Vivienda Social en Colombia PDF

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Vivienda Social en Colombia

Monografía- Taller de Ingeniería

Andrés Campaña-021160007
Ludmilla Spagnolo-0211925001
Yeison Caballero-0211620051
Introducción

El tema de la vivienda social es un tema fundamental en Colombia y en


América Latina, incidiendo en esferas de gran importancia como la social, político
y económica que finalmente generan efectos en temas como la calidad de vida
de los ciudadanos (Lin,2018). La vivienda social es cada vez más comercializada
y tratada como un asunto menor en las sociedades de proceder económico
neoliberal (Schaefer, 2018), generando así un aumento constante del déficit de
vivienda y empeoramiento de la calidad de vida de la población más vulnerable.
La enorme desigualdad social que se vive en el país es responsable de
que muchos trabajadores formales e informales que no pueden pagar una
vivienda digna. Incapaces de pagar el alquiler o la financiación privada, millones
de personas eligen la autoconstrucción, que se define como construir sus casas
con sus propias manos y medios, sin la supervisión o el diseño de profesionales
calificados. En algunos caos optan por alquilar viviendas en situaciones
precarias o compartir una vivienda de área muy pequeña con otras familias,
incluso se llega al extremo de vivir en la calle en condiciones deplorables.

Sin embargo, desde el año 1991, el derecho a una vivienda digna ha


estado presente en la constitución colombiana. El artículo 51 de la carta magna
colombiana describe las responsabilidades que tiene el estado en cuanto a éste
asunto, por lo cual se hace necesario buscar y exigir del poder público el
cumplimiento de lo establecido en la constitución y una vida en condiciones más
digna para todos los ciudadanos.

Según la constitución colombiana, el derecho a una vivienda digna está


garantizado en el artículo 51, pero los datos del censo general de 2005 nos
muestran una realidad diferente: casi 40% de los hogares del país presentó
necesidades habitacionales (DANE, 2005). El objetivo de este documento es
buscar programas y políticas promovidas por el estado para hacer realidad el
derecho a una vivienda digna.

En el primer capítulo se estudia el proceso de urbanización en América


Latina, porque se cree que la cultura de la desigualdad comienza con la
colonización, tanto española como portuguesa. Ya en el capítulo dos se expone
la lógica neoliberal en la mercantilización de la vivienda y su relación con las
políticas estatales. En el tercer capítulo se presenta la historia de la vivienda
social en Colombia.
I. La ciudad latinoamericana

