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II.

LA APERTURA DEL iNFiERNO


A TRAVÉS DE SUS PENAS
51
¿qué mejor arte y traza puede haber para
cerrar aquel abismo de penas a los muer-
tos, que abrirlo a la consideración de los
vivos? 110

1. Descripción de la pintura Las penas


del infierno

La pintura Las penas del infierno fue realizada 110


Pablo Señeri, op.
cit., p. 3.
durante el siglo XVIII y en la actualidad se exhibe 111
Este edificio per-
teneció a la Com-
en la sala “Tres siglos de pintura en México”, de pañía de Jesús y
la Pinacoteca de la Profesa, en la ciudad de Méxi- más tarde, con la
expulsión de los
co.111 Esta obra es de formato rectangular, mide 245 jesuitas en 1767,
pasó a la congrega-
x 213 cm,112 está ejecutada con la técnica de óleo ción del Oratorio
de San Felipe Neri,
sobre tela y presenta una mutilación en el margen misma que hoy lo
resguarda y admi-
izquierdo de aproximadamente cinco centímetros. nistra.
La obra está organizada en tres registros horizon- Juegos de ingenio
112

y agudeza. La pin-
tales superpuestos. El inferior y el medio están sub- tura emblemática de
la Nueva España.
divididos en cuatro y tres secciones transversales, México, Museo
Nacional de Arte,
respectivamente, en las que se ven siete grutas po- Patronato del Mu-
seo Nacional de
bladas por demonios y condenados, los habitantes Arte A.C., Grupo
del infierno según la teología cristiana. En la zona financiero
NAMEX-Accival
BA-

superior, cuya altura es considerablemente redu- S.A. de C.V., Elek,


Moreno Valle y
cida respecto a las dos anteriores, se representó la Asociados, Gru-
po ICA, Instituto
caída de los cautivos y el arrastre que las huestes Nacional de Bellas
Artes, Universidad
demoniacas hacen de ellos. (Fig. 38) del Claustro de
Sor Juana, Edicio-
nes del Equilibris-
ta, Turner Libros,
1994, p. 418.

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el infierno abierto al
novohispano

52

Fig. 38. Las penas


del infierno:
división por planos
superpuestos y
secciones. ►
Fig. 39. Las penas
del infierno: líneas
y proporciones
áureas. ▼

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la apertura del infierno

La composición de este lienzo ma- tantes del lienzo. Éstos son los cua-
nifiesta los principios de la sección tro puntos medios longitudinal y
áurea.113 Las líneas verticales y ho- transversal, los ocho áureos y los 53
rizontales que tejen una retícula cuatro angulares. (Fig. 42) Otros
áurea fueron aprovechadas para puntos importantes en este modo
construir el primer plano de ca- compositivo son los situados en los
vernas. Además el segundo plano cuartos de la longitud total de cada
equivale en altura al primero, ya costado. La trama de líneas trans-
que tiene como unidad métrica la versales entre estos puntos, amén
sección áurea del total de la pintu- de otros secundarios y de la com-
ra. (Fig. 39) posición en equis, para distribuir 113
La proporción
grupos de condenados y demonios, áurea está deter-
determinar postura, inclinación y minada por las
Esta pintura evoca dos estruc- miembros de los seres y sugerir el fracciones 0.382 y
turas consagradas en la tradición 0.618 del total de
movimiento de sus acciones. Mien- la unidad.
pictórica para conformar la com- tras que en algunas intersecciones 114
Se trata de una
posición: por un lado, empleó el fueron dispuestos elementos y per- obra lineal, vid.
formato en equis, también llamado sonajes clave. (Fig. 43) Heinrich Wölfflin,
“cruz de san Andrés”, y por el otro, Conceptos fun-
utilizó el sistema por correspon- damentales de la
dencias. La primera consiste en el Respecto a la figura humana, el historia del arte,
prólogo Enrique
orden impuesto por dos líneas que pintor empleó soluciones teatrales Lafuente Ferrari,
unen diagonalmente los ángulos y dramáticas como luces dirigidas, 3ª ed. México, Es-
opuestos de la superficie pictórica contrastes lumínicos para moldear pasa Calpe, 2007
y que se intersectan en el centro del las masas y expresiones acentua- (Austral, Ciencias
lienzo, de modo tal que resulta una das; mediante el uso de las diago- y Humanidades),
p. 56.
cruz, en forma de equis. (Fig. 40) La nales compositivas ya señaladas
composición puede subdividirse si los personajes denotan agitación y
se trazan dos ejes perpendiculares, dinamismo. Éstos muestran casi en
uno vertical y otro horizontal, que su totalidad posturas abiertas, es
atraviesen por el centro del lienzo. decir extremidades separadas del
El resultado son cuatro paralele- tronco, y abundan las posiciones
pípedos, cortados diagonalmente en contraposto, ya que el torso y la
por cada uno de los cuatro brazos cadera de varias figuras giran en
de la “cruz de san Andrés”. Si se sentido contrario.
trazan las diagonales inversas en
cada caso, se obtendrá una equis
en cada sector, la cual se subdivi- A pesar de que en todo el lien-
de nuevamente mediante nuevos zo existen recursos comunes, tales
ejes transversales. Gracias a esta como una pincelada corta y orde-
composición cruciforme, la pintu- nada, o la preferencia por figuras
ra mantiene una estabilidad visual delimitadas por contornos,114 igual-
pese al dinamismo de las múltiples mente se aprecia una calidad hete-
imágenes que la conforman. (Fig. rogénea, sobre todo en el estudio
41) anatómico, que sugiere la presencia
de dos manos ejecutantes. Mientras
los personajes que simulan caer en
Por su parte, la composición el plano superior se distinguen por
por correspondencias tiene como una estructura proporcionada, tra-
principio la relación lineal entre zos cuidados y un modelado preci-
los puntos periféricos más impor- so, soluciones que parecen de filia-

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Fig. 40. Las penas


del infierno: líneas
áureas, “cruz de
san Andrés” y ejes
medios vertical y
horizontal. ►
Fig. 41. Las penas
del infierno: subdi-
visión de la “cruz de
san Andrés”. ▼

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la apertura del infierno

55

◄ Fig. 42. Las


penas del infierno:
correspondencias.
▼ Fig. 43. Las
penas del infierno:
algunas líneas com-
positivas importan-
tes por correspon-
dencias.

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Fig. 44. Pieter


Pawel Rubens, La
caída de los con-
denados. ►

ción academicista y naturalista, las grabado europeo como fuente, ya


115
Jaime Morera,
Eternidad novo-
figuras de condenados fueron re- que los escorzos del plano superior
hispana… op. cit., presentadas con un trabajo menos recuerdan lienzos como La caída
p. 161. Este autor cuidado, y que hasta cierto punto de los condenados de Pieter Pauwel
cita un grabado desmerece la calidad del registro Rubens, maestro flamenco del siglo
que sigue la pin- alto. Incluso el claroscuro es distin- XVII, que se encuentra en la Pina-
tura enunciada
de Rubens, y que
to: en la parte superior se aprecian coteca Antigua de Múnich,115 (Fig.
se encuentra en los individuos con mayor contraste 44) o como La caída de los ángeles
la Biblioteca Na- de luz y sombras en toda la pintu- rebeldes de Charles le Brun, pintor
cional de Madrid. ra, mientras que los personajes de francés activo durante el reinado
Considero perti- las zonas inferiores lucen cambios de Luis XIV, conservado en el Mu-
nente agregar tres
proposiciones. En
de iluminación menos abruptos, seo de Bellas Artes de Dijon. (Fig.
primer lugar, sus- en ocasiones planos. Esta dispari- 45)
cribo la afirmación dad pictórica quizá se deba a que el
del doctor More- maestro del taller delegó parte del
ra en cuanto a la encargo a sus oficiales, hábito co- En cuanto a la técnica, la pintu-
buena calidad del ra fue elaborada sobre un lienzo re-
dibujo y la técnica
mún al interior del sistema gremial
cubierto con imprimatura roja, ela-
pictórica en este que regía a los pintores novohispa-
registro de la obra nos.
borada a partir de óxido de hierro,
en cuestión. Sin color socorrido por los pintores a lo
embargo difiero largo de los siglos XVII y XVIII, gra-
de su parecer en Como ya advirtió Jaime More- cias al cual adquiere una atmósfera
dos ideas de la si- ra, parece que el autor utilizó algún cálida, acorde con el tema ígneo del
guiente frase: “Las
masas de cuerpos
entrelazados que
se precipitan hacia la caverna recuerdan el espíritu barroco de los grabados de Rubens: cuerpos que caen al vacío sin or-
den ni concierto.” Por un lado, hablar de “espíritu barroco” como sinónimo de orden nulo sugiere que el autor asume el
primer significado del término barroco, aquel elucubrado durante el siglo XVIII y cuya finalidad era demostrar el “mal
gusto” que los estetas e historiadores ilustrados encontraban en la producción plástica del siglo que les precedía. Por
otro, no hallo factible hablar de “ningún orden ni concierto”, tanto en la obra de Rubens como en Las penas del infierno. En
ambas, el movimiento y las escenas en plena acción, implican un complejo orden tal como fue revisado en la estructura
compositiva. Claro está que se trata de un orden distinto al estatismo clasicista. Arnold Hauser equipara este tipo de
imágenes con escenas “cinematográficas”, ya que capturan “fotográficamente” el dinamismo del suceso representado:
“los sucesos representados parecen haber sido acechados y espiados”. Vid. Arnold Hauser, Historia social de la literatura y
el arte, t. 1 “Desde la Prehistoria hasta el Barroco”, versión castellana de A. Tovar y F. P. Varas-Reyes, corrección de René
Palacios More, introducción de Valeriano Bozal. Madrid, Debate, 1998, p. 501.

