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Resumen

La propuesta de la Modernidad pretende que


del trabajo, la sociedad derive el bienestar
Luis Fernando Jiménez
y la vida feliz. El trabajo informado como
Candidato a doctor en Sociología Jurídica empleo proporciona seguridad, opciones,
e Instituciones Políticas posibilidades, valores, bienes, riqueza, fe-
licidad. Una visión bien distinta a la de la
Docente Investigador
Facultad de Administración de Empresas
Turísticas y Hoteleras Grecia Clásica, inspiradora de la democracia
Universidad Externado de Colombia de Occidente, que hace poner en duda la pa-
radoja moderna del trabajo y del tiempo libre
lfjg7000@une.net.co

bajo todas sus institucionalizaciones, unas


generadas culturalmente por las sociedades
avanzadas, otras provenientes de la tradición
lúdica heredada por el siglo de la Revolución
Industrial (turismo, deporte, vacaciones,
fiestas, carnavales, actividades de tiempo
libre, ocio). Cabe entonces preguntarse si
en los inicios de la nueva era postmoderna,
de la que somos protagonistas, ocurre que el
trabajo y el tiempo libre vienen generando
un nuevo sentido, en donde ya no aparecen
como irreconciliables opuestos, ni con tajante
relación de subordinación. Lo cierto es que
hoy, un buen sector del pensamiento sobre
la lúdica se inclina por afirmar que se está
produciendo una revolución/evolución del
trabajo, del empleo y del tiempo libre que
los relaciona de modo distinto, acercándo-
los al punto de compartir entre sí nuevas y
OCIO, TIEMPO LIBRE Y cambiantes visiones. Este texto hace parte de
EMPLEO1 esa actualidad del pensamiento. Sostiene que
parece haberse superado la simple apuesta
LEISURE, TIME AND teórica de cambio en la tríada binomio tra-
EMPLOYMENT bajo/empleo/tiempo libre, pues se aprecia un
efectivo cambio de rumbo al concretarse una
nueva visión de felicidad y de uso del tiempo
libre, ya no ligada exclusivamente con la
satisfacción de las necesidades materiales, ya
no amparada en el binomio histórico esclavo/
amo, ya no producto exclusivo del trabajo en
su visión de antaño, ya no ansiosa de excesos
y banalidades, y a la vez, se aprecia el inicio
del cambio hacia un trabajo que ya no es
empleo privativo de la libertad, que se llena
de lúdica, dejando de ser único imperativo
1
Fecha de recepción: 06 de agosto de 2010. de la vida. La Felicidad ya no sólo aparece
Fecha de modificación: 10 de septiembre de 2010. en los momentos de ocio y el trabajo deja de
Fecha de aceptación: 10 de octubre de 2010.

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ser duro mandato para suplir las necesidades Thus, the income generated by employment
del diario vivir. Una Felicidad y un Trabajo make holidays a trend that should continue
que se confunden para la “buena vida”, en la even if they have the means, and that man
relación indisoluble de una hipóstasis, de un should not allow the loss of his humanity
dos que son uno a la vez. for the work, you must keep it at leisure. The
challenge is then the generation of a new
Abstract economic and tourism sector which results
Work is derived from any activity, this pro- in the Postmodern Tourism.
vides security and welfare, resulting in happi-
ness, the good life, man should concentrate on Palabras Clave: Skolia, trabajo, ocio, vaca-
developing their craft because they become ciones, descanso, empleo/desempleo, turismo,
like gods, and to seek their freedom in activi- tiempo libre, felicidad, vida buena, ética del
ties that are end in themselves, their true life tiempo libre, postmodernidad.
is leisure (“Skolian”) is apt for this kind of
life, in order to seek democracy. Happiness is Key words: Skolian, work, leisure, vacation,
linked with the satisfaction of material needs leisure, unemployment / employment, tourism,
to have meaning when they are limited, is free time, happiness, good life, postmodernity.
well protected slavery as the value of work
that does not allow distractions to hinder their i
development, avoiding material excess, but
the work renders  freedom it is imperative “skolia”, la versión
to meet the needs of daily living. Aristotle griega de perfección
argues that happiness only appears at leisure,
so the games must be conducted in parallel La presencia del trabajo en la sociedad griega
with the work, taking a break from work se apoya en última instancia sobre su concep-
fatigue and leading to a break that emanates ción de hombre, de donde deriva su sentido,
from the game. Happiness is in terms of the dice Dominique Méda (1995). Esta reflexión,
obtained and enjoyed, and an expected life is la de una de las pensadoras de la “muerte del
to enjoy every moment at work, it is likewise trabajo”, nos sumerge en el grande relato, el
necessary to have free time, which becomes infalible tema que se desarrolla a lo largo de
more and more in an attempt to find roots, la historia, al menos de Occidente, hasta el
enjoying the remoteness of the lonely. madurarse de la modernidad: el trabajo es
señor y amo, a él se somete y de él deriva
Unemployment is presented here as a threat toda actividad, él proporciona seguridad
to the enjoyment of life, underemployment is y bienestar y su premio es la felicidad, la
presented which should be taken into account buena vida.
in the unemployment, it is not a job, is a “how
to get what the newspaper?” Is disguised Para la visión helena, el hombre es un animal
unemployment  but it is a real unemploy- racional y su oficio, como tal, debe con-
ment. This, unemployment will become more centrarse en desarrollar la razón de la que
sense, though employment as such moves ha sido dotado por los dioses y que lo hace
towards the services sector, here are tourism, semejante a ellos.
which in industrialized countries generates a
very high percentage of total jobs, but should Ejercer su razón es, desde el orden teórico,
not forget that in what is to happen are the llenarse de la filosofía y de las ciencias y,
effects and damage on employment. desde el orden práctico, obrar según la virtud,