Según Holanda (1936), la construcción de ciudades fue el instrumento de


dominación más decisivo para las naciones conquistadoras. La vivienda en la
ciudad es esencialmente antinatural y está asociada con manifestaciones de
voluntad y dominio.
Las colonizaciones española y portuguesa tienen diferencias marcadas.
La dominación portuguesa renunció a traer normas imperativas y absolutas, se
preocupó menos en la construcción, planificación o colocación de cimientos, y
priorizó dar prioridad a la riqueza fácil a la mano. (Holanda, 1936)
La colonización española se caracterizó por lo que carecían los
portugueses: una aplicación insistente para asegurar el dominio militar,
económico y político sobre las tierras conquistadas, a través de la creación de
varios núcleos de asentamientos estables y bien ordenados. (Holanda, 1936)
La disposición misma de los centros urbanos en América Latina revela el
esfuerzo decidido para rectificar el paisaje salvaje. Las calles no están
moldeadas por suelos tortuosos e irregulares; se imponen la línea recta y el plano
rectangular: el trazado rectilíneo prevalece decisivamente en todas las ciudades
españolas. (Holanda, 1936)
Los grandes centros de población que construyeron a los españoles en el
Nuevo Mundo están situados precisamente donde la altitud permite a los
europeos disfrutar de un clima similar al de su país. (Holanda, 1936)
A diferencia de la colonización portuguesa, que era principalmente costera
y tropical, el castellano parece escapar de la marina, prefiriendo las tierras
interiores y las mesetas. Solo si hubiera buenos puertos se podrían establecer
asentamientos a lo largo del paseo marítimo y, sin embargo, solo aquellos que
fueran indispensables para facilitar la entrada a la tierra, el comercio y la defensa.
(Holanda, 1936)
Sérgio Buarque de Holanda caracteriza estos dos tipos de urbanización,
la española y la portuguesa, respectivamente, con el trabajo de un labrador y un
sembrador. La colonia portuguesa sería un simple lugar de paso, y la española
se construyó siguiendo los modelos de urbanización de la metrópoli. (Holanda,
1936)
Hasta el siglo XIX, el período de declaración de independencia de las
colonias españolas y portuguesas, estas fueron las principales características de
las ciudades latinoamericanas.
La independencia ha dado lugar a un nuevo tejido urbano en todo el
continente. El número de ciudades creció de 51 en 1850 a 207 en 1920. El siglo
XX estuvo marcado por una rápida urbanización y un intenso cambio social en
unas pocas décadas. (HARDOY, 1972)
Las difíciles condiciones de vida en el campo después de su
modernización; El desarrollo de la actividad industrial, con numerosos empleos
creados y el crecimiento natural de la población son los principales factores de
un éxodo rural sin precedentes y un mayor crecimiento de la población urbana
que en la Revolución Industrial.
Paralelamente a esta realidad, en el campo teórico y crítico, está
surgiendo el Modernismo de posguerra y los representantes importantes del
movimiento en América Latina. La región fue vista con optimismo y tenía la
capacidad técnica para un desarrollo más justo y equitativo de sus ciudades.
Gorelik (2005) defiende la ciudad latinoamericana como una construcción
cultural, resultado de los procesos de colonización y urbanización acelerada. El
autor presenta la idea de América como un laboratorio de experiencia social y
política. América Latina, en particular, fue vista por el mundo occidental como el
lugar donde se podía lograr la verdadera modernización.
Hardoy, en 1965, sintetiza el pensamiento de la época sobre el continente:

La función integradora y el valor simbólico de Brasilia para Brasil, el


impacto geopolítico de la carretera de la selva peruana, las grandes
carreteras que unen el interior de Paraguay y Bolivia con los puertos
de Brasil y Argentina, la ruta panamericana, Grandes proyectos
hidroeléctricos en todas partes, el diseño regional de Venezuela que
afirma la existencia de un nuevo polo de desarrollo en su Guayana,
demuestra que América Latina está avanzando en sus propias
fronteras. Y sin duda surgirán nuevos centros de vivienda y un
esquema de urbanización complementaria como expresión de una
nueva América Latina que está separada de los límites del pasado y
busca en la idea de integración la expresión de su modernización.
(Hardoy, 1972).

Solo era necesario estudiar los problemas urbanos y elaborar las


preguntas, calificar a los técnicos y encontrar respuestas correctas sobre esta
problemática. Por lo tanto, sobre esta base científica, se harían planes con los
que trabajarían los gobiernos. (Gorelik, 2005)
Sin embargo, otra constante en la historia latinoamericana es el desajuste
entre proyecto y realidad. Tras los desarrollos urbanos en países como Uruguay,
Chile, Perú y México, con la planificación urbana y las cooperativas de vivenda;
en la segunda mitad del siglo XX se produjeron golpes militares y se instalaron
governos autoritarios en todo el continente, lo que limitó la construcción del
pensamiento por sociedades más igualitarias.
Gorelik declara que los límites en la comprensión de la "ciudad
latinoamericana" y la idea de cultura urbana del continente podrían explicarse
por sucesivas perturbaciones históricas, políticas y culturales latinoamericanas:
Hablamos de la 'ciudad latinoamericana', por un lado, cuando
nos referimos en general a las grandes metrópolis y sus problemas
apremiantes: pobreza y marginalidad, fragmentación y violencia,
desguace de los centros históricos, urbanización descontrolada del
campo, desequilibrios regionales. Y, por otro lado, en los últimos años
se han desarrollado una cantidad importante de estudios (históricos,
sociológicos, antropológicos, urbanísticos) en ciudades particulares de
América Latina, que han demostrado la imposibilidad o al menos la
esterilidad de las comparaciones y generalizaciones. (Gorelik, 2005)

