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Atencià N Temprana Diagnã Stico e Intervenciã N Psicopedagã Gica PDF
Atencià N Temprana Diagnã Stico e Intervenciã N Psicopedagã Gica PDF
Diagnóstico e
Intervención Psicopedagógica
© Pilar Ibáñez López, M.a José Mudarra Sánchez y Cristina Alfonso Ibáñez
ISBN••••••••• •••••••••••••••
: 978-84-362-• • • • •• • • • • • •
• •dición••••••••••••••••
: marzo de 2014
ÍNDICE
Autoras .............................................................................. 15
Prólogo ............................................................................... 19
PRIMERA PARTE
PREVENCIÓN DE ALTERACIONES,
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA
7
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
8
Índice
9
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
10
Índice
11
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
SEGUNDA PARTE
CONTENIDOS COMPLEMENTARIOS
12
Índice
13
AUTORAS
15
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Autoras
17
PRÓLOGO
19
Atención 5emprana. Diagnóstico e *ntervención 1sicopedagógica
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Prólogo
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PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Factores de riesgo y factores de protección a considerar en la atención temprana...
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Factores de riesgo y factores de protección a considerar en la atención temprana...
No siempre puede hacerse una delimitación exacta entre tales variables aun-
que para una mayor compresión se proceda a hacer algunas precisiones en las no-
ciones sobre variables personales y contextuales —teniendo presente la frecuente interac-
ción entre ambas— para posteriormente exponer los posibles factores de riesgo más
comunes que pueden dificultar o interferir en el desarrollo evolutivo del niño.
r V
ariables personales. Se suelen considerar como variables personales las
características que presente el niño a nivel físico, intelectual, psicológico,
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Factores de riesgo y factores de protección a considerar en la atención temprana...
Reiteramos que el proceso de desarrollo del niño se puede alterar por posi-
ble riesgo a causa de factores biológicos/orgánicos que puedan producirle disca-
pacidad/trastornos. También, como veremos en el apartado siguiente, el proce-
so de desarrollo se puede alterar por posible riesgo a causa de factores
contextuales sociofamiliares al vivir en condiciones poco o insuficientemente
favorecedoras.
Presentamos una clasificación muy esquemática para que el lector recuerde
que hay un gran número de factores que pueden ser causa de alteraciones o dis-
capacidades.
r F
actores de riesgo prenatales. Posibles alteraciones o patologías que afec-
tan al feto desde la gestación, por factores pertenecientes al:
– Grupo ambiental: riesgos debidos a infección, a agentes tóxicos, a trauma-
tismos y a enfermedades de la madre.
– Grupo genético: riesgos debidos a alteraciones cromosómicas, a desórde-
nes metabólicos, a trastornos endocrinos, a trastornos del metabolismo del
calcio, etc.
– Grupo desconocido: riesgos debidos a inf luencias prenatales desconocidas,
a causa desconocida con signos neurológicos.
Como puede apreciarse cada Grupo incluye varios subgrupos y en estos a su vez
se hallan diversas patologías (para ampliar información, Alfonso e Ibáñez, 1987).
Respecto a diagnósticos prenatales existen abundantes técnicas tales como eco-
grafías, biopsias, fetoscopias, entre otras, pero no se hace referencia a ellas por no
estar incluidas en los objetivos de este libro.
r F
actores de riesgo neonatales y postnatales. El significado de neonatal
se refiere a un tiempo determinado después del parto, se divide en varios
subgrupos, el primero abarca las 24 horas primeras de la vida del niño y el
último comprende hasta los 28 días. A partir de esos días se aplica el nom-
bre de postnatal aunque con frecuencia se utilizan ambos vocablos indistin-
tamente para hacer referencia al niño ya nacido. Con similar significado
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
también se emplea la palabra perinatal («peri» voz griega que significa alrededor y
«natal» nacimiento).
Algunos de los riesgos que pueden afectar a los prematuros también se detec-
tan en bebés nacidos con muy bajo peso, es decir «demasiado pequeños».
Se considera que un bebé está en riesgo, entre otras causas, cuando al nacer
pesa menos de 1.500 gramos (gran prematuro) a ese riesgo contribuyen entre
otros factores la inmadurez de sus centros respiratorios y cardiocirculatorios,
la facilidad de aparición de neumonías por la falta de defensas orgánicas, las
intolerancias a los alimentos.
Los problemas de salud que suelen presentar estos niños en su evolución son
numerosos y en ocasiones tienen gran repercusión en su calidad de vida. Son
varios los autores que hacen referencia a las secuelas que pueden presentar:
trastornos motores, trastornos sensoriales, trastornos del lenguaje, trastornos
del aprendizaje, retraso mental, alteraciones emocionales y convulsiones
(Garaizar, 2005; Pallás, 2010; Pallás, et al., 2006 y 2001).
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Factores de riesgo y factores de protección a considerar en la atención temprana...
situación de riesgo sin quedarles ninguna secuela, mientras que otros presen-
tarán secuelas en grado leve, moderado o grave.
Como ciertos recién nacidos con bajo peso tienen que estar en la incubadora
algún tiempo vamos a hacer referencia a ello.
Cuando el bebé no puede abandonar la incubadora y el médico lo considera
oportuno puede dejar que los padres se acerquen a la incubadora bajo algunas
condiciones para que hablen al niño suavemente transmitiéndole tranquili-
dad y seguridad e incluso puedan tocarle (las manos actúan como transmiso-
ras del lenguaje afectivo, mandan estímulos lo que contribuye al desarrollo
neurológico).
Si el bebé puede abandonar la incubadora, durante algún tiempo, es preferi-
ble que el contacto se realice fuera de ella, en muchos centros sanitarios ya
existen las salas «canguro» donde los padres comparten algún tiempo con el
hijo. En ese caso, las caricias cíclicas favorecen su aumento de peso y aceleran
su maduración psicofísica. En estudios realizados hay varias experiencias al
respecto, en ellas se observó que esos niños aumentaban de peso con más
rapidez que otros y abandonaban antes el hospital (Ibáñez, 2003, p. 82).
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tamente. Esa situación de insuficiente atención puede ser real o no serlo pero en
este caso algunos niños así lo perciben al requerir más cuidados afectivos para su
desarrollo emocional.
Si bien hoy en día a esa situación real pueden contribuir las ausencias de
ambos padres por jornadas laborales muy prolongadas (hay casos en que apenas
se ven los padres e hijo); otras veces sucede porque a los padres les parece que los
niños deben realizar muchas actividades extraescolares por lo que apenas tienen
tiempo para estar juntos unos y otros, descuidándose el desarrollo afectivo-
emocional (incremento de vínculos afectivos) quizás porque desconozcan los
múltiples beneficios que ello conlleva.
El adecuado desarrollo emocional del hijo se facilita si existen fuertes víncu-
los afectivos entre los padres e hijos. Los cuales deben exteriorizarse a través de
manifestaciones de cariño, atención, comprensión, para que el niño se sienta
querido, aceptado y emocionalmente seguro de sí mismo, lo que inf luirá en que
llegue a ser una persona equilibrada, con buena autoestima e integrada social-
mente; eso será beneficioso incluso en su futuro al facilitarse su toma de decisio-
nes y actuaciones a lo largo de su vida. Por tanto, es conveniente permitir a los
niños que expresen sus sentimientos, mirarles a los ojos, besarles, consolarles,
animarles.
Investigadores como Barlow & Parsons (2002) consideran que los padres
cumplen un papel muy importante en la adaptación del hijo, no sólo por la in-
f luencia de factores genéticos y biológicos, sino también por el modelo conduc-
tual que ofrecen a sus hijos, y el uso de recursos familiares que condicionan los
patrones de funcionamiento cognitivo y social.
Así pues, otro destacado factor de riesgo suele ser el desconocer que los mo-
delos de conducta de los padres incluida la manera de tratar a los hijos contribu-
ye en la configuración de determinadas conductas en los hijos, por ejemplo, al-
gunos modelos conductuales inadecuados de los progenitores pueden inf luir en
que el niño se manifieste: apático, dependiente, egoísta, introvertido, etc. (para
ampliar información, Alfonso e Ibáñez, 2013).
B.2) Niños nacidos con discapacidades u otras alteraciones viviendo en contextos nor-
malizados. Si bien los contextos inf luyen en los niños también los niños lo hacen
en los contextos.
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r "MUFSBDJPOFTEFMBNPUJMJEBE
a) Parálisis cerebral.
b) Otras discapacidades motóricas: miopatías, poliomielitis, malformaciones congénitas de huesos y articulacio-
nes, afecciones reumáticas y tuberculosas del sistema osteoarticular, amputaciones (genéticas, amnióticas,
quirúrgicas)
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a) Discapacidades sensoriales visuales: cegueras y deficiencias visuales
b) Alteraciones visuales por trastornos perceptivos
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ALTERACIONES SEGÚN EL LIBRO BLANCO DE LA ATENCIÓN TEMPRANA
Trastornos y alteraciones del desarrollo
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expresión y articulación
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r 5SBTUPSOPHFOFSBMJ[BEPEFMEFTBSSPMMP
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r L
as discapacidades/alteraciones como factores de riesgo para la in-
tegración: ¿una secuencia sumativa?
Ciertas discapacidades/trastornos o alteraciones pueden a su vez constituirse
en factores de riesgo para la integración /inclusión social del niño. Esto es
debido a que algunos tipos de discapacidad pueden originar dificultades tales
como para afrontar aprendizajes progresivos en concordancia con la edad
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r P
revención. El término prevención puede aplicarse en diferentes ámbitos o
contextos y desde un enfoque multidisciplinar.
El valor de la prevención primaria radica en la ausencia del problema he-
cho realidad, no hay necesidad de aplicación de intervenciones terapéuti-
cas o rehabilitadoras, no aparece el caso concreto afecto, y la intervención
preventiva se puede extender a toda la población o a amplios grupos o
colectivos, se llega a más individuos con una reducción de costes y es-
fuerzos.
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Considerando que hay patologías que se pueden mejorar pero no curar, pu-
diendo haber pérdidas funcionales y sociales de la persona, hay que evitar la
aparición de alteraciones. Por ello, hay que incidir en la prevención primaria
que tiene por características el ser proactiva, dirigirse a la población y a los
contextos e intervenir antes de que se produzca el problema.
La prevención de deficiencias o alteraciones requiere actuaciones diversifica-
das reguladas por normativas, planes y organismos surgidos del campo sani-
tario, educativo y social, a raíz de que muchas actuaciones sanitarias, educa-
tivas y sociales son de carácter preventivo.
En palabras de Alonso (1997, p. 49) sobre prevención de deficiencias «Una
política de prevención de deficiencias tiene que asentarse, para ser eficaz, sobre
una adecuada instrumentación normativa que defina las obligaciones de los
poderes públicos, el ámbito de los derechos subjetivos de cada individuo y, lo
que es más importante, el establecimiento de una organización de servicios de
prevención».
El ámbito de la prevención es amplísimo. El análisis de la legislación referida
a Prevención, es ilustrativo de los cambios producidos en la consideración de
la salud de la población y la situación a que se quiere llegar respecto a las dis-
capacidades, lo que ha supuesto incorporación de varias conceptualizaciones
y un gran incremento en la provisión de servicios.
Esto puede apreciarse incluso en la Ley General de Sanidad 14/1986, de 25
de abril que desarrolla implícitamente la prevención de Minusvalías, prevista
por la LISMI (Ley de Integración Social de los Minusválidos 13/1982, de 7
de abril) en su artículo 9.3, título tercero, donde se hace referencia a la im-
portancia de los servicios de orientación y planificación familiar, consejo
genético, atención prenatal y perinatal, detección y diagnóstico precoz de
minusvalías..., al poner en funcionamiento los servicios necesarios, así mismo
se ocupa de los planes de Prevención, los cuales se incardinan en los distintos
Planes de Salud Nacionales y Autonómicos.
Manifestamos nuestro acuerdo con Alonso, Aznar, Azúa y Niño (cit. por
Ibáñez, 2002) respecto a que en términos comparativos tienen muchos pun-
tos en común la Ley General de Sanidad y la LISMI, si bien en ésta la «pre-
vención» abarca exclusivamente la prevención de minusvalías, en la primera
se toma en un sentido más amplio al referirse la prevención a todo tipo de
enfermedad, es decir a toda ausencia de salud.
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tuales inadecuadas puesto que los grupos «normalizados» suelen ser inhibidores de
comportamientos negativos si estos comportamientos no están permitidos por las
normas sociales habituales del «grupo» al que la familia pertenece.
A su vez los grupos también pueden ser impulsores de comportamientos positivos
manifestados y aceptados en la organización, lo que es beneficioso para ciertos
miembros al ofrecérseles modelos de comportamiento/conducta que pueden
imitar y asimilar; cuya inf luencia seguramente producirá modificación en su
comportamiento o conducta lograda por aprendizaje social y por efecto del mol-
deamiento y/o encadenamiento (técnicas de modificación de conducta).
En la formación de esos grupos intervienen factores mediadores como pue-
den ser los culturales, deportivos, económicos, religiosos o de otro tipo. Tales
grupos se pueden constituir en diversos ámbitos por ejemplo: de ocio, de trabajo
ordinario, de voluntariado social, etc.
La pertenencia a grupos es un signo de integración, surgen vínculos sociales
entre los miembros del grupo, son generadores de amistades o de cooperación e
incluso pueden ser de formación en función de la finalidad con que se constitu-
yeron. En ellos también es habitual el desarrollo de habilidades sociales que per-
mitirán al individuo trascender situaciones a través de estrategias de solución de
problemas.
A modo de muestra de grupos mencionamos —en relación a padres con hijo
en situación de riesgo en el desarrollo— que hay asociaciones de padres y redes socia-
les de apoyo a los padres que prestan servicios tales como «cuidados sustitutivos»
que permiten algún descanso o alivio a los padres, proporcionándoles ayudas en
el hogar o fuera del hogar al sustituirles por cierto tiempo en el cuidado del hijo.
Los programas que suelen aportar pueden ser de «respiro» o de «atención para
aliviar» a la familia, pudiéndose realizar actividades con el niño —sin sus padres
generalmente aunque también pueden acompañarle— en diferentes contextos
tales como en el propio domicilio, locales específicos, parques, campamentos o
colonias de verano para el hijo.
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de los factores de riesgo, con el fin de que los niños de los que se ocupa, hasta
los 6 años de vida, adquieran la máxima evolución funcional en todas las áreas
del desarrollo en relación a su edad y a sus características.
La función preventiva desde la orientación educativa se expone en este capítulo y su
función rehabilitadora en el capítulo III.
2.2.4.1. Una orientación educativa para todos como factor de protección para la prevención
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r L
a función preventiva. Los Orientadores, entre sus funciones, pueden des-
empeñar la de prevención de alteraciones e integrarse en los Equipos
Multiprofesionales para el desarrollo de acciones interdisciplinares. Siguiendo el
Libro Blanco de la A.T. (op. cit. 37) podrían concretarse las acciones de los
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Cada una de las áreas, según el campo de su competencia, recoge una rela-
ción de conductas evolutivas, dominios o aprendizajes que determinan los
niveles de desarrollo concordantes con los meses o años en que aproximada-
mente son adquiridos por los niños sin problemas.
– Clasificaciones. Puesto que los contenidos correspondientes a las Áreas del
Desarrollo Evolutivo suelen encontrarse agrupados bajo diversas denominaciones,
según el modelo seleccionado por los autores para el diseño de sus Escalas de
Desarrollo o Baby Tests, creemos conveniente mencionar las Áreas por separado,
aunque para el diagnóstico y la intervención preventiva o rehabilitadora se pro-
ponga un agrupamiento en función del criterio que se considere más conveniente.
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(factor de riesgo), pero a veces ello no incide en su desarrollo por causas diversas,
como puede ser el contacto con sus iguales y aceptación en el grupo (factor pro-
tector), lo que estimula sus aprendizajes para desenvolverse en la vida.
También puede controlarse el factor de riesgo de otros modos como es el
poner en práctica aficiones o intereses —los cuales pueden actuar como fac-
tor protector— tales como hacer algún deporte que les motive, o dedicarse a
estudios concretos (música, ciencias naturales…) lo que supone una evasión o
salida de la situación de su ambiente familiar hacia otros ambientes que le
procuran satisfacción e incrementan su autoconcepto.
Luego ese factor de riesgo (alcoholismo en la familia) no ha conducido invariablemente
a un trastorno del desarrollo.
Refiriéndonos a esos casos de niños, entre otros, podría decirse que tienen
«resiliencia» (vocablo que proviene del inglés), en las ciencias sociales se aplica
el término para describir a las personas que aún naciendo y viviendo en con-
diciones adversas las superan y se desarrollan sin alteraciones. Entre sus nece-
sidades destacan el afecto, la autoestima y la autonomía personal.
2.2.4.3. Servicios en/y desde Centros de Atención Temprana: acciones preventivas como
factores de protección a nivel educativo
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3. ORIENTACIONES PRÁCTICAS
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3.1. Cómo hacer el contexto familiar más favorable para el desarrollo infantil
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Son muchas las situaciones de riesgo que se pueden producir, algunas ya han
sido mencionadas en este capítulo, pero hay otras no menos importantes ni
frecuentes que citaremos a continuación.
r Niños en centros de acogida
En general la mayoría de los casos de niños que viven en centros de acogida/
orfanatos presentan una evolución más lenta no sólo por carencia o disminución de re-
laciones con su familia sino también porque durante la gestación sus progenito-
res suelen haber pasado por situaciones difíciles tanto sociales como económi-
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BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo II
DIAGNÓSTICO PSICOPEDAGÓGICO APLICADO
A LA ATENCIÓN TEMPRANA
INTRODUCCIÓN
Este capítulo estudia el proceso diagnóstico a seguir ante signos de alerta so-
bre posibles trastornos en el niño, ambos contenidos tratados previamente en el
capítulo I.
Partiendo de ciertas consideraciones preliminares relativas a los objetivos del
diagnóstico, sus dificultades, etc. se describe el proceso diagnóstico prestando
particular atención a las áreas de exploración así como los métodos, técnicas e
instrumentos de recogida de información relevante para tomar las decisiones
oportunas de intervención psicopedagógica.
Como anexo, se incluye un breve repertorio de pruebas estandarizadas diag-
nósticas aplicadas en Atención Temprana.
1. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
bido, el peso de los factores genéticos puede variar en función de inf luencias
ambientales que modulan la expresión de los genes pero además hay que tener en
cuenta la perspectiva longitudinal inherente al desarrollo. Es posible que se pro-
duzcan cambios en ciertas áreas de desarrollo que se alternen con etapas de estabilidad e
incluso de lo que aparentemente denominaríamos «estancamientos». Efectivamente, para
lograr un aprendizaje, es precisa la madurez de los elementos que han de inter-
venir en el mismo más la disposición o actitud de aprender. Y esta madurez no
se alcanza de una vez, van sucediéndose etapas de desarrollo en las que se distin-
guen ciertas pautas de progreso, estancamiento e incluso retroceso aparente
(Ibáñez, 2002). Por eso no es de extrañar que tras una etapa de «estancamiento»
pueda contemplarse la aparición de un logro evolutivo en todo su esplendor.
Cada logro evolutivo implica por parte del niño la adquisición de dominios con-
ductuales progresivamente más complejos. En el transcurso de esas adquisiciones,
es posible también —como señala Maganto, 1998— apreciar ciertos desajustes
evolutivos pero un desajuste evolutivo no siempre implica un trastorno psicopato-
lógico y, a la inversa, un trastorno psicopatológico puntual no siempre ref leja un
trastorno evolutivo. Cuando se detecta un desfase evolutivo en un área de desarrollo, hay
que indagar cuáles son los aspectos críticos que distinguen lo que puede conside-
rarse «normal» de lo que es patológico tomando como referentes las normas o
criterios evolutivos. Entonces, ¿dónde están los límites entre lo normal y lo patológi-
co? Para responder esta pregunta hay que interpretar con suficiente f lexibilidad
los patrones evolutivos considerados «normales» y, analizar las respuestas del niño
teniendo en cuenta su individualidad: pueden existir diferencias tanto en el ritmo
de maduración global de cada niño, como en la maduración de unas áreas de de-
sarrollo respecto de otras —perfiles disarmónicos— además de los citados «estan-
camientos». Cada logro cognitivo, motórico o afectivo-social posee su propia
edad de aparición, maduración y/o desaparición. Precisamente las variaciones en
el curso del desarrollo, ya sean conductas adquiridas o abandonadas en el tiempo
esperado, con una intensidad y frecuencia de manifestación determinadas, indica-
rán los límites entre lo normal y lo patológico.
En cualquier caso, el planteamiento a seguir cuando se manifiestan retrasos
o dificultades en ciertas áreas de desarrollo, no es tanto valorar su grado de nor-
malidad como detectar los puntos fuertes que se conservan en el niño y, muy
importante, determinar lo que Calvo-Llena y Millán (2006) denominan funcio-
nalidad de sus conductas teniendo en cuenta el momento evolutivo en que se pro-
ducen y las actividades y contextos en que se manifiestan. En algún caso, puede
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
RECIÉN NACIDO
POSTURAL VISIÓN AUDICIÓN ACTITUD
Cabeza-Tronco Fijación de la mirada La percepción auditiva Ajuste fisiológico con el
(en un foco luminoso o provoca respuesta medio.
Hipotonía.
en el rostro), pero visión motora refleja.
Llanto para comunicar sus
La cabeza cae masivamente confusa.
Auditivamente los necesidades. El llanto
hacia atrás.
Visualmente los neonatos neonatos prefieren inicialmente no posee un valor de
Miembros inferiores en prefieren estímulos estímulos de la longitud comunicación ya que no es
flexión-abducción. redondeados, móviles, y frecuencia de onda intencionado, aunque al producirse
Sedestación: curvatura de la moderadamente que caracterizan a la en un contexto de interpretación
columna en la región dorsal brillantes, con elementos voz humana. humana cobrará sentido y
—cifosis— global. abultados, parámetros adquirirá una forma diferenciada
todos ellos que definen a sus patrones expresivos.
Miembros las caras humanas.
Temblor.
Supino: Patrón flexor de
los miembros, no puede Estado intermedio entre
extender. sueño y vigilia.
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
PRIMER MES
POSTURAL VISIÓN AUDICIÓN
Cabeza-Tronco Fijación visual en el rostro humano Parpadea al escuchar un sonido
cercano (prefieren contrastes). cerca de él (reflejo cocleoparpebral).
La cabeza cae masivamente hacia
atrás ante la maniobra de tracción Seguimiento visual 90º de un
delantera desde supino. objeto grande colocado cerca.
Miembros
Supino: Flexión de miembros con
menor rigidez que en la etapa
evolutiva anterior.
Prono: No coloca las rodillas bajo
el vientre, la pelvis está elevada.
Eleva la cabeza de vez en cuando y la
gira.
Persiste reptación automática.
Reflejos
Persisten los mismos.
SEGUNDO MES
POSTURAL VISIÓN PRENSIÓN
Cabeza-Tronco Fija la mirada preferentemente en Reflejo palmar más
los ojos del rostro adulto. discreto, las manos están
La cabeza cae todavía hacia atrás.
frecuentemente abiertas.
Seguimiento visual de 180º.
La cabeza se mantiene derecha durante un
instante y vacila.
Espalda débil.
Miembros
Supino: Flexión/Semiflexión de miembros.
Pataleo alternante primitivo.
Prono: Se apoya en antebrazos y puede
levantar la cabeza hasta 45º del plano.
Miembros inferiores en semiflexión.
Reflejos
Persisten, no tan exaltados.
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Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
TERCER MES
POSTURAL VISIÓN PRENSIÓN ACTITUD
Cabeza-Tronco Reconoce rasgos faciales ordenados del Prensión al contacto Sonrisa
rostro humano. («toca una taza»). social.
Cabeza erguida, nuca y espalda
sólidas, zona lumbar débil. Seguimiento visual y auditivo con giro
completo de cabeza.
Miembros
Le interesa su cuerpo, se «mira las
Miembros inferiores en flexión
manos».
o semiflexión (talón en el
plano). Percepción de contingencias (juegos
circulares de interacción) con gestos y
La pelvis se apoya en el plano,
movimientos (no memoria).
los muslos en extensión.
Con apoyo en antebrazos, eleva
la cabeza de 45 a 90º.
Reflejos
Desaparecen los reflejos tónicos,
extensores y de marcha
automática.
Reflejo del Moro débil.
Permanecen reflejos de prensión.
75
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
CUARTO MES
POSTURAL VISIÓN AUDICIÓN PRENSIÓN ACTITUD
Cabeza-Tronco El bebé es capaz Emite sonidos Se coge las manos, Se interesa por los
de «alcanzar» guturales. juega con sus dedos, rostros, sonríe.
Cabeza alineada al tronco.
algo con la vista las chupa.