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mientras que desde el orden político es deve- El ocio griego se apoya en tal sentido de
nir excelente ciudadano (“zoón politikón”). mesura y de limitación, que hace ver como
burdo y liviano el engendro moderno de las
Ejercer de modo digno este regalo racional instituciones de tiempo libre, desprovistas de
del Olimpo, no puede lograrse sino siendo toda moral y plagadas por la desmoderación
del todo Libre, esto es, empeñándose con del consumo.
exclusividad en actividades que son fin en sí
mismas y no medio para otro fin. Le esfera del consumo, gran ideal de felicidad
de la Modernidad (o, mejor, del Modernismo),
Por ello, la verdadera vida de un ser vivo, vir- simplista satisfacción de las necesidades mate-
tuoso y político es el ocio, la skolía, y resultar riales, tiene una cota en la vida griega, un lugar
apto para tal vida es el fin de la democracia en muy limitado, porque las necesidades sólo
Atenas y en cualquier “polis” griega. tienen sentido en cuanto que son limitadas.
No es que se menosprecien las necesidades y
La skolía, vida de ocio, como concepto filo- su obligatoria, más bien legítima satisfacción,
sófico, ético y político, no es ni ascetismo, ni sino que para el heleno aristotélico-platónico,
pereza, agrega Méda (1995), porque el ocio la felicidad, el buen-vivir, no es de modo al-
en Grecia no tiene ninguna de las connotacio- guno satisfacción, proveer para atender toda
nes que le imprimió la Modernidad Ilustrada ilimitada serie de necesidades, sino llenarse de
por vía de la ideología calvinista y del espi- la libertad y el goce que sólo puede propor-
ritualismo timorato y represivo católico que cionar la virtud de la justicia, como fin último.
le asignó carácter pecaminoso. El ocio no es El buen-vivir individual y comunitario sólo
el no obrar, el juego fatuo, el placer intonso, puede transitar por la vía de la mesura, de la
porque estos repudiables comportamientos no prudencia, única que hace el que cada cosa
son fin de la vida, ni esperanza de virtud para tenga su puesto y valor.
el hombre prudente inserto en la “polis”.
Esto y, en mi opinión, sólo esto, justifica lo
Una de las tantas actividades prácticas de la que la Modernidad no puede recoger de la
vida de ocio para el griego consiste en parti- Grecia Antigua, en términos de orientar la vida
cipar en la política, definir de consuno y en la democrática, de educarse para la Felicidad y no
comunidad de hombres racionales, virtuosos exclusivamente para almacenar conocimien-
y libres, los fines medio de la vida en sociedad tos, tecnología y conquistar por su fuerza el
y en utilizar en el banquete de hombres pru- insano mundo del consumo. La Esclavitud es
dentes, las facultades eminentes, emanadas por ello el justo precio que para algunos tuvo
de los dioses: la razón y la palabra. la vida de “scholé”, la vida de ocio, dentro de
la ética antigua predicada por Aristóteles, y
Hay en toda la obra aristotélica un respirar y Platón o Séneca en la Roma imperial.
difundirse de un placer por “estar juntos” y no
otra cosa se esconde como sentido figurativo Pero la institución de la esclavitud, también
en “El Banquete” (“sympósion”) platónico. recogida por la Modernidad al amparo del
El goce de estar en sociedad condiciona la valor infinito del trabajo, no puede descontex-
felicidad individual y explica la irreductible tuarse de la ascética griega sobre la limitación
articulación entre hombre y ciudad, por de las necesidades, la huida de lo innecesario,
cierto fuente fecunda de meditación para la el cortar de raíz toda distracción que pueda
Patrística, en especial por la vía de Agustín poner en calzasprietas la conquista, el alcan-
de Hipona y de todo el movimiento monacal zar el fin supremo, el evitar los excesos ma-
del Medioevo. teriales, el repudio lógico del Trabajo. Pues

