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RESUMEN ANALÍTICO DE ALEGATOS DE APERTURA Y CIERRE

DEL DEBATE EN EL C.N.P.P.

Uno de los principios que rigen el proceso penal acusatorio en la legislación actual
mexicana es el de la oralidad, el cual se manifiesta de gran manera en los
artículos que disponen los alegatos de apertura, ya que queda establecido que
dicha audiencia será de forma oral. Relacionado a lo anterior, están presentes los
principios de inmediación y contradicción, debido a que, en la fase de alegatos
frente al juez, se expondrán y discutirán las pruebas que las partes del proceso
han recolectado con el fin de convencer el ánimo del juzgador. De tal manera,
dicha etapa se encuentra regulada en el Capítulo V del Código Nacional de
Procedimientos Penales.

La legislación considera un debate la audiencia celebrada donde se da inicio a la


fase de alegatos, en la cual el juzgador concederá la palabra al Ministerio Público
para que exponga de manera concreta y oral la acusación y una descripción
sumaria de las pruebas que utilizará para demostrarla. Posteriormente, se
concederá la palabra al Asesor jurídico de la víctima u ofendido, si lo hubiere, para
los mismos efectos. Posteriormente se ofrecerá la palabra al Defensor, quien
podrá expresar lo que al interés del imputado convenga en forma concreta y oral.
Con ello se presume la igualdad de las partes para poder exponer el interés de
cada una y la capacidad del imputado para defenderse en juicio.

Después de los alegatos de apertura, se procede a la demostración de las


pruebas que cada uno posee, el orden que deseen exponerlas será a disposición
de las partes, ya que cada tiene consideración distinta con sus pruebas.
Corresponde recibir primero los medios de prueba admitidos al Ministerio Público,
posteriormente los de la víctima u ofendido del delito y finalmente los de la
defensa.

Con el nuevo sistema penal que se centra en la oralidad, todas las decisiones
tomadas en dicha audiencia serán emitidas oralmente, y los preceptos jurídicos no
se mencionarán a menos que sea necesario; salvo los casos en que durante las
audiencias alguna de las partes solicite la fundamentación expresa de la parte
contraria o de la autoridad judicial porque exista duda sobre ello.

Tanto en el alegato de apertura como en el de clausura, el Ministerio Público


podrá plantear una reclasificación respecto del delito invocado en su escrito de
acusación. En este supuesto, el juzgador que preside la audiencia dará al
imputado y a su Defensor la oportunidad de expresarse al respecto, y les
informará sobre su derecho a pedir la suspensión del debate para ofrecer nuevas
pruebas o preparar su intervención. Lo anterior permite tanto al Ministerio Público
replantear el delito que se persigue, como la defensa al imputado para preparar
las pruebas pertinentes de dicho delito, así se busca esclarecer todos los hechos
ocurridos que se presentan ante el tribunal.

Al finalizar los alegatos respectos a las pruebas ofrecidas por las partes, el
juzgador dará la palabra a las partes en el orden establecido para que brinden un
discurso de cierre al debate expresando lo último por decir en el juicio. Finalmente
se otorgará la capacidad de replicar y duplicar lo expresado, y después se
procederá a cerrar el debate.

En esta fase vemos la confrontación más intensa entre las partes, debido a que
cada una pretende mantener su posición defendiendo el interés que persiguen,
desde los alegatos de apertura donde se da una descripción de los hechos hasta
la parte de pruebas, se trata de demostrar la verdad a través de lo que cada uno
posee que justifique su razón. El juez en todo momento mantiene el orden en el
procedimiento y la audiencia se desahoga conforme a derecho, y los principios
rectores, como el de concentración, porque se observa cómo varias diligencias se
reúnen en una sola, si así es posible. Con todo esto se pretende agilizar los
procesos y brindar medios de defensa a las partes que permita una mejor
impartición de justicia en la materia penal.

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