Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Procesal 3 PDF
Procesal 3 PDF
Referencias
LECCIÓN 1 de 5
Inmediatamente después, el inc. 2 del art. 75 prescribe como coparticipables a los tributos
indirectos internos y los directos que en forma excepcional recaude el gobierno nacional,
salvo la parte o el total de ellos que tengan asignación específica. Esta última cuestión fue
objeto de intensas negociaciones, ya que fue un sistema comúnmente utilizado para
detraer fondos de la masa coparticipatible perjudicando a las provincias, y por ellos se
fijaron especiales condiciones en el inc. 3, como oportunamente se apreciará. Tampoco
integran la masa coparticipable los tributos que corresponden a las provincias que poseen
recursos naturales, v.gr. regalías petroleras, como derivación de su propiedad, reconocida
en el art. 124 de la Ley Suprema.
Estos especiales requisitos, intentaron revertir, por un lado, las simples adhesiones que las
provincias debían prestar a la legislación que imponía casi siempre el gobierno central
frente a la dependencia de las provincias y, por otro lado, fijar un régimen definitivo con
reglas claras, que permita un desarrollo equilibrado de la federación, en lugar de la
arbitrariedad que ha signado la relación Nación-provincias.
La reforma ha impuesto criterios de reparto, tanto para la distribución primaria como para
la secundaria. En relación a la distribución primaria, es decir, entra la Nación por un lado y
las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el otro, se señala: a) lo vinculado
a asignaciones específicas, recientemente analizadas, y b) la relación directa a las
competencias, servicios y funciones de cada una de ellas contemplando criterios
objetivos de reparto, como sostiene el inc. 2 del art. 75, en una frase que se relaciona con
un párrafo posterior de la misma norma que expresa: “no habrá transferencia de
competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de recursos, aprobada
por ley del Congreso cuando correspondiere y por la provincia interesada y la Ciudad de
Buenos Aires, en su caso”.
Para complementar la información presentada hasta aquí, lo invitamos a leer el siguiente documento:
La materia servicio público no está suficientemente elaborada doctrinariamente y solo tienen una
justificación constitucional los que denominamos grandes servicios públicos.
Entendemos que la propia definición sobre el servicio público que aquí se adopta como mayormente
aceptada (la teoría funcional) es la que define la cuestión. En efecto, esta teoría que se debe considerar la
importancia o mérito del tipo de necesidad que con esa actividad se intenta satisfacer.
Por principio, la creación de un servicio público corresponde a la jurisdicción local o provincial, pues se trata
de potestades cuyo ejercicio general no fue delegado por las provincias al constituir la unión nacional. Por
excepción, la creación de un servicio público podrá corresponderle a la Nación, circunstancia que deberá
hallar fundamento en un texto de la Constitución, cuando este tenga caracteres interprovinciales o
internacionales (CN art. 75 inc. 13 -anterior art. 67 inc. 13-), cuando la Nación ejerciere al respecto las
atribuciones que le confiere el art. 75 inc. 18 o cuando la Nación ejerciere actividades que la Constitución le
atribuye expresamente y que constituyen servicios públicos, como sería la instalación de establecimientos
de correos generales (art. 75 inc. 14) (Marienhoff, 2004).
En definitiva, se trata de la actividad por la cual se satisface una
necesidad colectiva a través de un procedimiento de derecho
público, cuyos caracteres son la continuidad, la regularidad, la
uniformidad y la igualdad en la prestación; la titularidad está en
manos del Estado, quien es el que debe garantizar su cumplimiento
a través de los instrumentos que dispone, ya que los servicios
públicos pueden ser prestados en forma directa por la
administración pública o por medio de concesionarios o prestatarios.
E S TA D O FE D E RA L E S TA D O S PRO V I N C I A LE S
Indirectos externos (aduaneros): en forma excluyente y permanente (art. 4, 9, 75 inc. 1º y 126 CN).
Indirectos internos: en forma permanente y concurrente con las provincias (art. 75 inc. 2 CN).
E S TA D O FE D E RA L E S TA D O S PRO V I N C I A LE S
Indirectos internos: en forma concurrente y permanente con el gobierno federal (art. 75 inc.2 CN).
Directos: en forma excluyente y permanente, salvo que el gobierno federal utilice la facultad del art. 75,
inc. 2, 2º párrafo CN.