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para el mundo helénico valorizar el ocio no Son por ello muchos los textos griegos re-
puede ocurrir sino desvalorizando el trabajo, feridos a la institución de la esclavitud que
deshumanizando éste, despojándolo de toda justifican su existencia como la única vía para
condición de bien supremo, satisfactor de ne- permitir el ejercicio de la civilidad griega y
cesidades ilimitadas. Entendiendo el trabajo en consecuencia de la humanidad. “Unos
como amenaza de la felicidad y reduciéndolo hombres dimitidos de su condición de tales, to-
a la condición de servil, corruptor de la hu- maban sobre sí, como bestias, todo el trabajo,
manidad, caníbal de la libertad, ladrón de la para que unos pocos pudieran vagar al ocio y
divinidad, debe concluirse que su repudio a la contemplación...” (Aranguren, 1968).
es el gran bien del animal político (“zoón
politikón”) que es el hombre libre, apto para La esclavitud, destino necesario para la satis-
trascender el mundo sublunar y llegar hasta facción de las necesidades elementales, ge-
el Olimpo para transformarse en dios. nera semejanza con los animales domésticos,
pues comparte con ellos la misma función, la
Las actividades humanas ocurridas en el ayuda física con miras al cumplimiento de
mundo, son entonces valorizadas, en tanto su los oficios indispensables (Méda, 1995). El
mayor o menor cercanía con lo inmortal, con esclavo no es humano, es un instrumento ani-
la inmovilidad de lo eterno. De allí nace la mado, pertenece a otro. No es Un Hombre.
sobrevaloración del pensamiento griego por
la “theoría”, el pensamiento, la contempla- Ser verdaderamente humano es otra cosa. Es
ción y de modo genérico la ciencia (“episte- el intento de abandonar definitivamente la
me”), en la medida que ésta tiene por objeto animalidad del hombre y de cultivar el nuevo
lo esencial e inmutable, lo que no puede ser descubrimiento griego: La Razón.
sino de una manera, que escapa al eterno
movimiento, a la condenación y perpetuidad No es exagerado, dice Sebastián de Grazia
del cambio. La ciencia es bien que exige del (1966), que Aristóteles pueda ser considera-
alma, del espíritu y no del cuerpo. do no sólo como filósofo de la felicidad, sino
que es también filósofo del ocio, de la “scho-
La ética y la política, actividades fuertemente lé”. La felicidad sólo puede aparecer en el
valorizadas en el mundo griego por su per- ocio. La capacidad de emplear debidamente
tenencia a la esfera de la libertad, se oponen el ocio es la base de toda vida buena para el
entonces a las actividades que surgen de la hombre libre y razonable. Porque el ocio no
necesidad y que se constituyen, en grado di- es el juego, ni la diversión, es la activa parti-
verso, en el lado sin valor de las actividades cipación en la “polis”, el hacer “koinonía”,
humanas. A estas últimas pertenece El Tra- formar parte de la asamblea de los prudentes,
bajo, actividad que desdice de los dones de poder acudir al “sympósion”, participar como
razón y libertad que tuvieron a bien entregarle juez en la mesa de juzgadores..
los dioses al hombre.
De ahí que al enfrentar trabajo y ocio, diga
No es pues que el trabajo se condene por sí, Aristóteles que “siendo ambos necesarios el
sino por privar de la libertad, por ser obligato- ocio es, con todo preferible al trabajo y tiene
rio para proveer a las necesidades del vivir, por razón de fin, por lo cual hemos de investigar
no operar en la órbita de la independencia, esto cómo debemos emplear nuestro ocio. Segu-
es, de la dignidad. En las antípodas de la esfera ramente que no en jugar, porque entonces el
de la libertad que en el pensamiento griego juego sería necesariamente el fin de la vida, lo
acerca al hombre a la divinidad, se asienta la cual es imposible. Los juegos en efecto deben
esfera de la necesidad que es la del trabajo. practicarse más bien en conexión con los tra-

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bajos (ocio no-creativo, nota nuestra), porque cialmente, fenómeno soberano de ludicidad
el trabajador ha de dar un descanso a su fatiga en la Modernidad revolucionaria del xix y en
y el juego es para descansar, mientras que la era de las ilusiones capitalistas, ostentoso
el trabajo se acompaña de fatiga y esfuerzo. y consumista, panacea para una generación
Por esto hay que introducir los juegos, pero de trabajo encomendada al sector de los ser-
vigilando la oportunidad de su empleo como vicios, en donde el viaje señorea, aparecen
si aplicáramos una medicina, porque la activi- ahora unos nuevos valores para el sujeto
dad del juego es un relajamiento del alma y de moral, hastiado del consumo ostentoso y de
este placer resulta el descanso” (Aristóteles, entender su felicidad en términos de objetos
La Política, libro viii, cap. ii). materiales poseídos y disfrutados.

