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Universidad De Oriente

Núcleo Anzoátegui

Unidad de Cursos Básicos

Comunicación y Sociedad

RELACIONES COMUNICATIVAS Y SOCIALES DURANTE


EL SIGLO XXI

Prof.: Estudiante:

Daimarys Márquez Jean Franco Figuera C.I: 27485634.

Sección: 01. Ing. Mecánica.

Barcelona, febrero del 2019.


Durante el auge de las civilizaciones en las eras pasadas la comunicación ha jugado
un papel fundamental. Los seres humanos, por nacimiento, poseemos el deseo de
interactuar con las personas que rodean nuestro entorno, buscamos generar canales,
conexiones que dejen a nuestras ideas y sentimientos ser comprendidos por los demás con
suficiencia y practicidad. Es por ello que hemos desarrollado instrumentos y técnicas
capaces de hacer de la comunicación un proceso sencillo de efectuar; desde
los hemeródromos (los corredores que hacían función de mensajeros dentro de las polis
griegas) pasando por la invención del telégrafo (en el siglo XIX) hasta la llegada de los
computadores y teléfonos inteligentes (era de la información).

La sociedad es definida como el conjunto de individuos que establecen una relación


entre sí, teniendo a la cooperación, organización y comunicación a modo de pilares base, y
la comunicación es la acción consciente de intercambiar información entre dos o más
participantes con el fin de transmitir o recibir información u opiniones distintas. Partiendo
de la definición de ambos podemos notar que, la comunicación y la sociedad forman una
relación totalmente simbiótica; una sociedad no puede crearse ni permanecer en pie sin una
buena comunicación, y la comunicación no puede iniciarse sin que se establezca una
sociedad por más mínima que sea, es por ello que, cuando existe algún tipo de error en la
transmisión de mensajes, las diferentes maneras de pensar se vuelven un arma de doble filo.

El modo en que nos comunicamos marcha en un constante avance lleno de


cambios, las sociedades, ya sea para bien o para mal, se han ido adaptando y acoplando a
dichas permutaciones. Nuestra sociedad, la del siglo XXI, por ejemplo, lleva un término
conocido como «Sociedad Virtual», la combinación de lo real con lo virtual. Se ha ganado
tal término gracias a las múltiples novedades tecnológicas realizadas por el hombre
(internet, computador, teléfono celular), y el territorio marcado por el ‘En línea’. Entonces,
con el modernismo en que vivimos… ¿Cómo es nuestro intercambio de información? ¿Qué
aspectos positivos/negativos tiene esta llamada ‘Sociedad Virtual’?
El envío y recibimiento de datos no es solo por medio de textos, también es posible
a través de videos, pistas de audios o imágenes. Gracias a los medios sociales o plataformas
como Twitter, Instagram o Wikipedia la facilidad para tener acceso a todo tipo de
información personal, didáctica o profesional se vuelve grandiosa; más del 57 % de la
población mundial (4.388 millones de personas) está conectada a internet. Un 67 % (5.112
millones de personas) usan un teléfono inteligente, y un 45 % (3.484 millones de personas)
es usuario activo de medios sociales (We Are Social & Hootsuite, 2019), razón por la cual
muchos medios de comunicación como la radio y televisión, y poniendo un gran énfasis en
la prensa, han dado un gran salto de lo físico a lo virtual, porque de este modo es posible
llegar no a cientos, sino miles de personas, lo que supone un ‘booster’ o agilización al
recibimiento de información.

Sin embargo, existe un ‘odi et amo’ con respecto al alto poder de los medios
sociales y la sociedad virtual. Cada dato e información en línea puede ser editado y
manipulado (como el caso de Wikipedia), una publicación hecha en Facebook llega a ser
interpretada de múltiples maneras, y si tomamos en cuenta a los mismos usuarios que poca
atención prestan a la expresión ‘pensar antes de actuar’, estos comparten ideologías y
razonamientos sin importar a quienes dañen y rechazan rotundamente el ser cuestionados
alegando la libertad de expresión; los conflictos políticos, religiosos y socioculturales se
han convertido el tema recurrente entre las redes sociales, al igual que la censura y el
bloqueo al acceso de ciertas páginas, como los llevados a cabo por el gobierno de China
durante los últimos 30 años, o en Venezuela desde hace unos 5 años.

Actualmente aún hay personas que no se adaptan a este nuevo nivel de relaciones
comunicativas y sociales, prefieren mantenerse en el acto ‘rostro a rostro’ y dejar la
tecnología para lo esencialmente necesario, lo cual no es tan malo. A pesar de vivir en un
orbe tecnológico, es necesario conservar un poco esos hábitos de contacto físico y
comunicación primordial, detenernos a oler las flores un segundo y mirar por lo menos una
vez con nuestros propios ojos a la Estatua de la Libertad o el Partenón.

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