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la apertura del infierno

57

◄ Fig. 45. Charles


le Brun, La caída
de los ángeles.

infierno. Por el tema desarrollado, de plomo (elaborado con carbonato 116


La relación que
los colores y pigmentos más abun- básico de plomo),120 y el amarillo de hago entre algu-
dantes en este óleo y distinguibles a Nápoles, un compuesto de plomo nos colores visi-
simple vista son el rojo y el negro.116 (antimoniato básico de plomo) ela- bles en el lienzo y
En lo que toca a este último, con borado químicamente.121 los pigmentos que
toda probabilidad se trata de resi- posiblemente les
corresponda, está
duos de materia orgánica quemada fincada en la apre-
o de negro de humo.117 Por su parte Finalmente, para elaborar las
ciación visual del
los pigmentos rojos que se aprecian carnaciones, el pintor recurrió a lienzo y en la pa-
son minerales y pueden ser óxidos pigmentos rojos y ocres. Sin em- leta habitual de la
de hierro, conocidos genéricamen- bargo los cuerpos de la parte su- época virreinal. Es
perior aún reflejan el uso de la pertinente apuntar
te como sinopia o pórfido, y sulfu- que la pintura Las
ro de mercurio, llamado cinabrio.118 técnica medieval del verdacho, la
penas del infierno
Otros colores utilizados son ocres y cual consiste en aplicar tierra verde fue recientemente
marrones, probablemente elabora- (silicato ferroso) matizada con al- intervenida para
dos a partir de tierras. El amarillo bayalde como fondo para los cuer- su restauración.
pos y para enfatizar las sombras.122 Las fotografías
ocre quizá sea alguna arcilla que que de ella se in-
contenga limonita (óxidos hidra- Con el fin de dar efectos de luz y
corporaron en el
tos de hierro). Además aparecen relieve, recubrió las mejillas y los catálogo ya citado
tres colores minerales: el azul de cuerpos con cinabrio y albayalde, Juegos de ingenio y
Prusia, pigmento elaborado en la- degradado aquél con éste en varios agudeza…, todavía
tonos.123 retratan el repro-
boratorios (ferrocianuro férrico),119 bable estado de
el albayalde, conocido como blanco conservación en
que se encontraba
la obra, contrario
al buen estado en que se halla actualmente.
117
El hollín recogido tras la combustión de aceite de linaza. Vid. Cennino Cennini, El libro del arte, comentado y anotado
por Franco Brunello, introducción de Licisco Magagnato y traducción del italiano por Fernando Olmeda Latorre. Ma-
drid, Akal, 2002. (Fuentes de arte, 5) p. 64-65.
118
Ibídem, p. 51, 65-67.
119
También llamado ferrocianuro de hierro (III).
120
Cennino Cennini, op cit., p. 49.
121
Ibídem, p. 75.
122
Ibídem, p. 46, 184.
123
Ibídem.

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el infierno abierto al
novohispano
2. Apreciación iconográ- están escritos en español y las citas
fica bíblicas, en latín. Estas últimas pre-
58 sentan una ortografía accidentada,
referencias erradas a los versículos
La pintura Las penas del infierno re- bíblicos, amén de las mutilaciones
fiere dos preceptos teológicos co- del lienzo que impiden parcial-
munes sobre la naturaleza del in- mente su reconstrucción.124 (Cua-
fierno. El primero es su ubicación dro 1) Además de los títulos de las
subterránea y su acceso gravitacio- cuevas, la pintura posee una carte-
nal, o a través de la fuerza demo- la general en el margen inferior que
niaca que atrae a los condenados reza [Mi]ttent eos in caminum ignis:
124
Elisa Vargaslu-
go, “Las penas del hacia las entrañas de la Tierra. El ibi erit fletus et shidor [stridor] den-
infierno” en Arte y otro y más evidente refiere a sus tium, Matt. 13. La referencia pun-
mística del barroco. moradores: los condenados y los tual a la que remite es el versículo
México, Univer- demonios, encerrados en el abis-
sidad Nacional Mateo 13, 42:125 “los arrojarán en el
mo desde tiempos de la creación horno de fuego; allí será el llanto y
Autónoma de
México, Colegio y verdugos perpetuos de aquéllos, el rechinar de dientes.” Esta cartela
de San Ildefonso, mientras los castigados son las al- articula el conjunto de cavidades
Consejo Nacional mas de los muertos en pecado. infernales y da sentido a la caída de
para la Cultura
y las Artes, De- los réprobos, apreciada en el regis-
partamento del Las penas del infierno es la úni- tro alto del lienzo.
Distrito Federal,
ca pintura novohispana que hasta
Ediciones El Equi-
librista, Turner Li- ahora he localizado con una cons- Las imágenes y textos están
bros, 1994, p. 145. titución infernal compartimenta- vinculados a manera de resaltar su
La doctora Var- da, mediante grutas “abiertas” en
finalidad pedagógica y correspon-
gaslugo escribió el lienzo que recrean las entrañas
para el catálogo den al lenguaje de los emblemas,
terrestres de manera casi arquitec- sintagmas simbólicos usados en la
de la exposición
Arte y mística del tónica. En los segundos planos se época como vehículos de mensajes
barroco el estudio aprecian galeras conformadas por morales. Cada emblema implica
iconográfico más soportes pétreos que funcionan
una estructura tripartita: una figu-
completo hasta como pilares y que sostienen las
ahora sobre la pin- ra, un título o mote y una glosa o
“bóvedas” infernales. Dentro del comentario, mismo orden que apa-
tura en tratamien-
to. Para el análisis contexto general de la plástica es- rece en las cuevas de Las penas del
presente interesa catológica virreinal, sólo existe otra infierno.126
la importante con- pintura que muestra una intención
tribución que esta semejante, empero su tema es el
historiadora del
purgatorio, el óleo de Ánimas eje- Los historiadores de arte que
arte hizo al ofre-
cer la paleografía, cutado por Cristóbal de Villalpan- han estudiado Las penas del infier-
transcripción y do para la parroquia de Tuxpan, no coincidieron en que se trata de
traducción del la- Michoacán. (Fig. 46) una obra didáctica, utilizada como
tín al español de estímulo y complemento visual a
las cartelas. Ella
una serie de reflexiones llamadas
dio noticia de los Elementos fundamentales para
problemas orto- genéricamente ejercicios espiritua-
comprender iconográficamente la les. Éstos consistían en lecturas y
gráficos y bíblicos
en las inscripcio- pintura son las cartelas colocadas meditaciones, creadas con base en
nes. La revisión y al pie de cada cueva. Éstas constan los preceptos eclesiásticos, a fin de
traducción final de dos partes: un título que precisa
propiciar un razonamiento moral
de los textos la- el tipo de sufrimiento que se pade-
tinos para Arte y sobre las acciones del hombre en
ce en cada caverna y un versículo la tierra, en aras de la salvación de
mística… se deben
al maestro Bulma- bíblico que sugiere una explicación sus almas. Además, los ejercicios
ro Reyes Coria, teológica para cada caso. Los títulos
del Departamento
de Estudios Clási-
cos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Las transcripciones consideradas a lo largo del trabajo
presente son suyas, mientras que las traducciones fueron tomadas de la Biblia de Jerusalén.
125
Ibídem, p. 148.
126
Por estas características, la pintura fue incluida en el corpus de la exposición Juegos de ingenio y agudeza. La pintura em-
blemática de la Nueva España, celebrada en el Museo Nacional de Arte durante 1994. Juegos de ingenio y agudeza… op. cit.

