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El viajero del tiempo (para que sea conveniente hablar de él) estaba exponiendo un
asunto recóndito para nosotros. Sus ojos grises brillaron y centellearon, y su piel
usualmente pálida estaba sonrojada y animada. El fuego ardía intensamente, y el
suave resplandor de las luces incandescentes en los lirios de plata atraparon las
burbujas que brillaron y pasaron por nuestros lentes. Nuestras sillas, siendo sus
patentes, nos abrazaron y acariciaron en lugar de someterse para sentarse encima, y
estaba esa lujosa “después de la cena “atmósfera cuando los pensamientos corren con
gracia libres de las trampas de precisión. Y nos lo puso de esta manera -marcando los
puntos con un índice delgado- mientras nos sentamos y perezosamente admiramos su
seriedad acerca de esta nueva paradoja (como lo pensábamos) y su fecundidad.
“Tienen que seguirme cuidadosamente, tendré que contradecir una o dos ideas que
son casi universalmente aceptados. La geometría, por ejemplo, les enseñaron en la
escuela está fundada en una idea errónea.”
“¿No es algo grande esperar que comencemos?”.Dijo Filby, una persona argumentativa
con cabello rojo.
“No quiero pedirte que aceptes nada sin bases razonables. Pronto admitirán tanto
como necesito de ti. Por supuesto sabes que una línea matemática, una línea de grosor
cero, no tiene existencia ¿les enseñaron eso? Tampoco a un plano matemático. Estas
casas son abstracciones puras”
“Todo eso es correcto “dijo el Psicólogo.
“Tampoco, teniendo solo longitud, anchura y grosor, un cubo puede tener una
existencia recta.
“Ahí me opongo “dijo Filby claro que un cuerpo sólido puede existir. Son las cosas
reales.
“Así que la mayoría de la gente piensa. Espera un momento ¿Puede un cubo
instantáneo existir?”
“ No entiendo’” dijo Filby.
“Puede un cubo que no dura nada en absoluto ¿Tiene una existencia real?”
Filby se puso pensativo. “Claramente” el viajero del tiempo procedió “cualquier cuerpo
real tiene que tener una extensión en cuatro direcciones: debe tener longitud, amplitud,
anchura y duración. Que les explicare en un momento, nos inclinamos a dar por alto el
hecho. En realidad hay cuatro dimensiones, 3 que llamamos “los 3 planos del espacio”
y un cuarto, el tiempo. Sin embargo, hay una tendencia a establecer una distinción
irreal entre las 3 dimensiones anteriores y la última, porque sucede que nuestra
conciencia se mueve intermitentemente en una dirección a lo largo de la última, porque
sucede que nuestra conciencia se mueve intermitentemente en una dirección a lo largo
de la última, del principio al final de nuestras vidas.
“Eso “dijo un hombre muy joven, haciendo esfuerzos espasmódicos para volver a
encender su cigarrillo encima de la lámpara: “eso… muy claro de hecho”.
“Ahora, es muy remarcable que esto se pasa por alto tan ampliamente “continuó el
viajero del tiempo, con una ligera subida de alegría. “Realmente esto es lo que significa
la cuarta dimensión, aunque algunas personas que hablan de la cuarta dimensión no
sé lo dicen enserio. Es solo otra forma de mirar el tiempo. No hay diferencia entre el
tiempo y alguna de las 3 dimensiones del espacio, excepto que nuestra conciencia se
mueve a lo largo de ella, Pero algunas personas tontas se aferraron al lado incorrecto
de esta idea. ¿Todos han escuchado lo que tiene que decir esta cuarta dimensión?”
“No lo he hecho “dijo el alcalde provincial.
“Es simplemente esto, que el espacio, como dicen nuestros matemáticos, se dice que
tiene 3 dimensiones, cuales puedes llamar longitud, anchura y grosor, siempre se
puede definir por referencia a 3 planos cada uno a los ángulos correctos de los otros.
Pero algunos personas filosóficas se han preguntado porque 3 dimensiones
particularmente - ¿Por qué no otra dirección a los ángulos correctos de las otras 3?- y
hasta han intentado construir una geometría de cuatro dimensiones. El profesor Simon
Newcomto estaba exponiendo esto a la sociedad de matemática de Nueva York hace
un mes o algo así. Saben cómo en una superficie plana, que solo tienen 2
dimensiones, podemos representar una figura de 3 dimensiones, y similarmente ellos
piensan que en modelos de 3 dimensiones pueden representar una de cuatro - si-
pudieran dominar la perspectiva de la cosa- ¿Ven?
“Creo “murmuró el alcalde provincial y, frunciendo el ceño, cayó en un estado
introspectivo, sus labios se movieron como alguien que repite palabras místicas. “Si
creo que lo veo ahora “dijo después de un tiempo, iluminando de una manera bastante
transitoria.
“Bueno, no me importa decirles que he estado trabajando en esta geometría de las
cuatro dimensiones durante algún tiempo”. Algunos de mis resultados son curiosos. Por
ejemplo, aquí hay un retrato de un hombre a los ocho años, otro a los 15, otro a los 17,
otro a los 23, y así. Estas son evidentemente secciones, por así decir, representaciones
tridimensionales de sus tetra dimensionales que es una cosa fija e intolerable.”
“Los científicos “procedió el viajero del tiempo, después de la pausa requerida para la
asimilación de esto, “saben muy bien que el tiempo es solo una clase de espacio. Aquí
hay un diagrama científico popular, un reporte del clima. Esta línea que trazó con mi
dedo muestra el movimiento del barómetro. Ayer estaba muy alto, ayer en la noche
cayó y luego esta mañana volvió a subir, y tan suavemente hacia arriba hasta aquí.
¿Seguramente el mercurio no puede trazar esta línea en ninguna de las dimensiones
del espacio generalmente reconocidos? Pero ciertamente trazo tal línea, y esa línea,
por lo tanto, concluimos que fue a lo largo de la dimensión del tiempo”.
“Pero “dijo el médico, mirando fijamente al carbón en el fuego, “¿Si el tiempo es
realmente sólo una cuarta dimensión del espacio, porque lo es, y porque simplemente
lo ha sido, considerado como algo diferente? y ¿Por qué no nos movemos en el tiempo
como nos movemos en otras dimensión del espacio?”
