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TALLER DE MENTEFACTOS

1. Lea los siguientes textos y elabore los mentefactos correspondiente.

MELANOPSIS PRAEMORSA (L., 1758) (MELANOPSIDAE)

Caracol de agua dulce, perteneciente a la subclase de los prosobranquios, que posee un


opérculo córneo para proteger la entrada de la concha de la desecación y un solo par de tentáculos
en la cabeza, en cuya base están los ojos (frente a los caracteres de la mayoría de los caracoles
terrestres, pertenecientes a la subclase pulmonados: ausencia de opérculo y dos pares de
tentáculos, en el extremo de uno de los cuales están los ojos. También se diferencian en que los
prosobranquios son dioicos y los pulmonados hermafroditas). Este caracol es frecuente en aguas
limpias, oxigenadas y ricas en calcio de toda la comarca, muchas veces junto a Theodoxus
fluviatilis. Las dos especies pueden verse, por ejemplo, en los manantiales de Azores, Zagrilla o
en la Fuente de la Salud de Priego. Es un poco variable en la forma de la concha, como puede
verse en la fotografía. Suele presentar incrustaciones calcáreas. El color de la concha puede variar
también del pardo claro al negro. Aparece en toda la cuenca mediterránea. Parece que no sube
más de 800 m. en la comarca. Como rasgo interesante de la biología de esta familia está el
viviparismo o el ovoviviparismo: las hembras (a veces la reproducción es partenogenética, sin
fecundación) expulsan las crías ya algo desarrolladas. Dos centímetros.

EL DELFÍN

El delfín es un mamífero acuático que junto con sus parientes de mayor tamaño, las
ballenas y las marsopas, suelen recibir el nombre común de cetáceos. La diferencia entre el delfín
y la marsopa es clara: el delfín posee un hocico alargado a modo de pico y dientes cónicos;
mientras que la marsopa carece de pico, sus dientes son aplastados, en forma de azada y su
cuerpo es bastante rechoncho. Su distribución es muy amplia y pueden verse delfines en casi
todos los mares del mundo.
Los delfines pertenecen a una gran familia que contiene unas 32 especies. Entre los
ejemplos más conocidos se encuentran: el delfín mular, muy popular por sus espectáculos en los
acuarios de los zoológicos, el delfín común, inspirador de muchas leyendas populares en el
mundo mediterráneo. Ambas especies son muy comunes en aguas abiertas. Por el contrario, otras
sólo se dan en aguas dulces y en estuarios de América del Sur y Asia. El boto, delfín grácil y
pequeño, ha llegado a remontar 2.000 Km. de agua en el río Amazonas. El boto es el delfín más
pequeño, con una longitud inferior a 1,2m; el de mayor tamaño es el delfín mular, que puede
alcanzar 3 m de longitud. Los calderones son también un tipo de delfín.”