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◄ Fig. 46. Las gale-


ras del purgatorio.

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el infierno abierto al
novohispano

60

Cuadro 1. Las siete cavernas de Las penas del infierno.

Imagen Título y cita bíblica

I. La cárcel del infiero

[Te]rrae vectes concluserunt me in aeternum.


Ionae 27

“La Tierra echó su cerrojo tras de mí para


siempre.” Jonás 2, 7

II. El fuego

Interiora mea efferbuerunt absque ulla requie.


Job 30, 27

“Las entrañas mías hirvieron sin algún


descanso.”
Job 30, 27

III. La compañía de los condenados

Frater fui Draconum et socius Struthionum,


Job 30, 29.

“Hermano fui de dragones y compañero


de avestruces”. Job, 30, 29

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la apertura del infierno

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IV. La pena de daño

[Proie]ctus sum a facie oculorum tuorum,


Psalm. 30, 23

“Fui arrojado de la faz de los ojos tuyos”,

V. El gusano de la conciencia

Repulsa est a pace anima mea; oblitus sum


bonorum, Thr[eni]. 3, 17

“Mi alma fue rechazada de la paz; me olvi-


dé de las cosas buenas”, Lamentaciones,
3, 17

VI. La desesperación

Perijt finis meus: et spes mea a Domino,


Thr.3, 18

“Pereció el fin mío, y la esperanza mía en


el Señor”, Lamentaciones 3, 18

VII. La eternidad de las penas

Dolor meus perpetius [La palabra correcta


es perpetuus], et plaga [mea] despe[rabi] Lis
renuit curari, Jerem. 15, 18

“El dolor mío perpetuo y la llaga mía des-


esperante rehúsa curarse”, Jeremías, 15, 18

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el infierno abierto al
novohispano

62

Fig. 47. Frontis de


El infierno abierto
al cristiano. ►

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la apertura del infierno

espirituales fueron vistos como un por su fecunda obra bibliográfica.


medio eficaz para expiar las culpas Fue un hombre comprometido con
a causa de los “malos actos” huma- defender y extender las creencias 63
nos. En la praxis se complementa- dogmáticas de la iglesia católica,
ban con mortificaciones y privacio- amén de combatir posturas consi-
nes al cuerpo, tales como ayunos, deradas heréticas como el quietis-
vigilia, penitencias y autoflagela- mo, divulgado por el español Mi-
ciones.127 guel de Molinos.130

Los ejercicios espirituales que Bajo esta línea doctrinal, Señe- 127
“El lienzo que
mayor repercusión tuvieron en la ri fue un autor prolífico interesado aquí se expone,
época fueron los escritos por Ig- especialmente por las vías de salva- como representa-
nacio de Loyola, santo reconocido ción del hombre. Escribió numero- ción del infierno,
como uno de los principales oposi- sos libros acerca de los sacramen- […] constituye
una obra didáctica,
tores de la reforma luterana del si- tos, guías para confesores, textos
pues seguramente
glo XVI, por lo que la historiografía de consejo e instrucción sacerdota- era utilizado para
los ha relacionado con el óleo Las les, así como de carácter reflexivo apoyar la compo-
penas del infierno.128 Aún cuando y moralizante. Entre sus obras más sición del lugar [el
esta interpretación tuviera sentido importantes puede citarse El confe- infierno], ejercicio
de imaginación
por la cercanía que existe entre la sor instruido, El cristiano instruido en
que era necesario
reflexión que san Ignacio dedicó al su ley, Quaresimale, Maná del alma y para asimilar me-
infierno, en su Ejercicio V, con cier- El infierno abierto al cristiano. jor la práctica de
tos elementos del lienzo, la fuente los ejercicios espi-
literaria directa que motivo esta rituales. […] Por
pintura es El infierno abierto al cris- Pablo Señeri murió en 1694, supuesto que la
tras lo cual inició un proceso para imaginación del
tiano, escrito por el jesuita italiano ejercitante trabaja-
Pablo Señeri.129 canonizarlo. Aunque no se consa-
ba mejor con este
gró como santo, la Iglesia lo llamó lienzo enfrente,
“siervo de Dios” y lo reconoció pues ante su vista,
A continuación hablaré sobre venerable, es decir como hombre acompañada por
esta obra, las ediciones que tuvo ejemplar, digno de ser evocado por las palabras bien
entonadas del
en el virreinato y la manera como su virtuosismo cristiano y de ser
texto ignaciano,
sirvió de referente para diversas imitado por la humanidad. se produciría una
obras plásticas. especia de audio-
visual, muy eficaz
Señeri escribió El infierno abier- para conmover el
to “contra la ignorancia y la incon- alma y llevarla al
sideración de los hombres”,131 y arrepentimiento.”
Elisa Vargaslugo,
con afán de confrontar las mani-
3. Las fuentes literaria y op. cit., p. 145.
festaciones religiosas heterogéneas 128
Vid. Lorenza
gráfica de Las penas del desarrolladas en el siglo XVII, entre Autrey Maza, Ka-
infierno ellas, los quietistas. Este autor, a lo ren Christianson
largo del texto, presenta conjuras Viesca y Ma. del
Carmen Pérez
a. El infierno abierto al contra quienes consideraba “here-
Lizaur, La Profe-
cristiano de Pablo Señeri jes”, “escépticos” e ignorantes de sa en tiempo de los
la “verdadera fe”. La intención que jesuitas. Estudio
tuvo al escribir esta obra era “cerrar histórico-artístico.
Pablo Señeri fue un teólogo y misio- el averno” y lograr que los vivos Tesis de maes-
tría, Universidad
nero jesuita que nació en 1624, en “abrieran los ojos” ante las penas
Iberoamericana:
Italia, y que gozó de reconocimien- que sufrirían cuando muertos.132 Departamento de
to por la vida ascética que seguía y (Fig. 47) Historia, 1973, y
Elisa Vargaslugo,
op. cit.
129
Su nombre italiano fue Paolo Segneri. Utilizo a lo largo de este escrito su hispanización.
130
Miguel de Molinos desarrolló el quietismo en escritos como Dux Spiritualis, publicado en Roma en 1675. El papa
Inocencio XI, doce años más tarde, condenó 68 de sus proposiciones quietistas Este sistema se fundamentaba en la idea
de que el hombre aniquilara sus potencias y que el deseo de realizar algo activamente ofende a Dios. El hombre debería
abandonarse enteramente a Dios y permanecer como un cuerpo inanimado. El hombre debería permitir que el demonio
obrase a su antojo, sin escrúpulos ni dudas, y no tendría necesidad de confesar sus actos, porque así el alma se sobre-
pondría al demonio, adquiría un “tesoro de paz” y alcanzaría una estrecha unión con Dios llamada “muerte mística”.
Heinrich Denzinger, op. cit., §2181-2192, 2201-2269.
131
Pablo Señeri, op. cit., p. 1.
132
Ibídem, p. 3.