El viajero del tiempo sonrió “¿Estás seguro de que nos podemos mover libremente en
el espacio?, a la derecha o a la izquierda, podemos ir atrás y adelante libremente, y el
hombre siempre lo ha hecho. Admito que nos podemos mover libremente en 2
dimensiones. Pero qué hay de arriba y abajo. La gravedad nos limita ahí.”
“No exactamente “dijo el médico “hay globos.”
“Pero antes de los globos, excepto de pequeños saltos y la desigualdad de la
superficie, el hombre no tenía libertad de movimiento vertical.”
“Aun así se podían mover un poco arriba y abajo “dijo el médico.
“Más fácil abajo que arriba.”
“Y no puedes moverte del todo en el tiempo, no puedes escapar del presente.”
“Mi querido señor, ahí es justo donde se equivoca. Ahí es donde todo el mundo se ha
equivocado. Siempre nos estamos alejando del presente. Nuestras existencias
mentales, que son inmateriales y no tienen dimensión, pasan a lo largo de la dimensión
del tiempo con una velocidad uniforme de la cuna a la tumba. Tal como deberíamos
viajar “abajo” comenzamos nuestra existencia 50 millas encima de la superficie de la
tierra.”
“Pero la gran dificultad está “interrumpió el psicólogo “te puedes mover en todas las
direcciones del espacio, ´pero no puedes moverte en el tiempo’.”
“Ese es el germen de mi gran descubrimiento, pero estas equivocado al decir que no
nos podemos mover por el tiempo. Por ejemplo, si recuerdo un incidente muy
vívidamente, regreso al instante de su ocurrencia: me despisto, como tú dices. Salto
atrás por un momento. Por supuesto, no tenemos razones de quedarnos atrás por un
periodo de tiempo, más de lo que un salvaje o un animal que tiene que quedarse a seis
pies del suelo. Pero un hombre civilizado está mejor que el salvaje a este respecto. Él
puede ir, subir en contra de la gravedad en un globo, y por qué no debería esperar que,
en la última instancia, pueda detener o acelerar su deriva a lo largo de la dimensión del
tiempo, o incluso darse la vuelta y viajar hacia el otro lado.”
“¡Oh!, eso... “comentó Filby “es todo…”
“¿Por qué no...? “Dijo el Viajero del tiempo.
’Eso va contra la razón “terminó Filby.
“¿Qué razón? “Dijo el Viajero del tiempo.
“Puede usted por medio de la argumentación demostrar que lo negro es blanco “dijo
Filby,”pero no me convencerá usted nunca.”
“Es posible “replicó el Viajero del tiempo. “Pero ahora empieza usted a percibir el objeto
de mis investigaciones en la geometría de Cuatro Dimensiones. Hace mucho que tenía
yo un vago vislumbre de una máquina...”
“¡Para viajar a través del Tiempo! “Exclamó el Muchacho Muy joven.
“Que viaje indistintamente en todas las direcciones del Espacio y del Tiempo, como
decida el conductor de ella.”
Filby se sintió satisfecho con reír.
“Pero he realizado la comprobación experimental “dijo el Viajero del tiempo.
“Eso sería muy conveniente para el historiador “sugirió el Psicólogo. “¡Se podría viajar
hacia atrás y confirmar el admitido relato de la batalla de Hastings, por ejemplo!”
“¿No cree usted que eso atraería la atención? “Dijo el Doctor. “Nuestros antepasados
no tenían una gran tolerancia por los anacronismos.”
“Podría uno aprender el griego de los propios labios de Homero y de Platón “sugirió el
Muchacho Muy joven.
“En cuyo caso le suspenderían a usted con seguridad en el primer curso. Los sabios
alemanes, ¡Han mejorado tanto el griego!”
“Entonces, ahí está el porvenir “dijo el Muchacho Muy Joven. “¡Figúrense! ¡Podría uno
invertir todo su dinero, dejar que se acumulase con los intereses, y lanzarse hacia
adelante!
“A descubrir una sociedad “dije yo “asentada sobre una base estrictamente comunista.”
“De todas las teorías disparatadas y extravagantes “comenzó el Psicólogo.
“Sí, eso me parecía a mí, por lo cual no he hablado nunca de esto hasta...
“¿Verificación experimental?” exclamé. ” ¿Va usted a experimentar eso?”
“¡El experimento! “Exclamó Filby, que tenía el cerebro fatigado.
“Déjenos presenciar su experimento de todos modos “dijo el Psicólogo, “aunque bien
sabe usted que es todo patraña.”
El Viajero del tiempo nos sonrió a todos. Luego, sonriendo aun levemente y con las
manos hundidas en los bolsillos de sus pantalones, salió despacio de la habitación y
oímos sus zapatillas arrastrarse por el largo corredor hacia su laboratorio.
El Psicólogo nos miró.
Y yo pregunto: “¿A qué ha ido?”
“Algún juego de manos, o cosa parecida” dijo el Doctor; y Filby intentó hablarnos de un
prestidigitador que había visto en Burslem; pero antes de que hubiese terminado su
exordio, el Viajero del tiempo volvió y la anécdota de Filby fracasó.
Capitulo 2
Creo que en ese momento ninguno de nosotros realmente creyó en la máquina del
tiempo. La cuestión es, el viajero del tiempo era una persona demasiado inteligente
como para creerlo: uno nunca siente que sabe todo sobre él; siempre con una ligera
sospecha, cierta ingenuidad en acecho, detrás de su lúcida franqueza. Si Filby nos
hubiera mostrado el modelo y explicado el problema con las palabras del viajero del
tiempo, nosotros hubiéramos mostrado mucho menos escepticismo. Porque nosotros
debimos percibir sus motivos: un carnicero podría entender a Filby. Pero el viajero del
tiempo tenía más que un toque de capricho entre sus elementos, y nosotros
desconfiamos de él. Cosas que podrían hacer fama en manos de hombres menos
inteligentes se veían como simples trucos. Es un error hacer las cosas muy fácilmente.
