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ANSALDI, Waldo y Verónica GIORDANO

clases, bien entendido que ambos pro- de Estado. en sentido estricto. hasta los Capít ulo 1
cesos no fueron lineales. En materia de procesos revolucionarios inic iados en
economía, los gru pos sociales domi- 1952 y 1968, respectivamente. Salvo en \
nan tes (e n proceso de constitución de Uruguay, dichos estados se constituyeron LA DOMINACiÓ N OLIGÁ RQUICA
clase) bregaron mucho má s po r el est~ · bajo la forma oligárquica, con una fuerte
b tecmueoto de co ndiciones que perm I- exclusión social y política, como se verá
ñesen la p lena incorporación al mercado en el capítulo 1. la co nsolidaci ón del Estado a$raria, en Chile, Perú y Ecuador, tan tar -
m undial antes que por construir un mero Ese punto de llegada del movimiento ol igárq uico y de lo s mecanismos díamente como en la década de 1960; y
cado interno. El resulta do fue una situa- histórico iniciado con las revoluciones polí- de la domin ación po lítico-so cial la es tancia, desde finales del siglo XVIII
ción que, aunq ue co n d iferente magnitud tic as de independe ncia es el p unto de oligárq uica hasta la act ualidad. Espa cia lme nte, la
en cada pa ís. combinó las más modernas partida de nuestro aná lisis. tal como beros l os países latinoamericanos se cons- plantación se encontraba primord ialmen te
fo rmas de producción y relaciones de desplegarlo de aq uí en adelante. Como tituyeron sobre la base de tres matrices en el Caribe, el no rdeste y el centro sur
soci al es capi talistas con los resabios hemos dicho, el análisis está centrado en sociales, que se correspondieron. a su de Brasil (do nde se la conoce como
colo niales. Ese resultado puede ser exph- la cuestión del poder. Quedan fuera de vez, con sendas unidades de producción fazenda), Ouavanas. partes de Colombia
cado en térm inos de mo derni z ación tratamiento cuestiones bie n importa ntes, eco nóm ica : la plantac ió n co n tra bajo y la costa de Per ú; la hac ie nda oc upaba
co nservadora depe nd iente, revolución como las luchas íntenmpertahstas por el esclavista, la hacienda co n trabajo semi- desde México hasta el noroeste argentino
pasiva dependiente o modernización de control de América l atina, terreno en el servil y la esta ncia con trabajo asalariado. y Chile ceutral, m ientras la estancia estaba
lo srcsuco-ercsizeción de lo moderno, cual los Estados Unidos fueron despla- las tres m atrices se sucedieron en el restringida al área del río de la Plata, inclu-
según se o pte ha c e rlo to ma ndo como zando a Gra n Bretaña a lo largo de la tiem po: la plantación, desde comienzos yendo Río G ra nde do Su!' Todo esto
referentes a Barr in gto n Moore, Antonio primera m itad del siglo XX, o las conse- del siglo XVI hasta la abolición de la escla- ocurrió sin men gua de posi bles coexis-
Cramsc¡ o Ho resta n Pe mandes. respec- cue ncias qu e experime ntaro n - y expert- vitud durante el siglo XIX; la ha cienda, tencias en ambos planos, temporal y espa-
tiva mente. mentan-- nuestr as sociedades latinoame- desde p rinci pio s del XVII hasta su desa r- cial. En tales casos, las coexistencias afec-
Hay consenso en ubicar el final del ricanas al quedar sometidas a relaciones ticulación por los procesos de reforma taron negativamente los proceses de
período de transh.iún de la economía de dependencia. O el de las luchas de los
colonial a la ca pitalista dependiente hacia movimientos obreros y campesinos, o las
los a ño s 18 80 , proceso qu e e n va rios com plejas y dec isivas relaciones e ntre los
países fue acompa ñado de la consti tu- militares y e l poder político civil. O el papel
ció n de esta dos modernos, má s o me no s cru cial des em peñado por al Iglesia cató-
dotados de los at ributos de tales, es pe- lica ...
c talrnenre la monopolización de la Es nue stra expectativ a que, al
vrolen cra considerad a le gítima y d e la conclui r la lectura del libro, las lec tor as
percep ción tr ibutaria, lo cual conllevó y los lec tores no c rean haber ap re nd ido
una cierta def inición de las relac iones de q ué ha pas ado en las sociedades latino-
dominación de clase, amén de los lím ites american as en el período considerado,
territor Iales sobre los cu ales ejercer impe- sino que hayan podido detectar la impor-
rium. Claro está, ese proceso no se dio ta ncia de las cuestiones claves analizadas
en todos lo s paises de igual m anera, ni y sie ntan la tentació n de p rofundi za r el
sinc ró nic a me nt e. Como se d il·o m ás co nocimi en to del p roceso h istórico ,
arriba , Brasil y Ch ile, excepciona mente, pasado y presente, de ese fascin ante
tuvier on estados más o menos conior- subcontinente que es algo m ás que el
ruados ya en las décadas de 1820 Y1830, espacio del realismo mágico definido por
respectivamente. En camb io , Colombi a, una no meno s fascina nte literatur a.
tv\éxioo, Argentina y Uruguay prolongaron
su respect ivo proc eso ha sta las décadas Wa ldo Ansal d i y Verónica Giorda no
de 1850 a 1880 . En ros casos de Bolivia
y Perú, es posible argumentar la ausencia Buenos Aires, febrero de 2006

La hacienda, junto con la plantación , consituíd una de liJS teses sociales y una de las
unidades de producción ecoooovce en la América Latina de comienzos ckI siglo XX
,
integ ración social v de construcción menes liberal-democráticos y populistas. habla de Estado ohgérqutcc como forma rido luego a otras inslitucioní"$ sermpú-
la
nacional v estatal, a vez que resa ltaro n Un claro ejemplo que ilustra lo ante- diferente y previa de Estado bu rgués O btícas o de prolongació n p úb lica del
el peso del regionali smo - de lo cual dicho es la vige ncia del cli e ntelis mo. capitalista. espac io privado. Tales instituc io nes era n
buen e jemplo so n [os casos del noroeste Por ello, muchas propuestas -fraca- Para evitar es ta pol isemia es conve- los clubes de diverso tipo , los .partidos.
de haciendas y pampa de esta ncia s en sedas-e- de transformación social y poli- niente definir el concepto: oligarquía no de caballeros v sobre todo el Parlamento.
Argentin a, y del no rdeste de plantación uca apunta ron a la destrucción de la denota una clase social sino una forma la dominación o ligárquica no se
y sur de estancias e n Brasil. estructura agraria latifu ndis ta: e n Argen- de ejerc ici o de la dominación po lítica. ejerció e n todos los países de igua l modo, (
Planta ci ón , hacienda y estancia tina, la de Domingo Faustino Sarm iento, Ella se caracte riza por la concentrac ió n ni forma l m realmente . En materia de
tienen un com ún den ominador ; la e n la seg u nda mitad del siglo XIX, y la y la ex c lus ió n de la mayoría de la centralización/descentral ización de las (
propiedad latifundista de la tierra . Pe ro del social ista Juan B. Ju sto en las sociedad de los mecanismos de decisión decisiones políticas pueden hallar se ..itua -
ti enen, tambi én, di ferenci as notables: primeras décadas del siglo XX, ambas política. Esfund am entalmente coercitiva cienes de: 1) gran descentralizació n, con e
el pape l desempeñado po r el capital y bas adas en la med iana p ropiedad de la y cuando existe consenso éste es pa sivo . fuerte peso de los poderes locales y regio-
las formas de organización de l traba jo, tie rra a l estilo íermer, y en Uruguay la la dominación o ligárqu ica puede ser ejer- nales co mo principales ce ntros de poder e
entre otra s. De fas tres, 1o más capi ta- de José Barlle y_-O rd ó ñeL, también al cida por clases, fracc iones, grupos soc iales (Co lombia, Ecuador, Pe rú); 2) tendencia •
lista y propensa a la democracia es la inici o del siglo ); 19 EI caso exitoso de yy diversos. po r ejemplo te rratenientes no a una apa rent e pa rado ja: el poder central
estancia. Más a llá de las diferencias, es Costa Rica na sido y e s invocado por capitalistas, te rraten ie ntes capital istas. se reforzó ~radual me nte por c a usa y a .
posible afirmar q ue e n América lat ina q u ien es sostiene n la exístenc ¡a de una burgueses. Así, la forma contradicto ria de pesar del retu erzo de los poderes locales
la propiedad lat ifundist a de la tie rra se correlación pos itiva e ntre fragme ntación la oligarquía como dom inación pol ítica (Brasil); 3) tendencia al debilitam ien to de •
constituyó en núcleo de la dominaci ón de la propiedad rural y democracia polí- es la democracia, y no el régimen o Estado los podere s locales y fortalecimiento del •
olíg.irq uíca. y de la persisten cia de varios tica . El caso de Uruguay es, a su vez, un burgués o capital isla. po der cen tral (Arge ntina. Venezuela );
de los atr ibutos de la o ligarqu ía e n reg í- eje mplo de corre lación en tre estancia y H istór ica mente, la o ligarquía cons- 4) prima cía tempra na y e xcepcio na l del •
democ racia: no se construyó un orden tituyó una forma de e¡-erciCio de domi- poder ce ntra l (Chile). Un caso diferente ..
o ligárq uico y, au n con sus lím ite s, se nació n polític a de e as e e n América es (5) el de Bo livia, do nde la denominada •
sentaron las bases para uno democrático. l atina, situada entre circe 1880 y 1930- Guerra o Revolución Federal e ncabezada •
El té rmino oligarquía es polls érrnco 1940, aunque en algun os casos -mani - por el Partido Libera l en 1899 significó el
y por ello debe se r defin ido con clar idad . ñestarn en te e n Bolivia, 1:.1 Salv ado r y des plazamie nto de la capital del país de •
EnAméric a latina, ha ten ido una nota ble Perú-- prolongada aún más. En términos Sucre a la Paz -manife stación en el
d ifus ió n, por lo genera l con valoraci ó n generales, ello significa q ue correspo ndió pla no jundic o-polft ico del pasaje de la 4
des pect iva . A veces se util iza pa ra al período de ec onom ías primarias expor- m iner ía de la plata a la del estaño, lo cua l
esqu ivar el incómodo problema teórico tado ras, en el c ua l el motor del c reci- implicó una redeñnlclón espacial (geográ-
e histórico d e las cla ses sociales . En ta l mie nto eco nó mico se e ncontraba e n e l fica v sccialj de la dominación-. Con el
se ntido, se re conoc e la e xistencia de e xte rior y de pend ía de la de ma nd a de triunto liberal, la Paz, O ruro. Coche-
co ntradiccio nes económ icas, soci a les v las economías industrializadas del centro ba mba (el es pacio minero del estaño),
polít ica s, pero ellas se ent ienden en del sistem a ca pitali sta mundial. La do m i- a rtic ularo n u n nuevo núcleo de poder
términos de dos polos ----€l de la oligar - nación oligárquica se e jerci ó en e l inte - concentrado en la pri me ra de estas
qu ía y el del puebl o- , a menudo de rior de sociedades estructuralm en te ag ra- ciu dades, qu e fue sede de un poder polí-
modo man iqueo -el mal, una; e l b ien , ria s, fue rte men te est ratificada s, con tico eje rcido de modo olig árquico por un
el otro-c. Ot ras veces, el térm ino riP.signa prácticas pat erna listas q ue funcionaron grupo de paniaguados (l a Rosca ) oe .un
explícitamente una cl ase social, te rrate- e n la doble d ime nsió n de tra nsm isió n de m ás re ducido gru po de propretanos ..
nientes o propietarios m ineros, cuando la domi nación central -nacional-- sobre mineros a bsenti stas (elo s barones del •
no una alia nza de clases o fracciones de los espacios lo cal es y de morigeración esta ño »). 411
cla se , e incluso designa una confusa del autoritarismo estatal. y de equilib rio En tér minos generales, en la domi-
com bi na ci ó n de clase y de form a d e entre intereses nac io nal es y locales. nación o ligárq uic a la co ncentrac ió n del
dom inac ión po r parte de un mer o grupo En estas soci edades estructuralment e poder en un núcleo peq~lo de ~~s •
cerrado de persona s o fam ilias. Así, se agrarias, la p lantación, la haci e nda y la fue mu v a lta y el es pacIo de aplicaci ón
habla de la oligarquía opuesta a la estancia constituyeron verdaderos patrones de ese'pod~r fue re ducido. De a h í la •
bu rgue sía, o al iada a ésta o al im peria- rnicrosociales, los cuales tuviero n en tidad necesid ad de arti cular po der central y
lismo , lo c ual ha sid o util izado c o mo suf ic iente pa ra proye ctarse en escala pode res loca les. Se trat a , entonces, de •
ar gume nto p ara defender la e xiste ncia macrosocial. En tal senti do. la institución una es tructu ra p iramidal en la c ua l ca da
tosé BarJle y Ord6ñez en Piedras Blancas, de una - bu rguesra naci o na l. anuohg ér- familia con<J:ituyó el ecos inicial de gesta- nivel di sponía de capaci dad de dominiO •
1915. alta men te concentrado y de alcance limi- ..

..
qu ic a y anti imper iali sta. También se ción de las alian zas de notables, transfe-

" II
tado y variable, según la posición que 1) representación igualitaria de las o ligar- e l avance de la inserción de las econo- mental. local), clien telismo v burocracia.
ocupaba en tal pirámide y según las quías p ro vinc ia les . est aduales o depar- mías latinoamericanas en el sistema cap i- con mec a nismos de co ntrol intraoligár-
sociedades. El vértice podía ser uni per- tame ntales - tal como se exp resaba en talista mund ial q ua produc toras de mate- quico qu e respondían a ese modo de ser.
sonal -ocupado por tiempo determi- la composición de l Senad o-.-, sin deja r nas primas e importadoras de ca pital v El cliemelts mo politice fue, si no la
nado {es e l ca so de a lgu nos pres ident es d e rec o no c e r la des igua lda d re a l qu e manufacturas. según los parámetros de forma pa radigmática. una de las más
que ocu paro n ese espacio m ientras duró ex istia entre e lla s -cconsagrada e n los la teo ría de las ve ntajas comp a rat ivas, Importantes que hic ieron a la durabilidad
su mandato o lo prolongaron medi ante criterio... de desi gna ción de l número de que estatuye ron relac iunes de depen- y continuidad oligárquica. Fue también
reelecciones, como e n el case paradig- d iputados, e n los c ua le s el q uantum dencia o. segu n la conocida expresión un factor clave para e nte nder el d ifíc il
mático de Porfirio O iaz , en México) o demográfico tend ía a coincidir con pode- de Tulio Ha fpen n Do ngh i (l 993), _el proc eso de expansió n de la de mocracia
indete rmina do, traspasando los límites río econó mico ylo político-; 2) pa- orden neoco lonial •. En todo caso. hubo po lítica en Amé rica l a tina y, co nse-
forma les de su mandato (como el general pe l moderador d e l gob ierno ce ntra l, un rico y co mplejo proceso de dialéc - cuentemente. de pasaje de la condición
Julio A. Roca , en Argentina, poseedor de fundamental para el caso de exacerba- ticas internas y externas que redefinió la de súbditos - titulares de deberes-e- a la

, un a fuerte cuota de poder incl uso fuera


de su ej e rc icio inslitucional}- o plun-
personal, a menudo familiar, en c uales-
quiera de las formas señaladas (co mo en
ción de l conflicto intraotlg érqu íc o:
3 ) Parlamento, y más específicamente el
Senado, como garante del pacto de domi-
na c ió n, e instrumento útil en caso de
total idad de las relaciones e n tre cla ses a
escala nacional , a esc ala de las so cie-
dades latinoamericanas y a esca la inter-
nacional. El pacto oligárqu ico resolvió
co ndición de ci udada nos -titula res de
derechos y de deberes.
Históri camente, el dientelismo se
instituyó en el siglo XIX co mo med iador
el caso de los Aycinena, en Guatemala; veleidades refo rm istas más o menos e l problema en e l inte rior de los pa íses. entre los podere s loc a les y e l pode r
los Aspfl1aga y lo s Pardo, en Perú; o los audaces po r pa rte del Poder Ej ec utivo convirtiendo a a lgu na s clases -ellas central en los procesos de co nstitució n
Errázur iz Echaurren, en Chile; los (co mo se aprecia paradrgrnáttcamente en mismas también en proceso de reestru c- de los estados, pero deben buscarse sus