De los 4 a los 8
Miembros antes de poder
Inicio de prensión meses el bebé
Apoyo de pelvis. Postura hacerlo con la
cuando localiza el desarrolla la
simétrica. mano.
objeto visualmente capacidad de
Planta de los pies en el Percibe según el o por contacto anticipación y
plano. volumen (una (prensión en reconocimiento que
bolita no, un marcha). Pierde el permiten constituir
Pataleo voluntario. cubo sí). objeto a menudo. y fortalecer vínculos
Apoyo en codos, eleva la estables con las
Ve detalles. Preferencia por una
cabeza 90º. figuras de apego.
postura incorporada,
Movimientos natatorios es más que un A los 4 meses
(flexión y extensión de triunfo postural, es reconocen
miembros sin elevación del la ampliación del visualmente a
plano). horizonte, una figuras de crianza, y
nueva orientación progresivamente
Traspasa peso (gira sobre social. irán expresando un
un costado). apego creciente.
Reflejos Por ejemplo, a los
Desaparecen los reflejos 5-6 meses levantará
primitivos. los brazos cuando le
va a tomar una
Succión voluntaria. figura conocida
El tronco se endereza, la (competencia
cabeza se eleva y los pies y creciente de
brazos se extienden (se anticipación).
inicia reflejo de Landau).
Reflejo laberíntico de
enderezamiento para
restaurar la posición normal
de la cabeza en el espacio y
para mantener la relación
postural normal de la
cabeza, tronco y
extremidades durante todas
las actividades.
76
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Soporta gran parte del peso de la boca. Volteo de prono a supino. Mantiene un
su cuerpo. objeto en cada
Miembros mano, si
Miembros Eleva cabeza y hombros del plano. desaparecen no los
Movimiento de pedaleo. busca.
Juega con sus pies.
Antebrazos hiperextendidos. Cambia las cosas de
Se eleva apoyándose en sus
Manos planas en el suelo. mano.
manos (la foca).
Apoyándose en el tórax el niño Puede liberarse de una mano
hace el «avión». para coger objetos.
SÉPTIMO MES
POSTURAL VISIÓN PRENSIÓN CONDUCTA ACTITUD
Cabeza-Tronco Visualmente Pinza inferior Dominio de la Conoce la figura
Con muy poco apoyo. inspecciona los (coge una bolita). bilateralidad: se materna y
objetos, ojos y cambia las cosas responde a sus
Le gusta esta postura, salta, se manos funcionan de mano, mira el «fiestas», no le
agacha. en estrecha objeto, lo gira, lo importan los
Volteo completo. interacción. chupa (conducta extraños mientras
Le agradan los manipulativa no defrauden sus
Miembros
rostros infantiles perceptual). expectativas.
Juego con sus pies, se los chupa.
por su gran Ha descubierto su Se entretiene solo
Fin de la progresión
expresividad. cuerpo y sus ya que está
céfalo-caudal.
posibilidades. dotado de un
Libera una mano para coger notable dominio
Juega con sus
un objeto. de ojos, cabeza,
sonidos.
Inicio de rastreo con boca, brazos y
Cadenas silábicas. manos.
miembros superiores.
Reflejos
Al acercar al niño a una
superficie con un movimiento
brusco —hacia abajo o hacia un
lado— extiende en este caso sus
manos —paracaídas anterior—
para evitar el posible choque.
Toca sus rodillas.
77
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
OCTAVO MES
POSTURAL PRENSIÓN CONDUCTA
Cabeza-Tronco. Oposición del pulgar, Conducta comunicativa intencionada (8-12 meses);
inicio de pinza. son pautas deliberadas de relación que se realizan
Sedestación sin apoyo.
mediante signos. Por ejemplo, el niño de 1 año
Suelta un objeto para que levanta los brazos y vocaliza cuando su madre
Destreza en el volteo.
coger el que aparece. pasa a su lado para que lo tome, se está
Paso de supino a comunicando por medio de signos:
Juega a tirar los objetos.
sedestación. brazos y sonido).
De 4 a 8 meses se ha
Postura del oso. La conducta intencionada incluye:
producido el juego
Rastreo. manipulativo.
a) representación anticipada de un fin,
Reflejos. b) se diferencia con claridad de los medios
Paracaídas lateral y empleados para obtenerlos,
posterior. c) dichos medios son flexibles y alternativos
Reacciones de equilibrio. (recurre a otra vía de acción si no logra la meta
con los probados anteriormente),
d) cierta persistencia en el intento de alcanzar
la meta.
NOVENO MES
POSTURAL PRENSIÓN
Cabeza-Tronco Pinza digital.
Gateo (inicialmente hacia atrás). Simetría perfecta.
Curva fisiológica de la columna lumbar normal. Uso de medios.
Paso de sedestación a gateo. («Tira de la anilla por medio de la cinta»).
Paso de gateo a bipedestación con apoyo (de pie se Ofrece un objeto.
mantiene unos instantes, también con apoyo).
Se mantiene de pie unos instantes, con apoyo.
78
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
DÉCIMO MES
POSTURAL PRENSIÓN CONDUCTA
Cabeza-Tronco Emplea la zona más distal Se interesa más por objetos pequeños que grandes.
de los dedos en la pinza
Intolerancia a la postura Distingue entre detalles y el todo.
digital.
horizontal.
Uso de medios auxiliares.
Especialización de los
Gateo coordinado.
dedos del lado radial: Inicia el «beber» solo.
Paso a bipedestación y pulgar e índice.
Protodeclarativos (dirige la atención de alguien
marcha en rastreo vertical.
Explora con el dedo hacia el mismo objeto al que el niño está
Con apoyo se agacha a índice. atendiendo) y protoimperativos (demanda y
coger un objeto. rechaza).
Comienza a señalar.
Primeras articulaciones en la vocalización (mayor
Saca y mete objetos de
destreza en labios, lengua y musculatura facial junto
recipientes.
con la facultad imitativa).
Sigue comprendiendo mejor el tono que las
palabras. Responde a su nombre, entiende el NO.
El bebé está adaptado a la rutina cotidiana: sueño
nocturno, dos siestas, cuatro tomas, acepta sólido.
Le gustan las relaciones sociales, las busca y
mantiene mediante las «gracias» infantiles.
12-14 MESES
POSTURAL PRENSIÓN CONDUCTA
Cabeza-Tronco Domina la prensión (pinza Utiliza de 5 a 10 palabras con referencia.
digital precisa en objetos
Puede agacharse a coger De 9 a 15 meses inicia el juego exploratorio con las
pequeños), inicia el
un objeto del suelo. siguientes adquisiciones:
intento de hacer torres.
Gateo. – motricidad fina,
Aparece la conducta de
Postura del oso. lanzar (coordinación – permanencia del objeto,
flexo-extensora).
En bipedestación, con – uso de medios auxiliares, diferenciación
apoyo en muebles. continente-contenido
En bipedestación (en el orden de 1.º indiferenciado, 2.º sacar,
llevándole de las manos y 3.º meter y 4.º volcar).
posteriormente de una
sola mano.
Del gateo a bipedestación.
79
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
15-18 MESES
POSTURAL PRENSIÓN CONDUCTA ACTITUD
Marcha autónoma: Inicio Prensión fina (introducir Juego funcional (de los 16 a los 24 Le desagradan los
de carrera (miembros bolitas en boca estrecha). meses). cambios repentinos,
muy separados). su oposición más
Torres de 2-3 cubos. Primeras frases y negaciones. Se
que agresiva es auto-
Sube escaleras gateando; expresa con ademanes. Repite por
Percibe formas geométricas conservadora, su psi-
luego con apoyo. imitación vocalizaciones. Jerga.
(círculo). cología exige más
Puede ponerse de pie sin Utiliza el «dame» y «toma» como un transiciones graduales
Pasa páginas (varias o y moderadas.
apoyo. juego social. Le gusta hacer recados
gruesas).
más como funcionalidad motriz que
Le gusta tirar de un Negativismo más
Comienza a reconocer como satisfacción social.
objeto mientras se evolutivo que funcional.
dibujos (18 meses).
desplaza, patear la pelota, Comienza a reclamar lo «mío», por una
lanzarla en lugar de Coordinación ojo-mano distinción intuitiva entre «tu» y «yo».
empujar él el objeto. (comer, imitar un trazo con
Se quita alguna prenda muy sencilla.
diferencia al garabateo).
Utiliza torpemente la cuchara.
80
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
2-3 AÑOS
POSTURAL PRENSIÓN CONDUCTA
Sube escaleras solo y las baja Quita y pone prendas de vestir Se lava y seca las manos solo.
primero sentándose en cada (le interesan los
Come sin derramar comida (coordinación madura).
escalón o gateando hacia abotonamientos).
atrás, después lo hará de pie. Control de esfínteres.
Salta sobre los dos pies.
Vocabulario de unas 200 palabras como mínimo, suelen
Baila. ser nombres, personas, acciones.
Trepa. Adverbios, adjetivos y preposiciones son minoría.
Pedalea. Pronombres mío, mi, tú y yo se incorporan por ese orden.
Pata coja Se llama a sí mismo por su nombre. Soliloquio para
practicar la articulación (canturreo, le gusta el
ritmo-estribillo de canciones).
Abstracción.
Sin olvidar la perspectiva del desarrollo global del niño, se exponen a conti-
nuación observaciones específicas sobre las áreas de desarrollo a considerar en la
valoración diagnóstica.
Área sensoriomotriz
81
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1
Posturas: actividades reflejas del cuerpo respecto del espacio.
2
Posiciones: posturas habituales de la especie para una edad determinada adquiridas por reiteración/aprendizaje.
82
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
83
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Área lingüística
El primer lenguaje del niño es corporal, incluso en niños con algún tipo de
discapacidad. Por ejemplo, niños con Síndrome de Down producen gestos que
acompañan sus circunloquios y niños de padres sordos que manejan el lenguaje
oral y el de signos, prefieren el lenguaje gestual en sus primeras comunicaciones.
Los gestos conllevan —y producen al mismo tiempo— la maduración del
sistema visomotor. La mirada es un medio para establecer relaciones sociales,
un lenguaje que el niño puede utilizar para expresarse: un acercamiento afectivo
positivo —avanza la cabeza—, llamadas —vuelve parcialmente la cara, levantan-
do la cabeza—, aversión —vuelve la cabeza a un lado—, cese de la comunica-
ción —vuelve la cara pero bajando la cabeza—, etc. Los propios cambios en el
repertorio gestual, pueden considerarse básicos en la adquisición del lenguaje;
especialmente se han relacionado con la producción y la comprensión lingüísti-
ca, esto es, la mayor o menor frecuencia con que el niño emite gestos como
apuntar, mostrar, ofrecer o demandar (Ibáñez, Mudarra y Alfonso, 1998).
Respecto al lenguaje, conviene recordar que para hablar hay que poder, sa-
ber y querer (Ibáñez, 1998). Si un niño no habla, puede ser debido a un trastorno
específico, a que no tenga la madurez precisa o nada que decir (Ibáñez, 2002).
Por tanto, es condición necesaria —aunque no suficiente— que el niño haya
logrado ciertas adquisiciones: la integridad del aparato fonador, del aparato audi-
tivo, de las vías nerviosas periféricas sensitivas y motrices, de las zonas corticales
del lenguaje con sentido, del movimiento, la predominancia funcional de uno de
los dos hemisferios etc.
Al principio, el niño oye sonidos indiferenciados a los que progresivamente va
atribuyendo significados, captando el tono de voz, respondiendo de alguna forma
cuando empieza a comprender (por ejemplo, extendiendo los brazos cuando oye
que le van a coger…). Las primeras manifestaciones sonoras son las menos exigen-
tes respecto a sus órganos fonadores, en cuanto a requisitos anatómicos y de
control sensomotor: primero las vocales (a, e, o, i, u) y luego las consonantes labia-
les (p, b, m) dentales (t, d), alveolares (n), velares (k, g), labiodentales (f )…
En la etapa prelingüística —hasta los ocho meses— el niño oye, emite, repite
y luego aplica los sonidos aprendidos. A partir de nueve meses, el control senso-
motor de la lengua es mayor y su actividad fonética más controlada. Al año y
medio suele utilizar palabras-frase.
84
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
A los dos años domina mejor el lenguaje, pero suele haber una inmadurez foné-
tica que afecta a fonemas con difícil articulación, son las denominadas dislalias de
evolución, que desaparecen conforme madura fonéticamente (a los cuatro años debe-
rían haber desaparecido). En tales progresos, es importante tener en cuenta las in-
fluencias de la propia constitución del niño —puede ser más lento en sus adquisicio-
nes evolutivas— y las inf luencias ambientales —experiencias, motivaciones y
estímulos sensoriales pueden favorecer el desarrollo de su capacidad comunicativa—.
Por otra parte, la lectura es un proceso complejo de aprendizaje simbólico
que requiere habilidades cognitivas y lingüístico-perceptivas. El proceso lector
comienza con la percepción y el análisis visual del grafema, a continuación, la
codificación de los grafemas en estructuras fonéticas y, finalmente, la compren-
sión del significado de lo escrito.
Área cognitiva
Antes de exponer algunas observaciones sobre la exploración en esta área, es
necesario realizar algunas precisiones sobre los términos empleados para referirse
a la población que sufre discapacidad intelectual.
Los conceptos en torno a lo que hoy denominamos discapacidad intelec-
tual han evolucionado con el tiempo (subnormalidad mental, deficiencia men-
tal, retraso mental) de modo que se han introducido constantemente nuevos
términos para denominar a las personas con déficits, en el caso que nos ocupa,
intelectuales. Tales cambios, además de ref lejar avances conceptuales aceptados
por la comunidad científica internacional, permitían eliminar connotaciones
negativas asociadas a denominaciones anteriores. Así, el concepto de retraso
mental surgió paralelamente al cambio de nombre de la Asociación Americana sobre
Deficiencia Mental cuando empezó a llamarse Asociación Americana sobre Retraso
Mental (AAMR) y a incluir en su definición, además de los criterios psicométri-
cos predominantes hasta entonces, el concepto de adaptación social. En nuestro
país, en 2005, precisamente incidiendo en una perspectiva integradora, surgió
desde el Foro de Vida Independiente el empleo de la denominación diversidad
funcional que si bien parece aceptado por los colectivos con discapacidad aún si-
gue generando debates en ámbitos científicos y académicos. En todo caso, desde
que en 2006 la AAMR pasara a llamarse Asociación Americana de Discapacidades
Intelectuales y del Desarrollo (American Association on Intellectual and
Developmental Disabilities, AAIDD) parece existir cierto consenso en seguir
manteniendo la denominación de discapacidad intelectual.
85
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
86
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Retraso
DSM-IV (Luckasson y cols., 2002, p. 8). CIE-10 (WHO, 1993)
Mental
Retraso mental es una discapacidad caracterizada Condición de desarrollo mental detenido o
por limitaciones significativas en el funcionamiento incompleto especialmente caracterizado por la
Definición
3
Las limitaciones significativas del funcionamiento intelectual se definen como un C.I. con al menos 2 desviaciones
típicas por debajo de la media medida por una prueba estandarizada aplicada individualmente con un error máximo del 5%.
87
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
88
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Área socioafectiva
89
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
del ambiente sobre el desarrollo del niño dependerán —sobre todo durante los
primeros meses de vida— de las interacciones entre el niño y sus padres quiénes
más tarde, también inf luirán en su capacidad para explorar el entorno, a partir de
la seguridad que haya adquirido a través de la relación del apego.
90
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
91
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
92
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Demanda diagnóstica
Inicialmente hay que establecer qué se sabe o se cree saber el problema que mani-
fiesta o corre el riesgo de manifestar el niño. Para ello, habrá que analizar la demanda
diagnóstica y responder dos cuestiones: ¿quién solicita el diagnóstico y por qué?
La demanda diagnóstica puede surgir por iniciativa propia —por ejemplo,
como parte del plan de trabajo de un profesional en el ámbito socioeducativo—
a solicitud de la familia, los servicios sociales, servicios hospitalarios, equipos de
atención temprana, cualquier otro servicio especializado de atención a la infan-
cia e incluso, en el caso de niños escolarizados, proceder de los profesores del
niño. En todo caso, conviene considerar detenidamente por qué debe iniciarse
un proceso diagnóstico y cómo las personas que lo demandan están justificando
inicialmente la necesidad o motivo del diagnóstico.
Tal vez se prevea que el desarrollo del niño está comprometido por encon-
trarse en situación de riesgo. Precisamente para evitar posteriores dificultades, sub-
sanar las que van apareciendo o simplemente estimular su desarrollo, conviene
realizar un diagnóstico precoz que determine los factores protectores y de riesgo
de desprotección; necesidades básicas que están sin cubrir por diversas circuns-
tancias, tipo y gravedad del daño al que está expuesto (físico, psicológico, cogni-
tivo, socioemocional) identificación de posibles recursos y urgencia en propor-
cionarle un tratamiento especializado.
Los profesores del niño pueden remitirlo al profesional para un diagnóstico
con el propósito de contrastar sus propias hipótesis. Por ejemplo, algunos profe-
sores pueden creer que ciertos alumnos carecen de capacidad suficiente para se-
guir sus clases, cuando en realidad estos niños pueden carecer del lenguaje apro-
piado para comprenderlas y aprovecharlas adecuadamente, padecer alguna laguna
psicomotriz o tal vez su desarrollo evolutivo se encuentre parcialmente compro-
metido por alguna situación o crisis cuyo impacto emocional obstaculiza el ejer-
cicio de sus funciones simbólicas (tal como se vio en el apartado de pautas espe-
cíficas sobre el diagnóstico de áreas de desarrollo).
Con mucha frecuencia será la familia quien solicite la consulta ante ciertos
«signos de alarma» o indicadores de posibles alteraciones en el desarrollo evolu-
93
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
94
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
apreciarse mejor la calidad de sus relaciones con los familiares con quién convi-
ve, la actitud hacia éste, los espacios en los que puede moverse, su interacción
con iguales o, en el caso de la escuela, el grado de afectividad del personal, etc.
Los mensajes —verbales y no verbales— de los padres son relevantes tanto por su
contenido como por el papel que desempeñan en las relaciones familiares.
Mención especial merece la observación de manifestaciones externas y sig-
nos de comunicación no verbal transmitidos por los padres a lo largo de la entre-
vista (por ej. el cansancio). Conviene observar el aspecto físico, los signos de
cuidado o dejadez, el nivel de inhibición/desinhibición que despliegan a lo largo
de la entrevista, el contacto ocular, manierismos o movimientos involuntarios.
Más allá de las apariencias o la imagen que en un momento dado la familia desee
transmitir, el profesional debe profundizar para averiguar la veracidad de los da-
tos que le aportan.
Por otra parte, siempre que sea posible, conviene mantener la entrevista con am-
bos padres de forma conjunta (sólo si es necesario por algún motivo específico, se
les entrevista por separado), escogiendo un lugar agradable dónde poder contro-
lar las condiciones en que tiene lugar el encuentro (duración, ausencia de ruidos,
control del tiempo…). Inicialmente el profesional debe intentar establecer el rap-
port, un ambiente de buena comunicación que rebaje posibles tensiones. En un
tono neutral, libre de juicios, adaptando sus preguntas al nivel de comprensión
familiar y omitiendo las cuestiones cuya respuesta ya conoce por pura observa-
ción, debe escuchar atentamente las respuestas de los padres, animándoles a res-
ponder con sinceridad —no hay respuestas correctas o incorrectas— y garanti-
zándoles la confidencialidad de los datos.
En la entrevista pueden utilizarse distintos modelos de registro para elaborar
la anamnesis y perfilar la situación actual del niño. A continuación se ofrece una
relación de los aspectos que pueden considerarse con los matices que se requieran
en cada caso:
r 'FDIBEFMBFOUSFWJTUBZQSPGFTJPOBMRVFSFBMJ[BMBBOBNOFTJT
r %"5041&340/"-&4
– Nombre y apellidos del niño y sus padres/tutores legales, domicilio, te-
léfono…
– Edad del niño (o en su caso, edad corregida).
– Persona que demanda el diagnóstico.
95
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
4
Véanse signos de alerta y factores de riesgo en el apartado de exploración diagnóstica.
5
Algunos profesionales utilizan la técnica del genograma para sintetizar, gráficamente, este tipo de información.
96
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
97
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r M
OTRICIDAD
– M. Gruesa: ej. levanta las piernas…
– M. Fina: toma lo que se le ofrece, abrocha botones…
r ASPECTOS SOCIOEMOCIONALES, ADAPTATIVOS Y CONDUCTUALES
– Preocupación por algún comportamiento concreto del niño.
– Dificultades de relación: con la familia, compañeros, otros adultos…
– Juegos: con qué frecuencia juega, con quién, si es aceptado, líder, com-
portamientos problemáticos…
– Situaciones, acciones, objetos que le gustan/desafían…
– Carácter del niño: tímido/sociable, altruista/egoísta, alegre/ triste,
terco/dócil, activo/hipoactivo/hiperactivo, colaborador, resiste la
frustración, la fatiga.
r ESCOLARIDAD: (si es pertinente al caso)
– Edad de escolarización, cómo la afrontó, centros educativos a los que ha
asistido.
– Evaluaciones psicopedagógicas previas, necesidades detectadas, dicta-
men de escolarización, medidas de atención a sus necesidades educativas
especiales, sesiones grupales. Preparación para la escuela: realización de
actividades como lectura, cuentas, dibujos…
– Nivel de competencia curricular, rendimiento académico: conocimien-
to de sí mismo y autonomía personal, conocimiento del entorno, len-
guaje (expresión oral —vocabulario, posibles dislalias, dislexias…—
lectura —comprensión, rapidez— y escritura —ortografía, estructura,
disgrafías…— cálculo —corrección, rapidez, discalculias…
– Grado de integración en el aula: conf licto con iguales, actividades en el
recreo, excursiones.
– Relaciones de la familia con el centro educativo.
98
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Empleo, ingresos…
99
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r A
NTE EL PROBLEMA
– Grado de conciencia.
– Disposición a colaborar.
100
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
101
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
rísticas peculiares del niño, hay que considerar si presenta alteraciones —senso-
riales, motrices u otras—. En ese caso, es posible que algunas pruebas no
puedan aplicarse —o resulte muy difícil—. Por ejemplo, en niños con déficits
visuales, cuando no se les aplican pruebas específicas y se emplean baterías
generales, tal vez sea necesario omitir pruebas que exigen dar respuestas co-
rrectas a estímulos visuales, como por ejemplo, señalar en una lámina un de-
terminado dibujo. También es relevante el lenguaje utilizado por el niño —e
incluso el de su familia si también se le aplica alguna prueba— hay que tener-
lo en cuenta para asegurar la comprensión de las instrucciones o interpretar
correctamente las expectativas familiares respecto a las manifestaciones con-
ductuales del niño.
Por supuesto, sólo deben aplicarse pruebas estandarizadas que, siendo apro-
piadas al caso, ofrezcan garantías respecto a sus características técnicas. No
tendría sentido aplicar pruebas con las que no se tiene certeza de obtener resul-
tados fiables y válidos en los que poder basar el pronóstico psicopedagógico.
Aún así, las normas de un test no tienen validez universal, dependen de los su-
jetos que se utilizaron como referencia para evaluarlas. Más aún, en Atención
Temprana, resulta especialmente importante la capacidad de la prueba para de-
tectar cambios tras la aplicación del tratamiento o programa de intervención, de
modo que pueda utilizarse como guía del tratamiento a seguir. Por ello, tienen
más sentido las pruebas referidas a criterios (conforme un patrón de desarrollo)
en las que se puede valorar el progreso evolutivo del niño en relación a sus ad-
quisiciones anteriores más que las pruebas referidas a normas en las que lo im-
portante es comparar las realizaciones de unos niños respecto a las de otros
(muestra normativa). Otros aspectos a considerar en la selección pueden ser su
carácter motivador para el niño (por sus dibujos, colores…) y una buena rela-
ción entre el coste —en tiempo y dinero— y los beneficios/calidad que aporta
en términos de información.
102
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Como referentes que pueden alertarnos ante posibles alteraciones del desarro-
llo, se presentan a continuación —agrupados por edad— diversos signos de alerta
de necesidades de AT (véase Tabla n.º 3), en cuya valoración se aconseja tener en
cuenta las ref lexiones anteriormente expuestas sobre los ritmos y diferencias en
los procesos de desarrollo evolutivo de un niño a otro. No olvidar que el objetivo
del diagnóstico es la detección de retrasos y alteraciones en áreas de desarrollo a
las que se vinculan dificultades psicopedagógicas y de integración social a partir
de las competencias del niño, considerado éste en su globalidad y como un ser en
continuo cambio.
