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El cristianismo sabe que el hombre y la naturaleza son fruto de la acción creadora de Dios,
y que Cristo es el centro del cosmos y de la historia
En las últimas décadas hemos asistido a una creciente preocupación por la ecología. Entre
las diversas posturas existen dos corrientes contrapuestas: una que tiende a la divinización
del hombre; y otra que se propone eliminar la diferencia ontológica y axiológica entre el
hombre y los demás seres vivos. El cristianismo se distancia de ambos, porque sabe que el
hombre y la naturaleza son fruto de la acción creadora de Dios, y que Cristo es el centro del
cosmos y de la historia
En las últimas décadas hemos asistido a una creciente preocupación por la ecología.
Entre las diversas posturas existen dos corrientes contrapuestas que parten de concepciones
filosóficas muy distintas sobre el hombre y el mundo. La primera de ellas tiende a la
divinización del hombre, considerándolo no como colaborador de Dios para el
perfeccionamiento de la creación, sino como creador del mundo y de sí mismo a través de
su propio trabajo. Esta visión suscita una actitud despótica sobre la naturaleza, considerada
como objeto de explotación y fuente inagotable de recursos. En contraste con esta posición,
aparece otra que, «en nombre de una concepción inspirada en el ecocentrismo y el
biocentrismo, se propone eliminar la diferencia ontológica y axiológica entre el hombre y
los demás seres vivos, considerando la biosfera como una unidad biótica de valor
indiferenciado. Así, se elimina la responsabilidad superior del hombre en favor de una
consideración igualitaria de la "dignidad" de todos los seres vivos»[1]. Incluso algunos
llegan a absolutizar la naturaleza «y colocarla, en dignidad, por encima de la misma
persona humana»[2]. A pesar de sus diferencias, estas posturas tienen en común el rechazo
de Dios como punto de referencia existencial, son modos distintos de idolatría: uno diviniza
al hombre en detrimento del hábitat y otro a la naturaleza en detrimento del hombre.
Hay tres tipos de plantas que por lo general viven en los ríos y arroyos: algas, musgos y
plantas sumergidas. Los ríos o arroyos tranquilos pueden tener plantas emergentes, o
plantas que crecen en la cama de la vía acuática, pero sus tallos y flores llegan a extenderse
por encima de la línea del agua. Ente las plantas emergentes se encuentran las espadañas,
juncos y totoras. Las algas son plantas que flotan libremente sin ningún tipo de tallos
verdaderos, hojas o raíces. Las carofíceas, algas, plancton y chara se pueden encontrar en
muchos ríos y arroyos. Los musgos crecen en grupos y sólo tienen hojas simples. Los
musgos se encuentran por lo general en las rocas dentro de los cuerpos de agua. Las plantas
sumergidas crecen completamente bajo el agua, junto al lecho del río o arroyo. Estas
plantas se pueden encontrar en casi cualquier sección del río, y pueden crecer en grupos o
individualmente. Los ejemplos de plantas sumergidas pueden ser, malezas de estanque,
colas de mapache (en inglés, "coontails"), apio silvestre y verdín.
Invertebrados
Los animales que no poseen una columna vertebral son conocidos como invertebrados.
Éstos incluyen todos los tipos de crustáceos, gusanos, caracoles e insectos. Los crustáceos
como cangrejos, camarones, algunos tipos de langosta y ciertas especies de cangrejos viven
en los arroyos y ríos. Las larvas de insectos, incluyendo la mosca de mayo, tricóptero y
stonefly, se gestan en los arroyos. Los escarabajos se pueden encontrar en los arroyos que
están muy limpios y tienen un montón de rocas para pararse.
Otros animales
Los caimanes y cocodrilos a menudo consideran a los ríos y arroyos su hogar y tienden a
permanecer en la desembocadura del río, que es más salobre. Los hipopótamos africanos
crean sus hogares en agua dulce, pasando la mayor parte de su tiempo sumergidos en las
secciones bajas de los ríos. Los ornitorrincos también tienen su hogar alrededor de los
arroyos y ríos. Las ranas y tortugas son frecuentes en cuerpos de agua dulce de todo tipo.
Las especies varían dependiendo de la ubicación. Muchas especies de peces se encuentran
en los ríos y arroyos, incluyendo la trucha, anguilas, salmonetes, pez espadachín, molly y
bagres.
RECURSOS NATURALES Y DESARROLLO SOSTENIBLE
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La Conferencia de Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente
Humano (CNUMAH) (también
conocida como Conferencia de
Estocolmo) fue una conferencia
internacional convocada por la
Organización de Naciones
Unidas celebrada en Estocolmo,
Suecia entre el 5 y el 16 de junio
de 1972. Fue la primera gran
conferencia que se organizó
sobre cuestiones medioambientales, y marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la
política internacional en dicha tarea.1
La conferencia fue abierta y dirigida por el primer ministro sueco, Olof Palme y el
secretario general Kurt Waldheim para discutir el estado del medio ambiente mundial. Con
la asistencia de los representantes de 113 países, 19 organismos intergubernamentales, y
más de 400 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, es ampliamente
reconocido como el comienzo de la conciencia moderna política y pública de los problemas
ambientales globales.
En la reunión se acordó una Declaración que contiene 26 principios sobre el medio
ambiente y el desarrollo, un plan de acción con 109 recomendaciones, y una resolución.
Algunos sostienen que esta conferencia, y en especial las conferencias científicas que le
preceden, tuvo un impacto real en las políticas medioambientales de la Comunidad Europea
(que más tarde se convertiría en la Unión Europea). Por ejemplo, en 1973, la UE creó la
primera Directriz sobre Protección del Medio Ambiente y los Consumidores, y compuso el
primer Programa de Acción Ambiental. Este interés y la colaboración investigativa sin
duda allanaron el camino para profundizar el conocimiento sobre el calentamiento global,
que ha dado lugar a acuerdos como el Protocolo de Kyoto.