Las personas serias quienes lo tomaban en serio nunca se sintieron realmente
seguras de su comportamiento: de cierta forma sabían que confiarle sus reputaciones
para juzgar era como amueblar una enfermería con porcelana China. Entonces pienso
que ninguno de nosotros dijimos mucho sobre el viaje en el tiempo en el intervalo de
ese jueves y el siguiente, aunque sus extrañas potencialidades corrieron, sin duda, en
la mayoría de nuestras mentes: su plausibilidad, es prácticamente increíble, las
posibilidades curiosas del anacronismo y la absoluta confusión que esto sugiere. Por mi
parte, estaba particularmente preocupado por el truco del modelo. Que recuerdo
haberlo discutido con el médico, a quien conocí el viernes en el Linaenan.El dijo que
había visto una cosa similar en la Universidad de Tubinga, y puso un considerado
énfasis en cumplir el deseo. Pero como el truco era realizado, no lo podía explicar.
El siguiente jueves yo fui de nuevo a Richmond, suponía que yo fui uno de los
huéspedes más constantes del viajero del tiempo y llegando tarde, encontré cuatro o
cinco hombres ya reunidos en su sala de estar. El médico estaba parado junto al fuego
con una hoja de papel en una mano y su reloj en la otra. Yo busqué con la mirada al
Viajero del tiempo, y-ya son las siete y media- dijo el médico- ¿Es mejor que cenemos?
“¿Dónde está?”- dije, nombrando a nuestro anfitrión.
"¿Acabas de venir? Eso es bastante raro. Él está inevitablemente detenido. En esa
nota me pide que comience con la cena a las siete si no ha vuelto. Dice que lo
explicará cuando regrese.
“Parece una pena que la cena se estropee”, dijo el editor de un conocido periódico;
entonces el doctor tocó la campana.
El psicólogo era la única persona que además del médico y yo que había asistido a la
cena anterior. Los otros hombres eran Blank, dijo el editor ya mencionado, un cierto
periodista, y otro - un hombre callado y tímido con barba - a quien no conocía y que,
según mis observaciones, nunca abrió la boca en toda la noche. Había cierta
especulación en la cena sobre la ausencia del viajero del tiempo, y sugerí viajar en el
tiempo, con un espíritu medio jocoso. El editor quería que le explicaran, y el psicólogo
ofreció un relato sin ánimo de la “paradoja y trucos ingeniosos” que habíamos
presenciado esa semana. Él estaba en el medio de su exposición cuando la puerta del
corredor se abrió lentamente y sin un ruido. Yo estaba en frente de la puerta, y vi esto
primero. “Hola”, yo dije. “Por fin” y la puerta se abrió más, y el viajero del tiempo se
paró ante nosotros.
Yo di un grito de sorpresa. “¡Santos cielos! hombre, ¿Cuál es el problema? “Gritó el
médico quien lo vio después. Y todos dirigieron su mirada hacia la puerta.
Él estaba en una asombrosa situacion.Su abrigo estaba polvoriento y sucio, y cubierto
de verde por las mangas, su cabello alborotado, y a mí me pareció más gris-tal vez con
polvo o suciedad o porque su color se desvaneció. Su cara estaba horriblemente
pálida, su barba tenía un corte café en ella-un corte medio curado; su expresión estaba
demacrada y dibujada, por un intenso sufrimiento
Por un momento vaciló en la puerta, como si la luz le hubiera deslumbrado. Entonces el
entro a la habitación. Él entró cojeando como lo hacen algunos vagabundos. Lo
miramos en silencio esperando que hablara.
No dijo ninguna palabra, pero se acercó con dolor a la mesa e hizo un movimiento
hacia el vino. El editor llenó una copa de champán y la empujó hacia él. La agotó, y
parece que le hacía bien, por que miraba alrededor de la mesa, y el fantasma de su
vieja sonrisa brillaba en su rostro
“¿Qué diablos has hecho hombre?” dijo el médico. Parecía que el viajero del tiempo no
lo podía oír.
“No dejes que te moleste”, dijo, con cierta expresión vacilante.
“Estoy bien” se detuvo, alargó el vaso y dejó de beber.”Eso está bien “dijo. Sus ojos se
volvieron más brillantes, y un color tenue en sus mejillas. Su mirada brilló sobre
nuestros rostros con cierta aprobación sorda, y luego recorrió la cálida y confortable
habitación. Entonces él habló de nuevo, todavía como si estuviese sintiendo su camino
con las palabras. “Me voy a lavar y vestir, y luego voy a bajar a explicar las cosas…
guárdenme un poco de cordero. Estoy hambriento de un poco de carne.”
Miro al editor, que era un visitante raro, y esperaba que estuviera bien. El editor
comenzó una pregunta “dígalo ahora “dijo el viajero del tiempo, “¡que gracia estar bien
en un minuto!”
Dejó sus lentes sobre la mesa y se dirigió a la puerta de la escalera. De nuevo observe
su cojera y el suave sonido acolchado de sus pisadas y de pie en mi lugar, vi sus pies
mientras salía. No llevaba nada más que un par de calcetines destrozados y
manchados de sangre. Entonces la puerta se cerró tras de él. Tenía media mente que
seguir, hasta que recordé cómo detestaba cualquier alboroto acerca de sí mismo.
Durante un minuto, tal vez, mi mente estaba confusa. Entonces “notable
comportamiento de un científico “oí decir al editor pensando (después de su costumbre)
en la cabeza. Y eso atrajo mi atención de nuevo a la brillante mesa del comedor.
“¿Cuál es el juego? “Dijo el periodista “¿Ha estado siendo el gorrón aficionado? No lo
sigo. “Me encontré con los ojos del psicólogo y leí mi propia interpretación de su cara.
Pensé en el viajero del tiempo cojeando dolorosamente arriba. El primero en
recuperarse completamente de esa sorpresa fue el médico, que sonó la campana, - el
viajero del tiempo odiaba tener sirvientes esperando en la cena- para un plato caliente-
En eso el editor se volvió hacia su cuchillo y tenedor con un gruñido, y el hombre
silencioso siguió su ejemplo. Se reanudo la cena. La conversación fue exclamativa por
un rato, con huecos de asombro; Y entonces el editor se puso ferviente en su
curiosidad “¿Es que nuestro amigo consigue sus modestos ingresos con una travesía?