103
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Finalmente, se presentan (en las páginas 105 y 106) los dos primeros niveles
de un modelo integrador de diversas clasificaciones diagnósticas, la Organización
Diagnóstica para la Atención Temprana (ODAT) (GAT, 2004). Cada eje
diagnóstico no sólo sirve para describir al niño sino también los distintos niveles
de intervención (Figura n.º 1).
104
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
105
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
106
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
La familia —con sus prioridades e inquietudes— debe ser un colaborador más en el proceso:
tener en cuenta la relación madre/cuidador-hijo. Habitualmente el niño se encontrará sentado,
echado o en brazos de otra persona. La relación con la madre/cuidador es fundamental.
Apenas se dan instrucciones al niño.
0 a 2 años Es fundamental la observación —controlada, sistemática, continuada o repetitiva— principalmente
lúdica.
Se obtiene información indirecta —de padres y profesores— que debe ser adecuadamente estimada.
Entre los 8 y los 18 meses es normal encontrar en el niño conductas ansiosas o precavidas hacia
extraños o adultos desconocidos (Buceta et al., 2006).
107
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Dadas las relevantes adquisiciones evolutivas a esa edad —motricidad, lenguaje, control de
esfínteres, autonomía, primeros aprendizajes escolares…— son esperables posibles desfases
madurativos, disarmonías en el patrón de crecimiento, elevada variabilidad intra e inter-niños.
Los principales motivos de consulta que llevan al diagnóstico psicopedagógico del preescolar
suelen ser retrasos madurativos, retraso psicomotor/lingüístico, sospecha de retraso cognitivo,
problemas de expresión somática y problemas comportamentales —por exceso de inhibición o
actuación—.
Es fundamental la capacidad del examinador —afectada por variables como su edad, sexo, actitud,
tono de voz…— para establecer un rapport apropiado, conseguir comunicarse con el niño.
108
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
3.3.3. Entrevista y observación del niño: del juego a las técnicas proyectivas
109
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
110
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
La aplicación del juego como técnica diagnóstica exige cuidar (op. cit. p.570):
cómo se aplica, qué aspectos se van a considerar, cuáles son las hipótesis diagnós-
ticas obtenidas y su corroboración en la entrevista/s de devolución de informa-
ción a la familia. En ocasiones, podrán surgir hipótesis nuevas incluso evidencias
que lleven a cuestionar informaciones proporcionadas por los padres, resultados
obtenidos a través de otras pruebas… de ahí la importancia de integrar de un
modo razonado y con evidencias empíricas las hipótesis de trabajo.
El juego se emplea así como un instrumento diagnóstico de carácter proyec-
tivo. Las técnicas proyectivas se caracterizan por situar al individuo frente
estímulos ambiguos a través de tareas o materiales no estructurados, de modo
que, al responder a los mismos, «proyecte» en las respuestas sus propias necesida-
des y tensiones, permitiendo una variedad «prácticamente ilimitada de respuestas
posibles» (Anastasi y Urbina, 1998). Algunas técnicas que exigen el lenguaje
tienen límites perceptivos-verbales pero otras no tienen más límite que la base
misma del test ( Jiménez Díaz y González López, 1998). Por tanto, no todas las
técnicas proyectivas son igualmente buenas o sensibles a la proyección ni todos
los individuos responden a ellas con la misa aptitud, de ahí que antes de aplicarlas
sea preciso conocerlas y valorar si son apropiadas para diagnosticar a cada niño,
según sus características (Romanos, 1978). Además de la formación (manejo fre-
cuente de los manuales técnicos) es fundamental la habilidad personalizada que
el profesional aporta gracias a su experiencia.
* La caja de juegos
La entrevista de observación a través del juego, suele realizarse con o sin los
padres, en una sala adecuada, a lo largo de varias sesiones, normalmente a partir
de una caja denominada «Caja de juegos». La caja de juegos es una caja nor-
malmente de madera, que contiene un conjunto seleccionado de distintos ma-
teriales y juguetes de tamaño adecuado y buena calidad (para evitar frustracio-
nes en el niño y sentimientos de culpa ante el deterioro del material) y de
carácter neutro (sin rótulos). Puede incluir también hojas para el registro de la
observación.
El material puede dejarse en el suelo, fuera de la caja. Es conveniente indi-
carle en un lenguaje adecuado —si la edad del niño lo permite— lo que se
desea (objetivos), roles, materiales y cosas que puede o no puede hacer, espa-
cio, tiempo, confidencialidad —si habrá o no entrevistas con otros miembros
111
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
* Test de la escena
Consiste en solicitar al niño que construya una escena a partir de los objetos
que contiene la caja de juegos, cuya tapa puede utilizarse como escenario. La
elección de los objetos, sus interrelaciones y las escenas que se vayan sucediendo
surgirán a partir de la libertad del niño ( Jiménez Díaz y González López, 1998).
Posteriormente a la representación de la escena solicitaremos al niño que nos
explique lo que ha querido representar. Resultará usual que el niño vaya modi-
ficando la escena original a medida que nos la va comentando, la viveza de su
fantasía y la capacidad de abstracción determinarán la mayor variabilidad de la
escenografía. Sólo cuando el niño ha finalizado su narración le pediremos que
explique todo lo que ha desarrollado a lo largo de la sesión.
Entre los aspectos que permite observar el juego (adapt. op. cit. p. 290) des-
tacan:
r -BBDUJUVEEFMOJÒPGSFOUFBMPTNBUFSJBMFT
FMUJQPEFKVHVFUFFMFHJEPQBSBFM
primer contacto.
r &MOJWFMEFPSHBOJ[BDJÓOZFTUSVDUVSBDJÓORVFFMOJÒPJNQPOFBMKVFHP
desde la exploración del material y su apilamiento hasta un orden más se-
lectivo que ref leja la secuencia de escenas (conforme posee mayor control
cognitivo).
r &MVTPEFMMFOHVBKFWFSCBM
DPNVOJDBDJÓOHFTUVBMZQPTUVSBM
NPUSJDJEBEw
r -BSFMBDJÓOFTUBCMFDJEBDPOFMFEVDBEPSTJMFJOWJUBPOPBQBSUJDJQBSFOTV
juego. Si el niño mantiene al margen al educador, puede indicar cierto te-
112
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
* Dibujo libre
A partir de los dos años, es posible aplicar a los niños la técnica del dibujo
libre. A veces es la mejor manera —y única— para conseguir que el niño se pro-
113
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
114
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
RASGO SIGNIFICADO
CARÁCTER DE LOS TRAZOS
Presión fuerte Fuerza, vitalidad
Presión débil Debilidad
Líneas rectas Rapidez, decisión
Líneas interrumpidas Lentitud, indecisión
Restricción (en las líneas) Inhibición
Regularidad Ritmo
Movimientos bruscos Impulsividad
Movimientos monótonos Pasividad, indiferenciación
Líneas en distintas direcciones Impulsividad
Curvas circulares Ritmo, balanceo
Movimientos grandes y amplios Expansión
Movimientos limitados Restricción
CARÁCTER DE LAS FORMAS
Formas a muy temprana edad Gran desarrollo
Formas inventadas (ni azar ni copia) Inventiva
Consistencia formal Decisión
Ausencia de sentido formal Falta de observación o imaginación
Buena distribución a temprana edad Habilidad creadora
Mala distribución a edad tardía Returbación rítmica
Diferenciación de las formas Capacidad de adaptación
Indiferenciación de las formas Falta de orden y nitidez
Preferencia por las grandes formas Tendencia a la expansión
Preferencia por las formas pequeñas Tendencia a la restricción
Gran contraste de tamaños Conflicto
Conexión de formas por medio de líneas Habilidad para captar relaciones
Inclusión de elementos más pequeños en otros mayores Habilidad para integrar
Libre manejo de las formas Libre acceso a los objetos
Exactitud Habilidad en la observación de la realidad
Formas imaginarias Predominio del mundo interior
Enmarcación Diferenciación, protección, aislamiento
115
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
RASGO SIGNIFICADO
COMPARACIÓN DE LOS TRAZOS
Líneas débiles y vacilantes Vaguedad, pasividad
Preferencia por el sombreado Sensibilidad táctil
Preferencia por las manchas amplias Etapa anal, desaseo, desorden
Forma vaga y restringida Inhibiciones, miedos
Líneas dentadas Irritación
Interrupciones Inflexibilidad, negativismo
Líneas nítidamente definidas Decisión, determinación
Preferencia por los contrastes Decisión, determinación
Limitación a líneas pequeñas Ensoñación
Grandes líneas hechas impulsivamente Actividad
DIRECCIÓN DE LOS TRAZOS
Dirección precisa Determinación, seguridad
Dirección imprecisa Falta de determinación, inseguridad
Trazo con interrupciones Cautela, premeditación
Falta de dirección e interrupción Vaguedad, inseguridad, ausencia de organización
Preferencia por las líneas angulares Tensión, reflexión, crítica, duda, freno
Preferencia por los movimientos circulares Oscilación, cambios de humor, elusión de toda decisión,
Preferencia por los movimientos horizontales Tranquilidad, perseverancia, debilidad
Preferencia por las líneas verticales Acción, determinación, actividad nerviosa…
Dirección de la cúspide a la base Introversión, ansiedad, masoquismo, ensoñación.
Dirección de la base a la cúspide Extraversión, dominio, agresión, curiosidad
Dirección de derecha a izquierda Introversión, aislamiento, desaliento…
Dirección de izquierda a derecha Extraversión, tendencia al mando, búsqueda de apoyo
VALOR TIPOLÓGICO DE LAS FORMAS GRÁFICAS
Tipo Realista
Representación en forma realista Temperamento más cicloide
Exactitud Observación
Preferencia por los contornos Tipo visual
Preferencia por las curvas Tipo auditivo
Preferencia por los contrastes Tipo emocional
Movimientos seguros Movilidad
Presión ancha Agresividad
Pronunciado cambio de movimiento Humor maníaco-depresivo
Aspecto sucio Fase anal
Exageración de detalles Ausencia de integración
116
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
RASGO SIGNIFICADO
Tipo Abstracto
Representación en forma abstracta Tipo más esquizoide
Falta de exactitud Más soñador
Preferencia por pequeños detalles Autoconciencia
Preferencia por ángulos Tensión, mundo interior
Preferencia por sombras Tipo táctil, ensoñación
Movimientos inseguros Inestabilidad
Presión aguda Tendencias sádicas
Movimientos esquematizados Rigidez
Exactitud extrema Sumisión
Figuras grotescas Bloqueo de las reacciones naturales
Disolución de formas Inseguridad…
6
En el Test del dibujo de la familia de J. M.ª Lluis (TEA), se le pide explícitamente al niño que dibuje a su propia
familia.
117
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Tabla n.º 6: Síntesis de aspectos a observar (adapt. Bugié et al., 2005, p .421).
118
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Nivel de diferenciación
Reacciones ante la separación (descontrol, desesperación, reclamo o desconexión)
NVIEL Y FORMA
DE RELACIÓN Características del vínculo terapeuta-niño (ansioso, desconectado, simbiótico,
indiferenciado, normal)
Cambios desde el primer contacto hasta el final del proceso diagnóstico
Talla y peso
Facies armónica
ASPECTO FÍSICO Arreglo personal
Respiración y sudoración
119
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
120
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
7
Esta escala tiene una versión paralela para maestros, además de formas abreviadas
8
Aunque por motivos didácticos cada prueba se ha ubicado en un área, es sabido que una misma prueba, en espe-
cial las escalas de desarrollo, incluyen sub-tests referidos a diversos dominios —cognitivo, lingüístico, socioafectivo…—.
121
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
cando en cada una de ellas algunas de las pruebas de evaluación más habituales
en el diagnóstico psicopedagógico de niños entre 0 y 6 años.
r #4*%&TDBMBT#BZMFZEFEFTBSSPMMPJOGBOUJM #BZMFZ
r .4$"&TDBMBEF.D$BSUIZEF"QUJUVEFTZ1TJDPNPUSJDJEBE .D$BSUIZ
r &TDBMB4DSFFOJOHEF%FTBSSPMMPEF%FOWFS %%45
r5FTUEF'JHVSBTFONBTDBSBEBT
r5FTUEF%FTBSSPMMPEFMBQFSDFQDJÓOWJTVBMEF'SPTUJH
r8114*&TDBMBEF*OUFMJHFODJBEF8FDITMFSQBSB1SFFTDPMBSZ1SJNBSJB 8FDITMFS
r ,"#$#BUFSÎBEFFWBMVBDJÓOEF,BVGNBOQBSBOJÒPT ,BVGNBOZ,BVGNBO
Cognitiva
r $..4&TDBMBEF.BEVSF[.FOUBMEF$PMVNCJB #VSHFNFJTUFS
#MVFZ-PSHF
r 3"7&/.BUSJDFT1SPHSFTJWBTEF3BWFO&TDBMBEFDPMPS 3BWFO
r57*15FTUEF7PDBCVMBSJPFO*NÃHFOFTEF1FBCPEZ %VOO
r #0¯).5FTUEFDPODFQUPTCÃTJDPT #PÌIN
r7BMFUU&WBMVBDJÓOEFMEFTBSSPMMPEFBQUJUVEFTCÃTJDBTQBSBFMBQSFOEJ[BKF
Social/Adaptativa r &TDBMBEF.BEVSF[4PDJBMEF7JOFMBOE 4QBSSPX
#BMMB$JDDIFUUJ
122
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Muy utilizada con niños prematuros y de alto riesgo, esta escala puede apli-
carse desde las primeras horas de vida hasta el final del segundo mes. Permite
evaluar el nivel de funcionamiento del recién nacido de riesgo o con una disca-
pacidad ya diagnosticada, a través de sus comportamientos dominantes. Se ob-
tiene un perfil individual del niño que nos muestra sus competencias, puntos
fuertes, puntos débiles y las formas peculiares que tiene de responder y reaccio-
nar ante el entorno, ayudando con ello a los padres a comprender a su hijo y es-
tablecer una relación positiva con él (Molinuevo, 2005). De hecho, la adminis-
tración de esta escala concluye con la devolución de la información a los padres.9
Otros aspectos sobre los que proporciona información son: los efectos de la
deprivación ultrauterina, uso de drogas por parte de la madre, intervención ce-
sárea, malnutrición y determinantes de su conducta que pueden inf luir en el
cuidador (pronostica la responsabilidad maternal a los 3 meses).
La diferencia fundamental entre esta escala y otras escalas de desarrollo es
que mientras en las escalas tradicionales de desarrollo se valoran las respuestas
motoras y sensoriales ante estímulos estandarizados, en la NBAS el comportamien-
to del neonato se interpreta en términos de competencias (Costas y Botet, 2006). De este
modo, no sólo se detectan posibles alteraciones en el desarrollo en la etapa neo-
natal, sino que también permite conocer las competencias y capacidades del re-
cién nacido. Entre estas habilidades destacan su capacidad para orientarse hacia
9
Desde el Instituto Brazelton se ha adaptado esta escala, obteniéndose una versión más breve denominada «Escala
Clínica de Evaluación del Comportamiento Neonatal CLNBAS» (Nugent y Brazelton, 2000) para ser aplicada en servicios
hopitalarios, sociales y por los propios padres.
123
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
los sonidos (sobre todo la voz de la madre), realizar seguimientos visuales, habi-
tuarse a estímulos aversivos y volver a un estado de sueño u organizar de forma
coherente estados de sueño y vigilia.
Exige valorar las conductas observadas en el niño, teniendo en cuenta en qué
estado de conciencia se encuentra e incluso, para determinadas observaciones,
esperar a que el bebé se encuentre en el estado deseado. En la Tabla n.º 8 se
muestran los estados de conciencia según Brazelton y Nugent (1997). Así mismo
se considera el nivel más bajo de estimulación que cada niño necesita para inte-
grar, utilizar y responder a los estímulos (umbral mínimo). Por ejemplo, si un
niño tiene un umbral de estimulación muy bajo responderá ante estimulaciones
mínimas. Si durante la aplicación de esta prueba se sobrepasa su umbral de esti-
mulación, el bebé mostrará signos de estrés, irritabilidad etc a los que conviene
responder adecuadamente.
Tabla n.º 8: Estados de conciencia del bebé según Brazelton y Nugent (1997)
r 3FTQJSBDJÓOSFHVMBS
Sueño profundo r 0KPTDFSSBEPT
TJONPWJNJFOUPTPDVMBSFT
r 4JOBDUJWJEBEFTQPOUÃOFB
r 3FTQJSBDJÓOJSSFHVMBS
r 0KPTDFSSBEPTDPONPWJNJFOUPTSFHVMBSFTCBKPMPTQÃSQBEPT
Sueño ligero
r /JWFMCBKPEFBDUJWJEBE
r .PWJNJFOUPTTVBWFTZDPOUSPMBEPT
WJTJCMFTNPWJNJFOUPTEFTVDDJÓO
r 0KPTFOUSFBCJFSUPTZDFSSBEPT
NJSBEBBQBHBEB
r /JWFMEFBDUJWJEBEWBSJBCMFT
Somnoliento
r .PWJNJFOUPTTVBWFT
r 3FTQVFTUBTVFMFTFSSFUSBTBEB
r "MFSUBDPONJSBEBCSJMMBOUF
Alerta quieta r "DUJWJEBENPUPSBNÎOJNB
r "UJFOEFBMBGVFOUFEFFTUJNVMBDJÓO
r 0KPTBCJFSUPT
Alerta activa r "DUJWJEBENPUPSBDPOTJEFSBCMF
r 1VFEFIBCFSTPCSFTBMUPTZWPDBMJ[BDJPOFT
Llanto r -MBOUPKVOUPBHSBOBDUJWJEBENPUPSB
124
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
HABITUACIÓN (habilidad para responder/inhibirse ante estímulos directos cuando está dormido)
Disminución de la respuesta:
1. ante la luz (se presenta como máximo 10 veces)
2. ante el sonido: sonajero (máx. 10 veces)
3. al sonido: campanilla (máx. 10 veces)
4. a la estimulación (máx. 10 veces)
ORIENTACIÓN (habilidad atender estímulos auditivos, visuales y calidad de estados de alerta)
Orientación:
5. visual animada: la cara
6. visual y auditiva animada: la cara y la voz
7. visual inanimado: la pelota roja
8. visual y auditiva inanimada: el sonajero
9. auditiva animada: la voz
10. auditiva inanimada: el sonajero
11. alerta
MOTRICIDAD (actividad motora, cualidad del movimiento y tono)
12. tono general
13. madurez motora
14. incorporación provocada
15. movimientos defensivos
16. actividad
VARIABILIDAD DE ESTADOS (cambios de estado durante la aplicación de la prueba)
17. máxima excitación
18. rapidez de reacción
19. irritabilidad
20. labilidad de estados
125
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
REGULACIÓN DEL ESTADO (habilidad para regular su estado frente a los estímulos crecientes)
21. respuesta al abrazo
22. capacidad para ser consolado
23. capacidad de consolarse
24. habilidad mano-boca
ESTABILIDAD DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
(signos de estrés relacionados con la estabilidad homeostática del Sistema nervioso central)
25. temblores
26. sobresaltos
27. labilidad del color de la piel
28. sonrisas
REFLEJOS NEONATALES
(observando el número y si son normales o asimétricos)
ÍTEMS CUALITATIVOS
29. calidad de alerta
30. esfuerzo para mantener la atención
31. ayuda por parte del examinador
32. irritabilidad general
33. vigor y resistencia
34. regulación del estado
35. respuesta emocional del examinador
10
Véanse las observaciones anteriormente expuestas en el apartado de criterios en la selección de pruebas
estandarizadas.
126
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
rrollo en sus distintos rasgos o dimensiones. Cada conducta tiene asignada una
determinada edad promedio en que suele observarse en un medio cultural dado.
La normalidad cronológica se cifra en el número y la calidad de las conductas
que realiza a su edad, pero los intervalos cronológicos no tienen el mismo valor
en cada edad (por ejemplo, durante el segundo mes pueden observarse quizá más
datos relevantes para el desarrollo que en todo el sexto año.
Registrando la presencia o ausencia de las conductas observadas (se reco-
mienda explorar además de las conductas correspondientes a la edad del niño, las
de una edad contigua por encima y otra por debajo) se elabora un perfil gráfico
sobre el estado evolutivo del niño en cada rasgo. Para ello, cada ítem del cuestio-
nario de observación de conductas tiene asignada una columna según la dimen-
sión o rasgo a que pertenece. En cuanto a la estructura de la EOD, para cada
edad se distinguen los siguientes apartados (véase Tabla n.º 10):
Especie de guión con las dimensiones y rasgos dentro de ellas en las que se ubican las conductas
a observar.
Índice
Sus epígrafes —secuenciados según se producen las adquisiciones evolutivas— dependen de las
áreas a explorar en cada edad.
Reúne todas las conductas correspondientes a cierta edad, aunque no aparezcan en el cuestionario
final porque incluye también conductas «sucedáneas» para sustituir algunas conductas del
Almacén cuestionario si, durante la aplicación, se detectasen inadecuadas para ser observadas en el niño.
Puede utilizarse para «tantear» y ajustar las conductas a observar cuando emplear el criterio de la
edad pueda ser problemático.
Pauta-edad Duplicado del cuestionario que indica al margen la edad en que suele observarse cada conducta
Elenco de conductas que se presenta a los padres para que contesten si las han observado o no
Cuestionario
en su hijo. Sus respuestas, positivas o negativas, se llevarán al perfil gráfico
Permite ver rápidamente los ítems que definen cada rasgo: se presenta a modo de tabla donde
cada fila está encabezada por un rasgo —los mismos que aparecían en el índice correspondiente a
Esquema
su edad— y las columnas representan la edad. En las casillas se escriben los ítems, correspondientes
a cierto rasgo, que son observados a una determinada edad.
Tabla en cuyas columnas se representan las edades y en sus filas los rasgos (al igual que en el
esquema), pero en este caso, dentro de las casillas, los números correspondientes a las conductas
observadas se rodean con un círculo mientras que las no observadas o de las que se sospecha
incapacidad del niño para realizarlas, se tachan con un aspa.
Ficha perfil Dentro de la comuna de edad correspondiente al niño, se cuentan las conductas positivas de
cada fila fundiéndolas en una barra. El conjunto de barras muestra el estado evolutivo del niño.
Además puede calcularse un perfil de rasgos de un niño a una determinada edad, calculando un
cociente que considera el total de conductas que pueden ser apreciadas positivamente y el total
de conductas que, en la práctica, ha manifestado el niño.
127
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Tabla n.º 11: Escalas de la EOD (primer semestre) con ejemplos de conductas a observar
128
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
pruebas apenas exigen instrucciones verbales y el factor escolaridad y las inf luen-
cias ambientales son mínimas (Asensi y Lázaro, 1979). Sin embargo, el predominio
perceptivo es diferenciador respecto a la puntuación final.
Consta de láminas con cuatro o más dibujos a los que les falta una parte que
el niño debe completar eligiendo entre varias posibilidades. En un nivel más
avanzado de la prueba, deberá escoger —de entre varias— la opción que corres-
ponda para completar la serie de dibujos que siguen un mismo criterio. De este
modo se pretende medir su capacidad del niño para comprender signos gráficos,
relacionarlos adecuadamente y captar la estructuración de estas figuras mediante
la complementación de cada sistema de relaciones.
Puede aplicarse a alumnos con problemas (Síndrome de Down, dificultades
de lenguaje, afasias, sorderas…). Se recomienda comparar sus resultados con los
obtenidos en otras pruebas de contenido más hetereogéneo. No obstante, dados
sus componentes visoperceptivos y visoespaciales, esta prueba puede resultar di-
fícil para niños con dificultades visoperceptivas (Salvador-Carulla et al., 2011).
129
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
130
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
r 3FMBDJPOBSJNÃHFOFTNFEJBOUFBTPDJBDJPOFTEFTJHOJGJDBEP
r $PNVOJDBSVODPOUFOJEPNFEJBOUFHFTUPTOBUVSBMFT
r *EFOUJGJDBSVOBQBMBCSBRVFTFIBQSPOVODJBEPPNJUJFOEPBMHÙOGPOFNB
Escalas de desarrollo para niños pequeños con déficits visuales (Reynell-Zinkin, 1969).
131
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
132
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
133
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r Orgullo, afecto, ternura (en las respuestas de sus padres, si lo cogen un tiempo
diariamente, conversan con él).
r Estimulación académica (si se le anima a aprender colores, discursos fijos, re-
laciones espaciales y otros contenidos académicos).
r Modelado y estimulación de la madurez social (si se le permite expresar algunos
sentimientos y se le obliga a respetar ciertas normas —horarios de comidas,
uso de TV, etc.—).
r Diversidad de experiencias (variedad, cantidad y autonomía del niño).
r Aceptación (empleo de castigos, etc.).
