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UNIVERSIDAD RURAL DE GUATEMALA

SEDE QUETZALTENANGO 003


FACULTAD: DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES
CARRERA: ABOGACIA Y NOTARIADO CON ENFANSIS EN LEGISLACION
AMBIENTAL.

ASIGNATURA: CONCILIACION Y ARBITRAJE


CAT: LIC. FRANCISCO VALLE
TEXTO PARALELO PRIMER AVANCE

NOMBRE: EVELYN PATRICIA VALENZUELA PEREZ


NUMERO DE CARNE: 16-003-0215
8vo. SEMESTRE
PLAN: DOMINGOS

QUETZALTENANGO, AGOSTO 18, DE 2019.


1ra. SEMANA

CONCILIACION Y ARBITRAJE

Definición:

El arbitraje: consiste en una institución con individualidad única, pero compleja y está
integrado por varias partes que conforman un todo, siendo la cláusula compromisoria, el
compromiso, el nombramiento de los árbitros o arbitradores; el procedimiento arbitral y el
laudo de importancia para el mismo.

Alfonso Calvo define el arbitraje “Arbitraje es aquel al que las partes concurren de común
acuerdo o por mandato del legislador y que se verifica ante tribunales especiales, distintos
de los establecidos permanentemente por el Estado, elegidos por los propios interesados o
por la autoridad judicial en subsidio o por un tercero en determinadas ocasiones”

Jorge Gil Echeverría define el arbitraje e indica que el mismo consiste en un juicio de
conocimiento que deriva de una relación jurídica contractual: “Arbitraje es un juicio de
conocimiento, derivado de una relación jurídica contractual mediante el cual, cuando hay
controversias, entre dos o más personas, empresas o estados, éstos recurren a personas no
vinculadas con el poder judicial sino a particulares, o a una institución para que los designe,
a las que reconocen autoridad y prestigio, a fin de que después de apreciar los argumentos
pruebas y alegatos de las partes emitan un veredicto conviniendo previamente y en forma
libre, a acatar el fallo, con características y efectos idénticos a una sentencia judicial
denominada laudo arbitral”.

Características de la Conciliacion y el Arbitraje:

a. La conciliación es un proceso menos activo: el conciliador crea los espacios para el


debate, crea el ambiente para que las partes lleguen a un acuerdo pero intervienen
poco y permite que la creatividad y responsabilidad de los partícipes concluyan en
un consenso.
b. En el arbitramento, en cambio, el árbitro viene generalmente de afuera y tienen
poder de decisión, con suficiente autoridad para que su determinación sea
vinculante para las partes.

Clases:

Es de importancia el estudio de la clasificación del arbitraje, la cual puede ser mediante las
personas que administran pueden ser:
a. Por personas que administran pueden ser:
 Ad hoc: Es aquél que se realiza caso por caso por árbitros independientes, cuya
actividad se agota en el laudo respectivo, con la consecuencia de que el tribunal
concluye su actuación, se termina la jurisdicción transitoria que para el efecto le ha
concedido la ley, mediante la voluntad de las partes, y por lo mismo desaparece
definitivamente con la desintegración de su miembros.
 Institucional: Es aquél en donde una institución de carácter permanente muchas
veces denominada centro o corte administra procesos arbitrales.

Se encarga de promover el arbitraje y darle apoyo necesario tanto a los interesados de darle
este tipo de solución de sus diferencias como al tribunal arbitral cuando este se ha
constituido, bien sea designado por el propio centro o privadamente por las partes, que
luego acuden al centro para que administre el arbitraje.

b. Por su origen el arbitraje puede ser:


 Voluntario: Este se deriva únicamente de la voluntad de las partes y se manifiesta
al otorgar el compromiso arbitral. Anteriormente a él, no existe ninguna convención
por lo que cualquier parte puede exigirlo.
 Forzoso: Se opone al anterior y se hace obligatorio cuando la ley lo impone como
un medio para solucionar el conflicto, o cuando las partes pueden exigirlo con base
a un convenio anterior.
c. Por el procedimiento el arbitraje puede ser:
 Derecho: Es aquél por medio del cual los árbitros deben de desempeñar su función
juzgando fallar conforme a derecho, adecuando el fallo a las leyes y el
procedimiento también. Se requiere en este tipo que los árbitros sean abogados y
notarios.
 Equidad: Este proceso arbitral no está rigurosamente sujeto a las reglas procesales
estrictas, los árbitros fallan según su ciencia y conciencia. No necesariamente deben
los árbitros ser abogados.

Dependiendo de la rama a la cual pertenece, el arbitraje puede ser:

 Derecho público: Se refiere a arbitrajes en donde intervienen los intereses públicos


y nacionales, así como el Estado en su totalidad.
 Derecho privado: Tradicionalmente se considera como las dos ramas que
conforman al derecho privado: el derecho civil y el mercantil. Cuando el proceso se
refiere a normas sustantivas de derecho civil o mercantil, es un proceso arbitral de
derecho privado.

Ventajas del arbitraje

 Libertad para elegir el foro.


 Especialización de los árbitros.
 La disponibilidad y de los árbitros y la celeridad de sus laudos, en contra de lo que
sucede con los jueces, quienes suelen estar más ocupados y disponen de menos
tiempo para dedicar a cada caso, los árbitros pueden dedicar un mayor tiempo a
resolver los conflictos.

 Sistema más sencillo que el judicial, al ser el arbitraje un sistema donde las partes
acuerdan el método por el que se resolverá el conflicto, se ahorra el tiempo y
esfuerzo que conlleva conocer el sistema judicial del país o región que debiera
conocer del asunto.
 Confidencialidad.
 Al ser un contrato de mutuo acuerdo, las partes podrán pactar los medios, el idioma,
el tipo de procedimiento, etc., por lo que se controlarán tanto los tiempo como los
costes.
 Este tipo de resoluciones puede ayudar a mantener una mejor relación entre las
partes, y al pactarse la confidencialidad.
 Carecen de impugnación.