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el infierno abierto al
novohispano
El infierno abierto partió en libro de Pablo Señeri se inscribe en
intenciones y motivaciones de los este contexto, suposición que se
64 Ejercicios espirituales de san Igna- constata apelando a la estructura
cio de Loyola.133 Además utilizó la del texto.
Biblia, obras medievales de la pa-
trística, como san Agustín y san
Jerónimo, y de la escolástica, por Por su contenido, las siete re-
ejemplo santo Tomás de Aquino y flexiones de Señeri pueden clasifi-
san Bernardo de Claraval, acuerdos carse en cuatro grupos: el primero
del magisterio eclesiástico e incluso incluye los apartados que dan pre-
refirió testimonios de apariciones ferencia a la descripción del am-
133
Ibídem, p. 152.
134
Ibídem, p. 17-18, de condenados en la tierra, que co- biente físico del infierno y las penas
99, 144, 156-157. noció a través de la literatura ecle- contra los sentidos. A él correspon-
135
La manera cómo siástica y de la tradición oral.134 den “1. La cárcel del infierno” y “2.
Señeri distribu- El fuego”, las cuales respectiva-
yó los tormentos mente abundan sobre la estructu-
infernales en sus
meditaciones co- Como el propio Señeri lo defi- ra, las tinieblas, y el hedor que allí
incide con otras ne, El infierno abierto fue un “trata- prevalecían, así como en la calidad,
obras europeas dillo” integrado por siete conside- cantidad, elevación y origen de sus
contemporáneas raciones sobre las “verdades” del llamas.135
suyas, por ejem- infierno, las cuales deberían ser leí-
plo los sermones
de los jesuitas das una cada día de la semana. Para
hacer más claro el discurso dividió Al segundo grupo correspon-
La Colombière y
Clauio Texier (úl- cada una de ellas en tres puntos y de sólo “3. La compañía de los con-
timas décadas del las acompañó con oraciones dedi- denados”, meditación descriptiva
siglo XVII), La cadas a los más poderosos interce- de las características físicas y psi-
Bibliothèque des cológicas de los habitantes del in-
prédicateurs de Vin- sores y veladores de los hombres,
según la tradición católica. El autor fierno, ya fuesen demonios o con-
cent Houdry (Lyon,
1713), el Catéchis- recomendaba que cada mañana se denados. Además habla de cómo
me ou abréguez de dedicara un poco de tiempo a leer los cautivos se harán daño unos a
la doctrine chré- y penetrar en estas meditaciones. otros, sobre todo si en vida fueron
tienne, cy-devant cómplices de pecado.
intitulez catéchisme Su meta era persuadir a sus lecto-
de Bourges, de La res a que cambiasen los “placeres y
Chétardie, cura deleites” por una vida más acorde Los ejercicios que tratan la na-
del templo de a los principios cristianos, para lo
Saint-Suplice de turaleza de las penas psicológicas y
cual mandaba cumplir con los sa- del alma integran el tercer grupo.
París (Lyon, 1736);
incluso libros jan- cramentos, seguir los preceptos bí- Éstos son “4. La pena de daño”,
senistas como blicos, basarse en la doctrina ecle- donde se expone que no ver a Dios
Essai de morale. siástica y temer a la justicia divina. es el infinito y doloroso castigo
Quatrième volumen
contenant deux trai- para quienes incurrieron en peca-
tés, le premier sur La concepción de las penas do; “5. El gusano de la conciencia”,
les quatre fins der- infernales sufrió un proceso de tormento originado en la memoria
nières de l’homme de los deleites pasados, el arrepen-
(París, 1678), de simplificación y racionalización
durante los siglos XVII y XVIII. La timiento de los pecados cometidos
P. Nicole. Georges
Minois, op. cit., p. teología quiso desmantelar la con- y las ocasiones de enmienda perdi-
292-318. figuración medieval de castigos das, y “6. La desesperación”, estado
especializados para proponer un anímico causado por la duración e
infierno donde éstos se redujeran intensidad de las penas infernales,
a tres: la pena de sentido, la pena así como por el conocimiento que
de daño y la pena de eternidad. El los condenados tienen acerca de la
gloria de los bienaventurados.

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la apertura del infierno

En el último grupo únicamen- ejemplo, junto a las citadas en el


te se halla “7. La eternidad de las Apocalipsis de san Pablo, las medi-
penas”, quizá el apartado más inin- taciones de santo Tomás de Aqui- 65
teligible para los lectores, ya que no o las narraciones místicas de su
aborda cuestiones filosófico-teoló- contemporánea hispana santa Te-
gicas acerca del tiempo, la continui- resa de Ávila. Mientras estos últi-
dad y la justicia divina. En éste el mos autores enfatizaban el carácter
autor expuso la infinita, inmutable físico del sufrimiento infernal, El
y justa existencia de los tormentos infierno abierto centra su atención en
del infierno. padecimientos metafísicos.
136
Pablo Señeri, op.
cit., p. 97-98.
Los títulos de las siete medita- Durante la época en que se 137
Georges Minois,
ciones de Señeri fueron acompaña- escribió este libro, el pensamiento op. cit., p. 289-291.
dos por citas bíblicas que abundan filosófico, científico y teológico fue
138
Pablo Señeri, op.
cit., p. 18.
sobre el contenido de cada re- impactado por el racionalismo, co- 139
Ibídem, p. 11.
flexión. Estos textos son los mismos rriente gnoseológica encabezada
que aparecen como cartelas en las por René Descartes, que enfatizaba
cuevas de la pintura Las penas del el papel de la razón en el proceso
infierno, lo cual indica que El in- cognoscitivo. Su influencia se re-
fierno abierto indudablemente fue sintió en la doctrina del infierno, la
el texto que sirvió de apoyo para cual abandonó paulatinamente la
este óleo. preocupación por presentar la di-
versidad de castigos sensoriales y
prefirió utilizarlo como un medio
El autor invitaba a sus lectores de convencimiento en la prédica
para que se esforzaran por com- contra los herejes,137 tal como hizo
prender a profundidad el conteni- Señeri. Además el privilegio que
do del libro y a guardarlo en su co- dieron los filósofos a la capacidad
razón. Esta exhortación remite a la de raciocinio pudo ser también un
idea, de origen griego, que en este factor que determinara el peso que
órgano habitaba el alma del hom- este teólogo dio a los malestares del
bre, entidad a la cual se atribuía alma frente a las penas de sentido.
las capacidades de discernimiento,
razonamiento y sentimiento y asi-
mismo valorada como la parte que Para Señeri, conforme al canon
unía a los mortales con Dios. Señeri eclesiástico, los pecados cometidos
afirmó que las potencias interiores en vida eran la causa de los males
del hombre son más perfectas y escatológicos. A su parecer, éstos
vulnerables al sentimiento y al do- se vinculaban a la carne, elemento
lor.136 material que constituye a los hom-
bres, considerado desde los prime-
ros siglos de cristianismo indómito
Bajo estas premisas, en pri- y con marcada tendencia a los pla-
mer término concibió las penas de ceres lascivos,138 sin embargo, su
su libro como atentados contra las origen más profundo estaba en el
facultades psíquicas del alma, y en alma, porque era ella quien desaca-
segundo, del cuerpo. Si se compa- taba los mandatos divinos. Sostuvo
rara El infierno abierto al cristiano que su primera falta fue abusar y
con otros libros descriptivos de las malograr la libertad que Dios le
torturas infernales, las penas de había concedido.139 Consideró que
Señeri resultarían inteligibles, por el mayor peligro para un hombre

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el infierno abierto al
novohispano
era tener en la conciencia un peca- Dios.149 Empero el pecador tenía
do mortal sin confesar, ya que uno diversos medios que le evitarían
66 solo bastaba para su condenación caer en el infierno, el primero era
eterna. Señeri escribió que la vida “verlo y considerarlo” a través de
era frágil como un hilo y que en las meditaciones y ejercicios espiri-
cualquier instante podría llegar a tuales.150 El autor creía en la eficacia
su fin, razón de más para no guar- de la oración para que el hombre se
dar una falta mortal en el alma.140 liberara de la eterna condena. Para
Por último, el pecado fue la causa prepararse diariamente a meditar,
por la que Dios, tenido por bueno y recomendaba que los fieles prime-
140
Ibídem, p. 127. amoroso, creara un sitio tan terrible ro invocaran al Espíritu Santo, des-
141
Ibídem, p. 109. y monstruoso como el infierno. pués a la virgen María, a quien lla-
142
Ibídem, p. 18, ma “reina de los ángeles” y “puerta
123. a la culpa cerrada”,151 y por último,
143
Ibídem, p. 104- “No es menos debido a un pe-
105. al ángel de la guarda.152 Exhortaba
cador el infierno, que lo es la sepul- a que los pecadores consideraran
144
Ibídem, p. 6.
145
Ibídem, p. 5, 32. tura al cadáver.” Con estas palabras el peligro del pecado mortal y que
146
Ibídem, p. 104. Señeri resumió la naturaleza del abandonaran la falsa esperanza
147
Ibídem, p. 120. infierno,141 el destino adonde caían de alcanzar su salvación si no en-
148
Ibídem, p. 154. los que habían satisfecho “los bre-
149
Ibídem, p. 146- mendaban sus acciones.153 Señeri
ves y bestiales” apetitos de la car- descalificaba a los malos cristianos
147.
150
Ibídem, p. 153. ne.142 Era un sitio antagónicamente e hipócritas de la fe que no actua-
151
Ibídem, p. 138. paralelo al cielo, ya que mientras ban conforme a sus promesas y
152
Ibídem, p. 7. en este último los bienaventurados que sólo se confesaban con motivo
153
Ibídem, p. 101- disfrutarían eternamente de gozos,
102. de las fiestas religiosas;154 pero so-
en el primero los condenados pa- bre todo hizo una recomendación:
154
Ibídem.
155
Ibídem, p. 50. decerían por siempre, sin que nada “teme mucho, teme, teme.”155
ni nadie suavizara ni mitigara su
penar.143 Tanto las satisfacciones en
el cielo, como los castigos en el in-
fierno, sobrepasarían en duración e
intensidad a los placeres y los dolo-
res que el hombre pudiera experi- b. Las ediciones de El infierno
mentar en la vida terrena.144 Señe- abierto al cristiano en el mundo
ri decía que las penas del infierno hispánico
eran de naturaleza sobrenatural,
por consiguiente, inaprehensibles Tras la muerte de Señeri, El infier-
al entendimiento y la lengua huma- no abierto al cristiano fue publica-
nos.145 Esto se debía a que era cen- do y ampliamente difundido en
tro de todos los males,146 y que así el ámbito católico y traducido a
como Dios era eterno, infinito sería varias lenguas. En buena medida
el sufrimiento en el infierno.147 tuvo éxito porque apareció editado
como epílogo de su también famo-
Sobre la salvación, Señeri de- sa obra Maná del alma o ejercicio fácil
cía que el infierno tenía una puer- y provechoso para quien desea darse de
ta, y que la llave para cerrarla era algún modo a la oración, una serie de
la vida cristiana,148 calculaba que meditaciones diarias escritas para
de cien mil hombres, cuya vida cada uno de los días del mes. Así
hubiera sido siempre mala, apenas se conoció en España hasta que en
uno merecería alcanzar perdón de 1701 se publicó de manera autóno-
ma y en español bajo el título El in-

