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Violeta Friedman, de 64 años, es una superviviente del campo de exterminio de

Auschwitz, donde 1,5 millones de personas fueron asesinadas por los nazis alemanes. A los 50
años de la liberación del campo, Friedman recuerda con horror aquel terrible lugar donde
perdió a toda su familia. Sólo se salvaron ella y una hermana. Desde entonces, toda su vida ha
estado marcada por la lucha contra el nazismo y hoy, que en Europa, y en España en particular,
se detecta un renacimiento de esa «ideología infernal»-

Llegó en mayo de 1944 con toda su familia: su hermana, sus padres, sus abuelos y su
bisabuela de 93 años, además de otros parientes. Les exterminaron a todos. No hacían
distinciones entre jóvenes y viejos. Nadie pensaba que les iban a matar cuando llegaron allí.
Los estaba esperando el doctor Mengele, conocido como «el ángel de la muerte», que
ordenaba a mujeres y a hombres que se pusieran a izquierda o derecha colocados en fila de a
dos. A ella y su hermana las enviaron a las salas de desinfección. Tenían todo perfectamente
calculado. Todo debía ser rápido para que no cundiera el pánico.

Cuando llegó a la desinfección, había unas mujeres polacas y le dijeron que los han
matado a sus padres. Incluso ahora ha superado aquella horrible experiencia.

Señora Friedman y su hermana no fueron víctimas de experimentos de Mengele. Él


centraba sus horribles experimentos en parejas de gemelos o gemelas. Los nazis querían
descubrir el secreto de esto para hacer individuos que serían el exponente de la «raza aria».
No lo supo en qué consistían esos experimentos, y nunca lo ha sabido. Tiene dos amigas
gemelas que fueron sometidas a ellos, y siempre se han negado a hablar del tema.

Fue liberada en 23 de enero de 1945. En noviembre de 1944 le trasladaron al


campo de Hochwald, cerca de Auschwitz, para cavar trincheras, aunque lo que querían era
matarlos de extenuación. Después de la liberación permaneció en Hochwald hasta el mes de
abril, y luego los rusos le metieron en otro campo hasta mayo. Unos conocidos de su ciudad
natal las rescataron a su hermana y a ella y las llevaron a Marghita. Estuvo muy enferma,
padeció tuberculosis ósea. Luego, en 1949, emigró a Canadá. En noviembre de 1951 se casó
con un húngaro nacionalizado venezolano, del que se separó en 1965, año que vino a España.

Dada su experiencia personal, ella afirma que la maldad humana existe y se teme que esté
posible una repetición de lo que ella vivió pero de forma aún más horrible.

El rebrote nazi le parece peligrosísimo y está asustada por la reanimación de la «vía


satánica», la «vía diabólica». España, es el único país donde se puede publicar literatura nazi y
la exporta al exterior. En los demás países europeos eso está prohibido. España es un basurero
de nazis; aquí están refugiados todos. Ahora apela a la juventud para que sepa qué es el
nazismo, la xenofobia, el racismo. Lo que nos trajo y lo que nos puede traer.

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