•, O..pina, en Colombia, o los Mcléndez-


Quiñónez, en El Salvador). Se trató,
el LdSO del onceo¡o de teguta en Perú
(19 19-1930) o en el argentino durante la
turación- en dominantes, mientras en antecedentes en el ordenamiento patri -
mon ial propio de la s sociedades co lo-

,,
el plano de las relaciones entre las clases
siempre, de un primus ínter pares , que primera presidencia de Hipólito Yrigoyen dominantes europeo-occidenta les y niales. Esteordenamiento se fundaba en
los brasileños denominaban o grande (1916-1922 ), sin excluir la posibilidad norteamericanas y las clases dominantes un intercambio por el cual el monarca
co ronel o bien o coronel dos coronéis. de una solu c ión fuera de la instu uctona- latinoamericanas, estas últimas fueron . concedía a sus súbditos la adm inistra-

,, También es posible distinguir meca-


nismos de suce vló n, formales e infor.
males, pacíficos y violentos, estos últimos
so b re todo. pero no exclus¡ vamente. en
lidad políti ca . ju ríd ica me nte normeda.
c o mo 1.:1 recurrenc¡a a l golpe de Estado
(c o mo lo ilustra la destituc ión del presi-
dente peruano Guillermo Bill inghurst en
en rigor, dominantes dependientes.
El proceso puede se r a na lizado y
explicado mejor en términos gramsclaros
de revolución pasiva dependiente, síntesis
ción de parte de su patrimonio part ic ular
y lo s a sí favorecid o s se co mpro me-
tían personalmente. A partir de la de -
sarticulación del orden colonial , se
lo s nive les inferiores. 1914), o al ases inato (ta l es el ca so del de ca mbios y continuidades, de transíor- produ jo la emergencia de jefes polít icos

•• El proceso que culm inó con la


insta u rac ió n de la dominación olíg ér-
quica en escala na ciona l sue le ser el
boliviano Manuel Isidoro Belzú) o a una
combinación de uno y otro (co mo en el
caso también boliviano de Mariano
maciones en las permanencias, simbios is
de econom ía capita lista y eco no mía y
comportamientos sociales no capitalistas,
local es, seguido s de c ambiante s clien-
telas, que buscaban apoderarse de l
gobierno para asegurar y expand ir su

•, pasaje de una situa ci ón de d ominios


oligárquicos prov inciales, estaduales o
regionales enfrentados entre sí (luc has
interoligárquicasl a una situación de
Melgarejo), aunque estos dos ejemplos
(d e 1865 Y 18 71) en rigor corresponden
al período de pasaje a un ún ico poder
oligárquico. En la coyuntura de crisis de
o de revolución y restauraci ón. La revo-
lución pasiva que praagonizarm lasclases
domina ntes latinoamericanas neo compo-
dominio personal reproduciendo la rela -
ción pat rimonial.

•, confluencia en una única estructura de


dominación que se expandió y fue reco-
1930, el golpe de Estado fue la vía por
nentes que fueren más allá de lo estricta-
mente político-estatal, resuelto eo e t modo

,,
excelencia de solución del co nflicto entre de dom inación oligárquica, que defin ieron
nocida como tal en todo el espaci o domin ios oligárquicos provinciales, esta- imagina rios soc ia les y símbolo s, co mo
geogréñco-soctal del país, lo que hizo duales o regionales enfrentados entre sí. también comportamientos colectivos,
desaparecer o, más a menudo, atenuó la la construcción de un único poder sintetizables en la expres ión modo de ser

, lucha Inrerohgérquíca, que se convirtió polít ico central consti tuyó un efectivo oligárquico, donde la frivolidad fue una

,
en luchao conflicto intraoligárqu ico. Este pasaje de una situación de soberanía nota distintiva , como lo fueron también
pasaje no fue igual en todas las socie- m úhíple a una de monopolización del la posesión y el uso de ciertos valores
dades, ni se co nstruyó simultánea me nte poder, especialmente en dos de las capa- fundamentales: el apell ido, el oc io, e l
(tl2'~prano en Chile. tarde en Bolivia y cidades fundamentales del Estado dinero, la raza. Ladominac ión o ligárquica
• Perú], pero siempre fue un proceso
Violento ---militar- que concluyó esta-
moderno: la de monopolizar la vio lencia
le&ítima y la de monopolizar la percep-
fue entonces una red tendida vertical y
jerárqui camente, que combinó centrali - El caciquismo y el clientelismo político
•I tvveodo un pacto de dominación -el
pacto oligárquico--, estructur ado de
ci ón tributa ria. El proceso que c ulminó
con e l pacto de dom inac ión olig árquica
zación y des centralización entre grupos
dominantes de diferente alcance (nacional,
quedan bien rpflejados en esto estampa
tiru/ada La compra de l voto. de José

,
modo muy simple mediante un trípode: se desarrolló peri pe ssu y en tramado co n regional, provincial o estadual o departa- M alhOd.
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Como resultado de lo anterior, u na burocrac ia autónoma y auto- definió para ca d a uno de los «tipos c aso del clientelismo de . med ia c ió n


desde el inicio de la constitución de los rregu tada . Para otros estudioso s se ideales e de dom inac ió n qu e e st udi ó orgenizanva - . •
estados inderendientes se d io una trataba de un fenóme no tradicional q ue pueden servir pa ra caracteriza r e l clt en- El c1ienteli smo adoptó fo rmas histó-
co nfus ió n de espacio público y de l convivía c o n v en la s in st ituci on es tetísrno: a la dominación tradi c iona l, la ricas pa rtic ula re s, relacionadas con las •
espacio privad o. Pasado el período de modernas. Desde po siciones ligadas al dominación carismática y la dominación especificidades de los procesos histó . •
luchas entre jefes locales de las primeras marxismo, en camb io, el fenómeno e ra burocrático-legal. les corresponde prin- ricos de ca?a. espacio nacional y con ..
décadas del siglo XIX, se logró recons- in te rp re ta d o como un o bstáculo pa - c ipios de legitimidad basados e n la tradi- las caractensncas comunes al ejercicio •
truir la cabeza patrimoni al en el Esta- ra e l desarroll o d e orga n iza c io nes c ió n, e l ca risma y las normas estatuidas, de la dominación en el contexto del
do oligárquico. la lógica de yuxtapo- y conciencia de clase entre los dom i- respectivamente. Est,a~o oligárquico. ~l caciquismo en •
sición de la esfera privada y pública nados, y ca rac te riza do co mo un me- Puesto que los «tipo s ideales » no Mexlco, el gamonalismo en Pe rú, el
y de concesión de favores y recom - can ismo de dominación suti l que se encu entran en estado puro en la huasipungo en Ecuador, el coronelismo 41
pensas, típica de etapas anteriores, opacaba su carácter coercitivo y ha d a real idad, se en tie nde que el chentehsrro, en Brasil. el inq uilina je en Chile, fueron 41
siguió funcionando en la etapa de domi- aparecer el vínculo entre el patrón y el en tanto mecan ismo de dom ina ción , a lgunas de esas formas. En todos estos
nación oligárquica y el Estado apareci ó cliente como voluntario, de Loopera- reivindicara para sí principios de legiti - casos, se trató de una do minación 41
como distribuidor de prebendas . ción y de tipo personal. Más allá de las midad que se apoyaban, a veces más y celular asentada en la compleja red de
Dado el carácter estructuralmente diversas inte rpretacio nes, no hay dudas otras menos, ta nto en la tradición y el relaciones sociales delineada por la "
agrario de las sociedadeslatinoamericanas. de que el ch enteltsmo era una relación carisma como en la s normas legales, ha cienda. En efecto, la hacienda fue la ..
es comprensible que el mecanismo de de poder, sie mpre asimétrica , en la que según el tipo de sistema y régim en polí- unidad productiva donde se est ructu-
dominación clave del Estado oligárquico el objeto de intercambio no eran sólo ticos vigentes. As í. la lógica de legiti- ró la relaci ón de dominación oconó- •
hayasido el clentelísmo, cuyo origen típi- bienes materiales sino sobre todo bene- mación del cl ientelismo ac tuaba de mica entre e l campesino (cl ie nte) y el
camente rural debe rastrearse en las rela- ficios políti cos . En uno y otro polo de forma conjunta a la lógica del sistema terrateniente (pa tró n), entre los cuales •
ciones establecidas entre terratenientes y tal relación había sujetos dom inantes y del régimen y era funcional para su mediaban diversas formas de contratos, •
campesinos en el seno de la hacienda. En y sujetos dominados que no necesa - reproducción. la mayoría de las veces no exp líci tos.
el ámbito rural, el cbentehsmo se carac- riamente eran, al mismo tiempo y en En definitiva , el clientelisrno es un Como se dijo antes, la hacienda fue una •
terizaba fX>r ser una relación de entrela- el mismo sentido, sujetos explotadores rnicosocíedad que se proyf'ctÓ en escala
fenómeno po lñico <luese caract eriza por
zamiento múltiple, en la cual los inter - y su jetos explotados. ser una relación de poder asimétrica ,
mac rosoc tal: no fue sólo una u nidad I
cambios económicos, de parentesco, de Según una de las definiciones clá- productiva sino también un a unida d de
basada en el intercambio de apoyo polí-
amistad y de vecindad se entrecruzaban sicas de la sociología, la de Max Weber, control social y pol ítico, y e l cliente-
tico por beneficios privados. Es una rela-
y fortalecían la relac ión social, pues to que la dominación es un estado de cosas fX>r lismo , un mecanismo predilecto. •
no dependían de un único tópico --el ción cara a cara fundada en la autoridad En efecto , las relaciones en el interior
el cual una voluntad manifiesta (ma nda-
dinero, la sangre o la solidaridad--, y al personal del patrón y en su carisma. Es de la hacienda no eran sólo económicas, •
to) de los dominadores influye sobre los
mismo tiempo la debilitaban, dado q ue actos de otros (los dominados], de tal una relación pragmática que tiende a la ni mucho me nos ex clusivamente de
todos y cada uno de esos ámbitos de suerte que en un grado socialmente rele- reproducción del sistema político en tanto
los individuos que recurren a ella ven
explotación. En algunos casos, la día da ti
interés se veían inmediatamente afectados vante estos actos tienen lugar como explotador/explotado se presentaba más
cuando surgía una falla en uno de etlos . si los dominados hubieran adoptado satisfechas c iertas necesidades. Fuera del asociada al binomio patrón/cliente (tales
En líneas generales, el dientelismo trababa por sí mismos y como máxima de ámbito rural, donde el fenómeno tuvo son los casos del gamo nalismo y del
relaciones diádicas, entre dos personas o su obrar el contenido del mandato sus orígenes, el cllenteüsmo conserva la c aciq uismo), mien tras qu e en otros, esta
dos grupos, cuya ca racterística funda- (obed iencia). En este sentido, la domina - dimensión . ca r;.¡ a caras. evolucionando asociación era más compleja (como lo
mental era la desigualdad del cliente frente ción se d istingue de la fuerza y de la pura hacia un tipo de vínc ulo ya no entre ilustra el coronelisrno). A diferencia de
al patrón. Todo esto imprimía a la relación violencia , puesto que ella supone la personas sino entre sujetos sociales co lec- una relación de explotación, centrada en
un ca rácter inflexibl e, vertical v astm é- creencia en cierta legitimidad. Dicho tivos y organizaciones corporativas (tales la extracción de plusva lía, el chentcltsmo
trice, aunque también la volvía una rela- esto, es evidente que no hay forma de como los sindicatos, los partidos polí- se asentó sobre la co ncesión de acceso
ción de mutua confianza, fidelidad y dominación durable que no reivindique ticos, etc), la ca racterística ecara a ca ra s pr ivilegiado a los bienes y servicios
comprensión y no Iexplrcna rrente) coer- para sí criterios de legitimidad. Además, se establece ahora e ntre e l med iador o escasos que monopolizaba el patrón a
citiva. la dominación supone el control de representante de talo cual organización cambio de ben eficios políticos. En suma,
En la década de 19 60, los teóricos ci ertos recursos sin los cuales el polo y el cliente. Esto permite suponer que el la explotación está en la ba se del cl i e ~.
de la modernización inte rpretaron que dominante fracasaría en su pretensión elemento personal nunca está ausente telismo, pero no es suficiente pa ra defi-
el clientelismo era un fenómeno propio de ser obedecido. Estos recursos varía n de las relaciones clíenrelares. aun en los nirlo como tal .
de los sistemas políticos tradicionales según el tipo de dom inación que se esta - casos en que estas relaciones se vuelven El caso del coronelismo es pa rticu-
que tendía a desapa recer en la medida blezca y determinan así formas de auto- más complejas e inestables y por ende larmente interesante . [ 1co ro nel era e l
que hubiera un mayor desarrollo de justificación diferentes. l a s que weber menos duraderas, como sucede en el hacendado O dueño de una plantación que