Desventajas:

 Si se ha elegido a una institución para que resuelva el conflicto, esta será la


encargada de seleccionar a los árbitros, por lo que ya no serán las partes quienes lo
hagan, y puede que la calidad técnica de los árbitros no sea la deseada por las partes.
 Al ser el arbitraje de obligado cumplimiento cuando las partes se han comprometido
ha someterse a él, el ordenamiento judicial queda descartada, aunque si ambas
partes así lo acuerdan, pueden ignorar el convenio arbitral y someterse a los
tribunales.
 Los costes podrían ser más elevados, ya que hay que pagar a los árbitros, y al
carecer generalmente de la cláusula de “condena en costas”, cada parte deberá
afrontar los honorarios de sus letrados, aunque podría el laudo condenar en costas
totales o parciales a una de las partes.
 Al ser irrevocables los laudos, o siendo los casos revocables de extraordinaria
realización, en caso de producirse un error por parte de los árbitros las partes
pueden quedar perjudicadas, de ahí la importancia de elegir árbitros especialistas.
 Los laudos que pretendamos ejecutar en países ajenos al Convenio de Nueva York
de 1958 pueden tener una difícil acogida en estos países, pero debemos destacar que
los principales países comerciales se sometieron en su día a dicho tratado.
 Al no estar regulado, los honorarios de los letrados puede ser realmente elevado.
 Exista una idea extendida, de la que pudiendo existir, no queremos creer en ella.
Hay quien dice que ciertos árbitros o instituciones fallan a favor de quien puede
repetir sus negocios con ellos, o a favor de quien es miembro de su asociación si la
otra parte no lo es. Como decíamos, nos cuesta creer en ello, por lo que aunque lo
mencionamos, no lo compartimos.
 Por último, debemos indicar, que quizá la mayor desventaja en España, es el
desconocimiento y la desconfianza de esta figura, que es de gran relevancia y
utilización a nivel internacional.

Conciliación:

Es un proceso en el cual existe una situación de conflicto entre una o más personas, las
cuales se someten a la intervención de un tercero imparcial que desarrolla la parte activa y
que se encarga de la dirección y orientación, previo conocimiento de la situación y el
manejo del conflicto mediante la comunicación, proponiendo fórmulas de
6arreglo con la finalidad de buscar el mutuo acuerdo como principio de solución. Consiste
en una alternativa extrajudicial de solución de conflictos.

El artículo 49 de la Leyde Arbitraje, Decreto 67-95 del Congreso de la República, define la


conciliación y establece: “La conciliación es un mecanismo o alternativa no procesal de
resolución de conflictos, a través dela cual las partes, entre quienes existeuna diferencia
originada en relaciones comerciales o de cualquier otra índole, tratan de superar el conflicto
existente, con la colaboración activa de un tercero, objetivo e imparcial, cuya función
esencial consiste en impulsar las fórmulas de solución planteadas por las partes o
propuestas por él, evitando así que el conflicto llegue a instancia jurisdiccional o arbitral”.

2da. SEMANA

DISPOSICIONES GENERALES DEL ARBITRAJE

1.1. Definición
El arbitraje consiste en una institución con individualidad única, pero compleja y está
integrado por varias partes que conforman un todo, siendo la cláusula compromisoria, el
compromiso, el nombramiento de los árbitros o arbitradores; el procedimiento arbitral y el
laudo de importancia para el mismo.

El autor Julio Benetti indica el significado etimológico del arbitraje: “Etimológicamente


arbitraje proviene del latín arbiter-itri, que significa el que puede decidir o hacer una cosa
sin dependencia de otros”.

El proceso arbitral consiste en un procedimiento sui géneris, mediante el cual, por expresa
voluntad de las partes, se difiere la solución de conflictos privados transigibles a un cuerpo
igualmente colegiado integrado por árbitros, los que transitoriamente quedan investidos de
jurisdicción para proferir un laudo con la misma categoría jurídica y los mismos efectos de
una sentencia judicial.

El arbitraje, es la solución de conflictos por medio de un tribunal compuesto por


particulares, quienes no tienen la investidura de jueces ni ninguna otra de carácter oficial,
aunque adquieren la primera para efectos de adelantar y fallar el proceso que se someta a su
jurisdicción, desplazando naturalmente a los jueces formales y ordinarios en el
conocimiento de dicha cuestión, los cuales, sin embargo; conservan jurisdicción y
competencia para actuar en otros conflictos distintos de aquellos que en cada caso se llevan
a la justicia arbitral.

Alfonso Calvo define el arbitraje al indicar que en el mismo las partes concurren de común
acuerdo o bien a través de un mandato que estipula el legislador: “Arbitraje es aquel al que
las partes concurren de común acuerdo o por mandato del legislador y que se verifica ante
tribunales especiales, distintos de los establecidos permanentemente por el Estado, elegidos
por los propios interesados o por la autoridad judicial en subsidio o por un tercero en
determinadas ocasiones”.

El arbitraje consiste en una jurisdicción que la voluntad de las partes o la ley da a simples
particulares para pronunciarse sobre una o más controversias siempre que no sean de
aquellas que por su naturaleza no puedan someterse al compromiso.

El arbitraje es un método o técnica por la cual se trata de resolver extrajudicialmente las


diferencias que intercedan en las relaciones entre dos o más partes, a cuyo fin se acuerda la
intervención de un tercero o del tribunal para que los resuelva.
Jorge Gil Echeverría define el arbitraje e indica que el mismo consiste en un juicio de
conocimiento que deriva de una relación jurídica contractual: “Arbitraje es un juicio de
conocimiento, derivado de una relación jurídica contractual mediante el cual, cuando hay
controversias, entre dos o más personas, empresas o estados, éstos recurren a personas no
vinculadas con el poder judicial sino a particulares, o a una institución para que los designe,
a las que reconocen autoridad y prestigio, a fin de que después de apreciar los argumentos
pruebas y alegatos de las partes emitan un veredicto conviniendo previamente y en forma
libre, a acatar el fallo, con características y efectos idénticos a una sentencia judicial
denominada laudo arbitral”.

Todas las definiciones anotadas tienen en común que consideran el arbitraje como una
derogación de la jurisdicción hecha por particulares para que los litigios se tramiten ante
tribunales particulares establecidos en forma determinada por la ley guatemalteca.