MOLUSCO

Molusco, nombre común de los miembros de un filo de animales de cuerpo blando (del
latín molluscus, ‘blando’) que suelen tener una envoltura externa dura de naturaleza calcárea.
Entre los moluscos más conocidos se encuentran las almejas, las ostras, los caracoles, las
babosas, los pulpos y los calamares. El filo Moluscos es uno de los filos animales con mayor
número de especies (véase Animal). Algunas estimaciones prematuras sobre el número de
especies de moluscos existentes situaban esta cifra por encima de las 100.000 formas. Los
cálculos realizados más actuales y reflejados aquí han reducido este número a unas 50.000
especies vivas y en torno a las 35.000 fósiles.
Los moluscos son animales de un gran éxito ecológico y adaptativo ya que tienen
representantes en casi todos los hábitats, aunque en el marino su variación es mayor. Aunque la
mayoría de los moluscos tienen de 1 a 20 cm de longitud, algunos apenas son visibles y otros
pueden alcanzar grandes tamaños, como los calamares gigantes que pueden alcanzar los 18 m de
longitud.
Los primeros moluscos fósiles aparecieron en rocas del periodo cámbrico, hace unos 570
millones de años. Existen representantes vivos de ocho clases del filo: los caudofoveados,
organismos marinos sin envoltura y con aspecto de gusanos, con 70 especies; los solenogastros,
organismos vermiformes que carecen de envoltura, con 250 especies; los quitones, con 600
especies; los monoplacóforos, con 10 especies; los bivalvos, como las almejas, con 7.500
especies; los escafópodos o conchas colmillo, con 350 especies; los gasterópodos, como los
caracoles y babosas, con unas 40.000 especies, y los cefalópodos, como los pulpos y los
calamares, con 600 especies. Se conocen también varias clases y miles de especies fósiles.
Aunque entre los moluscos existen pocos rasgos comunes, estos animales no se
confunden fácilmente con otros y todos pueden considerarse como variantes de un mismo tipo
(no confundir con un antepasado común). Un molusco ideal o teórico avanzaría arrastrándose
sobre un único pie muscular liso y su cuerpo tendría, al menos, la insinuación de una cabeza en
un extremo y un ano en el otro. Por la parte superior, su cuerpo sería una envoltura o concha
externa montada sobre una masa visceral que contendría los órganos internos. El manto es un
pliegue del tegumento que recubre la masa visceral.
La envoltura o concha de los moluscos es compleja. Está compuesta, normalmente, por 3
capas, y es segregada por el manto. La capa externa, denominada periostraco, es de naturaleza
orgánica, y las otras 2 capas, denominadas capa prismática y capa nacarada respectivamente,
están compuestas por carbonato cálcico. La concha puede ser múltiple como en los quitones o
pareada como en los bivalvos. En varios moluscos es de tamaño reducido y, a veces, se ha
perdido completamente. No existen pruebas directas de que en los aplacóforos existiera este tipo
de envoltura calcárea.
En el extremo posterior del molusco teórico existiría un espacio entre el manto y la masa
visceral, denominado cavidad del manto, en el que se alojarían las branquias, a cada lado del ano,
y en el que vertirían los productos del aparato reproductor, digestivo y excretor. Lo más frecuente
es que exista un par de branquias, pero muchos gasterópodos tienen sólo una; el cefalópodo
nautilo tiene dos pares, y los monoplacóforos y quitones tienen desde varios a múltiples pares.
Generalmente, el aparato digestivo de los moluscos consta de una boca con una estructura
parecida a una lengua, llamada rádula, sobre la que se disponen varios dientes. También presenta
un estómago y un par de glándulas digestivas. El sistema nervioso consiste en un anillo de
nervios que rodea la parte anterior del aparato digestivo, con un par de troncos nerviosos, uno
dirigido al pie y otro a las vísceras. Normalmente, los ganglios que rodean el aparato digestivo
han desarrollado un cerebro con varios órganos sensoriales. De hecho, el sistema nervioso de los
cefalópodos es tan complejo y está tan altamente organizado como el de los peces. El corazón se
localiza en el extremo posterior del cuerpo, y manda la sangre hacia un sistema circulatorio
abierto (cerrado en los cefalópodos) que forma parte de la cavidad principal del cuerpo. Asociado
al corazón existe un conjunto de órganos en el que se encuentran los riñones, las gónadas y, a
veces, otras estructuras reproductoras.
EL MENTEFACTO
Los mentefactos son ideogramas o representaciones gráficas de información.