134
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Tabla n.º 12: Objetivos y tipos de ejercicios de las Áreas de expresión del Sistema IPE-E
ÁREAS DE
OBJETIVOS TIPOS DE EJERCICIOS
EXPRESIÓN
Dinámica Conseguir la evolución psicomotriz Percepción global del cuerpo
Incorporar el esquema corporal Esquema corporal
Lograr la orientación espacio-temporal Equilibrio
Orientación espacio-temporal
Expresión dramática, música y
danza
Lingüística Lograr la comunicación oral y escrita implica Preparación para el lenguaje
desarrollar: Preparación para la lectura y escritura
Órganos que intervienen en la fonación Expresión y comprensión oral
Habilidades auditivas básicas Expresión y comprensión escrita
Memoria visual y auditiva
Orientación espacial
Prensión, coordinación visomotriz
Matemática Desarrollar el pensamiento, implica: Color
Percibir y discriminar visualmente Comparaciones
Comparar nociones de cantidad Conjuntos
Preparar para la aparición de operaciones lógicas Correspondencias
Desarrollar la memoria visual Figuras geométricas
Formas
Líneas
Moneda vigente
Números cardinales y operaciones
Ordenaciones
Posiciones en el espacio
Reversibilidad-constancia
Sistema de pesas y medida
Tamaño
Tiempo
Plástica Desarrollar el Sist. Nervioso Central: Calco
Atención Confección de objetos en papel…
Discriminación visual con materiales diversos
Coordinación visomotriz Dibujo
Doblado y pegado
Modelado
Palillos
Pegado y relleno
Picado
Pintura
Recortado a mano y con tijeras
135
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Alumno: Curso:
Supera con
Supera por
No supera
sí mismo
Ayuda
Área de expresión dinámica
1. Observa su cuerpo
2. Hace huellas con pies y manos
3. Realiza ejercicios de reptar, gatear, rodar
4. Perfila sus pies, manos y cuerpo de compañeros
5. Hace ejercicios de pataleo y pedaleo
6. Sigue con la vista objetos móviles
7. Aprecia la dirección en que llegan sonidos
8. Reconoce sustancias por el sabor
9. Anda siguiendo un camino
10. Expresa mímicamente acciones elementales
Supera con
Supera por
No supera
sí mismo
Ayuda
Área de expresión del Lenguaje
136
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Supera con
Supera por
No supera
sí mismo
Ayuda
Área de expresión Matemática
Supera con
Supera por
No supera
sí mismo
Ayuda
Área de expresión Plástica
1. Arruga papel
2. Rasga papel
3. Pinta con los dedos
4. Colorea dibujos
5. Dobla papel
6. Puntea en papel
7. Pica en papel
8. Trabaja plastilina: aplastando, rotando…
9. Pega papel
10. Repasa líneas
Observaciones:
Las pruebas estandarizadas no aportan datos sobre las peculiaridades del periodo
neonatal ya que, en general, no están diseñadas para discriminar cuáles son las
capacidades más adecuadas en el desarrollo durante el primer trimestre de vida
(Molinuevo, 2005). Tampoco pueden aplicarse todos los meses —pese a que durante
los primeros meses de vida tienen lugar numerosas y relevantes adquisiciones
137
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
evolutivas— ya que la ejecución de una determinada tarea puede verse inf luida
por el efecto de aprendizaje derivado de aplicaciones anteriores de la prueba.
Precisamente como alternativa/complemento al enfoque psicométrico en la
exploración diagnóstica —sobre todo del CI— surgió la Evaluación del
Potencial de Aprendizaje —EPA— que según González-Pérez y Santiuste
(1999) consiste en pedir al niño que resuelva una determinada tarea —previamen-
te analizadas las operaciones que requiere— aplicada de forma estándar para obte-
ner una puntuación pretest. Tras el entrenamiento en dicha tarea ofreciéndole
pistas para su realización, observando y registrando sistemáticamente su comporta-
miento, n.º de ayudas necesitadas, grado de transferencia, se efectúa una nueva
aplicación de la tarea para obtener la puntuación postest. La diferencia entre pun-
tuaciones pretest y postest se considera la medida del potencial de aprendizaje y las
observaciones realizadas durante el entrenamiento permiten detectar posibles défi-
cits en el funcionamiento cognitivo del niño. Así, la EPA tal como la define
(Calero, 1995, p. 59) es la capacidad de un sujeto para aprovecharse de un entrena-
miento dirigido a mejorar la inteligencia o, lo que es lo mismo, a enseñar a resolver
problemas complejos en los que, en un principio, parecía fallar. Tal como señalan
Robles y Calero (2008) esta definición nos recuerda inevitablemente la definición
de Zona de Desarrollo Próximo de Vigotsky (1978) y al concepto de experiencia
de aprendizaje mediado de Feuerstein, Rand & Hoffman (1979).
Siguiendo el EPA, Robles Bello bajo la dirección de Calero (Robles Bello, 2007)
ha validado una técnica de evaluación denominada Escala de Aplicación de Funciones
Cognitivas (ACFS) de Lidz y Jepsen (2000) basada en la aplicación de estrategias de
aprendizaje y procesos cognitivos en tareas típicas del currículum de la etapa de
Educación Infantil dirigida a niños en edad preescolar de 3 a 5 años. También en
esta línea, dirigidas a niños de Infantil y Primaria, González Pérez (1999) desarrolló
las Escalas para la evaluación del Desarrollo Potencial EDEPO, batería que, siguiendo los
hitos del desarrollo, evalúa habilidades y capacidades en niños con retraso mental,
así como para todo tipo de niños con necesidades educativas especiales.
A continuación, se describen brevemente ambas escalas.
138
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Escalas para la evaluación del Desarrollo Potencial EDEPO, González Pérez (1999)
Se trata de 4 escalas cada una con 64 ítems para cada una de las áreas de de-
sarrollo (motora —motricidad gruesa y fina—, de lenguaje —comprensivo, ex-
presivo—, cognitiva —perceptivo-cognitiva, habilidades académicas— y so-
cial —autonomía personal, habilidades sociales—). Desde el nacimiento hasta
139
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
los 8 años, se distribuyen 4 ítems por nivel de edad, sin tiempo preestablecido de
aplicación. Hay tres posibilidades de puntuación (0, 1, 2) según empiece a adqui-
rir o tenga perfectamente desarrollada la habilidad. Estas escalas permiten obte-
ner información sobre el nivel de desarrollo alcanzado en cada área, el nivel de
desarrollo potencial alcanzable mediante entrenamiento, factores que inciden o
facilitan el desarrollo y el tipo de estrategias utilizadas por el niño al abordar la
tarea. También pueden informar sobre déficits significativos en las áreas de desa-
rrollo, sus puntos fuertes y débiles en relación al contexto de enseñanza-aprendi-
zaje y las ayudas que precisará para el logro de los objetivos educativos (facilitan
la adaptación del currículo).
140
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
número de ítems se pasa a otro ítem o se suspende la prueba; tras sucesivos inten-
tos puede que el niño, al darse cuenta de su fracaso, pierda interés y no quiera
seguir realizando la prueba o resuelva sus ítems «de cualquier manera» con tal de
que finalice la aplicación de la misma. Además, es frecuente que niños con défi-
cits, sobre todo cognitivos, precisamente procuren evitar situaciones de explora-
ción diagnóstica, por lo que no muestran realmente todo su potencial.
En el caso de que se pretenda establecer comparaciones entre puntuaciones obte-
nidas por el niño a través de distintos tests, hay que asegurar —consultando su
manual— que ambos comparten las mismas bases teóricas. De lo contrario, no
podrán compararse directamente sus puntuaciones sino más bien valorarlas y
complementar sus resultados. Así, Crespo (2005, p. 508) refiriéndose a las prue-
bas de inteligencia, afirma que dos tests pueden apreciar la misma función men-
tal pero con diferentes contenidos: es el caso de las Matrices Progresivas de
Raven que aprecian el nivel de inteligencia y la Escala de Binet y de Terman-
Merrill, el Test de Otis, etc., pruebas concebidas también para medir la inteli-
gencia. Mientras las primeras aprecian el nivel de inteligencia sobre la base de
aptitudes no verbales, las segundas operan, preferentemente, con aptitudes ver-
bales y un cierto dominio de aprendizajes escolares. La comparación directa de los
puntajes de estas pruebas de inteligencia puede conducirnos a errores estimativos muy gra-
ves. Otro error diagnóstico puede producirse cuando algunas habilidades o la
falta de las mismas queda «oculta» tras una buena inteligencia general. Algunos
autores (Salvador-Carulla, 2011) proponen por ello no sólo obtener un CI, sino
realizar una valoración cognitiva completa del funcionamiento del niño, sus
puntos fuertes y débiles así como sus habilidades para adaptarse al entorno, siem-
pre desde un enfoque evolutivo.
En el caso concreto de los cocientes de desarrollo, hay que tener en cuenta si
se aprecian diferentes resultados en función de las subescalas del instrumento. Cuando se
pretende planificar una buena intervención, no podemos quedarnos con un re-
sultado global, sino que debemos analizar las puntuaciones en cada sub-escala,
los perfiles que conforman (Buceta et al., 2006 p. 138). Es posible que el niño
obtenga puntuaciones en la franja límite o inferior a la media sin que deba inter-
pretarse automáticamente como baja inteligencia; sus puntuaciones pueden ser
bajas en escalas perceptivas-manipulativas y motoras indicando con ello posibles
dificultades visoespaciales características de trastornos de aprendizaje no verbal
(Salvador-Carulla, 2011). Aunque lo normal es que en las distintas áreas se apre-
cie un desarrollo paralelo, no obstante, si se perciben discrepancias entre los re-
141
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
142
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Se aplica este diagnóstico cuando consideramos que el niño presenta una pa-
tología a nivel de vías, centros o circuitos nerviosos implicados en la motricidad
(GAT, 2000). Abarca diferentes formas y grados de parálisis cerebral, espina bífi-
da, miopatías etc. así como disfunciones motrices menores (retardo motriz, hi-
potonía, dificultades en la motricidad fina o gruesa…). Constituye el principal
motivo de consulta para la derivación a AT en el primer años de vida (Bugié et
al., 2006).
La edad de sedestación sin apoyo y de marcha autónoma puede establecerse a
partir de los datos ofrecidos por los padres en la entrevista. La exploración per-
143
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Se incluyen en este grupo los déficits visuales o auditivos en sus diversos gra-
dos y combinaciones.
Alteraciones de la visión
Por otra parte, las alteraciones visuales11 ya sean por déficit sensorial (ce-
guera, deficiencia visual) o trastornos perceptivos, exigen también diagnósticos
específicos. En el primer caso, este tipo de diagnósticos exploran la agudeza visual,
la visión de los colores, el campo visual y el fondo del ojo. En el segundo caso, la
11
Para una mayor profundización en el tema se sugiere consultar —entre otras obras— Pérez Pereira (2006).
144
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
12
Se remite al lector al apartado anterior para consultar las pruebas de exploración diagnóstica vinculadas a las
distintas áreas de desarrollo.
145
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
auditivas. Así mismo, conviene aplicar algunas pruebas motrices para conocer si
hay adquisición del esquema corporal y lateralización (Ibáñez, 1987a).
Algunas de las pruebas que pueden utilizarse en el diagnóstico psicopedagó-
gico del niño ciego o con déficit visual son la Escala de Visión Lezine, el
Procedimiento de Valoración Diagnóstica (PVD) del Programa para Desarrollar
Eficiencia en el Funcionamiento Visual de Barraga y Morris (Barraga, 1997), el
Test de Desarrollo de la Percepción Visual de Frostig (1984), las Escalas de
Reynell-Zinkin, la escala de Leonhardt, el Test de figuras enmascaradas de
Coates etc.
Alteraciones de la audición
Suele considerarse hipoacusia leve si las pérdidas oscilan entre los 21 a 40 dB,
moderada entre 41 y 70 dB, graves, entre 71 y 90 dB y profundas si las pérdidas
son superiores a 90 dB. En el caso de las alteraciones auditivas, una exploración
específica permitirá averiguar si existe trastorno auditivo —periférico o central—
y si es de tipo perceptivo, neurosensorial, de transmisión o conductivo, además
de los decibeles de pérdida auditiva.
En términos generales, en las sorderas de origen nervioso o internas suele
estar perturbada la percepción de sonidos agudos mientras que en las sorderas de
origen periférico, ocasionadas por lesiones del oído externo o medio, la pertur-
bación se centra en los sonidos graves. Además, si la hipoacusia es sensorial se
caracteriza por la tendencia hacia el volumen excesivo, escasa modulación en la
articulación, confusión de vocales, omisión y distorsión de consonantes. Sin em-
bargo, en la hipoacusia conductiva se suele apreciar escaso volumen, omisión o
debilitamiento de consonantes finales y errores en fonemas m y n. Así mismo, en
los distintos tipos de hipoacusias son frecuentes las dificultades para comprender
el lenguaje, expresarse oralmente (vocabulario pobre, fallos en la estructuración
de las frases) e incluso en casos severos, lenguaje telegráfico, dislalias funcionales,
disfonías…
En la exploración diagnóstica de los niños con discapacidad auditiva se
aplicarán pruebas específicas para la valoración de la hipoacusia. Otras pruebas13
serán las mismas que se aplican para evaluar el desarrollo cognitivo, social o lin-
güístico de cualquier niño (CEAF, 2007). Para evitar distorsiones en los resulta-
13
Véanse las pruebas psicopedagógicas expuestas en apartados anteriores.
146
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
14
Para profundizar una valoración integral del niño con discapacidad auditiva se recomienda consultar, entre otras
obras, el Manual Técnico elaborado por el Comité Español de Audiofonología (CEAF, 2007).
147
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
148
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
149
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
150
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Se incluyen en este grupo los niños que presentan formas de conductas ina-
propiadas y, a veces, perturbadoras (GAT, 2000).
Entre los trastornos de conducta, la Organización Diagnóstica para la Atención
Temprana incluye la hiperactividad. Es posible que padres con poca paciencia o
excesiva ansiedad puedan considerar a sus hijos muy inquietos o que los profesores
crean que siempre tienen algún alumno que padece el trastorno, pero ambos no
siempre coinciden en sus opiniones sobre la conducta del niño. El diagnóstico de
este trastorno exige una exploración diagnóstica más objetiva. De la anamnesis
15
El lector interesado en este aspecto puede consultar —entre otras obras la de Monfort y Juárez (2001)—.
151
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
podemos deducir si los padres tienen conf lictos que generen estados de tensión
psicológica en el niño, si parecía ya hiperactivo antes de nacer, si ha sufrido algún
traumatismo, fue prematuro, tuvo convulsiones o fiebre muy alta, etc. indicios
para valorar el origen —orgánico o no— del trastorno (Ibáñez, 1987a).
Para que un niño reciba el diagnóstico de un TDAH (Trastorno por Déficit
de Atención con Hiperactividad) según la Sociedad Americana de Psiquiatría
(DSM-IV) debe cumplir los siguientes criterios: (véase Tabla n.º 15):
1. Manifestar ≥ 6 síntomas sobre desatención (esto es, 6 o más respuestas afirmativas), al menos durante 6
meses y con una intensidad que no es normal para su nivel de desarrollo (en los niños con deficiencias se
comparará con su edad mental no con la cronológica).
Manifestar ≥ 6 síntomas sobre hiperactividad e impulsividad, al menos durante 6 meses e igualmente con
una intensidad extraordinaria.
2. Algunos de los síntomas asociados a la hiperactividad-impulsividad o desatención que causan alteraciones
deben manifestarse antes de los 7 años.
3. Algunas de las alteraciones provocadas por los síntomas deben presentarse en 2 o más ambientes (por ej. en
casa y en la escuela).
4. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica y
laboral.
5. Los síntomas pueden aparecer de forma aislada o asociados a otros trastornos como trastornos generalizados
del desarrollo, esquizofrenia, trastorno psicótico de modo que, aunque estén presentes junto a otro trastorno,
no se explican por la presencia del mismo.
1. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por
descuido en las tareas escolares.
2. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en los jue-
gos.
3. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
4. A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u
obligaciones (pero no por rebeldía o falta de comprensión).
DESATENCIÓN
5. A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
6. A menudo evita, le disgusta o es reacio a dedicarse a tareas que requieren un
esfuerzo mental sostenido (tareas escolares o de casa).
7. A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (juguetes, ejercicios
escolares, libros, herramientas…).
8. A menudo se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
9. A menudo es descuidado en las actividades diarias.
152
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Trastornos emocionales
153
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
154
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
relacionadas con el autismo y la psicosis) (GAT, 2000). Por tanto, existe mucha
diversidad en sus posibles patrones, a menudo correspondientes a un desarrollo
disarmónico (Lozano y Cañete, 2006).
Respecto al diagnóstico del autismo, es posible que aparezcan durante algún
tiempo rasgos autistas en niños que padecen otras patologías, en cualquier caso,
el autismo suele ser diagnosticado durante los dos primeros años en que pueden
apreciarse diversos síntomas (Ibáñez, 1987a):
r .BZPSFTDPNQMJDBDJPOFTQFSJOBUBMFT
EJGJDVMUBEFTFOMBBMJNFOUBDJÓOTVD-
ción alterada, resistencia al cambio de alimentación…
r 1BTJWJEBEFYUSFNBEFTDSJUPTDPNPOJÒPTjNVZCVFOPTvQPSTVTQBESFT
P
por el contrario presentan hiperactividad.
r " MUFSBDJPOFTFOFMÃSFBTFOTPSJBMOPTJHVFODPOMBWJTUBBMPTPCKFUPTOJEBO
muestras de reconocer una imagen, ni miran lo que pasa a su alrededor,
(reaccionan como si no oyesen…).
r " MUFSBDJPOFTFOFMÃSFBTFOTPNPUSJ[DBSFDFOEFNPWJNJFOUPTBOUJDJQBUP-
rios, no extienden los brazos para que se les coja, al tomarlos en brazos
permanecen rígidos/f lácidos, no reaccionan al ver a la madre, aunque tar-
dan en andar son veloces en el gateo, tienden a trepar…
r 3FUSBTPFOFMMFOHVBKFQVFEFOUFOFSVOBFWPMVDJÓOOPSNBMRVFTFEFUJFOF
ecolalia persistente…
r " MUFSBDJPOFTFOFMÃSFBBGFDUJWBOPTPOSÎFODPNPSFTQVFTUBBMSPTUSPIVNB-
no. Se interesan más por los objetos. No se reconocen a sí mismos y a los
demás como seres independientes (pueden conocer sólo algunas partes de
su cuerpo que utilizan en acciones repetitivas), manifiestan cierta dificul-
tad para establecer relaciones que puede llegar al retraimiento y desarrollo
de estereotipias…
A partir de los dos años, destacan particularmente:
r -BTalteraciones socio-afectivas: el rechazo al contacto físico, el aislamiento, la
escasa reacción a estímulos externos, tristeza o carcajadas inexplicables,
conductas atípicas de llanto (llorar sin lágrimas, de modo incontrolado y
sin causa aparente), miedos inexplicables, autoagresiones (por ejemplo,
frente a las frustraciones), respuesta paradójica al dolor…
155
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Retraso evolutivo
156
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
157
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r 4 FOTJCJMJEBE
r $PIFSFODJBJOUFSQFSTPOBM
r5FNQPSJ[BDJÓO
r $
BEFOBEFSFDVSTPTTPDJBMFTPGSFDFSFMEFSFDIPBPUSBPQJOJÓOQSPGFTJPOBM
r %
FTUBDBSMBTJOHVMBSJEBEZDBQBDJEBEEFMOJÒP
r -MBNBSBMOJÒPQPSTVOPNCSF
r %BSMBOPUJDJBBOUFMPTQBESFT
r 6TBSMFOHVBKFDPNQSFOTJCMF
r %
BSUJFNQPBBTVNJSMBTJUVBDJÓOZQMBOUFBSQSFHVOUBT
r5SBUPTFSJPZSFTQFUVPTP
r "DPNQBÒBSBMPTQBESFTRVFFTUÃOTPMPTDPOPUSBQFSTPOBRVFDPOP[DBO
r $
SJUFSJPGMFYJCMFQBSBBKVTUBSTFBEJGFSFOUFTTJUVBDJPOFT
r 0GSFDFSMBDPOTVMUBEF"5
r "VUPMJNJUBSTFBMQSPQJPTBCFSZFTQBDJPEFJOUFSWFODJÓO
Las familias deben conocer —si es posible desde los primeros contactos— as-
pectos biológicos, estructurales o funcionales que —por sus alteraciones— son
susceptibles de condicionar el desarrollo de sus hijos, así como las posibilidades
de superación de los mismos. Se debe incidir más en las potencialidades que en
sus deficiencias, esto es, informar de lo que sucede a su hijo, en qué datos nos
apoyamos para justificarlo, cuáles han sido los factores que han podido inf luir en
158
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
159
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
160
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
161
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
162
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Pruebas proyectivas
Test de la figura humana de Goodenough-Harris
Fue concebido por Goodenough como un test de inteligencia infantil por me-
dio de la figura humana, para apreciar el desarrollo mental bajo el supuesto de que
la actividad gráfica evoluciona en función de la edad. Muchas veces, cuando un
niño dibuja a una persona no dibuja lo que ve, sino lo que sabe de ella, por tanto, no
efectúa un trabajo estético sino intelectual. Por el contrario, cuando dibuja una fi-
gura incompleta, se le pide que la complete intentando averiguar por qué no desea-
ba dibujar algún aspecto (la interpretación puede variar según la figura dibujada sea
un estereotipo, una persona concreta o intenta dibujarse a sí mismo).
Goodenough estableció un inventario de rasgos gráficos para ponderar el
dibujo según la ausencia/presencia de los mismos: cantidad de detalles —cabeza,
piernas, brazos…—, proporcionalidad —tronco más largo que ancho, cabeza
proporcionada…—, bidimensionalidad —el cuello representado por una o dos
líneas, la boca…—, intransparencia —prendas de vestir opacas…—, congruen-
cia —miembros unidos al tronco, cabello que no excede el contorno de la cabe-
za…—, plasticidad —pulgar en oposición, mano diferenciada del brazo y los
dedos…—, coordinación visomotora —seguridad en el trazado, facciones simé-
tricas…— y perfil —si lo ha logrado, ha cometido errores—.
Además, el dibujo puede entenderse como una expresión del estado de áni-
mo, de las tensiones emocionales del niño, o de su experiencia organizativa re-
f lejada en el esquema corporal dibujado. En todo caso, aquellos aspectos expre-
sivos inusuales, que no están relacionados con la edad y la maduración, y cuya
validez clínica ha sido atestiguada por investigaciones precedentes, se denomina-
rán «indicadores emocionales» ya que expresarían problemas, conf lictos, desajus-
tes, o perturbación emocional (Maganto, 1998).
163
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
niño asume su rol dentro de la familia. Se puede aplicar a partir de los 3 años, ya
que exige cierta capacidad de elaboración cognitiva, pues el niño tiene que elegir
con qué láminas trabajará —aunque aún no domine el lenguaje—.
Inicialmente se pide al niño que diga qué es para él la lámina inicial: deberá
precisar, edad, sexo y grado de parentesco de los personajes animales. En la ma-
yoría de las versiones, el animal es un cerdito con una mancha negra en su pata
izquierda, al igual que su madre (rasgo distintivo). Al resto de los personajes sue-
le atribuírseles el rol de padre, hermanos, amigos…
Inicialmente es preferible que empiece seleccionando las láminas que le agra-
dan y sobre las que prefiere para contar una historia (reduce su angustia y meca-
nismos de defensa). Posteriormente señalará también láminas que le resulten es-
casamente gratificantes. En el momento de indicar el motivo por el que le gustan
o no, quién le gustaría ser y por qué, se le puede pedir que precise el relato en los
aspectos que interesen. El sentido de presentarle al final una lámina con la ima-
gen de un hada a la que el cerdito Pata Negra puede pedirle tres deseos, es que
proyecte sus deseos más íntimos, exprese sus necesidades.
La interpretación de este test debe apoyarse en la descripción de cada lámina/
temática y los conf lictos que permite explorar, el análisis de las láminas acepta-
das/rechazadas, el método de preferencias e identificaciones, las preguntas diri-
gidas y las preguntas de síntesis, así como la conducta verbal y no verbal del su-
jeto, la conducta interactiva con el examinador y el dominio que éste tiene de
sus fundamentos teóricos (Maganto, 1998).
164
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
(1978) ya aconsejaba elegir para niños con problemas hacia sus hermanos meno-
res, las láminas 1 y 4. Con niños muy inquietos es preferible dejarles a la vez
todas las láminas sobre la mesa (arregladas en 3 filas, y permitirles verlas, colo-
carlas y hablar como quieran sobre ellas.