 Diferencia entre arbitraje, mediación y conciliación

Las diferencias entre los tres procesos son importantes: en el proceso de mediación, el
mediador puede hacer sugerencias o propuestas, intervenir en las discusiones, incluso
formular recomendaciones. La conciliación es un proceso menos activo: el conciliador crea
los espacios para el debate, crea el ambiente para que las partes lleguen a un acuerdo pero
intervienen poco y permite que la creatividad y responsabilidad de los partícipes concluyan
en un consenso. En el arbitramento, en cambio, el árbitro viene generalmente de afuera y
tienen poder de decisión, con suficiente autoridad para que su determinación sea vinculante
para las partes.

 Historia
Desde la antigüedad se encuentra reconocida la existencia del arbitraje y fundamentadas las
bases que actualmente son determinantes de la institución o bien dan origen a quienes se
vinculan con el mismo.

“La acción o facultad de arbitrar. Toda decisión dictada por un tercero, con autoridad para
ello, en una cuestión o un asunto”.

De igual forma y confirmando la apreciación a partir de la cual los denominados métodos


alternativos de resolución de conflictos, dentro de los cuales se encuentra el arbitraje, no
difieren en lo absoluto de los métodos naturales para alcanzar dicho objetivo, además se
puede claramente apreciar desde la antigüedad, una bien marcada influencia del arbitraje en
el desarrollo de las instituciones judiciales conocidas en nuestros días.

 El caso de Guatemala

Desde hace mucho tiempo, nuestra sociedad guatemalteca ha mostrado un interés bien
acentuado por el arbitraje, y si bien, durante un largo tiempo, lo fue únicamente en el
ámbito del derecho internacional público. Anteriormente a la existencia del arbitraje,
existían serios problemas y limitaciones, en muchas ocasiones insalvables al tratar de
solucionar las controversias.

El Código de Enjuiciamiento Civil y Mercantil del año 1934, regulaba la vía procesal
ejecutiva para aquellos eventos en los que no fuera honrado el compromiso que adquiría
una de las partes, consistente de llevar un asunto determinado al saber de los árbitros.

La vía procesal anotada en el párrafo anterior resultó que era bastante poco expedita, lenta y
costosa. Dicha problemática, generó en nuestra sociedad guatemalteca un desincentivo y
desánimo al utilizar el arbitraje para la resolución de controversias, debido a que ante la
falta de una norma que permitiera el respeto al pacto que se había celebrado y se encargara
de abrir el camino, sino que al contrario hacía del arbitraje un debate judicial.

Tanto la celeridad, como la efectividad y rapidez del arbitraje, desde sus comienzos se
encontró bajo la sujeción de dudas y consecuentemente, la importancia de poder utilizar un
sistema para la resolución de controversias que presuponía un juicio previo frente al
juzgador.

Debido a las limitantes existentes en el Código Procesal Civil y Mercantil del año 1965, la
norma fue reformada para derivar ya no en la necesidad de que existiera un proceso sino en
un trámite de incidentes con el cual, según se considera en Guatemala, alcanzó un adelanto
bien significativo. La vida real, fue derivando cada día hacia la aplicación de soluciones
como la conciliación y el arbitraje, los cuales se fueron desarrollando en los bufetes
profesionales.

Las normas vigentes en Guatemala, afirmaba la doctrina hasta antes del año 1995,
concedían procedimientos bien complicados, llenos de formalismos y por ende inaceptables
e inoperantes para llevar a cabo actividades ágiles a las cuales es urgente brindarles una
solución.

Indudablemente en nuestros días la situación relativa al arbitraje ha cambiado totalmente.


Desde la Constitución Nacional vigente del año 1985, se puede notar muy claramente un
cambio. Si bien es cierto que no se inscribe abiertamente la misma dentro de aquellas que
afirman de manera expresa el rango constitucional con el cual cuenta el arbitraje, tampoco
en su construcción se encuentra el ánimo de oponerse a que el mismo se desarrolle.

El arbitraje, al igual que en otros países, abre el camino para que a través de la misma
norma se determinen además de los Tribunales judiciales ordinarios otros que son
adicionales como lo regula la Constitución Política de la República de Guatemala en el
Artículo número 203:

“Independencia del Organismo Judicial y potestad de juzgar. La justicia se imparte de


conformidad con la Constitución y las leyes de la República. Corresponde a los tribunales
de justicia la potestad de juzgar y promover la ejecución de lo juzgado. Los otros
organismos del Estado deberán prestar a los tribunales el auxilio que requieran para el
cumplimiento de sus resoluciones.

Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente


están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra la
independencia del Organismo Judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el
Código Penal, se les inhabilitará para ejercer cualquier cargo público.

La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de


Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca.

Ninguna otra autoridad podrá intervenir en la administración de justicia”.

La Ley de Arbitraje, Decreto número 67-95 del Congreso de la República de Guatemala, se


encuentra tomada de la Ley modelo de Arbitraje Comercial Internacional del año 1995, y
corrige tanto las limitaciones como las inconsistencias que contenía la normativa anterior.

Es cierto que existen asuntos que deben ser superados y otros mejorados, también es claro
que el grado de avance que ha existido es bastante acentuado, debido a que mediante dicha
norma se permite afirmar que el cuerpo legislativo actual en la sociedad guatemalteca
cuenta con un desarrollo tanto a nivel nacional como internacional.

En Guatemala, la institucionalización del arbitraje, es de muy especial importancia. Desde


los comienzos y la creación del arbitraje, es claro que el proceso de formación y de
información del arbitraje, así como los niveles de difusión y de utilización han ido
aumentando, y hoy en día se puede entonces hablar de la existencia de un arbitraje
expansivo.

Guatemala como miembro de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI),


ha adherido a los distintos instrumentos internacionales relativos al arbitraje, aquello que lo
ha llevado a que los textos reguladores de la materia a través del correo electrónico cuenten
con la debida vigencia y validez, así como la utilización de los nombres protegidos ha dado
lugar en la materia.