Podemos concluir, entonces, que lo que caracteriza a la ciudad


latinoamericana es la desigualdad, las grandes ciudades y los problemas
sociales que se desarrollan a partir de la gran diferencia de ingresos y la falta de
inversiones públicas.
Esta desigualdad se muestra espacialmente en el tejido urbano de las
ciudades, donde la población pobre vive en viviendas precarias en la periferia,
sin acceso a instalaciones públicas y a menudo gasta casi todos sus ingresos en
alquiler.
Desde la década de 1980, con el surgimiento del neoliberalismo y la
defensa de una intervención aún más pequeña del Estado en la economía, estos
problemas se han agravado. La lógica neoliberal de la mercantilización de la
vivienda popular y su relación con las políticas públicas se expondrán en el
capítulo siguiente.
II. Neoliberalismo y mercantilización de la vivienda

Según Paolinelli (2018), la mercantilización de la vivienda es una situación


relativamente nueva en la historia. Las transformaciones que la convirtieron en
una mercancía fueron largas y no ocurrieron inmediatamente, sino después de
la formación del sistema económico capitalista.
La vivienda comenzó a verse como una mercancía, con acceso por una
tarifa, solo en el siglo XIX. En las ciudades occidentales, el proletariado industrial
ha dejado de vivir en su lugar de trabajo; y por primera vez en la historia una
gran población proletaria tuvo que asegurar su hábitat a través del mercado.
(PAOLINELLI, 2018)
Sin embargo, es a partir de la segunda mitad del siglo XX que la cultura
estadounidense de fomentar la propiedad de la vivienda prevalece y se expande
en todo el mundo a través del desarrollo de sistemas hipotecarios y la
popularización del "american dream”. (PAOLINELLI, 2018)
Ahora, especialmente desde la década de 1980, la vivienda se ha
convertido en un activo líquido y el mercado inmobiliario está globalizado,
conectado y más fuerte. Hoy, con la hipermecanización de la vivienda, no importa
si la vivienda está ocupada como hogar para una familia o si está vacía, a la
espera de una apreciación para la venta posterior. El acceso a la vivienda no es
igual, los precios inmobiliarios siempre tienden a aumentar y expulsar a las
familias menos favorecidas de las centralidades de las ciudades. (PAOLINELLI,
2018)
A través de esta lógica, el espacio en el que viven las personas se define
por la capacidad de pagar a quienes viven en él, volviéndose desiguales, en
contraste con la necesidad universal de un lugar para vivir. (PAOLINELLI, 2018)
La autora presenta los conceptos de alienación y opresión residencial,
definidos por Madden y Marcuse (2016).
La alienación es la premisa de toda propiedad privada, es decir, si algo es
alienable, significa que es intercambiable; se puede comprar y vender. Según los
autores, “la alienación residencial es lo que sucede cuando una clase capitalista
captura el proceso de vivienda y lo explota para sus propios fines. "(MADDEN;
MARCUSE, 2016).
Son ejemplos de alienación residencial el hacinamiento, el
desplazamiento forzado, la expropiación, la falta de vivienda, el
hostigamiento por parte de los propietarios o agentes financieros sobre
las familias en sus hogares, entre otras relaciones desiguales que
hacen de la vivienda un lugar precario e inseguro. (PAOLINELLI, 2018,
p. 56)

