sé una infinidad de cosas sobre mí que
él no se imagina, y él dice: Sé mucho más sobre vos que vos
misma.

PETER:
Sé todo sobre vos, te conozco de memoria, incluso ahora.

MARIETTA:
Debía hacer de cuenta de que soy mi prima. Debía fingir
todo el tiempo con él que soy ella. ¿Por qué? ¿Y por qué me
dejé embarcar en esto? ¿Por qué? Él se acostó conmigo, y yo
debía hacer de cuenta de que yo era Sonja. O mi madre. Y yo
-

PETER:
¿Yo debo hacer de cuenta de que soy mi padre, tengo que
hacer de cuenta?

97
7.
Por la noche, tarde. Heinrich y Edith.

HEINRICH
Me preguntaba, seguramente vos también, pensaba quién es el
que está viniendo, intenté predecir lo que él haría, traté
de adivinar lo que él se proponía - y qué hizo él - ¡a la
primera que coge es a tu sobrina! ¿No? ¿No lo hizo ya?
¡Pero si es grandioso! Grandioso. ¡Quién podría haberlo
previsto!

Pequeña pausa.

No tengo ni la menor idea de quién es él. Ni idea.


Inquietante, no. Un extraño con derecho a sentirse próximo.

Pequeña pausa.

¿Estás ahí? Creí que estabas allí -

98
8.

PETER solo, vocifera en una habitación contigua.

Un rasgo feo. Tenés un rasgo feo alrededor de tu boca -


mirate, mirate.

Pequeña pausa.

Esta es la única pregunta - ¿te abrirás la concha para mí?


¿Sí o no?

Pequeña pausa.

¡¿Sí o no?!

99
Quinto acto

1.
Isabel sola.
Es de noche. Todo está en silencio. Ella se desliza
lentamente hacia delante, trata de no hacer ruido. Luego se
detiene. No hace ningún movimiento. Espía lo que sucede
dentro la casa. La casa no está durmiendo. Saca su teléfono.
Comienza a apretar algunas de las teclas de su teléfono,
igual que al comienzo de la obra. Finalmente, se desliza
por la pared y va cayendo al piso, se queda sentada allí.
Continúa apretando las teclas.
HEINRICH en pijama o en bata que hace juego. También él se
mueve sigilosamente.

HEINRICH
¿Qué estás haciendo aquí?

No hay respuesta. Continúa apretando las teclas.

¿Qué estás haciendo?

No hay respuesta. Pausa más larga. Luego, HEINRICH vuelve a


irse.
Un rato más tarde, regresa.

¿Qué estás haciendo allí?

ISABEL
Estoy tratando de cambiar la imagen de saludo de mi
teléfono.

Pausa.

La imagen que se ve cuando uno lo enciende.

HEINRICH
¿La imagen?

100
Pausa.

Dejame ver.

Él se para junto a ella.

¿Me dejás probar?

Mira la imagen.

Esto es terrible.

Pausa.

¿Es una torre de control?

Pausa.

Ah, claro -

Pequeña pausa. Él la mira.

Debe de ser una torre de control. Las rayas -

Pequeña pausa.

Parece una torre de control. ¿No podés sacar esa imagen?

Aprieta unas cuantas veces.

No sale.

Le devuelve el teléfono.

101
No sale.

Pausa.

¿Por qué estás aquí?

Pequeña pausa.

¿Por qué no estás durmiendo?

ISABEL
Quiero viajar a la ciudad en el tren de las cinco.

HEINRICH
Ah, sí, ¿pero ahí vas a poder dormir?

Pausa.

ISABEL
Llamaron -

HEINRICH
Quiénes -

ISABEL

sí quieren la obra de Milton.

HEINRICH
En serio -

Pausa.

¿Seguro?

102
ISABEL
Sí, eso es lo que dijeron.

Pausa.

HEINRICH
¿Y cuándo empezás?

ISABEL
Ahora. Pronto. Por eso debo viajar.

Pausa.

HEINRICH
Qué bueno.

ISABEL lo mira.

Pequeña pausa.

HEINRICH
¿Dónde está Edith?

Pequeña pausa.

¿Has visto a Edith?

Pequeña pausa.

Creí haber escuchado algo. Hace un ratito.

Pequeña pausa.

Pero no puedo confiar más en mis oídos.

103
ISABEL
Sí, ella estaba aquí -

HEINRICH
Sí - claro - pero ahora -

Pequeña pausa.

ISABEL
No la vi.

Pequeña pausa.

¿Estará a lo mejor en el salón ruso?

Pequeña pausa.

HEINRICH
No, no está allí.

Él se levanta.

Buenas noches.