¿O tiene su etapa de Nabucodonosor? “Me preguntó. “Me siento seguro de que es este
asunto de la máquina del tiempo “dije, y tomé el relato del psicólogo de nuestra reunión
anterior. Los nuevos huéspedes eran francamente incrédulo. El editor planteó
objeciones “¿Qué era ese viaje en el tiempo?” un hombre no podría cubrirse de polvo
rodando en una paradoja, ¿No? “Y luego cuando la idea llegó a su casa, recurrió a la
caricatura. ¿No tenían ropa o cepillos en el futuro? el periodista tampoco lo creyó a
ningún precio, y se unió al editor en el fácil trabajo de poner en ridículo todo el asunto.
Ambos eran el nuevo tipo de periodistas, jóvenes muy alegres e irreverentes. “Nuestro
corresponsal especial del pasado mañana informa”, decía el periodista o mejor dicho,
bromeaba, cuando el viajero del tiempo volvió. Estaba vestido con ropa de noche
común y corriente, y nada salvo su mirada demacrada permaneció del cambio que me
sorprendió.
“Yo digo”, dijo hilarantemente el Editor, “Estos tipos aquí dicen que usted ha estado
viajando a mediados de la próxima semana! ¿Podrías hablarnos sobre el pequeño
Rosebery?, ¿Que podrías tomar para la suerte?”.
El Viajero del tiempo regreso al lugar reservado para él sin ninguna palabra. Él sonrió
tranquilamente, a su manera antigua. ¿Dónde está mi cordero? Dijo. “Que placer volver
a meter un tenedor en la carne.”
“¡La historia! “Gritó el Editor.
“¡La historia es maldita! “Dijo el Viajero del tiempo. “Quiero comer algo. Yo no puedo
decir una palabra hasta que tenga algo de peptona en mis arterias.Gracias.Y la sal.”
“Una palabra”dijo. ¿Ha estado viajando en el tiempo?”
“Sí” dijo el Viajero del tiempo, con su boca llena, balanceando su cabeza.
“Daría una línea de Chelín para una nota literal “dijo el Editor. El Viajero del tiempo
empujó sus gafas hacia el Hombre silencioso y las regresó con su uña; en el que el
Hombre silencioso, quien estaba mirando su cara, empezando convulsivamente, y
sirviendo su vino. El resto de la estaba incómodo. Por mi parte, las repentinas
preguntas seguían surgiendo de mis labios, y me atrevo a decir que paso lo mismo con
los otros. El Reportero trató de aliviar la tensión hablando de anécdotas de Hetea
Potter. El Viajero del Tiempo dedicó su atención a su cena, y demostró el apetito de un
vagabundo. El médico fumaba un cigarrillo, y miraba al Viajero del tiempo a través de
sus pestañas. El Hombre silencioso parecía más torpe que de lo usual, y bebió
champagne con regularidad y determinación por puro nerviosismo. Al último el Viajero
del tiempo empujó su plato lejos y miro nuestro alrededor. “Yo supongo que debo una
disculpa, “él dijo. “Yo estaba simplemente muriéndome de hambre. La he pasado muy
bien. “El estiro su mano por un cigarro, y corto el final. “Pero se metió a la sala de los
fumadores. Es también una larga historia hablar sobre los platos grasientos. “Y tocando
la campana de pasada, el abrió el camino hacia la habitación contigua.
¿Has hablado en blanco, y corrido y cambiado sobre la máquina del tiempo? Me dijo a
mí, recostándose en su sillón y nombrando las tres nuevas preguntas.
“Pero las cosas son una mera paradoja “dijo el Editor.
“Yo no puedo argumentar esta noche. Yo no tengo cabeza para contarte la historia,
pero no puedo discutir. Yo podría contarte la historia de cómo me sentí si gustas, pero
debes abstenerte de interrupciones. Yo quiero contarlo.Mal.La mayor parte sonara
como mentira. ¡Así será! Esto es verdad-cada palabra de esto, de todos modos. Yo
estaba en mi laboratorio a las 4:00, y desde entonces. He vivido ocho días... ¡tantos
días que un humano jamás ha vivido! Estoy casi agotado, pero no dormiré hasta que te
haya dicho esto. Entonces yo iré a la cama. ¡Pero no interrumpas!
¿Está de acuerdo?”
“De acuerdo, “dijo el Editor, y el resto de nosotros repitió “De acuerdo “Y con esto el
Viajero del tiempo comenzó su historia como lo he expuesto. Al principio se sentó en su
silla y habló como un hombre cansado. Después el empezó más animado. Al escribirlo
yo siento con mucha agudeza la insuficiencia de la pluma de tinta-y sobre todo, mi
propia insuficiencia-para expresar su calidad. Tú lees, yo puedo suponer, con la
suficiente atención; pero no puedes ver el blanco del orador, cara sincera en el círculo
brillante de la pequeña lámpara, ni escuchar la entonación de su voz.
¡No puedes saber cómo su expresión sigue las partes de su historia! Muchos de
nosotros estaban en la sombra, porque las velas en el cuarto de fumadores no habían
sido encendidas y solo la cara del Reportero y las piernas de la rodilla para abajo del
Hombre silencioso eran iluminadas. Al principio nos mirábamos de vez en cuando.
Después de un rato esto cesó y miramos solamente la cara del Viajero del tiempo.
Capitulo 3
Supongo que le llevó más o menos un minuto atravesar el lugar, pero a mí me pareció
cruzar la habitación como un cohete. Presioné la palanca hasta su posición extrema. La
noche llegó como el apagado de una lámpara, y en otro momento llegó la mañana. El
laboratorio se volvió débil y brumoso, luego más débil y cada vez más débil. Mañana, la
noche se volvió negra, luego día otra vez, noche otra vez, día otra vez, cada vez más
rápido. Un murmullo inquietante llenó mis oídos, y una extraña y tonta confusión
descendió en mi mente.
Me temo que no puedo transmitir las sensaciones peculiares de viajar en el tiempo.
Son excesivamente desagradables. Hay una sensación exactamente como la que uno
tiene al cambiar de marcha: ¡un movimiento de cabeza indefenso! Sentí la misma
anticipación horrible, también, de un choque inminente. A medida que avanzaba, la
noche seguía al día como el aleteo de un ala negra. La tenue sugerencia del laboratorio
pareció alejarse de mí y vi que el sol saltaba rápidamente por el cielo.
