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ESCUELA DE POSTGRADO
PROGRAMA DE DOCTORADO
DOCTORADO EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
Reg. N° ..................
Hoja de datos personales
________________________
Dr. TEÓFILO IDROGO DELGADO
____________________________ _______________________
Dr. FLORENCIO MIXÁN MASS Dr. VÍCTOR ORTECHO VILLENA
iii
Dedico esta Tesis:
A mi esposa
Domitila Nélida Navarro Reyna de Urtecho
y
A mis hijos
Santos Eugenio y
Alejandro Eugenio
ii
Mi agradecimiento:
iii
ÍNDICE
DEDICATORIA ii
AGRADECIMIENTO iii
ÍNDICE iv
ÍNDICE DE TABLAS xii
RESUMEN xvi
ABSTRACT xvii
I. INTRODUCCIÓN 1
1. ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN DEL PROBLEMA 1
1.1. ANTECEDENTES 1
1. El problema de la ambigüedad en la proposición
del tipo penal sobre el elemento perjuicio 2
2. El problema de la discordancia de criterios en la
jurisprudencia peruana, en los niveles de las
Salas Penales de la Corte Suprema y de las
Cortes Superiores de Justicia 4
2.1. En el ámbito de las Salas Penales de la
Corte Suprema de Justicia como
máximo tribunal de la República 4
2.1.1. Ejecutorias supremas que establecen que el
perjuicio es un elemento objetivo del tipo penal
de los delitos de falsedad documental 4
2.1.2. Ejecutorias supremas que consideran al perjuicio
como una condición objetiva de punibilidad
en los delitos de falsedad documental 8
2.1.3. Ejecutorias supremas discordantes de una misma
Sala Penal Suprema 10
2.2. En las Salas Penales Superiores de los
Distritos Judiciales de la República 11
2.2.1. Ejemplos de ejecutorias superiores que establecen
que el perjuicio es elemento del tipo objetivo 11
iv
2.2.2. Ejemplos de Ejecutorias Superiores que consideran
al perjuicio como una condición objetiva
de punibilidad 13
2.3. En los órganos jurisdiccionales del
Distrito Judicial de La Libertad, Trujillo-Perú 15
3. El problema de la discordancia de criterios en la doctrina
nacional 20
3.1. En la postura de considerar al “perjuicio”
como una condición objetiva de punibilidad 20
3.2. En la postura que considera al “perjuicio”
como un elemento integrante del tipo objetivo 22
4. Antecedentes en la legislación comparada 24
1.2. JUSTIFICACIÓN 25
2. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 27
3. MARCO TEÓRICO 27
3.1. SEMIÓTICA 27
3.1.1. Su justificación en este marco teórico 27
3.1.2. Definición 28
3.1.3. Diferencias entre lingüística y semiótica 28
3.1.4. Semiótica de la producción y de la interpretación 29
3.1.5. Relación entre semántica y semiótica 30
3.1.6 La Sintaxis 30
3.1.7. El análisis lingüístico 31
3.1.4. El párrafo 31
3.1.5. El Texto 32
a) Definición 32
b) Connotaciones 32
c) Clases 34
c.a) Texto Informativo 34
c.b) Texto Científico 34
3.2. TEORÍA DEL DELITO 35
3.2.1. Concepto 35
v
3.2.2. Función de la teoría del delito 36
3.2.3. Importancia de la teoría del delito 37
3.2.4. Política criminal 38
3.2.5. El delito 40
3.2.5.1. Introducción 40
3.2.5.2. Definición de delito 41
3.2.6. Teoría de la acción 42
3.2.6.1. Concepto de acción 42
3.2.6.2. Acción y Resultado. Relación de Causalidad
e Imputación Objetiva 44
a) Acción y Resultado 44
b) Relación de Causalidad e Imputación Objetiva 45
3.2.7. Teoría del tipo penal. La tipicidad 46
3.2.7.1. Tipicidad y Tipo 46
3.2.7.2. Funciones del Tipo Penal 48
a) Función de garantía 48
b) Función indiciaria 48
c) Función sistemática 49
d) Función motivadora 49
3.2.7.3. Clasificación de los tipos 50
a) Por la relación entre acción y objeto de la acción 50
a.a) Tipos de resultado 50
a.b) Tipos de mera actividad 51
b) Por el menoscabo del objeto de la acción: 51
b.a) Tipos de lesión 51
b.b) Tipos de peligro 51
c) Por el número de bienes jurídicos 52
c.a) Tipos simples 52
c.b) Tipos compuestos 52
3.2.8. Tipicidad Subjetiva de los Delitos Dolosos 53
3.2.8.1. Introducción 53
3.2.8.2. El Dolo 53
vi
3.2.8.3. Estructura del Dolo 54
a) Conocimiento 54
b) Voluntad 55
3.2.8.4. Clases de dolo 56
a) Dolo directo o de primer grado: 56
b) Dolo de segundo grado o de consecuencias necesarias 56
c) Dolo eventual 57
3.2.8.5. Error de Tipo (ausencia de dolo) 57
3.2.9. La Antijuricidad 59
3.2.9.1. Introducción 59
3.2.9.2. Concepto 60
3.2.9.3. Antijuricidad formal y Antijuricidad material 60
3.2.9.4. Los conceptos de lesión y de peligro 61
3.2.9.5. Desvalor de acción y Desvalor de resultado 62
3.2.10. La Culpabilidad 63
3.2.10.1. Introducción 63
3.2.10.2. Las insuficiencias del concepto tradicional
de culpabilidad 64
3.2.10.3. El concepto dialéctico de culpabilidad 65
3.2.10.4. Concepto material de culpabilidad 65
3.2.10.5. Elementos de la culpabilidad 66
a) La imputabilidad o capacidad de culpabilidad 66
b) El conocimiento de la antijuricidad del hecho cometido 67
b.1) El error de prohibición 67
b.2) Formas de error de prohibición 68
b.2.1. Error de prohibición directo 68
b.2.2. Error de prohibición indirecta 68
b.2.3. Error de prohibición vencible 69
b.2.4. Error de prohibición invencible o inevitable 69
c) La exigibilidad de un comportamiento distinto 70
3.2.11. El Causalismo y el Finalismo 70
3.2.11.1. Ideas y conceptos preliminares 70
vii
3.2.11.2. Fundamentos del Causalismo 72
a) Sobre la acción en el Causalismo Clásico 72
b) Sobre la Culpabilidad en el Sistema Causalista Clásico 74
c) La realidad en el Causalismo Neoclásico 75
d) Sobre la Acción en el Sistema Causal Neoclásico 76
e) Sobre la Culpabilidad en el Sistema Causalista Neoclásico 77
3.2.11.3. Fundamentos del Finalismo 79
3.2.11.4. Sobre la Acción en el Sistema Finalista 81
3.2.11.5. Sobre la Culpabilidad en el Sistema Finalista 83
3.2.11.6. En resumen: la acción es el núcleo central 86
3.2.12. Teoría de la Imputación Objetiva 87
3.2.12.1. Introducción 87
3.2.12.2. Concepto 89
3.2.12.3. Estructura Sistemática 89
3.2.12.4. Campo de aplicación 91
3.3. TEORÍA DE LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA 92
3.3.1. Fuentes del Derecho Penal 92
3.3.1.1. La ley penal como fuente directa del Derecho Penal 92
3.3.1.2. La jurisprudencia 94
a) Concepto 94
b) Efectos vinculantes 96
3.3.1.3. La Doctrina 97
3.3.2. La teoría de la norma penal 99
3.3.2.1. Naturaleza 99
a) Teoría monista o de los imperativos 99
b) Teoría de las normas de Binding 99
c) Teoría Dualista 100
d) Teoría pura del Derecho 101
3.3.2.2. Génesis de la Norma 102
3.3.3. Estructura de la norma jurídico-penal 103
3.3.3.1. Estructura lógica 103
3.3.3.2. Norma jurídica y ley penal 104
viii
3.3.3.3. Norma Primaria y Norma Secundaria 105
3.3.3.4. La concepción imperativa de la norma 106
3.3.4. La interpretación de la ley penal 107
3.3.4.1. Concepto 107
3.3.4.2. Clases de la interpretación de la ley penal 109
3.3.4.2.1. Según el sujeto del cual emana 109
a) Interpretación Auténtica 109
b) Interpretación Doctrinal 109
c) Interpretación Judicial 108
3.3.4.2.2. Según los medios utilizados 110
a) Interpretación gramatical o semántica 111
b) Interpretación lógica o también llamada teleológica 112
c) Interpretación sistemática 115
3.3.4.2.3. Según el resultado 117
a) Interpretación declarativa 117
b) Interpretación restrictiva 117
c) Interpretación extensiva 117
3.3.4.3. Reglas que rigen la interpretación 118
3.4. EL DELITO DE FALSEDAD DOCUMENTAL MATERIAL O
DE FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS CONFIGURADO
ix
a) Elementos descriptivos y elementos normativos 130
b) Elementos objetivos y elementos subjetivos 131
c) La relatividad de estas clasificaciones 132
3.4.1.9. La Seguridad Jurídica 133
a) Concepto 133
b) Implicancias de la proporcionalidad en la tutela de la
seguridad jurídica 134
c) Aplicación del Test de Proporcionalidad en relación a
la seguridad jurídica 134
3.4.2. El bien jurídico 135
3.4.2.1. Definición de bien jurídico 135
3.4.2.2. Funciones del bien jurídico 136
3.4.2.3. El bien jurídico en los delitos de Falsedad documental 137
3.4.3. El documento como objeto de los delitos de
falsedad documental 138
3.4.3.1. Concepto de Documento 139
3.4.3.2. Un concepto “penal” de documento 137
3.4.3.3. Importancia del Documento 141
a) Es un medio de perpetración y constatación del contenido 142
b) Es un medio de garantía de quien es su autor 142
c) Sirve como instrumento de prueba de su contenido 143
3.4.3.4. Clases de Documento 144
a) Documento Público 144
b) Documento Privado 145
3.4.4. La falsificación del documento (primer párrafo del
art. 427 del código penal peruano) 146
3.4.4.1. Tipicidad Objetiva 146
A. La Acción o Conducta Típica del Delito
de Falsedad Documental 147
A.1. Hacer en todo o en parte un documento falso 147
a) Documentos auténticos e inauténticos 149
b) Hace o crear en forma total el documento falso 151
x
c) La creación o hacer parcial de documento falso 152
A.2. Adulterar un documento verdadero 153
B. El Perjuicio 158
B.1. Concepto de Perjuicio 158
B.2. El Perjuicio en los delitos de falsedad documental 160
B.3. Naturaleza Jurídica del Perjuicio en los delitos de
Falsedad Documental 162
B.3.1. El Perjuicio como condición objetiva
de punibilidad? 163
B.3.2. El Perjuicio como elemento del
Tipo Objetivo 165
3.4.4.2. Tipicidad Subjetiva 166
3.4.5. El uso del documento falso: falsedad impropia o
falsedad de uso (segundo párrafo del art. 427
del Código Penal) 169
3.4.5.1. Tipicidad Objetiva 169
3.4.5.2. Tipicidad Subjetiva 171
3.4.6. Consumación de los delitos de falsedad material
y de falsedad de uso 171
4. MARCO JURÍDICO POSITIVO 174
4.1. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1993 Y
LOS PRINCIPIOS DE LEGALIDAD PENAL, RESERVA
DE LA LEY PENAL, TIPICIDAD, TAXATIVIDAD Y
xi
discordantes 186
B) De índole doctrinario: Interpretación también discordante entre
los teóricos nacionales del Derecho penal, del artículo 427 del
Código Penal 190
C) Colisión del tipo legal y sus interpretaciones deficientes con el
criterio de la seguridad jurídica 193
6. OBJETIVOS 194
6.1. OBJETIVO GENERAL 194
6.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 194
II. MATERIAL Y MÉTODOS 195
1. MATERIAL DE ESTUDIO 195
1.1. POBLACIÓN UNIVERSAL 195
1.2. MUESTRA 195
1.3. CLASES DE MUESTRA 196
1.4. ACOPIO DE MUESTRAS 197
1.5. MATERIAL TEÓRICO 197
2. TIPO DE INVESTIGACIÓN 198
3. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN 198
4. DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 199
5. MÉTODOS Y TÉCNICAS 199
5.1. MÉTODOS 199
5.2. TÉCNICAS 202
III. RESULTADOS 203
ÍNDICE DE TABLAS
III.1 Resultados del análisis de la estructura lógica del artículo
427 del Código Penal Peruano vigente referente al perjuicio 205
III.2 Resultados de la interpretación teórica deficiente,
jurisprudencial y doctrinal sobre el perjuicio, en la postura
de ser éste una condición objetiva de punibilidad 206
III.3 Resultados de la interpretación teórica deficiente,
jurisprudencial y doctrinal sobre el perjuicio, en la postura
de ser éste un elemento del tipo objetivo 207
xii
III.4 Consecuencias negativas de índole jurisdiccional que genera la
interpretación deficiente sobre el perjuicio 208
III.5 Consecuencias negativas de índole doctrinal que genera la
interpretación deficiente sobre el perjuicio 209
III.6 Consecuencias negativas de la colisión con el criterio
de seguridad jurídica, de la proposición ambigua del
tipo penal y de las interpretaciones deficientes sobre
el perjuicio. 210
III.7 Resultados del análisis de la estructura lógica del artículo
427 del Código Penal peruano, que establece que el perjuicio
es un elemento objetivo del tipo y no una condición objetiva
de punibilidad. 211
III.8 Resultados del análisis de la postura que considera al perjuicio
como una condición objetiva de punibilidad, en cuanto
también considera que los delitos de falsedad documental
son delitos de peligro. 212
III.9 Resultados del análisis de la postura que considera al perjuicio
como un elemento del tipo objetivo, en cuanto también
establece que los delitos de falsedad documental son
delitos de lesión y no de peligro 213
III.10 Ejecutorias Supremas que establecen que el perjuicio es
elemento del tipo 214
III.11 Ejecutorias Supremas que consideran que el perjuicio es
una condición objetiva de punibilidad 215
III.12 Ejecutorias Superiores que interpretando el artículo 427
del Código Penal establecen que el perjuicio es
elemento del tipo 216
III.13 Ejecutorias Superiores que interpretando el artículo 427
del Código Penal consideran que el perjuicio es
una condición objetiva de punibilidad 217
IV. DISCUSIÓN DE RESULTADOS 218
IV.1. EN CUANTO A LA PROPOSICIÓN AMBIGUA DEL TIPO PENAL
xiii
EN EL ARTÍCULO 427 DEL CÓDIGO PENAL PERUANO VIGENTE
xiv
ANEXOS 273
ANEXO 1: ENTREVISTA A PROFESIONALES DEL DERECHO PENAL
(PROFESORES DE DERECHO PENAL, ABOGADOS PENALISTAS
Y ESTUDIANTES DE POSTGRADO DE DERECHO PENAL) DE LA
CIUDAD DE TRUJILLO-PERÚ, SOBRE SU CRITERIO DEL
ELEMENTO PERJUICIO EN LOS DELITOS DE FALSEDAD
DOCUMENTAL. 273
ANEXO 2: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES ELEMENTO DEL TIPO. SALA SUPREMA PENAL
TRANSITORIA. R.N. N° 773-2001 274
ANEXO 3: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES ELEMENTO DEL TIPO. SEGUNDA SALA PENAL
TRANSITORIA. R.N. N° 418 - 2004 LIMA 277
ANEXO 4: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES ELEMENTO DEL TIPO. PRIMERA SALA PENAL
TRANSITORIA R.N. N° 775-2004 278
ANEXO 5: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES ELEMENTO DEL TIPO. SALA SUPREMA PENAL
PERMANENTE. R.N. N° 54-2004 280
ANEXO 6: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES ELEMENTO DEL TIPO. SALA SUPREMA PENAL
PERMANENTE. R.N. N° 286-2003 282
ANEXO 7: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD. SALA
SUPREMA PENAL PERMANENTE. R.N. N° 3812-2003 284
ANEXO 8: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD. SALA
SUPREMA PENAL TRANSITORIA. R.N. N° 027-2004 286
ANEXO 9: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD. PRIMERA
SALA PENAL TRANSITORIA. R.N. N° 67-2004 288
ANEXO 10: EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL DELITO
CONTRA LA FE PÚBLICA ES DELITO DE LESIÓN. SALA
PENAL PERMANENTE. R.N. N° 4036-2004 289
ANEXO 11: EJECUTORIA SUPERIOR QUE ESTABLECE QUE EL
PERJUICIO ES ELEMENTO DEL TIPO. CORTE SUPERIOR
DE JUSTICIA DE LIMA. EXP. N° 8157-97 291
ANEXO 12: EJECUTORIA SUPERIOR QUE ESTABLECE QUE EL
PERJUICIO ES CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD.
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA. EXP. N° 1726-96 293
ANEXO 13: EJECUTORIA SUPERIOR QUE ESTABLECE QUE EL
PERJUICIO ES ELEMENTO DEL TIPO. PRIMERA SALA
DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD.
INSTRUCCIÓN 660-2006 295
ANEXO 14: EJECUTORIA SUPERIOR QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO
ES CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD. CORTE SUPERIOR
DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD. INST N°705-95 297
xv
EL PERJUICIO COMO ELEMENTO DEL TIPO EN LOS DELITOS
DE FALSEDAD DOCUMENTAL: CONSECUENCIA DE LA
PROPOSICIÓN AMBIGUA DEL TIPO LEGAL E
INTERPRETACIÓN TEÓRICA DEFICIENTE
RESUMEN
xvi
THE DAMAGE AS AN ELEMENT OF THE TYPE IN THE CRIMES OF
FALSIFICATION OF DOCUMENTS: CONSEQUENCE OF THE
AMBIGUOUS PROPOSITION OF LEGAL TYPE AND A
DEFICIENT THEORETICAL INTERPRETATION
ABSTRACT
In this research, has studied the crimes of falsification of documents, which are
those most frequently committed in the Peruvian society, having like problem:
What consequences are generating the ambiguous proposal of the legal type of the
Article 427 of the Penal Code Peruvian in force, in crimes of falsification of
documents, and its deficient theoretical interpretation about of the damage in the
structure of this norm, considering it, or as an element of the type or an objective
condition of criminality? applying the method dogmatic in its three moments
intimately connected: Interpretation, systematization and critique critic of the
legal type, having itself found as results in the analysis of national jurisprudence
and in the interviews to professionals of Criminal Law, in the selected random
samples, discordant positions, as in the national doctrine, which generates
negative consequences of jurisdictional order, doctrinal and of collision with the
criterion of juridical security; and is set to conclusions that the damage to be
connected with the malicious action of the agent, its juridical nature is to be an
element of objective type; not constitute objective condition of criminality,
because these are juridical beings to strangers to the criminal type, and therefore
are not connected to the malicious action.
Keywords: falsification of documents, damage, ambiguous proposition in the
legal type, deficient interpretation of the norm.
xvii
I. INTRODUCCIÓN.
1.1. ANTECEDENTES:
1
CREUS, Carlos/BUOMPADRE, Jorge Eduardo, “La Falsificación de Documentos en General”, 4ta. edición
actualizada y ampliada, Astrea, Buenos Aires-Argentina, 2004, p. 39.
2
BACIGALUPO, Enrique, “Delito de Falsedad Documental”, Hammorabi, Buenos Aires-Argentina, 2002, p.
7.
1
En la sociedad peruana, estas figuras penales son los delitos que con más
frecuencia se cometen, utilizándose en muchos casos el documento como un
instrumentos para ejecutar o encubrir otros delitos3, y representa una de las
infracciones, que junto a las figuras de los delitos contra el patrimonio, gozan de
mayor predicamento y frecuencia en su análisis por los tribunales de justicia
peruanos.
2
documental, y su interpretación teórica deficiente, considerándolo o como
elemento del tipo o como condición objetiva de punibilidad; asimismo, el de
demostrar que esa proposición ambigua y su interpretación teórica deficiente por la
jurisprudencia y doctrina nacionales, generan fallos y criterios doctrinarios
discordantes; también, que la naturaleza jurídico-penal del perjuicio en la estructura del
artículo 427, es la de ser un elemento del tipo objetivo de los delitos de falsedad
documental, y no una condición objetiva de punibilidad; igualmente, que al ser el
perjuicio un elemento del tipo objetivo, como resultado de la acción dolosa del agente,
ello permite establecer que los delitos de falsedad documental son delitos de lesión o
resultado y no de peligro.
En su primer párrafo:
En su segundo párrafo:
3
“Sobre el perjuicio, hay un viejo problema por resolver. Pero sobre ello por
lo menos está claro la identificación del problema, puesto que no hay
criterio consensual sobre el significado, alcance y consecuencia del
perjuicio; ni la jurisprudencia ni la doctrina nacionales tienen una respuesta
consistente y uniforme sobre el contenido y significado del perjuicio”5.
5
CHOCANO RODRÍGUEZ, Reiner. “Análisis Doctrinario de la Falsedad Documental del Artículo 427 del Código
Penal Peruano”, en REVISTA PERUANA DE DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA PENAL N° 1, Instituto
Peruano de Ciencias Penales, Grijley, Septiembre, 2000, p. 499.
6
PÉREZ ARROYO Miguel, “La Evolución de la Jurisprudencia Penal en el Perú” (2001-2005), Tomo II, Juris
Consulti, 2006, p. 1125-1130.
4
b) Ejecutoria Suprema del 29 de Noviembre de 2004, R.N. N° 418-
2004, Lima7:
“Si bien el acusado usó un documento falso, tal uso no causó un perjuicio,
conforme es de verse de la resolución directoral que declara la nulidad del
certificado de posesión otorgado al citado encausado, por lo tanto la
7
Avalos Rodríguez, Constante / Robles Briceño, Mery, “Modernas tendencias dogmáticas en la
Jurisprudencia de la Corte Suprema, Diálogo con la Jurisprudencia”, Gaceta Jurídica, 2005, p. 103
8
Urquizo Olaechea, José ( Castillo ALva, José / Salazar Sánchez, Nelson, “Jurisprudencia penal”,
Lima, Jurista Editores, 2005, p. 773.
9
Rojas Vargas, Fidel, “Jurisprudencia Penal”, t. I, Gaceta Jurídica, p. 783.
5
conducta imputada no se encuadra en la situación prevista en el segundo
párrafo del artículo 427 del Código Penal”.
10
Normas Legales, Trujillo, T. 293, Octubre 2000, p. A-27.
11
ROJAS VARGAS, Fidel, “Código Penal, 16 años de Jurisprudencia Sistematizada”, Tomo II, Idemsa,
2007, p. 668
12
Idem, p. 670.
6
“ Que el delito de falsedad material, objeto de imputación, se sustenta en que
la encausada habría favorecido a ……con la adulteración del registro de
afiliación personal,…., todo ello con la finalidad de beneficiarla en la
atención hospitalaria ante el seguro social de salud; que si bien es cierto,
existe una diferencia respecto de la fecha de inscripción entre las dos fichas
suscritas, la ficha reputada como adulterada no se utilizó ni
consecuentemente dio lugar a una atención indebida en el seguro social,…”
13
Idem, p. 674
14
Idem, p. 672.
15
Idem, p. 667.
7
“El tipo penal de falsedad material exige como elemento objetivo la
posibilidad de perjuicio o perjuicio material, lo que lo erige como un
elemento de peligro; que, en el presente caso, el imputado presentó el
documento para justificar la posesión de un terreno y, de ese modo
conseguir una protección estatal a la que no tenía derecho en tanto que la
prueba de la posesión invocada no era tal; ….por otro lado el plazo
prescriptorio, corre desde el momento en que concurrieron todos los
elementos que la estructura típica del delito exige….en este caso cuando el
documento privado falsificado se acompañó a la solicitud de garantías
posesorias”.
16
Idem, p. 664-665.
17
Rojas Vargas, Fidel, “Jurisprudencia Penal”, t. I, Gaceta Jurídica, Julio, 1999, p. 781.
18
ÁVALOS RODRÍGUEZ / ROBLES BRICEÑO, “Modernas Tendencias...”, p. 309.
8
ese entendido el uso o no de dicho instrumento será irrelevante para la
consumación del delito, pues como el mismo texto legal antes citado lo
señala, debe existir una probabilidad de un futuro perjuicio, mas no habla de
un perjuicio causado como erróneamente se entiende”.
19
“Jurisprudencia Penal”, t. II, Normas Legales, Trujillo, Octubre, 2005, p. 219.
20
PÉREZ ARROYO, Miguel, Ob.cit., Tomo III, p. 1569-1573.
21
Rojas Vargas, Fidel, Ob.cit., p. 668.
9
“Se le imputa al encausado haberse coludido con sus co encausados para
elaborar un acta de matrimonio falso, en el que aparece como testigo de un
acto simulado; que, aún cuando en autos no corre la prueba grafotecnica
respecto del documento cuestionado, también es cierto que estando a la
valoración conjunta de las pruebas actuadas conducen por la
responsabilidad del referido encausado”.
“Que el imputado, reconoce la tenencia del porta carne policial con su foto,
agregando incluso que lo utilizaba para preparar atentados patrimoniales,
consecuentemente, la realidad de su comisión es evidente, así como la
potencialidad lesiva de la adulteración y la ulterior utilización del mismo,
lo que tipifica el delito de falsedad material”.
22
PÉREZ ARROYO, Ob.cit., Tomo III, p. 1577-1579.
23
ÁVALOS RODRÍGUEZ, Constante / ROBLES BRICEÑO, Mery. “Modernas Tendencias Dogmáticas en la
Jurisprudencia de la Corte Suprema”. Gaceta Jurídica, Julio, 2005. p. 310.
10
tráfico jurídico y que se cause perjuicio, (considerado esto último como
una condición objetiva de punibilidad), hecho que no ocurrió”.
JUDICIALES DE LA REPÚBLICA:
24
ÁVALOS RODRÍGUEZ / ROBLES BRICEÑO, “Modernas Tendencias...”, p. 309.
25
ROJAS VARGAS, Fidel / INFANTES VARGAS, Alberto. “Código Penal, Catorce Años de Jurisprudencia
Sistematizada”, Idemsa, 2da ed., Abril, 2005, p. 670.
26
ROJAS VARGAS / INFANTES VARGAS, “Código penal...”, pp. 670-671.
11
“Si bien está acreditada la falsificación de la factura mediante la
consignación de datos tributarios irregulares (RUC y datos de impresión)
concluyéndose que la autoridad tributaria no le autorizó al procesado el
expendio del formulario que contenía la indicada factura, (…), por
consiguiente, al no concurrir el elemento sustancial objetivo, es decir, el
perjuicio resultante del acto, es inexistente la condición objetiva de
punibilidad, por lo que el hecho imputado no constituye delito, (...)”.