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la apertura del infierno

fierno abierto, para que le halle cerrado fue el ilustrador ni se conservan


el cristiano.156 Allí mismo tuvo otras ejemplares de este tiraje en México.
cuatro ediciones aunque de nue- Sólo he localizado un volumen de 67
va cuenta junto al Maná del alma:157 esta edición en la Biblioteca Sutro,
1702,158 1717,159 1724,160 y 1784.161 en San Francisco, Estado de Cali-
fornia (Sutro Library, California
State Library), en Estados Unidos
A principios del siglo XVIII los de América. Este ejemplar quizá
libros de Pablo Señeri arribaron a provenga de alguna misión jesuita
Nueva España. Llegaron ediciones del septentrión novohispano.
europeas de los últimos años del si- 156
Michael Mathes
glo XVII, en italiano y latín; tal fue refiere que las mi-
el caso de Exposición del miserere, de A diferencia de la edición an- siones de Baja Ca-
El cristiano instruido en su ley y de terior, la de 1780 incluyó nueve lá- lifornia tuvieron
El infierno abierto al cristiano.162 Más minas y, gracias a que la primera entre su bibliogra-
tarde circularon ejemplares de las conserva la firma “Villavicencio”, fía una edición de
El infierno abierto
tres primeras ediciones hispánicas se ha concluido que Manuel Villavi- publicada en Va-
del Maná del alma con El infierno cencio fue el grabador que las reali- lencia, por Diego
abierto anexo. Éstas tuvieron bue- zó. Como expondré a continuación, de Vega, hacia
na acogida por parte del clero secu- el pintor de Las penas del infierno se 1701; vid. “Oasis
lar y regular y rápidamente se inte- basó en esta versión de El infierno culturales en la
Antigua Califor-
graron a los acervos bibliotecarios abierto: utilizó las reflexiones de nia: las bibliotecas
mexicanos y poblanos.163 Señeri para la composición, la re- de las misiones de
creación del ambiente infernal y la Baja California en
caracterización de los condenados; 1773”, Estudios de
Parece que El infierno abierto a la vez que recurrió a los grabados Historia Novohispa-
fue un libro exitoso, lo que le valió na, vol. 10, México,
para la representación simbólica de Universidad Na-
dos impresiones en Puebla de los los tormentos. (Cuadro 2) cional Autónoma
Ángeles: una en 1719,164 y otra en de México: Insti-
1780.165 La primera edición circuló tuto de Investiga-
por Tlaxcala, México y San Miguel Tal parece que los grabados de ciones Históricas,
el Grande, incluso es probable que la edición de 1780 tienen su ante- 1991, p. 431. Por
haya sido conocida en las misiones cedente gráfico en las ilustraciones su parte la Biblio-
teca Nacional de
jesuitas de California y en Perú.166 de la edición de 1719, pero lamen- España, tanto en la
Por su parte, la de 1780 reforzó la tablemente no he tenido posibili- Sede de Recoletos,
doctrina del infierno en la zona dad de consultarla. Esta hipótesis como en la de Al-
céntrica del virreinato, nuevamen- la baso en que existen dos pinturas calá, conserva una
te arribó a la ciudad de México y se relacionadas con Señeri, cuyas ca- posible reimpre-
sión o reedición de
conoció hasta la sierra de Oaxaca. racterísticas gráficas son cercanas a la anterior, ya que
los grabados que ilustran la edición no precisan su edi-
de 1780 y que grosso modo pueden tor, pero sí rezan
Las ediciones poblanas de El fecharse durante la primera mitad “Con licencia, en
infierno de Señeri respetaron las del siglo XVIII: una se encuentra en Valencia, 1701”;
traducciones ibéricas y por prime- además indican
San Dionisio Yauhquemecan, Tlax- “1704 (Mallorca)”
ra vez en su historia bibliográfica el cala, y la otra en Atotonilco, Gua- y la inscripción
libro fue ilustrado “con estampas najuato. Ya que fueron motivadas “Impresso aora en
que en algún modo” expresaban por el mismo libro que el lienzo Las el Real Convento
visualmente las penas. La edición penas del infierno, estas dos obras de Santo Domin-
de 1719 fue enriquecida con siete go”.
son sus antecedentes pictóricos 157
El traductor fue
grabados para facilitar la compren- más remotos en Nueva España. Francisco de Ro-
sión de los tormentos mediante re- frán.
cursos visuales. No se sabe quién 158
Madrid, por los
herederos de An-
tonio Román.
159
Madrid, por Juan Sanz.
160
Barcelona, por Jvan [sic.] Piferrer.
161
Madrid, por Antonio de Sancha.
162
Paolo Segneri, Infernus apertus hominibus christianis ut in illum non descendant… sive considerationes de poenis infernalibus
proporitae et per ritius hebdomade diez distributa e itálico sermone à quondam Patre Societatis Jesu; latinè reddita à P. Maximiliano
Rassler. Mónaco, Joannis Caspari Bencard, 1706.
163
El Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México resguarda ejemplares de las cuatro ediciones. Éstos lucen
marcas de fuego de los repositorios de la ciudad de México donde fueron tenidos y leídos. Por ejemplo, la edición de
1717 se conoció en el Colegio de San Pedro y San Pablo, el Convento de San Francisco, el Convento de San Diego y el Co-
legio de San Fernando; la de 1724 también fue leída en el de Convento de San Cosme y en el de Santa Ana de Coyoacán,
en la ciudad de México, y en el de San Agustín de Puebla, mientras que la de 1784 también perteneció al Colegio de San
Fernando.
164
En el taller de la viuda de Miguel de Ortega y Bonilla.
165
En la oficina nueva de don Pedro de la Rosa.
166
Ramón Mujica Pinilla, “VI-96 Un condenado en el infierno” en Rishel, Joseph J., compilador. Revelaciones. Las artes en

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el infierno abierto al
novohispano

68

Cuadro 2. Fuentes de Las penas del infierno.

Cuevas de Grbados de
Las penas del infierno El infierno abierto al cristiano

I. La cárcel del infierno. 1. La cárcel del infierno.


[Te]rrae vectes concluserunt me in Terrae vectes concluserunt me
aeternum. Ionae 27 in aeternum. Ionae c.2. v.7.

II. El fuego. 2. El fuego.


Interiora mea efferbuerunt absque Interiora mea efferbuerunt
ulla requie. Job 30, 27 absque ulla requie. Iob. c.30. v.27

III. La compañía de los condenados. 3. La compañía de los condenados.


Frater fui Draconum et socius Frater fui draconum & socius
Struthionum. Job 30, 29. Struthionum. Iob. c.30. v.29.