Él se va.

Mucha suerte.

Pequeña pausa.

Qué bueno que haya resultado eso.

Pequeña pausa.

Buen viaje.

104
Sale.

ISABEL observa su teléfono.

Gracias.

Edith, viniendo de otra parte, tiene puesto un pijama o


algo por el estilo.

EDITH
Hola.

ISABEL
Hola.

Pausa.

ISABEL
Papá te estaba buscando.

EDITH
¿Sí?

Pausa.

EDITH
¿Sabés dónde está Peter? ¿Has visto a Peter?

ISABEL
No.

EDITH
¿No?

ISABEL
No -

105
EDITH
Ah -

ISABEL
Sí -

Pausa.

ISABEL
¿No está en el salón ruso?

EDITH
No, no está allí.

ISABEL
¿No?

EDITH
No.

Pausa.

EDITH
Sí -

ISABEL
Papá te estaba buscando.

EDITH
Sí.

Pequeña pausa.

106
¿Qué estás haciendo aquí a media noche?

ISABEL
Quiero tomar el primer tren de la mañana.

EDITH
¿Sí?

Pequeña pausa.

¿A dónde querés ir?

ISABEL
Regreso. A la ciudad.

EDITH
Ah, claro -

ISABEL

Sí -

Pausa.

EDITH
No puedo dormir -

Pequeña pausa.

Pronto te habrás ido.

ISABEL
Llamaron. Sí quieren la obra de Milton.

EDITH
Bien. Muy bien.

107
Pequeña pausa.

¿Cuándo viajás?

ISABEL
Pronto. En dos horas.

EDITH
¿Cómo irás a la estación de ferrocarril?

ISABEL
Me llevará Sonja.

EDITH sale.

EDITH
Bueno - quizás siga despierta después.

Se va.

108
2.

PETER y MARIETTA. Esa misma noche.

MARIETTA
Me había olvidado de darte esta carta, llegó esta carta. El
hombre vino expresamente hasta la casa, normalmente no lo
hace nunca, él mismo la entregó. Normalmente, no lo hacen
nunca.

PETER observa la carta.


De Frankie.

MARIETTA
¿Frankie?

PETER
Mi amigo Frankie. Frankie, el actor. Frankie me regaló el
sobretodo.

MARIETTA
Qué sobretodo es ese.

PETER
Un sobretodo viejo.

MARIETTA
¿Puedo ponérmelo?

Se lo prueba.

PETER
¿Por qué no tenés hijos?

MARIETTA
¿Hijos?

PETER
¿Por qué no tenés?

109
MARIETTA
Qué te importa -

PETER
¿O no podés tener? ¿No podés tener más? ¿Se te pasó la
edad?

MARIETTA
No.

PETER
¿No?

MARIETTA
No, no se me pasó la edad.

Pequeña pausa.

MARIETTA
Abrí un negocio junto con una amiga. Todo diseñado por
nosotras. En parte, cosido por nosotras mismas.

Pequeña pausa.

Durante unos años anduvo bien. Después vinieron años que


anduvo mal. Ya no somos tan jóvenes. A este tipo de
negocios va gente joven. Van a negocios abiertos por gente
joven.

Pequeña pausa.

Y después tuvimos que cerrar. Estoy terminando los treinta.


Tengo que readaptarme laboralmente. Voy a estudiar para
enfermera. Ahora. Para enfermera. Yo.

110
3.

HEINRICH durante la misma noche, algo más tarde, lleva la


escopeta consigo.
Coloca dos cartuchos en el cañón.
Espera.
Espera durante mucho tiempo.

SONJA aparece, en camisón.

SONJA
¿Heinrich?

HEINRICH
Sonja -

Pequeña pausa.

SONJA
¿Qué está haciendo aquí?

HEINRICH
No sé.

SONJA
¿Qué hace con la escopeta?

HEINRICH
No puedo decirlo -

Pausa.

SONJA
¿Ya se fijó cómo está la pared?

Pequeña pausa.

111
¡Yo creía que solamente se había roto la foto!

Pausa.

Semejante desliz -

HEINRICH
Qué desliz.

SONJA
Semejante desliz -

Pequeña pausa.

HEINRICH
¡Fue un accidente!

SONJA
Llevo a Isabel a la estación de ferrocarril y en seguida
sigo viajo yo.

Pausa.

HEINRICH
Pero quédese más tiempo -

SONJA
No - llevo a Isabel a la estación de ferrocarril y en
seguida sigo viajo.

112
4.

MARIETTA desnuda debajo del sobretodo de PETER, fuma y bebe,


e ISABEL.