¿Qué de ello asumió la Modernidad decimo- Es la vida deseable y esperada como bien su-
nónica? Nada, pues al contrario, le negó al premo, entendida en el sentido de un tiempo
ocio todo sentido productivo, lo despojó de gozado con simplicidad, aun en el trabajo
su gran fondo, lo conminó al destierro de la (Boyer, 1996), generador de nuevos institutos
“ociosidad”, lo desprotegió, lo excluyó de una de ludicidad, de un nuevo tiempo libre como
seguridad social modernamente incipiente. tiempo dominante, de una nueva versión lúdica
de trabajo, diverso del engendro capitalista y
La Modernidad se olvidó, quizás (o seguro!) que ocurre en el tiempo liberado del trabajo
por culpa de la Ilustración, de que la felicidad dominado, ante su fracaso para mantener su
llega solamente cuando arriba la contem- lugar y su proclividad reconocida para conver-
plación, pues aquellos que más cultivan la tirse en mito, en utopía. Es la nueva pretensión
mente son los más queridos por los dioses, de verdad de la razón humana que se descubre
en la misma forma que todos los viajeros en lo lúdico, cuando éste se asume como un
son bienqueridos por Hermes, “el dios del mandato/derecho para la razón de ser huma-
viaje, el padre de la afable curiosidad y de la nos, de ser libremente dignos o de ser felices
libertad de la mente” (G. Santayana). individual y socialmente, como se quiera.

ii ...Lo natural contra lo artificial, ciertos


promotores piensan que un producto
turismo - trabajo turístico puede ser creado en un lugar sin
un mito agotado - un cambio interés siempre que esté rodeado por una
esperanzador del empleo hacia publicidad fuerte. Pero en los países más
el trabajo postmoderno antiguamente turísticos, la dificultad de
los parques para actividades de ocio prue-
He aquí unas fugaces ideas de lo que con ban todo lo contrario como el semifracaso
pretendida profundidad se ha venido traba- de las “reservas tropicales” que quisieron
jando por más de una década. Ideas quizás implantarse en los países bajos. El valor
contestatarias y con ribetes trágicos, pero de de las vacaciones no será entonces forzo-
todos modos críticos, que juzgan con dureza samente como lo ha dicho el sociólogo
la valoración ética que el proyecto moderno Edgar Morin, la ausencia de valores. Se
dio a la economía del trabajo. asiste cada vez más a un regreso hacia lo
auténtico y hacia la simplicidad.
Ante un trabajo que yace inane, sin defensas,
en su lecho de enfermo y con él, también Los sueños idealistas, la estrategia de
agónicas, las instituciones de ocio que generó marketing no lo han aportado todo. Por
a su imagen y semejanza, el turismo espe- el contrario, los parques naturales se

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multiplican, la bicicleta regresa como Ese “tiempo trabajo”, deber para unos, virtud
el medio privilegiado para la partida para otros, es el que se ha fugado deshecho.
de vacaciones y los europeos del norte, Así lo proclaman ahora J.C. Rodríguez
belgas, holandeses, suizos, británicos y (1992), Dominique Méda (1995) y Jeremy
otros más, se vuelcan sobre los puebleci- Rifkin (1995). Todos pensadores que, de
tos “de dos por cinco”, abandonados de uno u otro modo, preconizan la “muerte del
la multitud conducida por el mercadeo, empleo moderno”.
considerando que la verdadera vida
lúdica es esa partida en búsqueda de la El grupo de investigadores adret –esto es,
simplicidad. Es como si el canto del viaje “en país montañoso, ladera expuesta al sol”
se hubiera transformado en un llamado al (1977), seudónimo utilizado en sus escritos
retorno. El tiempo libre es cada vez más, por dichos impulsores del antitrabajo al final
el tiempo de regreso a las raíces. Muchos de los gloriosos 30 franceses– se pregunta de
en su búsqueda de pueblos auténticos, de modo socarrón sobre el pretendido amor por
islas preservadas, de espacios naturales, un trabajo completamente cretino que, en
quieren regresar a lo verdadero que a la lugar de producir por la necesidad, intenta
vez es lo bello... (Boyer, 1996). producir por el provecho y la ganancia. Pro-
pone, entonces, la fórmula escandalosa para
“Tempus fugit”. Recuerdo este aforismo lati- su época, de solamente dos (2) horas de traba-
no, aprendido en mi adolescencia, durante la jo, suficientes para satisfacer las necesidades
secundaria de aquel entonces, por cierto hu- indispensables de la vida colectiva y poder
manista y nuda de fría tecnología. Y recuerdo disponer del resto del tiempo en trabajo libre,
también la versión literaria que uno de mis en ocio, en creatividad. Un sueño, una utopía
condiscípulos hizo del mismo latinajo: “El que permitía y pretendía que cada cual vol-
tiempo se fugó y huyó deshecho, dejando la ce- viera sobre sí y se interrogara sobre el sentido
niza en su cabeza...” (Amín Campos, 1962). profundo, el valor ético del trabajo.

