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Cuando se piensa en la lectura como docentes se ha hecho popular la frase de que leer es
comprender. Een este sentido, la lectura va más allá de lo que es una la comprensión; la
lecturaEsta destreza es fundamental para transmitir conocimientos a otras personas. El hábito
de la lectura, como todo hábito, no se adquiere por arte de magia, sino que es el resultado de
una serie de factores que interactúan en la creación de un ambiente propicio para que cuando
los niños leaen bien, aumenta increíblemente su aprendizaje durante sus vidas y surge un
potencial bastante grande en el futuro de su desarrollo. Pero cuando sucede lo contrario y los
niños leen muy pobremente, se les cierran las puertas, lo mismo que las posibilidades, la
escuela y el aprendizaje se vuelven más bien una carga o algo peor. la formación del niño
lector.
Sería conveniente, pues, preguntarnos: ¿Cuántos cuántos profesores exigen a sus alumnos,
leer?, ¿Qué qué cantidad de páginas se espera que un estudiante lea en determinados
períodos? Pero, y lo que es igualmente, o más importante: ¿qQué se espera que haga un
estudiante con la lectura que realiza?, ¿sSomos conscientes de que orientamos y estimulamos
eficientemente la lectura y comprensión de textos escritos a nuestros alumnos?
El docente, por tanto, no puede proponerse como único fin, " hacer leer ", se hace
necesario marcar la intencionalidad: leer, ¿qué?, ¿cómo?, ¿para qué?
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