MARIETTA
¡Soy la Venus en la placa Petri! Soy la enfermera con el
uniforme blanco con la cruz roja, voy flotando por todo el
hospital, arriba, bien arriba en la pared, sobre las camas,
el Hijo de Dios, y los pacientes me miran y los médicos me
miran, la visita al médico jefe, usted, dice el médico jefe,
un pelotudo, un pelotudo, seguramente un pelotudo, pero
ahora tiene justo un momento lúcido: pero si usted viene de
otro mundo. Qué la trajo por aquí, si usted tiene un
potencial muy diferente.

113
5.
EDITH y PETER. Ella lo encuentra a él.

PETER
Partiendo del primer hombre, me lo he preguntado a menudo -

EDITH
A partir del primer hombre - ¿dónde estabas? ¿estabas con
Marietta?

Pequeña pausa.

¿O con Sonja? No te podía encontrar -

PETER
Partiendo del primer hombre que ya había aprendido a
caminar erguido, dónde estoy entonces, ahora, soy el número
cuánto que le sigue, quién sabe dónde está - Los hijos de
Dios Adán y Caín y Jabal y Jubal y Set y después Enós y
Cainán y Mahalaleel y Jared y Enoc y Matusalén y Lamec - y
después Noé y sus hijos Sem, Cam y Jafet - y ahora, el
diluvio universal destruye todo y a todos los demás. Sem,
Cam y Jafet son los hijos de Noé, de ellos descienden todos
los hombres de la Tierra.

Pequeña pausa.

EDITH
¿Dónde estabas? Te estuve buscando - nadie duerme esta
noche.

PETER vocifera de repente:


Acabala con eso, acabala con eso, vos sí querés, sabés
perfectamente que vos querés.

Pequeña pausa.

Te ves terriblemente mal - horriblemente. Y sé cómo te


verás mañana por la mañana.

114
6.

SONJA, MARIETTA e ISABEL

SONJA
Y más tarde estábamos en el jardín, metidos en la nieve, e
intentábamos quemar el ave, pero esta no se quemaba del
todo. Y después intentamos enterrar el ave, pero tampoco lo
logramos porque el suelo estaba congelado. Y luego
encontramos los libros en la nieve, la pequeña había
arrojado los libros a la nieve, cientos de libros.

115
7.

EDITH y PETER. HEINRICH abre la puerta empujándola, en las


manos lleva la escopeta de caza de doble cañón. Confusión,
decepción, relaciones lo más rápidas posible.

HEINRICH
No podés -
No podés con él

EDITH
¿Yo? Por qué yo -

HEINRICH
¡Vos!

EDITH
Yo -

PETER
Vos no sos -

HEINRICH
No podés con él -

PETER
Vos - vos no tenés -

HEINRICH
Yo -

PETER
Vos no tenés ninguna -

HEINRICH
Ahora los mato a los dos.

116
EDITH grita.

PETER
Qué querés, vos qué querés -

HEINRICH
¡Los mato a los dos!

PETER
No tenés ni idea, no tenés ni idea.

HEINRICH
¡Los mato a los dos!

Apunta a Peter, después a Edith, después a Peter.

PETER
Dispará, dispará, vamos -

EDITH
¡No, no, Heinrich. no!

PETER
Dispará, dispará, vamos -

ISABEL llega con MARIETTA y con SONJA

ISABEL
¿Qué estás haciendo? ¿Qué estás haciendo? ¿Qué te proponés?

PETER
Bueno, vamos, vamos, vamos -

HEINRICH
¿Por qué no? ¿Por qué no?

SONJA
¡No!

117
MARIETTA
¡No!

EDITH
¡Largála! ¡Largá la escopeta!

SONJA
Se escapa un tiro, se escapa ya mismo -

MARIETTA
Larga eso, largala -

SONJA
Simplemente se escapa un tiro ahora -

PETER
Dispará, vamos, vamos

HEINRICH:
¡¿Qué están haciendo?! ¡¿Qué están haciendo?! ¡¿Qué están
haciendo pues?!

ISABEL
grita.

EDITH
¡Callate, callate, callate!

PETER
¡No ves, no lo ves!

ISABEL
No, no -

PETER:
¡Vamos, dispará, dispará!

118
HEINRICH
¿Qué estás haciendo? ¿Qué estás haciendo?

EDITH
¡No!

HEINRICH
¡Salí, salí de ahí!

PETER
¡Dispará, dispará!

EDITH
No, no -

SONJA
Disparará -

ISABEL
Bajála -

HEINRICH
Salí de ahí, acercate a la ventana -

ISABEL grita.

PETER
Dispará, sí, dispará -

MARIETTA
Acábenla -

EDITH
¡Si a esa cosa se le escapa un tiro!