Es lo que ha pasado con el tiempo inter- Lo que parecía una blasfemia, una “mamerta-
pretado en términos de trabajo. De trabajo da” en los 70, hoy es propuesta tan seria como
como “deber” o de trabajo como “virtud”; la del gobierno francés del Frente 24 que
de repudio al ocio, pero de amor al mismo culminó en 1936 con la institucionalización
en la intimidad, jugando a la doble moral. de las vacaciones pagadas. Porque el trabajo,
De tiempo en el sentido que le imprimió entendido en términos de la propuesta de la
la más pura ideología calvinista, de tiempo Modernidad, se refugia cada vez más en el
hipostáticamente unido al trabajo, de aquel mundo mitológico.
tiempo y de aquel trabajo que contestataria-
mente atacara Paul Lafargue (1880), no para Roger Sue (1997), el sociólogo del tiempo
destruirlos sino para entenderlos como bien libre, plantea cómo la idea de la necesidad de
supremo de la productividad, la que otorgaba crear empleos a cualquier precio y aumen-
la titularidad de todos los demás bienes al tar el volumen del trabajo para absorber el
proletario que los producía con su fuerza de desempleo, indudablemente que encuentra
trabajo. De un trabajo que, a su vez, era inci- siempre un consenso cercano a la unanimi-
tación al trabajador para que hiciera pereza y dad. Las medidas y los medios propuestos
obligara con ello a los dueños de los medios pueden divergir, el objetivo, no obstante,
de producción a empeñarse también en el es indudable para cualquiera. “Prioridad de
digno oficio de trabajar y no sólo de comprar prioridades para el empleo”, “Pacto Nacional
y gozar la mercancía del trabajo. para el empleo”, “Pacto Social...” “Estado

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Comunitario. Desarrollo para todos”; no fal- Con el descenso estructural del trabajo y la
tan nunca discursos encantadores como estos. desarticulación del empleo convencional, el
Qué hermoso concierto. Por eso es que jamás desempleo, tomado de modo aislado, puede
un objetivo tan unánimemente proclamado, aparecer más bien como un equívoco, como
haya logrado por sí mismo tan flagrante con- un engaño, como un sofisma de distracción.
tradicción con los hechos y las previsiones. Es que el desempleo se ha convertido en
Jamás fenómeno alguno se ha mostrado tan uno de tantos indicadores de subempleo. No
contrario a las duras tendencias de la historia, es sino recabar en todos aquellos que siem-
a las que vanamente se intenta oponer. Jamás, pre han permanecido a la orilla del empleo
en efecto, algo ha sido tan contradictorio y clásico y que se ganan la vida a través de
absurdo para querer resolver la crisis del diferentes dispositivos sociales sustitutivos
empleo/trabajo, como es acudir al empleo y ficticios como el empleo cooperativo, las
mismo. Muchedumbres de empresarios con- pasantías, los empleos subvencionados o,
vienen en ello privadamente y denuncian esta peor aun, aquellos que genera la inigualable
actitud casi esquizofrénica que termina por imaginación del hombre (cantar en los buses,
hacer de la creación de empleos un objetivo vender inutilidades, la venta de semáforo, las
en sí mismo, independientemente de aquello carretas llenas de frutas, las mercancías en la
para lo cual puede servir. calle con campaneros en la esquina).

¿Será del todo realista creer que se puede lo- Dicho de otra manera, el desempleo disfrazado
grar el pleno empleo, esto es, dar empleo a to- es por lo menos tan importante y fenoménico
dos aquéllos que así lo deseen o simplemente como el desempleo reconocido oficialmente.
compensar por verdaderos empleos aquéllos Si se piensa en tendencias, parecería que
que desaparecen? Esta es la cuestión que hoy este último progresa con mayor celeridad y
en día se coloca al centro de los debates. enmascara una deterioración mucho más dra-
mática del así llamado empleo (Sue, 1997).
Pero hay un segundo interrogante, quizá ja- Y no es osadía pensar que, si estas realidades
más pronunciado porque suena casi sacrílego: fueran tenidas en cuenta, habría que ampliar
¿Es de veras conveniente en el plano econó- quizás por más del doble los porcentajes del
mico y social de este mundo, completamente desempleo y multiplicar talvez al menos por
diferente al de la Segunda Revolución Indus- 3 los nuevos empleos, si creemos en las cifras
trial de la postguerra, pensar en la creación estadísticas que se difunden en la actualidad
de empleos? ¿No sería preferible pensar en el en la mayoría de los países, particularmente
nuevo trabajo que nos sugiere la Revolución los latinoamericanos. Así, podríamos esperar
Informática y Tecnológica? que de alguna manera se pueda enjugar el
verdadero y real desempleo.
Cada día el número de desempleados hace
mover con más fuerza el barómetro de la Y el problema, contrario a lo que pudiera
resentida salud del empleo. A la menor va- pensarse, no es propio y exclusivo del terce-
riación viene el regocijo o la desolación. Por ro, del cuarto o del quinto mundo en que las
eso este índice de referencia por excelencia, Gracias nos pusieron. Ahora todo es igual
es cada día menos pertinente. Es paradó- en este mundo globalizado y afectado por
jicamente un instrumento más apropiado las llamadas “burbujas” que revientan en
para períodos de pleno empleo, de empleo cualquier momento
de tiempo completo, para medir variaciones
coyunturales, durante el tiempo donde se rea- En fin, en una sociedad como la actual, en
liza el objetivo de la modernidad: el trabajo. donde el empleo permanece en apariencia con