"
después de la abolición de la esclavitud, las nenas del pro pietario (mistO. Éste El caciquismo es un caso relativa-
y según la región, ocupaba mano de obra brindaba p rotección frente al Estado men te original por sus ar istas político-
fundamentalmente mediante la forma de (cargas fiscal es, leyes d e l ejército) y electorales. En su articulación con las
colonato'. Pero el coronel no era sólo proporcionaba productos imprescindi- instancias de poder centrales, el caci-
el protector de los colonos que vivían en bles pero escaso'> (aguard iente, alcohol, quismo se ubica a mitad de camino entre
su hacienda. Su clientela se completaba coca, medicamentos e instrumentos de el gamonalismo y el coronelismo. los
con los agregado..., pcmeiros, cepengss. labranza) a los campesinos, qui enes en caciques eran intermediarios políticos
iagUfl{os y una serie de sujetos qu e depen- ret ribuc ió n reali zaban se rvic ios pe rso- e ntre los secto res pode rosos de l modo de
dian de él. a los que no lo ligaba nec esa- nales en la casa d..1patró n o tarea s espe- producc ión ca pitalista predomi nan te
riame nte una rela ción de explotación". ciales, como el transporte de lana. Estos y los sectores dominados y explotados
El gamonalismo es el casoen el que económicamente. Después de la Revo-
intercambios, ad emás, estaban atrave-
mejor se observa la coincidencia entre sados por relaciones de parentesco y
lución de 1910, desaparecieron los an-
exp lotación y cüentehsmo. aunque este tiguo s caciques pero no el cact quts-
fen ómeno no se agot a en el pri mero. El pa te m altsmo que contribu ían a la mo como mecani smo d e d om ina c ión
gamona l er a e l prop ieta rio media no o
función de le gitim ac ió n de la re lación personal e informal de ejercic io del poder
pequeño de l a sierra del terri to rio sur de do mi na c ió n. Cab e remarc ar que los po lític o al se rvicio de los intereses de
peruano]. l a sierra del sur de Perú no ga monales, a diferencia de los grandes alguna facción. Estos nuevos caciques,
estaba inserta de modo directo en el propietarios terratenientes blancos terratenientes expropiados devenidos
mercado externo -sus hacie nda s eran y ausentístas de la sierra. en general eran comerciantes o cccdrños revolucion arios,
las más tredtc ton ates y a trasadas y indígena s o m estizos q ue viv ía n en monopoliza ron el contro l pol ítico loc a l
prod ucían para el ab a stecimiento del la hacienda y que estaban c ultura lmen - en estrec ha relación co n el poder central.
mer cad o inter no-. El ga monal ba saba te cerca de sus clien tes, ya se a por El ca c iqu ismo o clie nteltsmo mexicano
su explot ación e n e l sistema de colo- idioma, rel igió n, vestimenta, costum- ha sido, desde mediados del siglo XX, un
nato, por el c ual los campesinos po- b res o compadrazgo, todo lo cual volvía articulador clave del sistema político. Par-
seedores (runas o yanaconas) traba jaban a la relació n compleja y contradíctor¡a. ticu larme nte de sde la conversión del Ptutsrco EIí<J, Ca/les, fundador, en 1929,
Partido Nac io na l Revol ucion ario en del Psrudo Nacional Revolucionario,
Partido Revoluciona rio Institucional (PRIl, antecesor del PRI (Partido Revolucionario
'Du rante la colonia fueron cre..d a s las emb"rgo, algunos autores _ n pilrticular, Rui se ba só e n el intercambio asimétrico de Institucional).
rompan;a, de ordenanaes, institución de erase facó- llaman la atención sobre la necesidad de bienes y servicios de los gobiernes locales
que act..ab), como f.... erza militar aUl(iliar coes- di5lmguir ctararreere entre colp.iflg¡¡ .,. jolgum;o: el men to de negociación frente a los coro-
y nacional a cambio de votos para el
ti;uida por c,~iles socialmen tt" subalternos en cap¡¡nga apareció dUr.lnte la ocupación del Inte-
partido oficial. Ade más de la compra lisa neles. Sin embargo, cabe señalar qUf> la
Situaciones cunthctivav. Por otra parte, y d e nor del país. en f'I J""'Íodo colonial, recibiendo ese extensión de la ciudadanía po lítica en el
manera permanente, esos ho mbres trilbajaban nombre el hombre contratado por los grandes y llan a del voto, e n el siste ma po irtico
colectiva men t.. en se rvic ios tales como la ap er- propieta rios de las nue vas tierras ocupa das par" mexicano se observa un fuerte sesgo elec- Brasil re p ublic ano era relativa, fund a-
tura. mantenirníento v rep aración de carrete ras. def enderl a s de los indígenas y los cimar rones toralista en e l hecho de que, aú n hoy, es menta lmente po r la continuidad del voto
La institución era. así. intermedia ria entre el (esclavos fugados y reunidos e n quilombosl. a posible identificar las polí ticas públicas restringido a mujeres y varones alfabetos,
poder publico ~ el poder pnvedc de los grandes menudo ocupantes pte\iios y des.alojados de esas con un partido O incluso un dirigente en persistente hasta 1988.
propietarios. En 1831. ,,1 Imperio las incorporó mismas tierras. Empero. las h,mciones de los
a 1.. Guardia NaCional, deviniendo instrumento CilpdnR4l5 fueron más all.t de la acción dooí.... SI~",
particular. la dimcnsiÓfl electoral estaba euserse
de dorninacion politica controlada por e l poder siendo utilizados por sus patrones para ataca r a las En c uan to a la dime nsión e lectoral, e n e l caso del gamonalismo peruano ,
c entr.!l. Los jefes políticos munic ipales o regio- p ropiedades y los propie tarios vectoos, a mén de el co ro nelismo tambi én se ba saba en e l pe ro e sto no signi ficab a q ue los inte r-
nal es -a me nu do . pero no ex clusiva me nte , otras. económicas. e n el inte rior de la propiedad intercambio de favores pol íticos entre lo s
grandes propieranos de tierras- fueron cono- de su patrón. es decir, una relilción de explO1ación.
cambios entre pa trones y clientes no
jefes loca les y los poderes municipales. revistieran ca rácter político. Como ya se
cidos. así, como coroneles, ejerciendo un fuerte El ¡"g"m;o, en c.¡mbio. según Facó, no era un
y rígido control sobre .....s dependIentes. L.. Repu- morildor de íOJVOf ni estaba sometido al trabajo en estadoales y nacionales. Durante la Repú' ha dicho, uno de los mecani smos de ejee-
b~i(;;¡ heredó y mantuvo el sistema, del que hil~' 1" propiedad. Lm j¡¡gum;o$ actuab.. n colecuva- blica Ve/ha ( 1889 ~ 1930) aumentó el
ctcto de la dominació n oli gárqu ica fue
aun resabiOS. men te. éesañando el sistema de poder local En número de e lecto res y co n ello la capa-
, Poweno: ca mpesino oc upan te de tierras cuanto a su origen social, capilnga, y jag"nI;o5 f.'riln cidad de negocia ción de los coro ne les la representació n igua litaria de las oligar-
oc tosas: (il p ansa: matón al se rvic io de qu ien le pobre) de l campo, partícipes de la misma forma locales frente al pod er central. l os coro- qu ías local es e n e l Senado, qu e actuaba
paga; jilS"n,>O: originariamente designaba a los de scbrevivencia. Los que se rebelaban formaban neles intercambiaban ayu da financiera como ga rante del pa cte de ol igárquico.
5':"guidores de AotÓl1io Macie1, O COIlselheiro, en las bandas de iagunr;os o c¡¡ngacerros. El gamonalismo era la institución primor-
la Cilmpaña o g...-ra ~ Canudos, e",endi~dose , Ellémino viene de pnonitD, una pbnta pará- para su continuidad en el poder a cambio
..... uso. luego. para nombrar a jos guardias de ..egu- sita desarrollada en las raices de losArbolesy peeju- de los votos que ellos controlaban. A su dial que per mitía a las o ligarq uías de la
ndad <:ontralilOos por los sMhorcs de engenho y didal para sus ¡rutos. vez, el voto era un bien de intercambio Sierra Sur eje rcer control soc ial efectivo
fazende,ros ncréestitos, grandes tenarenieotes. Sin que los clientes utilizaba n co mo instru- sob re la población y así reprod ucir su

18
,
ción política , en la cual la limitación descabezar a las clases subalternas en una excepción, puesto quP no conoció la I
efectiva -aunque no siem pre legal- de aquellas situaciones en las cuales é sta s dominación oligárquica y, consecuente-
la ciudadanía es un dato clave. La domi - genera ron propuestas cons ideradas poten- men te, acced ió te mpranamente a la arn- 1
naci ón o ligárq uica invocaba como prin- cialmente peligrosas. pliación de la ciudada nía, primordialmente
cipio de legitimación a la democrac ia En México, la dominación oligár- social. El «p rimer batllisrnc e abarcó el l
libe ral, pero e n la práctica esa invoca- q u ic a lle gó a su fin con el proceso pe ríod o 1903-1916 y fue un p roc e~o l
ción no se realiz aba y convivía con otros de revolución social iniciado a finales •desde arriba . (oc'Sde d Estado y el Partido
recursos de legitimación del orden, como de 19 10 . Se trató de un proceso mu y Colorado) liderado por losé Batlle y t
10 e ran los propios del c lie nte lismo singula r en varios sentidos influye nte, en O rdó ñez . Las reform as pueden agruparse
(co rru pc ió n, fraude, violenc ia física y e l que c ab e d estacar la sa nción de la en seis grandes camIX)';: económico, social. •
simbó lica ). Constuuctón de 1917 y la Ley de Rela - rural, fiscal. mo ral y político , entre las que «
Los sectores dominantes. prop ieta- ciones Fami liares q ue re c o no cía n se destacaron respecnvamente la nacio-
rios, intelect uales y militares optaron por - au nq ue no e n to dos los casos se nalización o estanzacfón de empresas y el 4
e l liberalismo, pero sólo lo practicaba n en pu s ie ron e n práctica- de re c hos de fomento de la indust rialización med iante
el p lano econó mico, mie ntras que en el ciu d adanía civil, política y social para una política proteccionista; el apo yo a! .
plano político (y en e l ideológico y cultural las mu jeres. En Argenti na, la ley Sáe nz movimiento obrero y el otorgamiento de
ta mb ién) ese libe ralismo era desplazado Peña de 191 2 permitió un a resolución un a legislación socia l protectora y favo- e
po r otros valores proveni e ntes del pos iti- pacífica del contlict o con e l inicio de un rabie a los trabajadores, a los desocupados e
vismo. De ahí que las primeras formas de proce so de democratización que insti- ya los pobres; tecrnñcactón y transforma -
reacción an tiolig érquica aparec ieron casi
invariablemente co mo reivindi cación del
tuyó e l sufragio universal, aunque e xclu- c ión del secto r agropecua rio y la promo-
ció n alter nativa de «un país de pequeños
e
ye nte de ela m itad más bella . de la
der echo a l ejercicio del sufragio, es decir,
co mo demanda de de mocra cia pol ítica.
Enestas situaciones, lasclases involucradas
población. En el resto de América Latina,
la domi naci ón oligárq uica se prol o ngó
propteianos -: incremento ma yor de los
«im p ues tos a los rico s . y me nor de los
im pues tos al consumo; búsq ueda de un
ee
más tiempo. En algunos cas os se resolvió
se mostraron estructuralmente débiles. Los po r u na vía cl aram ente violenta, como - borobre nuevo. mediante el incremento .
sect o res domi nantes exhibieron el horror en 1<1 Revoluc ión del Treinta, de carácter de Id educa ción y la emancipación de la
bu rgués por la mo vilización de las clases político, e n Bras il, do nde las transfor - mujer; la organización de los partidos y la .
subal te rnas y su eventual d esborde e mac io nes imp lícitas e n la Co nst itución pro puest a de l col egiado co mo gar antía .
incon trol, de lo cual buena prueba hab ía de 19 34 e-excepcionalmente inclusiva contra la tiranía. Dentro del «p rime r
sido la rebelión de Túpa c Amaru y Túpac de la mu je r e n ma teria de ci ud adanía batllisrno», a l im pulso (1903-19 16) le ,
tus la Revolución Mexicene de 191D

,,
Katarí (1780· 1782) y, sobre lodo, la revo- políti ca y socia l- se trun caron en 1937 siguieron la ff'pública conservadora (1916-
desdpa.recieron los antiguos caciques, lución ha itiana' . Fue prec isamente la 19 29 ) Y el segundo impulso reformista ti
c uan do Va rgas instauró el Estedo Novo.
pero no el caciquismo como totme condición de subaltcrrudad de la", clases (1929- 19 33).
Ot ro caso pa rad igmá tico de reso lució n
de aommeoon. subalternas la que obstaculizó procesos violenta del conflicto fue la Revolución
poder local y p royectarse e n e l ám b ito de revoluc ión desd e abajo y, e n té rminos Naci onal Bolivia na, en 1952, de carácter la eficacia del positivismo
nacional. generales, el confl icto se reso lvió a través social. En C hile , Perú v Ecua dor la diso- o la contundencia de la co nsigna
De este modo, gamonales, caci ques de procesos de modernización conserva- lución de la dom ina ciÓn o ligá rquica fue «o rden y progreso. ' fi
y coroneles fuero n los sujetos de la forma dora o revolución pasiva, con su coro lario más tardía , ba jo la presidencia del dem o- Hacia finales del siglo XIX ya estaban .
o ligá rq uica de ejerc ic io de la domina- de pol íticas «tra nsfor mistas. de stinadas a cristia no Edua rdo Fre i, la Revo luc ión est ab lecidos los es tad o s b a jo la forma
Peruana liderada po r e l general Franc isco o ligá rq uica, ~ ~ tie mpo q u~ e ra ~ rgen t e .
velesco Alvarado y el refor mismo militar de finir la nacron , precisar Inclusiones y,
encabezado por e l general G u ille rmo sobre todo, exclusio nes. En ese contexto, .
• ~n la colonia francesa de Saim-Dormngue. d e plantadores blanco~ actuaron como ale'la los intelectuales se apresuraron a encon-
en la pa rte occidental de la isla La hp.1ño!a, los par.. los grupo~ criollos de las colonias espa- Rodrígue z Lara. respectivamente, los tres
esclavos afroamencanos se rebelaron e n 1791 , ñolas con aspiracion es d e alc anza. e l pode r, en la década de 1960. trar fu ndamentos y le giti ma<;io nes. El.
demandando la aplicación de los principios es pecialmen!e en la. á.ea. de plantac ión , en En contraste, cabe recordar nueva- pensamiento positivista de co~l;nzos d~l .
mente que Uruguay constituyó, otra vez, siglo XX fue e l campo de reflexlOn a pa rtir

••
-e vctccrce a ncs de 1789, libertad e iguald ad. la tanto mea-aba el gra do de te nsio nes socrales v
lucha se prolong6 hasta finales de 1803, procla- el potencial peligro que implicaba 1.. politIza ·
mándos e la independencia elIde enero de ctón de escl avos e i n d íge n a ~ . Simón Bol¡~ar fue
1804 , adoptando e l país el nombre de Hail i. uno de los p.imeros en adve.tirlo, moviéndole


Fue. asr, el prime' pars lattnoarnencanc mde- a no extender la lucha po r la independencia a , Este punto.,. el SIguiente exponen en veoión
pendiente. El radicalismo de la rebelión y el Cuba y Puerto Rico . abreviada lo desarrollado en Funes .,. A..sa ld ,
fuerte ej ercicio de la vIolencia sob-e la minoría (2004).

