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EL NACIMIENTO DE VENUS
Madero flanqueado por Jesús Urueta y Juan Sánchez Azcona, directivos del periódico Nueva Era, en una caricatura de El Ahuizote.
RAFAEL LILLO, EL NACIMIENTO DE VENUS; EN EL AHUIZOTE. SEMANARIO POLÍTICO DE CARICATURAS, MÉXICO, 11/NOVIEMBRE/1911
—El presidente de la República declaró el diez de febrero
que la lealtad del general Pascual Orozco es indiscutible.
—Está muy atrasado ese periódico. Déjalo y toma otro.
—El veinticuatro de febrero, el presidente de la República
declara que está convencido de la lealtad del general Pascual Orozco.
—¡Bah! Búscate una cosa interesante…
RAFAEL F. MUÑOZ, SE LLEVARON EL CAÑÓN PARA BACHIMBA
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Relatos e HISTORIAS en México
de un modo que no se veía desde la época de la Refor-
ma, a pesar de que en julio de 1911 la Secretaría de
Gobernación había girado una circular a los editores
de periódicos para solicitar su apoyo a fin de “concluir
con la efervescencia o excitación que aún se nota en el
pueblo y que de seguro se calmará con los persuasivos
artículos que a tal fin se sirva usted dedicar”.1
La prensa oposicionista se desbocó en una libertad
ya sin límites y aprovechó las nuevas reglas para ata-
car al presidente recién electo. El Imparcial continua-
ba siendo el periódico de mayor tiraje, el más moder-
no y el que tenía la más amplia cobertura informativa,
a pesar de quedar sin la protección gubernamental.
Pero la crítica contra el maderismo no sólo proce-
día de los conservadores (porfiristas, reyistas y cató- El entonces joven José Clemente Orozco fue de los destacados
caricaturistas que atacaron a Madero, quien con frecuencia era
licos), también de periodistas revolucionarios que no minimizado al comparársele con Porfirio Díaz.
aprobaron el interinato ni el nuevo régimen, como los JOSÉ CLEMENTE OROZCO, LOS DOS REGÍMENES; EN EL AHUIZOTE, NÚM. 23, 23/OCTUBRE/1911;
HEMEROTECA NACIONAL
hermanos Flores Magón en Regeneración y El Diario
del Hogar, publicaciones que a mediados de 1911 se
reestructuraron. El primero vuelve a la escena política
en agosto de ese año con Jesús Flores Magón como
propietario, aunque se publica esporádicamente; El
Diario del Hogar pasó a manos de Luis I. Mata y Juan
Sarabia después de la muerte de su célebre director,
Filomeno Mata, en julio de ese año, dos meses des-
pués de salir de la cárcel de Belén.
¡Viva la libertad!
Madero llegó a la presidencia de México enarbolando
la bandera de la libertad de expresión, derecho que
reclamó desde la publicación de La sucesión presiden-
cial en 1910 como una de sus principales exigencias
al gobierno de Díaz. Desde los inicios de su vida po-
lítica, el coahuilense promovió la difusión irrestricta
de la información con el fin de que los ciudadanos se
enteraran de la realidad del país y pudieran decidir
libremente sobre su destino. Sin embargo, durante
su mandato sufrió las consecuencias de ese derecho,
ejercido prácticamente sin límites por los periodistas.
Es conocida la tendencia de la mayoría de la prensa
de este periodo a criticar, condenar, vilipendiar, ridi-
culizar y satirizar a Madero, su familia y su gobierno.