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la apertura del infierno

69

IV. La pena de daño. 4. La pena de daño.


[Proie]ctus sum a facie Projectus sum a facie oculorum
oculorum tuorum, Psalm. 30, 23 Tuorum. Psalmo 30. v.23

V. El gusano de la conciencia 5. El gusano de la conciencia.


Repulsa est a pace anima mea; oblitus Repulsa est a pace anima mea; obli-
sum bonorum, Thr[eni]. 3, 17 tus sum bonorum, Thr. c.3. v.17

VI. La desesperación. 6. La desesperación.


Perijt finis meus: et spesmea a Perijt finis meus: & spes mea
Domino, Thr.3, 18 a Domino. Thr. c.3. v.18

VII. La eternidad de las penas 7. La eternidad de las penas.


Dolor meus perpetius, et plaga [mea] Dolor meus perpetuus, & plaga
despe[rabi] Lis renuit curari, mea desperabilis renuit curari. J.c.15.
Jerem. 15, 18

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el infierno abierto al
novohispano

70

Fig. 48. Pintura de


Ánimas, parroquia
de San Dionisio
Yauhquemecan. ►

c. Repercusión pictórica de la terrestre, el purgatorio, y en la par-


edición poblana de 1719 te baja, el infierno.167 (Fig. 48)

América Latina, El óleo Ánimas de la parroquia de El lienzo de Yauhquemecan


1492-1820. Brujas, San Dionisio Yauhquemecan pre- fue intervenido, quizá durante el
Fondo de Cultura
Económica, An-
senta la reinterpretación más tem- siglo XVIII, para ocultar el infier-
tiguo Colegio de prana de los grabados de 1719 que no bajo la apariencia del purgato-
San Ildefonso, en he localizado. Esta pintura anóni- rio. Pese a los repintes de llamas y
colaboración con ma data de 1735 e integra cuatro ánimas purgantes, resulta evidente
Philadelphia Mu- registros superpuestos. En ellos la intención que tuvo el pintor por
seum of Art, Los
Angeles County
fue plasmada una escena fúnebre, plasmar un infierno profundo.168
Museum of Art, punto de partida del alma hacia Se perciben formas humanas pre-
2007, p. 448. Este su destino en el más allá, y los tres sas tras unas rejas, otras con gestos
autor fue el prime- destinos escatológicos: en lo alto violentos como ojos desorbitados,
ro que reconoció, aparece el cielo; inmediato al plano bocas en actitud de grito y cabellos
en los grabados
que ilustran la
primera edición
poblana de El infierno abierto al cristiano, el origen de la iconografía infernal durante el siglo XVIII, en los virreinatos es-
pañoles en América. Asimismo, gracias a él tuve noticia de esta primera versión poblana del libro de Señeri.
167
Jesús Franco Carrasco, “Una pintura de ánimas en San Dionisio Yauhquemecan” en Anales del Instituto de Investiga-
ciones Estéticas, vol. XIII, núm. 47. México, Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones
Estéticas, 1977, p. 118.
168
El repinte superpuesto al infierno de Yauhquemecan resulta significativo para el estudio de la devoción al purgatorio.
Por un lado, evoca su origen como una sección del mismo infierno, y por otro, el desplazamiento que tuvo este último
por el purgatorio en el imaginario religioso. Finalmente la doctrina esperanzadora del purgatorio resultaba más alenta-
dora y congruente con los cambios en la mentalidad de la época, que la dicotómica, casi maniquea, teología del infierno
contrapuesto radicalmente al cielo.

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la apertura del infierno

71

◄ Fig. 49. El
infierno oculto en la
pintura de Ánimas
de San Dionisio
Yauhquemecan.

enmarañados; también se distin- encuentra en los murales que reali- 169


Jaime Morera,
guen serpientes que acechan a los zó Miguel Martínez de Pocasangre, Pinturas coloniales
de ánimas del pur-
condenados y perfiles que delinean bajo la dirección del párroco Luis gatorio… op. cit., p.
alas demoniacas. Estas figuras Felipe Neri Alfaro, para el Santuario 306. Tras revisar
guardan semejanza con las descrip- de Jesús Nazareno, en Atotonilco, las referencias bi-
ciones del texto de Señeri y con los hoy Estado de Guanajuato.170 Éstos bliográficas que el
grabados de 1780. Jaime Morera da se localizan en el intradós del arco autor cita, no loca-
licé el testimonio.
una noticia según la cual, en la pin- de ingreso al templo y correspon- Cuando visité la
tura de Yauhquemecan, existió una den a la etapa constructiva de 1748 parroquia de San
cartela que rezaba Infierno abierto. a1759, durante la cual se levantó el Dionisio Yauhque-
De ser cierta esta información no vestíbulo al cuerpo de la iglesia.171 mecan corrobora-
cabría duda de la influencia de Se- El pintor desarrolló ocho escenas y ré que existió una
inscripción, hoy
ñeri.169 (Fig. 49) sus cartelas en las jambas del arco, casi desaparecida.
a modo que los fieles forzosamente Por la ilegibilidad
las vieran al salir de la iglesia. Las y el reducido ta-
El segundo testimonio de la di- figuras y los textos coinciden clara- maño del vestigio,
fusión y uso del texto de Señeri se no puedo suscribir
el dato que aporta
el doctor Morera.
170
La fundación se hizo por iniciativa de Luis Felipe Neri Alfaro, clérigo filipense en San Miguel el Grande y más tarde
párroco de Atotonilco. Este filipense era un hombre culto que ganó fama por su vida ascética y por las obras poéticas
que publicó aún en vida. Bajo su tutela, las obras del Santuario iniciaron el año de 1740, el templo fue consagrado el 20
de julio de 1748 aunque las obras prosiguieron hasta 1776, cuando se concluyó el conjunto de seis capillas y casa de ejer-
cicios espirituales. Numerosos murales y poemas cubren las paredes del templo de Atotonilco; muchos de estos versos
se atribuyen a la pluma del fundador. Vid. Mercadillo Miranda, José, pbro., La pintura mural del Santuario de Atotonilco,
versión inglesa de Gladys J. Bonfilio, B.A., M.A. México, Jus, 1950, p. 2, 13-14. Jorge F. Hernández, La soledad del silencio.
Microhistoria del Santuario de Atotonilco. México, Universidad de Guanajuato, Fondo de Cultura Económica, 1996. (Sec-
ción de Obras de Historia), p. 27-28. Elisa García Barragán, “Le sanctuaire de Jésus de Nazareth à Atotonilco. Un baroque
satanique” en Jean-Paul Duviols y Annie Molinié-Bertand, editores, op. cit. y Clementina Díaz y de Ovando, “La poesía
del padre Luis Felipe Neri de Alfaro” en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. IV, núm. 15. México, Univer-
sidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Estéticas, 1947.
171
José de Santiago Silva, Atotonilco. Alfaro y Pocasangre. 1ª edición en la colección. Guanajuato, Instituto Estatal de la
Cultura de Guanajuato, La Rana, 2004 (Arquitectura de la fe), p. 122.

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el infierno abierto al
novohispano

72

Fig. 50. La boca y


La cárcel del in-
fierno del Santuario
de Atotonilco. ►

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la apertura del infierno

73

◄ Fig. 51. La
eternidad de las
penas del Santuario
de Atotonilco.

mente con los respectivos de El in- El programa iconográfico continúa 172


Ibídem, p. 142.
fierno abierto. La primera imagen de manera descendente por la jam-
se halla en la imposta derecha que ba del vano: La boca del infierno es
soporta el dintel de entrada; parece sucedida por La cárcel, continúa El
que fue creación del propio Martí- fuego y concluye La compañía de los
nez de Pocasangre, ya que no ilus- condenados, al pie de la misma. En
tra propiamente ninguna pena. Se la jamba contraria, el ciclo prosigue
trata de una cabeza demoniaca con de la base hacia la imposta: La pena
la boca abierta y que alude al poe- de daño, El gusano de la conciencia, La
ma que introduce al libro de Señeri, desesperación y remata La eternidad
del cual fueron citadas dos estrofas de las penas. Desafortunadamente
en la cartela correspondiente: (Fig. las dos imágenes que se encuen-
50) tran en los registros bajos se han
perdido casi en su totalidad. Por su
parte, las cartelas que acompañan
Esa boca que te asecha,
horrible, fiera, voraz, las siete figuras también retoman
aunque trague más y más, los versos de Señeri; algunas rezan
nunca se halla satisfecha. las primeras dos estrofas de cada
poema, como La boca del infierno, y
De su espanto te aprovecha, otras, las dos finales, como ocurre,
pues si pudiera su anhelo,
con incansable desvelo, por ejemplo, en La eternidad de las
en este vientre profundo penas: (Fig. 51)
sumergiera a todo el mundo,
sepultara a todo el cielo.

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el infierno abierto al
novohispano
d. Los grabados de
Nada la voracidad, Manuel villavicencio para
74 nada la cerviz clavada,
El infierno abierto al cristiano
nada el dolor todo es nada,
el todo es la eternidad.

