caridad y buen ejemplo.

Moldeadnos según tu carácter, para que reinen en todas ENTRONIZACION DE SAN JOSE A LOS HOGARES Y MEDITACIÓN
nuestras familias la paz de Cristo Jesús Señor Nuestro. SOBRE LA VIDA DE SAN JOSÉ
Guardián prudente de la Familia Santa, protege a las personas escogidas por el “Desde los primeros siglos,
Señor; mantén lejos de nosotros, Padre prudente, todo error y pecado. Desde tu los Padres de la Iglesia,
lugar en el cielo ven en nuestra ayuda en los conflicto con los poderes de oscuridad, inspirándose en el Evangelio,
y así como en antaño protegiste al Niño Jesús del peligro de la muerte, defiende han subrayado que san José,
ahora a la Iglesia santa de las trampas del enemigo y de toda adversidad. al igual que cuidó
Extiende a cada uno de nosotros tu incesante protección, por tu ejemplo podamos amorosamente a María y se
vivir y morir en santidad obtennos la felicidad eterna en cielo. dedicó con gozoso empeño a
Glorioso San José, modelo de todos los trabajadores, obtennos la gracia de la educación de Jesucristo,
trabajar en un espíritu penitente para compensar nuestros pecados; para trabajar también custodia y protege
conscientemente, anteponiendo el deber a nuestras tendencias e inclinaciones; para su cuerpo místico, la Iglesia,
trabajar con gratitud y gozo, considerando como un honor usar y desarrollar en de la que la Virgen Santa es
nuestro trabajo los dones que hemos recibido de Dios; para trabajar con orden, figura y modelo” (San JUAN
paz, moderación y paciencia, y nunca ceder ante el cansancio o las dificultades. PABLO II, Exh. apost.
Rogamos a ti, querido san José, por la economía del hogar, el trabajo y la “Redemptoris Custos” sobre
prosperidad. Como tú lo has hecho, todos en esta casa, debemos ayudar al la figura y misión de San
sostenimiento del hogar. Bendice el trabajo de familiares y amigos para que puedan José en la vida de Cristo y de
hacerlo con felicidad y sea prospero. la Iglesia, Introducción, n.
Ayúdanos a trabajar, sobre todo, con pureza de intención y desprendimiento, 1.)
teniendo siempre ante mis ojos la hora de la muerte y la cuenta que debo dar a Dios Así, San Juan Pablo II quiso
por mi tiempo perdido, talentos desperdiciados, omisión de buenas obras, y vana enseñarnos como San José,
complacencia por el éxito, tan fatal para el trabajo de Dios. Todo por Jesús, todo después de la Virgen María,
por María Inmaculada, todo por seguir tu ejemplo, ¡Oh Patriarca San José! Amén participó como ningún otro
ser humano del “misterio” de
Jaculatoria. -¡Oh glorioso San José! Haced que sea constante en el bien; corregid Cristo, y hoy y siempre la
mis faltas y alcanzadme el perdón de mis pecados. devoción a él es “un puerto
¡Oh feliz varón, bienaventurado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al seguro” para alcanzar las
Dios, a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también gracias que necesitamos, en especial en las situaciones más difíciles, la
abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo! enfermedad, la oscuridad, la ingratitud, el abandono y el desprecio o la indiferencia
Bondadoso San José, Esposo de María, protegednos; defended a la Iglesia y al sufridos, que nos hacen tanto daño. A todo esto lo vence “el poder del eterno
Sumo Pontífice y amparad a mis parientes, amigos y bienhechores. Padre”, el cual nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos, en Cristo, el cual, más
V. Ruega por nosotros, bienaventurado José que un personaje admirable, es el mismo Hijo de Dios que vino a salvarnos. Y citó
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. nuevamente a “Redemptoris Custos”, el mencionado documento de S.S. Juan Pablo
II: “Precisamente José de Nazaret ‘participó’ en este misterio como ninguna otra
Oración: Oh Dios que nos concediste el sacerdocio real; te pedimos que, así como persona, a excepción de María, la Madre del Verbo Encarnado. El participó en este
San José mereció tratar y llevar en sus brazos con cariño a tu Hijo unigénito, nacido misterio junto con ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico,
de la Virgen María, hagas que nosotros te sirvamos con corazón limpio y buenas siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestinó
obras, de modo que hoy recibamos dignamente el sacrosanto Cuerpo y Sangre de a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1, 5)” (San JUAN PABLO II, Exh.
tu Hijo, y en la vida futura merezcamos alcanzar el premio eterno. Por el mismo apost. “Redemptoris Custos” sobre la figura y misión de San José en la vida de
Jesucristo nuestro Señor. Amén. Cristo y de la Iglesia, Introducción, n. 1.)