 El Proceso Arbitral en Guatemala


El arbitraje es de origen contractual y se lleva a cabo por la vía del proceso. Al igual que en
todo lo relacionado con esta institución, es el ejercicio de la plena voluntad de las partes la
que permite convenir el procedimiento a que se haya de ajustar el Tribunal Arbitral para sus
actuaciones. De conformidad con los Artículos 23 y 24 del Decreto 67-95 del Congreso de
la República, Ley de Arbitraje, esta facultad no es del todo ilimitada sino que el legislador
le permite a las partes que para su caso en concreto diseñen la forma como desean llevarlo a
cabo. Es imperativo que exista un trato equitativo y que en todo momento se mantenga la
oportunidad de hacer valer los derechos de conformidad con los principios de audiencia,
contradicción e igualdad. Es por ello que, en consideración de nuestra legislación, el debido
proceso se garantiza con el respeto a los principios enunciados, y las partes podrán diseñar
su propio procedimiento. Sin embargo, la adopción del procedimiento no quiere decir
necesariamente que lo deban establecer precisamente ellas. La cláusula arbitral puede
establecer que adoptan el procedimiento establecido en algún centro de arbitraje, incluso
realizándole a dicho reglamento las modificaciones que consideren pertinentes.

En caso de que las partes no dispongan cuál es el procedimiento a seguir y dado que la ley
no contempla un procedimiento específico, el mismo Artículo 24 faculta a los árbitros para
que “establezcan el procedimiento que consideren apropiado, sujetándose a las mismas
limitaciones establecidas a las partes.” En cuanto a la estructura del proceso “debe tenerse
en cuenta que tanto el diseño del procedimiento por las partes no es cosa fácil y por ello
resulta ser de especial consideración, donde, lo recomendable, pasaría por escoger ellas
desde el mismo acuerdo arbitral unas reglas que bien pueden ser las establecidas por un
Centro de Arbitraje de los existentes bien en el país o en alguno que resultare similar.” Esta
recomendación es atendida por la totalidad de usuarios del arbitraje.

 Naturaleza jurídica del arbitraje


Muchas y muy profundas discusiones se han presentado en la doctrina sobre el particular.
Sin que el objeto de este trabajo sea el profundizar en ellas, resulta a todas luces pertinente
el hacer una presentación de los diversos puntos de vista que sobre el respectivo se han
propuesto, de forma somera pero completa para lograr llegar a su debido entendimiento.

En esta discusión, no puede sin embargo, perderse de vista la compleja estructura del
arbitraje, que ha llevado a reconocidos expertos en la materia, como Briceño al afirma que:
“esta forma de juicio es una estructura que se forma compuesta por cuatro cuerpos, que son:
un acuerdo, un procedimiento, un laudo y una ejecución” 1 ; es decir, el utilizado en el
precepto legal guatemalteco y que tiene como fin la solución de conflictos dirigidos hacia el
comercio.

a) Teoría procesal: Quienes abogan por este pensamiento, apuntan básicamente que
el arbitraje es una institución de derecho público procesal, sostienen que el
problema de la naturaleza debe enfocarse desde un punto de vista funcional y de
eficacia práctico- jurídico del laudo. En este sentido, Vásquez afirma al respecto y
al referirse a los árbitros señala: “que ellos son personas instituidas con calidad de
jueces por el Estado”2; por tanto se infiere que si la función del mismo es dirimir
controversias su labor es sustancialmente idéntica a la de un juez.

b) Teoría contractualista: En este pensamiento se excluyen las consideraciones


precedentes, afirma el derecho de los individuos para resolver sus diferencias como

1
Briceño Sierra, Humberto. El arbitraje en el derecho privado. Pág.3.
2
Vásquez Mayorga, Enrique. Métodos alternos para solución de conflictos. Pág.181.
les resulte parecerles dentro de un marco jurídico en que juega papel preponderante
la autonomía de la voluntad mientras no se llegue a vulnerar intereses y orden
público ni derechos de terceros.

Cárdenas al respecto sostiene que: “el arbitraje tiene como presupuesto la decisión
de los particulares de evadirse de la jurisdicción ordinaria” 3; es así, que el Estado
administra y debe considerarse obligatoria por su misma fuerza soberana, pero no
porque las partes, libre y voluntariamente, consientan de modo previo en verse
establecidas por sus sentencias, como ocurren aquí.

c) Teoría mixta: Carnacini, la propone de la siguiente forma: “entre estas dos


diferentes tesis, jurisdiccionalista y privatista, se había situado un tercera, que a la
primera le oponía la objeción de no tomar en cuenta que el laudo sin el decreto de
ejecutoriedad no es sentencia, ya que la falta no sólo la eficacia ejecutiva, sino
también y sobre todo la obligatoria, y que reprochaba a la segunda que no distinguía
entre intensidad y naturaleza de la función desplegada por lo árbitros, ya que, si
indudablemente el poder de ellos sería siempre la misma, por consiguiente el
compromiso implicaría una ampliación de jurisdicción, ya que no sólo impediría la
constitución de la relación procesal ante juez ordinario sino produciría también el
efecto de constituir una distinta relación procesal, en virtud de la cual, por obra de
éstos y del pretor, se decidiría la controversia tal como hubiera sido definida
mediante una sentencia del juez ordinario”4 .

d) Teoría autónoma: Por su lado Montoya establece lo siguiente: “El carácter del
arbitraje sólo puede ser realistamente determinado mirando a su uso y propósito” 5.
En este sentido, no puede ser clasificado como puramente contractual o
jurisdiccional e igualmente no es una institución mixta. Con respecto a la ley que
rige los aspectos sustanciales, las partes son libres para escoger el sistema de leyes a
aplicarse, esta autonomía absoluta sería el medio por el cual el acuerdo de este

3
Cárdenas Quiroz, Carlos. Cláusula compromisoria y cláusula arbitral. Pág.85.
4
Carnacini, Tito. Arbitraje. Pág.23.
5
Montoya Alberti, Ulises. El arbitraje comercial. Pág.90.
procedimiento obtiene un carácter verdaderamente supra nacional, en el cual la ley
comercial internacional puede ser aplicada directamente.

e) Teoría propuesta en Guatemala: El Artículo 4 numeral 2 del Decreto 67-95 lo


define como: “cualquier procedimiento arbitral, con independencia de que sea o no
una institución de este tipo permanente ante la que se lleve a cabo”; así las cosas,
resulta pertinente acudir al criterio en el mismo artículo cuando al definir en el
numeral uno el convenio de este procedimiento, nos señala que éste: “es aquel por
virtud del cual las partes deciden someter a arbitraje todas o ciertas controversias
que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación
jurídica, contractual o no contractual”; así que resulta obligatorio para las partes, las
cuales deben respetar lo estipulado e impide que el juez ordinario conozca del
fondo, supone ello una limitante para él, quien no podrá conocer de dichos asuntos
siempre y cuando la parte interesada lo invoque mediante la excepción de
incompetencia, exigencia que impide que actúe de manera oficiosa en este sentido.
Se puede concretar que, en tanto no medie un acuerdo arbitral, el conocimiento de
las controversias corresponde al juez ordinario, conforme a las reglas comunes, en
segundo lugar, que el vehículo establecido por la ley para sustraer del conocimiento
judicial es un acuerdo celebrado por las partes interesadas, dicho compromiso no
sólo las obliga sino que al juez ordinario quien, frente a él y salvo que las mismos
dirimentes renuncien a su eficacia, debe abstenerse de conocer de la discusión.