Se considera un modelo óptimo de análisis del estilo perceptual y cognitivo,
estados afectivos y funcionamiento de la personalidad infantil. Conforme señala
Maganto (1998), las figuras de identificación, al ser animales, facilitan proyec-
ción de impulsos agresivos y de la vida impulsiva en general sin la amenaza de la
culpa. Particularmente explora la relación del niño con las figuras del grupo fa-
miliar así como posición y reacción ante el mundo de pares y adultos. Los temas
de las láminas son los siguientes:
r -ÃNJOBQSPCMFNBEFBMJNFOUBDJÓO
SJWBMJEBEFTFOUSFIFSNBOPT
r -ÃNJOBBDUJUVEGSFOUFBMPTQBESFT
NJFEPBMBBHSFTJÓOw
r -ÃNJOBGJHVSBQBUFSOBMCFOJHOBPBNFOB[BEPSB
r -ÃNJOBSJWBMJEBEGSBUFSOB
PSJHFOEFMPTOJÒPT
SFMBDJÓODPOMBNBESF
r -ÃNJOBZNJFEPBMBTPMFEBE
QSFPDVQBDJÓOQPSMPRVFTVDFEFFOMB
cama de los padres, celos.
r -ÃNJOBNJFEPTBMBBHSFTJÓOZNBOFSBEFSFTPMWFSMPT
HSBEPEFBOTJFEBE
r -ÃNJOBQSPCMFNBTEFDPOWJWFODJBGBNJMJBS
r -ÃNJOBNJFEPBMBPTDVSJEBE
BCBOEPOPEFMPTQBESFT
DVSJPTJEBEQPSMP
que pasa en la otra habitación.
r -ÃNJOBDPODFQUPTNPSBMFTEFMOJÒP
IÃCJUPTEFMJNQJF[BFUD
Bellak (1996) sugiere analizar, especialmente, diez variables:
1. Tema principal: encontrar la tendencia en varias historias. En niños de 3 a 4
años suelen ser temas muy simples.
2. Héroe principal: la figura con que se identifica el sujeto (suele parecerse en
edad y sexo). Interpreta los acontecimientos desde su punto de vista.
Puede haber más de un héroe e incluso identificaciones con héroes de
otro sexo. Probablemente los intereses, deseos, defectos y habilidades
que tiene el héroe serán los que el niño desee poseer o muestren aquellos
a quienes teme.
165
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
3. Necesidades principales del héroe: pueden corresponder a las del niño si las
describe de forma detallada y realista, pero si la descripción es vaga, es
menos probable su relación con la realidad. Resultan muy significativas las
figuras, objetos o circunstancias adicionales que no existen en la lámina,
así como circunstancias externas u omitidas (tal vez origen del conflicto).
4. Concepto de medio ambiente: normalmente dos o tres adjetivos son sufi-
cientes (por ejemplo, hostil, amistoso, peligroso, auxiliador…).
5. Cómo ve el niño las figuras que le rodean y cómo reacciona ante ellas. Es
importante ver con qué familiar se identifica y observar el rol de cada
progenitor.
6. Conflictos significativos: también las defensas contra la ansiedad que le ge-
neran.
7. Naturaleza de la ansiedad o miedo: determinar los principales miedos del
niño, relacionados con daños físicos, temor a perder el cariño, ser aban-
donado, falta de apoyo. Ver qué defensa utiliza contra los temores: fuga,
pasividad agresión, oralidad, renunciación, etc.
8. Defensas principales: deben ser los apropiados a su edad.
9. Severidad del superyo: relación entre el castigo escogido y la naturaleza de
la ofensa.
10. Integración del ego: hasta qué grado es capaz de los motivos y demandas de
la realidad y de su conciencia (Superyo).
También aplicable a partir de los tres años, esta prueba consiste en una serie
de historias de contenido simbólico que el niño debe completar, identificándose
con el «héroe» para expresar a través de él y sus reacciones en cada fábula, con-
f lictos, ansiedades, etc. Es capaz de revelar información que no se obtendría por
medio de preguntas directas y tiene la ventaja de que se puede recibir una res-
puesta más detallada. Al igual que la prueba anterior, el análisis e interpretación
se fundamentan en la identificación y transformación del niño con el héroe,
buscando descubrir los conf lictos y ansiedades que subyacen bajo sus respuestas
(pueden ser banales, expresar angustia, agresividad, etc.).
166
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Área Sensoriomotriz
Dirigida a niños con edades comprendidas entre los 0 y los 30 meses dispone
de pruebas complementarias que pueden aplicarse hasta los 6 años de edad. La
167
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
escala consta de dos partes, una experimental —en la que se administran las
pruebas al niño— y otra observacional cuya información —sobre su comporta-
miento en la vida cotidiana— se recoge a través de preguntas a los padres (Buceta
et al., 2006).
Permite explorar 4 áreas: motriz o postural, lenguaje, coordinación óculo-
motriz y conducta de adaptación a los objetos y sociabilidad. Los ítems (10 para
cada prueba) se encuentran ordenados según criterios de maduración evolutiva y
ponderados para obtener una cifra final expresada en días. Al dividir la puntua-
ción final en días y la edad cronológica, se obtiene un cociente de desarrollo que
indica si éste puede considerarse leve (entre 71 y 84), moderado (entre 60 y 70) o
grave (inferior a 60). Se establece así un perfil sobre el nivel de desarrollo.
Como señalan Cabrera y Sánchez Palacios (2002) este perfil que globalmen-
te irá cambiando tras sucesivas evaluaciones, irá indicando en cada momento la
modalidad sensorial que precisa mayor atención. Estos datos resultan muy útiles
para elaborar un programa de estimulación (precisamente por no basarse en la
edad cronológica sino en los citados perfiles).
CCHI Curriculum Carolina (The Carolina Curriculum for Handicapped Infants and
Infants at Risk, Johnson-Martín, Jens, Attermeier y Hacker, 1994)
168
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
169
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
4 Atención y memoria
5 Formación de conceptos
6 Comprensión espacial
7 Uso funcional de los
objetos y juego simbólico
8 Resolución de problemas
9 Percepción visual
10 Prevocabualrio/vocabulario
11 Imitación: sonidos, gestos
Comunica
12 Respuestas a la
comunicación de los demás
13 Habilidades de
conversación
16
Sólo se han rellenado las casillas correspondientes a la secuencia n.º 1. Paralelamente en cada una de las secuencias
se aprecia la distribución de las letras que representan los ítems cuyas habilidades suelen adquirirse a una determinada edad.
170
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
16 Autosuficiencia: comer
17 Autosuficiencia: vestirse
18 Autosuficiencia: cuidados
personales
19 Motricidad fina:
integración táctil
20 Motricidad fina: tender
Motricidad fina
26 Motricidad gruesa: de
pie
26-I Motricidad gruesa:
de pie. Postura y
locomoción
26-II Motricidad gruesa: de
pie. Escaleras
26-III Motricidad gruesa: de
pie: Saltar
26-IV Motricidad gruesa: de
pie. Equilibrio
171
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
172
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Con nueva tipificación para la población española (2005), esta prueba permi-
te evaluar mediante tareas lúdicas el desarrollo cognitivo y psicomotor de niños
con edades comprendidas entre 2 años y medio y 8 años y medio. Según el autor,
sus escalas son especialmente válidas para el diagnóstico de niños con problemas de
aprendizaje.
El MSCA consta de 18 pruebas que evalúan 6 áreas. A continuación se pre-
senta una Tabla n.º 19 con las escalas, los tipos de pruebas incluidas en ellas y un
ejemplo de ítems:
173
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r .PUSJ[DPNQSFOEFEFTEFMPTHSBOEFTNPWJNJFOUPTDPSQPSBMFTIBTUBMBT
coordinaciones motrices más finas.
r "EBQUBUJWPDPNQSFOEFMPTBKVTUFTTFOTPNPUPSFTNÃTGJOPTGSFOUFBPCKFUPT
y situaciones.
r 1FSTPOBMZTPDJBMDPNQSFOEFOVNFSPTBTIBCJMJEBEFTZBDUJUVEFTEFMOJÒP
frente a su medio sociocultural (higiene, alimentación, juego…)
174
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Trimestres I II III IV
Motricidad gruesa Control cefálico Sedestación Bipedestación Marcha
Adaptación Seguimiento ocular Seguimiento ocular Un objeto pasa de Puede intercambiar
Áreas
Una vez obtenidos los criterios evolutivos mediante los 150 ítems de la Escala,
se calcula el cociente de desarrollo. La información obtenida mediante esta esca-
la puede completarse con la información proporcionada por los padres sobre el
desarrollo evolutivo de su hijo. Posteriormente, Brunet y Lezine retomarían el
trabajo de Gesell incorporando preguntas dirigidas a la madre del niño para co-
nocer conductas difícilmente observables durante la aplicación de la prueba.
17
Se considera «normal» cuando el ítem es superado por el 90% de los niños de la muestra de referencia
175
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Puede aplicarse a niños con deficiencias intelectuales, que hablen idiomas ex-
tranjeros o con trastornos de comportamiento. Asimismo, resulta muy útil para
determinar si en niños con deficiencias visuales (la insuficiente actividad visual
lleva consigo alguna perturbación en la percepción).
Evalúa los siguientes aspectos de la percepción visual:
r $PPSEJOBDJÓOWJTPNPUPSBFMOJÒPEFCFUSB[BSMÎOFBTDPOUJOVBTRVFTFTJ-
tuarán entre dos líneas impresas, paralelas, con separaciones distintas y di-
versas formas o que deberán ir de un punto a otro sin líneas-guía.
r %JTDSJNJOBDJÓOGJHVSBGPOEPUSBUBEFEJTUJOHVJSVOBTFSJFEFGJHVSBTTPCSF
fondos de complejidad creciente (incluye formas encubiertas y enmaraña-
das).
r $POTUBODJBEFMBGPSNBDPOTJTUFFOSFDPOPDFSDJFSUBTGJHVSBTHFPNÊUSJDBT
simples, con diversos tamaños, formas, sombreados, posiciones en el espa-
cio, etc.
r 1PTJDJPOFTFOFMFTQBDJPUSBUBEFEFTDVCSJS
FOUSFTFSJFTEFGJHVSBTJHVBMFT
las que están invertidas o colocadas en distinta posición.
r 3FMBDJPOFTFTQBDJBMFTDPOTJTUFFOSFQSPEVDJSVOBTFSJFEFMÎOFBTZÃOHVMPT
de dificultad creciente, partiendo de un análisis de formas y estructuras
simples.
Como resultado de su aplicación, permite calcular edades perceptivas y co-
cientes perceptivos para cada una de dichas áreas. A los niños de preescolar cuyo
cociente perceptivo sea inferior a 90, según Frostig se les debería proporcionar
un entrenamiento especial para desarrollar su percepción visual.
176
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Área
Según la evolución motriz del niño se distinguen 3 sub-áreas:
r 1PTUVSB
Postura-Motricidad
r %FTQMB[BNJFOUPZEFBNCVMBDJÓO
r "VUPOPNÎB
Grado de especialización auditiva que se requiere en bebés ciegos. Cronológicamente se
aprecian dos niveles:
Sentido auditivo r /JWFMDPOEVDUBTRVFTFJOJDJBOFOFMQSJNFSTFNFTUSF FKTJHVFMBWP[DPOMBNJSBEBw
r /JWFMDPOEVDUBTRVFBQBSFDFOBMPMBSHPEFMBÒP FKCVTDBVOPCKFUPRVFPZF
sonar)
r *OUFSBDDJÓOFOUSFBEVMUPZCFCÊ WÎODVMPFNPDJPOBM
177
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Área
Conductas relativas al:
r & TRVFNBDPSQPSBM
r $ PODFQUPTFTQBDJBMFT
r - BUFSBMJ[BDJÓO
Desarrollo
r 0SHBOJ[BDJÓOUFNQPSBM
cognoscitivo
r / ÙNFSP
r +VFHPTJNCÓMJDP
r 3 FQSFTFOUBDJÓOEFPCKFUPQFSNBOFOUF
r .FNPSJBWFSCBM
Habilidades de autonomía relativas a conductas de alimentación, praxias del vestir y control
Hábitos
de esfínteres.
BVMGT Test Gestáltico visomotor de Bender (Bender Visual Motor Gestalt Test)
178
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Área cognitiva
179
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
180
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Área lingüística
Esta prueba se construyó con una doble finalidad (op. cit., p. 150): apreciar el
desarrollo del lenguaje oral en niños en las primeras etapas de escolarización
—adaptando en consecuencia la programación— y para detectar casos proble-
máticos a los que poder ofrecer una intervención individualizada.
Se trata de un test de cribado sobre el desarrollo comprensivo y expresivo del lengua-
je oral, que permite detectar niños con riesgo de retraso en el desarrollo de dicho
lenguaje. Valora numerosos elementos, utilizando para cada segmento de edad (3,
4, 5 y 6 años) un tipo de estrategias de evaluación distintas: descripción de láminas,
ordenación y narración de viñetas, denominación o selección de imágenes, res-
puestas a preguntas simples y complejas, ejecución de órdenes, clasificación de
palabras, detección de absurdos, búsqueda de antónimos etc. También valora la
conversación espontánea y la conducta comunicativa del niño durante la prueba.
Ofrece una puntuación tipificada del desarrollo global del lenguaje oral y
puntuaciones parciales en las siguientes dimensiones: forma del lenguaje —foné-
tica-fonología, morfosintaxis—, contenido del lenguaje —semántica y léxico—
y uso del lenguaje —pragmática—. Tales puntuaciones se sintetizan en las si-
guientes categorías: normal, necesita mejorar y retraso.
Escalas Reynell para evaluar el desarrollo del lenguaje (Reynell, 1985; Edwars, Fletcher,
Garman, Hughes, Letts, Sinka, 1997)
181
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
182
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
Entre las críticas que ha despertado esta prueba destaca la excesiva atención al
enfoque sintáctico y semántico del lenguaje en detrimento de los intentos comu-
nicativos del niño que pueden resultar funcionales, sobre todo en situaciones
naturales —no experimentales—. No obstante, pueden adaptarse para diagnos-
ticar el lenguaje de niños con déficit auditivo.
183
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
mántico que inf luye en los aprendizajes básicos de niños con edades comprendi-
das entre los 3 y 6 años.
Informa sobre la comprensión de conceptos que se refieren al dominio de
situaciones espaciales (localización, dirección, dimensiones), temporales y de
cantidad a través del conocimiento del vocabulario y su significación. Permite
explorar las capacidades de comprensión y razonamiento a partir de las relacio-
nes que se establecen entre las palabras. Rápido de aplicar (en torno a 20 minu-
tos), siempre se plantean los problemas o situaciones en forma gráfica para evitar
las dificultades de lectura que la mayoría de niños poseen a esa edad (Asensi y
Lázaro, 1979). El examinador realiza las preguntas que los niños, a la vista de
cada problema concreto, tienen que resolver (por ejemplo, plantea al niño la
elección de una imagen —entre tres imágenes—, que se relaciona exactamente
con la palabra pronunciada por el examinador).
Valett. Evaluación del Desarrollo de Aptitudes básicas para el Aprendizaje (Valett, 1982)
184
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
BIBLIOGRAFÍA
185
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
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187
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
188
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
189
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
190
Diagnóstico psicopedagógico aplicado a la atención temprana
191
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
192
Capítulo III
INTERVENCIÓN DESDE LA DIMENSIÓN PSICOPEDAGÓGICA
REHABILITADORA EN LA ATENCIÓN TEMPRANA (A.T.)
INTRODUCCIÓN
193
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
194
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
200
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
técnico por excelente que sea. Además de disposiciones hay acciones sociales para
ayudarla en la atención a dicho miembro y evitar su internamiento. El objetivo es
la consecución de la calidad en el medio familiar para una integración plena.
Las Naciones Unidas (1996, art. 9, p. 176) en su Programa de Acción Mundial
para las Personas con Discapacidad se pronuncian así: «Los Estados deben pro-
mover la plena participación de las personas con discapacidad en la vida en familia. Deben
promover su derecho a la integridad personal y velar porque la legislación no
establezca discriminaciones contra las personas con discapacidad (...)».
Y continúan manifestando: «Las personas con discapacidad deben estar en
condiciones de vivir con sus familias. Los Estados deben estimular la inclusión
en la orientación familiar de módulos apropiados relativos a la discapacidad y a sus
efectos para la vida en familia».
201
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
familia en general impulsando una política global de ayuda a las personas con
discapacidad haciendo llegar propuestas e interviniendo en los dictámenes de las
políticas comunitarias y nacionales, con el fin de facilitar la integración de las
personas con discapacidad en la diversidad contextual.
La Orientación que realizan dichas asociaciones puede comenzar, si se solici-
ta, desde el primer momento en que se detecta la discapacidad o la situación de
riesgo. Es de su interés el informe de especialistas, valoración y certificado de la
discapacidad si existiese, atención temprana, integración en Grupos de Ayuda
Mutua y Grupos de Formación que generalmente funcionan dentro de las
Asociaciones o Centros de Atención siendo muy aconsejable participar en esos
grupos cuyos miembros pasan o han pasado por la misma situación. En cada eta-
pa de la vida los padres van recibiendo orientación y compartiendo experiencias
con otros padres.
Esa orientación es muy importante que se realice tempranamente, pues los padres
ante el nacimiento de un hijo con discapacidad suelen manifestar en general
ciertas actitudes que han sido recogidas en la revisión realizada por Toledo (1988)
y Zulueta (1991): Se distinguen unas fases comunes por las que suelen pasar los
padres, la primera es un choque emocional e incredulidad, no acaban de creerlo
por lo que comienza una peregrinación por diversos especialistas, a la par pue-
den aparecer actitudes de inculpación o autoinculpación que con frecuencia no
corresponden a la realidad y sentimientos ambivalentes hacia el bebé. En general
se ha detectado una tendencia a la depresión que frecuentemente se supera pa-
sando por varias fases hasta llegar a la aceptación de la situación, en el mejor de
los casos. En relación con épocas anteriores se ha observado una aceptación más
rápida de la situación, por una parte debida a una mayor atención por el incre-
mento de servicios y profesionales y por otra parte por contarse con la gran ayu-
da que ofrecen las Asociaciones pro Personas con Discapacidad.
r Otros servicios de apoyo a la familia
Los servicios sociocomunitarios tienen por objetivo general mantener o pro-
curar la integración social de las personas en la comunidad.
Entre esos servicios para personas con discapacidad y para sus familias se pue-
den distinguir: modalidades de servicios de apoyo social a la persona con disca-
pacidad y a la familia, modalidades de servicios de salud y /o terapéuticos, mo-
dalidades de servicios educativos y laborales, modalidades económicas. Muchas
202
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
203
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Modelo Objetivo
Educativo Entrenar a padres como educadores para que intervengan en el desarrollo del niño.
Terapéutico Prestar apoyo, orientación y consejo a los padres que tienen un hijo con discapacidad.
Interactivo padres-hijos Fomentar la relación padres-hijos interviniendo sobre ambos.
204
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
Subsistemas Referido
Microsistema Al ambiente inmediato: historial del individuo, clima familiar, entorno físico y social.
A los lugares que frecuentan los miembros de la familia: escuela, servicios sociales,
Mesosistema
trabajo de los padres.
Macrosistema A actitudes, creencias, valores de una sociedad y políticas oficiales.
De ayuda mutua.
Redes sociales De apoyo familiar.
De ayuda comunitaria.
Integrar a la familia en la comunidad favoreciendo la competencia de los
Objetivo general padres por medio de la cultura, las relaciones sociales y el conocimiento
de servicios que puede prestarles la comunidad.
205
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Son múltiples las experiencias realizadas por redes sociales de apoyo en diversas
zonas geográficas, como muestra mencionaremos: «Il Tempo per le Famiglie» rea-
lizada por Montovani en Milán con madres y niños pequeños acogidos por la
comunidad. En Quebec, Palacio-Quintín en 1990 intentó la reconstrucción de
tejidos sociales por medio de la creación de vínculos entre familias de apoyo y
familias negligentes (Boutín y Durning, 1997).
206
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
208
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
de dichas guarderías dio lugar a la aparición de las escuelas infantiles que ya tie-
nen enfoque educativo.
La educación infantil constituye la etapa educativa con identidad propia que
atiende a niñas y niños desde el nacimiento hasta los seis años de edad (LOE,
cap. I, art. 12).
Los alumnos que precisan más Atención Temprana son los alumnos con necesi-
dades educativas especiales/específicas y suelen acudir a la Escuela Infantil por reco-
mendación de los Equipos Psicopedagógicos o por los Centros de Desarrollo
Infantil y de Atención Temprana.
Es lógico que asistan a la Escuela Infantil puesto que la escolarización de esos
alumnos debe iniciarse en un contexto lo más normalizado posible con el fin de
apoyar y favorecer el proceso de desarrollo y aprendizaje.
La Intervención Temprana aplicada previamente al ingreso en la Escuela
Infantil, facilita el proceso de integración de los niños con necesidades educati-
vas especiales.
La Orientación Educativa además de desempeñar su función de intervención
psicopedagógica rehabilitadora, debe desempeñar una función preventiva para
evitar el rechazo o aislamiento de esos niños por causa de sus alteraciones y faci-
litar su integración en la escuela infantil a todos los niveles.
Los Centros de Desarrollo Infantil y de Atención Temprana (CDIAT)
tienen además de función preventiva, mencionada en el capítulo I, función rehabi-
litadora, atendiendo en sus centros a niños de 0 a 6 años que padecen trastornos
permanentes, proporcionándoles apoyo y también a la familia. Por ello, en el mo-
mento de integrarse estos niños en la escuela infantil se debe informar a la escuela
tanto sobre la situación del niño como de la familia.
Desde los CDIAT también se diseñan estrategias para adaptar el entorno a
las necesidades del niño: cambiar actitudes, eliminar barreras físicas y sociocul-
turales.
En la Escuela Infantil los Equipos Psicopedagógicos son esenciales para la
integración, ofrecen ayuda al niño y al profesor, además coordinan las diferentes
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
Hace tiempo que se ha considerado la necesidad de que las familias con hijos
con discapacidad/alteraciones reciban orientación familiar con el fin de que pue-
dan contribuir a la estimulación y maduración de sus hijos, bajo la dirección de
profesionales de la Orientación Educativa.
213
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
Manifestamos nuestro acuerdo y recordamos que la vida del niño comienza a desa-
rrollarse en la familia en la que se realizan actividades que forman parte de la vida
habitual. Compartimos las ideas expuestas por Klein y Gilkenson respecto
al beneficio de implicar a la familia en la intervención mediante tareas
cotidianas y de cuidado al niño, lo que incrementará los vínculos afectivos
entre padres-hijo, además se contribuirá a su desarrollo funcional a través
de las actividades que forman parte de la vida diaria.
215
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Para que tales situaciones de aprendizaje se produzcan hay que tener en cuen-
ta en el niño su proceso de desarrollo, siendo relevantes sus procesos cognitivos
y afectivoemocionales implícitos en el aprendizaje y en el desarrollo de habilida-
des. Es decir, que hay que conocer las características del niño prestando atención
a sus discapacidades/alteraciones que determinan sus necesidades especiales/es-
pecíficas. En función de tales necesidades se debe realizar la intervención, que
requiere seleccionar o diseñar programas o estrategias suficientemente funda-
mentados y adecuados para dar respuesta a tales necesidades.
Sintetizando, las directrices para diseñar o seleccionar programas en la
Atención Temprana deben contemplar: el que los programas estén suficiente-
mente fundamentados y que sean adecuados para dar respuesta a las necesidades
de intervención psicopedagógica que tenga cada niño. De eso tratarán los apar-
tados que se incluyen a continuación (3.1 y 3.2).
216
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
221
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r .FNPSJB
r "UFODJÓO
r %JTDSJNJOBDJÓOWJTVBMZBVEJUJWB
r &YQSFTJÓOZDPNQSFOTJÓOEFMMFOHVBKFPSBM MBFYQSFTJÓOPSBMTVFMFQSFTFO-
tarse con dislalias, hipolalias, etc.) Y en lectura y escritura (son frecuentes
las alteraciones).
r 4PDJBMJ[BDJÓO
Observación: Muchas de esas alteraciones dificultan la elaboración de una
imagen de sí mismos positiva y equilibrada además de la adquisición de autono-
mía personal.
A. Parálisis cerebral
222
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
r -BDPNVOJDBDJÓOUFMFGÓOJDBWP[TJOUÊUJDBQPSUFMFÊGPOP
UFMÊGPOPEFUFY-
to, servicio de intermediación telefónica.
r 'BDJMJUBSMBBDDFTJCJMJEBE
NPCJMJEBEZQFSNBOFODJB
C. Trastornos perceptivo-motrices
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
225
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r &OMBFUBQBJOGBOUJM&TUJNVMBDJÓO5FNQSBOBFTQFDÎGJDBQBSBDPOPDFSTV
cuerpo, adquirir independencia en sus desplazamientos, orientarse en el
espacio, desarrollo sensorial.
r 4JTUFNB#SBJMMFQBSBEPNJOJPEFMFDUVSBZFTDSJUVSB
r %JTQPTJUJWPTUJG MPUÊDOJDPT
r *OTUSVNFOUPTQBSBTVBVUPOPNÎBQFSTPOBM
Anacusias e hipoacusias
Necesidades específicas de intervención
Las personas con estas alteraciones suelen necesitar:
Que se conozca acerca de ellas:
r *OUFOTJEBEEFMBQÊSEJEB EFDJCFMJPT
BOBDVTJBFIJQPBDVTJBT
r 5JQPTEFIJQPBDVTJBTEFQFSDFQDJÓOPOFVSPTFOTPSJBM%FUSBOTNJTJÓOP
conductiva.