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esta condición de ser el centro del progreso, a progresar. No es sino pensar en la industria
económica y socialmente, la contracción automotriz, faro de la sociedad industrial. El
que plantea la realidad de la desocupación perfeccionamiento de la robotización y de los
tiene que mostrarse como inaceptable (Sue, sistemas parece no tener límites.
1997). Hoy, si hay preparación para el futuro,
se entra a la vida activa cada vez más tarde, Es sostenible que no porque una innovación
alrededor de los 24 o 25 años, pero paradóji- aparezca y esté disponible en el mercado sea
camente, se está en trance de salir de ella cada ésta suficiente para su difusión masiva. Es
vez más pronto. En los países desarrollados cierto que la mayoría de las empresas, espe-
sólo un mayor de cada cuatro entre 55 y 60 cialmente en nuestros mundos de subdesa-
años se encuentra en actividad. Aun la fuerza rrollo, están todavía muy lejos de utilizar los
de la edad, la muerte laboral temprana, en una dispositivos más sofisticados y las tecnolo-
época donde la esperanza de vivir se avecina gías de punta. Por lo que, oh susto, es del todo
a la media de 78 años. previsible que los grandes efectos y estragos
sobre el empleo estén aún por venir.
Todo parece presagiar que el desempleo va
a ser cada vez más insoportable si no se da, De modo general toda la producción material
del lado de la oferta del verdadero empleo, sobre la que se construyó la sociedad indus-
un mejoramiento sensible. Pero el caso es trial, requerirá de una intervención humana
que la historia en este punto sólo registra cada vez más marginal. En pocas palabras es
acontecimientos fatales para el progreso del talvez el fin del así llamado trabajo prescrito,
hombre dentro de la sociedad moderna. Ya de la relación laboral reglada y protegida a
lo avizoraban Jean Fourastié en “La Grande favor del trabajador, sobre la que reposa la
Espoir du xx siecle”, escrita en 1949, y Da- esencia del empleo (Sue, 1997). El espanto
niel Bell en “The Coming of Post-Industiral de la “fábrica sin obreros” concepto juzgado
Society” de 1973. Pues desde hace un buen fantasioso en los 70, ha adquirido de nuevo
tiempo y en virtud de la ley de los sectores cuerpo, se le ha infundido de nuevo espíritu,
económicos, se asiste a un desplazamiento ha resucitado.
del empleo desde el sector primario agrícola,
pasando por el sector secundario industrial, La naturaleza del contrato de trabajo se halla en
hacia el sector terciario de los servicios, en la vía para transformarse de modo esencial. Se
donde se anida el Turismo. Hoy en día, en está pasando del contrato estándar constituido
los países industrializados, la generación de por los tres elementos, la duración legal de
empleo de este último reagrupa casi el 70% prestación personal del servicio, la depen-
de la totalidad de puestos de trabajo. dencia y subordinación, y la remuneración, a
un contrato de “acompañamiento” para una
Con la “terciarización” de la economía, su misión puntual, dotado de una remuneración
participación relativa en el empleo semeja global basada sobre resultados. El asalariado
que continuará en continuo progreso. La es desplazado progresivamente por el trabajo
agricultura cada día disminuye más su partici- independiente, nudo de toda prestación social.
pación de mano de obra y ésta sería menor si El contrato laboral se transforma en contrato
no fuera por las múltiples ayudas nacionales, comercial. Uno entiende así el interés que puede
regionales o internacionales. demostrar la empresa en esta metamorfosis
y uno comprende también que pueden darse
La industria ha perdido igualmente muchos ventajas en este cambio para un cuadro de
empleos a lo largo de los tres últimos decenios alto nivel, con competencias muy solicitadas y
y todo parece indicar que este decaimiento va patrimonio de pocos. Este trabajador compe-