La crítica se acentuó después de que se retiró del
erario a los periodistas y se dejó de subvencionar a
los diarios, otrora sostenidos en gran parte por el régi-
men porfirista, el cual permitió que 70 por ciento de
los intelectuales viviera del presupuesto gubernamen- Según la sátira de muchas caricaturas, a Madero todo le
quedaba grande: la ropa, las mujeres, la silla presidencial…
hasta “la Matona”, símbolo de represión que acompañaba a
1 Ma. del Carmen Ruiz Castañeda, “La prensa de la Revolución (1910-1917)”, en algunas de las gráficas antiporfiristas.
Ruiz Castañeda y Luis Reed, El periodismo en México: 500 años de historia, Mé- JOSÉ CLEMENTE OROZCO, MALAS HERENCIAS; EN EL AHUIZOTE,, NÚM. 29,
xico, Edamex-Club Primera Plana, 2005, p. 263. 9/DICIEMBRE/1911; HEMEROTECA NACIONAL
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tal, según Francisco Bulnes (1847-1924). El subsidio
tenía sus defensores; el principal de ellos era Rafael
Reyes Spíndola, director de El Imparcial.
En junio de 1911 El Diario informaba: “Desde el día
1 del mes actual han quedado suprimidas las subven-
ciones que el gobierno le tenía otorgadas a la prensa.
Al presentar los directores de periódicos su recibo por
la subvención de mayo, se les notificó que no debía
esperar seguir cobrando del nuevo gobierno ninguna
cantidad de dinero en pago de su amistad”.
Madero siempre fue partidario de la libertad de im-
prenta, aunque no pudo generar los medios que logra-
ran equilibrar la situación en su mandato. La mayoría
de la prensa lo atacó sistemáticamente por considerar-
lo débil e incapaz de gobernar, hacía mofa de su esta-
tura y forma de vestir. Su hermano Gustavo también
fue víctima del escarnio; debido a que tenía un ojo de
vidrio, sus enemigos le pusieron “Ojo Parado”, apodo fa-
moso no sólo por su constante reproducción en la pren-
sa, sino porque en enero de 1912 apareció Ojo Parado,
semanario de caricaturas editado por Celio Ramírez
Jiménez, con el español Rafael Lillo como dibujante.
La revolución maderista y su
principal programa, el Plan de
San Luis, fueron motivo de
decenas de caricaturas en El
Ahuizote (1911-1912), dirigido
por Miguel Ordorica.
TODO EL MUNDO TIENE TAJADA MENOS
EL PUEBLO; EN EL AHUIZOTE, NÚM. 36,
El Mañana –encabezado por
20/ENERO/1912; HEMEROTECA NACIONAL el abogado Jesús M. Rábago,
secretario particular de Huerta
cuando éste llegó al poder– nació
en junio de 1911 con el objetivo
explícito de impedir que Madero
llegara al poder. Después de que
don Francisco se convirtió en
presidente, fue de los más duros
críticos de su gobierno e incluso
llamó a derrocarlo.
EN JOSÉ C. VALADÉS, “LOS HOMBRES EN ARMAS”;
EN HISTORIA GENERAL DE LA REVOLUCIÓN
MEXICANA, T. 2, MÉXICO, SEP-GERNIKA, 1985
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Rumores convertidos en hechos, contradic-
ciones en la información, poco espacio en sus
planas a cualquier noticia que pudiera favore-
cer al gobierno, son algunas características de la
prensa de este tiempo. La revuelta en el norte
de Pascual Orozco, iniciada en marzo de 1912,
fue una de las etapas más álgidas entre la admi-
nistración maderista y la prensa: el presidente
acusó a los diarios de exagerar la importancia
y fuerza del levantamiento, causar pánico y te-
mor entre la población y desconfianza en los
políticos e inversionistas, además de alentar
a los rebeldes magnificando sus acciones; del
otro lado, los periódicos cuestionaron la capa-
cidad del gobierno para acabar con la rebelión.
Por su parte, Nueva Era, el periódico más leal
a Madero, ensalzó la labor del mandatario, del
fiel ejército y de los jefes militares –en espe-
cial de Victoriano Huerta– en su lucha contra
los sublevados, además de minimizar los mo-
vimientos sediciosos en el norte y Morelos.