Art. 75 inc. 2 de la CN establece que: “Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las
provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad
[1] Art. 75- Ley N° 24.430 (1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
Esta ley-convenio debe cumplir con las siguientes condiciones conforme lo establece la Constitución
Nacional:
La Sanción deber ser con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara.
La CN prescribió la integración de la masa coparticipable con los impuestos indirectos internos y los
directos que corresponden a la Nación en forma excepcional, pero admitió la detracción de una parte o de
todo mediante asignaciones específicas por vía de la creación del Fondo Transitorio para financiar
desequilibrios fiscales provinciales.
La reforma constitucional impuso criterios de reparto para la distribución. Los detallamos a continuación:
Distribución primaria
–
Está establecida en el art. 75 inc. 2º: “No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones
sin la respectiva reasignación de recursos, aprobada por ley del Congreso, cuando correspondiere y
por la provincia interesada o la Ciudad de Buenos Aires, en su caso” 2.
Relación de los servicios que ofrezca con los distintos niveles de gobierno.
Distribución secundaria
–
Es la distribución que tiene lugar entre las provincias y la Ciudad de Buenos Aires luego de la distribución
primaria. Establece la asignación para cada provincia y para la Ciudad de Buenos Aires en particular.
Criterios de distribución:
Solidarios: señala la ayuda mutua que debe existir entre las provincias.
Prioritarios: se debe buscar el logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad
de oportunidades, en todo el territorio nacional.
LECCIÓN 4 de 5
1. Introducción
Observando cómo los gobiernos centrales, en especial el de nuestro país, usan sus
poderes fiscales para influir o controlar a los gobiernos provinciales y municipales, por
diversas vías, en este trabajo explicaremos la relación existente entre el federalismo fiscal
y el sistema político institucional de nuestro país.
Por último, podremos entender cuál es la relación que se da entre los distintos órdenes de
poder en nuestro país y su posible influencia en el sistema político y fiscal adoptado.
2. Federalismo argentino
(…)
Nuestro país, de acuerdo con lo establecido en el art. 1 de la Constitución Nacional, se
organiza como un estado federal, en él conviven cuatro órdenes de gobierno, la Nación, las
provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios.
(…)
Cuando hablamos de federalismo, nos referimos a una forma de organización del poder,
donde existen, diferentes órdenes de gobierno con facultades y atribuciones
determinadas.
Federalismo es una forma de organización territorial del poder, que se expresa de diversas
formas y que se presenta en una gran variedad de modelos político- constitucionales, en el
mundo actual. Esta es una técnica de distribución del poder del Estado, a través de la cual
los distintos centros de poder se reservan cierto grado de autogobierno.
(…)
Generalmente se considera que un Estado es Federal, cuando tiene al menos dos órdenes
de gobierno (uno para todo el país y otro para las unidades constitutivas de la federación),
una constitución no reformable unilateralmente por el gobierno nacional, una carta magna
que atribuya poderes legislativos, inclusive los fiscales, autonomía en cada uno de los
órdenes de gobierno, representación de las unidades constitutivas en el poder legislativo
nacional, un árbitro para la resolución de los conflictos de poderes entre los gobiernos y un
sistema fuerte de instituciones que funcionen coordinadamente.
(…)
Según nos muestra nuestra historia institucional, el progreso del federalismo está
relacionado con la estabilidad y fortaleza de las instituciones, la vigencia del orden
democrático, el desarrollo económico y social sostenido y el respeto a los derechos
humanos. En efecto, el federalismo es uno de los blancos más atacados, junto con los
derechos civiles y garantías constitucionales, en las épocas de crisis.
3. Federalismo Fiscal
(…)
(…)
Esta realidad normativa ha generado una progresiva centralización del poder en el gobierno
nacional, tanto en materia de gasto público, como de potestades tributarias y facultades
regulatorias. La situación se repite y aún se acentúa, en cuanto a la relación provincias-
municipios. Los gobiernos locales dependen, de las decisiones y el financiamiento tanto
de la provincia como de la Nación.
Todo lo cual ha llevado a crear una relación de dependencia de los intendentes a los
gobernadores y a su vez de estos con el Poder Ejecutivo Nacional, distorsionando la base
misma del sistema federal.