Originalmente, el término mentefacto fue acuñado por el filósofo Eliot y se asocia a la idea de
que los hombres no sólo fabricamos artefactos, también elaboramos mentefactos o constructos
mentales, es decir, representaciones de nuestros conocimientos. De esta manera, los mentefactos
constituyen herramientas de pensamiento y específicamente herramientas de aprendizaje, ya que
se pueden emplear tanto para la lectura, en la etapa de postlectura, como para la escritura, en la
etapa de planificación.
Estrictamente hablando, todo ideograma o representación gráfica es un mentefacto (los
ideogramas básicos suelen formase por medio de pictogramas). Sin embargo, la pedagogía
conceptual, en cabeza de Miguel De Zubiría, utiliza este término para designar los ideogramas
que esquematizan las relaciones entre nociones, conceptos y proposiciones en un texto (una
proposición es una idea, de la cual se puede afirmar si es falsa o verdadera).
Dentro de los mentefactos propuestos por la pedagogía conceptual, el más conocido es el
mentefacto conceptual o clasal. Este tipo de mentefacto busca definir un concepto o idea objeto
de conocimiento, es decir, una estructura semántica conceptual a través de cuatro relaciones:
supraordinación, infraordinación, isoordinación y exclusión. De esta manera, el concepto central
que se pretende definir establecerá una serie de relaciones clasales con otros conceptos, y la
identificación de estas relaciones garantizará la comprensión total de éste.
Otro tipo de mentefacto es el nocional que busca establecer las relaciones básicas entre
dos o más nociones, su sencillez radica en el tipo de realidades que pretende representar. A
diferencia del mentefacto conceptual que emplea cuatro categorías, el nocional emplea
únicamente dos, nociones y relacionantes. Las nociones son ideas básicas que corresponden a la
categoría de sustantivos y los relacionantes corresponden a verbos y preposiciones.
El tercer tipo de mentefacto es el categorial. Si el mentefacto conceptual pretende definir
un concepto y el nocional una proposición, el categorial representa una estructura argumental (la
gran mayoría de teóricos están de acuerdo en que una estructura argumental está compuesta por
tres elementos: premisa, conclusión y garante). En la estructura semántica argumental, a
diferencia de la estructura semántica conceptual, cuya función comunicativa es la de definir uno o
varios conceptos, subyace el propósito de establecer la veracidad de una estructura de ideas
significantes. Las categorías del mentefacto categorial son tesis, argumentos y derivadas; la
primera se refiere a la idea que se pretende sustentar; la segunda, a las razones para creer en la
tesis; y la tercera, a las ideas que se concluyen de la sustentación de una idea.
Si bien los mentefactos de la pedagogía conceptual son ideogramas muy útiles, no son los
únicos ni los más conocidos. A partir del modelo de Ausubel, surge el mapa conceptual de J.
Novak (Novak, 1991), quien lo considera una estrategia sencilla, pero poderosa para ayudar a los
estudiantes a aprender y a organizar los materiales de aprendizaje.
En el mapa conceptual se trabaja con varios conceptos a la vez, buscando establecer las
relaciones de estos, a diferencia del mentefacto que pretende definir, con la ayuda de otros, un
concepto. En el mapa conceptual, si bien hay jerarquías entre conceptos, no hay un centro único,
pues pueden existir varios centros o nodos temáticos relacionados entre sí, cosa contraria al mapa
mental, otro ideograma, que trabaja con un centro temático único. Los mapas conceptuales tienen
tres elementos fundamentales: concepto, proposición y palabras de enlace; además de las líneas
de enlace, las conexiones cruzadas y los nodos conceptuales.
En la década de los 70 el psicólogo británico Tony Buzan desarrolla los mapas mentales,
herramienta útil para esquematizar o sintetizar la información presente en cualquier clase,
conferencia, lectura, película, etc. Se realiza en una sola hoja de papel estableciendo relaciones
asociativas entre conceptos. Así, esta herramienta parte de un tópico o idea principal localizada
en el centro de la página, y se despliega hacia afuera en todas direcciones, produciendo una
estructura irradiante, creciente y organizada compuesta de palabras claves, dibujos, símbolos,
flechas y colores, siguiendo las manecillas del reloj.
Para concluir, vale la pena recordar que varias culturas emplean ideogramas (clase a la
que pertenecen los mentefactos) como escritura, entre ellas se encuentra china y la japonesa.