Saltando cada minuto, y cada minuto marcando un día. Supuse que el laboratorio había
sido destruido y que había salido al aire libre. Tenía una leve impresión de andamios,
pero ya iba demasiado rápido para ser consciente de cualquier cosa en movimiento. El
caracol más lento que alguna vez se arrastró pasó demasiado rápido para mí. La
sucesión centelleante de oscuridad y luz era excesivamente dolorosa para la vista.
Luego, en las intermitentes tinieblas, vi que la luna giraba rápidamente a través de sus
habitaciones de nueva a completa, y tuve una leve visión de las estrellas en círculo. En
el presente, mientras seguía ganando velocidad, la palpitación de la noche y el día se
fundió en un gris continuo; el cielo adquirió una maravillosa profundidad de azul, un
espléndido color luminoso como el del crepúsculo temprano; el sol sacudiéndose se
convirtió en un rayo de fuego, un arco brillante, en el espacio; la luna, una banda
fluctuante más débil; y no podía ver nada de las estrellas, salvo de vez en cuando un
círculo más brillante parpadeando en el azul.
El paisaje era brumoso y vago. Todavía estaba en la ladera de la colina sobre la que
ahora se encuentra esta casa, y el hombro se alzaba sobre mí gris y oscuro. Vi árboles
creciendo y cambiando como nubes de vapor, ahora marrones, ahora verdes;
crecieron, se extendieron, temblaron y fallecieron. Vi enormes edificios levantarse
débiles y justos, y pasar como sueños. Toda la superficie de la tierra parecía cambiada,
derritiéndose y fluyendo bajo mis ojos. Las manecillas en los diales que registraban mi
velocidad corrían más y más rápido. En ese momento noté que el cinturón solar se
balanceaba arriba y abajo, de solsticio a solsticio, en un minuto o menos, y que, en
consecuencia, mi ritmo era de más de un año por minuto; y minuto a minuto la blanca
nieve brilló en todo el mundo, desapareció y fue seguida por el breve y brillante verde
de la primavera.
Las sensaciones desagradables del comienzo eran menos conmovedoras ahora.
Finalmente se fusionaron en una especie de euforia histérica. De hecho, observé un
torpe balanceo de la máquina, por lo que no pude dar cuenta. Pero mi mente estaba
demasiado confundida para atenderlo, así que con una especie de locura creciendo
sobre mí, me lancé al futuro. Al principio apenas pensé en parar, apenas pensé en otra
cosa que no fueran estas nuevas sensaciones. Pero en la actualidad, una nueva serie
de impresiones surgió en mi mente, una cierta curiosidad y, por lo tanto, un cierto
temor, hasta que finalmente se apoderaron de mí. ¡Qué desarrollos extraños de la
humanidad, qué maravillosos avances sobre nuestra civilización rudimentaria, pensé,
podrían no aparecer cuando llegué a mirar casi en el oscuro mundo esquivo que corría
y fluctuaba ante mis ojos! Vi una arquitectura grandiosa y espléndida que se alzaba a
mi alrededor, más masiva que cualquier otro edificio de nuestro tiempo y, sin embargo,
al parecer, construida con luz tenue y niebla. Vi un verde más rico fluir por la ladera de
la colina, y permanecer allí, sin ningún intermedio invernal. Incluso a través del velo de
mi confusión, la tierra parecía muy bella. Y entonces mi mente volvió al negocio de
parar
El riesgo peculiar radica en la posibilidad de que encuentre alguna sustancia en el
espacio que yo o la máquina ocupamos. Mientras viajaba a gran velocidad a través del
tiempo, esto apenas importaba; Estaba, por así decirlo, atenuado: ¡me estaba
deslizando como un vapor a través de los intersticios de las sustancias que intervienen!
Pero detenerme implicó el atasco de mí mismo, molécula por molécula, en lo que
estaba en mi camino. significaba llevar mis átomos a un contacto tan íntimo con los del
obstáculo que resultaría en una reacción química profunda, posiblemente una
explosión explosiva, que nos llevaría a mí y a mi aparato de todas las dimensiones
posibles a lo Desconocido. Esta posibilidad se me había ocurrido una y otra vez
mientras hacía la máquina; pero luego lo acepté alegremente como un riesgo
inevitable, ¡uno de los riesgos que un hombre tiene que correr! Ahora el riesgo era
inevitable, ya no lo veía con la misma luz alegre. El hecho es que, insensiblemente, la
absoluta extrañeza de todo, las sacudidas enfermizas y el balanceo de la máquina,
sobre todo, la sensación de una caída prolongada, me habían trastornado por
completo. Me dije a mí mismo que nunca podría parar, y con una ráfaga de petulancia
decidí parar de inmediato. Como un tonto impaciente, me tiré de la palanca, e
incontinentemente la cosa se tambaleó, y fui lanzada de cabeza por el aire.
‘Hubo el sonido de un trueno en mis oídos. Puede que me haya sorprendido por un
momento. Un granizo despiadado silbaba a mi alrededor, y yo estaba sentado en un
suave césped frente a la máquina. Todo seguía pareciendo gris, pero en ese momento
advertí que la confusión en mis oídos había desaparecido. Miré a mi alrededor. Estaba
en lo que parecía ser un pequeño césped en un jardín, rodeado de arbustos de
rododendro, y noté que sus flores de color malva y púrpura caían en una ducha bajo el
golpe de los granizos. El granizo que rebotaba y bailaba colgaba en una nube sobre la
máquina y conducía por el suelo como humo. En un momento estaba mojado hasta la
piel. “Buena hospitalidad”, dije, “a un hombre que ha viajado innumerables años para
verte.
En ese momento pensé lo tonto que era mojarme. Me puse de pie y miré a mi
alrededor. Una figura colosal, tallada aparentemente en una piedra blanca, se alzaba
indistintamente más allá de los rododendros a través del aguacero nebuloso. Pero todo
lo demás del mundo era invisible.
‘Mis sensaciones serían difíciles de describir. A medida que las columnas de granizo se
adelgazaron, vi la figura blanca más claramente. Era muy grande, porque un abedul
plateado le tocaba el hombro. Era de mármol blanco, en forma algo así como una
esfinge alada, pero las alas, en lugar de ser transportadas verticalmente a los lados,
estaban extendidas de modo que parecía flotar. Me pareció que el pedestal era de
bronce y estaba cubierto de cardenillo. Resultó que la cara estaba hacia mí; los ojos
ciegos parecían mirarme; Había una leve sombra de sonrisa en los labios. Estaba muy
desgastado por el clima, y eso transmitía una desagradable sugerencia de enfermedad.
