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Un poco de historia
2. ]. Lacan (1960) ha descrito de una manera tan gráfica como poética a este proceso en una
intervención del Simposio de Bonneval de 1960.
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La sucesión de fantasías
3. Comparto la crítica que hace J. Laplanche (1987) a la hipótesis del origen filogenérico de
las fantasías originarias. Pienso, asimismo, que la descripción que hace este autor, junto a J.B.
Ponralis (1964, 1967) de la fantasía originaria es esencial para comprender la dinámica de los
procesos grupales, como lo destacaran numerosos autores de la escuela francesa de psicoaná-
lisis grupaL
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figurar una secuencia en la que fantasías cada vez más complejas van
absorbiendo, subsumiendo aquellas de las que son la continuación. El
resultado final de esta secuencia, cuando se recorre exitosamente, es el
acceso al proceso secundario, o, más exactamente, a su predominio.
La estructura de roles
jl
Luego de este amplio rodeo, en el que intenté dar cuenta de la for-
mación grupal de las fantasías, contenido del psiquismo, expondré mi
idea del efecto del inconsciente en los grupos.
El grupo terapéutico es un grupo primario cuya tarea es la forma-
ción, revisión y ampliación de la identidad de sus miembros. Los inte-
grantes de este grupo concurren a él porque algo en su identidad produ-
ce un sufrimiento que los motiva a intentar una modificación de su in-
serción con e! mundo, que produzca el alivio que desean y esperan. Es-
te deseo implica una demanda dirigida al terapeuta, y la posibilidad de
utilizar un contexto -el grupal- como instrumento de comunicación, ex-
presión y cambio.
La tarea del grupo terapéutico -todo grupo la tiene, a nivel manifies-
to- está propuesta por la regla fundamental, enunciada en el comienzo,
ya sea de! grupo o de la inserción de un nuevo paciente (en el caso de
los grupos abiertos). Esta tarea, como toda tarea a que se aboca un gru-
po, determina una estructura de roles. En el caso de los grupos terapéu-
ticos, en tanto la consigna es amplia, los roles determinados ponen al al-
cance de los pacientes un espectro de interpretación de su lugar en el
conjunto que permite el despliegue de su inconsciente. Desde el modelo
de Bion; la estructura de roles centrada en la tarea manifiesta coincide
con los requerimientos del grupo de trabajo. Cada uno de los pacientes
utiliza su rol para hacer su aporte a la tarea de asociar libremente, par-
ticipar de un tema que el grupo se ha propuesto, desarrollarlo, discutir-
lo. El nivel de comunicación correspondiente a este nivel es el verbal:
predomina e! proceso secundario.
Todo encuentro vincular -y el grupo no es una excepción- promue-
ve una regresión en sus integrantes. El encuentro con lo desconocido
reaviva las emociones y experiencias de los primeros contactos del suje-
to con el mundo, y dispara el mismo contenido de fantasías. Ya lo ha-
bía observado Bion: un grupo -definía- es un conjunto de sujetos que
comparten e! mismo grado de regresión.
Esta regresión, como decía, re activa fantasías primarias. La secuen-
cia de fantasías es recorrida en sentido inverso al progresivo: retorna el
El trabajo psicoanalítico con pequeños grupos • 151
5. Hemos encontrado siempre este problema cuando se extra pala un concepto de la teoría psi-
coanalitica, pensada como una hipótesis del psiquismo, a su aplicación en un contexto vincu-
lar. Fantasía, transferencia, proyección, erc. dan cuenta de fenómenos inrra psíquicos. La pro-
yección de un sujeto cualquiera en un objeto no da cuenta por sí sola de la asunción, por par-
te de éste, del rol en el que lo coloca el proyectanre. No basta para explicar una interacción
~ entre dos o más personas. Pienso que el estudio de este juego de ofertas y asunciones consti-
tuye la esencia de nuestro trabajo como psicoanalistas en un contexto vincular, cualquiera que
éste sea: pareja, familia, grupo, institución, cte.
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