20 21
del cual se elaboró el núcleo duro de las colocar al mundo en armo nía con dicha camerue -. de manera eugenésica, al en los casos de quechuas y aymaras-
proposicion~ racial.islas q ue sirviera.", a descripción . El rectatrsta establecía los «aro - étnico, social y cultural. Ese . otro_ fueron llamados por su d enominac ión
dicho objetivo. Se Impuso la reflexión hechos, y extraía de ellos un juicio moral fue delimitado, desde el comienzo, como origina l. la vieja carga despectiva que la
acerca de das mulntudes», del -pueok». y un ideal político. Así, el racialismo v problema: - prcolema indígena . , . negro_ expres ión había tenido desd e la época de
de la _nación_ o el calm a nacional» , en el racismo confluyeron y la teoría dio o «nmtgrante-. la conquista adquirió nuevo significado ,
un co ntex to en e l qu e la sociedad se lugar a la práctica. Esas deíiniciones se observan en las con un sentido aún más neg ativo que
volvía cada vez más compleja y en e l que la ideología positivista planteaba obras del boliviano Alcides Arguedas an taño. Por lo demás, los autores citados
aparecran sujetos sociales que irnpug- una interpretación verosfmil de la rea- (Pueblo enfermo), el peruano Francisco no hicieron más q ue ratificar ---e n clave
neban el orden de cosas vigente. Concre- lidad social articulada con aquellas inter- Carda Calderón (Las democracias latinas p resuntamente científica-los pre¡'uiciOS
tamente. el problema del co ntrol social pretaciones der ivadas de la.. tnstítucíooes en América y La creación de un conti- originales de los españoles del síg o XVI,
0, en la frase de la época, de la « uesnó n educativas, jurídicas. sanitarias o mili- nente), los arg entinos Ca rlos Octavío comenzando por los del bruta l Go nza lo
social . se puso en el centro de las es- tares. los escritos de le Bon, Nordau . Bunge (Nuestra América ), Ricardo Rojas Femández de Oviedo, uno de los primeros
peculaciones. La fu erte tensión entre una Lornb roso. Perri , Ta ine , letourneau y (La restauración naciona/isla y Blasón de en ca lifica rlos como gen te naturalmente
«ñnámica - económica y el ingenuo Spencer tuvie ron gran influencia e n la Plata ) y josé Inge nie ro s (Las fuerzas ..oc iosa e v ic io sa e de poco trab ajo e
deseo de un a -cínétíca - social, cristalizó época. En e l posit ivismo, la sociedad era morales) y el cu bano Fernando Ortiz (Los melancó licos y cobardes, viles y mal incli-
en el emblemático «or den y progn~so • . vista como un organismo, y el dato fatal negros brujos y Lnue cubanos). Es bien nados, mentirosos e de poca memori a e
El recietismo fu e la cu alidad legiti- para definir ese organ ismo era la cons- revelador que la primera ed ició n de varios de ningun a co nstancia». También el
madora pseu docieotiíic a de la matriz de telación racial , co mplementad a co n la de estos trabajos haya sido realizada en
mestizo fue considerado despectivamente .
los estad o s o ligá rq uic o s. Proyectó un influencia del medi o físico . Europa y cad a text o llevara un respec-
En el momento de la coronación del
discurs o que se hizo sentido común y se La preocupación por objetos tales tivo prólogo relatado por algún intelec-
proceso de formación estatal, al caracte-
erigió en una de las explicaciones plau- como la «multitud» o el «pue blo» llevó tua l europeo de prestigio. Así, Nuestra
a p la ntea rse no sólo los obstáculos y América y Pueblo enferm o se publicaron rizar al mestizo. la mayoría de los positi-
sibles en momentos de conflicto. Se hizo
frenos a la modernidad. sino, y princi- e n Barcelona y fueron prologados por vistas retrocedió visiblemente respecto de
sentido co mún porque apareció ligad o
pa lmente --por contraste-e, el carácter Rafael Altamira, e l primero, y Ramiro de las posi ciones de ros grandes dirigentes
a l discurso de las cla ses dominantes, a
la cultura pol ítica y a las propias p rác- de las e lites d irigente s y la justifi cación Maetzu , el segundo; el lib ro de Ca rda de la independenc ia, quienes tendían a
tic as SOCIales; y ta mbién po rque , en de la legitimidad de las mismas. Fue un Cald eró n apa reció en Parfs. e n fran cés, exaltarlo.
ocasiones, se volvió fuente de interpre- planteamiento que remitía a una eva lua- y su prologuista fue Raymond Poincaré; En cuanto a l «problema negro s, se
tación de l conilicto inclu so por parte de ción del pasado de esas sociedades desde Los negros brujos, en ......tadrid co n prólogo asumió q ue el negro era la co ntraimagen
los sujetos q ue lo padecía n. las crisis de independencia. la construc - de Cesa re lomb roso, y Entre cubanos. ---e l negativo- del blanco )', po r ende,
Mientras q ue el rac ismo re mite a un ción de historias nacionales y la sanción Psicología tropical, ta mbién en París. po rtad o r de tod as las lacras y miser ias
co mportamiento o actitud, e l raci a lis- casi defin itiva del pasad o cofici ab se El la rgo listado de titulas de esc ritos huma nas. los positivist as de cuño com-
mo alude a una ideología. a un conjun- r:nn<;lituyó en una tarea perentoria . emblemáticos incluye, po r ejemplo: teano tenían una visión radicalmente dife-
to cohe rente de proposicio ne s, propio la unid ad de las ciencias bajo la Manuaf de Palo/ogf a Política (18 89), del rente y opuesta a la de sus pares spe n-
de la modernidad occid ental que llegó hegemonía d e las CIencias naturales fue argentino Juan Alvarez: Contmeme ceríenos: siguiendo a su men tor francés,
al paro xism o e n Europa occidental a un supuesto del positivismo filosófico. enfermo (1899), del ven ezolano Césa r considera ban a la eraza ne gra. - al
med iados del siglo XX. l os presupuestos En este sen tido, el paradigma cien tífico Zumeta; Enfermedades Sociales (190 5), men os en teoría, casi nunca en la prác-
del ractafís mo como doctrina eran: la llevó a la hermenéutica raciolágica a dos del argentino Ma nue l Uga rte; Pueblo tica - supe rior a la blanca , e n tant o era
existencia de razas y la preeminen cia de operacio nes bá sicas: la clasificación y la f nferm o (19 0 9), de l bol iv ian o Ale i- portadora de la primacía del sentimiento
unas sobre otras; la continu idad entre lo jerarquizeción Se naturalizaro n y proyec- d es Arguedas: La enfermedad de Cen- sobre la raz ón . El pos itivismo comteano
físi co y lo mora l y la sobredeterminación taron la s d iferencia s históricas y soci ales troaméríca ( 911), del nicaragüense Sal- - muy a rra igado en la soci edad b rasi-
de la biología sobre la c ultu ra; la acció n en el horizonte de una naturaleza imagi- vado r Mendieta , O parasitismo social e le ña del sig lo XIX- reivindicaba ot ro
de~ grupo sobre e l ind ividu o; una [erar- na ria, en la que se suponía existía n una evotucso na América Lalina (1 903), de l sujeto social generalmente excluido, tanto
qura uruca y etooc énntca de va lores, y an imalidad y una humanidad . Esta última brasileño Manoel Bonfim, o Nuesue infe- en la teo ría como en la práctica: la mUJer.
~na políti ca fundada en e l saber. Este era la de l europeo blanco del norte (d pl rioridad económica: sus causas, sus Ella era en cumbrada simbólicamente
ultimo rasgo era la clave de bóveda de que la población norteamericana fue co nse cuencias (1912), del chile no Pran- como madre de la patria. En la escala de
la relación entre poder y biología o entre co nside rad a un apéndi ce ), que nunca cisco de Encina. valores positivistasse ponderaba la huma-
poder y ciencia . Estos presupuestos se terminaba de definirs e en sus rasgos de Para los positiv ista s - pe ro no sólo nidad, la patria y la fam ilia. La mujer
presentaban co mo una descripción de l rea lidad más allá de metafór ico s t ipos para ellos-c. los pob ladores a utócto nos representaba idealmente los tres estadios
mundo, posible de ser comprobada e n ide a les . de l co ntine nte fueron siempre indios, no como madre de la nación, lo cual le asig-
los hechos. A lo cua l se suma ba el Las e lites polític as e intelectua le s abo rígenes, indígenas o pueb los origina- na ba un rol pr imordial en el ámbito
comprom iso co n un a políti ca capaz de «btancass inten taron definir «sccio t ógf- rios. Sólo muy excepcio nalmente---como privad o del ho gar y una inclusión casi

" 23
-----------¡ población indígend y africana por el color
e
e
una nítida y crecien te xenofobia, que hizo vaqueros, j ag unrros y ex e sclavos. El
de los inmigrantes el equi valen te «indio» , po bla do d e Bel o ,1I,.10 n te , c e ntr o de l de p ie l, el cu ba no José Martí contrasta ,
«nestízos o _negro_ de otras soc iedades movimi ento, fue dinamitado. los pobla- radicalmen te. En su libro Nues tra Aménca
v provocó una curiosa e inesperada reva- dores qu e no mur ieron y lograro n hui r, aparec id o e n 189 1 soste nía: _No ha y ,
lo rac ió n del c rio llo - de la cual buen fueron perseguidos y, si fueron atrapados, odio de razas porque no hay raaas s: y ,
ejemplo, entre otros, es Segundo Sombra fusilados y degollados (se calcularon los afirmaba . la identidad universal de l
(1926), de Ricardo Oüirafdes-c. que de muertos e n 'lJI(}O). El c ue rpo de l propio ho mbre e. En la Am~it:a latina del Nove- ,
_vdgO, oci oso y malentretenidoe pasó a Maó e l - fallecido una semana antes de ci e ntos y alrededores, la posición de
ser considerado prototipo de virtud es la batalla final- fue exhumado y dec e- Mart í fue excepcional y estaba lejos de ,
morales. l os extranjeros, en cambio, pitado, siendo su cabeza enviada a Río formar parte de las ideologías ofic iales. •
fueron mirados en bue na medida como de [aneiro para un estudio antropológico- En el proceso de pasaje de la domi-
aprovechados y desagradecidos beneñ- médico, e l cual debía demostrar, «cien- na c ión ce lu la r a la de alcance naci onal, "
etanos de la generosidad de una tierra tñicamentes. la pato logía del í onselOOro. incluye ndo la co nsolidación del diente-
que le!'. había dado todo y no les había Contra el pre/'ui CiO de los hombres del lísmo. la constitución de sujetos políticos ,
pedi do nada, a cambio de lo cual habían poder, el resu tado indicó que e l cerebro y la extensión de la ciudadanía, pilares •
traído la prostitución, la delincuencia, el del difunto era absolutamente eno rrnal • . fundamentales para la consolidación de
anarquismo, el soc ialismo, el desorden, Por lo s mismos años, Bolivia ofre- la democracia, fueron cuestiones contlic- •
el terror. Por añadidura, muchos de ellos , ce otro e jemplo sobre la patologízacfón tivas. las clases dominantes se esforza-
se les imputaba, hic ieron fortuna a costa -c-es decir, la criminalización- de la ron por co nn ota r y excluir a las -ct ases •
de los sacrificados y postergados crio llos. protesta soci al; en es te caso, de b ase peli grosas», y justificaro n su ac c io na r
la ag itación obre ra fue una de las prin- étnica. En 1899, los liberales se levantaron con los argumentos científicos q ue les
cipa les razones que lleva ron a este e-con apovo de los campesinos indígenas proveyó el positivismo.
cambio en el pensamiento de la burguesía erowes. liderados por Pablo Zárate \Vilka, l os positivistas concebían la política
a rge ntina y de mu cho s de sus intelec- y de decisivo papel militar- co ntra los como política Científica, una cíenc¡ a
tuales. En es te se ntido, ta mpoco se trató conse rvadores que de tent aron el poder, experi mental qu e renegaba de los prin -
de una posic ión o riginal: fue la llegada bien entendido que unos y otros eran parti- cipios liberales clásicos, e xaltaba a los
al Río de la Plata de una concepción que
en Europa asociaba clase obrera con
da rios del modo oligárquico de e jerce r la
dominación político-social. la guerra civil,
gobie rnos y 'os gobernantes autoritar i~
y descalificaba al Parlamento y la propIa
- patolog tas» soc iales. conocida como Revolución Federa l. capacidad de los «infer iores. para devenir
El diagn óstico de la s pa tol ogía s concluyó con el triunfo de 105 primeros, ciu dadanos y sujetos políticos. El Orden
Monumento a José Martí, Nueva York.
respond ía a una lectura de la soc iedad q uien es al acceder al gobierno olvidaron primaba por sobre cualquier otr~ ,\ldlur,
en cl ave médica. Mas , aunque pu ed a sus banderas federales y, sob re todo, las
incluso el Progreso: la ubicación de
nula e n el ejercicio de las libertades parecer so rprendente, muy a menudo la promesas realizadas a sus aliados de deol- ambas palabras en la d ivisa eomtea na,
púb lica s. receta era no sólo e l rech azo y e l aísla- verles sus tierras y los de rechos políticos tanto pa ra 105 po líticos cien tíficos del
El cuad ro se completa con e l miento -típicos de una etapa de la med i- co ncu lcados . ASI, Wilka, los princi pales
México de Porfi rio Dfaz (18 7 6- 19 11)
«prob lem a inm igrante -, propio de Argen- cina y v isib les e n la re so luci ó n de l curacas que le siguieron y unos doscientos c o mo para 105 positivistas br asil eños
tina , Uruguay y sur de Brasil, donde la espacio físico y social e n el cual se cons- campesinos fueron apresados y sometidos --que la incluyeron en la bandera de la
truyeron lazaretos, leproserías, manico- a juicio. los argumentos de la acusación república-e- y los soencena nos arge n·
inmig ración de europeos fue concebida
mios, hospitales para tuberculosos, etc.-, y la defensa coincidieron en la falta de
como una doble so lución: a la e sca se z tinos ---qu e la trastroca ron ~n Paz y Admi-
sino la p ropia mue rte de los «enfermos• . hum an idad de los incul pados . Así, no
de fuer za de traba jo y a la neces idad de nistración durante e l go b ierno de R.~ca
Un ejemp lo par ad igmático, e ntre tan tos, extraña la severidad de las penas aplicadas
«mejora r la raza . y exti rpar el co mpo- (188 0- 18 8 6)- indica tal p rel aclon:
del diagnóstico de los disiden tes es el de a los antiguos y decisivos aliados, que
nente ind íge na de las poblaciones lati- Antonio Maciel, O Coosetnetro, el líder incl uye ro n 32 co nde nas a muerte y 22 primero, el ord~n. (la P:J-z), luego e l
noamericanas (la denominada «soluc i ón progreso (la admlO IstraClon). l a exa ha-
del movimiento mes ián ico desarrollado muertes producidas por no soportar las
vac una s). En ot ros p aís es -como e n ción de 'a admi n istra ci ón , y no del
e n el á rea ser/aneja de Ba hía (Bras il), a condiciones de detención, antes delju icio.
Perú- la inmigracíón no pas ó d e u na pa rtir de 1867 , alc anza ndo su clím ax en A ZárateWilka le aplicaron, tambien con gobierno, se tradu jo en la ~Óf m u l a • ~a
propuesta de algunos inte lectuales. Pero la llamada guerra de Cenudos. en 1896- antelación al proceso judicial , la . ley de política y más administraClón l , co nsigna
en Argentina, donde tuvo más éxito y fue 1897. Fue ron necesarias cuatro expedi- la fuga•. del porfiriato mexicano. Se trata, de una .
política estatal , hacia los años del cente- ciones militares enviad as por e l poder ~rente a los pensadores mencionados síntesis cabal de una concepc~on de la
nario de la Revolución de 1810 come nzó q ue e ncumbraron la intolerancia y exal- política y de las formas de practicarla por
fed e ral pa ra de rrota r a u n het er ogé -
a ser cuestio nada y en su lugar aparec i ó nea grupo co mpuesto por campesi nos , ta ran las diferencias (y exclusión) de la parte de quienes se autodeslgnaron,