BALLENAS, DELFINES Y AFINES

Cetáceos, orden de mamíferos completamente adaptados al medio acuático; pasan toda su


vida, desde que nacen hasta que mueren, en el agua. El orden Cetáceos incluye unas 79 especies
de ballenas, delfines, orcas, calderones, narvales y cachalotes.
El orden Cetáceos se divide en 2 subórdenes: Odontocetos o cetáceos con dientes
(delfines y cachalotes) y Misticetos o cetáceos con barbas (ballenas verdaderas). Los Odontocetos
tienen los dientes todos iguales, tanto en el tamaño como en la forma, y se alimentan de peces,
calamares, crustáceos y otros invertebrados; una especie, la orca, tiene una dieta más variada que
incluye aves y mamíferos marinos. El cachalote también pertenece a este grupo; el macho alcanza
una longitud de 18,3 m y la hembra de 12,2 m.
El suborden Misticetos está formado por 11 especies —todas han sido o son cazadas con
fines comerciales— y se caracterizan porque de la mandíbula superior cuelgan una serie de
placas córneas llamadas barbas. El número de barbas oscila entre 160 y 360 en cada lado de la
mandíbula y presentan en su borde interior un aspecto filamentoso. Las barbas se utilizan a modo
de filtro para capturar el plancton o el krill que constituye la dieta de estos animales; cuando se
alimentan, las ballenas abren la boca para que penetre la mayor cantidad de agua posible;
después, la cierran y presionan con la lengua hacia arriba y contra la franja filamentosa de las
barbas para expulsar el agua de la boca, de forma que el alimento quede atrapado en ellas. Las
ballenas con barbas suelen pasar el verano en las aguas polares, donde abunda el plancton y
disponen de comida abundante, después migran hacia el sur, hacia las zonas templadas y
tropicales, para pasar el invierno y reproducirse.
La adaptación a la vida acuática de los cetáceos ha sido de tal magnitud que su apariencia
recuerda por completo a la de un pez. Las extremidades anteriores han evolucionado hasta
convertirse en aletas; aunque sus huesos todavía muestran reminiscencias de elementos óseos
articulados terminados en dedos, las extremidades posteriores se han perdido por completo y no
hay ninguna conexión anatómica entre éstas y la cola. La cola es grande, dispuesta en un plano
horizontal y constituye el principal órgano propulsor en el desplazamiento; además, no contiene
hueso sino tejido elástico y fibroso que le confiere firmeza y flexibilidad. Por otro lado, el cuerpo
está cubierto por una capa de grasa que ayuda a la flotación del animal, a mantener el calor y
como medio para almacenar energía. La piel de los cetáceos carece de glándulas sudoríparas, de
glándulas sebáceas y de pelo.
Al igual que otros mamíferos, los cetáceos tienen pulmones. Respiran a través de uno o un
par de orificios (espiráculos), situados encima de la cabeza y al contrario de lo que se cree, no
expulsan agua cuando exhalan el aire y forman el característico surtidor. Éste varía en longitud y
forma según la especie de que se trate; consiste en vapor de agua presente en los pulmones que,
en contacto con el aire, se condensa en diminutas gotas de agua visibles a gran distancia.
Los cetáceos presentan una serie de adaptaciones fisiológicas que les capacitan para
sumergirse a profundidades bastante grandes. En primer lugar, tienen un volumen de sangre
mayor al de los mamíferos de tamaño y peso similar, y una capacidad mayor para almacenar
oxígeno en la sangre y en los tejidos musculares. En segundo lugar, en cada inspiración se
renueva entre el 80% y el 90% del aire de los pulmones frente al 10% o 20% de la mayoría de los
mamíferos terrestres. En tercer lugar, los cetáceos pueden tolerar cierta cantidad de dióxido de
carbono en los tejidos, mientras que en el resto de los mamíferos la acumulación de éste
desencadena una respuesta respiratoria involuntaria. Los Misticetos pueden aguantar la
respiración hasta 50 minutos cuando bucean y los cachalotes hasta 75 minutos; éstos suelen
alcanzar profundidades de 460 m para buscar una de sus presas favoritas, el calamar gigante. Por
último, los cetáceos son capaces de restringir el riego sanguíneo sólo a órganos vitales durante
una inmersión profunda, de manera que dichos órganos no se dañen por la falta de oxígeno.
La reproducción de los cetáceos es, en esencia, similar a la del resto de mamíferos. Los
individuos que alcanzan la madurez sexual llevan a cabo un cortejo después del cual viene la
cópula, que tiene lugar en el agua (no se sabe si las parejas permanecen después juntas o no). La
hembra pare una sola cría tras un periodo de gestación que varía entre 9 y 16 meses según la
especie.
Los cetáceos alcanzan la madurez sexual entre los 6 y los 13 años. La longevidad depende
de las especies; los Odontocetos de pequeño tamaño como la beluga viven unos 30 años; los de
mayor tamaño como el cachalote, unos 70 años; y los Misticetos es probable que lleguen a vivir
80 años. Sin embargo, no todos los cetáceos llegan a estas edades; enfermedades, accidentes y
ataques de los depredadores (orcas, tiburones y el ser humano), impiden que esto suceda.
El oído es el sentido más importante de los cetáceos. Se sabe que producen al menos dos
tipos de sonidos, los que intervienen en su sistema de ecolocación y las vocalizaciones,
probablemente producidos por el movimiento del aire al entrar y salir de los sacos nasales. Las
vocalizaciones —son las conocidas canciones de las ballenas— parecen ser más bien un medio
de comunicación entre los miembros de la misma especie, mientras que los sonidos de
ecolocación funcionan como una especie de sonar biológico, que les sirve para orientarse en el
agua. Gracias a este sistema estos animales discriminan con precisión el tamaño o la distancia a la
que se encuentra un objeto. Para ello, dirigen hacia éste los sonidos que, después de rebotar en el
objeto, vuelven hacia el animal y le proporcionan toda la información necesaria. Es fácil deducir
que la ecolocación es de gran ayuda y supone una gran ventaja a la hora de orientarse, navegar o
capturar presas en la oscuridad de las profundidades marinas. Por otro lado, esto no supone que
los cetáceos tengan una visión pobre: por ejemplo, la agudeza visual de la orca bajo el agua es
igual a la de un mamífero terrestre como el gato.
Los cetáceos son los únicos animales (con excepción del elefante) que tienen un cerebro
más grande que el del ser humano. El peso medio del cerebro de un cachalote es de 9 kg, el de un
elefante de 4,5 kg, el del delfín mular de 1,7 kg y el del ser humano de 1,35 kg; sin embargo, la
relación entre el tamaño del cerebro y la inteligencia de los cetáceos todavía no está clara. En
cautividad, las ballenas y los delfines muestran una gran capacidad para aprender, pero como la
observación de los cetáceos en estado natural es muy difícil, se sabe muy poco de su vida en
estado salvaje. Algunas especies son solitarias la mayor parte de su vida, mientras que otras viven
en grupos familiares o forman grupos de cientos de individuos. Las orcas muestran un
comportamiento de cooperación muy desarrollado cuando cazan, lo que indica que debe haber
una comunicación muy activa entre los miembros del grupo. A pesar de todo lo que se ha escrito
sobre la existencia de un “lenguaje” de los cetáceos y de su posible similitud con la comunicación
humana, los resultados de las investigaciones en este campo no son todavía concluyentes.

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