1.2. Ámbito de aplicación del arbitraje


La Ley de Arbitraje Decreto 67-95 del Congreso de la República de Guatemala, regula en
el Artículo 1: “La presente ley se aplicará al arbitraje nacional y al internacional, cuando el
lugar del arbitraje se encuentre en el territorio nacional, sin perjuicio de cualquier tratado
multilateral o bilateral vigente del cual Guatemala sea parte. Las normas contenidas en los
Artículos 11, 12, 45, 46, 47 y 48 de la presente ley, se aplicarán aún cuando el lugar del
arbitraje se encuentre fuera del territorio nacional”.

Con esto queda plasmado el arbitraje tanto nacional como internacional que sea llevado a
cabo en territorio guatemalteco, se encuentra sujeto a la normativa específica de la materia,
ello independientemente a los tratados internacionales que se encuentren vigentes y que
pueden establecer procedimientos específicos.

3era. SEMANA

EFECTOS, TECNICAS Y ACUERDO DE ARBITRAJE

El “Acuerdo de Arbitraje” es un acuerdo por el cual las partes deciden someter a arbitraje
ciertas o todas las controversias que haya o puedan surgir entre ellas, respecto de una
determinada relación jurídica, contractual o no contractual. El Acuerdo de Arbitraje podrá
adoptar la forma de una cláusula arbitral incluida en un contrato o la forma de un acuerdo
independiente.

FORMA DEL ACUERDO DE ARBITRAJE

1) El acuerdo de arbitraje deberá constar por escrito y podrá adoptar la fórmula de un


"compromiso" o de una "cláusula compromisoria", sin que dicha distinción tenga
consecuencia alguna con respecto a los efectos jurídicos del acuerdo de arbitraje. Se
entenderá que el acuerdo consta por escrito cuando esté consignado en un documento
firmado por las partes o en un intercambio de cartas, telex, telegramas, telefax, u otros
medios de telecomunicación que dejen constancia del acuerdo, o en un intercambio de
escritos de demanda y contestación en los que la existencia de un acuerdo sea afirmada por
una parte sin ser negada por la otra. La referencia hecha en un contrato a un documento que
contiene una cláusula arbitral constituye acuerdo de arbitraje siempre que el contrato conste
por escrito y la referencia implique que esa cláusula forma parte del contrato.
2) El acuerdo arbitral podrá constar tanto en una cláusula incluida en un contrato, o en la
forma de un acuerdo independiente.
3) Si el acuerdo de arbitraje ha sido incorporado a contratos mediante formularios o
mediante pólizas, dichos contratos deberán incorporar en caracteres destacados, claros y
precisos, la siguiente advertencia: "ESTE CONTRATO INCLUYE UN ACUERDO DE
ARBITRAJE".
ARTICULO 10. La ley de Arbitraje, Decreto número 67-95 del Congreso de la República
de Guatemala.

CLAUSULA COMPROMISORIA

Según Alsina, puede definirse “la clausula compromisoria como la obligación que contraen
las partes de someter sus diferencias a la decisión de árbitros.
En nuestro medio sobre todo en la práctica Notarial es frecuente el empleo de la clausula
compromisoria. En las escrituras de la sociedad deben indicar los socios si someterán sus
diferencias a la resolución de Árbitros y en su caso la forma en que se hará el
nombramiento (art. 46 inciso 14 del Código de Notariado Dto. 314del congreso de la
república.
Artículo 46. -La escritura constitutiva de sociedad, además de los requisitos necesarios para
la validez del instrumento y de las estipulaciones propias de la clase a que corresponda,
contendrá los siguientes:
14. Si las diferencias que surjan entre los socios deberán ser sometidas o no a la resolución
de árbitros y, en su caso, la forma en que se hará el nombramiento.

COMPROMISO
En relación al compromiso arbitral encontramos normas, en el código civil, que contiene
disposiciones relativas al contrato de compromiso.
CÓDIGO CIVIL DECRETO 106

DEL COMPROMISO
De acuerdo con el código civil, no se puede someter a árbitros los asuntos en que está
prohibido transigir (art. 2172)

ARTICULO 2172.- No se puede someter a árbitros los asuntos en que está prohibido
transigir. *(ms242)*

Y los casos en que se da esta prohibición son los siguientes (art. 2158).
ARTICULO 2158. Se prohíbe transigir:
1. Sobre el estado civil de las personas;
2. Sobre la validez o nulidad del matrimonio o del divorcio;
3. Sobre la responsabilidad penal en los delitos que dan lugar a procedimiento de oficio;
pero puede transigirse sobre la responsabilidad civil proveniente del delito; 4. Sobre el
derecho a ser alimentado; pero no sobre el monto de los alimentos y sobre alimentos
pretéritos; y
5. Sobre lo que se deja por disposición de última voluntad, mientras viva el testador o
donante.

ARTICULO 2173.- El marido no puede sin el consentimiento de la mujer, ni ésta sin el de


aquél, comprometer en árbitros los negocios que afecten bienes comunes.
ARTICULO 2174.- Los representantes de menores, incapaces y ausentes necesitan
autorización judicial para comprometer en árbitros los asuntos de las personas que
representan.
2177.- En cuanto al modo de proceder en los compromisos y a la extensión y efectos de
éstos, se estará a lo que determina el Código Procesal Civil y Mercantil.

4ta. SEMANA

Composición Y Requisitos DE LOS MIEMBROS QUE CONFORMAN LOS


TRIBUNALES DE Conciliación Y Arbitraje, Legislación Relacionada:

NÚMERO DE ÁRBITROS.
1) Las partes podrán determinar libremente el número de árbitros.
2) A falta de tal acuerdo, los árbitros serán tres, salvo que el monto en controversia no
exceda de cincuenta mil quetzales (Q. 50, 000,00), en cuyo caso, a falta de acuerdo, el
árbitro será uno. ARTICULO 13.