La opresión residencial, por otro lado, subordina la oferta de viviendas a


las luchas de poder, además de los problemas económicos.
La opresión residencial aparece en las formas más diversas de la
ciudad, por ejemplo, mediante la creación de aldeas de trabajadores, o
mediante la eliminación, división y rediseño de vecindarios con la
intención de mantener un cierto orden urbano. Tampoco afecta a todos
de la misma manera, centrándose más en las minorías étnicas, los
negros, las mujeres y los pobres. (PAOLINELLI, 2018, p. 56)

En la ciudad hipermercantilizada, la vivienda ya no es hogar, sino solo


dinero en forma de vivienda. No requiere servicios públicos, equipo o vecindario.
No presenta ningún desafío para el sistema. La mercantilización es "una técnica
de gobernanza, un proceso tanto político como económico" (MADDEN;
MARCUSE, 2016).
Ya Cunha y Guimarães (2019) introducen la mercantilización de la
vivienda basadas en la definición del neoliberalismo, por el teórico Noam
Chomsky, como "un conjunto de procesos económicos, políticos y culturales que
permiten que un pequeño número de intereses privados controlen la mayor
cantidad posible de la vida social "(CUNHA; GUIMARÍES, 2019).
Según las autoras, una disminución significativa en la provisión de
viviendas adecuadas y públicas para la población vulnerable se produjo
simultáneamente con la reducción de los presupuestos gubernamentales. Esta
disminución en la intervención estatal en áreas consideradas en control del
mercado ha impulsado procesos de privatización de servicios necesarios para la
vida humana (vivienda, salud, ocio) y promueve el consumo como un medio de
acceso a los derechos básicos. (CUNHA; GUIMARÍES, 2019).
La vivienda pierde un significado sociocultural cuando deja de ser un
bien social o un medio de distribución de la riqueza, convirtiéndose en
un medio de acceso a los valores económicos. A través de ella y de
acuerdo con la economía política centrada en la especulación, se
genera una expectativa de un aumento en el precio de los bienes
inmuebles en el futuro cercano. (CUNHA; GUIMARÃES, 2019, p. 7)

En este sentido, no hay preocupación por la población más vulnerable o


por formas de urbanización socialmente más justas. El único interés es el mejor
proyecto desde el punto de vista de la rentabilidad del sistema inmobiliario. La
ciudad se vuelve a colonizar y los derechos de los habitantes son insignificantes.
(CUNHA; GUIMARÃES, 2019)
A continuación, se presenta la historia de la vivienda social en Colombia,
hasta los días de hoy. Y buscamos, más adelante, en el capitulo cuatro, ejemplos
de programas de vivienda que huyan de esta perversa lógica neoliberal de
mercantilización del hábitat.
III. Vivienda social en Colombia

La historia de la vivienda social como tema legislado en Colombia se remonta


a la constitución de 1991 en el Artículo 51 el cual establece que todos los
ciudadanos colombianos tienen derecho a una vivienda digna y el papel del
Estado como facilitador de las condiciones para lograr tal fin como los planes de
vivienda de interés social, sistemas de pago a largo plazo y otros medios
pertinentes. El decreto 1533 de 2019 muestra dos definiciones claves de la
temática:
“Vivienda de Interés Social (VIS): Es aquella que reúne los elementos que
aseguran su habitabilidad, estándares de calidad en diseño urbanístico,
arquitectónico y de construcción cuyo valor máximo es el que se establezca en
las normas que regulan la materia para este tipo de viviendas.
Vivienda de Interés Social Prioritaria (VIP). Es aquella vivienda de interés social
cuyo valor máximo es el que se establezca en las normas que regulan la
materia para este tipo de viviendas.”
Posterior a ello, la ley 3 de 1991 crea el Sistema Nacional de Vivienda de
Interés Social, y se establecen beneficios para los ciudadanos como el subsidio
familiar de vivienda y las acciones que conducen a la adjudicación de un subsidio
de vivienda:
“- Construcción o adquisición de vivienda;
- Construcción o adquisición de unidades básicas de vivienda para el
desarrollo progresivo;
- Adquisición o urbanización de terrenos para desarrollo progresivo; -
Adquisición de terrenos destinados a vivienda;
- Adquisición de materiales de construcción; - Mejoramiento, habilitación y
subdivisión de vivienda;
- Habilitación legal de los títulos de inmuebles destinados a la vivienda.”
Congreso de Colombia (1991)