“...; si bien se advierte de manera palmaria que los acusados han tenido
participación de una u otra manera en la confección del certificado médico
expedido por la acusada, cierto es también que no se ha establecido que el
documento cuestionado haya sido usado para justificar las inasistencias al
centro laboral, como era su propósito, por lo que la acusada no se ha visto
favorecida, no existiendo en consecuencia perjuicio para los intereses del
Estado”
27
ROJAS VARGAS / INFANTES VARGAS, “Código penal...”, p. 670.
28
La Rosa Gómez De la Torres, Miguel, “Jurisprudencia del proceso penal sumario”, Lima, Grijley,
1999, p. 538.
12
e) Ejecutoria superior de la Sala Penal de Apelaciones para procesos
sumarios con reos libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, del 18 de Mayo
de 1998, Exp. 8157-9729:
29
Rojas Vargas, Fidel et al, “Código Penal. 16 Años de jurisprudencia sistematizada”, Idemsa, 3ra. ed.,
Octubre, 2007, p. 664.
30
Academia de la Magistratura, Serie de Jurisprudencia 4, Lima, 2000, p. 476.
31
Rojas Vargas, Fidel, Ob.cit., p. 672.
13
“No constituye eximente de responsabilidad para un procesado por delito de
falsificación de documentos, esgrimir como argumento de defensa que no
consideró ilícita la adición efectuada al documento, por cuanto los datos
originarios eran inexactos, presentando documentos justificatorios al
respecto; tal sustentación bajo ninguna manera puede eximirlo de
responsabilidad penal, más aún cuando el bien jurídico protegido en el
delito de falsificación de documento es la funcionalidad del documento en
el tráfico jurídico”.
32
Idem, p. 677.
33
Idem, p. 667.
34
Castillo Alva, José, “La Falsedad documental”, Jurista, 2001, p. 177.
14
punibilidad, es decir, el perjuicio ocasionado al agraviado, el hecho
consumado no constituye delito y por ende no es justiciable penalmente”.
35
Diálogo con la jurisprudencia, “El Código penal en su jurisprudencia”, Mayo, 2007, p. 447.
36
Ibidem.
37
Caso que en forma especial inspiró la presente tesis, siendo uno de los tantos en los que hemos
intervenido como abogado defensor, en el caso concreto de uno de los procesados.
15
haciendo constar que un determinado médico hizo residentado de Ginecología y
Obstetricia en el Hospital Regional Docente de Trujillo, sin que ello haya sido
verdad, sino que el citado galeno sólo había hecho pasantía; sin embargo tal
certificación no fue usada para ningún beneficio del médico, ni absolutamente
para nada; es más la certificación fue devuelta a la Secretaría de la Jefatura de ese
Departamento de Ginecología, y ahí se mantuvo archivada38, lo que anulaba toda
posibilidad de que fuera usada posteriormente. Fueron absueltos los acusados, por
2 jueces diferentes, del Cuarto y Sexto Juzgados Penales, sucesivamente, al
coincidir ambas jueces que con la sola confección de la certificación no se
había producido ningún daño o perjuicio a alguien, estableciendo así ambas
sentencias que el perjuicio es un elemento del tipo, que para el caso no se
produjo39. Sin embargo, la Superior Tercera Sala Penal, que resolvió en segunda
instancia las apelaciones sucesivas contra esas sentencias, las anuló, en las 2
oportunidades, al considerar que el delito contra la fe pública se había
producido con el solo hecho de haber sido otorgada la certificación no
ajustada a la verdad, con lo que el delito quedó consumado, con
prescindencia de si hubo o no perjuicio, considerando así a éste como una
condición objetiva de punibilidad y no como elemento del tipo40.
38
Y seguramente debía seguir archivada de por vida, si no fuera porque alguien –que conocía de ese
hecho- quiso hacerle daño al jefe del Departamento de Ginecología de la Facultad de Medicina de la
UNT, y con ese objeto denunció los hechos ante las autoridades correspondientes, lo que desembocó
en el citado proceso penal.
39
SÁNCHEZ HARO, Silvia y VANINI CHANG, Linda; jueces del Cuarto y Sexto Juzgados Especializados
en lo Penal de Trujillo, en sus sentencias emitidas en la instrucción Nº 317-2000.
40
Sentencias de vista de fechas 27 de Setiembre de 2001 y 31 de Octubre de 2001, respectivamente, de
la Tercera Sala Penal, en la instrucción N° 633-2001 (numeración de segunda instancia).
16
un hecho, debiendo concurrir además, el requisito objetivo de punibilidad
que es el perjuicio;…”.
17
los límites de riesgo permitido por la propia norma penal, siendo la
aplicación de la pena sólo necesaria y posible de concretizarse cuando
pudiera resultar algún perjuicio del hecho delictivo. En tanto exista la
posibilidad del perjuicio por el uso de algún documento elaborado
falsamente o adulterado, la pena será de concreta aplicación al sujeto que
ocasionó potencialmente tal perjuicio; así pues, para la penalización de este
tipo penal no basta la concurrencia de elementos especiales dentro del
comportamiento del autor, sino que se requiere en forma correlativa de
condiciones objetivas de punibilidad que hagan referencia a sucesos en
que el proceso causal puesto por el autor con su conducta, producen
resultados que no necesitan estar abarcados en la proyección intelectiva-
volitiva de aquél, ni siquiera como “previsión” (...). En esas hipótesis, el
delito se consuma con una conducta determinada, pero no corresponde
imponer pena por ella hasta tanto no se produzca la condición objetiva
materia de la criminalización; (…)”.
18
“Respecto al delito contra la fe pública en la modalidad de falsificación de
documentos, si bien se imputa el cobro de alquileres y fincas comerciales
mediante cobros no ingresados por adulteración de recibos, no se ha
acreditado la falsificación de éstos, y tampoco el perjuicio”.
“Que, si bien del dictamen grafotecnico glosado se concluye que las firmas
atribuidas al agraviado, son firmas falsificadas, no se ha acreditado que los
documentos hayan sido usados y ocasionado perjuicio”.
19
j) Ejecutoria superior de fecha 04 de Junio de 2007 de la Primera Sala
Penal, en el Expediente N° 644-2006 que en sus Considerandos Tercero y Cuarto
establece al perjuicio como condición objetiva de punibilidad:
DOCTRINA NACIONAL
SIGUIENTES AUTORES:
41
“Todo sobre el Código Penal”, Tomo I, (1ra. ed.), Lima: Idemsa, p. 303
20
b) Reiner CHOCANO RODRÍGUEZ (2002). Este autor sostiene, al precisar
que el perjuicio es una condición objetiva de punibilidad: “Exigir el perjuicio,
para la consumación de la falsedad material es una posición técnicamente
inaceptable, pues el delito de falsedad material se consuma con independencia a
que exista perjuicio o no. Aclarado esto, podemos sostener que, efectivamente, el
causar perjuicio es técnicamente una condición objetiva de punibilidad, lo que
posibilitaría que de no haber perjuicio, la conducta falsaria no debiera ser
sancionable”. Luego anota: “El perjuicio sólo opera posterior a la consumación y
para términos estrictos de la sanción penal, que puede ir, como dijimos, desde una
exclusión, atenuación o agravación de la pena”42.
42
“Análisis doctrinario de la falsedad documental del artículo 427 del Código Penal Peruano”, en Revista Peruana
de Doctrina y Jurisprudencia Penal”, Setiembre, Lima: Grijley, página 499-503.
43
“Delitos contra la fe pública”, Lima: Jurista, página 117.
44
“Jurisprudencia penal comentada, t. I”, Gaceta Jurídica, página 516.
45
“Manual de Derecho Penal. Parte Especial”, Lima: San Marcos, página 396.
21
3.2. EN LA POSTURA QUE CONSIDERA AL “PERJUICIO” COMO UN
AUTORES:
46
“La falsedad documental”, Lima: Jurista, página 194-199.
47
CASTILLO ALVA, “La falsedad documental”, p. 200.
22
b) Percy REVILLA LLAZA (2004). Señala que el tipo penal, tal como está
configurado, hace referencia explícita a una conducta con la característica de
poseer idoneidad o aptitud relevante ex ante para producir un resultado lesivo.
Típicamente se exige aquí que la conducta sea capaz o apta para producir
determinado efecto. Afirmado ello, parece claro que la posibilidad de perjuicio
forma parte del tipo objetivo, por el contrario no constituye una condición objetiva
de punibilidad (que se halla fuera de la estructura delictiva). Es el propio tipo
penal que remarca que una conducta de falsificación que carezca de aptitud para
producir un perjuicio no puede constituir un ilícito penal. Prescindir de la
valoración de esta aptitud ex ante a nivel de antijuricidad (disvalor de acción)
originaría un delito ayuno de injusto, difícilmente compatible con el principio de
lesividad de bienes jurídicos-penales (artículo IV del Título Preliminar). Además,
siendo un elemento del tipo objetivo, será necesario que sea abarcado por el dolo;
cosa que no sucedería de concebirse la posibilidad de perjuicio como una
condición objetiva de punibilidad48.
48
“La aptitud para producir un perjuicio en el delito de falsificación de documentos”, en Actualidad Jurídica, tomo
133, Diciembre, Lima: Gaceta Jurídica, pág. 95.
23
elemento del tipo objetivo, o una condición objetiva de punibilidad, en los delitos
de falsedad documental.
d) el art. 197 del Código Penal Chileno: “El que, con perjuicio del tercero,
cometiere en instrumento privado algunas de las falsedades designadas en el
artículo 193, sufrirá las penas…”;
f) el art. 395 del Código Penal de España: “El que, para perjudicar a otro,
cometiere el documento privado algunas de las falsedades previstas en los tres
primeros números del apartado 1 del art. 390,…”;
g) el art. 245, inciso II, del Código Penal Mexicano (Distrito Federal): “Para
que el delito de falsificación de documentos sea sancionable como tal, se necesita
24
que concurran los siguientes requisitos: (…); Que resulte o pueda resultar
perjuicio a la sociedad, al Estado o a un particular, ya sea en los bienes de éste o
ya en su persona, en su honra o en su reputación; y (…)”.
1.2. JUSTIFICACIÓN:
25
Proponiendo, en consecuencia, dentro de esta postura establecida y adoptada
la solución, de lege lata, al problema de aquella proposición ambigua del tipo, y
de esa discordancia de criterios, la modificatoria del artículo 427 en el tipo penal
que debe ser plasmada en la precitada norma, en los términos que se formulan en
nuestra Propuesta de modificación de esta Tesis, con la que sin duda alguna se
obtendrá la eliminación de las consecuencias negativas identificadas sobre el
problema, y el mejoramiento de la justicia penal en el Perú, en el rubro del
problema planteado con fallos uniformes, y la predictibilidad de los mismos, cuya
factibilidad se pone de manifiesto en esa propuesta de modificatoria.
49
PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M., “Teleología y Fundamentos de la Investigación del Derecho”, en
Boletín Mexicano del Derecho Comparado, N° 69, México, Setiembre-Diciembre 1990, pp 927.
26
2. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
3. MARCO TEÓRICO
3.1. SEMIÓTICA
27
designado; y, la sintaxis, que hace referencia a la estructura del discurso. El
lenguaje jurídico implica un discurso, puesto que la norma jurídica asume la
forma de una proposición implicativa, cuya configuración o estructura interna
tiene el supuesto que hipotéticamente puede ocurrir desencadenando una
consecuencia sujeta a verificación en la realidad y el nexo lógico-jurídico
vinculante entre sujeto y consecuencia51.
3.1.2. DEFINICIÓN
51
Ibidem.
52
www.monografias.com/trabajos14/semiotica/semiotica.shtml.
28
La importancia de los signos lingüísticos es tal que la semiología de
inspiración saussureana, que se desarrolla a partir de la lingüística, ha mantenido
la confusión entre semiótica y semiolinguistica. Roland BARTHES llegó a invertir
la propuesta de Ferdinand de SAUSSURE según el cual la lingüística es una parte
de la semiología.
Jean Paul SARTRE cuando analiza su manera de escribir dice “modifico las
palabras en función de la idea que tengo de él (el público), es decir de mí,
recibiendo lo que quiero escribir” (Obliques 18/19, entrevista con M. SICARD).
29
individual a lo colectivo, mientras que, parte del productor, se va de lo universal
a lo particular y de lo colectivo a lo individual.
3.1.6. LA SINTAXIS53
53
SEGURA VÁSQUEZ, Enrique, “Lenguaje”, curso básico para aspirantes a Maestría UNT, Trujillo-Perú.
30
sustantivo, adjetivo, artículo y pronombre; b) verbales: verbo y adverbio; c)
relacionales o nexales: proposición y conjunción.
3.1.8. EL PÁRRAFO
31
explícita es conocida como oración temática y consiste en una afirmación general
acerca del sub tema del párrafo: suele estar al comienzo o al final. Las segundas
desarrollan en forma detallada la idea general. Las ideas secundarias toman la
forma de explicaciones, ejemplos, contrastes, justificaciones, etc.
3.1.9. EL TEXTO
a) DEFINICIÓN
b) CONNOTACIONES
32
Según el primer criterio, la definición de texto corresponde a la visión de
conjunto coherente y cohesivo de actos comunicativos que van, desde una palabra
hasta una extensión considerable de oraciones, periodos, cláusulas, párrafos, etc.
“En pocos meses llegará. Los elementos están constituidos por átomos.
Siéntate en la silla. Ayer cayó una fuerte granizada. Estoy reuniendo
Revistas, gacetillas y artículos sobre el tema”.
54
Leont’ev, citado por Segura Vásquez, Enrique, Lenguaje, curso básico para aspirantes a
Maestría UNT
55
Halliday, citado por Segura Vásquez, Enrique, Ob.cit.
33
En cambio la siguiente secuencia:
c) CLASES
34
Recordemos aquélla objeción ridícula respecto a la esfericidad de la
tierra que llegó hasta nosotros de la Edad Media: ¡¿Cómo van a andar
los hombres cabeza abajo?!.
El error de este argumento estriba en que no se reconoce la relatividad
de la verticalidad, relatividad derivada de la esfericidad de la tierra.
(L. Landau e I. Rumer)
3.2.1. CONCEPTO
56
MUÑOZ CONDE, Francisco, “Teoría General del Delito”, Temis S.A., Santa Fe de Bogotá-Colombia,
1999, reimpresión de la segunda edición, p. 1.
35
a que los fenómenos delictuales aparecen como producto de las diversas formas
de interacción social que se manifiestan entre los individuos57.
57
PEÑA CABRERA, FREIRE, Alonso Raúl, “Derecho Penal peruano, Teoría General de la Imputación del Delito”,
Editorial Rodas, Lima-Perú, Edición junio 2005 (2do. Tiraje), p. 62.
58
BACIGALUPO, Enrique, “Manual de Derecho Penal. Parte general”, Temis, Bogotá, 1984, p. 68.
59
WELZEL, Hans, “Derecho Penal Alemán”, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1986, p. 11.
36
conducta es el “todo” del delito y lo que suelen llamarse “elementos del delito”
son características de la conducta requeridas por el Derecho para cotejarla60.
La teoría del delito es, desde luego, la más importante y la más estudiada
en toda la parte general del Derecho penal. La ciencia penal ha desarrollado en
profundidad las diversas cuestiones surgidas por el examen del delito e inclusive,
en perjuicio de otras partes también primordiales como es el caso de la pena.
60
ZAFFARONI, Eugenio, “Tratado de Derecho Penal. Parte General”, t. III, Ediar, Bs. As., 1981. p. 387.
61
PEÑA CABRERA, “Tratado de Derecho Penal. Estudio Pragmático de la Parte General”, Lima, Mayo, 1999,
3ra. ed. corregido, aumentado, Grijley”, p. 275.
37
3.2.4. POLÍTICA CRIMINAL
62
PEÑA-CABRERA FREIRE, “Derecho Penal”, p. 66.
63
Idem.
64
SILVA SANCHEZ, Jesús María, “Estudio de Derecho Penal”, 2000, Grijley, p. 189-192.
38
constituida por un conjunto de principios teóricos que habrían de dotar de una
base racional a la referida praxis de lucha contra el delito; en donde la clave radica
precisamente en determinar qué significa “racional” y cuáles pueden ser los
criterios de racionalidad.
39
3.2.5. EL DELITO
3.2.5.1. INTRODUCCIÓN
65
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 1.
66
Idem.
40
Derecho. Un hecho típico, puede no ser antijurídico, si existe una causa de
justificación que lo permita. Una vez comprobado que el hecho es típico y
antijurídico hay que ver si el autor de ese hecho es o no culpable, es decir si posee
las condiciones mínimas indispensables para atribuirle ese hecho, por ejemplo, si
está sano mentalmente o si conoce la antijuricidad del hecho.
67
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, 4.
68
BACIGALUPO, Enrique, “Principios del Derecho Penal Español” (El hecho punible), t. II, Akal, Madrid,
1985, p. 14.
41
Un concepto de delito como acción u omisión sancionada por la Ley con
una pena o medida de seguridad, es básicamente formal. El Código penal peruano
de 1991 al anotar en el articulo 11 que “son delitos y faltas las acciones u
omisiones culposas o dolosas, penadas por la Ley”, no nos indica las
características específicas de todo delito. Se fija la acción u omisión, las mismas
que pueden sobrevenir bajo la forma de dolo o culpa, como elementos autónomos
y sobre los cuales han de apoyarse los demás elementos conceptuales que
contienen la noción “penadas por la Ley” que implícitamente los alude, como son:
la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad. Cabe anotar que estas
particularidades, si bien específicas, son sólo una parte de las características
comunes a todos los hechos punibles. En el concepto de delito deben estar
presentes todas las características comunes a los delitos en particular69.
69
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 2.
70
Peña-Cabrera Freyre, Ob. Cit. p. 91-92.
71
WELZEL, Hans, citado por MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, 9.
42
Como anota MUÑOZ CONDE, la teoría final de la acción formulada por
WELZEL, surgió para superar la teoría causal de la acción, imperante desde inicios
del siglo XX, y que encontró su máxima expresión en los tratados de VON LISZT y
MEZGER. Para esta teoría, la acción es también conducta humana voluntaria, pero,
a diferencia de la teoría final, la teoría causal prescinde del contenido de la
voluntad, es decir, del fin. Según esta teoría lo importante para establecer el
concepto de la acción es que el sujeto haya actuado voluntariamente. Lo que este
sujeto haya querido (el contenido en su voluntad) es, sin embargo, irrelevante y
sólo interesa en el marco de la culpabilidad. La teoría causal reduce el concepto de
acción a un proceso causal prescindiendo por completo de la vertiente de la
finalidad. Con ello desconoce la realidad de las acciones humanas que no son
simples procesos causales (pues en este caso no se podrían diferenciar de los
fenómenos de la naturaleza) sino procesos causales dirigidos a un fin. Es, pues,
lógico que ese fin sea también tenido en cuenta ya en el momento de establecer el
concepto de acción72.
72
Idem, p. 10.
73
Muñoz Conde, Ob.cit., p. 10
43
La teoría finalista afirma que la acción humana es ejercicio de actividad
final. La acción es, por eso, acontecer final, no sólo causal. El carácter final de la
acción, se basa en que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever dentro
de ciertos límites las consecuencias posibles de su actividad, ponerse, por tanto,
fines diversos y dirigir su actividad, conforme a su plan, a la consecución de estos
fines74. La finalidad es, por ello, “vidente”; la causalidad, “ciega”75.
a) ACCIÓN Y RESULTADO
74
WELZEL, “Derecho Penal”, p. 353.
75
WELZEL, Hans, “El Nuevo Sistema del Derecho Penal. Una Introducción a la Doctrina de la Acción Finalista”,
Ariel, Barcelona, 1964, p. 65.
76
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 17.
44
b) RELACIÓN DE CAUSALIDAD E IMPUTACIÓN OBJETIVA
77
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 18.
45
con la diligencia debida, aunque sea previsible un resultado, se mantiene en el
ámbito de lo permitido jurídicamente y no se plantea problema alguno.
Previsibilidad objetiva y diligencia debida, son, por consiguiente, los 2 criterios
que sirven para precisar cuándo una acción es adecuada para producir un
resultado.
78
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 31-32.
79
MUÑOZ CONDE, Francisco. “Teoría General…”, p. 31.
46
acabo el legislador en el supuesto de hecho de una norma penal. TIPICIDAD es la
cualidad que se atribuye a un comportamiento cuando es subsumible en el
supuesto de hecho de una norma penal80.
80
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 32.
81
Peña-Cabrera, Ob. cit., p. 111.
82
PEÑA CABRERA, Raúl,“Tratado de Derecho Penal,...”, p. 281.
47
decir, si se encuentra o no justificado y finalmente, se verifica si el autor tiene
capacidad de responsabilidad penal.
En síntesis, la acción típica o adecuada a un tipo penal quiere decir que esa
acción es prohibida por la norma. La teoría del tipo penal es un instrumento
conceptual para identificar el comportamiento prohibido. En base a estas
afirmaciones categóricas, el tipo penal es el conjunto de elementos que
caracterizan a un comportamiento contrario a la norma.
a) FUNCIÓN DE GARANTÍA
b) FUNCIÓN INDICIARIA
83
PEÑA-CABRERA, FREYRE, Alonso, ob. cit., p. 112.
48
norma-, material –lesividad que entraña hacia un bien jurídico protegido-, así
como el supuesto conflicto con otro bien jurídico (causas de justificación). En
consecuencia, la tipicidad puede considerarse como presupuesto indiciario de la
antijuricidad, no pudiéndose agotar el análisis en este nivel dogmático, al
concebirse que el injusto penal debe pasar por todos los filtros de la teoría del
delito, función que se deriva de su naturaleza garantista84.
c) FUNCIÓN SISTEMÁTICA
d) FUNCIÓN MOTIVADORA
84
MUÑOZ CONDE, “Teoría General …”, p. 32-34.
85
MUÑOZ CONDE, “Teoría General …”, p. 32-34.
86
Peña-Cabrera, Ob. cit., p. 113.
87
Ibidem.
49
3.2.7.3. CLASIFICACIÓN DE LOS TIPOS:
La conducta deberá ocasionar una lesión al bien jurídico por efecto de una
relación de causalidad entre acción y resultado e imputación objetiva del resultado
con respecto a la acción del agente.
88
PEÑA-CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 116.
89
JESCHECK, “Tratado...”, p. 235.
90
Ibidem.
50
a.b) Tipos de mera actividad:
91
GÓMEZ BENITES, “Teoría jurídica del delito”, p. 167.
92
PEÑA CABRERA, “Tratado…”, p. 287.
93
Idem.
94
PEÑA-CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 116.
51
del agente. No se espera la lesión del bien jurídico para sancionar al infractor. Por
lo general se trata de intereses colectivos95.
95
Idem.
96
JESCHECK, “Tratado...”, p. 238.
97
Ibidem.
98
GÓMEZ BENITES, “Teoría Jurídica del Delito”, p. 169-170.
99
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, 289.
52
jurídico, en su realización típica se afectan otros bienes jurídicos. Ejemplo: delito
de falsedad documental100.
3.2.8.1. INTRODUCCIÓN
Hasta hace poco la dogmática escindía los componentes del delito entre lo
“objetivo y subjetivo”. Así, al tipo y a la antijuricidad les era inherente valorar el
aspecto objetivo, y a la culpabilidad le correspondía valorar lo subjetivo. El
desarrollo epistemológico de la teoría del delito tornó insostenible esta tajante
separación. En algunos tipos delictivos no era posible que el tipo de injusto fuese
extremadamente objetivo, pues la ley ya exigía a nivel típico la concurrencia de
señalados elementos subjetivos, por ejemplo, propósito de lucro –o el propósito de
usar el documento referido en el tipo del artículo 427 del Código Penal peruano-,
ánimo de injuriar, etc.; sin la presencia de éstos, el hecho no resultaba típico. De
otra parte, la culpabilidad, no es una pura relación psíquica entre el autor y el
resultado, pues existen situaciones en que a pesar de concurrir esta relación sin
embargo no se es culpable. Así, un enfermo mental puede cometer un homicidio
intencional y no ser culpable. Obviamente, basta recordar que la acción típica no
es un simple proceso causal. La acción está regida u orientada por la voluntad. Es
por ello que esta voluntad es materia de valoración en el tipo101.
3.2.8.2. EL DOLO
100
Idem.
101
MUÑOZ CONDE, Francisco, “Teoría General...”, p. 60.
53
“El dolo es el conocimiento del hecho que integra el tipo acompañado por
la voluntad de realizarlo o, al menos, por la aceptación de que sobrevenga
el resultado como consecuencia de la actuación voluntaria. El “querer” el
resultado típico, es decir la voluntad, presupone el conocimiento. De ahí
que el dolo se constituye en el elemento principal del tipo subjetivo102.
a) Conocimiento
102
PEÑA CABRERA, Raúl, “Tratado…”, p. 363.
103
PEÑA-CABRERA FREIRE, “Derecho penal...”, p. 178.
104
Idem.
54
“En los elementos descriptivos del tipo no plantea dificultades la
determinación de la clase de conocimiento inherente al dolo. Estos
elementos son esencialmente perceptibles por los sentidos. En los
elementos normativos, en cambio, que requieren para su apreciación la
realización de un tipo de valor o que son sólo susceptible de comprensión
espiritual, no es necesario que el sujeto lleve a cabo una valoración o
succión jurídicamente exacta”105.
Por otra parte, el dolo exige que el conocimiento sea real y actual de la
realización de los elementos normativos y descriptivos del tipo. No basta con que
el conocimiento sea potencial (sólo la posibilidad de conocer). El conocimiento
tiene que ser efectivo, que el sujeto sepa que su conducta causará la lesión de un
bien jurídico. Asimismo, el proceso causal en los delitos de resultado, junto con
los elementos constitutivos de la autoría, y en fin, de los elementos accidentales.
b) Voluntad
105
CEREZO MIR, José, “Curso de Derecho Penal Español”, Parte General, v. I/1 (Introducción. Teoría
Jurídica del Delito), 3ra. reimpresión de la III edición (1985), Tecnos, Madrid 1990, p. 348.
106
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 364.
55
autodeterminarse, dirigirse hacia un fin. No es suficiente el conocimiento de todos
los elementos objetivos del tipo, se requiere, además, realizarlos107.
El autor no busca la realización del tipo, pero sabe y advierte como seguro
que su actuación dará lugar a la realización del delito. El autor en estos casos no
dirige su voluntad a las consecuencias de su acción. Ejemplo: un terrorista coloca
una bomba de suficiente alcance, con el objetivo de matar a un determinado
funcionario, pero sabe que en el lugar trabajan más de 100 empleados; si bien es
cierto que su meta es la de matar al funcionario, conoce perfectamente que
107
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 365.
