1. Qué condiciones tiene una mercancía para ser mercancía
Marx explica el concepto de mercancía de la siguiente manera: Digamos
que, si una persona produce algo para su propio consumo, ese algo no sería una mercancía. Para que algo sea mercancía la finalidad de la producción debe ser la venta del producto, es decir, la mercancía sería aquel bien que se produce con el fin de intercambiarlo, pero esto no es todo ya que para poder ser mercancía tiene que tener además las siguientes características: tener un doble valor, es decir, valor de uso y valor de cambio. El primero se refiere a la capacidad de un bien para satisfacer necesidades humanas, por ejemplo, tenemos bienes que sólo tienen un valor de uso como el aire. De acuerdo con Marx es la utilidad de una cosa lo que la convierte en valor de uso, utilidad que por lo demás no flota en el aire. También tenemos el caso del pan que satisface la necesidad de alimento o una tela que satisface la necesidad de vestido. Hay que agregar que existen muchas cosas que tienen valor de uso pero que no son fruto del trabajo del ser humano como es el caso del agua de un río o frutos silvestres. Es importante tener presente que no todo lo que tiene valor de uso es una mercancía, ya que para que sea así, tiene que ser fruto del trabajo y que sea producido para la venta. Tenemos entonces que el valor de uso es lo que forma el contenido material de la riqueza y, en la economía mercantil, es el valor de uso el portador del valor de cambio de una mercancía que es su manifestación cuantitativa, más exactamente, el valor de cambio se refiere a la capacidad de las mercancías para intercambiarse. En este último caso no son de interés las propiedades materiales de los bienes ya que sólo expresan su utilidad. Lo que importa son las diferentes cantidades en que se intercambian