25
f
I
I
excluyentemente, sujetos de la polít ica libe ralis mo más «p uro ", m ientras José todo , por las clase s medias urban as, que de las nacio nes latinoamericanas. Se insta-
• oligárquica.
El fin último y móvil del positivismo
Ingenieros mezcló de socia lismo, elitismo
y racio logía . Sin e mbargo, qu e d a una
pugnaro n esencia lmente por la extens ión
de l derecho de ci udadanía po lítica y la
laron otros valores (p ragmatismo, dinero.
frivolidad) y otras formas de trabajo. Preci-
•I era la búsqueda de correspondenc ias
entre sociedad y orden político . El hilo
he re ncia positivista que se pro longa hasta
nuestros días, algunas de cuyas pe ores
pa rticipa ción en la tom a de decisiones.
Los movimiento s que pusieron e n crisis
sa me nte, - unlíta rtsmo- y «co smopo li-
tismo » fueron sa nciones frec uentes en la
c o n n LJ c lor de [as argumentaciones era lo maniíestaciones - las de l racismo, por el libera lismo estuvieron aco mpa ñado s pro blemat ización rlp lo nac ion al, sobre
I que los analistas positivistas consideraban ejemplo-e- no sólo permanecen sino que de otras transformaciones, esta vez afec- todo por parte de aquellos que, sin renegar
I una distancia patológica en tre la realidad en determinadas coyunturas adquieren tando a las inte rpretaciones de cuño posi- de los ben eficios de la modernidad, no
socia l y e l orden político y sus objetiva- una brutal relevancia . tivista, específicamente en lo que respecta se resignaban a la pérdida de las certezas
1 ciones. Sus mayores esfuerzos estuv iero n a la definición del «alm a nacional ". En de una tradición que construían explíci-
dirigidos, entonces. a describir con falsa la aparente paradoja del orden efecto, no sólo extender la c iudad anía tamente. De modo relevante, la ciudad
1 imparc ia lid ad las características de la oligárquico: sociedades política sino también "sa lvar a la nación » fue focus disruptor de la dominación en
1 " po lítica criolla », a partir de lo cual se estructura lme nte agrarias fue el campo privilegiado de las preo- sociedades profunda y domi nantemente
evidenc iaba una inequívoca crítica al co n d isrupciones urba nas cupaciones de los años 1920, especia l- agrarias. Paradójicamente, el discurso de l
orden liberal-democrático de las institu- En la década de 1920, la democracia mente entre lo s intelectuales. El tema retorno a una arcadia rural, más que inter-
c iones republicanas, tanto en el plano estuvo muy fuertemente insta lada en la cruzó intensamente la froducción ensa - pelar a los sujetos rurales estaba dirigido
formal ~uanto en el sustancia\. las argu- agenda polít ica intelectual de la época, yística de esos años. E ensayo apareció a neutralizar a los sujetos urbanos , lo cual
rnentacton es se cent raron en tres nudos en buena medida con una mirada nega - r:omo la forma predilecta para retratar provocó reacciones diversas . En algun os
cuya semántica estaba estrechamente tiva, tanto desde la derecha como desde una Latinoamérica en la que se rescataba casos, la reivindicación de lo rural estuvo
ligada al emblemático «orden y progreso»: la izq uierda . El lo guarda relación con el lo rural, lo étnico y lo telúrico. Junto al acompañada de una actitud restaurado-
1) el binomio pereza/trabajo; 2) lo inapro- clima de época, cuando en el mundo ensayo, también se redimensionaron las ra de ciertos valores tra d ic io na les aso -
piado del diseño político heredado del eu ropeo se cuestionaba, p recisamente y revistas literarias y políticas, destacán- c iados a la nación, expresión de su estado
orden poscolonial, destacándose el como una de las consecuencias de la dose varias con el título Claridad, inspi - _puro», distorsionado por la orientación
desfase entre sociedad y política ; 3) la primera posguerra, la democracia liberal. radas directamente en Barbusse . - euro peísta» de las ge neraciones ilus-
función de las elites. Los dos últimos inter- Desde la izquierda se la consideraba insu- Es en el tratamiento de l problema de tradas decimonónicas. En otros , se pro-
pelaban al valor «o rde n» del binomio ficien te , un fetiche que ocultaba la la nación donde se advierten tanto las dujo un «desc ubrimiento" de los valores
positivista, mientras el primero lo hacía crudeza de la dominación de clase y que señales de debilitamiento de l orden oligár- rurales, a veces acompañado de la recu-
al valor "progreso". El desplazamiento de no resolvía los problemas de las grandes quico cuanto el esfuerzo por dotar de peración de sujetos soci ales antes
lo social a lo biológico-organicista, en mayorías . La democracia libe ral e ra mayor volumen a los estados latinoame- excluidos de la cultura y la política (los
donde la explicación última era fatalmente inconducente y e ra peligrosa porque ricanos. En algún sentido, la nación ca mpesinos, los esclavos). En uno u otro
racial , insinúa una nueva legitimidad que abria el camino al bolchevismo, decían - ap ropiad a y definida desde lugares - por adhesión o rechazo--- se advierte
se superpone, corrigiéndola, con la liberal desde la derecha. Para no pocos, la demo- diversos- muestra la búsqueda de nuevas una reconsideración de lo rura l y lo
clásica. cracia liberal aparecía e n el mundo legitimidades y nuevas definiciones sobre urbano respecto de la nación . A veces,
.Loscuestionamientos a la oligarquía europeo más como una petición de prin- las sociedades latinoamericanas. «Salvar asumió la contraposición campo-ciudad;
se hicieron crecientes a partir de los años cipios que como una re a lid a d. En a la nación " se convirtió en tarea que los otras , la oposición entre la capita l y las
1910-1920. cuando fue fuerte y e xte n- Améri ca Latina, la situación tuvo otras intelectuales lo ma ron explícitamente p rovincias (o las ciudades de las provin-
dido el reclamo del de recho a decidir por características, puesto que aq uí, mucho como parte de su quehacer. La expresión c ias, como e n el caso de Perú), y en otras,
parte de las clases medias y trabajadoras más q ue en Europa , la democracia polí- fue recurrente y aludía a un estado de crisis una reflexión acerca del problema
que querían ser, ad emás de sujetos de la tica apareció, por entonces, poste rgada referido sobre todo a los efectos poten- regional.
e~o n o m ía , sujetos políticos, es decir, pa ra un futuro impreciso, en todo caso, cialmente centrífugos de la moderniza- El debate en el inte rior del movi-
CIudadanos votantes. En muchos casos, ni siquiera mediato. ción . Esto guarda relación con la apari- miento modernista brasileño es expresivo
esas luchas llevaron a algunas formas de Losaños 20 fue ro n años de cambios, ción en el terreno público de sectores de las te ndencias antes marcadas . Desde
democracia po lítica. Cuando se agotó la protestas e impugnaciones que variaron sociales antes excluidos , visual izados el lanzamiento del ~ Ma n i f¡ esto regiona -
efic ac ia de l positivismo, los autores en las distintas situaciones nacionales. Si como potenciales dtsruptores de l orden. lista del Nordeste ", en 1926, el denomi-
Citados más arriba se bifurcaron en varias exceptuamos el caso mexicano, en el 'lu e Así, la imbricación entre nación y pasado nado grupo Verde-Amare/ha reaccionó
y difere ntes d irecc io nes: Fernando Orti z la destrucción del Estado oligárquico ue histórico llevó a la controversia por la con tra el cosmopolitismo citadino insta-
hacia el funcionalismo. Francisco Ca rcía producto de un proceso revolucionario, reconstrucción de los orígenes, la historia lando el debate (sob re todo con Mario de
Calderón hacia el idealismo arielista en el resto de Amér ica Latina la ruptura y los sujetos a incluir o excluir. Andrade ) en torno al problema del regio-
~lcides Arguedas hacia el fascismo anti~ fue gradual y más tardía. Eneste sentido, En el ambientt; revisionista. y cr¡t!~o nalisrno y la nación. En México, una
liberal. Ricardo Rojas elaboró una forma a lo largo de la década se registraron de los 20 se delineo una reconsideraclon explosión de ruralidad marcó la reflexió n
de entender la raza y la nación desde el movimientos pol íticos cond uc idos, sobre de lo urbano y lo rural en la co nstituc ión de esa búsqueda intensa de una nac¡o-

"
,
1
1
nalidad no reñida con la • raza c ósmica » sociedad nueva, los un iversitarios an u n - Para los unive rsitarios co ntestatarios A com.euzos de los años 10, los tnte-
continen tal. En este sentido, josé vas con- eraron su d ispos ic ión a luch a r _por e l inspirados en los principios de la Reforma tecura'es y políticos reformistas se adscri- t
celos. desde la Secretaría de Educación advemmiento de una nueva humanidad, cor do bes a de 19 18, «e l puro univ ersi - bieron fuertemente tanto a la auto rrefe- 1
del gobierno de Obregón (1920- 1924), fundada sobre los principios modernos tario [e ral una cosa monstruosa >. según rencta ge ne racio nal como al calificativo
promovió una recreación del orden de justicia en el o rde n económ ico v en la poste rior (1936) sentenc ia de Deodoro e nueva e qu e acompañaba al vo c ab lo 1
cultural del país y alentó la reflexión sobre e l orden polülco - , y a ..destruir la expío- Roca . De allí surgió la miríada de dccle- «gene rac ión• . Así, la «nueva generación .
una cme xicanidade en pleno proceso de tactón de l hombre por el ho mbre », según raciones v de alciones en íavor de la expresaba una «nueva sensibilidad . 4
reformu lación . Muestras de ello fueron la la forma l resolu ción del Primer Congreso unión v la lucha ob rero-estud ia ntil. De portadora de valores políticos, sociales, 1
producción acerca de la identidad mexi- Interna cional de Estudiantes reunido en las instituci o ne s de la sociedad trad i- éticos v estéticos diferenciados de los de
cana del Ateneo de la Juventud, la refle- México durante los meses de septiembre cio na l, la Universidad parecía un lugar sus «p ad re s» . Lo nuevo y 10 jo ven se 1
xión «restízóñla- de Andrés Malina Enrf- y octubre de 192 1. la sesión inaugural confiable. Cumplía con la formación de co nve rtía n en va lore s e n sí mismos:
quez. Antonio Caso con sus Discursos a del congreso se realizó en el anfiteatro los cuadros d irigentes, proíesionales «hom b res nuevos ». novornundismo y 1
la nación mexicana, la primera p rod uc- de la Escuela Nac ional Preparatoria, e inte lectuales demand,lCios por una [uveotltsmo fueron co nceptos empleados 1
ció n de Samuel Ramos, o el indigenismo donde el delegado argentino Héctor Rípa economía expansiva . No obstante, e ra

,
para leer los procesos sociocu lturales y
de .\tIanuel Gamio. entre otros. Alberd¡ bregó epo r el comienzo de una también caja de resonancia y motor gene- políticos de la región . Empero, al concluir 1
la indagación sobre la üstologra nueva vida americana . (Po nantíe ro. rador de cuesuonarmenros del orden qu e la década, tal perte ne ncia gene rac io nal
interna de la región se hizo telúrica e 1978: 191-200). le había dado origen y legitimidad. Excep- fue ob jeto de rev isió n e inclu so de
introspectiva: la tier ra. el paisaje, los l as Universidades Popula res fueron tuando la Argentina del yrigoyenismo , 1•.1 descarte por pa rte de muchos de sus t
hombres comunes se tonaron temas privi- producto de una nueva concepción de democratiza ción de las unidades acadé- inici ales representantes.
legiados, Una de lasvertientes fue el indi- la función ro las práclica~ un iversitarias. micas se e nfrentó con las « íures reali - l a p reo cupaci ón política se tornó t
gemsmo. una corriente heterogénea que Expresaron os cambios en la cultura polí- dades de tiranos e intervenc ión ex tran-
. central , impostergable. llevando a artistas
reu nió orientaciones ñlantrópico-cosrum- tica de la década de 1920, pero también jera e. Esto evid enció la esterilidad de un t
bostas. étnico- rec tale s y agrar istas radi- fueron recreadoras e impulsoras de esos reclamo sectorial y llevó al movimiento
calizadas. Por otra parte, la negritud y la cambios. En primera instancia, apa reció estudia ntil a establecer una relación con t
cultura africana se suma ron -aun con el periódico obrero o estudiantil que refle- la sociedad y la I;JOlíti~a qu e e l mareo t
límites- a este intento de redefinir, desde jaba los grandes eventos de la época (la autoritario proveyo de Significado nuevo.
la cultura, una identidad más plural y más Reforma Universitaria de Córdoba, en Insp irado en Ortega y Gasset, este t
cercana a lo s pueblos latinoamericanos. 1918; la Revo luc ió n Mexicana, la insur- c riticismo juv enil eligió un concepto
Esto fue así incluso en los parses e n los gencia sandinista en Nicaragua, la propia continente: - gene racfó n • . «He mos na- t
que la - bta nq uítud s era dominante. Revolución Rusa, entre otros), al tiempo cido bajo la ~ida de la R~onna Un!ver- t
O tro de los movimientos de clases que construía nu evas gen ealogías que sita ria s, decra el a rgen tino jo aq u tn v.
González. _Ella ha provocado nuestra ..
..
medias urbanas, y uno de los más impor- discu tían la cultura domin ante (Bo líva r,
tantes. fue el mov im ie n to estudiantil Martí, Rodó, Ugarte, Ingenieros, Palacios, aparición en la vida pública haciendo que
universitario. La Un iversidad albergó y
fonnó una generación de políticos enro-
más también pe nsadores y guías obreros,
como Kropotkin, Malalesta, Lemn, Trotsky).
en el tran scu rso de más de una década
nos ha llá ramos a nosotros mismos, no s ..
lados en la s corrie ntes críticas del En segundo luga r, se co nstruve ron espa- re co noc ié ra mo s co mo generación, es
..
período . Para quienes constituían este
movimiento, la un ive rsidad y la cu ltura
debían estar al servicio del pueblo. Esta
premisa sirvió de fundamento para la
cios y p rácticas educativas, 'artístic as y
culturales atravesadas po r las práctic as
gremiales o políticas. En tercer luga r, se
decir, como hombres llegados para trabajar
en común por ideas comunes (...). Adop-
tando la clasificación que en uEI Tema de
Nuestro Tiempo" hace Ortega y Casset.
..
creación d e numerosas Universidades
Popu la res, la pri mera de las cu ales se
estableció en l ima en 19 2 1, lla ma da
bo rraron las fronteras disciplinarias, tanto
por la vía semiformal de las Un ive rsi-
dades Popula res como por los cam inos
p ro p io s del autocñdacusmo. En c uarto
la q ue venimos a llenar nosotros C.) es
una época eliminatoria y no cumulativa.•
(Go nzá le z, 1945: 139 ). l a gran recepn-
..
González Prada desde 1923 , que procla-
maba en su lema no tener ce tro dog ma
lugar, se construyeron identidades y
ritual es , con sus respe c tivos espacios
vid a d del pe nsa mie nto de Ortega no
debió ser ajena al cará cter histórico de .
que la justicia social • . Coherentes con
el id ea l del novelista francés Henri
Berbusse, ese q ue --conforme el autor
de l Manifesle eux irnelíec tuels (l 92 7}---
si":,bólic.os, que dieron lugar a me mor ias
e Identidades, demandas sociales y
utopías. El conjunto de estos cambios
su reflexión filosó fica, q ue ayudó a legi-
tima r el ca mpo inte le ctu al vern áculo .
Una preocupación central de est?S .I~t~­
lectuales fue, precisamente, su definición
••
debía comprometer todo su esfuerzo en
la lucha por el nacimiento de una
selló una experiencia entre estud ia ntes
y obreros que se desplegó con elocuencia
en la década de 1960.
como ta les v la red eñnici ón de su s
funciones .
V{ctOf Raúl Haya de la Torre, fundadO'
de l "'PRA, a su regreso del e~ '¡'o_
••
28
" •