Pues mortales despertad


Pocos testimonios se tienen acerca
al grito de tanta voz; de la vida y obra de Manuel Villa-
y con esfuerzo veloz vicencio. Sólo se sabe que estuvo
se evite mal tan eterno, activo en la ciudad de México, en-
porque durará el infierno tre 1762 y 1795,173 y que tuvo una
mientras que Dios fuere Dios.
relación estrecha con Puebla de los
173
Manuel Tous-
saint, Arte colonial Ángeles. Parece que ahí gozó de
en México, 4ª ed. prestigio, ya que no obstante esta
México, Univer- El investigador José de Santiago ciudad poseía reconocidos graba-
sidad Nacional dores como José de Nava,174 varios
notó que las imágenes del arco de
Autónoma de libros allí editados fueron enrique-
México: Instituto Atotonilco tenían semejanza con
de Investigaciones los grabados de Villavicencio para cidos con sus grabados. No se tiene
Estéticas, 1983, p. El infierno abierto, y consideró que noticia sobre cómo se llevó a cabo
251. ambas obras usaron una misma este contacto, quizá él se desplazó
174
Francisco Pérez a la ciudad angelopolita para cum-
fuente europea.172 Efectivamente,
Salazar y Haro, El plir con los trabajos que le solicita-
grabado en la ciu- los dos grupos de imágenes toma-
dad de Puebla de los ron el mismo referente, sin embar- ban, aunque resulta más probable
Ángeles, edición go tal parece que éste no provenía que desde México los enviara con-
facsimilar. Pue- de Europa, sino se trataba de la edi- cluidos.175
bla, Gobierno del
ción poblana de Señeri de 1719. Por
Estado de Puebla,
Secretaría de Cul- consiguiente, resulta casi seguro Resulta difícil rastrear obras
tura, 1990, p. 39. que los grabados que acompañan
de Manuel Villavicencio dado que
175
Ibídem, p. 36-37. la impresión de 1780 tienen como
176
Hasta la funda- precedente las imágenes de 1719. el grabado mantuvo una condición
ción de la Acade- meramente artesanal en Nueva
mia de San Carlos, España,176 por lo cual predomina la
los grabadores ausencia de firmas de los artífices.177
Para la historia del arte novo-
no gozaron del Sin embargo, tres de sus trabajos
r e c o n o c i m i e n t o hispano resulta de sumo interés co-
social ni prestigio nocer y estudiar esta primera edi- identificados sugieren un interés
intelectual que sí ción de El infierno abierto en Puebla, por los temas escatológicos, dos
lograron arqui- ya que posiblemente sus grabados, motivados por comitentes y otro,
tectos, pintores y, por devoción personal. El prime-
como se ha dejado ver, sirvieron
en menor grado, ro fue una estampa en memoria y
escultores. Jesús para nuevas obras plásticas. Este
Martínez, Histo- hecho sugiere además que algu- gratitud de Luis Felipe Neri Alfaro,
ria del grabado, v I, nos pintores y grabadores ya no comisionada por Miguel de Obeso;
Grabado prehispáni- voltearon únicamente a las fuentes Mariano Vázquez fue el inventor
co. El grabado en la y Villavicencio, el grabador.178 La
visuales europeas en busca de refe-
Colonia, La Rana, obra no está fechada, probable-
Instituto Estatal rentes, hallaron en la propia tradi-
de la Cultura de ción virreinal ejemplares dignos de mente data de los años inmediatos
Guanajuato, 2006 seguir, tanto por su calidad técnica, a 1776, cuando murió Alfaro. El se-
(Artes y oficios), como por su contenido quizá más gundo encargo relacionado con la
p. 41. Aunque sí escatología fueron las ilustraciones
próximo a los ideales culturales
comparto dicho para la edición de 1780, en Puebla,
punto de vista con que buscaban participar mediante
Jesús Martínez, sus obras. de El infierno abierto, para lo cual,
difiero en sus afir- como se dijo, el artífice recurrió a
maciones siguien- las imágenes del tiraje precedente.
tes: la primera,
que el grabado
sólo cumplía con
el papel de mera ilustración; como se verá a continuación, muchas veces hizo comprensibles y reinterpretó los conceptos
expresados en los textos; la segunda, que no existieron grabadores novohispanos de maestría sobresaliente anteriores a
la fundación de la Academia de San Carlos, valga como ejemplo el delicado oficio del propio Manuel Villavicencio; por
último, no comparto la idea progresista de la historia que esboza en su libro, ya que para él durante los siglos virreinales
no se produjo obras de calidad, como sí durante el siglo XIX, considera el grabado novohispano “inferior” ante obras
europeas contemporáneas o frente a grabados precolombinos y del siglo decimonono.
177
Vicente de Paula Andrade, “Datos históricos sobre el grabado. Los primeros grabadores” en Boletín de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística, México, 1910, apud Jesús Martínez, Un breve recorrido por el grabado en México,
México, Academia de Artes, 1994, p. 16-17.
178
Reproducido en José de Santiago Silva, op. cit., p. 116.

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la apertura del infierno

En el frontispicio del libro sólo apa- documentos con ilustraciones que


rece su firma, con lo cual se infiere enmarcaban los sufrimientos de
que él mismo rediseñó y grabó.179 los condenados en la silueta de un 75
Por último, en 1782 elaboró motu gran hocico dentado. Un ejemplo
proprio una estampa dedicada a es el grabado que ilustra el descen-
san Camilo de Lelis. La cartela que so místico de santa Teresa de Ávila
acompaña la efigie de este santo al infierno, incluido en el libro de
hace referencia al poder salvífico fray Francisco de la Cruz Cinco pa-
de su intercesión por los agonizan- labras del apóstol san Pablo comenta-
tes y por las ánimas del purgatorio, das por el angélico doctor santo Tomás.
y expresa la intención votiva con Esta obra, además de la semejanza 179
Una relación pe-
que Villavicencio la realizó.180 en las fauces de Leviatán, tiene pa- culiar Alfaro-Señe-
recido con los grabados de Villavi- ri asoma: había ya
quedado esbozada
cencio en el modo de representar el
Las láminas de Villavicencio en Atotonilco y
desafío de los condenados por los parece continuar a
tenían la finalidad de “estimular la demonios, ya que en ambos apare- través de los traba-
fantasía para que el lector, por me- cen rostros humanos en actitud de jos de Manuel Vi-
dio de la imaginación, comprendie- sufrimiento, mientras los diablos, llavicencio.
ra mejor el contenido del texto y lo con forma de serpiente, los acechan
180
“Por cada Pa-
fijara en su corazón”.181 Éstas han dre nuestro, Ave
y muerden.183 María o Gloria tri
llamado la atención “por la ener-
que se rece delante
gía con que están dibujadas y por de una estampa o
los tormentos y desesperación que Para simbolizar los tormentos, imagen de san Ca-
expresan”.182 En total forman un Villavicencio se valió del título y de milo, se garantizan
conjunto de nueve imágenes: un los poemas con que inicia cada me- 120 días de indul-
gencia apli[cables
frontis general, una portada para ditación. Dispuso al centro de cada
?] por las almas
cada una de las siete meditaciones composición una figura humana, del purgatorio y
y una estampa de la virgen de Gua- la rodeó con flamas y demonios, le otros 120 a cada
dalupe. concedió atributos para identificar morib[undo] por
el castigo que padecían y la carac- cada minuto que
tenga dicha ima-
terizó mediante gestos de horror y
El primer grabado es el frontis gen, o se enco-
dolor: todos los personajes apare- miende a dicho
del libro, una imagen que represen- cen despeinados, con los ojos des- santo. San Camilo
ta la entrada infiernal y que está ba- orbitados y en actitud de proferir de Lelis, fundador
sada en el poema sobre la boca del gritos. Los instrumentos de tortura de la religión de
infierno antes citado (aquél con que que dispuso fueron lanzas, clavos, clérigos regulares
inicia El infierno abierto y que Mar- ministros de enfer-
y grilletes, que idealmente debe- mos. A devoción
tínez de Pocasangre ya había inter- rían ser considerados metáforas de de Manuel Villa-
pretado en Atotonilco). Villavicen- sufrimiento anímico, aunque pare- vicencio […] Año
cio recurrió a la figura de Leviatán cen tener más una connotación físi- de 1782.” Francis-
para simbolizar las fauces inferna- ca. Mientras que los demonios por co Pérez Salazar y
les: dibujó una cabeza con aspecto Haro, op. cit., p. 48.
él representados en general evocan 181
Pablo Señeri, op.
de monstruo, rodeada por serpien- ofidios, algunos presentan rasgos cit., p. 5.
tes que entrelazan sus cuerpos y de primates, y otros, de bueyes. 182
Francisco Pérez
con la boca abierta, amenazante y Salazar y Haro, op.
dotada de dientes. (Fig. 47) cit.
Los grabados de las meditacio-
183
Francisco de la
Cruz, fray, Cinco
nes primera, segunda, tercera quin-
Al realizar esta composición, palabras del apóstol
ta y séptima fueron construidos so- san Pablo comenta-
probablemente conoció y utilizó bre una composición diagonal, lo das por el angélico
otros libros con tema del infierno, cual les imprime un carácter diná- doctor santo Tomás
ya que en Nueva España circularon y declaradas por el
menor carmelita fray
Francisco de la Cruz,
5 v. Nápoles, Mar-
co Antonio Ferro,
1682, apud Pierre
Civil, op. cit.

