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En el norte de nuestro país, el polígono comprendido entre los departamentos de Magdalena, El Cesar y

La Guajira sobre la Serranía del Perijá y que va desde el corredor minero en el centro del Cesar, hasta los
puertos para sacar el carbón en la costa caribe de Colombia y que incluye en su corazón a la Sierra
Nevada de Santa Marta, han sido de los territorios con mayores victimizaciones a la sociedad civil y
donde más claramente se puede ver el universo de intereses y poderes involucrados en la guerra en
Colombia. Hemos sido testigos de la aplicación de un sistema económico que despoja territorios, las
vidas y los cuerpos y que alza a los pueblos subalternos en resistencia.

Hemos vivido la violencia política, los asesinatos selectivos, la estigmatización, la persecución y la


judicialización de la protesta social, la acción insurgente, las autodefensas regionales y locales, el
proyecto paramilitar nacional, el desplazamiento forzado y el posterior despojo de la tierra, la
complicidad de la fuerza pública y su connivencia, el fortalecimiento de una clase política corrupta, todo
con el auspicio e impulso de un modelo de desarrollo extractivo impuesto, excluyente de las mayorías
sociales y destructor del territorio.

En este universo han sido muchxs los actores: es una historia protagonizada por sectores sociales
subalternos, organizaciones sociales y políticas y expresiones armadas insurgentes y, claramente, por las
élites económicas, políticas y latifundistas de la región. En los últimos cuarenta años, con la
implementación del neoliberalismo, son los grandes capitales trasnacionales que, con la actividad
extractiva a gran escala del carbón, usufructúan los réditos del despojo del territorio producto de la
violencia en la región.

La presencia insurgente tiene en la región antecedentes tempranos: en 1966 el medico Jaime Velásquez
García fue gestor del primer foco insurreccional cuya presencia se concentraba en los munincipios de
Agustín Codazzi en la Perijá y en Atánquez, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Luego, casi en paralelo
surgió el FLN en el que participaron Pedro Baigorri y Tomás Arévalo operando en Curumaní y Pailitas en
el centro del Cesar en los años 1968 a 1972. Del ELN se tienen noticias del Frente Camilo Torres
Restrepo en la región desde el año de 1976 se sabe

Las FARC EP llegamos al Cesar por primera vez en el año de 1982, tras nuestra séptima conferencia
nacional, decidimos pasar de ser una guerrilla que resistía en una guerra irregular, a ser un ejército con
vocación de tomarnos el poder. Así en nuestro plan de expansión; una comisión del Cuarto Frente, en la
que iba Solís Almeida, salió con la idea de explorar el territorio para crear un nuevo frente en la Serranía
del Perijá.

Así mismo el Secretariado Central encargó a Adán Izquierdo la misma tarea de penetración, pero en la
Sierra Nevada de Santa Marta. Adán hizo un informe positivo de las condiciones para el nuevo Frente, y
destacaron a varios guerrilleros del 10 frente en el Magdalena medio, para crear el Frente José
Prudencio Padilla o el Frente 19.

Durante los primeros años la organización creo y fortaleció los lazos con la población civil en la región:
campesinos y campesinas, indígenas humildes que dentro de la profundidad de la Sierra y la Serranía
albergaron a la guerrillerada. Ricardo Palmera o Simón Trinidad, como se nombró en las filas de la
Guerrilla, cuenta que en 1985, la primera vez que subió a la Sierra a un campamento de las Farc , se
sorprendió por la cantidad de gente en sus filas, la organización interna y la aceptación dentro de las
comunidades locales.

Mientras tanto el gobierno de Belisario Betancur abrió la puerta por primera vez al diálogo con las
diferentes insurgencias, diálogos que avanzaron rápidamente y que en el caso de las FARC devinieron en
la idea de crear a la Unión Patriótica como plataforma partidaria para que las y los insurgentes
participaran legalmente en política.

