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El artículo de la Ley de Financiamiento que no cayó bien

en la Asobancaria
La llamada Ley de Financiamiento, aprobada en diciembre último, sigue
generando todo tipo de reacciones en el mundo de los negocios.

Por ello, ya comenzaron a tejerse las primeras demandas contra esos


cambios tributarios, esta vez por parte de los banqueros quienes consideran
que la sobretasa en el impuesto sobre la renta —cuya tarifa quedó en 37%—
fue discriminatoria hacia ese sector, mientras a otras se le rebajó ese tributo.

En el año 2020 el pago de ese impuesto le costará a la banca $670.000 millones.


Lea también: ¿Quiénes ganan y quiénes pierden con la reforma tributaria?

El presidente de la Asociación Bancaria de Colombia, Santiago Castro, dijo que en


dos semanas se entablará la demanda de inconstitucionalidad contra el Artículo
que creó esa sobretasa, no contra toda la ley como tal.

¿Qué argumento tiene la banca para demandar esa sobretasa en la última


reforma tributaria?

Ni siquiera es tanto por los recursos, que de todas maneras son muy importantes,
sino por el hecho de que se estigmatice un sector cuya tarea ha sido la de
contribuir al fisco, sin evadir un solo peso. Además establecen una tarifa
diferencial que solo se le aplica a la banca. Eso es altamente discriminatorio, pues
se violan los principios de equidad y de igualdad tributaria.

Fuera de eso, ese artículo se tramitó sin el aval del Ministerio de Hacienda.
Creemos que es un buen argumento para derogar ese artículo y que quede como
precedente de que no se pueden tomar ese tipo de decisiones discriminatorias.

Si desde el principio se habló de discriminación, ¿por qué no se tumbó ese


artículo?

El precedente es que el día de mañana si al Congreso de la República no le gusta


determinado sector porque está ganando demasiado, le ponen una tarifa
diferencial en impuestos. O se la sube o se la rebaja. Además, los impuestos no
son en base al nivel de utilidades, entre otras cosas porque cuando se ve frente al
capital es una rentabilidad de las más bajas de todos los sectores de la economía.

Aún si fuera alta sobre esa utilidad se está pagando impuesto sobre la renta. No
entendemos ese proceder, y por eso vamos a demandar.

¿Fue una medida inconstitucional?

Sí. Porque se violaron los principios de equidad tributaria.


En opinión de muchos, entre ellos el senador David Barguil, promotor de la
iniciativa, es que la banca gana mucho dinero y tiene como pagar ese
tributo...

Cuando se mide sobre los activos (del sistema) esta es una de las rentabilidades
más bajas frente a otros sectores. Y si fue porque había que tapar el ‘hueco’ fiscal
no debería haberse rebajado en dos puntos porcentuales la tarifa corporativa del
impuesto sobre la renta, sino 1,5% o menos. No se podía escoger sectores dentro
del canasto.

¿Cuánta plata implicará el pago de esa sobretasa?

Serán $670.000 millones cuando se presenten las declaraciones de renta en el


año 2020 por el año gravable 2019. Es el cálculo que tenemos.

Existe la percepción de que esa medida desestimularía la bancarización en el


país. ¿Eso es cierto?

Claro. Todo eso afectará los procesos de bancarización. Y también se afecta la


oferta disponible de crédito y lo encarece. Es un paso atrás en todo el proceso de
buscar un mayor acceso de la población a los servicios y productos de los bancos.

Es decir, que las tasas de interés para los créditos no bajarían más...
Eso depende más de la política monetaria. Pero obviamente puede tener una leve
incidencia cuando se limita la oferta disponible de crédito. De hecho, las tasas han
estado bajando, pero aún hay un leve espacio del Emisor para otras rebajas. 

¿Eso desanimaría la llegada al país de nuevos competidores bancarios con


ese tipo de inseguridad jurídica?

Obvio. Un banco extranjero que esté mirando a Colombia seguramente ha


analizado por qué un sector como el financiero queda ‘clavado’ de manera
discriminada, y lo pensarían dos veces para llegar. Y en eso tendrían toda la
razón.

Aquí ya operan unos jugadores importantes en el mercado tanto de capital local


como extranjero. Figuran bancos americanos, canadienses, europeos, del Brasil,
de Chile y otras latitudes. Por eso la banca colombiana actualmente es muy
competitiva. Esperamos que siga siendo así.

Pero las señales con la última reforma tributaria no fueron tan buenas, como
usted dice...
Eso lo que frena es que precisamente vengan nuevos jugadores al sistema
financiero colombiano. Es decir, que no le brinda confianza a quienes quieren
aterrizar en Colombia. 

Obviamente, que uno quisiera que llegaran más bancos porque eso genera más
competencia y beneficia a los usuarios del sistema en cuanto a servicios, tasas de
interés y nuevos productos.

Siendo así, ¿cuáles son las perspectivas del sector para 2019?

Nadie niega que el 2018 fue un año en el que se empezó a ver la recuperación de
la economía, pero de manera tenue y muy leve.

Sin embargo, crecer al 2,7% no significa que estemos entrando en terreno de


arranque. Estamos muy optimistas frente al 2019 y creemos que vamos a tener un
crecimiento económico del 3,2%. Y en lo que tiene que ver con el sector bancario,
nosotros esperamos que la cartera, que en 2018 tuvo un crecimiento del 2,8%
pueda crecer a niveles del 4,5%. Seguimos siendo positivos en nuestros
pronósticos, y especialmente en este año.

En otras palabras, el consumo y el crédito se están reactivando...


Claro. Vemos una reactivación en el consumo de los hogares, a pesar de que
hubo una baja de las expectativas en el segundo semestre del 2018. Factores
como la incertidumbre tributaria ya se disipan por lo que en este año vamos a ver
un repunte significativo.

Cuando el consumo baja, la morosidad siempre aumenta. ¿Cómo va ese


comportamiento de los hogares frente al pago de sus créditos?

Ese indicador ha mejorado. De acuerdo con datos a noviembre del 2018 el índice
de calidad de cartera empezó a bajar al 4,79%, lo cual es muy positivo. Ya vemos
un descenso y creemos que este comportamiento continuará durante el año.

Todo eso se ha enmarcado en un buen manejo del riesgo y la tesorería de los


bancos.
“El mayor impuesto de renta a los bancos desanimaría la futura llegada de
nuevos competidores extranjeros al mercado colombiano. Lo pensarían dos
veces para hacerlo. Más competencia favorecería a los usuarios del sistema
financiero”.

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