Esto debido a:
 1. San José mereció, por su pureza, el honor de ser elegido por Dios para ser
el esposo de su Madre. ¡Qué gloria para ti, oh gran santo, mandar a una
esposa omnipotente en el cielo y en la tierra! Imita la pureza, la humildad
y la modestia de José, y María se mostrará contigo llena de ternura. Para
que llegues a ser un gran santo, haz, siguiendo el ejemplo de San José,
todas tus acciones pensando que Dios te ve.
2. Fue el padre nutricio de Jesús, y Jesús le estaba sometido. Admira la
humildad del Salvador, que, pudiendo nacer en el palacio de Augusto o de
Herodes, prefiere elegirse un padre pobre y desconocido, un padre que
debe trabajar con sus manos para procurarle alimento y vestido. A ejemplo
de San José, nunca te separes de Jesús: que en todos tus actos sea tu
compañero, conversa a menudo con Él. Haz un lugar a Jesús en medio de
tus hijos: que tu Señor venga a tu familia, que tu Creador se acerque a su
creatura.
3. San José murió en brazos de Jesús y de María. Tú también quieres
terminar tu existencia con una muerte dichosa y santa: ten una gran
devoción a San José. Nos asegura Santa Teresa que ha obtenido todo lo
que ha pedido por los méritos de San José. Pídele esta última gracia que
debe coronar tu vida y hacerte comenzar una eternidad de dicha. Con
frecuencia durante tu vida, y sobre todo en la hora de tu muerte, pronuncia
los tres hermosos nombres de Jesús, María y José.
Entronizar significa “poner en el trono”, es decir que las imágenes de los santos
pasen a ocupar un lugar especial en el hogar o en el templo. Con esto se busca, en
forma paralela, entronizar a los santos en el corazón de las personas; se trata de
que ocupen su justo lugar; la Iglesia aconseja exponer imágenes, y hacerlo bien.
El Catecismo de la Iglesia Católica dice en el numero 1674: “Además de la liturgia
sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas
de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo
cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad
en torno a la vida sacramental de la Iglesia, tales como: veneración de reliquias,
visitas a santuarios, peregrinaciones, procesiones, Vía Crucis, danzas religiosas,
Rosario y medallas, entre otras.
RITUAL DE ENTRONIZACIÓN
El lugar reservado para la imagen se dispone como un pequeño altar.
A la hora prevista, los padres, hijos y amigos se reúnen en el sitio principal de la
casa para la ceremonia. Invocación de la bendición de Dios sobre la casa.
V. Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
V. El Señor esté con nosotros.
R. Y su espíritu.
Oremos.
Oh Señor, Dios Altísimo, bendice esta casa. Haya en ella salud, castidad, victoria
sobre el pecado, fortaleza, humildad, bondad de corazón y mansedumbre,
observancia plena de Tu ley y gratitud a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y
permanezca siempre esta bendición sobre esta casa y sobre quienes la habitan,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén
Credo
Palabras sobre el significado de la Entronización.
Consagración del Hogar y de la vivienda a San José:
Haced, Señor, que los méritos del bienaventurado José, esposo de vuestra
Santísima Madre, nos ayuden, a fin de que obtengamos por su intercesión lo que
nuestra flaqueza no puede merecer.
Oh san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el
trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.
Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones
espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de
modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, Te tribute mi
agradecimiento y homenaje.
Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus
brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale
en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso
cuando yo exhale mi último suspiro.
San José, esposo de la Virgen María, consagramos a tu Castísimo Corazón, nuestra
familia, para que en todos reine el amor y la comprensión, que nuestros hogares
sean un refugio del amor de Dios, donde se defienda la vida, pureza, dignidad, y
castidad, donde florezcan todas las virtudes cristianas.
Amado San José, acepta esta consagración, que tú siempre seas nuestro custodio,
padre y guía en el camino de la salvación. Obtennos una gran pureza de corazón y
una ferviente devoción a la vida interior.
Concede a todos los miembros de eta familiar que, siguiendo tu ejemplo, podamos
dirigir todas nuestras acciones hacia la mayor gloria de Dios, en unión con el
Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.
Oh San José, ya que durante tu vida terrena compartiste la vida de Jesús y viviste
en Su presencia visible, dígnate interceder por nosotros ante tu amado Hijo. Pídele
que nos ayude, para que nuestra conciencia sea recta y veraz, y que nuestros
corazones sean puros. Libéranos del doblez y la malicia. Llena nuestros corazones
de esperanza para que nunca dilate innecesariamente en los pesares. Te pedimos
con fe simple y ardiente para que podamos servir a nuestros hermanos y hermanas
con un corazón generoso. De esta manera, como tú, nos deleitemos en el profundo
gozo y en la paz de la presencia misericordiosa de Dios.
Que con tu ayuda nuestra familia sea una fábrica de santos, donde broten
vocaciones a la vida matrimonial, sacerdotal y religiosa, que cada uno según los
designios de Dios como, podamos ser constructores eficaces de la civilización del
amor. Para que todos los matrimonios católicos podamos dar testimonio de vida
cristiana, llevando la buena nueva de salvación a los necesitados, con predicación,