226
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
3.2.1.5. Autismo
227
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
A modo meramente informativo, presentamos una breve guía de las alteraciones del
lenguaje más frecuentes:
A. Alteraciones del leguaje oral, pueden ser por:
r 5SBTUPSOPTFOMBBSUJDVMBDJÓOEFGPOFNBTEJTMBMJB GVODJPOBMZBVEJÓHFOB
disglosia, disartria
r 5SBTUPSOPTFOFMSJUNP EJTGFNJB
5BSUBNVEF[PFTQBTNPGFNJB
UBSUBKPGF-
mia o tartajeo
r 5SBTUPSOPTFOFMUJNCSFZUPOPEFWP[ EJTGPOÎBT
SJOPGPOÎBT
USBRVJGPOÎB
megafonía, microfonía, parafonías, idiofonías
r " GBTJBTBGBTJBTFOTPSJBMPUFNQPSPQBSJFUBM
BGBTJBNPUPSBPEF#SPDB
BGBTJB
mixta.
Necesidades específicas de intervención
Las personas suelen necesitar intervenciones diversas, en función de las alte-
raciones que padezcan.
r &OMBJOUFSWFODJÓOTFFNQMFBO
– Técnicas generales, por ejemplo una de ellas es «buscar el punto articu-
latorio más sencillo de la consonante, variable según la vocal que le
acompañe : ma-me-mi…
– Técnicas básicas, fundamentales antes del empleo de técnicas específicas
correctoras de la alteración. Por ejemplo, actividades basadas en la espi-
ración: asociación fonorrespiratoria, sonidos sostenidos, escalas.
– Técnicas específicas para cada alteración
228
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
ALTERACIONES CORRECCIÓN
ESCRITURA
DISORTOGRAFÍAS Rotación espacial (b-p, Orientación espacial (ejerc. esquema corporal, lateralidad
u-n…). y orientación).
Inversión (le-el…). Orientación espacio temporal (ejerc.Viñetas).
Reiteración (repetición de Identificación de formas (ejerc. identificación
letras-sílabas…). y asociación).
Confusión (cambio de Percepción visual/auditiva (ejerc. asociación
letras/sílabas por otras).– fonemas-grafemas).
Discriminación de formas (ejerc. Discriminación
visual-auditiva-táctil).
DISGRAFIAS Dirección: escritura tendencia Motricidad, coordinación visomanual (ejerc. Escribir
diagonal. entre renglones. Pautas de dirección).
Tamaño irregular, discordante Coordinación visomanual (ejerc. De repasar letras, calcar,
Formas alteradas. caligrafía, trazos sobre moldes, papel cuadriculado).
Márgenes sin respetar (a la Limitar las hojas con trazos a la derecha e izquierda.
derecha e izda.). Coordinación de motricidad final (papel cuadriculado,
Amontonamiento de letras cada letra en un espacio).
Escasa precisión. Motricidad en brazos (ejerc. Desarrollo muscular, destreza
digital: encajar piezas, trazar surcos en plastilina…).
LECTURA
Lentitud (excesiva). Coordinaciónvisomotriz (vista y aparato fonador). (Ejerc.
Velocidad
Leer varias veces el mismo texto).
Rapidez, casi ininteligible el Tapar parte del texto e ir descubriéndolo poco a poco,
Tono
texto. cuidar pautas respiratorias.
Monótono. Ejercicios prefónicos (dar modelo de entonación
Confusión
y repetición por el alumno).
Comprensión Confusión de letras. Ejercicios multisensoriales.
Dificultad en captar el signi- Texto adecuado al nivel comprensivo del sujeto. Sesiones
ficado. compensatorias para elevar nivel de lenguaje.
Dirección
Cambio, saltos de renglones. Sistemas de apoyo (dedo, regla, cartulina).
Fabulaciones
Desajuste al texto. Tapar parte del texto mientras lee…/ expresar oralmente
lo leído.
SINTAXIS
Persona, n.º, género… Ajuste de niveles de lenguaje oral y aplicación a escrito.
Discordancia
Reiteración de vocablos. Aprendizaje de sinónimos y pronombres
Estilo
(ejerc. Sustitutivos).
229
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
ALTERACIONES CORRECCIÓN
POSTURA
Torcidos, apoyados Control postural: motricidad (ejerc. Para piernas, brazos,
Alterada
excesivamente en pupitre. tronco…).
230
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Observación: Incidimos en que hay tener en cuenta la posibilidad de que debido al tipo de
discapacidad o alteración e incluso al grado hagan su aparición patrones de desarrollo evolutivo
fuera de la norma.
Los patrones de desarrollo evolutivo fuera de la norma pueden producirse por
«compensaciones funcionales», es decir al tener disminuidas algunas facultades el indivi-
duo por compensación se desarrollan más otras facultades. Por ejemplo las personas
con hipoacusia muestran mayor evolución en su percepción visual pues la necesitan
para poder comunicarse con el mundo exterior; a las que padecen ceguera se les po-
tencia la percepción auditiva, olfativa, táctil y el desarrollo cinestésico como com-
pensación de su déficit somático.
Si consideramos las compensaciones e interrelaciones, no puede sorprendernos que
los niños con anacusia aprendan a escribir o retengan símbolos escritos más pronto que
los no padecen deficiencias auditivas, por otra parte suelen llegar al período lógico
concreto del pensamiento más tarde. Lo primero está relacionado con la atracción que
sienten hacia los estímulos visuales como medio de comunicarse con el ambiente, lo
segundo se produce por un retraso debido a su carencia auditiva, que dificulta la adqui-
sición de niveles de desarrollo lingüístico correspondientes a su edad cronológica.
Se pueden seguir apreciando muchas interrelaciones, que se traducen en correla-
ciones positivas o negativas en las personas, por ejemplo en los niños pequeños a un
mayor desarrollo motriz suele corresponder un mayor nivel mental; y a menor desa-
rrollo auditivo mayor desarrollo visual» (Alfonso e Ibáñez, 1987, p. 301).
232
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
4. ORIENTACIONES PRÁCTICAS
234
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
r y2VÊTFQSFUFOEFDPOTFHVJSDPOMPTQSPHSBNBTEFBUFODJÓOJOUFSWFODJÓO
temprana?
— Estimular el desarrollo del curso evolutivo del niño —intentando
aproximarlo lo más posible a niveles correspondientes a su edad cronoló-
gica— y facilitar la integración social en su ámbito o contextos.
Se requiere controlar los factores de riesgo y potenciar los factores de protección (véase cap. I).
r y2VÊTFQSFDJTBQBSBFMBCPSBSPTFMFDDJPOBSVOQSPHSBNBPFTUSBUFHJBT
— Tener conocimientos sobre la etapa infantil y el desarrollo evolutivo
general en la infancia.
— Conocer cada caso con sus características personales y contextuales, lo
que incluye tipo de alteración/discapacidad, evolución en el desarrollo,
y necesidades de intervención.
— Intentar dar respuesta a tales necesidades tomando conciencia de que
las guías o directrices sobre las que se apoye la elaboración del pro-
grama o estrategias estén suficientemente fundamentadas (por ej.
Comprobar cómo algunos de los principios de la Orientación y de la
Atención Temprana quedan recogidos en los objetivos de los progra-
mas de intervención, tales como normalización, integración…).
Se requiere considerar lo expuesto en el apartado 3.1. (Fundamentación de programas)
y apartado 3.2. (Adecuación de programas a las necesidades de intervención).
r y&ORVÊDPOUFYUPPÃNCJUPTFQVFEFBQMJDBSFMQSPHSBNBZBDUJWJEBEFT
— En la familia y en la escuela. Si se considera necesario deben realizarse
intervenciones para hacer ambos contextos favorables para el desarro-
llo del niño.
Véase: cap. I apartados 221, 223, 2243 y 3. cap. III apartado 2
r y2VJFOFTMPQVFEFOIBDFS
— Los profesionales con la ayuda/participación o colaboración de padres.
Véase cap. III, apartado 2.3.
235
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
236
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
237
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Los contenidos que se exponen pretenden estimular las áreas del desarrollo
en los niños durante sus primeras edades, se recuerda que uno de los objetivos de
la LOE es «Adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales».
Tal finalidad es común en cualquier programa desde una perspectiva general.
Por tanto, se interviene estimulando las mencionadas áreas evolutivas del desa-
rrollo con el objetivo de facilitar los logros funcionales a nivel psicofísico y social
del niño para su integración a todos los niveles posibles y en todos los contextos.
Se hace hincapié en el área sociofectiva-emocional pues su estimulación con-
lleva además del desarrollo de vínculos afectivos el incremento evolutivo en las
otras áreas como se ha podido comprobar en estudios de investigación (para
consultar los resultados de tales estudios véase la referencia que se incluye en pá-
rrafos posteriores al tratar del área socioafectiva-emocional).
Objetivo general
Estimular el desarrollo del niño para que adquiera progresivamente autono-
mía en sus actividades habituales tales como andar, comer, vestirse, higiene, len-
guaje y habilidades sociales, lo que le permitirá cierta autonomía personal/auto-
valimiento. Para que el niño alcance cierta autonomía en las actividades
238
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
A efectos funcionales por las grandes diferencias evolutivas entre el niño de 0 a 1 años
y el de 1 a 3 años, vamos a dividir este periodo en dos fases:
Fase I. De 0 a 1 año. Estimulación Básica
Fase II. De 1 a 3 años. Iniciación a la Independencia/ Autonomía Personal
239
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
240
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
241
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
242
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
MÉTODO ESTITSOLÓ
ESTITSOLÓGICO
MULTISENSORIAL
Prevenir Rehabilitar
Satisfacer necesidades
afectivo-
afectivo-emocionales
Optimizar el Desarrollo fí
físico y emocional
243
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Actividades vitales
Son actividades dirigidas a iniciar al niño en la independencia/ autonomía en
estas primeras edades adquiriendo dominios en andar, comer, vestirse, higiene,
lenguaje. Esos dominios o competencias habituales en la vida ordinaria facilitan
la integración a ciertos niveles.
Hay actividades que ofrecen dificultad o requieren mayor tiempo para su aprendizaje o
dominio, en ese caso se requiere contemplar sus componentes paso a paso (análisis de tareas)
y enseñarlos gradualmente.
Veamos un ejemplo: Utilizar el tenedor (a estas edades es preferible sea de plás-
tico y con puntas redondeadas):
1. Flexiona el brazo para colocar la mano sobre el mango del tenedor.
2. Agarra con la mano la empuñadura del tenedor.
3. Gira ligeramente la muñeca para meter el tenedor en el plato.
4. Pincha el alimento.
5. Levanta el brazo con tenedor y comida girando ligeramente la muñeca.
6. Introduce el alimento en la boca.
Se recuerda que los ejercicios que se hacen para conseguir un aprendizaje
concreto pueden servir también para alcanzar otros. Ejemplo: ejercicios para de-
sarrollar la coordinación visomanual, pueden servir para aprender a comer, a
vestirse, a escribir, etc. Ha de recordarse que en todo aprendizaje se requiere
madurez de los elementos o partes que han de intervenir en el mismo, más una
disposición o actitud de aprender.
r Andar
Los ejercicios y estrategias se dirigen, entre otros efectos, a incrementar el desarrollo mo-
triz para desplazarse, coordinación general, orientación espacial.
Si se han realizado ejercicios previos, como se ha indicado anteriormente
incluyendo algunos ejemplos, se habrá facilitado el proceso de maduración para
andar.
A muchos niños les cuesta trabajo andar, aunque no padezcan parálisis por-
que su sistema nervioso no ha madurado suficientemente para ello. En ese caso
244
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
se hacen ejercicios o juegos de gatear con variantes, por ejemplo: vamos a hacer
el gato que dice «miau, miau...». Multitud de animales se pueden imitar en ese
juego, y también sus expresiones preparándole para el lenguaje.
Una vez que el niño sepa andar en forma libre, se le hará andar siguiendo
caminos diseñados con variedad: paralelas, líneas (recta, curva, quebrada...). Su
desarrollo evolutivo permitirá otras adquisiciones: subir y bajar escaleras, andar
de puntas, correr, saltar, etc.
r Comer
Los ejercicios y estrategias se dirigen, entre otros efectos, a incrementar la coordinación
visomanual y la independencia del brazo con respecto a la mano, la rotación de
muñecas (que tan necesaria es para llevar los alimentos a la boca), sujetar un ins-
trumento, etc.
Antes de presentar al niño los instrumentos que debe manejar para comer, se
le deben haber brindado oportunidades en el juego para desarrollar las capacida-
des necesarias para la manipulación. Por ejemplo: jugar con arena, metiendo o
sacando de un cubo puñados, posteriormente utilizar la pala después darle una
cuchara para dificultar progresivamente el ejercicio al requerirse mayor habili-
dad. El objetivo para el niño será hacer f lanes o castillos más sencillo y suficien-
te lo primero para estas edades.
r Vestirse
Los ejercicios y estrategias se dirigen, entre otros efectos, a incrementar coordinaciones,
adquisición del esquema corporal, habilidades, orientación espacial.
Desvestirse resulta más fácil que vestirse. La actividad de vestirse por su com-
plejidad requiere de varias acciones o pasos, por lo que suele ser conveniente
enseñarlos de uno en uno. Recuérdese el ejemplo expuesto (análisis de tareas).
Estas acciones para vestirse pueden ser precedidas de otros ejercicios simples,
en los que se hacen movimientos similares, utilizando una gran variedad de ma-
teriales por ejemplo: aros para meter por la cabeza y sacar por los pies; saquitos y
bastidores para abrochar y desabrochar botones, corchetes, etc. Es frecuente mar-
car la plantilla de uno de los zapatos para que el niño distinga el que debe poner-
se en cada pie.
245
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r Higiene
Los ejercicios y estrategias se dirigen, entre otros efectos, a incrementar la adquisición del
esquema corporal, coordinación y autovalimiento.
Aprender a lavarse las manos. Habituar al baño diario, si tienen miedo al
agua deben empezar a jugar con ella, poniendo juguetes que f loten, metiéndo-
los, sacándolos, etc.
Aprovechando el momento de bañarle, bien antes o después, reiteramos que
conviene situarle frente a un espejo donde se vea desnudo para que vaya cono-
ciendo su cuerpo y formándose el esquema corporal, por ejemplo, que señale su ojo
derecho, su brazo izquierdo, etc. ello le servirá de referencia para orientarse en el
espacio y para aprendizajes múltiples.
r Lenguaje
Los ejercicios y estrategias se dirigen, entre otros efectos, a incrementar la madurez en
órganos fonadores, coordinación de pensamiento y lenguaje, comunicación oral, aumento de
vocabulario, superación de dislalias e inmadurez para pronunciar fonemas.
Si un niño no habla, puede ser debido a un trastorno específico, a que no
tenga la madurez precisa o nada que decir.
Se puede ayudar al niño para que comience a hablar haciendo ejercicios
prefónicos: Ejercicios de soplo— Ejercicios de absorción— Ejercicios para movilizar la
lengua— Ejercicios de masticación y deglución. A modo de ejemplo mencionamos
unos ejercicios prefónicos de soplo: soplar bolitas de algodón y de papel, soplar un
molinillo de papel para que gire, soplar por una f lauta u otro instrumento, soplar
para apagar velitas, etc.
Además de los ejercicios prefónicos hay una enorme variedad de ejercicios
que se pueden realizar para facilitar la comprensión y estimulación para hablar e incluso
para incremento de vocabulario.
Las inf luencias ambientales, si bien no modifican la sucesión de las etapas de
adquisición del lenguaje, inf luyen en ellas significativamente al suministrar ex-
periencias, motivaciones y estímulos sensoriales.
Incremento del desarrollo psicosensorial
Por los sentidos llega a nuestra mente la realidad. Ellos son los que logran
interesar y poner en funcionamiento las capacidades intelectuales.
246
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
no detectadas hasta ese momento. Algunos de esos niños por sus severas altera-
ciones son derivados a centros de educación especial, otros permanecen en cen-
tros/escuelas de régimen ordinario en las que se presta atención, de diversos
modos, a las necesidades educativas especiales de cada alumno. La Atención
Temprana se sigue proporcionando en ambos tipos de centros y no solamente a
los niños que presentan discapacidad intelectual.
La evolución está relacionada con el desarrollo de funciones de los dos he-
misferios cerebrales, postural y simbólico. Desde la perspectiva de la intervención es
de utilidad conocer que el niño antes de los tres años de edad no suele tener
predominio o dominancia cerebral estableciéndose después gradualmente. A ta-
les hemisferios se ha hecho referencia dada su importancia en varios capítulos de
este libro, sin embargo recordaremos algunas de sus funciones:
El hemisferio postural tiene entre sus funciones las de tipo visoespaciales, afec-
tivoemocionales, sintetizadoras, intuitivas, espontáneas, en resumen se dirigen a
producir un procesamiento informativo corporal en relación a lo que se presenta
en el ambiente/contexto. Incluso pone en marcha los procesos automáticos, in-
conscientes, en los que son importantes la velocidad para la recepción de los
mensajes y las respuestas espontáneas.
El desarrollo de este hemisferio en la infancia se puede potenciar a nivel es-
colar ya que funciona de varias formas tales como mediante imágenes, figuras,
colores, aromas, en resumen todo lo que provenga de los sentidos, además es
intuitivo y procesa la información en bloque. La estimulación de dicho hemisfe-
rio suele realizarse a través del juego y otras actividades realizadas en un contex-
to en el esté presente la afectividad. Probablemente por eso la LOE en su artículo
14.6. manifiesta que los métodos de trabajo en ambos ciclos se basarán en las expe-
riencias, las actividades y el juego y se aplicarán en un ambiente de afecto y con-
fianza, para potenciar en el niño su autoestima e integración social.
Recordemos que las actividades sensoriales y motoras estructuradas desem-
peñan un importante papel pues contribuyen a la organización del esquema cor-
poral e inf luyen directamente sobre los centros de organización neurológica del
cerebro.
Respecto al hemisferio simbólico se caracteriza por sus operaciones lógicas, ra-
cionales, analíticas, de ref lexión y codificación. El desarrollo de sus funciones
permite ampliar otros dominios tales como el incremento del desarrollo del len-
249
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Justificación de la propuesta.
La inclusión de esta propuesta se debe a la experiencia de la autora de este
capítulo en el campo de las discapacidades/alteraciones, donde ocupa un lugar
importante la A.T. La propuesta es producto de una investigación surgida de un
análisis de necesidades.
Se han compilado y sistematizado las técnicas y actividades utilizadas en
Educación Especial, ubicándolas en sus específicas áreas de actuación. Se ha di-
señado un sistema de programación y evaluación IPE-E (Items Progresivos
Educación-Especial) aportando un modelo de utilidad, experimentado durante
años, todo él constituye el libro Programación y evaluación para educación especial
(Ibáñez, 2013, reimpr. vv.). Aunque la primera edición de este libro se publicó
hace varios años, se mantiene en vigencia por la demanda del mismo al aplicarse
también a niños sin discapacidad pero que padecen problemas de aprendizaje o
que están en situación de riesgo y requieren prevención. Así mismo es de utili-
dad para niños sin problemas pues muchas de las actividades que contiene el li-
bro se realizan en la etapa infantil. El libro mencionado contiene más de 1300
ejercicios diversos y actividades graduadas por orden de dificultad.
Concordancia entre la educación infantil y la propuesta.
De acuerdo con los objetivos de la educación infantil (LOE, art. 13) asumi-
mos que los contenidos que se van a exponer responden, entre otros, a lo indi-
cado en la LOE: iniciación en las habilidades lógico-matemáticas, en la lecto-
escritura y en el movimiento, el gesto y el ritmo, además de desarrollar
habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión.
Respecto a la organización de los contenidos educativos la LOE (art.14.4) se
manifiesta de la siguiente forma: «Los contenidos educativos de la educación
infantil se organizarán en áreas correspondientes a ámbitos propios de la expe-
riencia y del desarrollo infantil y se abordarán por medio de actividades globali-
zadas que tengan interés y significado para los niños».
250
Intervención desde la dimensión psicopedagógica rehabilitadora en la atención temprana (A.T.)
Objetivo general
Potenciar a través de las áreas curriculares el máximo desarrollo holístico de
cada niño en función de sus características y posibilidades.
Descripción de las áreas: finalidad y contenidos
Como se puede observar en la LOE se hace mención a «formas de expresión
y áreas de experiencia», por cuestiones estructurales —siguiendo nuestra investi-
gación— nos referiremos a áreas de expresión y áreas de experiencia.
A grandes rasgos tiene por finalidad general ayudar a conseguir las etapas de
la evolución psicomotriz, la adquisición del esquema corporal y la orientación
espaciotemporal, para contribuir al desarrollo del hemisferio postural que si fun-
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Se agrupan en los siguientes bloques: percepción global del cuerpo, esquema corporal,
equilibrio, orientación espaciotemporal, expresión dramática, música y danza. Nociones
complementarias a puntos del programa.
«Por ejemplo: el bloque de equilibrio se compone de varios subbloques:
1) Posición estática a nivel del suelo. 2) Posición estática a distinto nivel del suelo.
3) Posición dinámica a nivel del suelo. 4) Posición dinámica a distinto nivel.
5) Saltos en el mismo nivel o plano. 6) Saltos a distinto nivel. A su vez los sub-
bloques contienen las actividades/ejercicios correspondientes e indicación de los
materiales para realizarlos».
Los ejercicios/actividades poseen objetivos operativos entre los que citaremos,
hacer al alumno: sentir diversas partes de su cuerpo, conocer su cuerpo, desarrollar
los sentidos, alcanzar el equilibrio corporal, orientarse en el espacio y en el tiempo,
expresarse corporalmente a través de representaciones dramáticas, música y danza.
r Área de expresión del lenguaje
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BIBLIOGRAFÍA
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Warnock, H. M. (1978): Special Education Needs, Report of the Committee of Enquiry into
the Education of Handicapped Children and Young People. Parlamento Británico. Londres,
HMSO.
Zulueta, M. Y. (1991): Actitudes de los padres: Una aproximación psicológica. Síndrome de
Down: Avances en acción familiar. Cantabria: Fundación Síndrome de Down de
Cantabria.
Zulliger, H. (1969): Chapardeurs et jeunes voleurs, Paris, Bloud et Gay.
260
SEGUNDA PARTE
CONTENIDOS COMPLEMENTARIOS
Capítulo IV
REFERENTES PARA EL APRENDIZAJE DE LENGUAS
EXTRANJERAS EN LA ETAPA INFANTIL
INTRODUCCIÓN
263
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
(Art. 14, apartado 5 y 6, Educación Infantil. Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación)
Los estudios sobre el lenguaje han constituido uno de los temas a los que se
ha aplicado la ref lexión y la investigación, pero no siempre se ha contemplado el
265
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
fenómeno lingüístico desde una perspectiva unitaria (Bacaicoa, 1987) así encon-
tramos enfoques fundamentados en modelos y teorías diversas.
En opinión de Valle (1992) la variedad de teorías existentes sobre el fenóme-
no lingüístico es lo que permite abordar la conducta del lenguaje tanto desde
una perspectiva lingüística como psicológica que mutuamente se enriquecen y
aunque aparecen en tiempos sucesivos con predominancia de unas u otras, am-
bas se complementan, dando lugar a la psicolingüística.
Asumiendo el término «psicolingüística» aceptamos también el de neuropsico-
lingüística por la función primordial que el cerebro desempeña en el lenguaje y
cuyo conocimiento ha dado lugar a nuevos enfoques sobre el aprendizaje de la
lengua materna y de segundas lenguas.
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Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
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Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Este autor está de acuerdo con Whorf en que el lenguaje se impone al pen-
samiento marcándole su dirección y fijando sus posibilidades. Pero presenta di-
ferencias respecto a que las posibilidades de expansión intelectual vienen fijadas
no tanto por la lengua en general, sino por la forma de dominar y utilizar una
lengua en particular. Esta forma se halla determinada por la clase social a la que
el individuo pertenece, la cual dispone de una «lingüística» propia que transmite
a sus miembros. En lenguaje de Bernstein esta estructura es llamada código lin-
güístico. Según el autor, al ser el lenguaje un instrumento que posibilita el des-
pliegue intelectual, la probable carencia de un código elaborado en las clases
desfavorecidas acarrea déficits en el desarrollo de los procesos cognitivos que
nunca alcanzarán las posibilidades más complejas (Bacaicoa, 1987, p. 39).