108
PEÑA-CABRERA, FREYRE, “Derecho penal...”, p. 180.
56
también podría causar la muerte de los demás empleados, es decir acepta este
resultado como consecuencia necesaria y se resigna al mismo109.
c) Dolo eventual
57
cuando no existe conocimiento de que se realiza el aspecto objetivo del tipo, por
lo que la conducta deviene atípica. Así, por ejemplo, si el agente obra con la
convicción de disparar sobre un espantapájaros puesto en el huerto de su casa y
mata a un vecino que se ha disfrazado de tal para jugarle una broma, se presenta
una discordancia entre lo representado y lo realmente ocurrido, pues el autor actúa
con la finalidad de impactar un objeto inanimado, y no al hombre que se pone en
lugar de éste; hay, pues, un error sobre el elemento del tipo objetivo: el objeto de
la acción que al mismo tiempo es el sujeto pasivo, que excluye al dolo de matar, y
por ende, la tipicidad dolosa112.
112
VELÁSQUEZ V. Fernando, “Manual de Derecho Penal”. Parte General, 2da. edición, editorial Temis,
Bogotá-Colombia, 2004, pp. 295-296.
113
PEÑA-CABRERA FREIRE, “Derecho penal...”, p. 185.
58
3.2.9. LA ANTIJURICIDAD
3.2.9.1. INTRODUCCIÓN
114
WELZEL, “Derecho penal”, p. 77.
115
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, pp. 393-394.
59
praxis, el juicio de antijuricidad es conducido a una comprobación negativa de la
antijuricidad misma.
3.2.9.2. CONCEPTO
116
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 65.
117
Ibidem.
60
habla en este caso de antijuricidad material. Antijuricidad formal y material no
son sino aspectos del mismo fenómeno118.
La lesión del bien jurídico es un concepto normativo. Por tal no sólo debe
entenderse la destrucción o daño de un objeto material, sino también las ofensas
inferidas a bienes jurídicos de tipo ideal que no tienen un sustrato material. Tal
lesión es la destrucción de la vida o de una cosa ajena en los delitos de homicidio
y de daños, así como la ofensa al honor en el delito de injurias. Normalmente, la
forma consumada de los tipos delictivos contiene una lesión del bien jurídico
protegido en dicho tipo120.
118
Idem.
119
Idem.
120
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 67.
61
El peligro es un concepto también normativo en la medida en que
descansa en un juicio de probabilidad de que un determinado bien pueda ser
lesionado por el comportamiento realizado, aunque después esa lesión de hecho
no se produzca. El juicio de peligro es, pues, un juicio ex ante, que se emite
situándose al juzgador en el momento en que se realizó la acción. Para establecer
si la acción realizada era peligrosa para un bien jurídico, es decir, si era probable
que produjera su lesión, es preciso que el juzgador conozca la situación de hecho
en la que se realiza la acción que está enjuiciando (conocimiento ontológico) y
sepa además las leyes de la naturaleza y las reglas de experiencia por las que se
puede deducir que esa acción, realizada en esa forma y circunstancias, pueda
producir generalmente la lesión de un bien jurídico (conocimiento nomológico)121.
121
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 68.
122
Idem.
62
la acción (matar, robar) se deriva ya del desvalor del resultado (destrucción de la
vida, lesión de la propiedad). Lógicamente los mandatos “no matar”, “no robar”,
etc., sólo tienen sentido si previamente se reconocen los valores que los
fundamentan: vida, propiedad, etc.
3.2.10. LA CULPABILIDAD124
3.2.10.1. INTRODUCCIÓN
123
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 68-69
124
Cfr. MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, pp. 99-106.
63
categoría cuya función consiste, precisamente, en acoger aquellos elementos que,
sin pertenecer al tipo de injusto, determinan la imposición de una pena.
CULPABILIDAD
64
La culpabilidad supone algo más que la mera posibilidad de actuar de un
modo distinto a como se actuó.
65
haceres posibles; lo importante es que la norma penal le motiva con sus mandatos
y prohibiciones para que se abstenga de realizar uno de esos varios haceres
posibles que es precisamente el que la norma prohíbe con la amenaza de una pena.
A partir de un determinado desarrollo mental y psicológico del individuo, se
espera que éste pueda motivarse por los mandatos normativos. La evolución
cultural y los conocimiento sociológicos, psicológicos y biológicos, han permitido
fijar en la legislación unos criterios para determinar los casos en los que, a partir
de un determinado grado de desarrollo psíquico y cultural, es posible atribuir al
individuo el hecho cometido y hacerle responsable del mismo. El fundamento
común a estos criterios que englobamos en el concepto de culpabilidad se
encuentra, por tanto, en aquellas facultades que permiten al ser humano participar
con sus semejantes, en condiciones de igualdad, en una vida en común pacífica y
justamente organizada. La “motivabilidad”, la capacidad para reaccionar frente a
las exigencia normativas es, según creo, la facultad humana fundamental que,
unida a otras (inteligencia, afectividad, etc.), permite la atribución de una acción a
un sujeto y, en consecuencia, la exigencia de responsabilidad por la acción por él
cometida.
66
b) El conocimiento de la antijuricidad del hecho cometido:
125
VILLAVICENCIO TERREROS., Felipe, “Código Penal Comentado”, 3ra. edición actualizada, Editorial
Grijley, 2001, p. 82.
126
PEÑA CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 333.
67
ciudadanos por los diversos medios de comunicación social existentes: la cultura,
el derecho constitudinario, la religión, la familia, el grupo, etc.127.
127
PEÑA CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 334.
128
HURTADO POZO, “Manual...”, p. 662.
68
casos, el agente, conociendo los hechos, actúa con una representación de su
significación jurídica que contradice129.
129
HURTADO POZO, “Manual...”, p. 663.
130
PEÑA-CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 334-335.
69
El juicio sobre la invencibilidad del error se debe realizar, separándolo en dos
diversos momentos: a) la cuestión de si el autor tuvo razones para suponer la
antijuricidad, y b) si tuvo a su disposición la posibilidad de aclarar la situación
jurídica. En consecuencia, la exclusión de punibilidad se basa en la ausencia de
culpabilidad131.
La moderna teoría del delito nace con Franz VON LISZT bajo la influencia
del modelo positivista de la ciencia. Tras el auge de las ciencias experimentales,
se extendió a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX una actitud de admiración
131
PEÑA-CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 335.
70
por lo científico acompañada de un rechazo de la metafísica. El positivismo
jurídico fue el resultado de esta nueva mentalidad en el ámbito de la doctrina
jurídica. Karl BINDING representó en Alemania una primera versión de esta
corriente, que pretendió cientificidad excluyendo los juicios de valor y limitando
su objeto al Derecho positivo. VON LISZT, por su parte, caracterizó una segunda
versión del positivismo jurídico, que compartió la utilización de un método
descriptivo y clasificatorio que excluía lo filosófico y los juicios de valor, pero
que consideraba la realidad empírica, no jurídica: el positivismo de LISZT fue un
positivismo jurídico con tintes naturalistas132.
132
Vid. MIR PUIG, Santiago. “LÍMITES DEL NORMATIVISMO EN DERECHO PENAL”. En REVISTA
ELECTRÓNICA DE CIENCIA PENAL Y CRIMINOLOGÍA. Nº 7, Diciembre, 2005, pp. 3 y ss.
http://criminet.ugr.es/recpc/07/recpc07-18.pdf
71
penales. Dos han sido los autores que más han contribuido a esta evolución: Claus
ROXIN, primero, y Günther JAKOBS, después. Los dos contrapusieron sus
(distintas) perspectivas normativistas al ontologismo característico del finalismo
de WELZEL. Cuando éste alcanzaba su apogeo en Alemania, ROXIN publicó un
trabajo en que atacó el concepto final de acción por basarse en una óptica
ontologista inadecuada a las necesidades del Derecho y al carácter normativo de
los elementos del concepto de delito. El joven ROXIN se presentó, pues, desde un
principio como defensor de un punto de vista normativista enfrentado al
ontologismo de WELZEL. Por su parte, JAKOBS, aunque más de veinte años más
tarde, presentó también su concepción del Derecho penal como una concepción
normativista diametralmente opuesta al ontologismo finalista de su maestro
WELZEL. Sin embargo, el normativismo de JAKOBS es mucho más radical que el
de ROXIN. Éste admite que el normativismo encuentra un límite en la realidad
empírica, la cual tendría sus propias exigencias y condicionaría las construcciones
jurídicas y las soluciones a que deben conducir. Por otra parte, postula una
dogmática del Derecho penal abierta a principios político-criminales desde las
cuales interpretar las normas jurídico-positivas. JAKOBS, en cambio, contempla el
Derecho como un sistema normativo cerrado, autorreferente, y limita la dogmática
jurídico-penal al análisis normativo funcional del Derecho positivo, con exclusión
de consideraciones empíricas no normativas y de valoraciones externas al sistema
jurídico-positivo.
72
otro requisito. Posteriormente, a partir de 1881133, en el concepto de acción se
incluye la referencia a la voluntariedad.
Vale decir, a manera de síntesis, que la base del sistema fue la acción
entendida como un movimiento corporal, con prescindencia del sentido del
suceso, esto es, sin interesarle el contenido de la voluntad del agente. VON LISZT
completó este concepto de acción agregándole la perceptibilidad de los sentidos,
133
Fecha correspondiente a la primera edición del Tratado de Franz VON LISZT (“Lehrbuch des
Deutschen Stafrechts”).
134
VON LISZT, Franz. “TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE GENERAL”. Trad. de la 20 ed.
alemana por Luis JIMÉNEZ DE ASÚA, t. II. Ed. Reus, Madrid, 1927, p. 298.
73
la modificación en el mundo externo y, además, la relación de causalidad entre
acción y resultado. Todo el sistema está determinado según el dogma causal del
positivismo.
135
VON LISZT, “TRATADO…”, t. II, p. 386.
136
Idem.
74
c) LA REALIDAD EN EL CAUSALISMO NEOCLÁSICO (O NEOKANTIANO).
La idea esencial es que la realidad es algo sin formas. En el sentido de RICKERT137, hay
una transformación metodológica de la realidad en un irreal concepto del mundo y,
específicamente en el Derecho, en un orden práctico de la relación de vida óntica.
137
Es quizás en RICKERT donde la cuestión se hace más nítida. Distingue entre naturaleza y cultura,
pero entendiendo a la naturaleza no como algo corporal o físico, sino en el sentido de legalidad en la
metodología, esto es, de la existencia de las cosas, en cuanto que son determinadas según leyes
universales. Pero queda claro que en esta distinción no existe un dualismo ontológico, ya que se afirma
que la realidad es una sola. Esto significa que no hay dos grupos de objetos escindidos, sino que
algunos objetos de la naturaleza tienen una especial significación, y son los objetos culturales.
138
Se sigue en lo general, para este tema, a PÁRRAGA DE ESPARZA, Marisela, “FUNDAMENTOS DE
LA FILOSOFÍA EN EL NEOKANTISMO DE BAIDEN”. En REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO.
Maracaibo-Venezuela, 1978, Nº 52, p. 19
75
valores tienen validez. Vigencia significa siempre vigencia de valores. El
conocimiento tiene vigencia, no sólo si fácticamente existe, sino si tiene sentido,
es decir, si trae sobre sí el valor.
139
MEZGER, Edmund. “TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE GENERAL”, t. I. Traducción de
Juan RODRÍGUEZ MUÑOZ. Ed. Revista de Derecho Privado, 2da ed., Madrid, 1946, pp. 168-169.
140
RADBRUCH, Gustav. “DER HANDLUNGSBEGRIFF IN SEINER BADEUTUNG FÜR DAS
STRAFRECHTSSYSTEM”, 1904, p. 130; posteriormente, “ZUR SYSTEMATIK DER
VERBRECHENSLEHRE”, I, Tübingen, 1930; citado según LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo, ver
nota 111.
141
MEZGER, “TRATADO...”, t. I, pp. 217-218.
76
formas de aparición de la acción”, dirá Alexander GRAF ZU DOHNA. Él señalaba
que el delito no es acción merced a esas características externas: el movimiento
corporal y el resultado; sino que la acción esencialmente es la realización de la
voluntad. Cuestión distinta es el contenido de la voluntad142.
142
Cfr. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. “DERECHO PENAL, PARTE GENERAL”, t. I. Ed.
Gaceta Jurídica, Lima, Junio, 2004, p. 68
143
MEZGER, Edmund. “DERECHO PENAL, PARTE GENERAL. LIBRO DE ESTUDIO”. Traducción de
de la 6ta ed. alemana por Conrado FINZI. Ed. Cárdenas Editor y Distribuidor, Tijuana, 1985, pp. 188-
190.
144
MEZGER, “DERECHO PENAL...”, p.88.
77
Ya luego, en el iter evolutivo de la concepción normativa de la
culpabilidad, sería James GOLDSCHMIDT145 quien introduciría la necesaria
referencia a la norma, dando un paso importante en la normativización del
concepto de culpabilidad. GOLDSCHMIDT parte de afirmar que la normativización
no se halla en el dolo, en la culpa o en la imputabilidad, y tampoco en la
motivación normal o en las circunstancias concomitantes de las que hacía
mención FRANK, pues todos esos son elementos psíquicos de la culpabilidad. Por
esta razón decía que la característica normativa de la culpabilidad debía ser
siempre una vinculación normativa del hecho psíquico.
145
Vide. GOLDSCHMIDT, James. “LA CONCEPCIÓN NORMATIVA DE LA CULPABILIDAD”. Maestros
del Derecho Penal 7. Traducción de Margarethe de GOLDSCHMIDT / Ricardo NÚÑEZ. Ed. B de f,
Buenos Aires / Montevideo, 2002, pp. 83 y ss.
146
GOLDSCHMIDT, “LA CONCEPCIÓN...”, p. 91.
78
De manera que a la persona se le puede reprochar su conducta cuando se le puede
exigir que se hubiera motivado por la norma de deber y no lo hizo.
En este sentido, WELZEL pretende mostrar que los objetos sobre los que el
Derecho formula sus conceptos son siempre los mismos y que por lo tanto, lo que
para una ciencia es verdadero también lo debe ser para la otra. Lo que sucede es
que no en todas las ciencias el mismo objeto se presenta en su totalidad. Según
WELZEL, sólo existe una única verdad. Por consiguiente, no se puede sostener que
la voluntad, por ejemplo, sea distinta desde la perspectiva de la psicología que
desde la perspectiva de la ética148.
147
Vid. sobre esta apreciación de la concepción de GOLDSCHMIDT, LÓPEZ B., “DERECHO
PENAL...”, p. 333.
148
WELZEL, Hans. “ESTUDIOS DE DERECHO PENAL”. Trad. de Gustavo ABOSO y Tea LÖW. Ed. B
de F, Montevideo / Bs. As., Mayo, 2003, p. 149.
79
de algo amorfo que deba ser determinado, sino que nuestro conocimiento del
objeto es al principio “amorfo” y es el que se debe ir determinando149.
149
WELZEL, “ESTUDIOS...”, p. 151.
150
El planteamiento filosófico de WELZEL sobre su antropología filosófica le viene dado de las ideas
de Arnold GEHLEN. En este sentido, vid. GEHLEN, Arnold. “DER MENSCH”, 1940, 13. ed., citado
según BACIGALUPO S., “LA RESPONSABILIDAD PENAL...”, p. 109.
80
con una consecuencia jurídica que tiene lugar en forma de pena o medida de
seguridad. Por lo tanto, la función del Derecho penal dentro del ordenamiento
social tienen dos aspectos: por un lado, una función ético-social y, por otro lado,
una función preventiva.
81
una concordancia fundada entre el acto y el objeto y, por lo tanto, para la
existencia del conocimiento. En la relación intencional el pensamiento se orienta
en función del suceso y de su estructura151.
82
conocimiento de la causalidad, en cierta medida las consecuencias de sus acciones y
se puede, por lo tanto, poner diferentes objetivos y dirigir sus acciones de forma
planeada a la obtención de los mismos. La voluntad dirigible constituye la espina
dorsal de la acción final. La voluntad es el factor de dirigibilidad que sobredetermina
el suceso real exterior y que lo convierte en una acción determinada por su finalidad.
Sin la existencia de la voluntad se destruye la estructura fundamental de la acción y se
convertiría nuevamente en pura causalidad.
153
Vid., sobre la concepción de la culpabilidad en el modelo finalista: WELZEL, “ESTUDIOS...”, pp.
70-80; él mismo, “EL NUEVO SISTEMA DEL DERECHO PENAL. UNA INTRODUCCIÓN A LA
TEORÍA DE LA ACCIÓN FINALISTA”. Trad. de José CEREZO MIR. Ed. B de F, Montevideo / Bs. As.,
Junio, 2002, pp. 125 y ss.
83
Por lo tanto, el objeto del reproche de culpabilidad se dirige, en primer
lugar, contra la voluntad, dado que la voluntad es lo que le hubiese permitido al
autor conducir su comportamiento de acuerdo a Derecho, y, en segundo lugar,
contra la acción en su conjunto.
84
obligada, es decir, en el ámbito de las normas del ordenamiento jurídico. Por lo
tanto, los actos que se llevan a cabo ya dentro de este plano tienen lugar por el
sentido o por el valor que el hombre les adjudica y no por medio de un proceso
causal.
85
3.2.11.6. EN RESUMEN: LA ACCIÓN ES EL NÚCLEO CENTRAL
154
Peña-Cabrera Freyre, 2005, “Derecho penal peruano”. Rodhas, Lima, p. 81-82.
86
del espíritu, en los valores internos de la persona en forma individual como
realidades absolutas.
3.2.12.1. INTRODUCCIÓN155
155
Cfr. PEÑA-CABRERA FREIRE, “Derecho Penal”, pp. 147-150
87
La teoría de la imputación objetiva surge primeramente como producto
derivado de las discusiones sobre el concepto causal y, por cierto, justamente en
torno a los tipos penales cuyas descripciones de acción sólo se realizan de modo
indirecto, mencionando la causación y un acontecer lesivo. Actualmente la
doctrina es unánime al considerar que no es suficiente un nexo de causalidad entre
una acción y el resultado producido para poder fundamentar la imputación de la
acción precedida, pues, se alza como necesario acudir a conceptos normativos que
se extraigan de la propia naturaleza del derecho penal, que permitan ya en el plano
objetivo, delimitar la parte de la causalidad jurídicamente relevante.
MAYER, así como por HEGLER en los primeros años del siglo XIX, afirmando que
sólo viene a ser imputación aquella conducta que pueda ser atribuida como
propia. Sólo se le puede imputar un resultado a una persona, cuando ésta
constituye su obra, y no aquello que provenga de la casualidad o del destino.
Inmersos en el derecho penal contemporáneo, fue Gimbernat ORDEIG en la
dogmática hispano-parlante quien formuló su concepto de “Reprochabilidad
objetiva”, situando el problema en los términos más consolidados de la actual
imputación objetiva: 1. la exclusión de los resultados imprevisibles ya no pueden
ser objetivamente desvalorados como antijurídicos –aquello que no puede ser
prohibido por nadie-. 2. tampoco son típicas las acciones que aún siendo
peligrosas están cubiertas por el Riesgo Permitido. 3. la inobservancia de la
diligencia debida es un elemento del injusto típico, no sólo de los injustos
imprudentes sino también en los dolosos. 4. además de la infracción del deber de
diligencia y de la causación de un resultado típico, el tipo requiere que el resultado
sea uno de los que la norma quiera evitar: fin de la protección de la norma. En
síntesis, el concepto de Imputación Objetiva se presenta como un instrumento
adecuado para expresar el sentido no naturalístico de la acción, primero, y del
hecho típico después.
88
constituyan verdaderamente su obra y no aquellos que sean producto del destino o
de las fuerzas naturales. La imputación objetiva constituye la base objetivizada
de la teoría general de la imputación; imputación objetiva, referida a la acción
jurídica penalmente relevante como obra del autor, imputación subjetiva referida a
la concurrencia de dolo o culpa en la esfera subjetiva del autor e imputación
individual, es decir, la responsabilidad penal atribuible al autor como reproche por
la producción del conflicto (injusto penal).
3.2.12.2. CONCEPTO
156
REYES ALVARADO, Yesid, “Imputación Objetiva”, Temis, 1994, p. xiii.
89
cuándo una conducta podía ser estimada como la acción de alguien. La
prescindencia de la teoría final del injusto y la adopción de este nuevo sistema
penal postulado por algunos autores, supone entender la imputación objetiva como
una teoría que reemplaza a lo que tradicionalmente ha sido denominado el
concepto jurídico de acción penal, por lo que de ninguna manera puede ser sólo
referida a un resultado, sino a toda la actuación como obra de determinada
persona157.
157
REYES ALVARADO, “Imputación...”, p. 72-73.
90
De un modo más amplio, en la imputación objetiva se determina la
vinculación entre un suceso y un querer, en tanto que la imputación subjetiva se
investiga por el contenido de ese querer158.
158
BACIGALUPO, Enrique, “Imputación Objetiva”, en Revista de Colegio de Abogados Penalista de
Caldas, Manizales, 1992, p. 28.
159
JAKOBS, citado por Alonso PEÑA CABRERA FREYRE, “Derecho Penal…”,p.152.
160
PEÑA-CABRERA FREYRE, “Derecho penal...”, p. 52.
91
3.3. TEORÍA DE LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA
Como anota PEÑA CABRERA, se entiende por fuentes del Derecho penal a los
medios como se establecen las normas jurídicas de carácter penal que conforman el
Derecho penal positivo. Esta expresión comporta una distinción entre la voluntad de la
cual emana el Derecho, llamada fuente de producción y, otra que alude a la norma que
asume esa voluntad denominada fuente formal o de conocimiento. La fuente de
producción del Derecho penal actual es el Estado. En nuestro ordenamiento político, el
artículo 102, inciso 1, de la Constitución así lo confirma, pues la atribución fundamental
del Congreso es “dar leyes y resoluciones legislativas, así como interpretar, modificar y
derogar las existentes” 161.
161
Cfr. PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 194.
162
CASTELLANOS, Fernando, “Lineamientos Elementales del Derecho Penal”, Editorial jurídica mexicana,
México, 1965, p. 99.
92
Solamente la Ley, expresión del poder público, puede crear los delitos y
las penas163. El artículo 2, numeral 24, inciso d), de la Constitución vigente lo
establece al prescribir que “nadie será procesado ni condenado por acto u omisión
que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la Ley de manera
expresa e inequívoca como infracción punible, ni sancionado con pena no prevista
en la Ley”. El Código Penal abona lo mismo en su Título Preliminar, artículo II.
163
PEÑA CABRERA, “Tratado….”, p. 194
164
NÚÑEZ, Ricardo, “Derecho Penal Argentino. Parte General”, t. I, Tipográfica Editorial Argentina, Bs.
As. 1959, p. 108.
93
Esta prohibición de la institución de la analogía no debe confundirse con
aquellas fórmulas singulares de comisión de actos determinados que abarca otros
medios encerrados en una forma genérica. Por ejemplo, el artículo 108, inciso 4,
cuando alude a: “otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de un gran
número de personas”; el artículo 196: “mediante engaño, astucia, ardid y otra
forma fraudulenta”.
3.3.1.2. LA JURISPRUDENCIA
a) CONCEPTO
165
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, , pp. 93-94.
166
BRICE, “Técnica Jurídica de la Jurisprudencia Dogmática”, en Enciclopedia Jurídica Omeba, t. XXVI, Bs.
As., p. 18.
94
para solucionar los conflictos a ellos sometidos, que, se suscitan entre los
individuos o entre éstos y la sociedad. En el lenguaje jurídico puede hablarse de
“una jurisprudencia”, es decir, de una resolución de los Tribunales sobre un caso
determinado o de “La Jurisprudencia” que sería el conjunto de resoluciones de los
Tribunales. Y jurisprudencia en sentido estricto, se refiere más propiamente a las
resoluciones que emite el máximo Tribunal, pero no a las resoluciones de los
Tribunales y Juzgados inferiores a él. Como en el concepto en sentido lato, aquí
también puede hablarse de “una jurisprudencia” o de “la jurisprudencia”167.
167
RUBIO CORREA, Marcial, “El Sistema Jurídico: Introducción al Derecho”, Lima, 1988, pp. 153 y ss.
168
PRADO SALDARRIAGA, Víctor, “Derecho Penal, Jueces y Jurisprudencia. Parte General”, Lima, 1999, p. 18.
169
PRADO, “Derecho Penal...”, p. 19.
95
No toda decisión o fallo judicial puede adquirir o merece tener la
condición de jurisprudencia. Esto es, la Teoría General del Derecho y en no pocas
ocasiones la propia ley, reserva dicho status únicamente a las resoluciones
jurisdiccionales que logran cumplir determinados presupuestos y requisitos. Los
cuales, al concurrir, colocan a las sentencias de una instancia judicial en la calidad
de fallos modelo y de precedente judicial, que en lo sucesivo deberá ser, cuando
menos, evaluado por decisiones jurisdiccionales posteriores. De hecho, los
Tribunales, especialmente los más altos Tribunales, procuran orientarse en gran
medida por tales resoluciones paradigmáticas –por los precedentes-, lo que sirve a
la uniformidad y a la continuidad de la jurisprudencia judicial y, con ello, sobre
todo, a la seguridad jurídica.
b) EFECTOS VINCULANTES
96
lo expresen las mismas, precisando el extremo de su efecto normativo. Cuando la
Sala Penal de la Corte Suprema resuelva apartándose del precedente, debe
expresar los fundamentos de hecho y de derecho que sustentan la sentencia y las
razones por las cuales se aparta del precedente. En ambos casos la sentencia debe
publicarse en el Diario Oficial, y de ser posible, a través del Portal o página web
del Poder Judicial.
3.3.1.3. LA DOCTRINA
97
crítica del sistema penal mismo. Los estudiosos del derecho son auténticos
portavoces de la comunidad, y su actividad está encaminada a mostrar los
desajustes del derecho vigente, que los confronta con la realidad social, siempre
cambiante173.
173
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, p. 95.
174
Idem.
175
ORTECHO VILLENA, Víctor J., “Criterios de Aplicación de las Leyes”, Edit. Libertad E.I.R.L., 1991,
p. 61.
98
3.3.2. LA TEORÍA DE LA NORMA PENAL176
3.3.2.1. NATURALEZA
Según esta elaboración, la norma tiene el carácter de una orden que los
ciudadanos deben obedecer, sin tomar en cuenta la consecuencia jurídica
correspondiente, se trata, en otras palabras, de imperativos –mandatos o
prohibiciones- por medio de los que se expresa la voluntad de la comunidad
organizada –Estado- o del legislador, dirigidos a todos los habitantes, de quienes
se exige un comportamiento ajustado a tales imperativos. En su versión más
originaria, esta postura sostiene que la norma supone la vinculación de dos
voluntades: la del soberano, que impone la norma jurídica; y la del ciudadano,
llamado a cumplirla. Voceros de esta corriente son: A.H. FERNECK, A. THOM, E.