Nueva Era (La Huevera, le decían sus crí-
ticos) nació el 31 de julio de 1911 y repre-
sentó una excepción entre los periódicos de
su tiempo, al fundarse con el fin de apoyar
y defender al movimiento encabezado por
Madero. Se propuso ser el periódico de la
revolución triunfante y tribuna del grupo
gobernante. Fue patrocinado por el círculo
más cercano a Madero; de hecho, su her-
mano Gustavo era el principal accionista
de la empresa editora y Juan Sánchez Az-
cona, su primer director, sería más tarde secretario
particular del presidente. “Zapatismo de la prensa” fue el nombre con el que
los maderistas calificaron el ejercicio periodístico –en
Fue el diario del gobierno y el partido maderistas esta caricatura representado por los diarios El País
(en marzo de 1912 se convirtió en el órgano oficial y El Imparcial– que tenía como fin principal atacar y
desestabilizar al gobierno de don Francisco, provocando
del Partido Constitucional Progresista que llevó a don la caída de su popularidad ante la opinión pública.
Francisco a la presidencia), por ello Madero y Nueva NUEVA ERA, 13/FEBRERO/1912
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tanos. El semanario de caricaturas Ypiranga expresó:
“Se trata de amordazar a la prensa que protesta indig-
nadamente contra esos delitos que nos vuelven a los
nefastos tiempos porfirianos”.
Con la propuesta legislativa, Madero reaccionó,
aunque tardíamente, contra el libertinaje periodísti-
co que perjudicaba a su gobierno. Pero las posturas
en contra no se hicieron esperar, no sólo de parte de
los legisladores antimaderistas, sino de algunos revo-
lucionarios que defendían la libertad de expresión
pese a todo, como Antonio Díaz Soto y Gama y Juan
Sarabia, quien expresó: “Aun cuando jamás seré yo,
por ningún motivo, de los que pretenden glorificar a
la dictadura caída, ni tomar parte, la más mínima, en
ninguna tendencia reaccionaria, sí condeno los malos
procedimientos del nuevo régimen y me uno a todos,
cualesquiera que sean, los que pugnen en estos mo-
mentos por la libertad de la prensa independiente”.
El proyecto no pasó siquiera de las comisiones dic-
taminadoras del Congreso, por lo que no fue discutido
por los legisladores. El fracaso de la iniciativa se debió
principalmente a que la Asociación de Periodistas Me-
tropolitanos la calificó como una “ley mordaza”. Nue-
va Era, por su parte, no dudó en apoyar al gobierno
para poner “un dique a la prensa alarmista”. El pro-
yecto sólo quedó en un intento fallido para regular a
la prensa. En 1917 se presentaría una propuesta en
torno al mismo tema, aunque con mayor éxito.
Los errores
Si bien la prensa no fue la que “tiró” a Madero, histo-
riadores como Javier Garciadiego, Stanley Ross, Frie-
drich Katz y María del Carmen Ruiz Castañeda, así
como testigos de la época, entre ellos Félix Palavicini,
José María Pino Suárez, Diego Arenas Guzmán, José
Juan Tablada y Martín Luis Guzmán, coinciden en
otorgar a los periódicos opositores un rol significativo
en la caída del gobierno.
Dos semanas antes del derrocamiento de Madero,
la mañana del 23 de enero de 1913, legisladores fie-
les al gobierno advirtieron al presidente del peligro
que significaba para su administración la despiadada
prensa de oposición. El informe que los diputados ma-
deristas presentaron manifestó la inconformidad por
los errores y el desprestigio del gobierno. José Inés
Novelo, presidente del Bloque Liberal Renovador en Con los diversos alzamientos militares que
hubo durante el gobierno de Madero, no
el Congreso, fue el encargado de leer a Madero el in- faltaron los reporteros heridos al ejercer su
forme sobre la crisis del gobierno. Presentó once pun- oficio en el campo de batalla.