La Unión Patriótica llegó a disputarle el país a un bipartidismo histórico, enquistado en el poder. En un


país inconforme, empobrecido, abandonado y violentado, el nuevo partido se convirtió en una
alternativa real de poder donde, rápidamente, confluyeron diversas fuerzas sociales.

Belisario al tiempo que dialogaba con las guerrillas, inauguraba la primera concesión mixta para
explorar, explotar, transformar, transportar y comercializar carbón desde la mina del Cerrejón. En
paralelo le apostaba al dialogo social, a la inclusión política, a la garantía de derechos, mientras impulsa
el modelo extractivista a gran escala que promueve el sistema económico imperante.

En la región el movimiento social estaba muy activo, la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos –
ANUC- línea Sincelejo, había promovido la organización del campesinado y la toma de tierras, sobre
todo en el centro y norte del departamento. De modo semejante, en el centro-sur, las comunidades se
organizaron en una plataforma, también de alcance nacional, llamada ¡A Luchar!.

Las FARC, buscó a Consuelo Araujo, símbolo de la cultura vallenata, popular periodista liberal y
progresista, amiga personal de Alfonso López Michelsen y con buenas relaciones entre una elite,
nacional y regional. Así, Adán Izquierdo, sobre saliente dirigente político de la guerrilla se reunió con ella
y sirvió como puente para la interlocución con los líderes políticos y sociales del país y la región.

El gobierno y las FARC acordamos una tregua que abrió el camino para el lanzamiento nacional de la
Unión Patriótica, el 6 de junio de 1985, a nivel nacional. El municipio escogido fue Pueblo Bello, en el
piedemonte de la Sierra Nevada, al norte del Cesar. Evento que terminó por confirmar la fuerza que
traían las ideas alternativas para la región caribe.

Producto de esta nueva potencia transformadora en Valledupar se gestaba un movimiento cívico


llamado Causa común en el que sobresalían nuevos liderazgos, sociales y políticos; de allí, en las
elecciones de 1986, Imelda Daza Cotes fue escogida concejal de Valledupar. Pero no fue sólo ella, en
otros seis municipios del departamento hubo concejales, una curul en la asamblea departamental y
también se obtuvo, en alianza con el partido liberal, un representante a la cámara.

Toda este acumulado de movilización y politización tuvo su punto más alto en el conocido paro del
nororiente en junio de 1987, la Plaza Alfonso López de Valledupar alojó durante cuatro días a
campesinos provenientes de los Santanderes, El Cesar, Bolívar, Magdalena y La Guajira. Allí confluyeron
la UP, A Luchar, la Coordinadora obrero campesina y popular, los Destechados de Valledupar, el Frente
Popular y Democracia Popular, entre otros sectores sociales y políticos.

Creo que no es bueno saltar discusivamente entre la luchar armada y el movimiento social, del paro del
nororiente a la estrategia armada, confunde el hilo conductor

Las Farc EP y la UC ELN hicieron presencia en la región y crecieron militar y territorialmente, además de
gozar de legitimidad política en buena parte de la población. ¬Estas circunstancias hicieron que
puedieramos operar. El 8 de septiembre de 1988, las Farc EP con la toma de la población de Minca en el
magdalena, como simbolo del nacimiento del 41 frente o Frente Cacique Upar, conmemoramos el
desdoblamiento de la Sierra Nevada a la Serranía del Parijá.

Toda esta efervescencia social, sumado al fortalecimiento político de las insurgencias generaron miedo
en los sectores económicos y políticos tradicionales, quienes se aliaron con el proyecto anti-insurgente
de Uraba y Antioquia y pusieron en marcha todo su poder económico y político para consolidar el
proyecto paramilitar en la región, dando inicio a la época más violenta y victimizante de la historia para
la gente de la región.

A los 11 días paro del nororiente, el 27 de junio de 1987, uno de sus negociadores, José Francisco
Ramírez Torres, presidente de Asonal Judicial, fue asesinado en el barrio Garupal de Valledupar. Iba
llegando a su casa y al carro se le pinchó una llanta, él se bajó a cambiarla, cuando pasaron dos hombres
en moto que le dispararon.