CALIDADES PARA SER ÁRBITROS


1. Pueden ser árbitros las personas individuales que se encuentren, al momento
de su aceptación, en el pleno ejercicio de sus derechos civiles.
1. Salvo acuerdo en contrario de las partes, la nacionalidad de una persona no
será obstáculo para que actúe como árbitro.
2. No podrán ser nombrados árbitros los miembros del Organismo Judicial.
Tampoco podrán serlo quienes tengan con las partes o con la controversia
que se les somete, alguna de las relaciones que establecen la posibilidad de
abstención, excusa y recusación de un juez. No obstante, si las partes,
conociendo dicha circunstancia, la dispensan expresamente, el laudo no
podrá ser impugnado por tal motivo. ARTICULO 14.

NOMBRAMIENTO DE LOS ÁRBITROS.


1) Sin perjuicio de lo dispuesto en los párrafos 4) y 5) del presente artículo, las partes
podrán acordar libremente o someter al reglamento de la entidad encargada de administrar
el arbitraje, el procedimiento para el nombramiento del árbitro o los árbitros.
2) A falta de tal acuerdo, se deberá proceder de la siguiente manera:
 En el arbitraje con tres árbitros, cada parte nombrará un árbitro y los dos árbitros así
designados nombrarán al tercero; luego, entre los tres árbitros, designarán a quien
fungirá como Presidente del Tribunal Arbitral, y si no logran ponerse de acuerdo,
ejercerá como Presidente el de mayor edad. Si una parte no nombra al árbitro dentro
de un plazo de quince días del recibo de un requerimiento de la otra parte para que
lo haga, o si los dos árbitros no consiguen ponerse de acuerdo sobre el tercer árbitro
dentro de los quince días siguientes contados desde su nombramiento, la
designación será hecha, a petición de una de las partes, por el tribunal competente
conforme al artículo 9.
 En el arbitraje con árbitro único, si las partes no consiguen ponerse de acuerdo
sobre la designación del árbitro luego de transcurridos quince días desde que se hizo
el primer requerimiento para ello, éste será nombrado a petición de cualquiera de las
partes, por el tribunal competente conforme al artículo 9.
 Una vez designado un árbitro, éste deberá manifestar por escrito su aceptación
dentro de las dos semanas siguientes a su designación. Vencido dicho plazo, a falta
de manifestación expresa, se tendrá como aceptada tácitamente la designación. Una
vez recaída la aceptación del árbitro único o la del último árbitro, si el tribunal
arbitral estuviere compuesto por más de un árbitro, dicho tribunal arbitral
considerará legalmente constituido.
3) Cuando en un procedimiento de nombramiento convenido por las partes, ya sea: a) una
parte no actúa conforme a lo estipulado en dicho procedimiento. b) las partes, o los árbitros,
no puedan llegar a acuerdo conforme al mencionado procedimiento. c) un tercero, incluida
una institución, no cumpla una función que se le confiera en dicho procedimiento, entonces,
cualquiera de las partes podrá solicitar al tribunal competente conforme al artículo 9 que
adopte las medidas necesarias, a menos que en el acuerdo sobre el procedimiento de
nombramiento se prevean otros medios para conseguirlo.
4) Toda decisión sobre las cuestiones encomendadas en los párrafos 2) ó 3) del presente
artículo al tribunal competente conforme al artículo 9, será definitiva, y por consiguiente no
cabrá recurso, remedio procesal o impugnación alguna en contra de dicha decisión. Al
nombrar un árbitro, el tribunal tendrá debidamente en cuenta las condiciones requeridas
para un árbitro por el acuerdo entre las partes y tomará las medidas necesarias para
garantizar el nombramiento de un árbitro independiente e imparcial. En el caso de árbitro
único o del tercer árbitro, tendrá en cuenta asimismo la conveniencia de nombrar un árbitro
de nacionalidad distinta a la de las partes, si el arbitraje fuera internacional. 5) Los árbitros
no representarán los intereses de ninguna de las partes, ejercerán el cargo con absoluta
imparcialidad e independencia. Articulo 15.

MOTIVOS DE RECUSACIÓN.
Motivos de recusación.
1) La persona a quien se comunique su posible nombramiento como árbitro deberá revelar
todas las circunstancias que puedan dar lugar a dudas justificadas acerca de su
imparcialidad o independencia. El árbitro, desde el momento de su nombramiento y durante
todas las actuaciones arbitrales, revelará sin demora tales circunstancias a las partes, a
menos que ya les hubiera informado de ellas.
2) Un árbitro solo podrá ser recusado, si existen circunstancias que den lugar a dudas
justificadas respecto de su imparcialidad o independencia, o si no posee las calificaciones
convenidas por las partes. Una parte sólo podrá recusar al árbitro nombrado por ella, o en
cuyo nombramiento haya participado, por causas de las que haya tenido conocimiento
después de efectuada la designación. ARTICULO 16.

PROCEDIMIENTO DE RECUSACIÓN
Procedimiento de recusación.
1) Las partes podrán acordar libremente el procedimiento de recusación de los árbitros o
remitirse al reglamento de la entidad que administre el arbitraje.
2) A falta de tal acuerdo, la parte que desee recusar a un árbitro enviará al tribunal arbitral,
dentro de los quince días siguientes a aquel en que tenga conocimiento de la constitución
del tribunal arbitral o de cualquiera de las circunstancias mencionadas en el párrafo 2) del
artículo 16, un escrito en el que exponga los motivos para la recusación. A menos que el
árbitro recusado renuncie a su cargo o que la otra parte acepte la recusación, corresponderá
al tribunal arbitral decidir sobre la procedencia de la recusación, sin la participación del
recusado, y por mayoría absoluta. Toda decisión que tenga que tomar el tribunal arbitral en
este sentido, deberá estar resuelto a más tardar dentro de un plazo de quince días contados a
partir de la fecha en que se presente la recusación. Cuando se designe un solo árbitro, la
recusación se formulará ante el tribunal competente conforme el Artículo 9.
3) Si no prosperase la recusación incoada con arreglo al procedimiento acordado por las
partes o en los términos del párrafo 2) del presente artículo, la parte recusante podrá pedir,
dentro de los quince días siguientes al recibo de la notificación de la decisión por la que se
rechaza la recusación, al tribunal competente conforme el artículo 9, que decida sobre la
procedencia de la recusación. La decisión a que arribe dicho tribunal será definitiva, y por
ende, no susceptible de recurso, remedio procesal o impugnación alguna. Mientras esa
petición esté pendiente, el tribunal arbitral, incluso el árbitro recusado, podrán proseguir las
actuaciones arbitrales y dictar un laudo. ARTICULO 17.

