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2do Parcial de Historia
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En el medio rural paraguayo la botica europea tuvo una limitada influencia. Para la
prevención y cura de enfermedades siguió prevaleciendo la medicina basada en el
conocimiento de las plantas. El empleo de productos naturales como caaré, taperyvá,
ambay, yaguareté kaá heé, para paraí es aun observable tanto en la zonas rurales
como en los poblados aleñados a la capital.
Moises Bertoni, cita las propiedades narcóticas de Kurupa’y, del que los indios
aprovechaban para obtener estados que iban desde el embobamiento hasta la
narcosis profunda, es una sustancia en entorpeces los sentidos.
Dionisio: Gonzales Torres menciona al floripón, advirtiendo que es toxico y que
contiene un alcaloide la daturina. Las semillas y hojas contienen daturina y atropina. Se
utiliza para tratar el asma
Pyá ruru: si bien literalmente se traduce como vientre hinchado o hígado hinchado, el
cuadro se caracteriza por una fiebre prolongada y postración. El paciente, refractario a
remedios de botica, apela al curandero de mayor prestigio, quién prescribe una dieta
de abstinencia de grasas, frituras y condimentos, indica yerbas medicinales frías para
contrarrestar el cuadro caliente que caracteriza a este síndrome. Éstas pueden ser:
Kokú, yerba de lucero, hoja de agucate, burrito, kaá rurupe, doradillas, cedrón o
mentaí.
Kamby ryru jere: es la diarrea persistente del niño lactante y preescolar atribuida a una
caída o aun susto en el que observa desigualdad en extensión de las extremidades
inferiores. Mediante maniobras ceremoniosas que comienza en los hombros y
terminan en los pies el curandero iguala la simetría, ciñendo estrechamente al niño
con un pañal a guisa.
En el verano las cirugías comenzaban a las 5am. Las intervenciones debían terminar
para las 10am, por el peligro de las deshidrataciones, de cirujanos y pacientes.
Los primeros cirujanos vestían una gruesa indumentaria de asargado crudo,
equivalente a los “blue jeans”. Toda esa indumentaria era esterilizada en autoclaves a
kerosen. Ya era obligatorio el uso de máscaras confeccionadas con gasa, gorritas de
bramante o de lienzo y se imponía el uso de botas de lienzo o asargado por la cantidad
de tierra que podía venir pegada a la plantilla de los zapatos.
La hidratación de los enfermos se hacia por vía subcutánea, inyectando con un frasco
de vidrio y una pera de presión, un máximo de 500cc de suero fisiológico. Nótese que
aún no se tenía idea de la hidratación intravenosa.
Uno de los logros más importantes fue organizar en parámetros modernos la
residencia médica: los médicos en formación no deberían de tener ninguna otra
ocupación, su dedicación debía ser integral. Así también otra mejora fue la instalación
de un archivo de historias clínicas eficaz.
Se da inicio a la cátedra de Semiología médica, conocida popular y equivocadamente
como Tercera Cátedra de Clínica Médica, ya que es diferente a las dos primeras.
Se priorizaba, dentro de las limitaciones del medio, que la enseñanza fuera
eminentemente práctica, a lado de la cama de los enfermos.