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Eugenio mimica

Eugenio René Mimica Barassi nació en Punta Arenas en 1949; es cuentista,


novelista, articulista y cronista. Su obra ha sido incluida en numerosas
antologías locales, nacionales e internacionales, y desde el 2004, es miembro
de la Academia Chilena de la Lengua. Fue presidente de la Sociedad de
Escritores de Magallanes y del Consejo Regional de la Cultura, las Artes y el
Patrimonio. Además, fue cofundador de la Biblioteca del Patrimonio Austral
de la ciudad de Punta Arenas.

Su debut literario se dio con Comarca fueguina, editada en 1977, cuando


nuestro escritor tenía 34, sin embargo, ya en 1971 fue premiado por el
Concurso literario “La Prensa Austral” por su cuento “El frasco Dorado”. En
1979 publica “Los cuatro dueños” confirmando su traje de “escritor
revelación” de las letras magallánicas, tanto así, que el conocido escritor y
folclorólogo chileno Oreste Plath, lo incluyó, en el año 1982, en la influyente
colección “¿Quién es quién en las letras chilenas?” Convirtiéndose en el
primer y único magallánico residente invitado a ese ciclo literario.

Posteriormente a su debut literario aparecieron “Travesía sobre la Cordillera


Darwin” (reportaje, Editorial Universidad de Magallanes), “Un adiós al
descontento” (1991, Editorial Mosquito). Además, ese mismo año, fue editada
la segunda edición de Los cuatro dueños. En 1995 publicó “Enclave para
Dislocados” (cuentos, Editorial Atelí Ltda.), y el 2004 “Tierra del Fuego, en
días de viento ausente” (novela, Editorial Cuarto Propio). Ya en el 2012 la
Academia Chilena de la Lengua le editó su recopilación homenaje Osvaldo
Wegmann Hansen (1918-1987), y en el año 2013 a Diego Barros Ortiz (1908-
1990). El 2018, junto a los escritores Guillermo Mimica y Vesna Mimica,
publicó el libro de cuentos “Tres de la tribu” (Pleme Ediciones), traducido al
croata como Troje iz Plemena (Editorial Boskovic, Split, 2019). En el 2019
apareció también su obra Aporte a la bibliografía literaria de Magallanes,
1908-2018 (Bravo y Allende Editores).
“Por aquel tiempo yo estaba soltero. Vivía solo. No digo que los contactos
telefónicos fueran algo cotidiano, de todas las noches, pero al menos los
tenia unas cuatro veces al mes. Los lunes y los Viernes eran los mejores
días. Al parecer la soledad y ciertas necesidades se hacen más patentes al
comienzo y al final de la semana. No tengo idea por qué, pero así es.”
(Enclave para dislocados, 1995).

Ha sido distinguido con el Premio Municipal de Literatura de Santiago (1980)


y el Premio Municipal de Literatura «José Grimaldi Accotto» de la ciudad de
Punta Arenas (2000), y con la Medalla al Mérito Cultural de la Colectividad
Croata de Punta Arenas (2015).

La aparición en el campo literario de Mimica se dio junto a Alexis Andrade


Dobson, Juan Magal y Juan Mihovilovic entre otros. Una generación que
publicaba en plena dictadura y que vino a cambiar los aires de las letras
magallánicas luego de 40 años de hegemonía de una literatura pintoresca,
neoromántica y paisajista, y que dialogaba con escritores del cannon
latinoamericano como Cortazar o García Márquez.

Las temáticas del escritor abarca desde el exterminio de los pueblos


originarios a manos de “los pioneros” europeos, el Golpe de Estado de 1973
o revoluciones regionalistas de carácter utópicos, siendo la posibilidad de lo
inesperado, lo laberintico, según Óscar Barrientos, un eje de su poética
personal. Era la época de narrativas más personales, situadas en el plano
psicológico, existencial y conflictiva del ser humano, aunque conectado
profundamente con su entorno: Es la ciudad en el fin del mundo que se
conecta en su aislamiento y soledad con los lazos introspectivo de quien la
habita.
Es la toma de conciencia del hombre magallánico acerca de lo que significa
vivir en esta tierra con sus constradicciones; es y será uno de sus grandes
legados a las letras nacionales.

“Estoy en eso cuando una voz interior me dice que los alejamientos no
mitigan razones, al contrario, los fortalecen, dándome a entender que Emilio
Trinalba, a pesar de haberse ido en las condiciones que se fue, sigue
porfiando en su convicción. Sí, porque esos arrojos por independizar a su
tierra no le nacieron de la noche a la mañana, no resulto una coyuntura de
última hora, sino un largo proceso incubado desde la infancia” (Un adios al
descontento, 1991)

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