Posteriormente, se introdujeron modificaciones a esta ley como la introducida


por el artículo 38 de la Ley 1537 de 2012, mostrando la naturaleza del subsidio
como un aporte estatal en distintas formas, ya sea en dinero o en especie
facilitando la solución de vivienda. La ley 1469 de 2011 da nuevas garantías a
los hogares para la aplicación de este subsidio en la compra de vivienda de
interés social y es complementada por la ley 1537 de 2012.
En materia presupuestal, el artículo 27 de la ley 546 de 1999 determina la
responsabilidad al gobierno nacional de distribuir los recursos para los subsidios
de vivienda basados en criterios técnicos que generen el máximo beneficio
social. Además, se debe garantizar la equidad y se prioriza a la población
afectada por desastres naturales o calamidades. El artículo 48 de la ley 546 de
1999 autorizó la creación de un Fondo de Reserva para la Estabilización de la
Cartera Hipotecaria (FRECH) el cual es administrado por el Banco de la
República para mejorar las condiciones de financiamiento de la vivienda.
El plan de desarrollo para el periodo 2018-2020 plantea la continuidad del
programa “Mi Casa Ya”, y el avance más reciente en esta materia es del Decreto
1533 de 2019. Este programa fue lanzado en el año 2015 permitiendo el acceso
de más familias a los subsidios para la adquisición de vivienda nueva en zona
urbana que se dirige a familias cuyos ingresos mensuales sean menores a ocho
salarios mínimos mensuales legales vigentes (8 SMMLV). Los subsidios de
vivienda en el año 2019 oscilaron entre $16.562.320 COP y $24.834.480 COP,
dependiendo de los ingresos familiares del núcleo, además se aplica un subsidio
al interés por los primeros siete (7) años de pago de la vivienda.
IV. Programas-modelo en Colombia y afuera

A pesar de la baja producción de viviendas por parte del Gobierno Federal,


recientemente la ciudad de Medellín se ha destacado en todo el mundo por los
Proyectos Urbanos Integrales implementados en las comunas más
desfavorecidas de la ciudad.

Después de la reforma constitucional y la aprobación de la Constitución


Política de Colombia en 1991 con la inclusión de directrices derivadas de la
reforma urbana, como el reconocimiento de los derechos básicos (salud,
saneamiento, vivienda digna, espacios públicos y recreación); la legislación
urbana de Medellín estableció herramientas legales fundamentales para la
intervención en el territorio.

En 1996, se emitió el Sistema de Planificación Municipal (en 2007 se convirtió


en Planeación Local y Presupuesto Participativo); en 1999 se creó el Plan de
Ordenamiento Territorial de Medellín; en 2008, se lleva a cabo el Plan
Estratégico de Vivienda para Medellín 2020 y en 2009 se lanza el Programa de
Mejoramiento Integral Barrios. (ABIKO; SGARBI, 2017)
Como en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la mayoría de los
barrios populares de Medellín surgen de la segunda mitad del siglo XX. Debido
al éxodo del campo, muchas familias llegan a la ciudad sin fondos para unirse a
los sistemas de financiación de vivienda disponibles y terminan viviendo en
viviendas informales formando “cinturones de miseria” en áreas de riesgo.
(MAZO; MORAIS 2016)
Los lotes existentes fueron ocupados por la autoconstrucción de casas que
proliferaron, limitando las áreas libres disponibles. En este contexto, se agregan
la violencia urbana y la disputa territorial por el narcotráfico, lo que reduce aún
más las posibilidades de apropiación comunitaria de los espacios públicos.
(MAZO; MORAIS 2016)
Sin embargo, esta situación ha cambiado en los últimos años debido a la
implementación de acciones integrales que buscan responder a los problemas
urbanos de manera amplia.
El Proyecto Urbano Integral (PUI) fue implementado en 2004 por el
ayuntamiento de Sergio Fajardo. La ciudad se dividió en cinco áreas de acción:
Noreste, Medio Oeste, Noroeste, Medio Oeste y Suroeste, como se muestra en
la siguiente figura:
Imagen 1 - Áreas de acción de Proyectos Urbanos Integrales en Medellín, 2004-2011.
Fuente: Oscar Santana (2011) apud MAZO; MORAIS (2016).

