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y agudeza. La pin-
tales superpuestos. El inferior y el medio están sub- tura emblemática de
la Nueva España.
divididos en cuatro y tres secciones transversales, México, Museo
Nacional de Arte,
respectivamente, en las que se ven siete grutas po- Patronato del Mu-
seo Nacional de
bladas por demonios y condenados, los habitantes Arte A.C., Grupo
del infierno según la teología cristiana. En la zona financiero
NAMEX-Accival
BA-
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La composición de este lienzo ma- tantes del lienzo. Éstos son los cua-
nifiesta los principios de la sección tro puntos medios longitudinal y
áurea.113 Las líneas verticales y ho- transversal, los ocho áureos y los 53
rizontales que tejen una retícula cuatro angulares. (Fig. 42) Otros
áurea fueron aprovechadas para puntos importantes en este modo
construir el primer plano de ca- compositivo son los situados en los
vernas. Además el segundo plano cuartos de la longitud total de cada
equivale en altura al primero, ya costado. La trama de líneas trans-
que tiene como unidad métrica la versales entre estos puntos, amén
sección áurea del total de la pintu- de otros secundarios y de la com-
ra. (Fig. 39) posición en equis, para distribuir 113
La proporción
grupos de condenados y demonios, áurea está deter-
determinar postura, inclinación y minada por las
Esta pintura evoca dos estruc- miembros de los seres y sugerir el fracciones 0.382 y
turas consagradas en la tradición 0.618 del total de
movimiento de sus acciones. Mien- la unidad.
pictórica para conformar la com- tras que en algunas intersecciones 114
Se trata de una
posición: por un lado, empleó el fueron dispuestos elementos y per- obra lineal, vid.
formato en equis, también llamado sonajes clave. (Fig. 43) Heinrich Wölfflin,
“cruz de san Andrés”, y por el otro, Conceptos fun-
utilizó el sistema por correspon- damentales de la
dencias. La primera consiste en el Respecto a la figura humana, el historia del arte,
prólogo Enrique
orden impuesto por dos líneas que pintor empleó soluciones teatrales Lafuente Ferrari,
unen diagonalmente los ángulos y dramáticas como luces dirigidas, 3ª ed. México, Es-
opuestos de la superficie pictórica contrastes lumínicos para moldear pasa Calpe, 2007
y que se intersectan en el centro del las masas y expresiones acentua- (Austral, Ciencias
lienzo, de modo tal que resulta una das; mediante el uso de las diago- y Humanidades),
p. 56.
cruz, en forma de equis. (Fig. 40) La nales compositivas ya señaladas
composición puede subdividirse si los personajes denotan agitación y
se trazan dos ejes perpendiculares, dinamismo. Éstos muestran casi en
uno vertical y otro horizontal, que su totalidad posturas abiertas, es
atraviesen por el centro del lienzo. decir extremidades separadas del
El resultado son cuatro paralele- tronco, y abundan las posiciones
pípedos, cortados diagonalmente en contraposto, ya que el torso y la
por cada uno de los cuatro brazos cadera de varias figuras giran en
de la “cruz de san Andrés”. Si se sentido contrario.
trazan las diagonales inversas en
cada caso, se obtendrá una equis
en cada sector, la cual se subdivi- A pesar de que en todo el lien-
de nuevamente mediante nuevos zo existen recursos comunes, tales
ejes transversales. Gracias a esta como una pincelada corta y orde-
composición cruciforme, la pintu- nada, o la preferencia por figuras
ra mantiene una estabilidad visual delimitadas por contornos,114 igual-
pese al dinamismo de las múltiples mente se aprecia una calidad hete-
imágenes que la conforman. (Fig. rogénea, sobre todo en el estudio
41) anatómico, que sugiere la presencia
de dos manos ejecutantes. Mientras
los personajes que simulan caer en
Por su parte, la composición el plano superior se distinguen por
por correspondencias tiene como una estructura proporcionada, tra-
principio la relación lineal entre zos cuidados y un modelado preci-
los puntos periféricos más impor- so, soluciones que parecen de filia-
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II. El fuego
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V. El gusano de la conciencia
VI. La desesperación
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Los ejercicios espirituales que Bajo esta línea doctrinal, Señe- 127
“El lienzo que
mayor repercusión tuvieron en la ri fue un autor prolífico interesado aquí se expone,
época fueron los escritos por Ig- especialmente por las vías de salva- como representa-
nacio de Loyola, santo reconocido ción del hombre. Escribió numero- ción del infierno,
como uno de los principales oposi- sos libros acerca de los sacramen- […] constituye
una obra didáctica,
tores de la reforma luterana del si- tos, guías para confesores, textos
pues seguramente
glo XVI, por lo que la historiografía de consejo e instrucción sacerdota- era utilizado para
los ha relacionado con el óleo Las les, así como de carácter reflexivo apoyar la compo-
penas del infierno.128 Aún cuando y moralizante. Entre sus obras más sición del lugar [el
esta interpretación tuviera sentido importantes puede citarse El confe- infierno], ejercicio
de imaginación
por la cercanía que existe entre la sor instruido, El cristiano instruido en
que era necesario
reflexión que san Ignacio dedicó al su ley, Quaresimale, Maná del alma y para asimilar me-
infierno, en su Ejercicio V, con cier- El infierno abierto al cristiano. jor la práctica de
tos elementos del lienzo, la fuente los ejercicios espi-
literaria directa que motivo esta rituales. […] Por
pintura es El infierno abierto al cris- Pablo Señeri murió en 1694, supuesto que la
tras lo cual inició un proceso para imaginación del
tiano, escrito por el jesuita italiano ejercitante trabaja-
Pablo Señeri.129 canonizarlo. Aunque no se consa-
ba mejor con este
gró como santo, la Iglesia lo llamó lienzo enfrente,
“siervo de Dios” y lo reconoció pues ante su vista,
A continuación hablaré sobre venerable, es decir como hombre acompañada por
esta obra, las ediciones que tuvo ejemplar, digno de ser evocado por las palabras bien
entonadas del
en el virreinato y la manera como su virtuosismo cristiano y de ser
texto ignaciano,
sirvió de referente para diversas imitado por la humanidad. se produciría una
obras plásticas. especia de audio-
visual, muy eficaz
Señeri escribió El infierno abier- para conmover el
to “contra la ignorancia y la incon- alma y llevarla al
sideración de los hombres”,131 y arrepentimiento.”