R. BIERLING y J. AUSTIN.
176
Sobre este tema y los aspectos que lo integran, confrontar con VELÁSQUEZ, “Manual…”, pp. 102-
106.
99
actualidad con innumerables cultores en el ámbito del Derecho penal. Según esta
postura, deben distinguirse los conceptos de norma y Ley penal: Las normas son
proposiciones de Derecho que exigen hacer algo: “¡Debes prestar ayuda al
necesitado!”; o prohibiciones de hacer algo “¡No debes matar!”; esto es, se trata
de órdenes o imperativos que pueden estar o no escritos, y son anteriores a la Ley
misma. La ley penal, en cambio, se presenta como una disposición de Derecho
escrito, dirigida al Juez, que lo autoriza para que derive efectos penales de la
transgresión de la norma. De esta manera el delincuente no quebrante la Ley
penal, sino que ajusta su comportamiento a ella infringiendo, realmente, una
norma que prescribe una determinada conducta anterior a la Ley: el delincuente
cumple el supuesto de hecho de la Ley, por tanto no lesiona la Ley penal en forma
alguna.
c) Teoría Dualista
100
norma no aparecen siempre de forma proporcional, pues bien puede suceder que
en unos casos se ponga más énfasis en la afectación al bien jurídico que en la
voluntad que ha guiado la acción; de todas maneras, debe quedar claro, que en un
sentido intrínseco la norma penal se debe entender a partir de las concepciones
mixtas, pero desde un punto de vista sustancial o material, su contenido no puede
ser otro que la protección de bienes jurídicos.
101
3.3.2.2. GÉNESIS DE LA NORMA
102
normas, pues, no son socialmente aceptadas, sino que constituyen instrumentos de
poder en manos del grupo dominante, que ha diseñado un sistema legal de
naturaleza coercitiva.
Así las cosas, en el ámbito penal la regla jurídica surge en torno a los
intereses de determinados grupos de poder, y es producto de un proceso complejo
en el cual participan la mayoría, un grupo homogéneo, o una instancia
institucionalizada, lo que a su vez implica un juego de diferentes fuerzas. Voceros
de esta concepción son W. CHAMBLISS, A. PLATT, H. HAFERKAMP, etc.
177
Sobre este tema ver en VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, “Manual”, pp. 106-107.
103
consecuencia jurídica: “será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
seis ni mayor de veinte años”.
“Los términos praeceptum legis sanctio legis son extraños a la ley penal y
son resultado de una ulterior reflexión del jurista. Su uso no es
recomendable porque induce a pensar que el precepto es una parte de la ley
penal, cuando, en realidad, forma un todo inescindible con su
consecuencia: el precepto carece de valor y sentido sin la sanción, pues la
ley es una unidad. Por esto se prefiere emplear los términos de presupuesto
104
y consecuencia, que mantienen idiomáticamente esa estrecha vinculación
que se da entre los componentes de la Ley”178.
El primero está directamente relacionado con un comportamiento humano,
mientras que el segundo se refiere a la pena o medida que se aplica ante el
incumplimiento de respetar una prohibición.
La ley viene a señalar qué delitos son punibles y cómo han de graduarse
sus penas. La ley, asimismo, da a conocer a la norma que la ha dado origen, pues
aquella señala las condiciones a la violación de la misma. Si antes no se ha dado
existencia la norma jurídico penal, es imposible que el Estado pueda ejercer el ius
puniendi. Las normas deben su existencia a la potestad legislativa del Estado,
quien busca a través de ella la protección de bienes jurídicos.
178
RODRÍGUEZ DEVESA, José / SERRANO GÓMEZ, Alfonso, “Derecho Penal. Parte General”, 17 ed.,
Dikynson, Madrid, 1994, p.185.
179
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 250.
180
ZAFFARONI, Raúl, “Manual de Derecho Penal. Parte General”, Ed. Jurídicas, Lima, 1990, p. 383.
105
distinción adquiere validez en la medida en que se avisare la norma primaria y la
norma secundaria. Efectivamente en el plano enteramente lógico toda ley penal
contiene 2 aspectos:
106
sería motivar a la colectividad para que sus miembros no realicen acciones que
ataquen los bienes jurídicos que se están protegiendo.
3.3.4.1. CONCEPTO
183
JESCHECK, “Tratado”, p. 213 y s.
107
llamada “hermenéutica ontológica” o de la teoría de la argumentación; incluso en el
ámbito penal, se ha formulado una “interpretación orientada hacia las consecuencias”,
de gran acogida entre muchos de los cultores de esta disciplina y que ha dado rentables
dividendos184.
184
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, p. 128.
185
ANTOLISEI, Francesco, “Manual de Derecho Penal. Parte General”, 8va ed. (correg. y act.), Temis, 1988,
p. 57.
186
TAVARES JUARES, Xavier, “Interpretación, Principio de Legalidad y Jurisprudencia”, en Anuario de
Derecho Penal y Ciencias Penales, 1987, Madrid, p. 756.
108
interpretar la ley, por consiguiente no sólo es determinar el sentido de su texto y
contexto, por esa voluntad objetiva que no es, sin embargo la del legislador
histórico.
a) INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA
b) INTERPRETACIÓN DOCTRINAL
109
formación del jurista, y por esto representa en nuestra cultura jurídica el
presupuesto de las otras formas interpretativas”.
c) INTERPRETACIÓN JUDICIAL
Es la llevada a cabo por los órganos jurisdiccionales para aplicar las leyes y
descubrir la verdadera voluntad contenida en ellas, o el significado objetivo del
texto legal; por ello, es válido denominarla como jurisprudencial190.
También se dice que es aquella que realizan los jueces y magistrados ante la
necesidad de aplicar la ley; consiguientemente es la más abundante y pragmática,
y si bien suelen apoyarse en la doctrina, en buena parte tiene que ser producto del
análisis de la norma por aplicarse y del hecho o caso que debe adecuarse a dicha
norma191.
189
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, p. 129.
190
VELÁSQUEZ V. , Ob. cit., p. 130.
191
ORTECHO V., Julio, Ob. cit., p. 61-62.
110
verdadera jurisprudencia y dejen de rendir culto al texto frío de la ley, como es
frecuente cuando se observa un notable atraso de la teoría del derecho penal192.
192
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, p. 130.
193
HURTADO POZO, José, “Propósito de la Interpretación de la Ley Penal”, en Doctrina penal, Bs. As., 1991,
p. 501.
194
ETCHEBERRY, Alfredo, “Derecho Penal. Parte General”, t. I, Jibbs, Santiago de Chile, 1965, p.
111
por ello, tradicionalmente se le ha denominado “literal” o “gramatical”195. Al
efecto, se vale de diversos elementos: el sintáctico, que permite acudir a la
sintaxis o parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para
formar las oraciones y expresar los conceptos; el gramatical propiamente dicho –
como elemento que es, recuérdese, no debe confundirse con el medio, por lo que
no es prudente denominar esta especie como “interpretación gramatical-, que
busca precisar el significado de las palabras contenidas en la norma según el
lenguaje común; el filológico, mediante el cual –gracias a las técnicas ofrecidas
por la filología- se pueden reconstruir los textos legales, fijarles su alcance e
interpretarlos; y, el jurídico-terminológico, que indaga el significado de las
expresiones sin atender a su uso común, sino al lenguaje especial empleado por el
legislador. Esto no significa, sin embargo, que el codificador deba desechar el
lenguaje general, pues el derecho atañe a todos y no puede renunciar a un mínimo
de comprensión al alcance de la generalidad196.
195
VELÁSQUEZ, “Manual...”, p. 130.
196
VELÁSQUEZ, “Manual...”, pp. 130-131.
197
Idem.
112
esclarecer su finalidad. Si ésta es precisada indagando sobre los fines que el
legislador se fijó al momento de dictar la ley, no se hace otra cosa que buscar la
voluntad del legislador, procedimiento que cae en el dominio del método
histórico. Pero cuando se habla del método teleológico, se piensa más bien en la
finalidad actual de la ley o de la disposición legal. Se trata entonces de determinar,
teniendo en cuenta los objetivos del Derecho, qué fines pueden atribuirse
razonablemente a la norma legal. El intérprete puede así encontrar la solución del
caso concreto conforme a la escala de valores consagrada en el orden jurídico. Se
habla en este caso de ratio legis, literalmente razón de ser de la ley198.
198
HURTADO POZO, José, citado por PEÑA CABRERA, “Tratado...”, pp. 204-205.
199
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, pp. 131-132.
200
HURTADO POZO, “Manual ...”, pp. 216-218.
113
logra reconocerlo habrá que preguntar qué fin puede tener razonablemente una
regulación, para lo que habría que tener en cuenta los fines objetivos del Derecho.
Sin embargo, hay que admitir que no siempre se puede establecer sin
equívoco el propósito de una Ley y, en el caso de identificarlo, no proporciona la
única guía de la actividad legislativa. Por esto, es preferible considerar que la
interpretación teleológica consiste en la “integración de una multiplicidad de
valoraciones; y, el propósito de la ley solamente indica una consideración única de
esa multiplicidad”.
201
Citado por HURTADO POZO, en “Manual...”, p. 217.
202
Ejecutoria Suprema del 27 de Noviembre de 1997, Sala Penal, Exp. 4574-96.
203
En Teología, se distingue, de un lado, la exégesis –interpretación estricta y literal del texto bíblico- y
de otro lado, la hermenéutica –búsqueda de la verdad espiritual oculta en el texto-.
114
c) INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA
204
VELÁSQUEZ V., “Manual...”, p. 132.
205
Idem.
206
HURTADO POZO, “Manual...”, pp. 211-213.
115
normativas. Es decir, se trata de adscribir un sentido a la Ley teniendo en
consideración el contexto jurídico de la regla. El primer y fundamental problema
que se presenta es, en efecto, la delimitación de este contexto jurídico que puede
ser circunscrito a las disposiciones cercanas a la regla en cuestión o ampliado a
disposiciones pertenecientes a otros dominios del Derecho y aún a los principios
generales.
El punto de partida del análisis sistemático es, por tanto –anota HURTADO
POZO207 -, la idea de que el sistema jurídico es un todo coherente y que comprende
tanto la ley escrita y la costumbre, como los principios y valores que pueden ser
deducidos de las mismas. El postulado de la plenitud del sistema jurídico
reemplaza al de la plenitud de la ley escrita, de cara a los partidarios del
positivismo formal y de la exégesis. Frente a las lagunas, insuficiencias,
oscuridades de las leyes o de las disposiciones legales, el Juez no puede retardar ni
denegar la administración de justicia, bajo pretexto de defecto o deficiencia en la
Ley (artículo 422 Código penal). Es decir, debe establecer la norma que le permita
resolver el caso sub judice. En estas circunstancias, se comporta como si el
Derecho fuera coherente, completo, carente de ambigüedades, justo y susceptible
de conducir a una sola solución. Atribuyendo al legislador la conclusión que él
escoge como justa para el caso particular, el Juez presenta como compatible con el
conjunto del sistema jurídico. Aún cuando luego deba poner en conocimiento de
la Corte Suprema las insuficiencias para que ejercite su iniciativa legislativa.
207
HURTADO POZO, “Manual...”, pp. 212.
116
3.3.4.2.3. SEGÚN EL RESULTADO:
a) Interpretación declarativa:
Se está ante ella cuando las palabras de la Ley dicen con precisión lo que el
texto quería y debía decir, de modo que el intérprete no puede ni ampliar ni
restringir el alcance de su tenor literal y se debe limitar a resolver las eventuales
dudas que se llegaren a presentar, precisando cuál es la exacta correspondencia
entre el espíritu y la letra de la Ley. A decir verdad, en este caso, el estudioso le
otorga a la Ley un ámbito de aplicación que coincide con el derivado de entender
las palabras según el uso común del lenguaje208.
b) Interpretación restrictiva:
c) Interpretación extensiva:
208
VELÁSQUEZ, “Manual...”, p. 134.
209
Idem.
117
de que no se desborde del “marco literal posible”, sobretodo para corregir
evidentes errores de redacción legales210.
210
VELÁSQUEZ, “Manual...”, p. 135.
211
VELÁSQUEZ, “Manual...”, pp. 136-137.
118
norma legal;...”; así como en su artículo 138, segundo apartado, en cuanto
prescribe que “En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma
constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera...”; también en su
Cuarta Disposición Final y Transitoria, en la que de manera expresa se establece
que la interpretación de las normas relativas a los derechos y a las libertades que
la Constitución reconoce debe efectuarse de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y con los Tratados y Acuerdos Internacionales
sobre la misma materia ratificados por el Perú, en atención además a que en su
artículo 55 prescribe que los Tratados celebrados por el Estado y en vigor forman
parte del Derecho nacional.
119
3.4. EL DELITO DE FALSEDAD DOCUMENTAL O DE
FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS CONFIGURADO EN
EL ARTÍCULO 427 DEL CÓDIGO PENAL PERUANO.
212
ESCRICHE, citado por BRAMONT-ARIAS, Luis A., “Falsedad, en Enciclopedia Jurídica OMEBA”. Tomo
XI, p. 850, Buenos Aires, 1979.
213
BRAMONT ARIAS, , “Falsedad”, p. 849.
214
CARRARA, citado por María Victoria CALLE RODRÍGUEZ, “Falsedades Documentales No Punibles”,
editoriales de Derecho Reunidas, Madrid 1998, p. 22.
215
GROIZARD, citado por MUÑOZ CONDE, “Derecho penal. Parte especial”, Tirant lo Blanch, Valencia,
1999, p. 607-608.
120
una es el género, la otra una de las especies de aquél. Para que la falsificación
resulte, es necesaria la previa existencia de un documento o de un objeto
verdadero, que mediante ciertos procedimientos se altera, y al alterarse se
falsifica. La falsedad indica por el contrario la comisión de un hecho o la
ejecución de un acto, en el que no se expresa la verdad, sino que a sabiendas se
emiten conceptos no verdaderos. La falsedad se comete sin necesidad de la
existencia previa de un objeto, al paso que la falsificación no se produce sin ella.
216
MUÑOZ CONDE, “Derecho penal. Parte especial”, Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, p. 608.
217
PAREDES INFAZÓN, Jelio, “Delitos contra la Fe Pública”; juristas editores, Setiembre del 2001, p. 79.
121
3.4.1.3. FORMAS TÍPICAS DE FALSEDAD.
a) FALSEDAD MATERIAL.
b) FALSEDAD IDEOLÓGICA.
218
REYNERI, Silvio, citado por BRAMONT ARIAS, “Falsedad...”, p. 860.
219
BRAMONT ARIAS, “Falsedad...”, p. 855.
122
En ella nos encontramos con un documento cuya forma es ‘verdadera’, como lo
son también sus otorgantes, pero que contiene declaraciones falsas sobre hechos a
cuya prueba está destinado: en él se hacen aparecer como verdaderos –o reales-
hechos que no han ocurrido, o se hacen aparecer hechos que han sido de un modo
determinado, como si hubiesen ocurrido de otro diferente220.
220
CREUS / BUOMPADRE, “La Falsificación...”, p. 131.
221
PAREDES INFAZÓN, “Delitos...” p. 82.
123
y garantista222. La intervención punitiva sólo puede justificarse social y
políticamente, cuando es la misma sociedad que reclama su intervención ante los
ataques más intolerables que significan una lesividad social intensa. Este es el
límite que debe respetar el legislador al momento de formular las convenciones
penales, el Derecho penal aparecerá así, entre los elementos de que dispone el
Estado para garantizar la continuidad y desarrollo del sistema social, como una
ultima ratio223. Este medio de control social únicamente puede ser utilizado
subsidiariamente, ante la inoperancia de las demás instancias de control extra
penal, siendo que esta esfera cuenta con los medios más aflictivos con los que se
puede gravar al ciudadano.
Ésta “amarga necesidad” que constituye la pena por las consecuencias que
conlleva para el individuo, hace que sólo se recurra a ella como ultima ratio, es
decir, como el último recurso a emplear por no existir otros medios más eficaces.
222
FERRAJOLI, “Derecho y Razón”.
223
SERRANO-PIEDECASAS, citado por PEÑA-CABRERA “Derecho Penal”, p. 78.
224
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 113-114.
124
Pero la intervención punitiva estatal no se realiza frente a toda situación, sino sólo
a hechos que la ley penal ha determinado específicamente (carácter fragmentario)
por lo que la pena constituye un instrumento subsidiario.
225
Cfr. PEÑA CABRERA FREYRE, “Derecho Penal...”, pp. 427-436.
125
tanto, para ROXIN, el lugar sistemático de este elemento es la categoría de la
“Responsabilidad”. En tanto GÜNTHER propone que sea examinado en el seno de
la antijuricidad. Para KRAUSE, las circunstancias que han de añadirse a la acción
que realiza un injusto responsable para que se genere la punibilidad, se denominan
condiciones objetivas de punibilidad. Se haría referencia a un mayor contenido del
desvalor del resultado, producto de una mayor lesividad social, propuesta en el
injusto típico.
“Son aquellas de las que el legislador hacer depender, en una serie de casos,
la efectividad de la pena conminada y que por ser extrínsecas e
independientes del acto punible mismo no han de ser abarcadas por la
culpabilidad del agente”226.
WELZEL, citado por JIMÉNEZ DE ASÚA, enseña que las condiciones objetivas
de punibilidad son características del delito y no del tipo, que el dolo no tiene por
226
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, “Tratado de Derecho Penal”, t. VII,, Losada, Buenos Aires, p. 28, 1970.
126
qué abarcar; que “por regla general los tres elementos del delito: tipicidad,
antijuricidad y culpabilidad, acarrean sin más trámite la punibilidad; sin embargo,
en unos pocos casos ésta depende de ocasionales condiciones ulteriores y ajenas a
los elementos del delito”227.
227
Ibidem, p. 28.
228
Citado por PEÑA-CABRERA FREIRE, en “Derecho Penal...”, p. 433.
127
condiciona la objetiva relevancia punitiva. Al considerar que estos elementos
inciden en el injusto típico, se podría llegar a la conclusión de que en aquellos
delitos –donde no se prevé una condición objetiva de punibilidad- no estaríamos
frente a un verdadero injusto penal, entonces, estos comportamientos típicos no
serían merecedores de pena. Son elementos que condicionan la punibilidad, ajenos
al injusto y a la culpabilidad, pero que por razones de conveniencia política-
criminal o social y en virtud del principio de mínima intervención, el legislador ha
considerado oportuno insertarlos en determinados tipos penales para que el injusto
se haga merecedor de punibilidad, son criterios de selección que tienen por
función cohesionar el Derecho penal con intereses extra penales, restringiendo los
ámbitos de responsabilidad en base a determinados criterios. Como dice ROXIN, se
pone de manifiesto el enlace del Derecho penal con las necesidades del conjunto
de la sociedad en aras de un funcionamiento óptimo del Derecho penal. El
Derecho penal es una esfera jurídica que necesita en su funcionalización
preventiva, de un engranaje con las demás esferas penales; esta integración
funcional se realiza con el fin de que el Derecho punitivo pueda cometer sus fines
en equilibrio con los del sistema social229.
229
PEÑA-CABRERA FREIRE, en “Derecho Penal...”, p. 434.
230
Schmidhäuser, citado por Roxin, “Derecho penal. Fundamentos sobre la estructura del delito”,
Civitas, Madrid, 1997, p. 982.
128
constituyendo verdaderas condiciones objetivas de punibilidad, expresada, en el
primero, cuando el sujeto activo se encuentra incurso en un procedimiento de
insolvencia u otro análogo (art. 209 del Código penal). En cambio, el segundo
también es considerado como una condición objetiva de procedibilidad, es decir,
constituye el condicionamiento de la concurrencia de un requisito –previsto en la
Ley- para que la acción penal sea promovida válidamente. Asimismo, la excusa
absolutoria prevista para los parientes más próximos del sujeto pasivo en
determinados delitos patrimoniales (hurto y daños), obedece estrictamente a
criterios de política familiar, que tiene por finalidad preservar la unidad familiar
como célula básica de la sociedad. En suma, el merecimiento de pena en estos
supuestos se encuentra supeditado a determinadas circunstancias ajenas al injusto
y a la culpabilidad del autor, y en otros el legislador ha considerado conveniente
que se cumplan determinadas formalidades para que la acción penal sea
promovida a través de una determinada formalidad, prevista en el Derecho
positivo, que son de naturaleza procesal. Al respecto reconoce ROXIN que la falta
de necesidad de pena o la prioridad de determinadas finalidades extra penales
pueden plasmarse no sólo en el Derecho material, sino también en el Derecho
procesal, de ahí se deriva la afirmación de que es incorrecta la teoría de la “Doble
Naturaleza”, según la cual determinadas instituciones jurídicas pertenecen, tanto
al Derecho material como al Derecho procesal231.
231
Peña-Cabrera Freyre, Derecho penal, p. 435.
232
Muñoz Conde, Teoría general, p. 32.
129
Los elementos del tipo en particular se pueden agrupar en elementos
descriptivos y elementos normativos, y en elementos objetivos y elementos
subjetivos.
Los elementos normativos, por lo demás, son muy diversos: unas veces
contienen una remisión normativa a otro precepto o sector del ordenamiento (al
estilo de “leyes penales en blanco”), por ejemplo la ajeneidad de la cosa en el
delito de hurto, que remite al concepto civil de ajeneidad; otras veces el elemento
normativo aparece como criterio “cuantitativo” del injusto, en el sentido de que el
233
Cuello Contreras, “El Derecho penal español. Parte general”, Universidad de Extremadura,
1996, p. 435.
234
Citado en ibidem.
235
Cuello Contreras, “El derecho penal español”, p. 436.
130
legislador penal no se conforma con cualquier acto que realice la conducta típica
sino que se limita a los casos especialmente graves; otras veces, en fin, los
elementos normativos se confunden, con los objetivos, como ocurre, por ejemplo,
con los “móviles”, que (aparentemente) según sean altruistas o egoístas atenúan o
agravan la pena.
Todo delito tiene como elemento subjetivo el dolo (sin saber que se está
matando o que se está poniendo en peligro de muerte no hay homicidio, ni doloso
ni imprudente). Junto al dolo, elemento subjetivo de todo delito, el tipo puede
contener elementos subjetivos adicionales como el “ánimo de lucro” en el hurto, o
“con el propósito de utilizar el documento” en la falsedad documental, que, en
realidad, constituye una anticipación de circunstancias que ocurrirán después pero
que, excepcionalmente, no forman parte del tipo, consumado con un acto anterior
que persigue el resultado final que no necesita producirse; se trata, pues de
elementos objetivos, externos, subjetivizados. Las motivaciones subjetivas del
autor, finalmente, pueden aparecer “coloreando” hechos objetivos que, según su
naturaleza, constituirán delitos o actos inocuos o, incluso, exigidos (tocar
determinadas partes del cuerpo humano de otra persona puede constituir una
exploración médica indicada o un delito de abuso sexual, según el propósito que
guíe a su autor).
236
Ibidem.
131
Los tipos delictivos que contienen elementos subjetivos no son susceptibles
de comisión a título de “imprudencia”; así, los delitos contra la propiedad que
exigen ánimo de lucro, sólo se pueden cometer dolosamente.
237
Cuello Contreras, “El derecho penal español”, p. 439.
238
Ibidem.
132
Se explica, así, fácilmente, la regla sobre el error acerca de los denominados
“elementos normativos”: quien se ha representado correctamente las circunstancia
que hacen de, por ejemplo, “un trozo de papel” que prueba algo (una factura), un
documento, se ha representado ese documento del tipo de falsedad, porque ha
identificado a uno de los “individuos” que constituyen el “género” documento
como tal, de forma semejante a como alguien ha realizado un movimiento
correcto de una partida de ajedrez demuestra con ello que conoce el juego de
ajedrez sin necesidad de ulterior y mejor prueba239.
a) CONCEPTO
239
Ibidem.
240
GÓMEZ SÁNCHEZ, TORRE ALVA, Francisco Alberto, “Resoluciones Contradictorias”, en
Actualidad Jurídica, 167, Octubre 2007, Gaceta Jurídica, p. 73.
133
b) IMPLICANCIAS DE LA PROPORCIONALIDAD EN LA TUTELA DE LA
SEGURIDAD JURÍDICA.
LA SEGURIDAD JURÍDICA.
241
Idem, p. 73.
134
A través de este sub principio deberá analizarse ambas resoluciones, a
efectos de determinar si es que el contenido de la resolución que perjudica es
adecuada para la consecución de la seguridad jurídica. Para responder esta
interrogante, debe ponderarse sus efectos y confrontarlos con los de la resolución
que favorece. Este desarrollo se sustentará sobre la base de criterios de
juridicidad, a fin de constatar la legalidad de una de las resoluciones, pues, en
buena cuenta, tan sólo una deberá primar
Para BINDING, bien jurídico es todo estado valorado por el legislador, ínsito
en toda norma jurídica. En su concepción puede observarse que cada norma
jurídica es portadora de su propio bien jurídico, resultando, en consecuencia, que
norma y bien jurídico son conceptos indesligables. La mera desobediencia al
mandato normativo es, a su juicio, señal inequívoca de la lesión del mismo242.
242
BINDING, Karl, citado por PEÑA CABRERA, en “Tratado...”, p. 54.
243
VON LISZT, Franz, “Tratado de Derecho Penal”, t. II, Reus, Madrid, 1927, p. 6.
135
conduce a reconocer, certeramente que el origen de estos bienes se encuentra en
un orden previo al Derecho y al Estado, concretamente en la realidad social, no es
el derecho el que genera el interés, sino la vida. Lo que sucede es que cuando el
Derecho tiene interés en ofrecerle la máxima tutela jurídica a un determinado bien
vital, lo hace por intermedio de sus normas que elevan el concepto a la categoría
de bien jurídico. Le corresponde a la política la tarea de determinar cuáles son
aquellos intereses merecedores de la protección jurídica. El concepto de bien
jurídico sirve, en opinión de LISZT, de límite a la lógica jurídica abstracta
(Derecho)244.
El finalista Hans WELZEL, comprende por bien jurídico todo estado social
deseable que el derecho quiere resguardar de lesiones245. Con lo cual, WELZEL
coloca al bien jurídico mas allá del Derecho y del Estado, aceptando aún más sus
funciones garantistas y dogmáticas.
El bien jurídico, por tanto, se puede definir como todo valor de la vida
humana protegido por el Derecho247. Se entiende que la expresión “valor” no
necesariamente incorpora exclusivamente el componente ético, se incluye también
lo que satisface necesidades corporales o mentales.