Así, inicio “la guerra sucia” contra la UP y contra toda expresión critica o disidente. El país explotó: los
asesinatos selectivos y las masacres se recrudecieron. Las FARC se vieron obligadas a retirar sus cuadros
de la vida legal y volver a la montaña; desde el movimiento social, muchos líderes fueron asesinados,
otros se exiliaron y otros, para preservar la vida, se fueron para la guerrilla.

HASTA ACA VA EL BORRADOR, EN ADELANTE SON IDEAS PARA DESARROLLARAS

En 1989 ya estaba explotando el carbón Drummond, Prodeco y Carbocol

En 1990 hubo acuerdos de Paz con el M19, con parte del EPL y otros movimientos armados y en 1991
hubo una Asamblea Nacional Constituyente. No se tocó el modelo económico.

Actividad en firme de las empresas mineras.


El impacto social y ambiental de la minería.

La acción insurgente y sus afectaciones a la infreestructura minera, así como extorsiones, abigeato,
retensiones económicas y grandes capitales de la región.

Las élites Cesarenses invitan al proyecto paramilitar al Cesar y la Guajira

Las minas financian paramilitarismo.

Se recrudece la guerra y el paramilitarismo aplica estrategia de la “tierra arrasada” masacres con el


objetivo de vaciar el territorio.

Dialogos del Caguan

Plan Colombia, fortalecimiento del ejercito

Arremetida paramilitar

El lamentable asesinato de Consuelo Araujo Noguera, el 24 de septiembre de 2001, estando en manos


de las Farc EP,

Gobierno de Uribe

Los territorios que desocuparon terminaron siendo usufructuados por la empresas mineras o por
plantaciones de palma o ganado

Desmovilización
Legalización del despojo

Modelo continua con Santos

Dialogos de Paz

Comunidades afectadas negocian directamente con las empresas, que no cumplen.

Acuerdo de Paz.

En 2016 firmamos un acuerdo con el Estado colombiano donde, en una lectura restauradora de la
justicia, acordamos que el esclarecimiento de la verdad debe ser uno de los pilares que soporte el
sistema de justicia transicional. Para ello se creo la CEV con un mandato por tres años con que de la
construcción de una Paz real. Queremos contar nuestra versión de los hechos y las lecturas que
hacemos de la realidad, de lo acontecido, de los errores, en el transcurso del conflicto.

El Acuerdo final que debía ser la hoja de ruta para que el gobierno enfocara sus políticas y saldara la
deuda social histórica que hay con el campesinado, los pueblos étnicos y los diferentes sectores
populares, no solamente ha venido siendo incumplido sistematicamente por el actual gobierno, sino que
todas las iniciativas que impulsa van en contra vía total del espíritu del Acuerdo.

el modelo de desarrollo, es decir, en la radicalización del capitalismo con la implementación del


neoliberalismo. El Caribe colombiano y de manera particular la Serranía del Perijá conoce del impacto
del boom minero energético del carbón.
“Me vende o le compro a la viuda”, es una frase que sintetiza la estrategia para el despojo de tierras que
posteriormente harían parte de la propiedad de personas naturales y jurídicas de gran poder político y
económico. El ejemplo más destacable fue el de la minería de carbón.

En éste contexto estamos trabajando. Con la tesis de la acumulación por despojo que deja una masiva
victimización con la participación directa del Estado. Es éste el que tiene la tarea de expandirse a sangre
y fuego y alistar el territorio para expandir el capitalismo. En el caso de la serranía del Perijá hay acervo
probatorio de la relación Estado, paramilitares y empresas mineras.

La protección de la vida siempre ha sido una razón poderosa para armarse. La victimización masiva trajo
como consecuencia que una parte importante de líderes, lideresas y pueblo en general se incorporara a
las FARC EP. Muchos que no lo hicieron fueron asesinados. La resistencia civil a ese modelo de
desarrollo fue masacrada

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