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el infierno abierto al
novohispano

76

Fig. 52. Manuel


Villavicencio, La
compañía de los
condenados. ◄
Fig. 53 Manuel
Villavicencio, La
desesperación. ►

184
Pablo Señeri, op. mico, incluso violento. Entretanto, bestias demoniacas que al impacto
cit., p. 42. los correspondientes a la cuarta y estético causado por el fuego.
sexta son composiciones frontales,
una triangular y otra en cruz, lo
que les confiere mayor estatismo La compañía de los condenados,
frente al resto. grabado propio de la meditación
dedicada a la naturaleza física y
psicológica de los demonios y de
El grabado La cárcel del infierno los condenados, ilustra un indivi-
muestra a un condenado encerrado duo sumergido en un incendio y
tras una reja reticulada, encadena- horrorizado por la visión que tiene
do de las muñecas, atravesado en de un demonio que asoma sobre su
el pecho por una lanza y atemori- hombro. A su vez, otro demonio de
zado por una serpiente que le ro- facciones bovinas lo enfrenta. Al-
dea el cuello y lo mira a la altura de gunos insectos asoman en la parte
la cara. Por su parte, el correspon- superior de la composición; según
diente al tema El fuego representa Señeri sólo se trata de una aparien-
un hombre envuelto en llamas, al cia que adoptan los demonios para
que nuevamente una lanza le tras- aterrorizar a los condenados.184
pasa el torso; él trata de alejar a un (Fig. 52)
demonio serpentino que se enreda
entre sus brazos y levanta la cabeza
para atacarle el rostro, mientras un Según los teólogos, la pena de
diablo semejante a un simio y otro daño era la más dolorosa e infini-
como un ofidio se lanzan en contra ta pérdida que sufrirían los infieles
suya. Curiosamente el temor que en las profundidades abismales, ya
debía despertar este grabado se que consistía en nunca más volver a
vincula más a la presencia de las contemplar a Dios. El apartado que

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la apertura del infierno

77

◄ Fig. 54. Miguel


Martínez de Poca-
sangre, La desespe-
ración.
► Fig. 55. Manuel
Villavicencio, La
eternidad de las
penas.

Señeri consagró a esta pena es uno La desesperación es un graba-


de los más complejos y abstractos do compuesto por la figura de un
de su libro, dada la carga espiri- hombre atrapado entre los anillos
tual platónica sobre la que se finca de dos serpientes, de las cuales una
su explicación teológica. Manuel le muerde el tronco de manera se-
Villavicencio elaboró un grabado mejante a El gusano de la conciencia;
homónimo en el que dispuso un además una tercera le carcome la
hombre encadenado en medio de cabeza. El sujeto grita y se jala los
las llamas del infierno; en actitud cabellos con las manos para demos-
inmóvil. Una venda cubre sus ojos, trar su desesperación. Dicha lámina
señal de que tiene, para siempre, parece ser original y no basada en
vedada la posibilidad de apreciar el grabado homónimo de 1719. Esta
“la belleza y bondad” de Dios. hipótesis se sustenta en el hecho de
que Martínez de Pocasangre repre-
sentó La desesperación mediante la
Los grabados que ilustran dos imagen donde un hombre se mor-
penas esencialmente psíquicas de día un brazo, mientras una sierpe
los condenados son El gusano de la le carcomía el cráneo. (Fig. 53 y 54)
conciencia y La desesperación. En el
primero aparece un individuo al
cual una serpiente —más que un La última imagen, La eternidad
gusano— le desgarra la carne del de las penas, es el otro grabado con
pecho. Probablemente éste sea uno una fuerte carga agresiva y el que
de los dos grabados más violentos posee la estructura más compleja,
de la serie, a causa de la expresión sin embargo no es el más apega-
de dolor, lo escuálido de la anato- do al contenido del texto. En él se
mía del condenado y la imagen del aprecia a un individuo maniatado
ofidio que lo corroe. por una cadena y detenido por un

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el infierno abierto al
novohispano
grillete, una lanza le atraviesa el su estampa se incluyera en un libro
costado y, mientras apoya la cabe- de ejercicios contra el infierno.
78 za sobre un bloque cúbico, un clavo
le perfora la sien, a la vez que un
demonio con aspecto de dragón se Manuel Villavicencio recreó el
lanza en su contra. (Fig. 55) infierno de Señeri en sus láminas
al transformar el discurso literal en
imágenes. Aunque mediado por
Manuel Villavicencio enmarcó los grabados de 1719, este proceso
estas ocho escenas con líneas rec- creativo significó una selección y
tas. Parece que la edición de 1719 apropiación de las palabras del je-
185
Jaime Cuadrie-
llo, Maravilla ame- tuvo marcos irregulares que simu- suita, las cuales se mimetizaron en
ricana: variantes laban cuerpos de serpientes, al me- imágenes. Éstas actuaban como el
de la iconografía nos esto se deduce con base en las espejo de una realidad espiritual: el
guadalupana. Si- pinturas de Atotonilco. La boca del infierno; eran el vehículo donde el
glos XVII-XIX.
infierno probablemente sea la úni- lector podría recrear mentalmente
[México], Patrimo-
nio Cultural del ca lámina de Villavicencio influida los suplicios abismales. Sin embar-
Occidente, c 1989, por el perfil serpentino, ya que se- go también fueron la versión del
p. 86, 93, 95. gún se apuntó posee detalles como infierno según Villavicencio: si se
los labios de Leviatán delimitados cotejan textos e imágenes se verá
por sierpes entrelazadas, sin em- que pese a su estrecha relación, am-
bargo éstas sí son simétricas. bos guardan diferencias.

Por último, la estampa de la Dichas variantes se debieron


virgen de Guadalupe completa la en primer término a que los recur-
serie de nueve grabados. A la ima- sos de la lengua y los de la ima-
gen antecede una oración compues- gen son diversos. Por ejemplo, en
ta por el mismo Señeri, en la cual el grabado La cárcel del infierno los
subrayó el carácter salvífico del barrotes son el nexo más evidente
culto a María, a la que invoca como con el texto, sin embargo el graba-
“madre de misericordia”, “aboga- dor no contempló solución algu-
da de los hombres”, “refugio de na para representar las tinieblas y
los pecadores”, “puerta del cielo” el hedor descritos. O bien, resulta
y “auxilio de los cristianos”, Vi- contrastante pero a la vez efectivo
llavicencio eligió una imagen gua- el temor que despierta El gusano de
dalupana a causa de la devoción la conciencia de Villavicencio junto
que esta advocación de la Virgen al escrito de Señeri, ya que la me-
gozaba en Puebla, durante el siglo ditación no habla de una sabandija
XVIII. Él mismo incluyó la leyenda: física, sino del dolor psíquico cau-
“La milagrosa imagen de nuestra sado por los remordimientos de
señora de Guadalupe que se vene- conciencia y memoria que habría
ra en el Portal de las Flores de la de sufrir el maldito preso en el in-
Puebla de los Ángeles”, sitio donde fierno.
se hallaba la imprenta que editó El
infierno abierto. La virgen de Gua-
dalupe había creado fama de pode- Dada esta dicotomía surge una
rosa aliada en batallas psicomáqui- segunda diferencia que ya se había
cas y exorcismos por los elementos intuido: los grabados sugieren más
apocalípticos de su iconografía,185 castigos físicos, contrario al énfasis
lo cual quizá contribuyó para que puesto por Señeri para expresar un
dolor anímico, psíquico. Villavice-

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la apertura del infierno

nio intentó muy probablemente piritual e imaginativo, como su-


conservar parte del carácter etéreo gerían los ejercicios espirituales,
de las descripciones del tratado, no al visual-plástico. La reinterpreta- 79
en balde aisló a los condenados en ción gráfica facilitó el traslado de
medio de las llamas que componen las reflexiones morales del papel
sus imágenes. La propuesta visual al plano pictórico, ya que como era
que sugirió Villavicencio, aterriza- costumbre antigua, los pintores se
da en malestares corporales, proba- basaron en grabados para ejecutar
blemente fue más común y accesi- sus composiciones. En el siguiente
ble para los novohispanos. capítulo analizaré como el autor de
la pintura Las penas del infierno de
igual manera hizo su apropiación e
El infierno abierto al cristiano interpretación tanto de la literatura
fue germen de nuevas represen- como de las imágenes de El infierno
taciones acerca del infierno, las abierto.
cuales trascendieron del plano es-

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