244
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 54-55.
245
WELZEL, Hans, “Derecho Penal Alemán. Parte General”, Ed. Jurídica de Chile, Santiago, 1976, p. 15.
246
MEZGER, Edmund, citado por PEÑA CABRERA “Tratado”, p. 61.
247
ROCCO, Arturo, citado por PEÑA CABRERA, “Tratado”, 61.
136
social a los intereses jurídicos prevalentes. En esta primera función, el bien
jurídico se constituye en un límite constrictor de la pretensión represora estatal. El
legislador se encuentra encadenado a sólo extender la protección penal a aquellos
valores indispensables para el desarrollo del individuo en su fase participativa en
la comunidad que pertenece. Esta función criminalizadora se cohesiona con el
principio de subsidiariedad y de mínima intervención del Derecho penal.
Posteriormente, el bien jurídico debe cumplir una doble dimensión: exegética y
sistemática, ya que da contenido a la antijuricidad, de lo cual se deriva su
idoneidad como instrumento interpretativo248. La antijuricidad contiene una
desvaloración formal y una desvaloración material; la primera siempre es
absoluta, mientras que la segunda se gradúa. es decir, la lesividad material o social
implica el grado de afectación al bien jurídico protegido, tal graduación permitirá
al Juzgado determinar el quantum de pena, acorde con la lesión evidenciada en el
interés jurídico tutelado.
248
SERRANO-PIEDECASAS FERNÁNDEZ, citado por PEÑA CABRERA FREYRE, “Derecho Penal”, p. 74.
249
CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis dogmático...”, p. 491.
250
RODRÍGUEZ DEVESA / SERRANO GÓMEZ, “Derecho penal español”, 11 ed., 1988, p. 945.
251
BACIGALUPO, Enrique, “Delito de Falsedad Documental”, Bs. As., 2002, pp.13-14.
137
Así, es de larga tradición, la posición que considera a la fe pública –
originaria en la doctrina italiana- como el objeto de protección penal, que vendría
a entenderse como la amplia confianza que se tiene en el tráfico jurídico y social
documentario. En ello, MANZINI252, sostiene:
252
MANZINI, Vicenzo, citado por CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis dogmático...”, p. 492.
253
GARCÍA CANTIZANO, “Falsedades Documentales”, pp. 21-26.
138
3.4.3.1. CONCEPTO DE DOCUMENTO.
254
MUÑOZ CONDE, Francisco, “Derecho Penal”. Parte Especial, Duodécima edición, Editorial Tirián Lo
Blanch, Valencia 1999, p.624.
255
Artículo 26 del Código Penal Español de 1995.
256
CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis doctrinario...”, p. 495.
139
recojan, contengan o representen algún hecho o una actividad humana o su
resultado”.
De tal modo, en el Código Penal peruano, el término documento del art. 427
es un elemento normativo del tipo, y puede entenderse como todo objeto donde
consta un hecho o narración de los mismos o datos que posean eficacia probatoria
o cualquier otro tipo de relevancia en el tráfico jurídico. BRAMON-ARIAS y
GARCÍA CANTIZANO, se expresan muy similarmente, entendiendo por documento
toda declaración materializada, procedente de una persona que figura como su
autor, cuyo contenido tiene eficacia probatoria en el ámbito del tráfico jurídico257.
257
BRAMONT-ARIAS/ GARCÍA CANTIZANO, “Manual de Derecho Penal”. Parte Especial, San Marcos,
Lima, p. 625.
140
Pero actualmente la doctrina plantea el problema de especificar de qué
pautas se tiene que partir para llegar a un concepto penal de documento válido en
los delitos de falsedades documentales. Aparentemente la Ley penal otorgaría esa
categoría a “todo objeto material, con sentido, que contenga, aunque sea en
apariencia, una relación jurídica o una exposición de actos o hechos, y que pueda
atribuirse a una atribución humana con tal designio” (BAIGÚN y TOZZINI;
1980:102).
141
fiduciario, es la funcionalidad del documento mismo (en sus distintas formas de
aparición en las relaciones jurídicas) el verdadero bien jurídico protegido en estos
delitos258. En este sentido, se manifiesta GARCÍA CANTIZANO259, que destaca estas
tres cualidades básicas en el documento: 1°) ser un medio de perpetuación y
constatación del contenido; 2°) ser un medio de garantía de quien es su autor;
3°) servir, finalmente como un instrumento de prueba de ese contenido.
Esto quiere decir que con ella se puede demostrar una concreta relación
entre una declaración documental y la persona que aparece en el documento como
declarante. El documento anónimo no es, por tanto, como tal, documento a efectos
penales. Es necesario que de algún modo, normalmente mediante la firma o
rúbrica, se pueda atribuir un documento a alguien, aunque ese alguien realmente
no exista, o sea en realidad una persona distinta del que confecciona el
258
MUÑOZ CONDE, “Derecho Penal….”, pp.624-625.
259
GARCÍA CANTIZANO, “Falsedades Documentales”, p.48-85.
142
documento. Esto no quiere decir, que el que confeccione materialmente el
documento y el que lo suscriba tenga que ser siempre el mismo.
“No tiene esta cualidad el documento absolutamente nulo, con nulidad de pleno
derecho, cuando falta alguno de los elementos esenciales para su existencia
jurídica: testamento hológrafo escrito a máquina, o cuando contradice la
disposición legal de interés público conteniendo algún negocio ilícito o inmoral.
Pero debe tenerse en cuenta que este requisito es necesario para atribuir al
documento esta categoría respecto al negocio o acto jurídico que constituye su
contenido, pero es irrelevante para poder considerarlo documento a otros efectos;
por ejemplo, como documento en un proceso”260.
260
MUÑOZ CONDE, “Derecho Penal”, p.628-629.
143
3.4.3.4. CLASES DE DOCUMENTO.
a) DOCUMENTO PÚBLICO.
144
trasmisibles por endoso o al portador, como son los cheques, pagarés, letras de
cambio, etc. Asimismo, se equiparan a documento público, según el art. 433 del
Código Penal, los testamentos hológrafo y cerrado. En realidad, estos documentos
tienen la categoría de privado, pero dada su trascendencia para el tráfico jurídico,
el legislador los asimila en su tratamiento penal a los públicos.
b) DOCUMENTO PRIVADO.
263
MUÑOZ CONDE, “Derecho penal...”, p. 631.
145
oficiales, mercantiles, tienen unos caracteres y notas bastante precisos y
delimitados. No sucede así, con el documento privado en el que su propia
naturaleza residual hace más imprecisos sus contornos. Por lo pronto, la forma de
materialización puede ser mucho más amplia y variada que respecto a los otros
tipos de documentos, ya que la materialización de ideas o declaraciones de
voluntad entre particulares no está sujeta a priori a determinadas formalidades,
como sucede, por ejemplo, con los documentos públicos en los que la forma
escrita es obligada264.
El primer párrafo del artículo 427 del Código Penal, al configurar la primera
hipótesis del delito de falsedad material o de falsificación de documentos,
prescribe:
264
MUÑOZ CONDE, “Derecho penal...”, p. 640.
265
CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis dogmático...”, p. 497.
146
A. LA ACCIÓN O CONDUCTA TÍPICA DEL DELITO DE FALSEDAD
DOCUMENTAl.
Se evidencia del texto del art. 427 del Código Penal, dos grupos de
MODALIDADES TÍPICAS:
266
BACIGALUPO, citado por CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis dogmático...”. 497-498.
267
PEÑA CABRERA, Raúl, “Tratado de Derecho Penal”. Parte Especial, volumen IV, editorial Sagitario,
Lima 1990, p. 351.
147
El crear un documento falso afecta principalmente la función de garantía o
de autenticidad por encima de cualquier otro rol funcional del documento, en el
sentido que se presenta a un autor que no coincide con aquel que efectivamente ha
realizado la declaración documental. No es que este elemento típico vulnere de
manera exclusiva y excluyente la función de garantía, dado que también se afecta
el papel probatorio del documento toda vez que un documento falso será un
instrumento inidóneo para probar una relación o un hecho relevante para el
ordenamiento jurídico, pues se tratará de una prueba falsa y que no presenta
realmente a quien lo ha emitido268.
268
Cfr. CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, p. 142.
269
CREUS /BUOMPADRE, “Falsificación...”, p. 58.
270
CREUS /BUOMPADRE, “Falsificación...”, p. 58.
271
GARCÍA CANTIZANO, “Falsedades Documentales”, p. 315.
148
“Por el hecho de que un documento auténtico relate una mentira, no por
ello se transforma en un documento falso; en este caso lo falso es el hecho
relatado, pero no el documento que es genuino: es el documento de un
mentiroso”272.
272
SOLER, Sebastián, “Derecho Penal Argentino”, Tomo V, Bs. As, 1963, p. 322.
273
VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina, “La Falsedad Documental”: Análisis Jurídico-Penal, Barcelona,
Editorial Cedecs, 1999, p. 466.
274
BACIGALUPO, Enrique, “Delito de Falsedad Documental”, Hammorabi, Buenos Aires-Argentina, 2002,
p.17.
149
que se dice la verdad puede ser falso, el que imita la firma de su deudor real en
una Letra de Cambio por la verdadera cantidad de la deuda comete el delito de
falsedad documental275. Por lo tanto, siguiendo el significado del término en el
diccionario de la Real Academia Española, en el contexto de los delitos
documentales auténtico será un documento mercantil o privado en el que la
persona que asume la declaración contenida en el documento la ha hecho
realmente, independientemente de si lo declarado es o no verdad. Dicho a la
inversa un documento es inauténtico cuando no proviene de la persona que
aparece como su emisor276.
a.2) Por el contrario, son inauténticos los documentos en los que las
manifestaciones en él contenidas no pertenecen al sujeto al que le son imputables
–por ejemplo, la promesa de pago contenida en la Letra de Cambio aparece
falsamente atribuida a un sujeto que no la hizo-278.
275
BACIGALUPO, “Falsedad Documental”, pp. 35-36.
276
BACIGALUPO, “Falsedad Documental”, pp. 34-35.
277
CASTILLO ALVA, “La falsedad documental”, p. 143.
278
BACIGALUPO, “Falsedad Documental”, p. 36.
150
Asimismo, CASTILLO ALVA, anota que: un documento es inauténtico
cuando las manifestaciones o declaraciones que el soporte material contiene no
pertenecen al autor que las ha formulado, pero que a pesar de todo le son
atribuidas. De modo abreviado se puede afirmar que un documento es inauténtico
cuando engaña o miente sobre la identidad del autor de la declaración o existe una
discrepancia entre el autor que configura como autor aparente y el verdadero autor
de la declaración; o la imputación o atribución de la autoría de la declaración es
falsa o mendaz279.
279
CASTILLO ALVA, “La falsedad documental”, p. 144.
280
CREUS / BUOMPADRE, “La Falsificación de Documentos...”, p. 56.
151
quitando a la manifestación el carácter de genuina; y ello solamente se puede
lograr falsificando los signos autentificadores. El que se limita a falsificar el
texto de un documento, altera o falsifica sólo parcialmente, el que falsifica la
imputación de lo declarado, en cambio, lo falsifica todo, porque falsifica lo único
que el documento prueba, esto es, que un sujeto ha hecho cierta manifestación281.
En esta posición para que exista creación de un documento falso no requiere
necesariamente que exista una confección total y absoluta del documento, ya sea
inventándolo o inventando uno existente. Basta que se afecte la función de
autenticidad en el sentido que entre el autor real y el autor aparente a quien se le
imputa la declaración no coincidan para que se afirme la calificación de falsedad
documental.
281
SOLER, “Derecho Penal”, p. 323.
282
CREUS, / BUOMPADRE, “La Falsificación de Documentos...”, p. 57.
283
SOLER, “Derecho Penal”, p. 326.
152
A.2. ADULTERAR UN DOCUMENTO VERDADERO.
284
CREUS / BUOMPADRE, “La Falsificación de Documentos...”, p. 70.
153
adulteración requiere trabajar o dirigir la acción típica en el texto del
documento285.
285
LAGE ANAYA, Justo, citado por CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, p. 155.
286
CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, pp. 156-157.
287
MAGGIORE, Giuseppe, “Derecho Penal” (Traducción de José Ortega Torres), 3ra. edición, Tomo.
III, Temis Bogotá, 1986, p. 572.
154
fotografía de un documento de identidad por otra que no pertenece al portador del
mismo288.
155
documento, es decir, la función de perpetuidad, la de garantía o la
probatoria. La esencialidad se deriva también de la naturaleza del hecho que
materialice: así, por ejemplo, la mayoría o minoría de edad (el tener o no
cumplidos los 18 años) es normalmente importante en relación con un
documento en el que se materializa una disposición de bienes para los que
se requiere ser mayor de edad…”291.
Sólo así queda a buen recaudo el carácter fragmentario del derecho penal, al
mismo tiempo que se neutraliza el abuso por parte del Estado en la Aplicación del
tipo de falsedad documental garantizándose una mayor fluidez, eficiencia y
optimización del tráfico jurídico y comercial292.
De tal modo, el artículo 427 del Código Penal peruano, como hace notar
CASTILLO ALVA, brinda una importante pauta para establecer cuándo nos
encontramos ante un ELEMENTO ESENCIAL DEL DOCUMENTO que en el caso o
supuesto de ser creado (total o parcialmente) o adulterado dará lugar al delito de
falsedad documental material. Ello sucede cuando alude a la posibilidad que la
acción de falsificar pueda crear o dar origen a un derecho o una obligación o
sirva para probar un hecho, circunstancia o relación relevante para el
ordenamiento jurídico. La esencialidad de un documento estará condicionada a
que, como prescribe la ley, la declaración documental dé origen, modifique o
extinga una relación jurídica. De tal manera, que la falsedad documental, ya sea la
creación de un documento falso o la adulteración de un documento verdadero,
para que sea típica deberá recaer en el extremo del documento en donde se crea,
modifica o extingue un acto jurídico. Por ejemplo, esto pasa cuando se añade una
cláusula falsa al contrato que hace nacer un nuevo derecho o se altera o suprime la
disposición contractual en la que se fije una obligación. A contrario sensu,
entonces, se puede entender que cuando la acción típica de la falsedad recae sobre
la parte del documento que no determina el nacimiento, modificación o extinción
291
MUÑOZ CONDE, “Derecho Penal”, p. 700.
292
CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, p. 164.
156
de un derecho no estamos ante la falsificación de un elemento esencial del mismo;
y por tanto dicho comportamiento deberá quedar impune293.
293
CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, p. 169-170.
294
BACIGALUPO, “Delito de Falsedad Documental”, p. 38.
295
CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, p. 171.
296
VILLACAMPA STIARTE, “La Falsedad Documental...”, p. 439.
157
De lo dicho se deduce que lo esencial del documento no viene dado por su
contenido, o por la declaración en sí, sino que depende en última instancia de lo
esencial que el documento, o una de sus partes, pueda revestir para la prueba, no
en el sentido procesal, sino en la acepción amplia de la misma297.
B) EL PERJUICIO.
297
SERRANO GÓMEZ, Alfonso, “Derecho Penal”, Parte Especial, Madrid, Dykinson, 2da. edición, 1997,
p. 656.
298
PEÑA CABRERA, Raúl, 1999, Tratado de Derecho Penal, Edit. Grijley, p. 49.
299
COBO DEL ROSAL, Manuel y VIVES ANTÓN, Tomás Salvador, 1991, Derecho Penal Parte
General, 3ra. edición corregida y actualizada, Tirant Lo blanch, Valencia, p. 54.
300
CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis dogmático...”, p. 500.
158
Tiene que distinguirse el alcance del daño y la visualización del peligro, es decir,
en el desvalor de acción y del resultado se tiene que avizorar la lesión del bien
jurídico. En suma, no basta la pura contradicción entre conducta y norma
prohibitiva, precísase la ofensa. En otras palabras, el comportamiento debe
lesionar o poner en peligro intereses de la colectividad y del individuo.
También PEÑA CABRERA postula que una exacta concepción del injusto se
orienta a la punición estrictamente de las lesiones efectivas, proscribiéndose
categóricamente las tendencias a castigar las ideas, pensamientos y la mera
peligrosidad. La lesividad del bien jurídico está vinculado a la subjetividad o
voluntad del autor302.
301
PEÑA CABRERA, Raúl, “Tratado...”, p. 49.
302
Ibidem.
303
JESCHECK, Hans-Heinrich, “Tratado de Derecho Penal. Parte General”, trad. de José Luis Manzares
Samaniego, 4ta ed., correg. y amp., Comares, Granada, 1993, p. 178.
159
COBO y VIVES, ponen de manifiesto que la relevancia del principio de
ofensividad del bien jurídico y la carga del injusto que se ocasiona se enlaza en
una comprensión general del Derecho como protector de bienes e intereses ya
constituidos, y no precisamente como la construcción de un orden imperativista,
regulador de las conductas individuales. Es obvio, que el fortalecimiento de esta
vinculación en el marco de una concepción liberal del Derecho penal y
significando por supuesto la necesaria y concreta manifestación de la lesividad
que implica el delito, es una garantía de la libertad del individuo frente al poder
represivo del Estado. Solamente así el bien jurídico adquiere gran importancia, al
constituirse en el corazón del delito sienta las bases de una noción material, factor
decisivo en la interpretación, elaboración de la teoría jurídica del delito y,
sobretodo, de los distintos tipos penales en singular304.
304
COBO DEL ROSAL, Manuel / VIVES ANTÓN, Tomás, “Derecho Penal. Parte General”, 3ra ed., Tirant lo
blanch, Valencia, 1991, p. 247.
305
PEÑA CABRERA, “Tratado...”, p. 50.
306
COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, “Derecho Penal...”, ´. 47.
307
GÓMEZ COLOMER, Eusebio. “Tratado...”, p. 132.
160
apreciable (mínima non curat praetor), tanto de carácter material como moral308.
Por lo que se ha postulado procedentemente (CREUS; 2004:71-73) que debe
considerarse que la ley exige que a la eventual lesión abstracta: la funcionalidad
en el tráfico jurídico o la fe pública, se sume el perjuicio a otros bienes jurídicos
de terceros que pueden ser de variada naturaleza309: patrimonial, moral, política.
Al respecto, Carlos CREUS expresa que:
Siendo así que este requisito típico debe interpretarse como si el perjuicio se
refiriera o estuviera enderezado hacia otro bien jurídico distinto al bien jurídico
protegido en la falsedad documental. Dicho perjuicio no es indispensable que sea
un menoscabo estrictamente patrimonial (lo que podrá dar lugar –en caso suceda-
al concurso con un delito de estafa), sino que basta la posibilidad que se pueda
dañar un bien o interés de un tercero, independientemente de la naturaleza o del
orden al que pertenezca311. Puede tratarse de un perjuicio al honor o a la
reputación, como también a un interés moral, político y social312, o también la
308
SOLER, Sebastián. “Derecho Penal argentino”, t. V, Ed. Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires,
1963, p. 335.
309
Cfr. CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, pp. 181-182; CREUS, Carlos, “La Falsificación de
Documentos en General”, Astrea, Bs. As., 2004, p. 71-73
310
CREUS, Carlos / BUOMPADRE, Jorge; “Falsificación de Documentos en General”, Astrea, 4ta. ed., Bs. As.,
2004, p. 75.
311
Cfr. CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, p. 182.
312
Cfr. SOLER, “Derecho Penal”, p. 335; CREUS / BUOMPADRE, “Falsificación...”, p. 81, quien también
considera que “el perjuicio o su peligro puede recaer sobre cualquier bien; no se restringen a los de
carácter propiamente económico, ni siquiera a los de índole material, ni a los de naturaleza privada, se
extienden a los inmateriales, a los públicos; hasta se mencionan como comprendidos la honra y los
intereses políticos y los que puede tener el Estado en el cumplimiento de determinadas actividades o
en la reglamentación para la concesión de ciertas habilitaciones”.
161
administración de justicia (en cuyo caso da lugar a un concurso con el delito de
fraude procesal, como igualmente ocurre frecuentemente). En otras palabras,
como asimismo anota CREUS, la falsedad documental no se castiga por el mismo
hecho de la falsedad, sino porque ella acarrea peligro para bienes jurídicos
distintos de la fe pública313.
FALSEDAD DOCUMENTAL.
“hasta ahora sólo podemos decir que el (perjuicio) en los delitos contra la fe
pública es un elemento esencial para determinar la exclusión, atenuación y
agravación en la imposición de la pena”.
313
CREUS / BUOMPADRE, “Falsificación...”, p. 78.
314
CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, pp. 181, 182; Cfr. CREUS / BUOMPADRE, “La Falsificación
de Documentos”, pp. 71 y 73.
315
CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis Dogmático...”, p. 499.
162
Es importante saber a qué tipo de perjuicio nos referimos cuando nos
encontramos frente al delito de falsedades, es decir, cual es su naturaleza jurídica:
si es una condición objetiva de punibilidad, o si es un elemento del tipo.
316
Idem.
317
PRADO SALDARRIAGA, Víctor, “Todo sobre el Código Penal”, Tomo II, notas y comentarios, Idemsa,
1996, p. 303.
318
BRAMON-ARIAS TORRES, Luis, “Manual de Derecho Penal”, Parte Especial, Editorial San Marcos,
1994, p. 396.
319
CASTILLO ALVA, “La Falsedad documental”, pp. 174-176.
163
La ley cuando alude al perjuicio –continúa anotando CASTILLO ALVA- no lo
hace como si exigiera esta condición de manera efectiva o real, sino potencial.
Sólo cuando se entiende de este modo dicha referencia legal es que se fija
correctamente el aspecto central de la problemática320. La posibilidad del perjuicio
y no del perjuicio realmente producido, da pie a la consumación de este delito,
pero es indispensable que esa posibilidad exista, puesto que en caso contrario se
trataría de una acción que siendo totalmente inocua, no habría por qué reprimir321.
Por su lado, PEÑA-CABRERA señala que en el delito de falsedad material para
alcanzar el momento consumativo, basta que el documento falsario penetre en el
tráfico documental; pero que el legislador ha considerado necesario condicionar
su relevancia penal a que el documento falsario pueda ocasionar efectos lesivos
hacia intereses jurídicos de terceros, con lo que ingresa un elemento de
punibilidad ajeno a su configuración típica que condiciona el merecimiento y la
necesidad de la sanción punitiva322.
320
CASTILLO ALVA, “La falsedad documental”, p. 180.
321
CASTILLO ALVA, “La falsedad documental”, p. 181.
322
PEÑA-CABRERA FREYRE, Alonso. “Derecho Penal Peruano. Teoría general de la imputación del
delito”. Rhodas, 2005, p. 435.
323
JESCHECK, “Tratado...”, p. 763.
324
MUÑOZ CONDE, “Teoría General del Delito”, 2da. edición, Santa Fe de Bogotá, Temis 1999, p. 134.
325
CHOCANO RODRÍGUEZ, Reiner, Ob.cit., p. 501.
164
De tal modo, la naturaleza jurídica del perjuicio es una cuestión que no ha
terminado por aclararse en la doctrina ni jurisprudencia nacional, por la poca
profundidad con la que ha sido abordada326.
326
Idem.
327
Similar en el Derecho Penal Argentino: SOLER, Sebastián, “Derecho Penal Argentino”, T. V, p. 345;
CREUS, Carlos; “La Falsificación de Documentos en General”, p. 71 y 79.
328
CASTILLO ALVA, José Luis, Ob.cit., p. 194-195.
329
REVILLA LLAZA, Percy, “La Actitud para Producir un Perjuicio en el Delito de Falsificación de Documento”,
Actualidad Jurídica, Gaceta Jurídica, T. 133, Diciembre 2004, p. 95.
165
falsedad documental. Agrega el citado autor. No se trata tanto de distinguir lo que
es perjuicio real de lo que es perjuicio posible, sino de precisar este último
concepto, ya que en él radica el límite mínimo de lo típico330.
330
CREUS, Carlos-BUOMPADRE, Jorge Eduardo, Ob.cit., pp. 83-84.
331
Gómez, Eusebio, “Tratado de Derecho penal”, Buenos Aires, pp. 181-182.
332
CASTILLO ALVA, Luis José, Ob.cit., p. 201.
166
inexacto se transforma en exacto solamente cuando es conocida la
inexactitud por el sujeto que emplea el documento”333.
El dolo debe abarcar todos los elementos objetivos del tipo, comprendiendo
la acción típica de falsificación como el crear un documento falso o adulterar uno
verdadero, el perjuicio, y los demás elementos del tipo. Nuestra ley sustantiva
exige expresamente la necesidad que el autor tenga el propósito de utilizar el
documento.
333
SOLER, Sebastián, Ob.cit., p. 346.
334
CASTILLO ALVA, Luis José, Ob.cit., pp. 204-207.
167
parcial de un documento falso, o la adulteración de un documento existente y
genuino. El autor debe conocer plenamente que realiza, hace o confecciona un
documento falso; de tal manera que termina por modificar la imputación de la
autoría de la declaración a un sujeto distinto al que la realizó. En cuanto a la
adulteración o alteración el autor debe conocer que añade o destruye, total o
parcialmente, una declaración por otra modificando los elementos esenciales del
documento. Junto al conocimiento de cualquiera de las acciones típicas de la
falsedad documental es necesario también que el autor conozca que su conducta
produce una apariencia de documento y se encuentra en condiciones de engañar al
tráfico jurídico o a cualquier hombre medio que participe en él.
Por otro lado, resulta necesario que el autor sepa que actúa sobre un
documento público o sobre un documento privado, porque la penalidad que
establece el artículo 427 del Código Penal peruano está en función a la clase de
documento sobre el que actúa el agente, siendo la más grave la que corresponde al
documento público. Por lo cual, no se puede condenar por falsedad material en
documento público cuando el autor creía que el documento sobre el que
desplegaba su conducta era un documento privado. En este caso creemos que muy
bien puede plantearse un error sobre el objeto material de la acción y su clase
respectiva. El dolo, por ello, no basta que se dirija, con conciencia y voluntad,
contra el documento creándolo o adulterándolo, o sepa la idoneidad o aptitud para
engañar el tráfico jurídico y que se conozca la posibilidad del perjuicio. Es
necesario que se identifique la clase de documento sobre el que se actúa o
desarrolla sus efectos la respectiva modalidad de comportamiento.
168
típicas realizadas por el autor no bastan ni son suficientes para colmar la tipicidad
del art. 427 si no se busca emplear el documento, en el tráfico jurídico.
169
El comportamiento, o acción típica, consiste en hacer uso de un documento
falso o falsificado. Por hacer uso de un documento se entiende emplear, utilizar el
documento falso o falsificado como si fuese legítimo, es decir, para los fines que
hubiera servido de ser un documento auténtico o cierto337.