Elisa Vargaslugo,
con afán de confrontar las mani-
3. Las fuentes literaria y op. cit., p. 145.
festaciones religiosas heterogéneas 128
Vid. Lorenza
gráfica de Las penas del desarrolladas en el siglo XVII, entre Autrey Maza, Ka-
infierno ellas, los quietistas. Este autor, a lo ren Christianson
largo del texto, presenta conjuras Viesca y Ma. del
Carmen Pérez
a. El infierno abierto al contra quienes consideraba “here-
Lizaur, La Profe-
cristiano de Pablo Señeri jes”, “escépticos” e ignorantes de sa en tiempo de los
la “verdadera fe”. La intención que jesuitas. Estudio
tuvo al escribir esta obra era “cerrar histórico-artístico.
Pablo Señeri fue un teólogo y misio- el averno” y lograr que los vivos Tesis de maes-
tría, Universidad
nero jesuita que nació en 1624, en “abrieran los ojos” ante las penas
Iberoamericana:
Italia, y que gozó de reconocimien- que sufrirían cuando muertos.132 Departamento de
to por la vida ascética que seguía y (Fig. 47) Historia, 1973, y
Elisa Vargaslugo,
op. cit.
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Su nombre italiano fue Paolo Segneri. Utilizo a lo largo de este escrito su hispanización.
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Miguel de Molinos desarrolló el quietismo en escritos como Dux Spiritualis, publicado en Roma en 1675. El papa
Inocencio XI, doce años más tarde, condenó 68 de sus proposiciones quietistas Este sistema se fundamentaba en la idea
de que el hombre aniquilara sus potencias y que el deseo de realizar algo activamente ofende a Dios. El hombre debería
abandonarse enteramente a Dios y permanecer como un cuerpo inanimado. El hombre debería permitir que el demonio
obrase a su antojo, sin escrúpulos ni dudas, y no tendría necesidad de confesar sus actos, porque así el alma se sobre-
pondría al demonio, adquiría un “tesoro de paz” y alcanzaría una estrecha unión con Dios llamada “muerte mística”.
Heinrich Denzinger, op. cit., §2181-2192, 2201-2269.
131
Pablo Señeri, op. cit., p. 1.
132
Ibídem, p. 3.
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Cuevas de Grbados de
Las penas del infierno El infierno abierto al cristiano
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◄ Fig. 49. El
infierno oculto en la
pintura de Ánimas
de San Dionisio
Yauhquemecan.
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◄ Fig. 51. La
eternidad de las
penas del Santuario
de Atotonilco.
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184
Pablo Señeri, op. mico, incluso violento. Entretanto, bestias demoniacas que al impacto
cit., p. 42. los correspondientes a la cuarta y estético causado por el fuego.
sexta son composiciones frontales,
una triangular y otra en cruz, lo
que les confiere mayor estatismo La compañía de los condenados,
frente al resto. grabado propio de la meditación
dedicada a la naturaleza física y
psicológica de los demonios y de
El grabado La cárcel del infierno los condenados, ilustra un indivi-
muestra a un condenado encerrado duo sumergido en un incendio y
tras una reja reticulada, encadena- horrorizado por la visión que tiene
do de las muñecas, atravesado en de un demonio que asoma sobre su
el pecho por una lanza y atemori- hombro. A su vez, otro demonio de
zado por una serpiente que le ro- facciones bovinas lo enfrenta. Al-
dea el cuello y lo mira a la altura de gunos insectos asoman en la parte
la cara. Por su parte, el correspon- superior de la composición; según
diente al tema El fuego representa Señeri sólo se trata de una aparien-
un hombre envuelto en llamas, al cia que adoptan los demonios para
que nuevamente una lanza le tras- aterrorizar a los condenados.184
pasa el torso; él trata de alejar a un (Fig. 52)
demonio serpentino que se enreda
entre sus brazos y levanta la cabeza
para atacarle el rostro, mientras un Según los teólogos, la pena de
diablo semejante a un simio y otro daño era la más dolorosa e infini-
como un ofidio se lanzan en contra ta pérdida que sufrirían los infieles
suya. Curiosamente el temor que en las profundidades abismales, ya
debía despertar este grabado se que consistía en nunca más volver a
vincula más a la presencia de las contemplar a Dios. El apartado que
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