Me quedé mirándolo por un pequeño espacio, medio minuto, tal vez, o media hora.
Parecía avanzar y retroceder a medida que el granizo avanzaba antes de ser más
denso o más delgado. Finalmente, aparté mis ojos de él por un momento y vi que la
cortina de granizo se había desgastado y que el cielo se estaba iluminando con la
promesa del sol.
Alcé la vista de nuevo hacia la figura blanca y agachada, y la temeridad total de mi viaje
vino de repente sobre mí. ¿Qué podría aparecer cuando esa cortina brumosa fue
retirada por completo? ¿Qué podría no haberle sucedido a los hombres? ¿Y si la
crueldad se hubiera convertido en una pasión común? ¿Qué pasaría si en este
intervalo la raza hubiera perdido su virilidad y se hubiera convertido en algo inhumano,
antipático y abrumadoramente poderoso? Podría parecer un animal salvaje del viejo
mundo, solo el más terrible y repugnante para nuestra semejanza común: una criatura
asquerosa que es asesinada de manera incontinente. Ya vi otras formas vastas:
enormes edificios con intrincados parapetos y altas columnas, con una ladera boscosa
que se arrastraba lentamente sobre mí a través de la tormenta cada vez menor. Me
invadió un sentimiento de pánico. Me volví frenéticamente hacia máquina del tiempo y
me esforcé por reajustarlo. Mientras lo hacía, los rayos del sol golpearon la tormenta. El
aguacero gris fue barrido a un lado y desapareció como las prendas de un fantasma.
Por encima de mí, en el intenso azul del cielo de verano, algunos débiles trozos de
nubes marrones giraban en la nada. Los grandes edificios a mi alrededor se
destacaban claros y distintos, brillando con la humedad de la tormenta, y se distinguían
en blanco por las piedras de granizo sin fundir apiladas a lo largo de sus cursos. Me
sentí desnuda en un mundo extraño. Sentí que quizás un pájaro puede sentir en el aire
claro, conociendo las alas de halcón de arriba y se lanzará en picada. Mi miedo se
convirtió en frenesí. Tomé un respiro, apreté los dientes y volví a lidiar ferozmente,
muñeca y rodilla, con la máquina. Se cedió bajo mi inicio desesperado y se dio la
vuelta. Me golpeó la barbilla violentamente. Con una mano en la silla de montar, la otra
en la palanca, me quedé jadeando fuertemente para volver a montar.
Pero con esta recuperación de un retiro rápido mi valor se recuperó. Miré con más
curiosidad y menos miedo en este mundo del futuro remoto. En una abertura circular,
en lo alto de la pared de la casa más cercana, vi un grupo de figuras vestidas con ropas
suaves y ricas. Me habían visto y sus caras estaban dirigidas hacia mí.
‘Entonces escuché voces acercándose a mí. A través de los arbustos junto a la Esfinge
Blanca estaban corriendo las cabezas y los hombros de los hombres. Uno de ellos
surgió en un camino que conducía directamente al pequeño césped sobre el que
estaba parado con mi máquina. Era una criatura leve, tal vez de cuatro pies de altura,
vestido con una túnica púrpura, ceñida a la cintura con un cinturón de cuero. Sandalias
o botines —no pude distinguir claramente cuáles— estaban de pie; sus piernas estaban
desnudas hasta las rodillas y su cabeza estaba desnuda. Al darme cuenta de eso, noté
por primera vez cuán cálido era el aire.
Struck Me pareció una criatura muy hermosa y elegante, pero muy frágil. Su rostro
enrojecido me recordó el tipo de consumo más bello, esa belleza agitada que solíamos
escuchar tanto. Al verlo de repente recuperé la confianza. Quité mis manos de la
máquina.
Capitulo 4
En otro momento estuvimos parados cara a cara, yo y esta cosa frágil fuera del futuro,
camino hacia mí y se rio en mis ojos, la ausencia de su porte sin algún sentimiento de
miedo me golpeo al momento. Luego se dirigió hacia los otros dos que lo estaban
siguiendo y les hablo en una extraña, muy dulce y fluida lengua.
Habían otros viniendo, y actualmente un pequeño grupo de quizás ocho o diez de estas
exquisitas criaturas se referían a mí. Uno de ellos se dirigió a mí. Se me ocurrió, por
extraño que parezca, que mi voz era demasiado áspera y profunda para ellos.
Entonces sacudí mi cabeza y, señalando mis oídos, la sacudí nuevamente. Dio un paso
adelante, dudó y luego me tocó la mano. Entonces sentí otros pequeños tentáculos
suaves en mi espalda y hombros. Querían asegurarse de que fuera real. No había
nada en esto alarmante. De hecho, había algo en estas pequeñas personas bonitas
que inspiraba confianza: una gentil gentileza, una cierta facilidad infantil. Y además, se
veían tan frágiles que podría imaginarme arrojando toda la docena de ellos como nueve
alfileres. Pero hice un movimiento repentino para advertirles cuando vi sus pequeñas
manos rosadas sintiéndose en la Máquina del Tiempo. Felizmente, cuando no era
demasiado tarde, pensé en un peligro que hasta ahora había olvidado, y al pasar por
encima de las barras de la máquina desenrosqué las pequeñas palancas que lo
pondrían en movimiento y las guardé en el bolsillo. Luego me volví de nuevo para ver
qué podía hacer en el camino de la comunicación.
Como no hicieron ningún esfuerzo por comunicarse conmigo, sino que simplemente se
quedaron a mi lado sonriendo y hablando en suaves notas entre ellos, comencé la
conversación. Señalé a Time Machine y a mí mismo. Luego, dudando por un momento
cómo expresar el tiempo, señalé el sol. De inmediato, una pequeña figura
pintorescamente bonita en cuadros púrpura y blanco siguió mi gesto, y luego me
sorprendió imitando el sonido del trueno.