AUDI (SEUDÓNIMO ATRIBUIDO A ANDRÉS AUDIFFRED), CÓMO FUE
tos a discutir, dos de ellos relacionados con la prensa: HERIDO EL CORRESPONSAL (EL REPÓRTER EVERARDO ORTIZ,
HERIDO MIENTRAS EJERCÍA SU OFICIO); EN NUEVA ERA,
“La contra-revolución, sus tendencias y sus medios de 20/FEBRERO/1912
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Relatos e HISTORIAS en México
propaganda” y “Estado actual de la opinión pública”. de escuchar el discurso, sólo respondió –con tono mo-
Allí se señalaba: lesto– que “estudiaría las observaciones del Bloque y
que en cuanto a la libertad exagerada de la prensa, la
Ha olvidado el gobierno, a pesar de ser él la prueba mejor consideraba como uno de los orgullos de su adminis-
de esta tesis, que las Revoluciones sólo triunfan cuando en tración, deseando que México conquistase para siem-
la opinión pública tienen su más fuerte e incontrastable pre su libertad política”.
sostén: vamos camino de que la contra-revolución consiga Aunado a la feroz oposición, Madero no supo crear
adueñarse de la opinión pública. […] La contra-revolución una sólida red de prensa que apoyara su gobierno.
[…] va apoderándose de las conciencias por medio de la Sólo tenía a Nueva Era, y aun éste llegó a criticar la
propaganda de la prensa […], labrando el desprestigio del blandura ante sus enemigos y la “política de carame-
gobierno, que cada vez es mayor, y, porque todo el mundo los” del presidente contra sus conspiradores. Además,
piensa ya que este gobierno es débil. aunque para principios de 1913 (demasiado tarde), el
La prensa ha ido infiltrando su virus ponzoñoso en la gobierno había adquirido la mayoría de las acciones
conciencia popular, y ésta al fin llegará un día a erguirse de El Imparcial, el diario se quedó casi con el mismo
contra el gobierno en forma violenta e incontrastable. […] cuerpo de redacción, sin disponer que lo encabezara
Y el gobierno, en nombre de la ley, pero faltando a ella, se un periodista aliado y capaz. Palavicini expresó: “Los
deja escarnecer, se deja befar, se deja afrentar. Y gobierno revolucionarios maderistas no supimos que el perió-
que no es ni respetado ni temido, está fatalmente desti- dico era del gobierno”, lo que causó que no se utilizara
nado a desaparecer. […] Suprimida, por los medios legales para defenderlo y la inversión resultó inútil.
de represión, la prensa de escándalo, quedaría cegada la El poeta José Juan Tablada, antimaderista confeso,
fuente que esparce del uno al otro confín de la República escribió en su diario acerca de la prensa en los últimos
la simiente contra-revolucionaria. […] Muchos más funes- días de Madero. El miércoles 5 de febrero de 1913 re-
tos que los zapatistas que incendian los campos y asesinan gistró una plática con Pino Suárez, quien le preguntó
mujeres, son los zapatistas de pluma que envenenan el cri- si consideraba delicada la situación para el gobierno:
terio nacional.
Le contesté que sí, que la situación no sólo era peligrosa,
Madero consideró desaforado el dictamen, exage- sino que cada día se hacía más, ya que el gobierno parecía
rada la advertencia e injustificado el pánico; después tolerar los desmanes de cierta prensa que sistemáticamente
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Durante la Decena Trágica
algunos periódicos capitalinos
sufrieron ataques a sus
instalaciones, entre ellos
El Heraldo Independiente
y Nueva Era. Con el cuartelazo
contra Madero acabó también
un periodo de amplia libertad
para la prensa, ya que Huerta
limitaría de forma enérgica la libre
expresión. Prácticamente
ningún diario publicado durante
el gobierno maderista sobreviviría
a la dictadura huertista.
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