El PUI busca la rehabilitación física de la ciudad, a través de mejoras con


la inclusión social de la población, recalificación de viviendas en áreas
irregulares, rehabilitación de espacios públicos y recuperación ambiental. El
programa busca mejorar la calidad de vida de la población en el área de acción
de manera integral, a través de la construcción de bibliotecas, parques públicos,
equipamientos urbanos y la mejora de la movilidad urbana. (ABIKO; SGARBI,
2017)
El enfoque y la priorización de la mayor cantidad de recursos para los
territorios pobres, con los cuales el gobierno tiene una deuda social
histórica, siguió un principio revolucionario en las dos prefecturas que
implementan el proceso: inversión de una mayor cantidad de recursos,
con la mejor calidad y excelencia estética, en las zonas más pobres y
violentas, activando así la fuerza de la estética como motor de cambio
social y cultural. (MAZO; MORAIS, 2016, p. 8)

En este proceso, destaca el papel de la Empresa de Desarrollo Urbano1


(EDU) en Medellín, responsable del diseño, planificación, gestión de recursos e
información y ejecución de obras y contratos.
Además de EDU, la participación de varios agentes fue muy importante
en el proceso de reurbanización de la periferia de la ciudad. De esta forma, se
practicó la “corresponsabilidad”, a través de la articulación entre el poder
público, la población, las ONG, el sector privado, las universidades y el apoyo
internacional. (MAZO; MORAIS 2016)

1
Responsable de la ejecución de la PUI, EDU es una empresa industrial y comercial del Estado,
pertenece al Municipio de Medellín y se dedica a la realización de planes, programas y proyectos de
gestión urbana; además de operaciones urbanas con entidades privadas y consultorías.
La implementación de la PUI se caracteriza por una fuerte estrategia
social compuesta por acciones de integración comunitaria, como, por
ejemplo, reuniones comunitarias en las regiones de intervención,
creación de comités locales de vivienda y acuerdos comunitarios. Su
principal diferencial es que no es solo un programa de provisión de
vivienda y reasentamiento de familias que viven en lugares de riesgo.
El programa se centra en la integración social mediante la construcción
de bibliotecas, la integración de la población de favelas en la ciudad y
la mejora de la movilidad urbana. (ABIKO; SGARBI, 2017, p. 15)

La participación fundamental de la población en el proceso tuvo lugar a


través de reuniones informativas, recorridos por los barrios, asambleas y
procesos de capacitación, talleres de comités imaginarios y comunitarios.
Cuando se completó cada taller, las observaciones de los miembros se
agregaron al perfil del proyecto, para ser incorporadas y llevadas a la próxima
reunión, hasta llegar al proyecto final. Después de este proceso, comenzó la
contratación del contratista para llevar a cabo el trabajo, mediante licitación
pública. (MAZO; MORAIS 2016)
Uno de los proyectos desarrollados fue el de Quebrada Juan Bobo. Era un área
marcada por la marginalidad, la vulnerabilidad social y la falta de estándares,
seguridad, salud y desarrollo. Antes de la ejecución del proyecto, 1.260 personas
vivían en la zona; la mayoría mujeres, niños y ancianos. (ABIKO; SGARBI, 2017)
En 2004, a través de EDU, el gobierno decidió llevar a cabo una intervención
completa. El plan consistía en aplicar un modelo original de recalificación en el
sitio, de acuerdo con la comunidad local, mejorando las condiciones de vivienda
de 300 familias. (ABIKO; SGARBI, 2017)
Imagen 2 – Quebrada Juan Bobo antes, durante y después de las intervenciones. Fuente: Alcadia de
Medellin apud ABIKO; SGARBI (2017)