FALTA O IMPOSIBILIDAD DE EJERCICIO DE LAS FUNCIONES


Falta o imposibilidad de ejercicio de las funciones.
a. Cuando un árbitro se vea impedido de hecho o por disposición legal, para
ejercer sus funciones o por otros motivos no las ejerza dentro de un plazo
razonable, cesará en su cargo si renuncia o si las partes acuerdan su
remoción. Si existe desacuerdo, cualquiera de las partes podrá solicitar al
tribunal competente de conformidad con el artículo 9, que dé por terminado
el encargo, decisión que será definitiva, y por ende, no susceptible de
recurso, remedio procesal o impugnación alguna.
b. Si, conforme a lo dispuesto en el presente artículo o en el párrafo 2) del
artículo 17, un árbitro renuncia a su cargo o una de las partes acepta la
terminación del mandato de un árbitro, ello no se considerará como una
aceptación de la procedencia de ninguno de los motivos mencionados en el
presente artículo o en el párrafo 2) del artículo 16. ARTICULO 18.

NOMBRAMIENTO DE UN ÁRBITRO SUSTITUTO.


Nombramiento de un árbitro sustituto. Cuando un árbitro cese en su cargo en virtud de lo
dispuesto en los artículos 17 ó 18, o en los casos de renuncia por cualquier otro motivo o de
remoción por acuerdo de las partes o de expiración de su mandato por cualquier otra causa,
se procederá al nombramiento de un sustituto conforme al mismo procedimiento por el que
se designó al árbitro que se ha de sustituir. ARTICULO 19.

DERECHO A EXIGIR ANTICIPO DE GASTOS Y HONORARIOS


Derecho a exigir anticipo de gastos y honorarios. Salvo pacto en contrario, la aceptación del
cargo confiere a los árbitros, así como a la institución encargada de la administración del
arbitraje, el derecho a exigir de las partes un anticipo de los fondos que estimen necesarios
para atender a las retribuciones de los árbitros, y los gastos de la administración del
arbitraje. Si el pago del anticipo no se efectúa dentro de los quince días siguientes al
requerimiento correspondiente, el tribunal arbitral podrá ordenar la suspensión o la
conclusión del procesamiento de arbitraje. ARTICULO 20.

5ta. SEMANA

JURISDICCION Y COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES DE CONCILIACION


Y ARBITRAJE ORGANIZADOS EN FORMA PERMANENTE.
“1) La presente ley se aplicará en todos aquellos casos en que la controversia verse
sobre materias en que las partes tengan libre disposición conforme a derecho”. En
esta parte del artículo es en donde se aplica expresamente el principio de la autonomía de la
voluntad. Es decir que las partes tienen la libertad de disponer de conformidad con la ley, el
acceder al arbitraje como mecanismo de resolución de controversias. Uno de los principios
básicos del arbitraje lo constituye el de la voluntariedad, de igual forma las partes de forma
libre y espontánea pueden decidir someter determinado litigio ante un arbitraje sin
necesidad de acudir ante las instancias de justicia ordinarias.

“2) También se aplicará la presente ley a todos aquellos otros casos en que, por
disposición de otras leyes, se permita el procedimiento arbitral, siempre que el
acuerdo arbitral sea válido conforme esta ley.” Nuevamente se vuelve al punto de la
voluntariedad y la opcionalidad del arbitraje. El mismo no puede ser coercitivo, salvo que
las partes hayan acordado previamente la obligatoriedad de acudir al arbitraje en donde de
igual forma se evidencia una intencionalidad de forma voluntaria.

Una situación muy común que se tiene conocimiento y que ha ocurrido dentro de los
contratos administrativos de obra del gobierno, es el hecho que por lo regular hay cláusula
arbitral en los mismos, pero lamentablemente por falta de control o desconocimiento de lo
expuesto en el instrumento por parte de quienes deberían de defender los intereses del
Estado y sus instituciones, al acudir la actora para demandar al Estado y esta responde con
ello se excluye el derecho a invocar a un arbitraje 6, toda vez que no se invocó la excepción
de incompetencia a la que se tiene derecho. Ello le ha hecho perder al gobierno recursos y
procesos por la forma en la que se han llevado, generalmente ante tribunales de lo
contencioso administrativo que ante la infinidad de datos técnicos de los contratos objeto de
litigio no se encuentran en la capacidad de dictar una sentencia acorde a derecho.

“3) No podrán ser objeto de arbitraje: a) Las cuestiones sobre las que haya recaído
resolución judicial firme, salvo los aspectos derivados de su ejecución. b) Las materias
inseparablemente unidas a otras sobre las que las partes no tengan libre disposición.
c) Cuando la ley lo prohíba expresamente o señale un procedimiento especial para
determinados casos”. La primera literal relativa a las cuestiones sobre las que haya

6
recaído resolución judicial firme es lógica en virtud de la prohibición constitucional y legal
del debido proceso en el hecho que cuando exista una sentencia ejecutoriada sobre, la
misma ya no se puede conocer el nuevamente el asunto objeto de litigio.

En la segunda literal que hace alusión a las materias inseparablemente unidas sobre la cual
las partes no tengan libre disposición, resulta comprensible en el sentido que el arbitraje
como proceso constituye un mecanismo único de resolución de conflictos, de igual manera
tiene que existir una libre disposición de las partes para poder acudir a la misma, ya que si
contractualmente se estableció en un determinado instrumento que no se iba a acudir a un
arbitraje y una de las partes así lo manifiesta, deberá contar con el consentimiento expreso,
caso contrario no se podrá conocer en un proceso de semejantes características.