e intelectuales a convertirse en militantes y co ntenidos, intentando uaza r cami nos la adhesión inici a l de gran part e de la la cro no lo gía un idirecci ona l de Europ a
políticos, subordinando la labo r artística tentativos frente a cie rto desconcierto por franja contestataria. Sin las inten ciones occidental. Implicaba , a su vez, la reivin-
a las directivas partidarias . Así. por e l co lapso eu ropeo. po líticas de l APRA, pero e n la misma d icac ión de una cu ltura y de un pen sa-
ejemplo, lo s célebres pintores Xavier Ya e l Manifiesto Lim inar hab ía inter- sinton ía ideológi ca , en 1925 se creó en mie nto pro p ios y un desarro llo econó-
Guerrero, Diego Rivera y David Aliara pelado a "los hombres libres de Amé'ríca», Buenos Aires la Unión Latinoamericana, mico pe cu liar, e n d iscrepancia co n los
Siqueiros fueron miembros del Comité colectivo que fue precisándose a lo largo de orientac ión socia lista. anális is europeos y ecroperstas.
Central del Partido Comunista Mexicano, de la década. Antiimperiahsrnc y latino- Tal vez haya sido el apri smo qu ien Porotra parte, la inclusión del campe -
mientras los cubanos Rubén Martrnez americanismo se advirtieron embrionaria- mejor sintetizó la reflex ión de Améric a sinado ind ígena no fue ajena al proyecto
VilJena y Julio Antonio Mella y los mente en las resoluciones de l ya citado Latina como comunidad de destino y po lítico de!" APRA; el fre nte de clases lo
peruanos José Carlos Mariátegui y César Primer Congreso Internacional de Estu- de proyectos, a través de las propuestas incorporaba, si bien subordinado. El
Vallejo se comprometieron activamente diantes, el cual ---en su resolución quinta- antiimperia lista s y la prédica de la «prob le ma indígena » fue uno de los
en las luchas políticas, compromiso que «[cc nde naba] las tendencias imperialistas unidad política de «Indoarn érica». Indo- debates más importantes del Perú de los
Mella ragó con la muerte, ordenada por y de hegemonía y todos los hechos de américa e !ndoamericanismo permitían anos 20. Si bien Haya de la Torre y José
el dictador Gerardo Machado y ejecu- conquista territorial y todos los atropellos una cla ra diferenciación del significado Carlos Mariátegui separaron sus puntos
tada en México por un sicario. Incluso de fuerza», invitaba a luchar ~por la aboli- de otros tres nombres y corrientes: el de vista a partir de la ruptura de 1928, en
en los muralistas José Clemente Orozco ción de las tendencias militaristas» y protes- Hispanoamericanismo corresponde a la este caso partieron del acuerdo: la cues -
(m exic ano ) y Cánd ido Portinari (b rasi- taba contra «e l avance impe ria lista que época colonial; el Lattnoamert canis- tión no era étnico-racial ni educativa, sino
leño), que se negaban a confundir arte y sobre Santo Domingo y Nicaragua [estaba] rno. a la República, y el Panamerica- social, y pasaba fundamentalmente por el
política, la cuestión social fue objeto de ejerciendo el gobierno de fas Estados nismo era la expresión del imperialismo acceso a la tierra. «Indoam éríca» repre-
tratamiento en sus obras. El compromiso Unidos ». Este antiimperialismo ~ refería yanqui . sentaba también, semánticamente, tiempos
con la política llevó a conversiones en casi sólo a la expansión de unos Estados Conservando el mismo eje lógico- mixtos, desarrollos desiguales, dualidades
dirigentes sindicales (co mo en los casos Unidos fortalecidos y «manifiestos" a poste- discursivo, se invertía la posición leni - en las que convivían «e l tractor y el arado
de Mella y SiqueirosJ o a la elaboración riori de la Gran Guerra, en el contexto de nista: para los países de América Latina de palo».
de la concepción del artista como un la polít ica del big stick impulsada por el el imperialismo no era «la etapa supe- El APRA estuvo en el centro de una
trabajador manual (figura y condición presidente Theodore Roosevelr, par.l quien rior» de l capitalismo sino la primera, y de las polémicas más descollantes de l
exaltada por encima de la del intelec- debía utilizarse la fuerza toda vez que se esto se fund ame nta ba en la pecu liar período: la que ocurrió en torno del
tua l), bien notable en los muralistas me- considerase necesario. Tal política quedó concepción Espacio -Tiempo Histórico, binomio Reforma-Revolución. Si bien
xicanos, quienes crearon el Sind icato sintetizada en la máxima «Speak soff1y and interpretación de los fenómenos sociales México representaba una contundente
Revolucionario de Obreros Técnicos y carry a big snck» (el-labia suavemente y que hizo Haya de la Torre y que tuvo experiencia revolucionaria en curso, lo
Plásticos y se vestían de obreros cuando lleva un gran palo»J. sanción definitiva a finales de la década inconcluso del proceso en la década de
pintaban. Precisamente, «Co ntra el imperia- de 1940 cuando publicó su «teoría» . La los 20 no permitía su cristalización como
El compromiso con la política fue, lismo yanqui» fue el primero de los puntos prioridad aprista del frente de clases lide- referente revolucionario desde abajo. La
pues, la forma que algunos de los inte - programáticos de la Alianza Popular Revo- rado por los sectores medios y su carácter sedimentación e institucionalización de
lectuales latinoamericanos de los anos lucionaria Americana (APRA), creada movimientista entró en colisión con las un proceso de die z años de guerra civil
20 encontraron pa ra acceder a ese simbólicamente en 1924, en el clima propuestas levantadas por los Partidos se transi taba no sin muchas contradic-
mundo nuevo en un contexto marcado hospitalario del México de vasconcelos. Comunistas latinoamericanos: «contra el ciones. Los horizontes, los tiempos y los
Por la crisis y por una tensión entre pesi- El APRA fue otro de los movimientos polí- imperialismoJanqui» tuvo su correlato sujetos del cambio social fue ron cues-
~Ismo y optimismo. Antiimperialismo, ticos de clases medias urbanas que se en «la unida de América Latina ». La tiones de las polémicas entre Haya de la
indcarnericanismo, reformismo, revolu- pensó en esca la continental. En cinco contracara de esta reflexión acerca del Torrey Mariátegui o entre Haya de laTorre
ción, socialismo y problema nacional puntos, su programa resumía el conjunto imperialismo fue, entonces, la unidad y Mella - e xpre siva s de las opciones
fueron tópicos frecuentados obsesiva- de propuestas que rep re se ntaba al criti- política de América Latina. Haya de la reformistas y revolucionarias--. Haya y
mente por el criticismo juvenil de los 20 . cismo juvenil reformista de la década. El Torre acunó la expresión «lndoamérica » Mariátegu i compartieron en u~ prin,cipio
Probablemente, el rasgo más acusado y correlato casi necesario del primer postu- para referirse a lo que Orrego llamó ideales comunes, un mismo diagnóstico
novedoso respecto de las mismas preo- lado era la «Unidad de América Latina». «Pue blo Continente». La reivindicación de la realidad peruana y un e xplícito
cupacrones en épocas anteriores, fue que El te rcero (enacio nalizecló n de tierras e del sustrato indígena tuvo en su pensa- compromiso transformador. Ensus respec-
se desplegó a partir de la certeza de la tndustnas ») y el quinto (esolida nd ad con miento dos vertientes . Por un lado, tivos escritos anteriores a 1928, ambos se
caducrdad del orden precedente en todos todos los pueblos y clases oprimidas del suponía la recuperación y apropiación reivindicaron en la misma arena de discu-
los planos, sobre todo el genérico campo mundo») mostraban los alcances y límites de una historia de América que se remon - sión e intercambio. Son tres los aspectos
de la experiencia liberal. Fue la búsqueda de la propuesta. Estos postulados. f.0r el taba a las culturas autóctonas, es decir, más significativos a partir de los cuales
de un reemplazo lo que incitó a estos alto grado de amplitud, eran posib es de consideraba una te mpo ra lid a d y una se wpareroo las soluciones propues.t~s
inte lectua le s a bucear en nuevas formas más de una inte rpretació n, lo que explica histor ic idad propi as, independientes de por Haya y Mariátegui: la caractenzacton

30
I
de la sociedad peruana en relación co n sectores medios. El otro parteegoes dcñ- ot ras. En efecto, en varios países hubo tado r, sobre todo po rtu arios y terrov¡a.
I
el problema imp erialista, Jos actores
sociales protagonistas de su transforma-
c ió n y los horizontes de la misma.
nitorio era el modelo de transformación .
q ue en el caso de Mar iátegu i sólo era e l
de una revo lución socia lista. Para Heva.
acuerdo entre liberales, conservadores,
soc ialistas y católicos, acerca de las 1e)'CS
de protección a la madre y la traba ja-
ríos : 5) proletarios de industrias tales
como metal -mec émca . metalúrgica ,
te xtil, bolsones de sec tores má s ava n-
••
Tanto para Haya cuanto para Mariá-
teguí. en la sociedad peruana convivían
íeudalidad y cap italismo . Pero si para e l
por e l co ntrario, se debía pasar por pe.
rfod os previos de transformación econó-
mica, política y quizá por una revolu-
dora . En cambio. susci tó un gran debate
el terna de los de rechos de propiedad de
la muj er c<lsdd d - so me tid a según el
zado s del c a p italis mo dependiente
ubi cados en a lgunas pocas grandes
ciudades, como Buenos Aires (Argen- ••

primero el imperiali smo tenía un aspecto ción socia l no soci alista q ue realizara la Código Civil a la potes tad del marido- tina), Med e llín (Co lo mb ia), Monterrev
constructivo, al completar el desarrollo emancipación nacional contra e l impe- y el derecho a voto. l a mujer había (México) y Sao Pauto ( ~ ra sil).
capitalista del pa ís, pdra el segundo no rialismo. entrado en 1<1 escena p ública ya hacia la clase obrera tue. en general ,
había tal aspecto pos itivo, pues el impe- En Brasil, las insurrec cio nes teoen- finales del siglo XIX cuando fue interpe- minoritaria en número, pero su papel en
rialismo articu laba funciona lmente capi -
talismo y teudaüdad en u na rel ación
com p lementaria y, por ello, ten de nte a
reproduci rse. Este nudo conceptual se
listas fueron otra expresión de los moví-
mientas de clases medias urba nas lati-
noa merica nas de la década de , 920.
Aunque e l tenentismo no logró romper
lad a como consumidora de diarios y
revistas. a partir de lo cual fue también
socia lme nte incl uid a co mo esc ritor a y
pe riodista de la nove l prensa femenina.
la producción capita lista (incl uso pese
a la condición dep end ien te de ésta) y su
capaci dad de organización y de acción
independiente (me nos sujeta a relaciones
••
c o nve rtía en punto de fuga. De allí el orden o ligárquico de la República Hacia 1920, las mujeres latinoamerica nas cltentelares. por ejemplo) le lle vó a
además d iíerían, en ambas posturas, los
actores y los objet ivos últimos del cambio
soci a l. Si para Haya la lucha cont ra el
imperialismo an tecedía a cualquier otra
vethe, sí comenzó a preparar los cambios
de la década siguiente. los tenentes se
insurreccionaron contra el régimen en
1922 (Porte de Copacaban a), siendo fácil-
contaron, además. con el impulso reci-
bido desde Europa po r el protagonismo
que la mujer había adq uirido dur a nte la
G ran Guerra . En algunos paíse s -c-co mo
desempeñar un papel relevante en las
luchas sociales, contribuyendo dec isi-
vameote a la dtsrupcí ón del orden oli~á r.
qu ico, e specia lmen te e n aquellos pa ises
,
oposición, p a ra Mariátegui el c urso a mente derrotados. Mas en 1924, un e n Arge nti na y Uruguay- tuvo cierta e n los cuales su adhesión a l socialismo
seguir era más drástico. Aun c uando nuevo levantamie nto, en los estados de magnitud el movimiento de mujeres (c o mo en Chile) le permitió auna r la
co nse rvaba la ide a de un frente po licla- sao Paulo y Ric Grande do Sul. dio lugar vinculadas a la militancia anarquista y lucha sindi cal con la políti ca.
sista. éste debía ser obrero-campesino a una campaña de mayor envergadura, socialista. En otros -como en Brasil- Tempranamen te, la clase obrera -di·
(incl uye ndo, a lo sumo, a los «Intelec - generando acciones de guerri lla y, sobre el . fem in ismo_ est uvo má s p rimo rd ial- vid ida ideológica men te e n tre s gran des
tua les progresistas- y excluyendo a la tod o , la épica de la larga marcha en ca - men te ligad o al su frag ismo d e corte corri entes: anarquistas, soc ialistas, sindi-
burguesía ) bajo un lide razgo dec id ida - bezada por e l capitán Luis Carlos Prestes, liberal. ca listas revolucionarios (y des pués de la
mente proletario. Para Haya . en cambio, co lumna q ue recorrió, entre octubre de las primeras décadas del sig lo XX Revo luc ión Rusa, comunistas}- se orga-
el frente debía estar lid e rado por los 1924 y febrero de 1927, casi 25.CKXJ kiló- fueron también escenario de otro gran nizó en pro de sus demandas, básicamente
metros, atravesando Colas. fv\ato Grosso . movimi ento disruptivo del orden oligá r- refe ridas a la extensión de la jo rnada
el norte de la Amazonia, para finalmente quico , de origen primordialmente urbano: la bora! (12 , 14 Y más horas ), trabajo de
entrar en territo rio bol ivia no, do nde se el mo vimi ento o bre ro , surgido de un las mujeres y los niños, co nd icio nes de
disolvió. En un a soc iedad simultá ne a- nuevo sujeto social, la clase obrera gene- trabajo, me jores sal a rios, de rech o de
me nte sac udida, en el plano cul tural, por ra da por el ca pitalismo dependiente. huelga y, en buena medida, de recho a la
la ya citada Semana do Arte Moderno, Hacia el Novecientos. en la bisagra de organización.
acta de nacimiento del modernismo, los siglos XIX YXX, era posible distinguir Frente a tales demandas, la política
co nside rado por algunos una verdadera ci nco gra ndes grupos d e trab ajadores: de los estados fue -c-excepro en el caso del
revolución intelec tual. la Co lumna Prestes 1) los de las plantaciones cap italistas (susti- Uruguay bat llista- represiva. expresión
se co nvirtió, pese a su fracaso inmediato, tutas de las esclavistas) dedicadas a los de una concepción q ue llegó a co nside rar
en la manifestación más nítida de la crisis cu ltivos de banano (Colom b ia. Honduras), a la cuestión social com o una mera cues-
de la dominación o ligárquica. caña de azúcar y algodón (costa peruana); tión policial. El ca rácter capturado ~~l
Otro movimiento que se enfrentó con 2) los de las industrias eoractivas: minería Estado oligárquico mostró en la coeston
relativos éxitos a la excl usión política y de l cobre (Pe rú y Chile), plata y estaño obrera su ineq uívoco rostro clasista. Así,
oclusión de la ciuda danía selladas con el (Bolivia), sali tre (Chile) y, lu e~o. del no extraña que, por doquier, fuerzas repre-
pacto olig á rquico fue el «prime r temí- petróleo (Venezuela, México, Pero); 3) los sivas - po licías o ejército-e act uaran con
ntsrno », constituido funda mentalmente de las agrotndustrtas. como inge n io s vio le ncia sob re los trabajado res, como en
por mu jeres de las clases medias que azucareros, molinos harineros, fngon- los casos de las huelgas de los mineros de
habían tenido acceso a la un iversidad . fICOS, fabricas de calzado de cuero ümpor- Cananea y los textiles de Río Blanco, en
En la década de 1920, las mujeres se tantes éstas en las ciudades arge ntinas de fo..\éxico, en 1906 y 1907 , respectivamente.
Escena de la «semer u Tragica . de organizaron e institucionalizaron sus Bue no s Aires y Córdoba); 4) los de las La mayor man ifestación de violencia estatal
Buenos Aires, enero de 1919. demandas. algunas más conflictivas que actividades vinculadas al comercio expor- co ntra la clase ob rera se prod ujo en Chile,