Esta figura es la que muestra la razón de ser de las falsedades. Ellas van a
parar a la determinación de un falso juicio, de manera que el momento decisivo de
este delito es aquél en que la obra del falsificador va a cumplir su función
específica. Ese momento no sólo es distinto desde la fabricación de la falsedad,
sino que puede asumir formas variadas, diferentes e incluso autónomas. La
presente figura se refiere a los casos en que la acción del sujeto consiste única y
exclusivamente en el uso doloso, con prescindencia de la vinculación subjetiva
entre el autor de la falsedad y el autor del uso338.
CASTILLO ALVA considera que se cumple con el requisito típico del uso del
documento falso cuando se lo introduce en el tráfico jurídico; desde que se coloca
o incorpora el documento falso o falsificado al tráfico o al cúmulo de relaciones
sociales, políticas, económicas o jurídicas; para determinar si el documento falso
en realidad se utiliza o emplea, lo decisivo es la penetración o incorporación en el
tráfico jurídico340.
170
presentes en el segundo de los momentos. En este último caso, toda vez que el uso
del documento es una acción unida, lógica y jurídicamente, a la conducta típica de
la falsificación. Por ello, CASTILLO ALVA, agrega que “si el autor de la falsedad es
también quien lo usa, el hecho es uno solo y la pena también: la que corresponde
al falsificador 341.
171
que el documento salga a luz por cualquier circunstancia. En definitiva, esto no es
más que una consecuencia de la necesidad genérica de exteriorización de la
conducta delictiva. ¿Qué delito podría constituir la acción de un sujeto que imita
la firma de otro y luego rompe el papel o lo guarda? Así también, el que ha
falsificado un Pagaré y se lo ha guardado en el bolsillo, no ha consumado todavía
la falsificación. Recuérdese siempre que la falsedad radica en el juicio que el
documento determinará, y por eso debe medirse la consumación de acuerdo con la
posibilidad de que ese juicio se emita tomando en cuenta la falsa prueba343.
343
SOLER, Sebastián, Ob.cit., p. 350.
344
Gómez, Eusebio, 1942, “Tratado de Derecho penal”, Compañía Argentina de editores, Buenos
Aires, p. 139.
345
CREUSS, Ob.cit., p. 96.
172
particular o la autoridad se haya visto obligado o persuadido a usar el instrumento
falso346.
346
CASTILLO ALVA, “Falsedad”, p. 236.
347
CASTILLO ALVA, “Falsedad”, p. 236-237.
348
GÓMEZ, Eusebio. “Tratado de Derecho penal”, t VI, Compañía argentina de editores, Tucumán,
1942, p. 147.
349
Baigún y Tozzini, 1992 “La falsedad documental en la jurisprudencia”, Depalma, Buenos
Aires, p. 297.
173
aquél350. Es decir, el uso del documento siempre viene connotado con el sentido de
uso jurídico, que importe habilitar la causación de sus efectos; así, por ejemplo,
no es un uso jurídico la simple manifestación del tenedor de un documento
privado falsificado de que lo posee, aún expresada a quien puede ser afectado por
él; mientras no lo invoque en la situación y en las condiciones de uso en que el
documento va a producir sus efectos, aquel hecho no configura la falsificación
consumada351.
350
Baigún y Tozzini, 1992 “La falsedad documental en la jurisprudencia”, Depalma, Buenos
Aires, p. 307.
351
Creus, Carlos y Buompadre, Jorge, 2004, “Falsificación de documentos en general”, Astrea,
Buenos Aires, p. 100-101.
174
adecuar su comportamiento a la valoración socio-jurídica que representa el
proceso de tipificación de conductas o criminalización primaria.
Como hace notar José Luis CASTILLO ALVA, en el Derecho Penal es donde
mayor hegemonía y valor cobra la importancia del principio de legalidad. Pues en
352
ROXIN, Claus. “Derecho Penal, Parte General, Tomo I (Fundamentos. La Estructura de la Teoría del Delito)”.
Traducción y notas de Diego Manuel LUZÓN PEÑA-Miguel DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO-Javier DE
VICENTE RENESAL, Madrid, 1997, 5/2, p. 37.
175
él los delitos y las penas sólo se crean o agravan en virtud de una ley previa,
anterior a la comisión del hecho. Está vedada la configuración de los mismos a
través de la costumbre, la analogía u otro procedimiento semejante. Aquí puede
hablarse con énfasis de un exclusivo y único monopolio de la ley en la creación de
delitos y penas. Pero ello no basta: se exige, además, una determinada jerarquía y
nivel de la ley que crea delitos y penas. Se debe tratar de una ley formal expedida
por el parlamento o de una norma que según la Constitución le sea equivalente
(principio de reserva de la ley) 353.
353
CASTILLO ALVA, José Luis “Principios del Derecho Penal Parte General”, Ed. Gaceta Jurídica, Lima-Perú,
Abril 2004, p. 23-24.
354
SALAZAR SÁNCHEZ, Nelson. “El Principio de Legalidad en un Estado Democrático de Derecho”. En
REVISTA PERUANA DE CIENCIAS PENALES, N° 14, Dir. José URQUIZO OLAECHEA, Ed. Idemsa, Julio
2004, pp. 457-458.
176
4.1.2. El texto mismo en el que se formula el principio de legalidad de la
Ley Penal consagra también el PRINCIPIO DE “RESERVA DE LA LEY PENAL”:
“Sólo por ley”: o “…. Que no esté previamente calificado en la ley”, etc. Esto
quiere decir que los delitos solamente deben estar previstos en “leyes”. Solamente
una norma legal emanada del Parlamento tiene la suficiente legitimidad como para
restringir gravemente los derechos individuales de las personas; y de esto se trata
en el caso de las leyes penales. Recién tras una amplia discusión pública,
transparente, entre los representantes del pueblo deberían éstos poder imponer
ejercicio del ius puniendi contra las conductas más graves que atentan contra los
intereses más urgentes de los ciudadanos355.
355
ABANTO VÁSQUEZ, “Principio de Reserva…”, pp. 199 y ss.
356
BERNALES BALLESTEROS, Enrique. “La Constitución de 1993. Análisis Comparado”. 5ta. ed., Ed. Rau,
Lima, 1999, pp. 479 y ss..
357
GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen. “Algunas Consideraciones sobre el Delito de Tráfico de Influencias
al Amparo del Principio de Legalidad en Materia Penal”. En ESTUDIOS PENALES LIBRO HOMENAJE AL
PROFESOR LUIS ALBERTO BRAMONT ARIAS. Ed. San Marcos, Lima, 2003, pp. 552-554.
177
El análisis de la tipicidad será necesariamente uno de los primero aspectos
que habrá de ser analizado por el Juez Penal al momento de la sentencia, por
cuanto la labor de succión que su fallo representa sólo tiene sentido analizando en
primera instancia la correspondencia entre la conducta –probada- que ha realizado
el sujeto y aquélla que define el delito que se le ha imputado a lo largo del
proceso. Sólo después de esta primera calificación, corresponderá analizar la
concurrencia de causas de justificación, a fin de determinar si el hecho es o no
antijurídico, para acabar valorando la capacidad de culpabilidad del sujeto o la
concurrencia de causas que le eximan de responsabilidad penal.
178
los ciudadanos puedan comprender el mensaje de la norma y puedan motivarse de
acuerdo a ella. En otras palabras la Carta Política impone que si el Estado quiere
criminalizar las conductas que son lesivas para él o para la sociedad, dicha
criminalización no debe adolecer de ambigüedades, y por el contrario, debe
estar llena de claridad, certeza y sencillez. De lo manifestado en relación al
principio de taxatividad, se colige que se viola el principio de legalidad, cuando
las conductas que se catalogan como delitos son descritas con imprecisión,
vaguedad o indeterminación.
358
SALAZAR SÁNCHEZ, Nelson. “El Principio de Legalidad…”, pp. 552-561.
179
tendrán en la precisión de los conceptos un límite a su poder discrecional, pues no
podrán incriminar –sin violar la literalidad de la ley- cualquier tipo de conducta.
180
José URQUIZO OLAECHEA359, al ocuparse de este principio, señala,
resumidamente, lo siguiente:
359
URQUIZO OLAECHEA, José. “La Prohibición de Analogía in malam partem en el Derecho Penal”. En
ESTUDIOS PENALES LIBRO HOMENAJE AL PROFESOR LUIS BRAMONT ARIAS. Ed. San Marcos, Lima,
2003, pp. 367-379.
181
delito una conducta que no se encuentra estrictamente prevista como tal en la Ley.
De allí que el peligro, y con ello el fundamento de la prohibición de analogía, se
focalice, por un lado, cuando se busca extender la aplicación de la Ley más allá
del sentido idiomático jurídico (analogía legis), y, por otro lado, cuando se quiere
incriminar conductas que no se encuentran previstas por la Ley utilizando el
recurso de extender la interpretación valorativa-jurídica homologando medios que
el tipo penal no acepta, como si fuera un hecho típico en realidad no regulado
(analogía juris).
El Derecho penal de manera casi unánime distingue entre una analogía que
perjudica al reo (analogía in malam partem) y una analogía que beneficia al
imputado (analogía in bonam partem). Sólo la primera está proscrita del Derecho
penal mientras que la segunda es lícita y por tanto permitida.
182
La analogía in malam partem que perjudica al reo es la que amplia el
alcance de las leyes que crean o agravan delitos, penas, medidas de seguridad u
otras consecuencias accesorias, más allá de los expresamente descritos en la ley o
que fluyen de su sentido literal posible, perjudicando con ello la libertad del reo;
siendo el principal terreno de aplicación de la prohibición de esta analogía la parte
especial del Código Penal en donde se hallan descritos los delitos en particular, y
en el que existe un terreno lábil para que se incorporen nuevos hechos y conductas
que se encuentran más allá del sentido literal posible o en el que por lo menos se
plantea duda o incertidumbre acerca de su extensión.
“Nadie será sancionado por un acto no previsto como delito o falta por la ley
vigente al momento de su comisión, ni sometido a pena o medida de
seguridad que no se encuentren establecidas en ella”
360
URQUIZO OLAECHEA, José., “La Prohibición de Analogía in malam partem…”, p. 370.
183
b) El art. III del Título Preliminar que asimismo que al consagrar el
principio de prohibición de analogía en materia penal, prescribe que:
184
“El que hace uso de un documento falso o falsificado, como si fuese
legítimo, siempre que de su uso pueda resultar algún perjuicio, será
reprimido,...”
361
Párrafo agregado por la Ley 25035, artículo 7, agravando la pena a no mayor de 10 años de
penitenciaría.
362
Lo negreado corresponde al agregado efectuado por la Ley 25035, artículo 7.
185
frase agregada al tercer párrafo por la misma Ley, en alusión a la hipótesis de la
elaboración o adulteración de un documento para ser presentado en un
procedimiento administrativo o judicial, con lo que además se establece que el
delito en esas nuevas hipótesis delito es un delito de peligro, en el cual no se
requiere la producción del perjuicio real o posible, sino que basta la sola
falsificación y uso del documento falso.
d) El art. 245, inciso II, del Código Penal Mexicano (Distrito Federal):
186
pueda resultar perjuicio a la sociedad, al Estado o a un particular, ya sea
en los bienes de éste o ya en su persona, en su honra o en su reputación; y
187
5. HIPÓTESIS.
VARIABLES.
1. VARIABLE INDEPENDIENTE:
188
el perjuicio, está en el defecto de redacción de haber colocado la consecuencia
jurídica: “será reprimido”, en la hipótesis o supuesto de hecho de la norma, antes
de la frase: “si de su uso puede resultar algún perjuicio...”; desplazando así a
este elemento “perjuicio” a la consecuencia jurídica de la norma, cuando en la
estructura de ésta, el perjuicio al estar vinculado al tipo descriptivo tiene que estar
ubicado en la hipótesis de hecho de la norma, enlazado con la acción dolosa del
agente de falsificar o adulterar el documento, porque con ella está vinculado el
perjuicio al ser su resultado.
2. VARIABLES DEPENDIENTES:
JURISPRUDENCIA DISCORDANTES.
189
documento falso en todo o en parte, o ha adulterado uno verdadero, sino que
además es necesario que el documento haya sido usado y causado un perjuicio; lo
que genera la tesis de considerar al perjuicio como un elemento del tipo objetivo.
Produciéndose así la discordancia en los fallos y en la jurisprudencia.
INDICADOR:
INSTRUMENTOS:
190
produce con sólo la confección del documento falso en todo o en parte o la
adulteración de uno verdadero, o con sólo el uso del documento falso o
adulterado; en ambos casos sin necesidad de que el perjuicio se haya producido,
bastando sólo la posibilidad de que ello se produzca; lo que genera la tesis
doctrinal de que el perjuicio es una condición objetiva de punibilidad; y b) por
otro lado, que el delito se produce cuando el agente no sólo ha confeccionado el
documento falso en todo o en parte, o ha adulterado uno verdadero, sino que
además es necesario que el documento haya sido usado y causado un perjuicio; lo
que genera la tesis de considerar al perjuicio como un elemento del tipo objetivo.
Produciéndose así la discordancia de los criterios en la doctrina nacional.
INDICADOR:
INSTRUMENTOS:
191
- “La Aptitud para producir un perjuicio en el delito de falsificación de
documentos”, por Percy Revilla Llaza, en actualidad jurídica, tomo 133,
Diciembre 2004, Gaceta Jurídica, página 95.
* Publicaciones en INTERNET
192
C) COLISIÓN DEL TIPO LEGAL Y SUS INTERPRETACIONES DEFICIENTES
INDICADOR:
INSTRUMENTOS:
193
6. OBJETIVOS.
6.2.1. Demostrar que la proposición ambigua del tipo penal del artículo 427 del
Código penal peruano de 1991, en relación al perjuicio, en los delitos de falsedad
documental, y su interpretación teórica deficiente por la jurisprudencia nacional y los
teóricos nacionales del Derecho penal, generan fallos y criterios doctrinarios
discordantes.
6.2.4. Demostrar, que al ser el perjuicio un elemento del tipo objetivo en los delitos de
falsificación de documentos como resultado de la acción dolosa del sujeto activo, en la
elaboración, adulteración, o uso del documento falso, entonces ello permite establecer
que los delitos de falsificación de documentos son delitos de lesión o resultado y no
delitos de peligro.
194
II. MATERIAL Y MÉTODOS
1. MATERIAL DE ESTUDIO:
1.2. MUESTRA.
195
c) Igualmente, por el criterio doctrinal también seleccionado y
probabilística aleatoriamente, de ocho teóricos del Derecho penal nacional y ocho
extranjeros sobre el mismo problema de investigación, en publicaciones
efectuadas en materia penal.
196
b.2) Sentencias de las Salas penales de la Corte Suprema, emitidas vía
Recurso de Nulidad.
197
establecer que el perjuicio es un elemento objetivo del tipo, y no una condición
objetiva de punibilidad.
2. TIPO DE INVESTIGACIÓN:
3. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN:
X Y
Donde:
198
4. DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.
5. MÉTODOS Y TÉCNICAS
5.1. MÉTODOS
199
del tipo penal en el art. 427 del Código Penal peruano, sobre la naturaleza jurídica
del perjuicio en los delitos de falsedad documental.
200
Siendo esos los pasos dados del método dogmático utilizado en esta
investigación.
201
5.2. TÉCNICAS:
202
III. RESULTADOS
203
deficientes y discordantes sobre el perjuicio están incluidas en la Tabla 6. Se
describe cuáles son las consecuencias específicas negativas.
204
jurisprudencia y en la doctrina, ya que unos consideran que el perjuicio en los
delitos de falseada documental es una condición objetiva de punibilidad y otros que
es un elemento del tipo objetivo.
PROPOSICIÓN AMBIGUA DEL TIPO PENAL DEL ART. 427 DEL CÓDIGO
PENAL PERUANO DE 1991 SOBRE EL PERJUICIO
205
Tabla N° 2. Resultados de la interpretación teórica deficiente,
jurisprudencial y doctrinal sobre el perjuicio, en la postura de ser éste una
condición objetiva de punibilidad.
EN RELACIÓN A LA PRIMERA
HIPÓTESIS DEL ARTÍCULO 427
EN RELACIÓN A LA SEGUNDA
HIPÓTESIS DEL ARTÍCULO 427
206
Tabla N° 3. Resultados de la interpretación teórica deficiente,
jurisprudencial y doctrinal sobre el perjuicio, en la postura de ser éste un
elemento del tipo objetivo.
EN RELACIÓN A LA PRIMERA
HIPÓTESIS DEL ARTÍCULO 427
EN RELACIÓN A LA SEGUNDA
HIPÓTESIS DEL ARTÍCULO 427
207
Tabla N° 4. Consecuencias negativas de índole jurisdiccional que genera la
interpretación deficiente sobre el perjuicio.
En unos casos, al adoptarse el criterio de que el perjuicio es un elemento del tipo objetivo, el
cual debe darse con el uso del documento falso y no tan solo con la mera falsificación, y que al
no comprobarse tal elemento, se emiten sentencias absolutorias.
En otros casos, al considerar al perjuicio como condición objetiva de punibilidad, y por tanto sin
que aquél se haya producido, bastando sólo la falsificación del documento o el uso del mismo, se
emite sentencia condenatoria. Lo que contraría severamente con el criterio de los casos anteriores.
208
Tabla N° 5. Consecuencias negativas de índole doctrinal que genera la
interpretación deficiente sobre el perjuicio.
209
Tabla N° 6. Consecuencias negativas de la colisión con el criterio de
seguridad jurídica, de la proposición ambigua del tipo penal y de las
interpretaciones deficientes sobre el perjuicio.
210
Tabla N° 7. Resultados del análisis de la estructura lógica del artículo 427 del
Código Penal peruano, que establece que el perjuicio es un elemento objetivo
del tipo y no una condición objetiva de punibilidad.
211
Tabla N° 8. Resultados del análisis de la postura que considera al perjuicio
como una condición objetiva de punibilidad, en cuanto también considera
que los delitos de falsedad documental son delitos de peligro.
CRITERIOS EN RELACIÓN A LA
FALSEDAD MATERIAL:
PRIMER PÁRRAFO DEL
ARTÍCULO 427.
CRITERIOS EN RELACIÓN A LA
FALSEDAD DE USO:
SEGUNDO PÁRRAFO DEL
ARTÍCULO 427.
212
Tabla N° 9. Resultados del análisis de la postura que considera al perjuicio
como un elemento del tipo objetivo, en cuanto también establece que los
delitos de falsedad documental son delitos de lesión y no de peligro.
213
Tabla N° 10. EJECUTORIAS SUPREMAS QUE ESTABLECEN QUE EL PERJUICIO ES
ELEMENTO DEL TIPO.
214
Tabla N° 11. EJECUTORIAS SUPREMAS QUE CONSIDERAN QUE EL PERJUICIO ES
UNA CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD.
* En la teoría del delito, la antijuricidad es un elemento categorial del delito; por lo que al
considerar esta ejecutoria suprema que “el presupuesto faltante para que se configure la
antijuricidad es el perjuicio que se causa con la utilización del documento en cuestión”,
con ello establece que el perjuicio está incluido en la tipicidad como elemento del tipo del
delito de falsedad documental; del que se señala no haberse producido. Sin embargo,,
luego añade que “es inexistente la condición objetiva de punibilidad atribuida al
encausado…”. Con lo que confunde lo que es un elemento del tipo con la condición
objetiva de punibilidad. El perjuicio no puede ser a la vez elemento del tipo y condición
objetiva de punibilidad, conforme se esclarece en la Discusión de Resultados.
215
Tabla N° 12. EJECUTORIAS SUPERIORES QUE INTERPRETANDO EL ARTÍCULO
427 DEL CÓDIGO PENAL ESTABLECEN QUE EL PERJUICIO ES ELEMENTO DEL
TIPO.
216
Tabla N° 13. EJECUTORIAS SUPERIORES QUE INTERPRETANDO EL ARTÍCULO
427 DEL CÓDIGO PENAL CONSIDERAN QUE EL PERJUICIO ES UNA CONDICIÓN
OBJETIVA DE PUNIBILIDAD.
217
IV. DISCUSIÓN DE RESULTADOS.
ARTÍCULO 427 DEL CÓDIGO PENAL PERUANO VIGENTE DE 1991, SOBRE EL PERJUICIO
Por lo cual también CASTILLO ALVA, señala que ello se puede explicar en
base a la interpretación literal (desafortunada) de la letra de la ley, y que “sólo la
comprensión de la frase de ‘si de su uso puede resultar algún perjuicio’, luego
de la referencia a ‘será reprimido’, como si se vinculara el perjuicio con la
penalidad (que abriría las puertas a la consideración de una condición objetiva de
punibilidad) puede explicar un planteamiento de esta clase” (2001: 201)
218
IV.1.2. SOBRE LA INTERPRETACIÓN JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINAL DEFICIENTE
219
“básico”, “control”, y otras) 363. Razonamiento que no puede ser aplicado al tema
de esta investigación, que está vinculado a términos o palabras de la lengua
española, como son “perjuicio” y “ambigüedad”, por lo que es de rigor empezar
con una interpretación gramatical o semántica.
363
ETCHEBERRY, Alfredo, “Derecho Penal. Parte General”, t. I, Jibbs, Santiago de Chile, 1965, p.
220
positivo, a no dudarlo, existe un orden y un sistema, ninguna disposición vive
aisladamente, sino conectada a las otras (VELÁSQUEZ; 2004: 132). Por eso es de tanta
trascendencia armonizar el derecho vigente, tratando de deducir el sentido de la
ley de la situación en que se encuentra el precepto que se interprete dentro del
respectivo contexto364. Ahora bien, en torno a la segunda, cabe recordar que los
estudiosos del Derecho penal suelen elaborar sus propias construcciones
diferentes de las del legislador (teorías del dolo, del error, etc.) y a partir de ellas
se suelen resolver múltiples problemas que la aplicación del Derecho penal
presenta en la práctica y que posibilitan desde luego, jalonar las actividades de la
jurisprudencia y doctrina. En este sentido, pues, se refiere a la sistematización
como segundo paso del método dogmático365.
364
VELÁSQUEZ V. Fernando, Ob.cit., p. 132.
365
Idem.
221
documental, aunque está propuesto ambiguamente en la estructura de esta norma,
por haber sido ubicado en la consecuencia jurídica, lo que, con una interpretación
incorrecta, da lugar a que el perjuicio sea interpretado como condición objetiva de
punibilidad.
222
modo, la acción entra al tipo con su finalidad. Es así, que el tipo objetivo abarca el
resultado perjuicio en el delito de falsedad documental.
Siendo la acción todo comportamiento dependiente de la voluntad humana,
y que la voluntad implica siempre una finalidad, no se concibe un acto de la
voluntad que no vaya dirigido a un fin. El contenido de la voluntad es siempre
algo que se quiere alcanzar, es decir, un fin. De ahí que la acción humana regida
por la voluntad sea siempre una acción final. Una acción dirigida a la consecución
de un fin.
223
7. La ambigüedad del tipo penal del artículo 427, igualmente
transgrede el principio de taxatividad. La Constitución peruana, a través de este
principio, exige que las normas (leyes) creadoras de delitos y penas sean claras, de
tal manera que los ciudadanos puedan comprender el mensaje de la norma y
puedan motivarse de acuerdo a ella. En otras palabras la Carta Política señala: 1°)
si el Estado quiere criminalizar las conductas que son lesivas para él o para la
sociedad, dicha criminalización no debe adolecer de ambigüedades, y por el
contrario, debe estar llena de claridad, certeza y sencillez; 2°) las sanciones
diseñadas para las conductas que son clasificadas como delitos deben estar
consagradas en forma indubitable en el Código Penal, lo cual significa que el
legislador está obligado a establecer con nitidez no solamente el quantum de la
pena, sino también la clase de ésta.
224
generan desconcierto entre los “justiciables”, los abogados defensores en lo penal,
profesores de Derecho penal y estudiantes de Derecho; d) asimismo, en el ámbito
jurisdiccional, en la postura de considerar al perjuicio como condición objetiva de
punibilidad, se desemboca en fallos que condenan sin que se haya producido ningún
daño al bien jurídico tutelado. Lo que determina que de tal modo, la doctrina que
inspira a la Ley y a la jurisprudencia no funcione para el esclarecimiento y solución del
problema; que tampoco funcione la jurisprudencia como intérprete de la ley; y, por
consiguiente, que tampoco funcione ésta para una cabal realización de la justicia penal.
Teniéndose que ante la proposición ambigua del tipo penal en el art. 427 del
Código Penal, sobre el perjuicio, la discordancia de criterios de índole jurisdiccional se
agrava y es más clamoroso, cuando la disparidad se da en una misma Sala
Penal Suprema, más aún integrada por los mismos magistrados, al
considerar al perjuicio, en un caso, como elemento del tipo, y en otro caso,
como condición objetiva de punibilidad, como lo podemos constatar en las
siguientes EJECUTORIAS SUPREMAS de la Primera Sala Penal Suprema
Transitoria de la Corte Suprema (enunciadas en el punto 2.1.3 de los
Antecedentes y comprendidas en las Tablas 4, 10 y 11 de los Resultados de esta
investigación):
366
ÁVALOS RODRÍGUEZ, Constante / ROBLES BRICEÑO, Mery. “Modernas Tendencias Dogmáticas en la
Jurisprudencia de la Corte Suprema”. Gaceta Jurídica, Julio, 2005. p. 310.
367
ÁVALOS RODRÍGUEZ / ROBLES BRICEÑO, “Modernas Tendencias...”, p. 309.
225
discordante, considera al perjuicio como una condición objetiva de punibilidad,
al establecer en su TERCER CONSIDERANDO que:
9. Siendo que ante la proposición ambigua del tipo penal del artículo
427 del Código Penal peruano, y la discordancia de criterios en su interpretación
sobre la naturaleza jurídica del perjuicio, establecidas en las Tablas 1 á 3 de los
Resultados, que genera consecuencias negativas, igualmente establecidas en las
Tablas 4, 5 y 6, materia de esta discusión, en el ámbito jurisdiccional no se ha
intentado aún una solución inmediata con jurisprudencia vinculante, para unificar
criterios, en el sentido más conveniente a la cabal realización de la justicia penal,
que debe ser en el sentido que el perjuicio es un elemento del tipo objetivo en los
delitos de falsedad documental; de obligatorio cumplimiento en todas las
instancias, conforme a lo prescrito por los artículos 22 y 116 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial, respecto a la publicación por las Salas Especializadas de la
Corte Suprema de Ejecutorias que fijen principios jurisprudenciales, y la
realización de Plenos Jurisdiccionales de los integrantes de las Salas
Especializadas, a fin de concordar jurisprudencia de su especialidad.