La parte más importante es de la última literal, la que establece que no se podrá recurrir al
arbitraje cuando la ley prohíba expresamente el recurrir a dicho mecanismo o se señale un
procedimiento especial para determinados casos. La situación del procedimiento especial
causa una limitación legal a la competencia del arbitraje, ya que le restringe en gran manera
el poder acudir a infinidad de procesos de carácter civil y mercantil por el hecho que la ley
ya haya establecido un mecanismo diferente al que podría utilizarse por dicha vía.

Cuestiones como por ejemplo los procesos sucesorios, en donde no existan intereses de
menores, incapaces y ausentes, la declaratoria de incapacidad, la ausencia, la muerte
presunta, el interdicto de apeo o deslinde, la entrega de cosas y rescisión de contratos,
división de la cosa común, rendición de cuentas, seguros, situaciones de derechos de autor,
propiedad industrial, patentes, marcas, deberían de tener la opción de poder ser conocidos
por medio de un proceso de arbitraje si así las partes lo pactan y lo consideran conveniente.

“4) Quedan excluidos del ámbito de aplicación de la presente ley los arbitrajes
laborales.”. En esta última literal no hay mucho que exponer, toda vez que el numeral es
claro en cuanto a que dentro de la Ley de Arbitraje no se aplicará lo relativo al arbitraje
laboral toda vez que el mismo ya se encuentra normado dentro de lo contenido en el Código
de Trabajo guatemalteco vigente, con un procedimiento propio y en un contexto en el cual
la relación de los trabajadores y los patronos se comprende que se encuentra en
desigualdad. 7

FACULTAD DEL TRIBUNAL ARBITRAL PARA DECIDIR ACERCA DE SU


COMPETENCIA.

1) El tribunal arbitral estará facultado para decidir acerca de su propia competencia,


incluso sobre las excepciones relativas a la existencia o la validez del acuerdo de arbitraje.
A ese efecto, un acuerdo que conste en una cláusula que forme parte de un contrato se
considerará como un acuerdo independiente de las demás estipulaciones del contrato. La
decisión del tribunal arbitral declarando nulo un contrato, no entrañará por ese solo hecho
la nulidad de la cláusula en la que conste el acuerdo de arbitraje.

2) La excepción de incompetencia del tribunal arbitral deberá oponerse a más tardar en


el momento de presentar la contestación de la demanda, o de la reconvención, en su caso.
Las partes no se verán impedidas de oponer la excepción de incompetencia por el hecho de
que hayan designado a un árbitro o participado en su designación. La excepción basada en
que el tribunal arbitral ha excedido o se está excediendo de su mandato deberá oponerse,
tanto pronto como se plantee, durante las actuaciones arbitrales, la materia que
supuestamente exceda su mandato. El tribunal arbitral podrá, en cualquier caso, estimar una
excepción presentada más tarde de lo indicado en el primer párrafo, si considera justificada
la demora.

3) El tribunal arbitral podrá decidir las excepciones a que se hace referencia en los
párrafos 1) y 2) del presente artículo como cuestión previa o en un laudo sobre el fondo. Si,
como cuestión previa, el tribunal arbitral se declara competente, cualquiera de las partes,
dentro del plazo de quince días a partir del recibo de la notificación de esa decisión, podrá
solicitar del tribunal competente conforme al artículo 9, que resuelva la cuestión, y la

7
El arbitraje laboral se encuentra establecido en el Código de Trabajo (Artículos 293 y 294) como un
mecanismo alterno de resolución de controversias dentro de los conflictos de carácter económico social, pero
para ello existe una intervención directa de parte del Juez de Trabajo y Previsión Social, así como de las
partes en controversia, por lo que en cierta manera el arbitraje laboral, no tiene relación con el mecanismo de
resolución de controversias contenido en la Ley de Arbitraje de Guatemala que abarca necesariamente la
esfera del Derecho Privado.
resolución de este tribunal será definitiva y, por ende, no susceptible de ser revisada por
recurso o remedio procesal alguno. Mientras esté pendiente dicha solicitud, el tribunal
arbitral podrá proseguir sus actuaciones y dictar un laudo.

4) Tanto en los arbitrajes de derecho como en los de equidad, una vez constituido el
tribunal, se entienden sometidas a él todas las cuestiones conexas con la principal, que
surjan en el curso del mismo. En este caso, dichas cuestiones se tramitarán por el
procedimiento que las partes convengan y, en su defecto, por el señalado para los
incidentes.
No serán admitidas, sin embargo, las tercerías, la litisdependencia ni los incidentes de
acumulación.
Si surgiere alguna cuestión de orden criminal, los árbitros lo pondrán en conocimiento del
juez competente, a quien remitirán certificación de las constancias respectivas. Artículo 21.

FACULTADES DEL TRIBUNAL ARBITRAL DE ORDENAR PROVIDENCIAS


CAUTELARES.

1) Salvo acuerdo en contrario de las partes, el tribunal arbitral podrá, a petición de una de
ellas, ordenar a cualquiera de las partes que adopte las providencias cautelares que el
tribunal arbitral estime necesarias respecto del objeto del litigio. El tribunal arbitral podrá
exigir de cualquiera de las partes que haya solicitado la providencia, una garantía suficiente
para caucionar su responsabilidad en conexión con tales medidas.

2) Asimismo, salvo acuerdo en contrario de las partes, podrán estas o los árbitros requerir al
tribunal competente de conformidad con el artículo 9, que decrete o levante aquellas
providencias cautelares que deban ser cumplidas por terceros, o bien, para que se obligue
coactivamente a una de las partes a cumplir con una providencia cautelar decretada con
base en el numeral 1 anterior. Articulo 22.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguirre. M. Derecho Procesal Civil Tomo I.Guatemala: Centro Editorial Vile. (1999).

Briceño. H. El arbitraje comercial.México. Editorial Limusa Noriega. (1999).

Briceño Sierra, Humberto. El arbitraje en el derecho privado. Pág.3.


Vásquez Mayorga, Enrique. Métodos alternos para solución de conflictos. Pág.181.
Cárdenas Quiroz, Carlos. Cláusula compromisoria y cláusula arbitral.

REFERENCIAS NORMATIVAS:
Código Civil Guatemalteco

Código de Comercio. Decreto numero 2-70, Guatemala.

Ley de Arbitraje, Decreto 67-95, Guatemala.

Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, Guatemala.

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