rz 3J
donde fue ejercida en 1903 contra los Trágica . (enero de 1919), les siguieron cia. En Colom bia, los trabajadores bana- tado r (circa 1880- t 9 30 ) fue un sindica,
portua rios de valparaíso. en 1905 en otros, ent re ellos los protagonizados por neros d e la United Fruit, en Santa Mar- lismo clasista, de con fron tación, con un
Santiago -Semana Roja- para reprimir los trabajadores rurales de la Patagonta ta, fue ron ametrallados durante una alto grado de autonomía re specto del
una huelga genera l, en 1906 en Antoía- (1921-1922 ), de filiación anarquista, huelga. Estado y con escasa d istan cia en tre la
gasta,en ocasión de una huelga ferroviaria tratados con mayor violencia aun por La represión adoptó tambié n formas dirección v las bases. En opinión de Fran-
apoyada por salitreros, potuanos v fabriles. fUf'r7as del ejército, en cumplimiento de simból icas y más sutiles que la pura cisco Zapata (1993: 45), el sindicalismo
y, en el punto más alto, en 1907 , contra órdenes del presidente Hipólito 'rrígoven. violencia física. En la primera década del de clase asumió d irec tame nte un pape l
los salitreros de Santa María de Iquique , generando uno d e los más terribles siglo XX se habían pro mulgado leyes político, o bien utilizó a los partidos de
localidad donde el ejército ametralló a golpes contra e l movimiento obrero y un cont ra los «agitadores extranjeros.., como izquierda como un canal de acceso al
3.000 trabajadores refu~iados en una
UI"IOS peligroso antecedente de convocatoria las de Arge ntina (le yes de Residencia siste ma político.
escuela, matando a más de 200. a los militares para resolver un típico y de Defensa Social. de 1902 y 1910) o
la clase obrera se organizó durante conflicto de la cuestión social de esos las eq uival entes en Brasil (de 1907). En Impugn acion es al orde n oligárquico ;
la década de 1920 con perfiles netamente años. En 1931, la dictadura del ~eneral algunos países hubo verdaderos cam- la cr isis de 19 30 y e l co ntl icto
combativos, siendo objeto de íeroz. repre- José Félix Uriburu fusiló a trabajadores pos de detención en zonas inhóspitas por la ampliación del pr incipio
sión en toda la región. Durante los años anarquistas. (Amazonia, 'rucarán, Ushuaia ). Pero hubo de ciuda da nía po lítica
si9uientes, hasta fa primera mitad de la En Brasil hubo una serie de huelgas también otras formas de represión. como En los años 1930, en América Latina
década de 1940 las exigencias de amplia- duramente reprimidas hacia finales de la la clausura de las sedes sindicales, el hubo crisis económica y crisis social,
ción de la ciudadanía y la instituciona- década de 1910. los rotundos fracasos saqueo a las redacciones de periódicos. pero también cri sis po lítica , crisis de
lización del movimiento obrero estu- de e sos episodios sellaron el final del la p ráctica de espías policía y agentes valores, y en algunos casos hubo solda-
vieron estrechamente ligadas. De la período explosivo del movimiento obrero provoca do res, la protección a los rompe- dura de dos o más tipos de crisis e incluso
represión y la violencia se pasó después en 192 0 . Dicho movimiento fue final- hu elgas, etc. hubo crisis o rgánica. las crisis son fenó-
a una fase de integración del mo\,imiento mente diezmado por el estado de sitio, En varios países, el movimiento menos históricos usuales, mas la conjun-
obrero, de lo cual buena cuenta da el vigent e durante e l gobierno de Artur da obrero se atrincheró detrás del anarquismo. ción de c risis económica, social y polí-
fenómeno del popu lismo. Sirva Bemardes (1922-1926). A esto debe contrario a la sírdícahzaoóo. y del anarco- tica no lo es tanto. Menos frecu e ntes aún
Otra vez Chile fue el país donde la ag regar se la inexistencia de un partido sindicalismo, surgido como alternativa son las c risis de mayor intensi dad, que
repres ió n contra la clase obrera alcanzó socialista significativo y que e l Partido frente a la ineficacia del a narquismo y las Crarnsc¡ llamó crisis orgánicas. la cara c-
su mayor manifestación. En 1919·1920 Comunista. creado en 1922, llegó a finales posiciones ca da 'v ez más refo rmistas del terística esencial de las c risis orgánicas
la sufrieron obreros de los frigoríficos y de la década totalmente debilita do. socia lismo. Es daro q ue los an arqu istas es la de ser crisis de hegemonía, es decir,
emplead o s púb lico s de Magall an es En Guatem a la, en 1922 , una huel~a ce rraron toda posibilidad de luchar por la una crisis de autoridad de la cla se diri-
y Puerto Natales e n huelga; en 1921, las general c on tra la miser ia y la inflac ion democracia. Del mismo modo, loe; anaroo- gente, que de viene sólo do minante, y de
tro pas mataron a 500 trabajado res sao fue viole ntam ente reprimida por la mili. sindic al ista s tampoco reiv indic a ro n la su ideología, de la c ua l las clases suba l-
lin e ros, tamb ién en h uelga, e n San eficacia de la lucha política y parl amen - ternas se esc inden. En una situació n de
Gregario , y en 19 25 , e n er go lpe más taria, exaltando, en con trapartida, al sindi- cris is tal , los partidos políticos trad icio-
terrible, el ejército, e nviado por el presi- cato co mo vehíc ulo de transfo rmación na les se to rn an - a nac r ómc oss y se
dente Arturo Alessand ri Palma, actuó co n socia l. El caso a rgen tino, do nde esta e ncu entran separados de las masas . Hay,
tal virule ncia q ue prod ujo 1.900 muertos corriente fue hegemónica durante varias p ues, una ruptura entre representantes y
en La Coruña de lquique (huelga de los
décadas - y en cierto sentido. se prolongó rep resentados. Com o la ca pacid ad de
salitreros). Este hech o -a l que se sumó
en e l peronísmo-, es bien e loc ue nte, rec o mposici ó n de la cla se dirigente o
la deportación d e más de 2.000 trabaja-
contrasta ndo c o n el chile no, donde e l dom inante es mayor y más rápida que la
dores- afectó de mod o co nside rable a de las clases subalte rnas, en tal situación
predominio de las corrientes marx ista s
la Federación Obrera Chilena (FOC H, aq ué lla puede mantener el poder, refor-
e-socialistas y comunistas- se expresó
c reada en 180 8 ), c uyos loc a les fueron
en una temprana y sólida articulación entre zarlo y emplearlo «pa ra dest ruir al ad~e~­
asaltado s y saq ue a dos. Otro per íodo
lucha sindical y lucha política, co rres- sa no». Menos frecuentemen te, la CrISI S
represivo se abrió en 1927 , bajo la pre si-
pondiendo la dirección de las acciones a l se re suelve por la in¡ ci a~¡va po~í~ica
de ncia de Ca rlos lbáñez, afectand o a los
partido obrero y no al sind icato. No es directa de las fuerzas y partidos políticos
par tidos y los sind ica tos o bre ros.
casua l, pues , que el movimiento o brero de las clases subalternas, que confluyen
.En Argentina, a 105 ep isodios p ro ta- en una única organización política ~ue
gOnizados por los proletarios e n Bue nos chileno tenga una historia de lucha po r la
democ racia política que no se e ncue ntra mejor representa sus necesidades. 51 se
A.i res, particular,mf'~te, y otras grand es produce esta segunda salida, la so lu~ ión
ciudades del r a1s, Viole nta men te rep ri- en muchos otros casos.
Elgeneral Anastasia 50moza, En ge ne ra l, e l movi m iento o b rero es «o rgánica •. Hay una tercera soluD?n:
midos por e Estad o en la «Sema na en una insrantánea de 1948. sem isecular de l modelo primario expor- la del jefe carismático. Eneste caso, exrste

35
...
un equilibrio estático en el que n i el Mart íne z), Honduras (co n Ca rías An- opos ic ión d éb il q ue no podía a rticu lar un pe q ue ño ejércit o. el -gen e rel de
grupo progresista ni el grupo conservador dinoj, Guatemala (co n UbiCO) y Nica- un p royec to alte rn at ivo c oh ~r~ n t e:' la ho mbres libres- llevó adelante una lucha
puede vencer, e incluso éste tiene nece- ragua (co n Sornozaj-cla salida a la crisis salida viable para los estados olig árquicos que se tornó símbolo de la resistencia
sidad de un jefe. la cris is política es, en adoptó la forma de la dictadura despó- ce ntro a me ric a nos y caribeños fue la anttlmperiallsta. incluso más allá de su
la mayoría de los casos, más de dom i- tico-personal , sultanística, sin reemplazar centralización de l poder en un individuo, ases inato en 1934.
nación que de hegemon ía. necesariamente a la dom inación o ligár- la coerción y la repres ión; en de finitiva , la po lítica es tuvo fuertemente
Ahora bien, es necesario distinguir qui ca. la dictadura de tipo tradicion;¡I sultanis- sesgada por la pre sión de los enclaves
ent re crisis básica de Estado y crisis de íe A comienzos d el siglo XX, los Es- tica. Como bien expo ne Fernández , «(I)a económicos y las necesidades geopclf-
forma de Estado. eEn su sentido más tados Unidos comenzaron a intervenir forma en que estos déspotas llegaron al tlcas de los Estados Unidos. El retiro de
estricto, una crisis básica de Estado existe directamente en la región, tanto en los poder se relaciona más con la trad ición los m arin es se enmarcó en la política
sólo cuando lo que está en cuestión es pla nos económico y financiero (co n los política oligárquica, caracterizada por exterior de Estados Unidos inaugurada
la matriz fundamental de la denomina- enclaves ban aneros en Honduras, Guate- mantener una fachada de moc rática que con Franklín Rooscvelt en 1933, co no -
ción social que le es inherente y sobre la ma la y Nicaragu a, y azucarero en Rep ú- ocultaba un fuerte co mpo ne nte autori- cida como «po lítica del buen vec ino •.
que se constituye. (...) En la crisis de una blica Do m inica na, hacia final es de la tario , que con el golpe de Estado como Con la instauración de dictaduras despó-
forma de Estado lo q ue ca mbia es la décad a de 1920) co mo e n e l político- forma típica de asunción de los dicta- tico-personales con fach ada de moc rá-
figura de éste. ma nteniéndose co mo no militar (inte rve nc ió n de la Marina d e dores militares. De hec ho, e s en El tica e n Cen troaméric a y e l Ca ribe, y co n
variable la relación fundamental de domi- Guerra en República Dominicana y Nica- Salvador en el único país donde un golpe esos d ictad ore s en pa rticula r, Estados
nación » (G raci arena, 1984: 4 4--45). En ragua). Enel caso de El Salvador, la ín ter- tal, encabezado IX)!' el sector conservador Unidos vio garantizados sus intereses sin
la década de 1930 en Amé rica Latina vención fue primordialmente política, del ej é rcito, (... ) colocó a Her~~n dez los costos, políti cos y económicos, que
hubo un a fuert e posibilidad de ruptura pues allí se mantuvo e l con trol nac io na l Martí nez como preside nte provisio nal- la inte rvenc ión militar si~nifi("a ? a.
de Id du m inac ión ol igárq uica, au nque de su p rodu cción , el café. Con la c risis (20 0 3: 280). En efecto, lo s dictadores En defin itiva, lo s pa ises latinoame-
co n frec ue ncia se co nstata n lín ea s de económica agravada por la coyuntura de accedieron al poder por la vía electoral, ricanos atravesaron en d istintos mo-
co ntinu idad nota bles. Hubo, pues, en 1929 y la crisis política. prod ucto de una aunque ellos fueran can didatos sin OfX>Si- mentos proc esos de crisis de la domina-
términos de Graciarena , crisis de fa íocme c ión --el caso de Honduras (1933) es el c ió n po lít ica , a unque no siempre fue
de Estado . único que tuvo un p roc eso electora l crisis de la dominación oli.gárquiGl. Sí.lo
Las impu gna c iones al ord en oligár- d entro de los márgenes formalmente fue en Brasil. Bolivia, Chile, Colombia.
quico y la demanda de ampliación de legales. Perú . Sólo e n Brasil se pasó a un nuevo
la ciudada nía po lítica se ex presaron de La ocupación milita r d ire cta de ti po de dom inación, e l pop ulism o. En
modo d iverso segú n las soci ed ades. En Estados Unidos en Nicaragua (19 12 a Argentina , fue la crisis de la democ ~a.C1a
a lgún ca so , como en el d e Bras il, se 1932 ) y en Rep ública Dominicana (19 16 o , más espee ¡ficame~te, de la trans~C1ón
prod uje ron ca mbios de re levanci a, en a 1924) se justificó por ra zo nes humani- del régimen oligárquico al dem?t:ratlco ,
el límite una ve rdad era revolució n po lí- tartas y morales, y pretend ía te rminar co n iniciad a en 1912- 1916. En M éxico, en
tica . En o tro, como en el d ~ Argent ina, la vio lencia política. Se organizaron cambio, los años 1930 fueron los de la
se inte rrumpió e l proceso de tra nsición Gua rdias Nacionales, que en los casos coronación del proceso r€'."oluc.ion~r!o
del régimen o ligárq uico a l de moc rático, de Somoza y Trujillo contribuyeron a su bajo la triple forma de profun~:hzaC:lon
sin que el golpe de 193 0 significa ra un acceso al poder. De extra cci ó n c ivil y de la reforma agraria, ínstttu ciona liza -
retorn o al primero. En un terce ro, eje m- en trenad o s po r los ma rines, ambos c ión política y populismo d ura nte la
plificado por Perú, la dom inac ión o ligár- contaron con el beneplácito norteame- p residencia de Cárdenas. En Centro-
q uica se rea como dó y pe rs istió . No ricano . la intervención milita r fue du ra- am értca y el Caribe, se trató de la ínstau-
faltaron inte nto s reform ista s, a la pos- men te co mba tid a por org an iza ciones ración de d ictadur as patrimo niales. Hay ...
tre limitados, como en Chile, con la efí- guerrille ras, co mo e n e l caso de Sandino dos casos más , que se de stacan por s...
mera República Socialista (1932) y los en Nica ragua . En 1926, Estados Unidos singularidad : Uruguay c o nstituye una
gobi e rnos del Frente Popular (19 38 · intervino m ilita rme nte en Nicaragua , excepción , puesto que allí no. hu~
1947); Colo mbia, co n su libe ral Revo- apoyando a los conservador es . La lucha oligarquía; y e l Ec uador de It?s. an~s )C
lución en marcha, frena da por La Pau sa, contra los ma rines fue declarada por el es un caso exace rbado de cnsrs e ines-
en 19 36 , e ins uficiente par a desplazar Partido libe ra l, cabeza de una insurrec - tabilidad política, una genuina situaciór
efectivamente a la dominación o ligár - ción que, empero, le llevó a una conci- de vac ío de poder.
q uica, y Cu ba, tras la insu rrección liac ión con lo s co nse rvadores, bien la de 1930 fue una déc ad a de no -
po pu lar de 1933. En ot ros varios pa íses mirad a por los norteamericanos. Con tra table eje rc icio de la violencia en tod .:>
-como e n la Repúbl ica Domini cana ella se levantó César Augusto $andino, ArlM5ica latina, y en el mundo. La Guerrd
(con Trujillo ), El Salvador (con Hemández Imagen de una lafle de Bogor.á en 1940. desencantado de su partido. Al frente de Civil en España (1936-1939), la Segund.