HEINRICH
Te destruyo, ¡los mato a ambos de un disparo!

119
EDITH
¡Acabala! ¡Acabala con eso!

HEINRICH
¡Los mato a los dos!

ISABEL
¡Acabala, papá!

PETER logra sacar su cuchillo de su bolsillo.

PETER
Ahora dispará de una buena vez o yo te apuñalo. Yo te
apuñalo, asqueroso, asqueroso.

HEINRICH
¡No me conocés nada!

EDITH grita.
¡Acabala!

ISABEL
Acábenla

PETER
¡Te apuñalo, te voy a apuñalar!

MARIETTA
¡Mamá!

SONJA
¡No, no!

EDITH
¡Váyanse, váyanse de aquí!

HEINRICH
¡Voy a matarte a tiros!

120
EDITH
¡Andáte!

PETER
Dispará de una buena vez, dispará ya.

SONJA
¡Acábenla! ¡Acábenla!

Ella corre por la habitación y cae.

HEINRICH
Salgan, salgan, lo mataré.

SONJA se para ante Peter, que todo el tiempo estuvo parado


delante de Edith.

PETER
Salí, lo mataré -

MARIETTA
¡Mamá!

ISABEL grita.
Ya basta, papá, ¡largá el arma, largá el arma!

Se escapa un disparo. Pausa. Silencio. Nadie parece haber


sido herido.
Gritos de queja.

EDITH
¿Te has vuelto loco? ¿Te has vuelto loco?

HEINRICH
Vos, vos -

EDITH
¿Te has vuelto totalmente loco?

121
Peter tiene la cabeza sangrante, pero no está gravemente
herido.

EDITH
Mirá lo que has hecho, mirá lo que has hecho -

EDITH:
¡Fuera de aquí, fuera de aquí, fuera de aquí!

ISABEL:
¡No podés echarlo!

EDITH:
¡Fuera de aquí, fuera de aquí!

PETER
¿Me disparás a mí? ¿Vos?

EDITH
¿Has visto lo que pasó? ¿Has visto lo que pasó? le disparó
a él, hacé algo, ayudalo.

Peter, al que ahora le sangra mucho la cabeza, se dirige


hacia HEINRICH.

SONJA
¡No lo mates!

PETER le quita a HEINRICH la escopeta de la mano y apunta


desde muy cerca a la cabeza de HEINRICH.

PETER
¡Hay dos balas adentro!

ISABEL grita.

EDITH grita.

122
¡Fuera de aquí, fuera de aquí!

PETER
Fuera de aquí.

HEINRICH sale caminando hacia atrás. Se dispara el segundo


tiro, pero este no hiere a nadie. Heinrich corre por la
casa, corre y corre, se mueve increíblemente rápido, por
fin encuentra una pistola en el cajón de un mueble de una
habitación del otro extremo de la casa, vuelve corriendo.
Mientras tanto:
Gritos de queja. Respiraciones. Nada. Peter deja caer la
escopeta.
Heinrich regresa con el revólver.

HEINRICH
¿Ves esto?

Pequeña pausa.

¿Ves esto?

Pequeña pausa.

Te mataré con esto -

Grita:

Te mataré con esto -

Dispara al techo.
Alguien grita.

123
8.

HEINRICH
Un hombre,
un hombre joven, se precipita desde la casa,
un hombre, de golpe y porrazo
un hombre joven sale precipitadamente de la casa de su
padre, a media luz, al amanecer de un frío día de invierno,
sale precipitadamente de la casa,
se aleja corriendo, por la nieve, corre,
hace frío, está resbaloso, él es muy liviano, su
respiración se acelera, se resbala, cae, se recupera, sigue
corriendo, una mancha negra, un punto que se vuelve cada
vez más pequeño,
y más pequeño,
y más pequeño,
hasta que no se lo ve más.
Hasta que no está más. Hasta que desaparece.

124
9.
Última escena, a la mañana siguiente después de la noche
pasada. ISABEL sola, a la ventana que da a la galería.
Habla con alguien en una de las habitaciones contiguas.

ISABEL
Tomo el último tren.

Pequeña pausa.

Los libros -

Pausa.

No.

Pequeña pausa.

No, no tocaron el timbre.

Edith aparece en una de las puertas.

ISABEL:
No, no tocaron el timbre. Lo habría escuchado.

Pequeña pausa.

¿Ves a alguien?

Pequeña pausa.

¿Ves a alguien en el portón?

EDITH
No.

125
ISABEL
Como yo decía -

Pequeña pausa.

Ves - no hay nadie allí.

N. de la T.: Lo que está entre [] es agregado de la traductora.

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