226
10. Asimismo, en la doctrina nacional el único autor que, al enfocar el
problema, ha llegado a proponer una solución de orden legal con la modificatoria
del artículo 427 del Código Penal, es CASTILLO ALVA (2001:179), al expresar:
“Desde un punto de vista político criminal tal vez el mejor camino sea el
promover en el futuro una reforma legislativa en los delitos de falsedad
documental buscando a toda costa que el momento consumativo del delito
quede fijado en el uso del documento con su respectivo ingreso al tráfico
jurídico, tal como lo viene exigiendo la doctrina. No sería necesario, empero
exigir la producción de un perjuicio real”.
Pero a diferencia del precitado autor, quien con ello postula una
modificatoria de la norma en el sentido de que el delito se consuma con el uso del
documento, con prescindencia de que si ese uso ocasione perjuicio o no, la
presente Tesis doctoral desde ya, postula la modificatoria para que se establezca
claramente en la norma, al perjuicio como elemento del tipo, por lo cual para la
consumación del delito de falsificación de documentos debe producirse el
perjuicio con el uso del documento falso, conforme a las razones que se expone
más adelante, en la discusión de los resultados de las Tablas 2, 3 y 7.
227
naturaleza jurídica del perjuicio, y, en consecuencia, la punibilidad de la conducta
falsaria.
En la postura contraria, SOLER (1963: 346-347) critica que los que conciben
el perjuicio como una condición objetiva de punibilidad, necesariamente
construyen la teoría del dolo prescindiendo de toda referencia intelectual o
volitiva a ese perjuicio posible, dándose por satisfechos con la existencia de la
mera relación causal, que en ese supuesto, el dolo consiste en la voluntad de
228
hacer el documento que se sabe falso; en la voluntad de alterar, tornando falso el
documento que se sabe verdadero; en la voluntad de suprimir, de usar, etc.; y
que subjetivamente, con ello el delito es perfecto; solamente que su punibilidad
depende de que ese documento, objetivamente, determine una situación de peligro
para un bien jurídicamente protegido. Es indiferente, sin embargo, la actitud del
autor con respecto a esa posibilidad.
229
En esta postura, la interpretación correcta de la ley debe enfatizar en el
hecho que no basta con la conciencia y voluntad dirigida a falsificar un
documento, sino que es necesario configurar objetiva y subjetivamente un
determinado resultado y que nuestra ley alude empleando la terminología de la
posibilidad de causar un perjuicio.
Sin embargo, ahí no queda la cuestión, sino que también se considera, que
en la estructura actual del artículo 427, la expresión “será reprimido, si de su uso
puede resultar algún perjuicio”, nos está indicando con el verbo “puede” –
término facultativo- que las condiciones objetivas de punibilidad están en manos
del juzgador, en cuanto éste pueda tomar la decisión de sancionar o no la conducta
del delito consumado (con el sólo confeccionar en todo o en parte el documento
368
Prado Saldarriaga, Víctor. Todo sobre el Código Penal. T. I., Idemsa, 1996, p. 303.
369
Chocano Rodríguez, Reiner. Análisis Dogmático de la Falsedad Documental del artículo 427 del
Código Penal peruano. En Revista Peruana de Doctrina & Jurisprudencia Penal. T. 1. Grijley, 2000, p.
501.
370
Paredes Infazón, Jelio. Delitos contra la fe pública. Jurista Editores, 201, p. 117.
371
CHOCANO RODRÍGUEZ, “Análisis Doctrinario...”, p. 503.
230
falso, o adulterar el verdadero, o sólo usar el documento falso o falsificado), según
la valoración que del caso en concreto realice. Asimismo se considera que: Es
totalmente ajustado a Ley que muchos delitos de falsificación queden atenuados
en su pena, al no haber resultado perjuicio alguno, pero que de ningún modo
significa que el delito no se haya consumado372.
231
art. 427, sino que se relacionaría con la Exposición de Motivos del Código Penal
italiano de 1930 que llegó a considerar que “el daño constituye una condición
objetiva de punibilidad de modo que no se requiere que se encuentre
comprendido en la representación psíquica del agente”. Ya que ROCCO en los
trabajos preparatorios del mismo Código había señalado que: El elemento del
daño público o privado es meramente objetivo, es una condición objetiva de
punibilidad y, por tanto, no ha de ser explícitamente conocido y querido, pues
bastan el conocimiento y la voluntad de formar un acto falso o adulterar uno
auténtico374. Y entonces, resulta que aquel criterio, ha sido adoptado por una
asimilación mecánica de cultura jurídica tradicional, y en el caso peruano,
asociada a la ambigua redacción de la norma, el artículo 427, sobre el elemento
perjuicio, adopción hecha tanto en la doctrina como en la jurisprudencia
nacionales.
374
Citado por CASTILLO ALVA, en “La Falsedad Documental”, p. 199.
375
SOLER, “Derecho Penal”, p. 345.
376
CREUS, “La Falsificación”, pp. 95.
377
Cfr. MAGGIORE, Giuseppe, “Derecho Penal”, t. III, traducción de José Ortega Torres, Temis, Bogotá,
1986, p. 562, n. 46, quien recoge atendibles argumentos críticos contra esta posición.
378
CASTILLO ALVA, “La Falsedad Documental”, pp. 193-194.
232
objetiva379; pero posteriormente este autor coincidió con Sebastián SOLER: que el
perjuicio no es condición objetiva de punibilidad.
379
Vid. BRAMONT ARIAS, Luis, “Voz: Falsedad Material”, en Enciclopedia Jurídica Omeba, p. 861. Sin
embargo, luego coincide con los planteamientos de Sebastián Soler que rechaza la consideración del
perjuicio como condición objetiva de punibilidad.
380
“Jurisprudencia Penal”, t. II, Normas Legales, Trujillo, Octubre, 2005, p. 219.
233
perjuicio está incluido en la tipicidad como elemento del tipo del delito de
falsedad documental; del que se señala que en el caso no se ha producido. Sin
embargo, luego acota –refiriéndose al perjuicio- que “es inexistente la condición
objetiva de punibilidad atribuida al encausado...”. Con lo que la Ejecutoria
confunde lo que es un elemento del tipo con la condición objetiva de punibilidad.
El perjuicio no puede ser a la vez elemento del tipo y condición objetiva de
punibilidad, ya que ésta como circunstancia externa a la configuración del delito
es ajena a los elementos objetivos y subjetivos del tipo.
381
CHOCANO RODRÍGUEZ, Análisis dogmático de la falsedad documental, p. 501.
382
ROJAS VARGAS / INFANTES VARGAS, “Código penal...”, pp. 670-671.
234
A esta ejecutoria corresponde el mismo comentario de la precitada
Ejecutoria Suprema de la Primera Sala Penal Transitoria, del 1 de Octubre de
2004, en el Recurso de Nulidad 027-2004.
235
constituye un momento complementario y no distinto a la realización de la acción
típica de hacer un documento falso o adulterar uno verdadero. Sólo para el que lo
usa, sin ser el autor de la falsificación o sin haber participado en ella, el uso es
autónomo, pero vinculado a la falsificación. Si el autor de la falsedad es también
quien usa el documento, el hecho es uno solo y la pena también: la que
corresponde al falsificador.
236
También precisa CUELLO CALÓN (1981: 636-637), aquellas si bien se encuentran
en relación directa con el hecho, sin embargo son circunstancias ajenas o
exteriores al delito, e independientes de la voluntad (dolo) del agente, y por tanto
no pertenecen al tipo del injusto ni a la culpabilidad. Es decir, como igualmente
acota URTECHO NAVARRO (2004: 210): “Las condiciones objetivas de punibilidad,
son aquellas circunstancias que no perteneciendo ni a la tipicidad, ni al injusto
penal, ni a la culpabilidad, se encuentran estrechamente ligadas al hecho punible,
y a la vez son ajenas a éste en tanto no corresponden al desvalor original que
conlleva, fundamentando su existencia en tanto permitirán que el hecho punible
obtenga la penalidad…”.
237
culpabilidad;…”. Con lo cual, no sólo está plenamente de acuerdo el presente
trabajo, sino que es la tesis que se postula (Tabla N° 7), conforme a la
fundamentación que se formula más adelante.
383
Muñoz Conde, “Teoría general del delito”, p 66.
384
SOLER Sebastián, Ob.cit., p. 350.
238
proceso al que se hace alusión en el punto 2.3.a) de los Antecedentes y en la Tabla
13 de los Resultados de esta investigación.
239
JIMÉNEZ DE ASÚA, quien fuera el más eminente penalista hispanoamericano,
ponen en claro que las “condiciones objetivas de punibilidad” son de naturaleza
procesal. Así, dicho autor, en 1931, precisó:
Catorce años más tarde, JIMÉNEZ DE ASUA, ratificó ese aserto, que las
condiciones objetivas de punibilidad eran presupuestos procesales. Y en 1970, en
su Obra cumbre: Tratado de Derecho Penal, Tomo VII, sostiene nuevamente:
386
JIMÉNEZ DE ASUA, Luis, “Tratado de Derecho Penal”, Tomo VII, Editorial Lozada, Buenos
Aires, 1970, p. 47.
387
Idem.
388
JIMÉNEZ DE ASUA, luis, Ob.cit., p. 97.
240
11. Por eso es que hay penalistas que también llaman “condiciones
objetivas de punibilidad”, a lo que precisamente se denomina cuestiones previas,
que son de índole procesal, llamándolas condiciones objetivas de punibilidad en
tanto aquéllas están contempladas en una ley penal, que tipifica un determinado
delito, y luego, le cambian de nombre llamándolas cuestiones previas, por su
connotación procesal, como obstáculo al ejercicio de la acción penal o “requisito
de procedibilidad”, sin cuya observancia el delito al que está vinculado no podrá
ser materia de investigación ni de su consecuente punibilidad; por ejemplo, en el
Código Penal peruano, el artículo 215, que tipifica el delito de libramiento
indebido, exigiendo en su último parágrafo, para el ejercicio de la acción penal, el
previo requerimiento para el pago, por escrito y fehaciente, de 3 días hábiles, al
girador del cheque sin fondos. Sobre este tema, ROY FREYRE, en relación con el
artículo 244 del anterior Código Penal peruano de 1924, configurativo del delito
de estafa, dentro del cual el D.S. 15 del 30.04.55 consideró al libramiento
indebido consistente en el giro de un cheque sin fondos, exigiendo para el
ejercicio de la acción penal la cláusula en el cheque del Banco girado: “No pagado
por falta de fondos”, y que el girador no haya pagado el importe antes de ser
puesto por la Policía a disposición del Juez, señala: “constituye una condición
objetiva de punibilidad la presentación del cheque al Banco girado y su rechazo
por falta de fondos, lo que debe ocurrir dentro del plazo de 30 días si ha sido
emitido en el territorio de la República o de 60 días si la emisión se hizo en el
extranjero”389.
389
ROY FREYRE, Luis. Derecho Penal Peruano, t. III. Parte Especial. Editoriales Unidas, 1982, p.
162-163.
241
como una condición objetiva de procedibilidad, es decir, constituye el
condicionamiento de la concurrencia de un requisito –previsto en la Ley- para que
la acción penal sea promovida válidamente.
390
ZAFFARONI, Eugenio, “Manual de Derecho Penal”, t. 2, Ediciones Jurídicas, Lima, 1986, pp. 644-645.
242
Asimismo, en la doctrina nacional, el maestro Luis BRAMONT ARIAS,
expresa que: “Las condiciones objetivas de punibilidad, son hechos externos
desvinculados a la acción típica, pero necesarios para que pueda aplicarse la pena;
(...). Por lo que las denomina condiciones de procesabilidad o presupuestos de
procesabilidad” 391
Quien, en relación al Código penal anterior (de 1924), puso como ejemplos:
la declaración de divorcio por adulterio, como condición para abrir la acción penal
por adulterio; declaratoria de quiebra del comerciante, como condición para abrir
la acción penal por quiebra fraudulenta.
391
BRAMONT ARIAS, Luis A., “Código Penal Anotado”, Fondo editorial de la Universidad Nacional de
San Marcos, Lima, Perú, 1966, pp. 18-19.
392
PEÑA-CABRERA FREYRE, “Derecho penal”, p. 435
243
derecho material como derecho procesal. Esta teoría es defendida por una
posición bastante extendida, entre ellos JESCHECK393.
“Si se reconoce que son finalidades extra penales las que constituyen el
principio de las condiciones de punibilidad y de las causas de exclusión de
la punibilidad, ¡éstas no pueden tener nada que ver con el merecimiento de
pena! Por otra parte, cuando el merecimiento de pena depende de
determinados criterios, que muchos encuadran en la cuarta categoría del
delito, la verdad es que los mismos pertenecen realmente al tipo, la
antijuricidad o la culpabilidad, y por tanto deben sacarse de la categoría aquí
empleada”394.
DE FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS.
244
falsificación de documentos, como en todo delito de peligro, es una parte
constitutiva del mismo”. Asimismo, GÓMEZ, enfatiza, analizando el artículo 292
del Código Penal argentino, de idéntica redacción del artículo 427 del Código
Penal peruano:
“No existe falsificación en los términos del artículo 292 del Código Penal, si
no media un perjuicio, que puede ser real o simplemente potencial.
Recuérdese el texto de la disposición citada. Ella reprime el hecho de hacer
en todo o en parte un documento falso o adulterar uno verdadero, de modo
que pueda resultar perjuicio. Inútil parece decir que el perjuicio, real o
potencial, debe ser emergente del documento mismo”395.
395
GÓMEZ, “Tratado de Derecho Penal”, t. VI, Compañía Argentinda de Editores, Buenos Aires, p.
131.
396
GÓMEZ, “Tratado de Derecho Penal”, t. VI, Compañía Argentinda de Editores, Buenos Aires, p.
132.
245
como acción dolosa, origine un perjuicio, en cuanto precisa la norma que el
documento debe falsificarse “con el propósito de ser utilizado” para “dar origen a
derecho u obligación o servir para probar un hecho”. Lo que establece que el tipo
objetivo es abarcado por el dolo del agente que incluye su propósito o intención
de usar el documento en el tráfico jurídico, para su beneficio o de otro en perjuicio
de tercero, por eso precisa CARRARA (1977: 300), que: “es indudable que la
intención de causar daño es el dolo, lo cual no admite discusiones”.
b) Por otro lado, si se tiene en cuenta, además, lo que también señala Claus
ROXIN en la doctrina alemana, que “la cuestión se limita de antemano a la de si en
algunos tipos concretos han de concurrir otras circunstancias, aparte de la
responsabilidad por una acción injusta, para que haya punibilidad”, y que “las
circunstancias que han de añadirse a la acción que realiza un injusto responsable
para que se genere la punibilidad, se denominan cuestiones objetivas de
punibilidad”397, entonces es claro que las expresiones que emplea el artículo 427
del Código Penal peruano, en su estructura: “...si de su uso puede resultar algún
perjuicio,...”, en el primer párrafo; y “...siempre que de su uso pueda resultar
397
ROXÍN, Claus. “Derecho Penal, Parte General”, t. I., Civitas, Madrid, 1997, p. 970.
246
algún perjuicio...”, en el segundo párrafo, y específicamente el resultado
perjuicio en ambos párrafos, correspondientes a las hipótesis de: confeccionar en
todo o en parte un documento falso o adulterar uno verdadero, y de hacer uso del
documento falso, respectivamente; no pueden ser consideradas unas
circunstancias añadidas a la acción que realiza un injusto responsable, en lo que
se hace consistir la condición objetiva de punibilidad.
247
95), señala que: “..., es claro que el perjuicio o posibilidad de él forma parte del
tipo objetivo, y, por el contrario, no constituye una condición objetiva de
punibilidad (que se halla fuera de la estructura delictiva)”.
14. Una tendencia similar se aprecia, desde la perspectiva del bien jurídico,
en la moderna doctrina penal española, en expresión de CORCOY (1999: 223), al afirmar
que en los delitos de falsedad documental la afectación o lesión del documento –objeto
del delito- es un elemento esencial del tipo, pero no constituye el contenido de
lesividad propio de estos delitos, que se debe buscar en la lesión de la seguridad del
tráfico jurídico; y que por ello, se tiene dicho que cuando se falsifica un documento, si
esa alteración no tiene aptitud para inducir a error sobre el significado o contenido de
ese documento –por ser una alteración burda, o por estar de acuerdo el autor del
documento original o por no cambiar el significado o contenido de los hechos respecto
de los que ese documento pretender ofrecer seguridad- ese comportamiento no dará
lugar a responsabilidad penal, por faltar lesividad, pese a que, en sentido formal,
existe un documento alterado.
398
SOLER, “Derecho Penal”, p. 343 y s.
248
del documento, pues sólo con ella nace la posibilidad del perjuicio; precisando
que implica utilización cualquier acto que coloque el documento en situación que
lo haga valer o se lo pueda hacer valer según su finalidad (por ejemplo, tanto se
dará consumación, cuando el documento se presenta en juicio, como cuando,
antes de ese momento, se entrega al mandatario ignorante de la falsificación para
que lo presente); la reserva del documento privado falsificado en la esfera privada
del agente no constituye delito.
En todo ello, es importante referir que BAIGÚN y TOZZINI (1992: 270) hacen
una distinción entre el perjuicio como “contenido implícito en todo delito” y el
perjuicio como elemento del tipo particular, señalando que la “diferencia entre el
perjuicio como contenido implícito de todo delito (plano de la antijuricidad) y
perjuicio como elemento del tipo, está cuando el legislador, como refuerzo, lo
menciona explícitamente”; tal como ocurre en el artículo 427 del Código Penal
peruano al tipificar la falsedad documental.
399
Baigún y Tozzini, 1992 “La falsedad documental en la jurisprudencia”, Depalma, Buenos
Aires, p. 297.
400
Baigún y Tozzini, 1992 “La falsedad documental en la jurisprudencia”, Depalma, Buenos
Aires, p. 307.
401
Creus, Carlos y Buompadre, Jorge, 2004, “Falsificación de documentos en general”, Astrea,
Buenos Aires, p. 100-101.
249
15. Por otra parte, EN LA LEGISLACIÓN COMPARADA, son de la misma
línea de considerar, con claridad en su configuración típica, al perjuicio como un
elemento del tipo, los Códigos Penales de Chile, Colombia, España, Alemania,
México, Uruguay y Argentina. Sin embargo, hasta ahora es minoritaria esta
postura en la doctrina del Derecho penal peruano.
402
PEÑA-CABRERA, “Derecho Penal peruano”, p. 435.
250
También CASTILLO (2001: 176-177) sostiene que: de lege lata el delito de
falsedad documental en su actual formulación típica constituye un delito de
peligro, en el que basta la realización de la conducta de crear un documento falso
o adulterar un documento verdadero con el propósito de utilizar el documento;
que es un grave error lógico y jurídico el considerar al art. 427 como un delito de
resultado como si la ley exigiera la comprobación de un perjuicio a un tercero
para la consumación del delito, posición, sin embargo, que es asumida por nuestra
jurisprudencia de manera casi unánime; que el legislador peruano excluyendo
intencionalmente la configuración de la falsedad documental como un delito de
lesión, ha preferido enfatizar el disvalor de la acción más que el disvalor del
resultado.
251
perjuicio con la conducta falsaria consumada con la sola falsificación o el solo uso
del documento.
403
Muñoz Conde, “Teoría general del delito”, p 66.
252
un pagaré que ha sido guardado, porque no ha consumado todavía la
falsificación404.
404
SOLER Sebastián, Ob.cit., p. 350.
253
ejemplo ya dado del artículo 125, del delito de exposición o abandono a personas
incapaces.
Pero en el artículo 427 del Código Penal, en ambas hipótesis del tipo penal
contenidas en el primer y segundo párrafos, del delito de falsificación de
documentos, sí se hace alusión expresa al perjuicio, como resultado final de la
acción de falsificar el documento o de usar el falsificado, más aún que conforme
al texto base de la primera hipótesis la falsificación debe hacerse “con el propósito
de usar el documento”, para “dar origen a un derecho u obligación o servir para
probar un hecho”.
405
JESCHECK, “Tratado...”, p. 235.
254
de protección del Derecho penal, al considerar que dicha acción entraña ya un
peligro potencial de lesión a un bien jurídico protegido.
255
“posibilidad de perjuicio” no es igual, desde ninguna interpretación legítima a
“efectivo perjuicio”.
256
Como por ejemplo: en el delito de estafa, en el art. 196 del Código Penal: “el que
procura para sí o para otro un provecho ilícito en perjuicio de tercero,…”, alude
expresamente al perjuicio como resultado lesivo, que viene a ser contra el bien
jurídico patrimonio, por la ubicación de esa norma en el Título V: Delitos contra
el Patrimonio; así como también, en la configuración del delito de homicidio en el
art. 106: “el que mata a otro será reprimido…”, en la que existe alusión implícita
al perjuicio como resultado lesivo: muerte de un hombre; aquí el perjuicio es a
la vida de la víctima, porque el bien jurídico es la vida humana, por lo cual la
norma se ubica en el Título de Delitos contra la Vida.
257
concepción de delito de peligro. Por lo que en estos delitos el resultado perjuicio
responde a la relación entre acción y objeto de la acción, que, como también anota
JESCHECK (1993: 235), son aquellos que para poder afirmar su configuración
típica, necesitan de una real afectación a un bien jurídico; en donde acción y
resultado se encuentran vinculados bajo una relación de causalidad y entre ambos
existe una delimitación temporal separada en el tiempo y en el espacio. La
conducta desplegada por el agente debe desembocar necesariamente en un
resultado lesivo de un bien jurídico protegido. Importa la lesión material del
objeto de la acción sobre el bien jurídico en donde acción y resultado están
íntimamente ligados.
408
MUÑOZ CONDE, “Teoría General...”, p. 69.
258
falsificado, sin necesidad de comprobarse si ha ocasionado un perjuicio,
observamos una tendencia de una proliferación cuantitativa de los intereses
tutelados (inflacionismo penal), criminalizando conductas en base a prognosis de
lesión (delitos de peligro abstracto). Como advierte Alonso PEÑA-CABRERA, los
delitos de peligro abstracto significan una creciente anticipación de tutela,
definida por un carácter altamente hipotético y hasta improbable del resultado
lesivo y por la descripción abierta y no taxativa de la acción. Son muchas las
críticas que se ciernen en torno a la construcción de delitos de peligro, que por la
generalidad son utilizados para proteger intereses difusos o para sustituir al
Derecho administrativo sancionador en su función regulatorio-sancionatoria
(Peña-Cabrera; 2005:74).
259
12 de los Resultados que aquí se discuten, las que realizando una interpretación
dogmática coherente, al establecer que el perjuicio como consecuencia de la
acción dolosa del agente es elemento del tipo objetivo, obviamente también
establecen en forma tácita que el delito de falsedad documental es un delito de
lesión, y no un delito de peligro, ya que la afectación o perjuicio sólo puede darse
con el ingreso del documento falso en el tráfico jurídico, y no con la simple
creación del documento falso o la adulteración del documento verdadero.
260
pormenorizando que ha sido usado en sus tres momentos íntimamente conectados:
interpretación, sistematización y crítica, en relación con el artículo 427 del Código
Penal peruano; ha sido necesario también usar el MÉTODO ANALÍTICO para
descomponer mentalmente y analizar los elementos que integran la estructura del
artículo 427 del Código Penal, encontrando que el elemento perjuicio ha sido ubicado
en la consecuencia jurídica de esa norma y no en la hipótesis de hecho, estableciéndose
así su proposición ambigua, que da lugar a que en unos casos se lo considere como
condición objetiva de punibilidad y en otros casos como elemento integrante del tipo
objetivo; asimismo, el MÉTODO SINTÉTICO para componer de nuevo mentalmente los
elementos integrantes de la estructura del precitado artículo 427, comprendiendo en la
nueva estructura claramente al perjuicio, como elemento del tipo objetivo en los delitos
de falsificación de documentos, conforme a su naturaleza jurídica, que es la postura
adoptada en esta investigación; igualmente, el MÉTODO JURÍDICO, con el cual se ha
efectuado el estudio dogmático jurídico penal de los elementos del artículo 427 del
Código penal, y se ha establecido el tratamiento doctrinario conceptual de la teoría del
delito que verdaderamente corresponde al elemento perjuicio en la estructura de dicha
norma; y luego se formula los fundamentos jurídico-penales que sustentan la hipótesis
formulada a la solución del problema planteado para considerar al perjuicio como
elemento del tipo objetivo en los delitos de falsedad documental. De igual manera se
utilizó el MÉTODO FUNCIONAL de la investigación jurídica, que parte de la constatación
de que el sistema jurídico está repleto de conceptos que no pueden ser definidos en
términos de experiencia y verificación pero de los que fluyen decisiones empíricas de
todo tipo, habiéndose partido del trato directo en la realidad concreta. En materia
jurídica, el método funcional es eminentemente inductivo: sus 2 columnas son la
casuística y la jurisprudencia.
261
V. PROPUESTA DE MODIFICACIÓN DEL ARTÍCULO 427 DEL
CÓDIGO PENAL PERUANO DE 1991.
262
nivel que los señalados Códigos Penales en el Derecho Penal eurocontinental y
latinoamericano.
En el primer párrafo:
En el segundo párrafo:
263
VI. CONCLUSIONES:
1. La proposición ambigua del tipo penal del artículo 427 del Código penal
peruano de 1991, sobre la naturaleza jurídica del perjuicio en los delitos de falsificación
de documentos, y su interpretación teórica deficiente por la jurisprudencia y la doctrina
nacionales, generan consecuencias negativas: a) de índole jurisdiccional, reflejado en
sentencias discordantes; b) de índole doctrinario, reflejado en discordancia
interpretativa; y, c) colisión con el criterio de seguridad jurídica, reflejado en la
impredictibilidad de las resoluciones judiciales y en el desconcierto en los abogados
defensores en lo penal, profesores de Derecho Penal y estudiantes de Derecho.
264
VII. RECOMENDACIONES:
265
señores abogados defensores penales a que se supere el criterio discordante con la
otra postura doctrinal y jurisprudencial que considera al perjuicio como una
condición objetiva de punibilidad.
4.- En tanto se modifique el artículo 427 del Código Penal, se recomienda que
en el ámbito jurisdiccional la Corte Suprema establezca una Doctrina
Jurisprudencial vinculante, por el pleno de los Vocales Supremos en lo Penal,
quienes deben dictar una sentencia plenaria uniformando los criterios, sobre la
naturaleza jurídica del perjuicio, que debe ser en el sentido de que éste es un
elemento del tipo objetivo en los delitos de falsedad documental, conforme a lo
prescrito por los artículos 22 y 116 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, y
últimamente, en materia penal, en el artículo 301-A del Código de Procedimientos
Penales de 1940 (introducido por el Decreto Legislativo 959, del 17 de Agosto de
2004), a fin de superar las consecuencias negativas de la proposición ambigua del
tipo penal del art. 427 del Código Penal y su interpretación teórica deficiente.