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tente puede sentirse muy a gusto trabajando, “a Dice Baudrillard: Así como la sociedad
tiempo compartido”, constituirse en “portafolio teocéntrica medieval se equilibraba entre
de actividades,” acumular remuneraciones y Dios y el diablo, la moderna sociedad lo hace
organizar su tiempo como a él le plazca. Pero entre el consumo y su denuncia (1970).
para la inmensa y dolida mayoría la contracción
del trabajo asalariado no tiene otro significado Trabajo orientado al consumo de bienes, pero
sino inseguridad, precariedad, dependencia y sobre todo trabajo entendido como puerta de
sobre todo pobreza; es como leer la historia al entrada para el consumo ostentoso de bienes
revés y en línea recta y regresarnos al primer de ocio. El ocio mitificado, el ocio dominado
día de la industrialización, donde se remune- por el trabajo, el ocio siervo y esclavo del
raba el trabajo “por pieza”, “por tarea”, “por consumo, construido por el consumo. Contra
esfuerzo”. Y así, aunque exista el dispositivo de semejante propuesta del trabajo-consumo
protección social, éste deja de ser efectivo, pues moderno, se gesta la rebeldía.
precisamente se desarrolló para una sociedad
salarial, base de su financiamiento, y no para Guy Aznar (1978) en sus propuestas de crea-
una sociedad laboral comercial que soslaya toda tividad social, ataca el “partir de vacaciones”,
solidaridad y pago de primas prestacionales. de week-end, el jubilarse, como ilusiones óp-
El declinar del trabajo asalariado es también la ticas que las sociedades industriales han cons-
agonía del dispositivo capital de la seguridad truido como falsa promesa sin preocuparse de
social y de la solidaridad. sus consecuencias. El espacio transformado
en parque de consumo de bienes materiales
Pero no sólo el trabajo moderno, apabu- de ocio, la playa dispuesta en barricadas como
llante y alienante, se mitifica hoy en día. Es para la defensa de ataques aéreos, el planeta
que junto con él explota en mil pedazos la devastado y las gentes alienadas, peor que
Sociedad de Consumo. A aquella multitud jamás, en el trabajo y la ciudad o, peor aun,
estrangulada, puesta en la sin salida por las en el “ghetto” de la tercera edad.
apelaciones al consumo, extrodeterminada
(other directed: Riesman, 1950), anómica, Y de cara a la nunca suficientemente laureada
esclava de los mass-media, multitud solitaria, institución de tiempo libre llamada Turismo
con una estructura caracteriológica reglada se pronuncia Alain Paucard, con terrible
por signos que provienen desde fuera, no le agresividad: “...los centros de vacaciones,
queda más recurso que buscar, como nuevo cualquiera sea el nivel social de la deman-
Prometeo, liberarse del yugo consumista. da, no son sino medios para perpetuar la
dominación intelectual y la permanencia
Se entiende así la crítica que se hace al trabajo de las nuevas clases burguesas surgidas de
como medio para asentar y hacer reinar el la Segunda Guerra Mundial y que se iden-
mito del consumo. Pues de él y únicamente tifican, para hundir bien el clavo, como los
de él, la sociedad actual piensa y habla, por publicistas, la gente del marketing y de los
exceso o por defecto (Baudrillard, 1970), mass-media, los mercaderes de los viajes, ....
animada por el himno triunfal de la publi- Pues las vacaciones no son otra cosa sino una
cidad. Porque la imagen consumida del moda que deshonra no seguirla, sobre todo
consumo (de bienes, de servicios, de ocios, si se tienen medios...” (1993).
de productos, de todo lo que le inculcan a la
autonomía los mass-media) se constituye en J-D. Urbain (1991) comenta cómo el turista
el bien supremo, en el deber humano raciona- clásico aparece hoy como el principal agente
lizado, en la felicidad. Es la nueva mitología de difusión del desprecio antiturístico. Lejos
tribal: la moral de la modernidad. de controvertir la opinión que lo desprecia,