Por lo que, el esquema básico de todo sistema federal, [que] era la existencia de distintos
órdenes de gobierno con autonomía propia, queda totalmente desdibujado, ya que en lugar
de autonomía tenemos dependencia. Esta situación no se da solo de los gobernadores
hacia la nación y de los intendentes a las provincias, sino que en el último tiempo, se
observa directamente la dependencia de los intendentes al poder ejecutivo nacional.
Una situación a contemplar y que ejemplifica todo lo que venimos sosteniendo es la que se
origina en relación con los recursos naturales. Nuestro país tiene abundantes recursos
naturales que constituyen una fuente importante de ingresos: petróleo, gas, metales,
tierras fértiles para el cultivo, etc. Estos recursos, que están desigualmente distribuidos a
lo largo del territorio nacional, provocan tensiones y desigualdades entre las distintas
unidades constitutivas de la federación. Las discusiones que se dan en torno a esta
situación se centran fundamentalmente en quién recauda, cómo se distribuyen los
ingresos provenientes de su explotación.
En el interior de las provincias la situación se presenta similar. Las provincias recaudan los
principales tributos, los cuales junto con la coparticipación nacional se distribuye a su vez
a los municipios, en un porcentaje del 15%.
Esta perversa realidad en cuanto al federalismo fiscal se refiere, presenta las siguientes
desventajas:
Responsabilidad política: este criterio se respeta cuando los dirigentes responden frente a
los votantes por la calidad de las políticas públicas. Esta capacidad de respuesta y control
es mayor cuanto más cercano está el votante del nivel político donde se deciden y
ejecutan las políticas públicas.
Como podemos apreciar hasta aquí, queda claro que las provincias argentinas dependen
de forma excesiva de las transferencias del gobierno central, lo cual constituye la
característica principal del federalismo fiscal argentino.
Al adentrarnos en el estudio del federalismo fiscal argentino, debemos analizar cuáles son
los elementos políticos que caracterizan este sistema.
En primer lugar partimos de la premisa que todo sistema fiscal debe ser el resultado de un
proceso de negociación política, donde los distintos actores jurisdiccionales acuerden su
rol. Este acuerdo se desarrolla en un marco institucional determinado, cuyos lineamientos
generales se encuentran delineados en la Constitución Nacional.
(…)
Ahora bien, debemos observar quien ejecuta el gasto público en esas situaciones, ya que
observamos una gran variedad de modelos al respecto, en algunas el gobierno federal
tiene a su cargo le ejecución de las políticas públicas, mientras que en otras, los gastos de
las provincias y municipios son mayores. La diferencia radica no sólo en los distintos
andamiajes constitucionales sino también a la historia política y cultural de cada uno de
ellos.
(…)
Creemos que, si bien es cierto que la administración de ciertos tributos a través del
gobierno nacional resulta conveniente, no es menos cierto que delegar en la Nación tal
actividad exime a los gobernadores de la responsabilidad de recaudar impuestos y de
rendir cuentas sobre el uso de esos fondos.
Todo lo cual lleva aparejado múltiples situaciones, gobernadores que, en muchos casos,
utilizan al estado provincial como botín de guerra, la instauración de políticas prebendarías
y la anomia total, que se observa en la ausencia total del estado provincial y municipal
como actor protagónico.
El sistema electoral que impera en Argentina en todas las provincias, es la base de este
fenómeno. Los ciudadanos votan listas sábanas cuyo acceso está vedado sólo a aquellos
que aseguren una obediencia sin límite al caudillo provincial.
Los municipios y más aún las provincias, escasamente pueden satisfacer las demandas
ciudadanas, con prescindencia del aporte de los fondos proveniente de la Nación.
Conclusiones y propuestas
(…)
El esquema político y fiscal que se observa en nuestro país, conduce a crear una distancia
entre la política y el ciudadano, convirtiendo a la democracia en un espejismo, que sólo
satisface los intereses de unos pocos.
(…)
Referencias
Ley N° 24.430 (1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Mensa González, A. y Bernal, M. (2009). Federalismo fiscal y democracia [documento en línea]. Recuperado
de http://aadconst.org.ar/archivos_/ponenciasXIII/Mensa_Gonzalez_Andrea.pdf