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Guerra Mundial (1939-1945). la «íes- de la picana eléc trica, imputado al argen- movimientos protagonizados por indí- un cas~ paradigmáti~o. Un caso excep,
campesinización» en la Unión Soviética, tino Leopoldo Legones (h)... gen as tobas y mocovres en El ZapaJlar y cional fue el de los oficiales chilenos. En
el genocidio de los ucranianos (1932- Entre to d as e sta s situaciones, la Pampa del Ind io, en 1933, continuación septiembre de 1924 un grupo de jóvenes
1933) ejecutado por el régimen estali- guerra del Ch aco fue el conflicto más del de 192 4, en 'vapalpr, todos en la militares interrumpió la sesión del Senado
n ista fueron todas experiencias con violento v costoso en vidas humanas. Ella provincia argentina del Chaco-, cuando con aplausos y «ruidos de sables'J exigió
millones de muertes, depcnactcnes y fue el re~ultado de un complejo entra- no una combinación de uno y otro, como la aprobación de unas med¡ as so-
prisiones. En América latina, tres situa- ma do de factores: viejas disputas por en el caso del Padre Cícero, en luazeiro ciales, entre ellas el Código de Trabajo.
ciones de violencia se produjeron en definir territorios he redados de la colo- do Norte, en el nordeste en e l Estado de Una s~&unda interve nción, en 1925, le
1932: la represión de los apnstas y comu- nización esp añ o la , e intereses contra- Cearé. en Brasil. Obviamente, todas estas devolvió el mando a Alessand ri. la dieta-
nistas real izad a por las fuer zas guberna- puestos entre las grandes compañías exp resiones de rebeld ía fueron objeto de du ra de Carlos ibáñez. que llegó al poder
mentales de Luis Sánchez Cerro en Perú; petroleras Standard Oil y Royal Dutch represión estatal y/o privada. en 1927, y la eñmera República Socia-
la guerrd del Chaco, que enfrentó a 5helJ, los c apitales anglo-argentinos v los años 1930 fueron también los lista de 1932, cuyo conductor Marm<t-
Bolivia y Paraguay. y que continuó hasta norteamericanos y las políticas exteriores del protagonismo político de los militares. duke Grave fue uno de los funda dores
1935; y la salvaje represión de la insu- del Reino Unido y de los Estados Unidos Solos o en alianza con grupos civiles, del nuevo Partido Socialista en 1933,
en relación con América del Sur. A esto partici pa ron de gol pes de Estado triun- también se inscribieron en e l reformismo
rrección campesina en El Salvador,
se serró el hecho de que el recurso bélico fantes en ocho países de la región: Argen- militar encabezado por aq ue llos revol-
ordenada por el dictador Maximiliano tina, Bolivia, Brasil, República Domini-
Mart ínez Hernández, en la cual pere- fue utilizado por el gobierno boliviano tosos jóvenes oficiales.
como un mecanismo para estimular el cana, Guatemala, Perú, en 1930; Chile y Otro caso singular fue Ecuador, con
óerUfl entre veinte y trei nta mil personas.
nacionalismo y galvanizar así al conjunto Ecuado r, en 1931. Asimismo, hubo presi- la Revolución Juliana de 1925 encabe-
Si la guerra es la continuación de la polí- dentes militares e lectos en JYoéxico (lázaro
de la sociedad e n pos de objetivos que zada por jóven es oficiales antioli gár-
tica por otros medios ---conforme la Cárdenas, 1934-1940), Venezuela (general
permitieran disimula r el fracaso de su qoicos que proclamaban luch a r _por la
cél ebre definición de Karl van Clause- Eleazar l ápez Conteras, 1935-1941), Para-
ges tión e n e l plano interno. igualdad de todos y la protección del
witz-, no E:'S menos cierto que la gue rra guay (mariscal José Estiga rribia. 1939·
Otro conflicto, muchísimo menos hombre proletano-, y a los cuales Agustín
es el fracaso de la política. 1948, si bien antes, en febrero de 1936, Cueva (1984: 295) reputa «incapaces de
intenso y q ue en poco tie mpo encontró
y hdv rná..: 1) Id política del dictador había habido un golpe de Estado militar
salida diplomá tica, fue el entablado entre concebir un proyecto p rofundo de trans-
guatem alteco, geoerallorge Ubico (1931- que llevó a la presidencia al general Rafael formación. y «condenados no sólo a
Perú y Colo mbia: la llamada guerra de
1944), quien desestimó inve rtir fondos teticia, un territor io amazónico objeto Franco, a su vez desplazado por e l Ejér- seguir una línea zígzagueenre frente a la
del r.resup uesto nacional en educación de rec lam aciones controvertidas po r su cito en agosto de 1937) y Uruguay oligarquía, sino a expresar su "protec-
y sa ud, «argumentando- q ue los hos pi- soberanía. Segú n Franklin Pease (1995: (general Alfredo Baldomi r, 1938-1942), ción al hombre profetano" con medidas
tales era n onsutuciones de menees»: 184-185), el ep isodio bélico, iniciado el después de la dictadura civil del colorado tan ilusas que ni stqurera merecen el cali-
2) la felonía del genera! Anastasia 50- 1 de sept iembre de 1932 , fue pa rte de la Terra. ficativo de ..populistas.... 1:: n opinión de
moza en el asesinato de l líder liberal nica- estrateg ia po lítica aprísta contra la dicta- la participación de los militares lati- Juan J. Paz y Miño Cepeda (2002 : 72-73},
ragüense Augusto César Sand ino (21 de du ra de Luis Sá nc hez Cerro, mas éste noamerica nos en la po lítica no fue homo- la Revolución Julia na y e l gobierno de la
feb rero de 193 4); 3) e l ra cism o d e l asumió la causa co mo propia y la apoyó, gén ea. l a s experiencias fueron desde el primera Junta Provisional articu la ro n un
general Han s Kund t, comanda nte de las qu itándole el conten ido o rig inal. Un refo rmis mo de los tenerues brasileños, nuevo Estado -na c ió n sob re un trípo de
fuer za s boli via nas, d irigiendo las o pe ra- hecho imprev isto alteró el curso de lo s los julianos ec uator iano s, los revo ltosos formado po r: 1) la supremacía de IO§ inte-
clones desde un avión pd rd no en trar en acontecimientos: el 30 de ab ril de 1933, ofic iales chil enos -en la d éc ad a de reses de da nacfor», repr esentada po r el
contacto co n sus soldado s indí ge na s; un militante aprtsta dio muerte a Sánchez 192 0- y los ..soc ialistas. bolivi anos, en Estado, sob re los «interese s p rivad os »:
4) la «masac re de Río Piedras » (e n la Cerro . la guerra no llegó a estallar y, tras la de 1930, hasta el co nse rvadu rismo de 2) _la imposición de la autoridad po lí-
Universidad de Puerto Rico , e l 24 de las negociaciones diplomáticas, en 1934 los milita res argen tinos y, en elHmite, las tica, centralista e institucional de l Estados,
octubre de 19 3 5); 5) la cr ue ld a d d e se reconoció la pertenencia de Leticia a ya mencionadas d ictaduras des pótico- procu rando superar ..105 íraccionamientos
Cetulío Vargas al repat riar a la Aleman ia Colombia. pers onallstas centroamerica na s y ca ri- re g iona les, soci a le s, partidistas y de
naz¡ a OIga Ben ar to , espu '> d de Luis Entre las formas de violencia que '>~ beñas. La co rrie nte nac iona l-militarista grupo, y (. .. } e l juego de íuerzas tradi-
Carlos Pre stes, apresada tras e l fracaso sucedieron e n los años 30 es significa- parece haber sido predominante e n las clona ies»: 3) la co nve rsió n de la cues-
de la insu rre c ción comuni sta de no - tiva la acción colectiva agraria que tom ó fuerzas armadas d e la reg ión. Dich a tión social en política de Estado. Así, ese
vie mbre de 19 3 5; 7) la ca rn ic e ría de la forma del bandidismo social - Jua n corrie nte no se oponía sistemá ticam ent e nuevo modelo apeló al intervencionismo
hombres, mujeres y niños hait ianos por Bautista Vai roletto o Batrolerro y Segundo al cambio si éste era realizado o rde na- est atal para modernizar y desarrollar el
tuerzas del di ctador ge ne ral Rafa e l David Peralta, más conocid o como Mate damente, ni a las me joras de las condi- país, intenta ndo terminar co n el sistema
Leó nidas Trujillo. el 2 de octubre de 1937; Cosido, e n Argen tina ; Antón io Silvino y cio nes de las clases trabajadoras si ellas oligá rquico· te rrate nie nte . La interpreta-
8) e l uso ge ner a liza do de la to rtura, La mpio. en Brasil- o b ie n la de meus- se efect uaba n tutelad as por el Estado. Los ción de Paz y Miño Cepeda con trasta con
<pe rfeccio nadas con el terrib le inven to nismo o milenarismo -como en los militares brasileños son en este aspecto la de Rafae l Qu intero y Erika Silva (199 1:

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-,
1,379-380), para quienes el golpe de a impulsar y la política a seguir frente d nacional (Brasil, 1935 ). Fueron, también, estos países se viv I ó la e xpe rie nci a del
Estado del 9 de julio de 1925 no debe eu na clase trabajadora en expansión y los años de la efímera República Socia- llamado socia/i.smo militar (19]6-1 9 39);
ser entendido como una " revo lució n de cada vez más combativa ». Las clases lista (1932) y de los gobiernos del Frente y otros dos países. Colombia y Per ú,
la clase media para la clase medial, toda dominantes se aislaron crectentemente Popular (de sde 1938 hasta 1947), en fueron también a la guerra, la de Lencra,
vez que, en rigor. no fue más que eun del resto de la sociedad y perdieron Chile. De la díctadora terrista (1933-19 38) mucho menos intensa ...
reordenamiento del juego de fuerzas de la capacidad de organizar el consenso v la Revoluci6n de Enero (19 3 5), en La década de 1930 también fue la
las clases dominantes regiona les cuyo en to rno a sus propuestas y valores. Uruguay. Del triunfo presiden~ial ~.e José década en la cual la demanda de dem o-
poder e n el Estado » ante, del golpe no «De so rie nta da s, con mocionadas, en María velasco lbarra y su destitución por cracia política terminó en un a notable
era equivalente -e l poder real que habían algunos casos totalmente fragmentadas », un golpe de Estado (19 34- 19 3 5), en frustración en América Latina. La apari-
alcanzado en el terreno de la sociedad tales clases dominantes no encontraron Ecuador. En México, Lázaro Cárdenas ción de los populismos. entre mediados
civil•. la Revolución Juliana, argumentan el modo de ser dirigentes (e n los términos profundizó la reforma agraria y realizó la de 1930 v sobre todo mediados de 1940,
Q uintero y Silva, se dio en el contexto d e Gramsci). Era, pues, -e l momento pri mera experiencia po pulista latino- en sus e xpresiones más pa rad igmátic as
de la consolidació n del dominio impe- pro picio pa ra el naclonal-mtlttansmos. americana. Ta m b ién se instaura ron las --el cardenismo me xicano, p rimero, y
rialista norteam ericano en América l atina En a usencia «í e la defin ición de un el varguismo brasileño y el peronísmo
dictaduras autocráticas de Jorge Ubico
y su proceso de modernización no hizo interés general claro por parte de la argentino, después-e- puso la cuestión
más qu e sellar .Ia vía gamonal-depen- (G uate m a la), Tiburcio Carías Andino
burguesta s. el interés de los militares (Ho nd u ra s), Anasta.,¡o Somoza (Nic a - de la democracia política en su forma
d iente de constitución del Estado abierta ocupó su lugar. De ahí que, durante cierto más clásica -libera l y representativa-
en 191 2 », tras e l asesi na to de Eloy Al- ragua), Maximiliano Hernández Martínez
tiempo, fue ron «los m ilitares q uienes, de en una per specti va diferente: estas expre-
fa ra y la nu eva p res idencia de Le ónl- (El Sa lvador), Rafae l Trujillo (Re pública
acuerdo con sus prop ios valores de críen- siones soctopolülcas en distinto grado
das Pla za , bajo la cua l se consolidó la tación est atal y autoritaria », definieron Dom inicana). Bolivia y Paraguay se
enfrentarooen la GlJE'fTa del Chaco (1932- mantuvieron e n lo formal los criterios
hegemonía de la plutocracia liberal, lo q ue fue «me jo r para la nación, en
«anulando deñníuvameme la posibilidad 1935) y, tras la derrota , en el primero de de la democracia política, liberal y repre-
nom bre de la seguridad de la misma y,
de constituci ón de un Estado na ci ona l po r e nde, la defensa de los el e mentos
en e l Ecuador». Lo cierto es que, más allá es e ncia le s del statu o uo v (Rouquié y
de la polémic a, dura nte los años 1930, Suffern, 199 7: 289).
la rnsis de domi nación no tuvo parangón: Como se ha visto, la década de 1930
diecisiete p residentes a lo largo de la fue pród iga en acontecimientos políticos
década y u na crue nta gu erra civ il. El reson an tes e inte ntos de transformación
triunfo presiden cia l de José María velasco de distinto tenor: las insurrecc iones aprista
Ibarra, en elecc iones libres, y su desti tu- en Trujillo (Perú}, paulista (Brasil), ca mpe-
ción por un golpe de Estado (193 4-1935) sino-comunista salv adoreña (las tres en
estuviero n antecedidos y precedidos por 1932 ), anumacha dtsta (Cuba, 1933),
sendas sucesiones de presidentes de corto comunista con apoyo de la Tercera ínter-
tiempo de gestión.
En e l militarismo influyó la situación
internacional y la consiguiente c risis de
las clases gobernantes locales. Sin al-
canzar el nivel del «r acionalismo antiim-
pe nali sta de los m ilitares bolivi a nos,
escandalizado s po r e l dernoentreguismo
y la cle ptocracta de la o ligarq uía min era
antíoectonab, se constata en e l inte rior
de las Fuerzas Annadas de América Latina
el desc rédito del liberalismo político y
de los países centrales que lo practicaban.
Un facto r que co ntribuyó a la afirma c ión
del poder m ilitar fue la div isión existen te
en las clases gobernantes acerca de cómo
afro nta r las c risis y las transformaciones
El proceso de industrialización llevó apare¡ado el d~splaramienro de un gran número
es tructurales en curso, e n particular
respecto del modo de ind ustrialización AfIO horno de La Fundidora de campesinos hacia fas zonas mdustna/e" de las Ciudades.
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sentativa, y pusieron el acento en el scnta.ti va liberal que Id propia política Capitul o 2
c arácter plebiscitario que las caracte- extenor de los Estados Unidos. Ahí está
riza . Pronto, el De partamento de Estado el reguero de dictadores autócratas en
no rtea merica no empezó a in vocar fuer- e l Ca ribe y en América Central (Trujillo, El POPUlISMO, LAS pOLíTICAS NAClONAL-DESARROLlISTAS
tem ente a la democraci a política, mucho Bat ista, Somoza, Ubico...); Alfred o Stro- y EL ESTADO DE COMPROMISO SOCIAL
má s como un a for ma de co nte ne r ese essn e r, en Paraguay y P ércz lim énez en
potencial q ue am e nazaba la es rebtlldad Venezue la; los D uvallier, en J lai tí, entre
de la región -fuera ella o riginada e n el otros, p rueba evidente de la falaci a de Un conce pto esquivo : el populismo y, a men udo, tam bién anticomunista. fue
comunismo o en las experiencias po pu- esta argumen tación q ue alcan zó su Populismo es u no de lo s térm inos caract e rística de l populismo que en él
lista s- qu e como una p retensió n punto paradigmático en la intervención má s utilizados en los análisis políticos las d emandas d e la socied ad hacia el
genuina. En erec to. y a despecho de esa norteamericana, aho ra ex p líc ita mente contemporáneos, a pesar de lo cual no Estado se e xp resaran en mediaciones
apelación, nadie conculcó má s fuerte- p ro ba d a , e n el d e rrocamiento del hay gran co nsenso respecto de qué sign_i- corporativas, es pecialmente de los sindi-
mente la posibilidad del ejercicio de la go bierno de Sa lvador Allende, e n Ch ile , ñce. En ve rdad, más que una rendencía catos, y que se d iera una am pliación de
democraci a po lítica e n su forma repre- en septiem b re de 1973 . a la coinci dencia se perci be una inflació n la dudadan ía , e n particu lar de los dere-
semánt ica que mu ltiplica su uso hasta c ho s soc ia le s, extendida desde arr ib a.
una amplísima y divergen te variedad de En el plano económico, en general,
casos , e n su mayoría difíciles de ser const- todas las visiones sobr e el fenómeno coin -
derados en un m ismo p lano . ciden en relaci onar el popu lismo con el
Sin pretender r~lver dqu í Id) l.unlru- adv enimiento de la ind ustria lizac ión por
versias q ue su uso ha generado , pu ed e sus titución de im portaci o ne s. En.J o s_
decirse que e l populismo se deñ ne como procesos de ind ustr ial iza ció n sustitutiva
el surgimie nto Político de las masas e n las la s bu rgue sías na c io nales tu vie ro n el
cond iciones creadas por la c risis de la con trol de los medios de ·produffiOñVde
domin ac ión o ligárqu ica y de la demo- los recursos productivos (Argentina, Brasil
cracia liberal (mejor dicho, de la idea de y México), Un me rcad o interno desarro-
democracia liberal) en una coyuntura de llado y una ec o no m ía diversificada estu-
desarrollo autónomo relativo y de las pecu- vie ro n en la base de d icho proceso. En .
liaridades de la urbanización e industria- gene ral, la s cl ases ter rate nientes qu e
lización en pa íses agrarios y dependientes. había n sido el ejede la política del o rden
Según define Francisco w eñot, un sistema olíg-árq uico fuero n desplazadas po r las
populista es una _c:;trud ura...instituó onal burguesías nacionales industriales.
de tipo autoritario V semicoq>orati'ia.-orien-
tacíón política de tendencia nacionalista,
la industrialización sustitutiva
antiliberel y antioligárquica, orleñ'iaCión
de importaciones
económica de tendenclá naClonaltsta e
Según las ace pciones establecidas
industrialista, composici9Q2.od 1 1-
por la ( EPAL (1965: 33 , n. 12 ), en su
clasista .!!l.as cQMPO)'Qma . . as
da~ulares . (Wef{ort, 1978 : 84 -85 ).
e studio so b re la industr ia lización e n
Amé rica Latina, .(eH concepto de sus ti-
En e fecto, el popu lism o fue una
experiencia hístónca'que cómen--roen la tuc ión de im po rtaciones admite diversas
oééá da de 1930, traslaCrisis de la dOiñi- interpr etacio nes : como equ ivalente a una
nación o ligárq uic a y del liberati !>~ di smi nución en la cua ntía abso luta de
Europa cues tionado por e l fasc ismo y po r las importac iones: como diferenci a entre
el comunismo ) y co n el desa rrollo de la la demanda potencial de importaciones
industrialización sustitutiva de importa- que habría ocu rrido de man teners:e cons-
ciones, Se apoyó en una a lianza poli- tante el coefici e nte de tmp o rtacones y
clasi sta entre e l Estado, la burg uesTaTOCal la s importaciones efecti.vame~te ~e~li­
y la cl ase obrera nacional;mantuvo una zadas o bien corno una diferencia similar
relación ambigua co n el c apl"iiT ex tran- pero respecto a una dema nda potencial
jero y estuvo atravesado por un discu rso calculada, ad m itie ndo cierta e las tic idad
nacionalista fuertemente antiimperialisla -gene ralmente superior a la un idad de

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