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el turista la avala, denunciando ante ella vividos, es cierto que el trabajo ha sido
sus propias actitudes. El turista se denuncia la gran diversión de Occidente. Y allí se
a sí mismo. Singular autodelación que lo nos ha desplumado: el bienestar sobrio,
conduce a no reconocerse en sus semejantes el deseo, el entorno se nos han más o
y, peor aun, a reclamar la identidad de otro. menos escapado. Nuestros paisajes se
El autodesprecio de ese “otro”, es decir de han transformado en basureros, nuestros
sí mismo, es una paradoja que, por cierto, deseos en pulsiones (o en disgustos) y
no ha escapado a la aguda visión de los pro- nuestras fiestas en pantomimas. ¡Dichoso
motores de la industria del turismo y que lo trabajo….!
lleva a construirle artificialmente una “visión
única del mundo”, a ver y leer y contemplar La rehabilitación del deseo, la extinción
por el turista, a destruir la singularidad de del productivismo, la salvaguarda de la
percepción que escapa a toda pretensión de economía, un nuevo trabajo que trascienda
objetividad. Es el “sightseeing”, como teoría el empleo serán de golpe, con seguridad,
del aprecio de la lectura superficial, emboza- los grandes desafíos de nuestros próximos
lada por la futilidad. años. El camino para acercarnos está inédito
porque pasará por la supresión del trabajo en
Tienen entonces todo sentido las propuestas el sentido que lo entendemos hoy, y por un
que afloran desde los movimientos del “New fatigoso retorno a la realidad. Pero no tene-
Age” para regresar a una ludicidad simple, mos opción. Las restricciones de la ecología
natural, no de privilegiados y adinerados, y las necesidades espirituales de los hombres
sino de paz y libertad (Ferguson, 1980), como hacen ineluctable esta evolución. De hecho,
la propuesta de Xavier Patier (1992), en su ya ha comenzado. Nuestra necesidad de
mordaz ensayo contra el ocio animado por el contemplación, tanto tiempo desechada, se
trabajo moderno. transforma en fuerza. La sociedad del traba-
jo moderno que es la sociedad del empleo,
Explica Patier que, cuando se escoge ser está en trance de morir por haber matado el
definido por el trabajo, el hombre no puede deseo. Miremos a nuestro derredor: la gente
sino perder su humanidad. No es entonces descubre, un poco por todas partes, que la
sino en el ocio que ella le será entregada. sobriedad es el único estado donde no hay
Leamos a Patier (1992): jamás disgusto, como antaño nuestros ances-
tros descubrieron el agua tibia.
…Al principio era el ocio. Hubo una tar-
de, hubo una mañana. La vida comienza El tiempo de trabajo-empleo objetivamente
siempre al atardecer, a la hora en que ha perdido el lugar central que ocupaba en
las sombras se alargan y en donde las relación con los otros tiempos sociales en la
gentes, si son amorosas, van y se sientan sociedad industrial moderna. El tiempo de
en los bancos públicos. La vida comienza trabajo constituía el gran principio organiza-
por el reposo: el primer día de la semana dor del que dependían los otros tiempos so-
es el domingo. El ocio (en francés loisir ciales. Fuente esencial de la actividad social,
que rima con désir, plaisir, avenir) es el fuente privilegiada de ingresos, fuente de la
tiempo de nuestra dignidad, en lugar del jerarquía social y de su organización, valor
trabajo (en francés travail que rima con predominante, elemento central del estatuto
bétail - bestial, épouvantail - espantoso), social, principio esencial de identidad en la
que es sinónimo de dispersión y de anima- mayoría de los casos, verdadero productor
lidad. La dignidad es más exigente que la de la sociedad en su conjunto. Pero todas
animalidad…. En los dos últimos siglos estas funciones fueron desapareciendo unas

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tras otras, no restando más que un discurso Aranguren, J. L. (1968). El ocio y la diversion en
vano, una ideología cada vez más alejada de la ciudad. Barcelona: Seix Barral S.A.
la realidad social vivida.
Aznar, G. (1978). Non aux Losirs, non à la retrai-
te. Paris: Editions Galillèe.
Lo paradójico es que la crisis no residió tanto
en el derrumbarse de las economías como Baudrillard, J. (1970). La Société de la Consom-
en la reducción del tiempo de trabajo que mation. Paris: Editions de Nöel.
en su incapacidad de adaptarse a las nuevas
condiciones de la sociedad postmoderna, no Benjamin, W. (1938). Zeitschrift fur sozialfors-
le quedó más remedio que capitular. chung, Mass und Wiet, Vol. 1 Núm. 5.

Pero correlativamente los tiempos sociales Bolis, G. B.  (1994). “La transformacion del
de no-trabajo, o liberados por el trabajo, el concepto del trabajo por obra del cristianismo”,
en Cultura No. 8, Revista de la Asociación de
tiempo libre en una palabra, no cesa de au-
Docentes de la Universidad de San Martín de
mentar y, aunque entre a dominar, no está en Porres. Lima: Sellograf S.A.
condición aún de fortalecer un nuevo valor de
sustitución del trabajo, ni a fortiori un nuevo Boulin, Jean-Yves et al. (1993). Le Temps de
modo de organización social. Travail. Paris: Syros.

Editar entonces un nuevo valor para el trabajo, Boyer, M. (1996). L’invention du tourisme. Paris:
unos nuevos valores lúdicos, dar sentido a la Gallimard.
vida individual y social, generar proyectos de
Busch, M. C. (1975). La sociologie du temps libre,
vida y mandatos que sean pretensión de ver-
existe-t-elle? Limoges: Mouton.
dad para vivir digna y alegremente. Recons-
truir la vida, la dimensión lúdica, deconstruir Dumazedier, J. (1962). Vers une civilisation du
las instituciones modernas, “autonomizarlas”, loisir?. Paris: Editions du Seuil.
reconocerles sus propias dinámicas. He ahí
un reto que nos lleva a pensar en los nuevos Dumazedier, J. (1974). Sociologie empirique du
valores de la ludicidad y en la propuesta de un loisir-critique et contrecritique de la civilisation
nuevo trabajo producido por las instituciones du loisir. Paris: Editions du Seuil.
lúdicas, entre ellas el Turismo; un trabajo
Dumazedier, J. (1988). Revolution culturelle du
liberado, a través de la generación de un
temps libre. Paris: Méridiens-Klincksieck.
nuevo sector económico y político: el sector
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