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Este no es un cuento cualquiera, es la historia de Abigail, una jovencita de 19 años de edad,

estudiante de diseño gráfico de una de las universidades más prestigiosas de la ciudad. Una
estudiante ejemplar y con las calificaciones más altas. Su padre un respetado doctor y su madre
administradora de una de las empresas más importantes, se cuestionaron de la carrera que había
elegido, pero aun así la apoyaban en todo. El mundo de Abigail era cómodo, un poco más que el
de sus compañeros de clase, debido al buen dinero que ganan sus padres. Ella estaba rodeada de
un ambiente muy normal, pero creo que llega el punto en la vida de todo adolecente que desea
experimentar cosas nuevas, y no estoy hablando de drogas, rumba y demás, no; Abigail había
crecido con creencias y bases morales muy sólidas. El trabajo de sus padres les consumía la mayor
parte del tiempo y ya era muy poco lo que compartían juntos, a diferencia de cuando ella era una
pequeña de 10 años donde tenía la atención de sus padres por completo. Y es que en su carrera
era una de las estudiantes más destacadas por su maravillosa imaginación y obras de arte que
plasmaba, ver un dibujo de ella era ver un mundo mágico, totalmente diferente. Su secreto en
cada pintura u obra, era que ella había creado un mundo místico, de hadas, tronos y castillos,
donde ella era nuevamente el centro de atención, tal como jugaba con sus padres unos años
antes.

Era 18 de noviembre, ella llegaba de clase, terminaba para ella un semestre más, con notas
impecables. Almorzó como es de costumbre y después una ducha para seguir con la rutina del día,
por su mente pensaba, y en su corazón anhelaba que sucediera algo extraordinario. Salió de la
ducha, se miró al espejo y se alentó para seguir con el día. Al abrir la puerta del baño, no y caminar
unos cuantos pasos con la toalla en la cara cayo en cuenta de que no estaba caminando por el
pasillo de su casa, estaba en un bosque, pensó que estaba soñando, pero un par de cachetadas en
su cara comprobaron que no era así. Dio un paso atrás para volver al baño, no entendía lo que
sucedía, pero en su corazón sintió que era lo que ella anhelaba hace muchísimo tiempo. Su
semblante cambio y decidió recorrer el bosque, pero el signo de interrogación no se borraba de su
rostro. Después de avanzar unos metros apareció una criatura que para ella era bastante familiar,
la había dibujado cientos de veces, se froto los ojos para corroborar que lo que estaba viendo
fuera cierto, un Hada que revoloteaba frete a ella haciendo algún tipo de señas que no entendía.
Por lo que logro entenderle, la siguió por el bosque, hasta llegar a un punto donde el hada le
señalo que esperara un momento. Después de unos instantes de incertidumbre, a lo lejos escucho
el galopar de un caballo, al dirigir su mirada hacia la dirección de dónde provenía aquel sonido, se
llevó una sorpresa. Aquel sonido no venía de un caballo, era un centauro; algo que una vez intento
plasmar en una pintura, pero que a duras penas logro dibujar; en lomo de aquella bestia venia lo
que parecía una princesa, con traje rosado, impecable, un centro de oro y una pequeña tiara,
detrás de ellos, como quien escolta a alguien, venia el hada que la había abandonado hace un
momento. Aquella princesa, al parecer un poco menor que ella se bajó del centauro con ayuda del
hada, Abigail se postro en señal de respeto, a lo que el hada se acercó a la princesa y le susurro
algo al oído. Al instante la princesa le indico a Abigail se levantara para mostrarle algo.
Después de una larga caminata a través de aquel mítico bosque, llegaron a lo que parecía su
destino, un enorme castillo, tal como los que le relataba su padre en su niñez. La princesa la llevo
directamente al trono, donde le indico que se sentara para entregarle la corona y el cetro, Abigail
no entendía muy bien lo que sucedía, simplemente se dejaba guiar por la princesa. Después de la
coronación, llego lo que parecía la guardia real, con trompetas haciendo un estruendo
impresionante. En ese instante comprendió que acababa de ser nombrada la Reina de aquel
misterioso pero increíble lugar.

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