Nod Asentí, señalé el sol y les di una vívida interpretación de un trueno que los
sobresaltó. Todos retrocedieron un paso y se inclinaron. Luego vino uno que se reía
hacia mí, que llevaba una cadena de hermosas flores completamente nuevas para mí,
y me la colgó del cuello. La idea fue recibida con aplausos melodiosos; y en ese
momento, todos corrían de un lado a otro para buscar flores y me las arrojaban de risa
hasta que casi me asfixiaban las flores. Usted, que nunca ha visto algo así, apenas
puede imaginar qué delicadas y maravillosas flores han creado innumerables años de
cultura. Entonces alguien sugirió que su juguete se exhibiera en el edificio más
cercano, y así fui conducido más allá de la esfinge de mármol blanco, que parecía
mirarme todo el tiempo con una sonrisa ante mi asombro, hacia un vasto edificio gris de
piedra con trastes... Mientras iba con ellos, me vino a la mente el recuerdo de mis
confidentes anticipaciones de una posteridad profundamente grave e intelectual, con
irresistible alegría.
Entre las mesas había una gran cantidad de cojines. Sobre estos mis conductores se
sentaron, firmando para que yo hiciera lo mismo. Con una bonita ausencia de
ceremonia, comenzaron a comer la fruta con las manos, arrojando cáscaras y tallos, y
así sucesivamente, en las aberturas redondas a los lados de las mesas. No era reacio
a seguir su ejemplo, porque tenía sed y hambre. Mientras lo hacía, examiné la sala a
mi gusto.
Y quizás lo que más me llamó la atención fue su aspecto ruinoso. Las vidrieras, que
solo mostraban un patrón geométrico, estaban rotas en muchos lugares, y las cortinas
que colgaban del extremo inferior estaban llenas de polvo. Y me llamó la atención que
la esquina de la mesa de mármol cerca de mí estaba fracturada. Sin embargo, el efecto
general fue extremadamente rico y pintoresco. Había, tal vez, un par de cientos de
personas cenando en el pasillo, y la mayoría de ellos, sentados tan cerca de mí como
podían, me miraban con interés, sus pequeños ojos brillaban sobre la fruta que estaban
comiendo. Todos estaban revestidos.
La fruta, por cierto, era toda su dieta. Estas personas del futuro remoto eran
vegetarianos estrictos, y mientras estaba con ellos, a pesar de algunos antojos
carnales, también tenía que ser frugívoro. De hecho, descubrí después que caballos,
vacas, ovejas, perros, habían seguido al Ictiosauro hasta la extinción. Pero las frutas
eran muy deliciosas; uno, en particular, que parecía estar en temporada todo el tiempo
que estuve allí, una cosa harinosa en una cáscara de tres lados, fue especialmente
bueno, y lo hice mi alimento básico. Al principio me sorprendieron todas estas frutas
extrañas y las flores extrañas que vi, pero luego comencé a percibir su importancia.
Sin embargo, ahora te cuento mi cena de frutas en un futuro lejano. Tan pronto como
mi apetito estuvo un poco controlado, decidí hacer un intento decidido de aprender el
discurso de estos nuevos hombres míos. Claramente, eso era lo siguiente que hacer.
Las frutas parecían una cosa conveniente para comenzar, y sosteniendo una de ellas,
comencé una serie de sonidos y gestos interrogativos. Tuve algunas dificultades
considerables para transmitir mi significado. Al principio, mis esfuerzos se encontraron
con una mirada de sorpresa o una risa inextinguible, pero en la actualidad una pequeña
criatura rubia parecía comprender mi intención y repitió un nombre. Tuvieron que
parlotear y explicar el asunto extensamente entre ellos, y mis primeros intentos de
hacer los pequeños y exquisitos sonidos de su idioma causaron una gran cantidad de
diversión. Sin embargo, me sentí como un maestro de escuela en medio de niños, y
persistí, y actualmente tenía una gran cantidad de sustantivos sustantivos al menos a
mis órdenes; y luego llegué a pronombres demostrativos, e incluso al verbo "comer".
Pero fue un trabajo lento, y la pequeña gente pronto se cansó y quiso alejarse de mis
interrogatorios, así que decidí, más que necesariamente, dejarlos dar sus lecciones en
pequeñas dosis cuando se sentían inclinados. Y muy pocas dosis descubrí que eran
poco después, porque nunca conocí a personas más indolentes o con menor condición.
Una cosa extraña que pronto descubrí sobre mis pequeños anfitriones, y ese fue su
falta de interés. Venían a mí con ansiosos gritos de asombro, como niños, pero como
niños pronto dejaban de examinarme y se alejaban en busca de algún otro juguete. La
cena y mis comienzos de conversación terminaron, noté por primera vez que casi todos
los que me habían rodeado al principio se habían ido. También es extraño cuán rápido
llegué a ignorar a estas pequeñas personas. Salí por el portal hacia el mundo iluminado
por el sol nuevamente tan pronto como mi hambre fue satisfecha. Continuamente me
encontraba con más de estos hombres del futuro, que me seguían un poco de
distancia, charlaban y se reían de mí y, después de sonreír y gesticular de manera
amistosa, me dejaban de nuevo a mi suerte.
La calma de la noche estaba sobre el mundo cuando salí del gran salón, y la escena
estaba iluminada por el cálido resplandor del sol poniente. Al principio las cosas eran
muy confusas. Todo era tan completamente diferente del mundo que había conocido,
incluso las flores. El gran edificio que había dejado estaba situado en la ladera de un
amplio valle fluvial, pero el Támesis había cambiado, quizás, a una milla de su posición
actual. Decidí montarme en la cima de una cresta, quizás a una milla y media de
distancia, desde la cual podría tener una visión más amplia de nuestro planeta en el
año Ochocientos dos mil setecientos y un AD. Por eso.
Y justo después de eso vino otro pensamiento. Miré la media docena de pequeñas
figuras que me seguían. Luego, en un instante, percibí que todos tenían la misma
forma de disfraz, el mismo rostro suave y sin pelo, y la misma rotundidad femenina de
extremidades. Puede parecer extraño, tal vez, que no me haya dado cuenta de esto
antes. Pero todo era tan extraño. Ahora, vi el hecho claramente. Disfrazados y con
todas las diferencias de textura y porte que ahora marcan los sexos entre sí, estas
personas del futuro eran iguales. Y los niños me parecieron más que las miniaturas de
sus padres. Entonces juzgué que los niños de esa época eran extremadamente
precoces, al menos físicamente y luego encontré abundante verificación de mi opinión.
