Un mercado es un mecanismo mediante el cual los compradores y los vendedores
interactúan para determinar precios e intercambiar bienes y servicios. Asimismo, los precios coordinan las decisiones de los productores y los consumidores en un mercado. Los precios más elevados tienden a reducir las compras de los consumidores y a fomentar la producción. Los menores precios fomentan el consumo y desalientan la producción. Por lo tanto, Los precios son la rueda que equilibra el mecanismo del mercado. Los mecanismos de mercados resuelven simultáneamente los tres problemas de qué, cómo y para quién mediante un equilibrio de mercado, el cual representa el balance entre todos los compradores y vendedores. Un perfil de equilibrio de mercado funciona de la siguiente manera: Qué bienes y servicios se producen está determinado por los votos monetarios de los consumidores en sus decisiones diarias de compra; Estos a la vez, influyen en los precios de los bienes y sirven como guías para saber las cantidades a producir de los distintos bienes. Cómo se producen estos productos o bienes está determinado por la competencia entre distintos productores. Un negocio debe encontrar la forma más barata de producción mediante el uso eficiente de la mano de obra, la tierra y otros factores; de otra manera, incurrirá en pérdidas y se eliminará del mercado. Para quién se producen las cosas (quién consume y cuánto) depende, en gran parte, de la oferta y de la demanda en los mercados de los factores de producción y estos a la vez, determinan las tasas salariales, las rentas de la tierra, las tasas de interés y utilidades. Las personas que poseen tierra fértil o la capacidad para meter goles obtendrán muchos votos monetarios para comprar bienes de consumo. Los que carecen de propiedades o carezcan de las habilidades, el color o el sexo que el mercado valora recibirán ingresos bajos. No hay individuo, organización o gobierno alguno que sea responsable de resolver estos tres problemas económicos en una economía de mercado. En su lugar, millones de empresas y consumidores participan en el comercio voluntario, buscando mejorar sus propias situaciones económicas, y sus acciones están coordinadas, en forma invisible, por un sistema de precios y mercados