Son coincidentes las posiciones del relativismo lingüístico y de la sociolin-
güística respecto a que las formas de pensar están determinadas por las estructu-
ras de la lengua hablada por el sujeto, aunque para Bernstein es más importante
el dato sociológico que el lingüístico.
Esta hipótesis no cuenta con suficientes garantías, como afirma, entre otros
autores, Siguán (1979).
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Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
Piaget
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Vigotsky
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Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Para realizar tal aprendizaje las teorías se apoyan en principios diversos, pero
aun así, hoy en día, se puede hablar de cierta conciliación al considerarse la pers-
pectiva ecológica sustentada por la interacción que se produce entre la persona y
los contextos en los que transcurre su vida.
Así pues, si bien son fundamentales en la persona las bases biológicas evolutivas
y neuroanatómicas de la adquisición del lenguaje también se concede gran impor-
tancia a las inf luencias ambientales que inciden en el factor afectivo emocional,
facilitando o dificultando el desarrollo evolutivo y los aprendizajes en este caso de
la lengua.
En una breve síntesis de integración, que presentamos a continuación, podrá
apreciarse como se hacen presente el generativismo, la sociolingüística, el cogni-
tivismo, y el conductismo este con su carácter transversal que inf luye en los
aprendizajes a través de los estímulos, en el caso que nos ocupa referido al desa-
rrollo del lenguaje y a la adquisición de una segunda lengua. Estos estímulos
proceden en su mayoría tanto del ambiente contextual familiar como del am-
biente contextual escolar y son captados por el niño.
Todos sabemos que el conocimiento de una lengua facilita el de otra. Parece
ser que hay elementos comunes que se pueden generalizar en muchas de las len-
guas conocidas. Como ya se ha expuesto, el generativismo defiende el innatismo
de una especie de gramática universal que a modo de facultad se realiza y mani-
fiesta en la lengua particular a la que el individuo está expuesto.
En opinión de Humboldt (1989) cada idioma particular es fragmento de un
conjunto mayor del que se ha desprendido: fragmento en relación a lo que ha
sido durante todas las vicisitudes de su duración; fragmento en relación a la fuen-
te de que ha salido; y por fin fragmento también con referencia al conjunto de
lenguas que existen o han existido en el universo.
Sobre la percepción del habla en bebés, en experimentos realizados por Eimas
(1989), se afirma que poseen una dotación muy rica de mecanismos perceptivos
innatos, adaptados a las características del lenguaje humano que les preparan para
el mundo lingüístico en el que desarrollarán su vida. Como anteriormente se ha
indicado la teoría chomskyana defiende el innatismo de esas imprescindibles es-
tructuras, por lo que considera que el niño se halla preformado para el lenguaje;
existe en él un mecanismo que se pone en funcionamiento tan pronto como
contacta con la realidad lingüística externa.
274
Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
Lo que es innegable es que el aprendizaje del niño para el dominio del len-
guaje transcurre dentro de un entorno lingüístico, por ejemplo para Bernstein es
muy importante el dato sociológico que transmite el código lingüístico a los
miembros de un contexto sobre la forma de dominar y utilizar una lengua en
particular (sociolingüística).
En la actualidad nadie pone en duda la existencia de unos fundamentos cogni-
tivos en la adquisición de segundas lenguas. Para Eubank y Gregg (1995) los pro-
cesos de adquisición de una lengua pretenden explicar ciertos estados y cambios
del conocimiento, estando el conocimiento establecido en el cerebro. Se ponen en
funcionamiento las estrategias cognitivas que según Rigney (Repetto, 1997,
p. 322) se definen en términos de los procedimientos y las operaciones que los
sujetos pueden usar para adquirir, retener y recordar diferentes tipos de conoci-
miento y realizaciones.
Desde el aspecto práctico no podemos dejar de mencionar el carácter trans-
versal de los enfoques conductuales pues los estímulos y las motivaciones, que
conforman tales enfoques, son aplicables para el aprendizaje no sólo de lenguas
extranjeras sino también para el aprendizaje de otros contenidos en asignaturas
impartidas en cualquier lengua.
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
funciones entre las que se encuentran las de carácter cognitivo además de otras
que contribuirán al desarrollo del lenguaje y adquisición de lenguas para que la
persona, ya desde su infancia, se integre en los diversos contextos.
Por tanto, se hace referencia en el siguiente apartado a los hemisferios cere-
brales desde la perspectiva de la adquisición de una lengua y en un segundo
apartado a la inf luencia que los procesos afectivoemocionales pueden tener sobre
la amígdala cerebral facilitándose o dificultándose los aprendizajes.
Tal enfoque integrador podría representarse de la siguiente forma: neuro-
psico-lingüístico. Es decir, en términos generales: neurológico hace referencia al
cerebro (hemisferios, redes neuronales), psicológico, al aspecto afectivo emocio-
nal que puede tener repercusión en el funcionamiento de la amígdala cerebral
incidiendo en los aprendizajes y lingüístico, referido al lenguaje.
276
Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
Las conexiones neuronales que forman el sistema límbico son las responsables
de la conducta emocional y de la adquisición del lenguaje (Pulvermüller y
Schumann, 1994).
Los circuitos emotivos se centran en la amígdala cerebral (estructura en for-
ma de almendra situada en el interior del cerebro) su función es examinar las
imágenes visuales y auditivas buscando contenidos emotivos. Los impulsos pro-
cedentes de ojos y oídos llegan a ella antes que al neocórtex (lugar de la razón y
el pensamiento).
Desde antes del nacimiento se establecen las líneas principales de los circuitos
que controlan las emociones. Ferguson et al. (1978) consideran que el lenguaje
materno es un universal lingüístico humano. En estudios realizados sobre len-
guas se ha observado que el habla materna muestra entonación aguda y variada,
mayor amplitud de frecuencia, frases cortas pronunciadas a ritmo más lento, con
pausas y acentos exagerados, es decir: el lenguaje materno parece adaptarse a la
entonación musical del niño. Según Gleitman et al. (1988) la adquisición de la
lengua se hará a partir de esas unidades acústicamente prominentes. En opinión
de Sloboda (1989) los padres se comunican a través de un lenguaje entonado que
bien podría ser el canto (nanas, canciones infantiles) pues los bebés muestran
gran atención ante sonidos de la voz humana y de instrumentos musicales.
Es indudable que esa comunicación afianza la seguridad del niño y potencia
su desarrollo emocional estimulándole en sus aprendizajes. Para el psiquiatra
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
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Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Enseñanza-aprendizaje de lenguas
Los primeros estudios sobre la enseñanza de lenguas extranjeras se basaron
exclusivamente en la enseñanza, es decir cómo enseñar para que se produzca la
adquisición de una lengua, posteriormente unido al interés por la metodología
didáctica surge el interés por las aportaciones que la neuropsicología puede hacer
al aprendizaje de dichas lenguas.
Esas aportaciones consisten en el conocimiento de las funciones de los he-
misferios cerebrales y sus interrelaciones lo que ha permitido saber cómo selec-
ciona y utiliza el cerebro humano el aducto verbal en el aprendizaje de una len-
gua, por lo que la metodología de enseñanza-aprendizaje debe ser concordante
con el funcionamiento natural o habitual del cerebro.
La facilidad en los procesos para la adquisición de habilidades y destrezas en
una lengua extranjera es habitual en la primera infancia pero parece ser que esa
facilidad disminuye en los adultos debido a la ejercitación y el desarrollo del ra-
zonamiento lógico y la participación en procesos de aprendizaje controlados y
programados por activación de mecanismos conscientes sometidos a reglas, es
decir hay una mayor intervención del hemisferio izquierdo. Algunos autores
atribuyen el éxito incompleto en el aprendizaje de lenguas extranjeras al uso ex-
clusivo para tal fin del hemisferio simbólico.
Entre otros autores, Carro y col. (1992) confirman la generalización docente
en la excesiva atención hacia todos aquellos procesos propios del hemisferio sim-
bólico, relegando u olvidando los correspondientes al hemisferio postural que
reiteramos que tienen gran importancia en la adquisición de lenguas y por los
que se debe comenzar en pro de una colaboración entre ambos hemisferios que
conduzca al éxito.
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Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
Por tanto, los mejores resultados, sobre todo en la infancia, respecto al apren-
dizaje de lenguas se han recogido con el empleo de la metodología didáctica
aplicada al desarrollo de las funciones de ambos hemisferios cerebrales, lo que
implica la incorporación de los dos tipos de aprendizaje mencionados: adquisi-
ción de instrumentos o estructuras de conocimiento y adquisición de nuevos
conocimientos. No debemos olvidar que el procurar durante la enseñanza am-
bientes adecuados que hagan a los alumnos sentirse aceptados por el profesor y
sus iguales contribuirá a su autoestima e integración en el grupo al producirse
situaciones afectivo-emocionales positivas.
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Debemos hacer una distinción entre contextos en los que se pretende la ad-
quisición de lenguas extranjeras, estos pueden ser contextos de aprendizaje reales
o contextos de aprendizaje simulados.
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Para que un niño hable tiene que poder, saber y querer (Ibáñez, 2003). El
poder y el saber vienen determinados por la integridad en sus sistemas y órganos
y por el aprendizaje, el querer dependerá de la incidencia de estímulos.
Para Piaget (1973, b) la maduración biológica, el aprendizaje y el contexto
social son factores que inciden tanto en el desarrollo de las capacidades cogniti-
vas tales como la atención y la memoria así como en el desarrollo del lenguaje.
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la activación de las neuronas, así se afirma que cuando los niños ejercitan las
neuronas corticales escuchando música clásica, se fortalecen los circuitos incluso
para otras funciones o aprendizajes por ejemplo para el aprendizaje de lenguas.
Los músicos, cantantes o personas con conocimientos musicales, aunque sean
adultos monolingües, pueden llegar a pronunciar una nueva lengua con más fa-
cilidad que otros debido a que su discriminación auditiva sigue siendo tan f lexi-
ble como la de los niños y su memoria tonal está desarrollada por lo que les es
más fácil reproducir los sonidos lingüísticos que oyen.
Además de la discriminación auditiva en el aprendizaje de lenguas se requie-
re el dominio de otras funciones para el logro de ese aprendizaje. Los enfoques
actuales consideran que hay una interrelación de los hemisferios cerebrales.
Anteriormente Luria (1974) tomando como base los trabajos de Vigotsky,
Leontiev, Galperin, Elkonin, se pronunció acerca de que todos los procesos
mentales tales como percepción y memorización, gnosis y praxis, pensamiento y
lenguaje no pueden ser considerados como facultades aisladas ni tampoco indivi-
sibles a las que se puede suponer estar localizadas en áreas particulares del cere-
bro. Así pues, Luria se opone a la concepción del cerebro entendido como un
conjunto de partes que funcionan de manera autónoma, afirma que el cerebro es
un sistema y no se puede comprender su funcionamiento si no es analizando las
interrelaciones de todos sus componentes (Das, 1995).
Linz también asume las interrelaciones de los procesos centrales del cerebro y
la importancia de la descodificación auditiva y del lenguaje en la lectura y escri-
tura. Considera el desarrollo de la descodificación como una función del hemis-
ferio simbólico resultado de la evolución humana.
Por otra parte, la función motriz tiene tanta importancia que si hay alteracio-
nes motrices sus consecuencias pueden observarse en la interpretación auditiva y
en la visual, además de en la interiorización del esquema corporal, en la laterali-
dad, en la orientación espacial y temporal, en ritmos y seriaciones, coordinación
visomotriz, e incluso en procesos de simbolización.
Reiteramos que favorece el aprendizaje, en nuestro caso de lenguas extranje-
ras, la correcta funcionalidad o empleo de ambos hemisferios a lo que contribu-
yen, entre otros elementos, la percepción global del cuerpo, la adquisición del
esquema corporal, el equilibrio, la orientación espacio temporal. Lo que en tér-
minos de conductas motrices es la adquisición de conductas motrices básicas,
más o menos instintivas, conductas neuromotrices, ligadas al desarrollo del siste-
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del hemisferio derecho que hace que se preste gran atención a las figuras, a las
formas; posteriormente la funcionalidad del hemisferio izquierdo aumenta y se
descodifica con mayor rapidez aunque se producen más errores.
Baker observó el predominio del hemisferio postural para reconocer pautas
temporales no verbales (ritmos y sonidos grabados).
Lectura
Escritura
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Discriminación visual
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Recuérdese la importancia que tiene para los niños el ser escuchados y recibir
manifestaciones afectivas por personas de su entorno sobre todo de los profesores y
por supuesto de su familia El sentirse querido les proporciona seguridad y tranquili-
dad, situaciones que favorecen sus aprendizajes, entre ellos el de lenguas extranjeras.
r Recordar las interrelaciones entre las áreas curriculares educativas para el aprendizaje
de lenguas y proponer actividades relacionadas
Las experiencias, las actividades y el juego deben ser diseñadas para procurar
el desarrollo holístico del niño según su potencial. Para el aspecto educativo que
en este momento nos ocupa remitimos a lo expuesto sobre las áreas de expresión
(capítulo III de este libro), podrá apreciarse que para el logro de sus objetivos son
frecuentes ciertas interrelaciones, entre ellas, muestra de tales interrelaciones es
lo expuesto en este capítulo sobre «asociación multisensorial en fonemas y grafe-
mas» y sobre «proceso lector».
A modo de ejemplo mencionamos la relación entre lenguaje, matemática y
dinámica (motricidad). Respecto al área de expresión plástica guarda relación en
algunos aspectos con el área de expresión dinámica, pues para realizar algunas
actividades de expresión plástica se requiere desarrollo del sistema postural: es-
quema corporal, coordinación visomanual, etc.
El desarrollo de las estructuras de conocimiento facilita la adquisición de
competencias o capacidades. Platón en su obra La República decía que desde la
más temprana edad debemos iniciar a nuestros alumnos en el estudio de la arit-
mética, de la geometría y de otras ciencias. Así, para Fernández-Bravo (cit.
Bayón 1998), la matemática no es el arte de calcular, sino el arte de comprender;
su objetivo es desarrollar el conocimiento del niño para que opere con correc-
ción expresándose en las distintas formas del pensamiento con rigor y precisión.
Sabemos por los estudios de Piaget y otros que la comprensión de cuestiones
matemáticas está relacionada con la evolución de la inteligencia, así el desarrollo
de la idea de número y el de la capacidad para el pensamiento lógico marchan en
paralelo por lo que a una etapa prenumérica corresponde una etapa prelógica y
viceversa. Las primeras actividades relacionadas con la matemática las realizan
los niños al entrar en contacto directo con los objetos que manejan en su vida
cotidiana, actúan sobre los objetos, los miran, chupan, palpan, distinguen for-
mas, colores, pesos, tamaños, cantidad... Sin saberlo, se encuentran inmersos en
situaciones matemáticas y haciendo matemáticas por consiguiente van asimilan-
do un lenguaje matemático adquirido por inmersión en ese mundo (Dienes, 1981).
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b) Pantomima.
Escenificar secuencias diversas sobre personajes alegóricos y fantásticos de
la literatura infantil (gigantes, enanos, brujas, dragones).
Material: trajes y caretas.
c) Teatro.
Representar personajes que dialogan en escenas familiares. Escolares.
Sociales.
Representar cuentos tradicionales (Caperucita roja, Blancanieves, Los tres
cerditos).
Material: cuentos, discos, disfraces, láminas. Útiles diversos para la esceni-
ficación.
d) Guiñol.
Escenificaciones diversas en función de los niveles de desarrollo del niño.
Material: Decorados. Discos. Muñecos.
e) Ejercicios aplicables a las actividades de Expresión Dramática.
Desarrollo de sensibilidad auditiva.
Aprendizaje de melodías.
Captación y seguimiento de ritmos.
BIBLIOGRAFÍA
300
Referentes para el aprendizaje de lenguas extranjeras en la etapa infantil
301
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
302
Capítulo V
CASOS PRÁCTICOS
INTRODUCCIÓN
1.1.1. Estudio
303
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
En algunos centros aconsejan que las primeras ropas del bebé, unos días antes
de su nacimiento, la madre las sitúe cerca de ella para que se impregnen con su
olor, el bebé distingue a su madre rápidamente por el olor así que cuando esté
separado de ella el olor de la ropa le tranquilizará.
Enrique debería evitar fumar delante de Diana para que ella no se convierta
en fumadora pasiva.
1.1.2. Orientaciones
304
Casos prácticos
r Objetos/juguetes en la habitación
Conviene tener siempre presente los siguientes principios:
– Se aprende con mayor facilidad lo que resalta.
– Muchas cosas situadas o presentadas al mismo tiempo no estimulan.
– Ver las mismas cosas siempre tampoco estimula.
Estos principios dan lugar en el orden práctico:
A que no se debe presentar entre los objetos ya conocidos más que uno nuevo
cuyas características atraigan la atención rápidamente. Es decir, que entre los
objetos que nos rodean, el objeto o la cualidad en la que se quiere centrar la
atención, debe resaltar por sí mismo/a con respecto al resto.
Las novedades o variaciones introducidas deben efectuarse de una en una.
Los objetos/juguetes aunque sean conocidos, no conviene presentarlos en gran
número porque disminuyen la estimulación y el niño o bien los ignora o más
que jugar con ellos los romperá. Entre las causas por las que el niño rompe los
juguetes además del aburrimiento que le pueden producir está el no saber usarlos
o no ser adecuados para su edad. Otra de las causas menos frecuente y muy dife-
rente a las anteriores es el querer indagar qué hay dentro de los juguetes, se sus-
cita su curiosidad y se pone en marcha un afán investigador desarmándolos.
Según lo expuesto no es conveniente situar en la habitación a la vista del
niño todos los juguetes que posea; eficaz es dejarle tres o cuatro a su alcance y el
resto guardarlos. Cada cierto número de días se le pueden ir dando los juguetes
guardados, guardando a su vez los que ya ha utilizado. Esta medida hace que los
mismos juguetes, al no cansarse el niño de ellos, atraigan su atención como
cuando los vio por primera vez.
Lo conocido a veces proporciona alegría, obsérvese al niño para ver qué deja
de estimularle y cuando no le produce satisfacción, pues sobre todo en los pri-
meros meses el cambio debe ser menos rápido debido a que suele captar las cosas
con más lentitud y no se cansa tanto de ver lo mismo.
Existen normas específicas sobre la seguridad de los juguetes pero aún exis-
tiendo normas de seguridad el uso de algunos juguetes a ciertas edades puede ser
peligroso así pues, conviene observarlos antes de adquirirlos.
305
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Para evitar que los juguetes en los primeros meses se conviertan en instru-
mentos peligrosos conviene tener presente que: los sonajeros deben ser resistentes
para que no se rompan dejando escapar las bolas que suelen tener dentro y que
son las que producen ruido; así se evitará que el niño pueda tragarlas. Muchos
juguetes de peluche o de otro material son peligrosos por tener los ojos de mate-
rial duro que se puede desprender; son aconsejables los que tienen los ojos bor-
dados o de fieltro y cosidos o pegados, no enganchados con alambre. Son prefe-
ribles los juguetes con bordes lisos y redondeados. Y antes de que el niño ande
bien conviene que los juguetes sean blandos por si se cae encima de ellos.
306
Casos prácticos
Clave de respuestas
Roberto Carlos pesó al nacer 1.500 gramos. Recién nacido presentó ictericia
y necesitó incubadora en la maternidad. La madre a los tres días abandonó la
clínica mientras que su hijo permaneció en ella.
La clínica está muy acreditada por la preparación profesional de los trabajado-
res, la tecnología y la apertura a innovaciones para beneficio de los pacientes. El
trato humano también es de alta calidad.
1.2.1. Estudio
307
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
una ictericia fisiológica o patológica por lo que hay que procurar establecer un
diagnóstico de la causa.
Roberto Carlos, hijo de diabética, padeció una ictericia patológica, perma-
neció en la clínica veintisiete días y como secuelas le quedó una encefalopatía
bilirrubínica.
En esa época existía en la maternidad un programa experimental de relación
directa entre padres e hijos hospitalizados, se instauró por los buenos resultados
dados a conocer en otras clínicas donde se había realizado el proyecto.
Roberto Carlos y sus padres pasaron a formar parte del grupo experimental.
A partir del séptimo día de estar en la incubadora se permitió pasar a sus padres
con las ropas adecuadas y tocar a su bebé, con manos no frías y sin anillos, mien-
tras se hablaba con él cariñosamente. Posteriormente se les permitía tomarle en
brazos y realizar contacto directo corporal (piel a piel). Comparados hijos y pa-
dres del grupo experimental con el grupo de control (estos no estuvieron en
contacto directo con su hijo mientras que estuvo en la incubadora) se observó
que los niños del grupo experimental mejoraban de sus problemas antes que los
del grupo de control y eran dados de alta más pronto, además los padres del gru-
po experimental redujeron su ansiedad ante la situación del niño.
Antes de abandonar el hospital se les presentó a los padres un programa para
aplicar en casa sobre cuidados a sus hijos en el que se incluyó y se les enseñó un
sencillo método de estimulación multisensorial perteneciente al grupo de los
denominados «masajes infantiles» cuya denominación es «Método Estitsológico
Multisensorial (M.E.M.)» el cual ha sido validado científicamente y aplicado a
poblaciones diversas; sus beneficios se han expuesto en revistas científicas
(Ibáñez, Mudarra y Alfonso 2008, 2005, 2004). Respecto a su descripción deta-
llada se encuentra en Ibáñez (2003), y en Alfonso e Ibáñez (2013).
1.2.2. Orientaciones
308
Casos prácticos
interacción y al principio puede interpretarse que prefieren estar solos. Más ade-
lante parecen sufrir cólicos y lloran casi todo el tiempo, pudiendo durar esa acti-
tud durante meses.
En ese caso el M.E.M. ayudará a esos bebés a estar más tranquilos y a adap-
tarse a una estimulación normal, para ello es preciso que se aplique suavemente
y despacio al principio sólo en una parte del cuerpo cada vez (así la estimulación
se reduce), no cantar ni hablar durante la aplicación pero si se desea se puede
pronunciar su nombre o una frase de cariño. Recuérdese que necesitan tranqui-
lidad y no toleran múltiple información por lo que las actividades deben hacerse
de una en una, por ejemplo mientras come no se debe jugar con él.
En sucesivas revisiones se valorarán los progresos del bebé y se introducirán
las medidas necesarias acordes con la situación del niño para incrementar su de-
sarrollo.
Clave de respuestas
1. V, 2. V, 3. F, 4. V, 5. F
309
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
José María tiene 6 meses de edad cronológica, es hijo de madre soltera alco-
hólica, nació con algunas características de los hijos de alcohólicos. Está bajo la
tutela de sus abuelos que solicitan de Ud. una orientación psicopedagógica para
saber tratar adecuadamente al niño. Se aprecia que los abuelos poseen un buen
nivel de comprensión.
1.3.1. Estudio
Ud. como profesional observa que José M.ª presenta cara aplanada, nariz pe-
queña, pliegues epicánticos, ojos pequeños, asimetría facial, microcefalia, creci-
miento deficiente. Características, entre otras, que se pueden manifestar en hijos
de alcohólicas.
En la síntesis de su historial clínico consta su peso al nacer que fue de 1.600
gramos, hipoglucemia y dificultad de la termorregulación. Se le ha diagnostica-
do un retraso mental.
Ese déficit se puede clasificar en el Grupo Ambiental debido a agentes tóxicos.
Conocido el diagnóstico clínico sobre el niño ud. desea averiguar otros datos
desde el enfoque psicopedagógico para realizar una orientación adecuada. Por
medio de la entrevista a los abuelos y la observación se aprecia que le tratan
como a un niño de edad menor a la que tiene, quizás sea debido a que su retraso
ponderal y mental predispone su actuación dirigida principalmente a proporcio-
narle alimento e higiene. Parece ser que hay insuficiencia de estimulaciones, por
una parte los abuelos no las proporcionan o si lo hacen el niño debido a la evo-
lución que presenta (escasa para su edad cronológica) no responde a ellas y los
abuelos al no obtener respuesta dejan de actuar. Se necesita que ambos interac-
túen, como sucede en niños sin problemas o los que reciben estimulación
temprana.
Desea conocer datos sobre el desarrollo evolutivo del niño y dada su edad
cronológica Ud. le aplica una Escala de Desarrollo para explorarle y diagnosti-
carle. Los resultados obtenidos en los campos de conducta motriz, adaptativa, del
lenguaje y personal-social (Escala de los Niveles de Desarrollo, Gesell), corres-
310
Casos prácticos
ponden a niños de edad cronológica muy inferior a la suya (su edad de desarrollo
no alcanza el nivel evolutivo de los niños de 3 meses).