El proyecto tenía como prioridad el tema de la vivienda, corroborado por


lineamientos que presumían, en relación con la vivienda, la legalización de la
propiedad de los mismos, sin expropiación, y así certificaba la permanencia de
la población en la región y evitaba la ruptura de las conexiones comunitarias.
También se promovieron diferentes mecanismos para generar trabajo
e ingresos, basados en la capacitación de diferentes oficios, el apoyo
a las empresas comunitarias y la calificación de las personas para
actividades económicas, la instalación de espacios públicos y equipos
para usos flexibles. (ABIKO; SGARBI, 2017, p. 17)
V. Reflexiones finales

Al observar los aspectos analizados, desde la ciudad latinoamericana


marcada por la desigualdad y los problemas sociales, se desarrolló a partir de la
gran diferencia en los salarios y la falta de inversiones públicas; y la actual
situación económica mundial, con el surgimiento del neoliberalismo, podemos
concluir que la vivienda nunca ha sido tan elevada al estado de la mercadoría.

En Colombia, la inversión federal en vivienda social a través del programa Mi


Casa Ya sigue siendo insuficiente cerca de la demanda de vivienda. Sin
embargo, en Medellín encontramos el Proyecto Urbano Integral, lanzado en
2004 por el ayuntamiento de Sergio Fajardo y considerado un programa de
referencia en todo el mundo. Desde una perspectiva holística, desarrollando la
comunidad de manera integral, el programa ganó varios premios internacionales
y atrajo a Medellín a la atención del mundo.

Dado lo anterior, se concluye que es posible, aunque difícil, construir


viviendas sociales de calidad en una lógica que evite la mercantilización de la
vivienda. Solo a través de la participación social, el diálogo y la inversión será
posible cambiar el escenario crítico actual.

Referências Bibliográficas
ABIKO, A.K.; SGARBI A.C.. Política habitacional da transformação: um paralelo
entre os casos de Medellín e São Paulo. I Simpósio Nacional de Gestão e
Engenharia Ubana. São Paulo. 2017.
CUNHA, C.O.G.M.; GUIMARÃES A.G.A. A mercantilização da moradia e o
Programa Minha Casa Minha Vida: das relações entre Estado e agentes privados
à segregação socioespacial. Revista Eletrônica do Curso de Direito da UFSM. v.
14, n. 3, 2019.
GORELIK, Adrián. A produção da cidade latino-americana. Revista Tempo
Social, São Paulo, v. 17, p. 111-133, jun. 2005.
HARDOY, Jorge Enrique. (1972), “El rol de la urbanización en la modernización
de América Latina”. In: ______. Las ciudades en América Latina: seis ensayos
sobre la urbanización contemporánea. Buenos Aires, Paidós.
HOLANDA, Sérgio Buarque de. Raízes do Brasil. Rio de Janeiro: José Olympio,
1936.
MADDEN, D.; MARCUSE, P. In defense of housing. New York: Verso. 2016.
MAZO, Liliana María Sánchez; MORAIS, Ana Cristina da Silva. Transformações
contemporâneas dos bairros populares. Um olhar a partir da participação e da
política urbana de Medellín – Colômbia. Seminário URBFAVELAS. Rio de
Janeiro. 2016.

PAOLINELLI, Mariana Sandres. Desmercantilização da habitação: entre a luta e


a política pública. Dissertação (Dissertação em Arquitetura) – UFMG. Belo
Horizonte. 2018.

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