Al ver la facilidad y seguridad en que vivían estas personas, sentí que después de todo,
este parecido cercano de los sexos era lo que uno esperaría; para la fuerza de un
hombre y la suavidad de una mujer, la institución de la familia y la diferenciación de
ocupaciones son meras necesidades militantes de una era de fuerza física. Donde la
población es equilibrada y abundante, la maternidad se convierte en un mal en lugar de
una bendición para el Estado; donde la violencia llega pero rara vez y la descendencia
es segura, hay menos necesidad, de hecho no hay necesidad, de una familia eficiente,
y la especialización de los sexos con referencia a las necesidades de sus hijos
desaparece. Vemos algunos comienzos de esto incluso en nuestro propio tiempo, y en
esta era futura fue completa. Esto, debo recordarte, fue mi especulación en ese
momento. Más tarde, tuve que apreciar lo lejos que estuvo a la altura de la realidad.
Mientras reflexionaba sobre estas cosas, me llamó la atención una pequeña y bonita
estructura, como un pozo debajo de una cúpula. Pensé de manera transitoria en la
rareza de los pozos que aún existen, y luego reanudé el hilo de mis especulaciones. No
había grandes edificios hacia la cima de la colina, y como mis poderes para caminar
eran evidentemente milagrosos, me dejaron solo por primera vez. Con una extraña
sensación de libertad y aventura, avancé hasta la cresta.
Allí encontré un asiento de metal amarillo que no reconocí, corroído en lugares con una
especie de óxido rosado y medio cubierto de suave musgo, los apoyabrazos se
fundieron y se asemejaron a las cabezas de los grifos. Me senté y examiné la amplia
visión de nuestro viejo mundo bajo la puesta de sol de ese largo día. Era una vista tan
dulce y justa como la que jamás haya visto. El sol ya se había escondido debajo del
horizonte y el oeste era de un dorado llameante, tocado con algunas barras
horizontales de púrpura y carmesí. Debajo estaba el valle del Támesis, en el que el río
yacía como una banda de acero bruñido. Ya he hablado de los grandes palacios
salpicados entre la vegetación variada, algunos en ruinas y otros todavía ocupados.
Aquí y allá se alzaba una figura blanca o plateada en el jardín de desechos de la tierra,
aquí y allá venía la línea vertical afilada de una cúpula u obelisco. No había setos, ni
signos de derechos de propiedad, ni evidencias de agricultura; toda la tierra se había
convertido en un jardín.
Entonces, mirando, comencé a poner mi interpretación sobre las cosas que había visto,
y como se me formó esa noche, mi interpretación fue algo así. (Después descubrí que
solo tenía una verdad a medias, o solo un vistazo de una faceta de la verdad).
Este ajuste, digo, debe haberse hecho y hecho bien; hecho de hecho para todo el
tiempo, en el espacio de tiempo a través del cual mi máquina había saltado. El aire
estaba libre de mosquitos, la tierra de malezas u hongos; en todas partes había frutas y
flores dulces y deliciosas; mariposas brillantes volaban de un lado a otro. Se logró el
ideal de medicina preventiva. Las enfermedades habían sido eliminadas. No vi
evidencia de ninguna enfermedad contagiosa durante toda mi estadía. ¡Y luego tendré
que decirles que incluso los procesos de putrefacción y descomposición se vieron
profundamente afectados por estos sociales! Vi a la humanidad alojada en refugios
espléndidos, gloriosamente vestidos, y hasta ahora los había encontrado sin ningún
esfuerzo. No había signos de lucha, ni lucha social ni económica. La tienda, la
publicidad, el tráfico, todo ese comercio que constituye el cuerpo de nuestro mundo,
desapareció. Era natural en esa tarde dorada que saltara a la idea de un paraíso social.
Supuse que la dificultad de aumentar la población se había superado, y la población
había dejado de aumentar.
Bajo las nuevas condiciones de comodidad y seguridad perfectas, esa energía inquieta,
que con nosotros es fuerza, se convertiría en debilidad. Incluso en nuestro tiempo,
ciertas tendencias y deseos, una vez necesarios para la supervivencia, son una fuente
constante de fracaso. El coraje físico y el amor a la batalla, por ejemplo, no son de gran
ayuda, incluso pueden ser obstáculos, para un hombre civilizado. Y en un estado de
equilibrio físico y seguridad, el poder, tanto intelectual como físico, estaría fuera de
lugar. Durante incontables años, juzgué que no había habido peligro de guerra o
violencia solitaria, ni peligro de bestias salvajes, ni enfermedades que requirieran
fuerza de constitución, ni necesidad de trabajo. Para una vida así, lo que deberíamos
llamar los débiles están tan bien equipados como los fuertes, de hecho ya no son
débiles. De hecho, están mejor equipados, porque los fuertes estarían preocupados por
una energía para la que no había salida. Sin duda, la exquisita belleza de los edificios
que vi fue el resultado de las últimas cirugías de la energía ahora sin propósito de la
humanidad antes de establecerse en perfecta armonía con las condiciones en que
vivía: el florecimiento de ese triunfo que comenzó la última gran paz. . Este ha sido el
destino de la energía en la seguridad; lleva al arte y al erotismo, y luego viene la
languidez y la decadencia.
Incluso este ímpetu artístico finalmente desaparecería, casi había muerto en el Tiempo
que vi. Para adornarse con flores, bailar, cantar a la luz del sol; quedaba mucho del
espíritu artístico, y nada más. Incluso eso se desvanecería al final en una inactividad
contenta. ¡Estamos interesados en la piedra de afilar del dolor y la necesidad, y, me
pareció, que aquí se rompió esa piedra de odio por fin!
Mientras estaba allí, en la oscuridad creciente, pensé que en esta simple explicación
había dominado el problema del mundo, dominado todo el secreto de estas personas
deliciosas. Posiblemente los controles que habían ideado para el aumento de la
población habían tenido demasiado éxito, y su número había disminuido en lugar de
mantenerse estacionario. Eso explicaría las ruinas abandonadas. Mi explicación fue
muy simple, y bastante plausible, como lo son la mayoría de las teorías equivocadas.
Capitulo 5