Los rasgos fenotípicos que presenta el niño y la discrepancia obtenida entre
su edad cronológica y la edad de desarrollo, como se suponía al entrevistar a
los abuelos y observar las manifestaciones de conducta entre ellos y el niño,
permiten confirmar desde el enfoque psicopedagógico una discapacidad inte-
lectual.
Sin embargo la diferencia obtenida entre la edad cronológica y la edad de
desarrollo del niño puede reducirse por medio de la estimulación temprana, que
hasta ahora no ha recibido, y por otra parte dando orientaciones precisas a los
abuelos para que sepan actuar ante el problema del niño.
Importante: En algunos diagnósticos en niños de poca edad en vez de referirse
a edad mental o a cociente intelectual (C.I.) se prefiere indicar edad de desarrollo
alcanzado, y orientar sobre tratamientos que incrementen el desarrollo para
aproximarlo a la edad cronológica que tenga.
1.3.2. Orientaciones
311
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Clave de respuestas
1. V, 2. F, 3. F, 4. V, 5. V
312
Casos prácticos
1.4.1. Estudio
Los datos aportados por la profesora nos indican antes de explorar a María
Luisa que presenta problemas en el desarrollo motriz y lógicamente no sabe leer
ni escribir. El predominio de mano derecha, pie y ojo izquierdo corresponde a
una lateralidad cruzada.
Previa a toda exploración es fundamental la elaboración de una anamnesis
que nos puede confirmar un problema o alertar sobre su posible existencia ade-
más de aportarnos datos a considerar para el estudio del sujeto. Resulta de interés
el conocimiento de posibles alteraciones psicofísicas en la familia por el factor
herencia. Si hubo problemas en el parto causa quizás de la situación actual. Las
dificultades en alimentación, frecuentes en niños con discapacidad intelectual,
especialmente en la succión, también los retrasos en su evolución pues suelen
tardar en sostener la cabeza, sentarse, gatear, andar y hablar; además por supuesto
son más lentos en percibir estímulos y responder a ellos.
Como resumen de los datos a destacar en la anamnesis de M.ª Luisa se hallan:
mantenerse sentada a los 6 meses, gatear a los 18 meses y andar a los 20 meses.
Es conveniente que el diagnóstico de niños no contenga sólo las cifras corres-
pondientes al cociente intelectual (C.I.) pues como se ha indicado anteriormente
el C.I. no suele ser estable de por vida por lo que interesan más sus aptitudes y su
grado de desarrollo, la madurez que poseen para ciertos aprendizajes y las lagu-
nas o dificultades existentes que frenan o detienen su evolución
Desatacamos que en niños con discapacidad intelectual o con algunas otras
alteraciones son frecuentes los déficits y problemas en actividades vitales (autova-
313
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1.4.2. Orientaciones:
314
Casos prácticos
Clave de respuestas
1. V, 2. V, 3. F, 4. V, 5. V
315
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1.5.1. Estudio
316
Casos prácticos
317
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1.5.2. Orientaciones
Clave de respuestas
1. V, 2. V, 3. F, 4. V, 5. F
318
Casos prácticos
padres trabajan y la madre lo hace en jornada reducida para poder tener más
tiempo y dedicarlo a la familia.
El orientador del colegio en respuesta a una solicitud va a explicar a la profe-
sora y a los padres del niño en líneas generales en que consiste el síndrome y
tratamientos educativos convenientes.
1.6.1. Estudio
r5SBTUPSOPIJQFSDJOÊUJDP5SBTUPSOPQPSEÊGJDJUEFBUFODJÓOFIJQFSBDUJWJ-
dad (TDAH).
La hipercinesia tiene por principal característica un incremento de la motrici-
dad muy por encima de los límites comunes, en sí misma es una calificación des-
criptiva es decir hiperactividad y aparece en diversas patologías.
Desde hace algo más de un siglo hasta la actualidad han sido varias las deno-
minaciones que se le ha dado al trastorno (disfunción cerebral mínima, lesión
cerebral mínima, etc.), una veces sobre la base de su etiología y otras por sus
características clínicas.
Los términos trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit
de atención e hiperactividad (TDAH) se usan en los EEUU. El término oficial
en el Reino Unido es trastorno hipercinético. Según se pronunció el Colegio
Real de Psiquiatras de Londres en 2004 estas diferencias terminológicas a veces
causan confusión en ambos casos sin embargo, los niños muestran problemas con
el control de la atención e hiperactividad.
En la actualidad los términos más utilizados en España son: Trastorno por
Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y Trastorno Hipercinético.
– Información del orientador sobre el síndrome.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un tras-
torno de conducta que aparece en la infancia, se manifiesta como un aumento de
la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la atención en una
actividad durante un periodo de tiempo continuado.
Los niños con TDTH presentan alteraciones que se deben a la frecuencia e
intensidad del movimiento, su inquietud motriz se interpreta como una so-
breemisión de respuestas ante un estímulo, con movimientos aparentemente ca-
319
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
rentes de sentido, cuya frecuencia de aparición es muy alta, por lo que se cree no
realizan una selección de estímulos. Lo mismo sucede con la atención se distraen
fácilmente ante personas y objetos de su entorno, parece como si se viesen em-
pujados a responder a todo lo que les rodea sin distinguir lo esencial.
Su excitabilidad se incrementa con relación a niños no hiperactivos, ante
estimulaciones súbitas no esperadas, desarrollando conductas como se ha indi-
cado con movimientos aparentemente sin sentido por inf luencia de la sobreex-
citación, por ejemplo: si durante la exploración psicopedagógica el niño ha
hecho una construcción con bloques y el orientador de pronto se la derrumba,
el niño puede excitarse enormemente y comenzar a correr por la habitación.
Los problemas perceptivos se incrementan especialmente respecto a confusión
figura-fondo.
Se estima que un cinco por ciento de niños son hiperactivos en la edad escolar.
Primeramente aparecen con hiperactividad sin inhibiciones, posteriormente con
hiperactividad regulada, siendo la pubertad el momento en que a gran número de
ellos les desaparece.
Muchos niños con síndrome hipercinético presentan comportamientos, que
pueden observarse en niños pequeños sanos cuando están cansados, tales como
mostrar inquietud e incrementada excitabilidad.
Una teoría apoyada por unos y rechazada por otros, plantea el estado perma-
nente de fatiga de esos niños, y desde el punto de vista neurofisiológico se les
considera «centralmente hipoactivos», quizás esa sea la razón de que las manifestacio-
nes de conducta hiperactiva se reduzcan con la aplicación de sustancias estimu-
lantes. Sin embargo no hay nada claro al haberse encontrado casos con reaccio-
nes muy diferentes, por ejemplo: actividad electroencefalográfica lentificada
(buena reacción a estimulantes), hipoactividad manifiesta (no reacción a los esti-
mulantes).
Lo cierto es que parece ser que del 60 al 70 por ciento de niños hiperacti-
vos mejoran con estimulantes del sistema nervioso central, anfetaminas y me-
tilfenidato, sólo empeoran el 10 por ciento de ellos. Se dice que una taza de
café debido a la cafeína que contiene produce el mismo efecto que los estimu-
lantes sin los peligros de ellos pero a su vez puede originar irritación gástrica y
diarrea en los niños. Los neurolépticos, los sedantes, los antidepresivos fre-
cuentemente no han dado los resultados esperados en los casos resistentes a los
estimulantes.
320
Casos prácticos
r -VJTDPNPDBTPEFFYQMPSBDJÓOFMFNFOUPTRVFTFDPOTJEFSBSPO
Recuérdese que Luis ya ha sido diagnosticado de TDAH.
La familia y los profesores, percibieron en Luís síntomas que hacían sospechar
una hiperactividad pero hay que tener en cuenta que la mera observación no es
suficiente si no hay establecido un criterio.
Por ejemplo, los padres con poca paciencia o que tienen ansiedad pueden con-
siderar a sus hijos muy inquietos, incluso algunos pretenden que se conduzcan
como adultos, los profesores siempre tienen algún alumno al que consideran posee-
dor del síndrome, con cierta frecuencia las opiniones de ambos padres sobre la
conducta del hijo no coinciden y lo mismo sucede con los profesores.
Con la finalidad de evitar las dosis de subjetividad Conners en 1969 elaboró
una escala intentando establecer unidad en los registros de observadores, y esa es-
cala se aplicó a Luis.
Escala Conners (forma acortada) para valoración del comportamiento de niños
hiperactivos.
Síntomas a observar:
1. Inquieto-hiperactivo.
2. Excitable, impulsivo.
3. Perturba a otros niños.
4. Inicia algo que no termina (periodo de atención breve).
5. Patalea constantemente.
6. Se distrae con facilidad.
7. Sus deseos deben ser satisfechos en seguida (frustración fácil).
8. Llora con frecuencia.
9. Humor rápidamente variable y extremado.
10. Tendencia a crisis de ira y comportamiento imprevisible.
NOTA: esta escala supone una guía orientadora ante un posible problema de TDAH
como punto de partida para una exploración más detallada.
321
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1.6.2. Orientaciones
322
Casos prácticos
ponder a todos los estímulos. La duración de sus periodos de atención deben ser
estudiados para ajustar las tareas a ellos.
Deben crearse hábitos tanto en la escuela como en el hogar familiar, desde col-
gar el abrigo en la misma percha hasta sentarse en la misma silla, etc. Los estímulos
ambientales deben estar reducidos para que se concentre, además también dismi-
nuirá con ello su excesiva actividad motriz.
Debe adecuarse el aula para evitar la dispersión de la atención: eliminación de
objetos decorativos, estanterías y armarios con puertas, cuidar la ubicación de su
pupitre, etc. y además hay que proporcionar tratamiento a los problemas percepti-
vos. También debe efectuarse una selección de materiales para atraer su atención
hacia los aprendizajes.
El uso del lenguaje como ayuda para los aprendizajes de niños con hiperacti-
vidad: se hará que verbalice para sí mismo lo que tiene que hacer en momentos
concretos, es decir que se de autoinstrucciones con lenguaje oral, con ello se
evita distracción e impulsividad ante las acciones y se fomenta la concentración.
Una vez fijada la manifestación oral pasará a interiorizarla mentalmente, ese len-
guaje interno asume un papel de autorregulación que estos niños no tienen de-
sarrollado el cual ayudará a evitar la impulsividad en la realización de tareas re-
f lexionando previamente sobre cómo hacerlo.
323
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Clave de respuestas
1. V, 2. V, 3. F, 4. F, 5. F
Ud. acaba de incorporarse a la Etapa Infantil como profesor y tiene una gran
experiencia como Orientador Educativo. Convocado un Seminario en su Centro
Escolar es invitado a exponer a sus colegas algunos casos de diagnóstico en ni-
ños, entre ellos se halla el siguiente.
Alfredo a la edad de 3 años y 2 meses fue con sus padres a su consulta por
consejo de la profesora del niño debido a que le notaba diferente a otros alum-
nos. Entre esas diferencias destacaba que con frecuencia dejaba de participar en
actividades colectivas aislándose, además no tenía un buen desarrollo del lengua-
je según su edad cronológica.
1.7.1. Estudio
324
Casos prácticos
guaje escaso o alterado. Si se cree que hay alteraciones se envía al niño al espe-
cialista para que cuantifique la pérdida auditiva y se tomen las medidas opor-
tunas.
Entre las varias pruebas utilizadas mencionamos las siguientes (Alfonso e
Ibáñez, 1987):
– Pruebas de estímulos sorpresivos: basadas en la observación de reacciones
infantiles ante ruidos y sonidos inesperados para el niño.
– Pruebas de distracción: un observador juega con el niño, otro fuera de su
alcance visual produce ruidos y sonidos constatándose su efecto en el niño
(esta prueba y la anterior pueden aplicarse a niños muy pequeños).
– Pruebas de discriminación de fonemas: el niño ha de señalar en láminas
que se le muestran los objetos que se nombran. Estos llevan la misma vocal
por ejemplo: casa, taza, lata, pata… Una variante del ejercicio consiste en
que se repita la palabra que se le nombra.
– Prueba del tic-tac del reloj: permite estimar si la audición está dentro de
los límites normales, para lo que hay que saber cual es la distancia máxima
a la que se puede colocar un reloj determinado y oír el tic-tac una persona
sin pérdida auditiva.
Los resultados procedentes de la aplicación de las pruebas nos llevaron a no des-
cartar la hipótesis de que tenía pérdida auditiva y aconsejamos que se le hiciese un
audiograma.
r %JBHOÓTUJDPBVEJPNÊUSJDP
Existen muchas clasificaciones y procedimientos para la categorización de los
audiogramas, algunas se fundamentan en la audiometría tonal, otras en la vocal
y otras en fórmulas de porcentualización a partir del audiograma.
Entre las clasificaciones más utilizadas se hallan las de La ASHA (American
Speech and Hearing Association), y el BIAP (Bureau International d`Audio-
Phonologie).
Aunque las frecuencias y la clasificación varía en estas propuestas, el méto-
do es congruente en todas, proponiéndose la promediación de las frecuencias
del lenguaje para la clasificación del grado de impedimento funcional de la
audición.
325
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
326
Casos prácticos
1.7.2. Orientaciones
327
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Clave de respuestas
1. V, 2. F, 3. V, 4. V, 5. F
328
Casos prácticos
1.8.1. Estudio
329
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1.8.2. Orientaciones
330
Casos prácticos
docentes ante la clase respecto a acciones o actividades que realice la niña. Se pre-
tende con ello un cambio en el autoconcepto de la alumna y a su vez un cambio de
imagen que sus compañeros perciban con el fin de facilitar su integración escolar.
Previamente el Orientador o su Tutor tendrán en cuenta algunas de las nece-
sidades específicas de la niña atendiendo primordialmente a sus necesidades afec-
tivo-emocionales para proporcionarle seguridad en sí misma. Se le preparará un
programa de habilidades sociales y se le enseñarán pautas para poner en práctica
interactuando con compañeros.
Se pueden definir las habilidades sociales como aquellas conductas aprendi-
das que ponen en juego las personas en situaciones interpersonales para modifi-
car o mantener reforzamiento en un ambiente. Entendidas en esa forma las ha-
bilidades sociales pueden considerarse como vías, rutas o estrategias para obtener
los objetivos propuestos.
Algunos componentes de esas habilidades se muestran en los grupos «acepta-
ción asertiva», «oposición asertiva», «habilidades para trabajar en grupo», todo
ello da lugar a un repertorio básico de habilidades sociales. En ese repertorio se
incluye la importancia del contacto visual, volumen de voz, expresiones de apre-
cio y elogio a una acción del interlocutor, expresiones de sentimientos persona-
les, conductas positivas recíprocas, formas de hacer y recibir críticas, entre otros
factores. Con esos programas o pautas se aumenta la autoestima y la integración
en el grupo.
Cuando algunos alumnos de mayor edad que Lola se encuentran en situación
similar a ella por alcoholismo de progenitores es frecuente que un profesor u
otro profesional proporcione información a la clase de alumnos sobre algunos
temas, entre ellos sobre el alcohol y el alcoholismo presentando a los alcohólicos
como enfermos.
Es preciso señalar que en muchos centros de rehabilitación de alcohólicos hay
programas de ayuda psicológica/afectiva-emocional a las familias que tienen un
miembro con alcoholismo, además se les enseñar a tratar al enfermo y a superar
o paliar ciertos problemas de frecuente aparición.
Respecto a los hijos es común el que formen grupos para recibir orientacio-
nes y apoyos, si se precisa se les proporciona tratamiento terapéutico individual o
en grupo. Por el solo hecho de reunirse y compartir con otros niños problemáti-
cas similares se observan grandes mejorías en ellos.
331
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Clave de respuestas
1. F, 2. V, 3. F, 4. V, 5. V
1.9.1. Estudio
332
Casos prácticos
r *OUFSWFODJÓOQTJDPQFEBHÓHJDBSFBMJ[BEBQPSFMQSPGFTPS
Jaime no era aceptado por sus compañeros, permanecía aislado y cuando le enfa-
daban pegaba y mordía. El profesor deseaba aumentar la autoestima de Jaime cam-
biándole la imagen y que ello fuese percibido por los compañeros y le aceptasen.
333
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
Comenzó haciendo que ese alumno mostrase sus habilidades y algunos co-
nocimientos. Por ejemplo, el profesor organizó un concierto para que Jaime ac-
tuase ante sus compañeros, le aplaudieron y recibió felicitaciones. A veces mien-
tras realizaban trabajos escolares le pedía pronunciase alguna palabra en alemán
(lengua de la que tenía algunos conocimientos por su madre) como sus compa-
ñeros no sabían alemán le admiraban en ese aspecto.
También se trabajó su integración haciendo que desapareciesen sus conductas
aisladas y agresivas para lo que se fomentaron comportamientos positivos con las
gratificaciones correspondientes (verbales, calificaciones, premios, etc. todo en
función de sus intereses o motivaciones), en resumen se aplicaron técnicas de
modificación de conducta.
No sólo su imagen cambió sino que mejoraron sus rendimientos escolares,
ese curso por sus propios conocimientos aprobó todas las asignaturas.
Su cambio fue tan perceptible que su madre habló con el profesor sobre la
posibilidad de llevar a su hijo al colegio alemán ya que le encontraba bien en
muchos aspectos. El profesor le aconsejó no hacerlo pues consideraba que su la-
bor con él no había finalizado todavía. Al siguiente curso el alumno junto con
sus compañeros tuvo otro profesor, pero el profesor que tanto intervino en su
cambio siguió tutorizándole y dándole el apoyo necesario.
1. Entre las características que presentan los autistas está el aislamiento o di-
ficultad de relación, pero no todos los niños aislados o solitarios son autistas.
2. El autismo es un tipo de deficiencia mental.
3. Según una hipótesis el autismo se produce por carencia afectiva.
4. El autismo y la esquizofrenia se confunden con facilidad.
5. El enfoque educativo conductista y el psicodinámico no deben aplicarse
en el tratamiento del mismo sujeto autista.
Clave de respuestas
1. V, 2. F, 3. V, 4. F, 5. F
334
Casos prácticos
1.10.1. Estudio
335
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
1.10.2. Orientaciones
El Orientador educativo aconseja a los padres que visiten al médico para que
realice una exploración a Juan Carlos pues es posible que no hable por una afasia
producida al golpearse la cabeza, que podría ser afasia sensorial o afasia motora.
La hipótesis ha sido confirmada, Juan Carlos padece una afasia motora.
La afasia motora subcortical se debe a una lesión que desconecta el área cor-
tical de Broca de los mecanismos motores relacionados con la articulación de la
palabra. Pueden estar intactos el proceso intelectual y el lenguaje interno.
Aunque haya lesiones cerebrales que alteren o destruyan zonas indispensables
para el lenguaje, en el hemisferio izquierdo para los diestros y viceversa, el he-
misferio indemne en los niños suple al afectado, por lo que se dice que no hay
afásicos permanentes ni completos en menores de nueve años. Generalmente, si
nunca han hablado tardan más en hacerlo.
Afasia significa sin lenguaje por daños cerebrales, se aplica a la persona que ha
perdido el lenguaje, por extensión, aunque muchos autores lo consideran erró-
neo, se aplica también al niño que no ha formado su lenguaje por presentar alte-
raciones neurológicas, denominándose «afasia evolutiva».
336
Casos prácticos
Clave de respuestas
1. V, 2. V, 3. V, 4. V, 5. V
337
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
hijo traza algunas letras con movimientos de base invertidos por ejemplo la letra
«a» y el número «1» .
Ella ha escuchado que los movimientos de base invertidos son característicos
de los disléxicos, y va a consultarle a ud. como Orientador, llevando consigo al niño.
1.11.1. Estudio
La edad idónea para diagnosticar dislexias es sobre seis años de edad cronoló-
gica, pues, a esa edad e incluso antes el niño suele haber alcanzado madurez para
la lectoescritura, en algunos sistemas escolares esos aprendizajes se adelantan
pues al comenzar la etapa de educación primaria tienen que saber leer y escribir.
Muchos autores indican que antes de los 6 años sólo se puede hablar de predispo-
sición a dislexias cuando los niños invierten algún término, pero no hay que
olvidar por ejemplo que los movimientos de base invertidos son frecuentes cuan-
do se aprende a escribir, lo mismo que son frecuentes las disgrafías, en esos casos
no debe confundirse con dislexia.
En la anamnesis de Arturo no hay ningún miembro en su familia que padez-
ca o haya padecido dislexia. En el caso de disléxicos suele haber antecedentes,
aunque a veces la persona que informa no lo recuerde o no tenga conocimiento
de ello.
Las alteraciones de Arturo sólo se refieren a escritura, no hay problemas en
lectura. La dislexia presenta un patrón patológico armónico tanto en lectura
como en escritura, si no es así el problema de aprendizaje no es debido a una
dislexia. Arturo no presenta perturbaciones en lateralidad, ni en esquema corpo-
ral, ni en orientación espacial ni tampoco en visomotricidad. Su patrón de pen-
samiento lenguaje es alto, mientras que en disléxicos suele ser normal o pobre.
Su escritura es legible, en disléxicos es parcialmente ilegible por alteraciones en
letras, sílabas y palabras.
Respecto a su conducta, corresponde a los niños de su edad, no así en dis-
léxicos que suelen ser más infantiles.
1.11.2. Orientaciones
338
Casos prácticos
Clave de respuestas
1. F, 2. V, 3. V, 4. V, 5. F
INTRODUCCIÓN
339
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
r &KjFMTVKFUPOPFTUBCBSFMBKBEPEVSBOUFMBBQMJDBDJÓO
de la prueba, se mostraba poco colaborador»
340
Casos prácticos
EJEMPLOS DE ERRORES,
ORIENTACIONES
CARENCIAS O IMPRECISIONES
No se proponen actuaciones dirigidas a intervenir Debería explorar las posibles causas por las que el sujeto no escribe,
en la raíz del problema sino que se fijan analizando los dominios que previamente debía haber lograrlo y
exclusivamente en sus manifestaciones más llamativas diseñar una intervención específica basada en ellos. Plantearse
y generales. En otros casos, se omite la exploración
Ej: ¿tiene adquirido el esquema corporal?
de áreas realmente importantes para el caso.
Ej: ¿tiene adquirida la orientación espacial?
r &KjFMTVKFUPOPTBCFFTDSJCJSv
Ej: ¿presenta alteraciones psicomotrices?
r &KjVOBOJÒBEFBÒPTZNFEJPQSFTFOUB
dificultades de aprendizaje unidas a deficiencias de Debería explorar el origen de las dificultades de aprendizaje:
expresión y comprensión, es retraída, no se relaciona
la ausencia de gateo posible indicador de laguna psicomotriz, ¿y la
espontáneamente con los demás. No gateó y caminó
orientación espacial?
a los 17 meses.» «Según los padres es charlatana».
En el colegio presenta una conducta completamente Dada la edad que tiene las alteraciones del lenguaje ¿no podría ser
distinta, no está integrada, se muestra triste… sólo inmadurez?
r &KQSPQPOFBDUJWJEBEFTRVFFYJHFOBVOTVKFUP
saltar cuando aún no domina bien la marcha
341
Atención Temprana. Diagnóstico e Intervención Psicopedagógica
EJEMPLOS DE ERRORES,
ORIENTACIONES
CARENCIAS O IMPRECISIONES
No se corresponden las características que observan Debería rebatirse el diagnóstico previo y realizar un diagnóstico
en el sujeto con un informe diagnóstico previo propio en el que queden justificadas las características observadas.
realizado por otras personas. A partir de ese diagnóstico propio fundamentado en datos
exploratorios, debería formularse la intervención adecuada
r &K%JDFOEFVOBOJÒBRVFQBEFDFBVUJTNP
QFSP
las características que se aportan sobre la niña son
opuestas al autismo «está muy bien integrada
socialmente, se relaciona con sus compañeros,
comparte juegos…»
Se formulan diagnósticos en términos excesivamente Las afirmaciones deben estar apoyadas en datos concretos no en
generales no justificados con datos generalizaciones.
r &Kj'BMMBFOMPTQSPCMFNBTEFDPNQSFOTJÓOMFDUPSBv
Se formulan afirmaciones contradictorias entre sí Analizar la coherencia de los datos obtenidos y, en caso de observar
referidas al mismo caso discordancias, seguir recogiendo información hasta clarificar cuáles
son los datos correctos.
r &KjFMTVKFUPTFEJTUSBFDPOGBDJMJEBEvQFSPFO
otro sitio se dice «es constante», más adelante
«puede aislarse del ruido cuando trabaja» y «cuando
se cansa deja de trabajar y hay que animarle»
r &KjFMTVKFUPQSFTFOUBMPTTJHVJFOUFTSBTHPTEF
personalidad: es apático, es decidido, es constante y
desenvuelto»
342