266
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(documental): La falsedad material y su prescripción normativa al
amparo del artículo 427 del Código pena peruano. En IURA 2:
Universidad Privada Antenor Orrego. Trujillo.
72. VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ. Fernando (2004). Manual de Derecho
Penal. Parte General. (2da. ed.), Bogotá: Temis.
73. VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina (1999). La Falsedad
Documental: Análisis Jurídico-Penal. Barcelona: Cedecs.
74. VILLAVICENCIO TERREROS., Felipe (2001). Código Penal
Comentado. (3ra. ed.). Lima: Grijley.
75. VON LISZT, Franz (1927). Tratado de Derecho Penal, t II. Madrid:
Reus.
76. WELZEL, Hans (1986). Derecho Penal Alemán. Santiago: Editorial
Jurídica de Chile.
77. WELZEL, Hans (2002). El Nuevo Sistema de Derecho Penal. Una
introducción a la teoría de la acción finalista. Buenos Aires: B de f
78. WELZEL, Hans (2003). Estudios de Derecho Penal. Buenos Aires:
B de f.
79. ZAFFARONI, Eugenio (1981). Tratado de Derecho Penal, Parte
General, t. III. Buenos Aires: Ediar.
80. Semiótica. http://www.monografias.com/trabajos14/semiotica/semiotica.shtml
272
ANEXO 1
------------------------------------------------------------------------------------------
2.- Ejercicio como profesional del Derecho Penal. Marcar con un aspa lo que
corresponda.
------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------
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273
ANEXO 2
VISTOS; de conformidad con lo dictaminado por el señor Fiscal; por los fundamentos de la
recurrida y la apelada; y CONSIDERANDO: que, conoce del presente proceso esta Suprema Sala,
por haberse declarado fundada la queja interpuesta, por presuntas irregularidades; que, de la
revisión de los actuados, aparece que se atribuye a los procesados Fajrry Taly Hamideh Saavedra y
Faresh Miguel Átala Herrera, la comisión del delito de estafa y contra la fe pública; que, en primer
lugar, es del caso discernir sí el comportamiento en debate cuenta con los elementos que exige el
tipo legal, como es examinar si la conducta encuadra como supuesta infracción punible de estafa y
contra la fe pública; que, a este respecto, se debe tener en cuenta que el elemento material de la
estafa está dado por la procuración para sí o para otro de un provecho ilícito mediante el uso de la
astucia, ardid, o engaño, pero, su esencia en sí es el engaño, que se traduce comúnmente en la falta
de verdad de lo que se dice o se hace creer, con el evidente propósito de lograr una disposición
patrimonial perjudicial a través del error, pero dicho engaño, debe ser suficiente y debe revestir
características serias para hacer o inducir a error y consecuentemente al acto de disposición, en
suma, se debe determinar sí el error ha sido consecuencia del engaño, o por el contrario,
consecuencia de alguna actitud negligente reprochable a la víctima, vale decir, si entre el engaño y
el error ha habido la relación de causalidad necesaria para el delito de estafa de modo que el engaño
haya sido una condición cuantitativamente dominante, y, si el error procede de una actitud
negligente o de censurable abandono o por motivos distintos al engaño, este no será relevante,
negándose la relación de causalidad y, por tanto el carácter idóneo y eficaz del engaño; que, en el
presente caso, fluye de la denuncia de parte, formalizada por el Representante del Ministerio Público,
que Industrias Polaris Sociedad Anónima, representada por Fajrry Taly Hamideh Saavedra y
Faresh Miguel Átala Herrera, inician sus operaciones con el Banco agraviado, principalmente con
financiamiento de venta, par lo cual se le otorgó una línea de descuentos de letras y sobregiro en
cuenta corriente, tal como se desprende de la solicitud de contrato de adelanto en cuenta corriente
de fojas mil trescientos noventi-siete y del con trato privado por garantía de letras y documentos
entregados o por entregaren cobranza, suscrito el seis de abril de mil novecientos noventicuatro,
obrantes a fojas quinientos once y mil trescientos noventicinco; que, fue así que se le otorgó una
línea denominada cobranzas de letras en garantía, que significa que la entidad Sanearía recibe
letras aceptadas por diferentes personas y sobre el monto de las mismas concedían el
setenticinco por ciento de su valor, lo cual era abonado a la cuenta corriente de industrias Polaris;
que, en vista que los aceptantes no honraban las cambiales, fueron objeto de protesto, y se les
cortó la línea de crédito, y según la parte denunciante llegaron a verificar que los aceptantes, que
en su mayoría eran empresas, no existían, otras tenían el mismo domicilio, y nunca funcionaron en
las direcciones consignadas, presumiendo que fueron creadas con el propósito de estafar a la
411
PÉREZ ARROYO, Miguel. La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005), t. II.
Iuris Consulti, Lima, 2006, p. 1125-1129.
274
institución crediticia; que, narrados así los hechos, aparentemente tendrían contenido penal, empero,
debe de tenerse en cuenta, que de los sendos documentos presentados por los sujetos procesales no
se acredita conducta engañosa y que se haya mantenido en error al Banco agraviado respecto a las
cambiales, apreciándose del tenor del contrato privado suscrito entre dichas partes, que en su
sétima cláusula establecía, que sí alguna de la letras resultaba incobrable, Industrias Polaris se
obligaba a entregar.su importe inmediatamente; y en su cláusula décima quinta, concluida la cuenta
corriente, el banco tenía el derecho de girar contra el cliente una letra a la vista, la misma que
protestaba por la falta de pago, daría lugar a una acción ejecutiva; cláusula que en parte fue
efectivizada por el Banco, conforme se desprenden del escrito de fojas mil trescientos noventiocho
y siguientes, señalando que se procedió a disponer el cierre de la cuenta por encontrarse sobregirada
y consecuentemente, girar una letra a la vista por la suma de un millón novecientos diez mil ciento
noventinueve dólares, que fue materia de protesto el veintitrés de mayo de mil novecientos noventi-
siete ante Notario Público, y que solo han ejercido su derecho en la vía penal; que, asimismo se
aprecia, que Industrial Polaris, a través de sus representantes, en la carta dirigida al Banco de
Crédito, recepcionada el veinte de octubre de mil novecientos noventicuatro, obrante a fojas
quinientos diez, le hace saber al Banco, que de existir incumplimiento de pago en las cambiales
por parte de sus obligados principales, se limitarán a devolverlos, y que además de las cambiales y
otros documentos, les ofrecían las adicionales garantías que tuvieren o puedan constituir a su favor,
obligándose a mantener fondos suficientes en sus cuentas, para los fines de atender la operación
crediticia, lo cual se ve corroborado con la copia simple de la escritura de constitución de fianza
solidaria respaldada con garantía hipotecaría de fojas quinientos veinte y siguientes que otorgaba
el co-procesado Faresh Miguel Átala Herrera a favor del Banco, y mediante la cual se constituía en
fiador de Industrial Polaris por la suma de cuatrocientos mil dólares, y con la carta recepcionada el
trece de diciembre de mil novecientos noventiséis, de fojas quinientos treintiuno, se comprometía
irrevocablemente con el Banco, a otórgales las garantías hipotecarias y las prendas industriales con
maquinaria de primera y alta tecnología, además de los avales de los accionistas de la empresa,
hasta cubrir los requerimientos del Banco; de lo que se infiere, que en todo momento se garantizaba
la obligación contraída, desvirtuando alguna maniobra o trama delictiva, es decir hay ausencia del
elemento subjetivo, el dolo; que, en todo caso, los funcionarios de la entidad agraviada que
intervinieron en la operación crediticia, no desarrollaron las mismas precauciones para verificar los
datos consignados en las cambiales y si eran objeto de cobro y finalmente en cumplimiento de los
térmi nos del contrato, bien pudieron interponer la acción pertinente en la vía extrapenal; que, en
cuanto al delito contra la fe pública, uno de sus presupuestos objetivos, es la de causar perjuicio, y en
el caso concreto, no se ha determinado; consecuentemente, los hechos denunciados resultan atípicos,
encontrándose la absolución conforme a lo previsto en el artículo trescientos ochenticuatro del
Código de Procedimientos Penales: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia recurrida
de fojas mil ochocientos veintinueve, su fecha once de octubre de mil novecientos noventinueve,
absuelve a Fajrri Taly Hamideh Saavedra y Faresch Miguel Átala Herrera, de la acusación fiscal por
el delito contra el patrimonio - estafa - y contra la fe pública - falsedad material- en agravio del
Banco de Crédito del Perú y el Estado, dejando a salvo la facultad de los agraviados de hacer valer
sus derechos en la vía respectiva; con lo demás que contiene y los devolvieron.-
275
manteniéndolos en error y de forma fraudulenta, lograron obtener una línea de crédito de descuentos
y sobregiros garantizados por letras de cambio aceptadas por diferentes personas; sin embargo al
no ser canceladas y protestadas, descubrieron que varias empresas que figuraban como aceptantes
no existían y otras no funcionaban en las direcciones que indican, motivo por las cuales les
atribuyen los delitos de Estafa y Falsificación.
Durante el proceso ha quedado establecido que entre el Banco de Crédito del Perú y la Empresa
Industrias Polaris S.A., representado por los encausados, el 06 de Abril de 1994 celebraron un
contrato privado de crédito por garantía de letras y documentos entregados o por entregar en
cobranza, bajo una serie de términos de entre los cuales cabe destacar el numeral séptimo que
estipula «si alguna o algunas de las letras que e! cliente haya entregado o entregase en adelanto al
Banco resultasen incobrables ajuicio del Banco, el cliente se obliga a entregar al Banco su importe
inmediatamente que se le comunique que dicha letra o letras que han resultado incobrables», como
se ve a fs. 1395; según Pericia Contable de fs. 1641, desde 1995 hasta Marzo de 1997, el Banco de
Crédito del Perú abonó a favor de Industrias Polaris S.A.., un total de $ 3'196,56.10 dólares
americanos, habiendo pagado dicha empresa a Marzo de 1997 la suma de $ 1 '399,144.87 ascendido
la deuda a la suma de $ 1,796.911.13 dólares americanos sin considerar intereses y gastos adicionales;
respecto a esta deuda los encausados ofrecieron mejores garantías hipotecarias de las que tenían
constituidas para lo cual cursaron cartas a la mencionada entidad crediticia, conforme a fs. 542; los
hechos citados precedentemente nos conllevan a concluir que entre ambas partes existió relaciones
comerciales sujetas a cláusulas que estipulan formas de pago de los créditos asumidos por los
encausados cuyo incumplimiento debe ser tratado en otra vía, más no en lo penal, cuanto más si en
autos no se ha establecido fehacientemente que las diferentes cambiales cuestionadas constituían o
no transacciones comerciales entre las empresas involucradas, duda que en todo caso favorece a los
encausados.
Por otro lado, respecto al delito contra la Fe Pública- Falsedad Material de Documentos, en
cuanto a estas cambiales entregada por los encausados a la entidad Sanearía agraviada que vendrían
en documentos falsificados sobre su situación económica y financiera se tiene, que durante el
desarrollo del procesado no ha podido se probados, ya que la sola imputación de la entidad
agraviada si no ha sido corroborada con otros elementos que sustente dicha imputación, no es
suficiente para que se configure dicho ilícito penal; por consiguiente lo resuelto por la Sala
Superior Penal se encuentra arreglada a ley.
En consecuencia, esta Fiscalía Suprema en lo Penal opina NO HABER NULIDAD en la
resolución materia de recurso.
S.S. SALAS GAMBOA / CARRILLO HERNÁNDEZ/ BIAGGI GÓMEZ/PADILLA MARIOS /
SANTOS PEÑA.
276
ANEXO 3
412
AVALOS RODRÍGUEZ, Carlos et ROBLES BRICEÑO, Mery. Modernas Tendencias dogmáticas en
la Jurisprudencia Penal de la Corte Suprema, Gaceta Jurídica, Lima, 2005, p. 103.
277
ANEXO 4
413
AVALOS RODRÍGUEZ, et ROBLES BRICEÑO, Modernas Tendencias dogmáticas, p. 310-312.
278
conducta desarrollada por los sujetos y si actuaron dolosamente, así se advierte que los encausados al
deponer instructivamente y al ser examinados en el acto oral han manifestado que habían conversado
con Lucila Rojas Arroyo " de Rueda para que les venda el terreno donde se construyó el "Reservorio
de Paraccay" accediendo, por lo que presentaron ante el Fondo de Compensación y Desarrollo una
declaración jurada de disposición del terreno donde se efectuara la obra, celebrándose posteriormente
el contrato de compra venta ante la Notaría Flores Barron (obrante a fojas doscientos cincuenta y
nueve) entre Rojas Arroyo y el Núcleo Ejecutor por la suma de cuatro mil quinientos nuevos soles,
consecuentemente no resulta punible por la ausencia de un requisito subjetivo del tipo penal de
querer lesionar el bien jurídico protegido por la norma. Quinto: Que, en relación a la imputación por el
delito contra la fe pública - falsificación de documentos -, se exige en el tipo, que el documento sea
introducido en el trafico jurídico y que se cause perjuicio, considerado esto ultimo como una condición
objetiva de punibilidad, hecho que no ocurrió, pues dicho terreno se encuentra saneado y regularizado
conforme se desprende del contrato de compra venta obrante a fojas doscientos cincuenta y nueve;
fundamentos por los cuales: Declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas ochocientos
treinta y dos su fecha veintisiete, de enero del dos mil cuatro que absuelve de la acusación fiscal a
JUAN SEGUNDINO BELLIDO GALINDO, VICTORIA PALOMINO SIMBRON, MAURO
CCOECCA HUAIRA Y MANUEL MENESES GARCÍA por delito contra la administración
pública -peculado por extensión - por delito contra la fe pública - falsificación de documentos en
general - por delito contra la función jurisdiccional - falsa declaración jurada e inducción a error a
funcionario público - todos en agravio del Fondo de compensación y Desarrollo -Huancavelica y el
Estado, y absuelve a Juan Segundino Bellido Galindo, Victoria Palomino Simbron y Mercedes Isabel
Mogollón Reto por el delito contra la administración pública -falsa declaración en proceso
administrativo en perjuicio del Fondo de Compensación y Desarrollo - Huancavelica y el Estado,
reserva el juzgamiento contra los acusados ausentes Paramen Tarqui Arotingo, Deodoro Noriega
Céspedes, Mercedes Isabel Mogollón Reto y Ricardo Yuricasa Vásquez, MANDARON reiterar las
órdenes de ubicación y captura, NO HABER NULIDAD en lo demás que dicha sentencia contiene; y
los devolvieron.-
S.S. GONZALES CAMPOS R.O. /VALDEZ ROCA/VEGA VEGA/BARRIOS ALVARADO/ PRADO
SALDARRIAGA.
279
ANEXO 5
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto o el representante del Ministerio Público y por la parte
civil contra la sentencia absolutoria de fojas trescientos diez, de fecha veintiocho de noviembre de dos
mil tres; con lo expuesto por el señor Fiscal Supremo en lo Penal; por sus fundamentos; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que la imputación por delito de cohecho propio contra la acusada
María Luz Boza Candela se sustentó en la carta de fojas veinticinco que Delia Garibay Ubidia dirigió
el día veintidós de mayo de dos mil uno a la agencia de ESSALUD de Cañete, en la que señaló que
la primera de las nombradas le exigió el pago de ciento cincuenta nuevos soles para lograr que su hija
Verónica Alejandrina Bazán Garibay pueda dar a luz en el Hospital de la institución. Segundo.- Que,
sin embargo, esa imputación es descartada por la propia denunciante con el mérito de la carta
rectificatoria corriente a fojas ochenta, confirmada por la citada Delia Garibay en su testimonial y en
el acto oral, así como por Verónica Bazán Garibay, quienes imputan a la obstetriz María Consuelo
Sánchez Chumpitaz, como la persona que acompaño a Delía Garibay Ubidia a indagar por el
derecho de atención de Verónica Bazán Garibay y, luego que la instó a que suscriba la referida carta;
que, por consiguiente, la versión referencial de María Consuelo Sánchez Chumpitaz, quien incluso
tenía diferencias con la encausada tiempo atrás e insistió en la formulación de los cargos, carece
de fuerza conviccional ante la uniforme negativa de la acusada y la versión de Delia Garibay Ubidia
y su hija, quienes cuestionan esa imputación y la actitud de aquélla. Tercero.- Que el delito de
falsedad material objeto de imputación se sustenta en que la encausada habría favorecido a
Verónica Bazán Garibay con la adulteración del Registro de Afiliación Personal al consignar como
fecha de inscripción el día dieciséis de agosto de dos mil (copia usuario) -pese a que en los registros
institucionales aquélla sólo figura con una aportación realizada el treinta de enero de dos mil uno y la
ficha de inscripción que tenía la entidad aparecía como fecha de inscripción el veintinueve de enero
de dos mil uno-, todo ello con la finalidad de beneficiarla en la atención hospitalaria ante el Seguro
social de Salud. Cuarto.- Que si bien eos cierto existe una diferencia respecto de la fecha de
inscripción ente las dos fichas suscritas por Verónica Bazán Garibay de fojas veintisiete y
veintiocho, la ficha reputada como adulterada no se utilizó ni, consecuentemente, dio lugar a una
atención indebida en el Seguro Social; que, conforme ha declarado Verónica Bazán Garibay, cuando
se acercó al Seguro se le dijo que no tenía derecho a ser atendida, por lo que no insistió en dicho
tramite e incluso dio a luz en un Hospital ajeno a ESSALUD; que la encausada niega haber adulterado
la ficha de inscripción cuestionada de fojas veintisiete, y si se tiene en cuenta que la señora Delia
Garibay Ubidia y su hija Verónica Bazán Garibay no corroboran la imputación de ESSALUD, al
punto de cuestionar la actitud de la citada Sánchez Chumpitaz, quien instigó la denuncia contra la
acusada, es de concluir, en primer lugar, que no existen elementos de prueba de cargo suficientes
para afirmar lo contrario, y, en segundo lugar, que la ficha en mención no era idónea para vulnerar el
interés institucional de ESSALUD. Por estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD
en la sentencia de fojas trescientos diez, de fecha veintiocho de noviembre de dos mil tres, que
absuelve a Marta Luz Boza Candela de la acusación fiscal formulada en su contra por delito contra
la administración pública corrupción de funcionarios - cohecho propio y por delito contra la fe pública -
414
PÉREZ ARROYO, La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005), t. III. p. 1566-
1568.
280
falsificación de documentos en agravio del Estado y del Seguro Social de Salud-ESSALUD; con lo
demás que contiene; y los devolvieron.
281
ANEXO 6
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por el acusado Nicodemus Guzmán Cueva contra la sentencia
condenatoria de fojas mil cuatrocientos doce, de fecha nueve de enero de dos mil tres, por sus
fundamentos y CONSIDERANDO: Prímero.- Que el acusado Guzmán Cueva fue procesado por
delito contra la fe pública- «falsedad genérica», en agravio del Estado y comunidad Santa Cruz de
Racri, conforme es de verse del auto de apertura de instrucción de fojas cuatrocientos cuatro, siendo
de precisar que por error se denominó «delito de falsedad genérica» cuando el nomen y uris es el de
«falsedad material o falsificación de documentos», puesto que se invocó expresamente el artículo
cuatrocientos veintisiete del Código Penal; que, asimismo, en la sentencia de fojas mil cuatrocientos
doce se identificó como agraviado al «Caserío Santa Cruz de Racri», cuando en rigor debió expresar
«Comunidad Santa Cruz de Racri»; que se trata de similares errores materiales subsanables en sede
recursal. Segundo.- Que de la solicitud de garantías posesorias de fojas veintisiete que el imputado
presentó con fecha doce de agosto de mil novecientos noventinueve ante el subprefecto de la
provincia Daniel Camón - Yanahuanca aparece que acompañó a la misma para justificar la protección
demandada una «constancia de posesión» fechada en febrero de mil novecientos noventiséis y
firmada, entre otros, por Maura Soto Prudencia, como autoridad de la Comunidad Campesina de
Santa Cruz De Racri (fotocopiada de fojas treinticuatro y original a fojas mil doscientos sesentidós),
firma que resultó siendo falsificada como se acredita con el mérito de la pericia grafotécni-ca de fojas
trescientos treintinueve; ello también ocurre con la firma de otro directivo: Alejandro Hermitaño
Jamampa, Teniente Gobernador según Informe Técnico Pericial de fojas mil doscientos sesenta.
Tercero.- Que de ese modo está probado que el documento cuestionado, por lo menos, en dos de las
firmas, por no corresponder a sus titulares, es falso, resaltándose que la prueba científica enerva
determinada prueba testimonial de descargo que apunta sostener que las firmas no son falsificadas.
Cuarto: Que el tipo penal de falsedad material exige como elemento objetivo la posibilidad de perjuicio
o perjuicio material del documento, lo que erige de un delito de peligro; que en el presente caso el
imputado presento ese documento para justificar la posición de un terreno y, de ese modo conseguir
una protección estatal a la que no tenía derecho en tanto que la prueba de la posesión invocada no era
tal. Quinto.- Que como el documento es privado y la adulteración recayó en unas firmas de dirigentes
comunales y, por extensión, en el conjunto de la constancia otorgada, es obvio que el Estado no es el
sujeto pasivo del mismo sino la entidad en referencia, por es del caso absolver en el primer extremo.
Sexto.- Que, por otro lado, el plazo prescriptivo no corre desde la fecha que aparece inserto en él
documento cuestionado - lógicamente apócrifo - o desde el momento de su redacción, sino desde el
momento en que concurrieron todos los elementos que la estructura exige; el relieve de un documento
privado se da cuando aparece potencialmente en perjuicio de tercero por la simple intención de causarlo,
en este caso cuando se acompaño a la solicitud de garantías posesorias: agosto de mil novecientos
noventinueve, de suerte que ala fecha aún no a prescripto la acción penal. Séptimo.- Que, de
conformidad con los artículos cuarentiuno, cuarentitrés, cua-renticuatro y cincuentiséis del Código
Penal, es del caso precisar que la pena de multa debe fijarse en días multa, su importe no debe ser menor
del veinticinco por ciento ni mayor del cincuenta por ciento del ingreso diario del condenado cuando
415
PÉREZ ARROYO, La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005), t. III. p. 1562-
1565.
282
viva exclusivamente de su trabajo, y debe ser pagada dentro de los diez días pronunciada la
sentencia, bajo apercibimiento de conversión. Por estos fundamentos: declararon NO HABER
NULIDAD en la sentencia de fojas mil cuatrocientos doce de fecha nueve de enero de dos mil tres,
que condena a Nicodemus Guzmán- Cueva, como autor del delito contra la fe pública en la
modalidad de falsificación de documentos (falsedad material) en agravio del Caserío de Santa Cruz
de Racri -entendiéndose que la denominación correcta de la entidad agraviada es «Comunidad de
Santa Cruz de Racri»-, a dos años de pena privativa de libertad, suspendida condicionalmente en su
ejecución por el periodo de prueba de un año bajo reglas de conducta, multa de noventa días del
Tesoro Público; ACLARARON la que se abonará a razón de veinticinco por ciento del ingreso diario
del condenado, e, INTEGRARON que deberá ser pagada dentro de los días de pronunciada bajo
apercibimiento de conversión en caso de incumplimiento, y fija en mil nuevos soles el monto por
concepto de reparación civil a favor de la agraviada; declararon HABER NULIDAD en al propia
sentencia en cuanto condena al citado encausado por el emocionado delito en agravio del Estado;
reformándolo: lo ABSOLVIERON de la acusación fiscal de dicho extremo, archivándose lo actuado
definitivamente, y anulándose lo antecedentes policiales y judiciales de Nicodemus Guzmán Cueva
respecto a la inclusión del Estado como agraviado; con lo demás que le contiene; y los devolvieron.
TEXTO DEL DICTAMEN FISCAL SUPREMO (05 de marzo de 2003): Viene este proceso en
Recurso de Nulidad interpuesto por el sentenciado Nicodemus Guzmán Cueva, contra la resolución fs.
1412/1419 su fecha 9 de enero del 2003, que FALLA: DECLARANDO al acusado NICODEMUS
GUZMÁN CUEVA, como autor del delito CONTRA LA FE PÚBLICA -FALSIFICACIÓN DE
DOCUMENTOS- en agravio del Estado peruano y del caserío Santa Cruz de Racri, y lo
CONDENARON A DOS AÑOS DE LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD SUSPENDIDA; Y
MULTA de noventa días a favor del estado; FIJANDO en la suma de MIL NUEVOS SOLES por
concepto de Reparación Civil que deberá pagar a favor del Estado y MIL NUEVO SOLES por Concepto
de Reparación Civil, que deberá pagar a favor del caserío Santa Cruz de Racri.
Que fluye de autos, que se imputa al acusado Guzmán Cueva, de haber falsificado la firma de
doña Maura Soto Prudencia, hecho obrante a fs.34,1262 mediante la Constancia de Posesión, de
fecha 12 de febrero de 1996, que expide las autoridades de la Comunidad Campesina de Yanacocha,
Caserío de Santa Cruz de Racri, constancia que fue cuestionada por doña Maura Soto Prudencia,
Agente Municipal del Caserío del aludido de 1996 a 1998, al rendir su declaración fs.291/300,
mencionando que nunca expidió a Nicodemus Guzmán Cueva dicha constancia, ya que el consta
que éste sólo posee un lote de diez metros de frente y no de veintiocho por dieciséis metros
cuadrados, como aparece en tal constancia.
Que, revisado los actuados, se tiene que se haya acreditado el delito de Falsificación de
Documento Privado, señalando en el artículo 427 del Código Penal, y la responsabilidad penal del
procesado Nicodemus Guzmán Cueva, pues existe el informe grafotécnico de fs. 339/334, que
concluye que la firma atribuida a doña Maura Soto Prudencio, proviene de distinto puño gráfico, es
decir ha sido falsificado; habiendo el procesado, dado uso a dicha constancia, cuando solicitó
GARANTÍAS POSESORIAS con fecha 12 de agosto de 1999, obrante a fs.27 en la que adjunta
dicho documento (fecha en la que se consuma el delito y se debe tener en cuenta para efectos de la
prescripción); causando perjuicio a la comunidad, pues el procesado se apropio de lotes destinados a
otros fines señalados en de acuerdo de asamblea, conforme a las Actas de Asambleas de Comuneros
del Caserío de Santa Cruz de Racri de fs. 121 al 124; por lo expuesto; se tiene que el documento
falsificado es de carácter privado, como también lo señala el Colegiado en los considerandos de la
sentencia de autos, sin embargo en el fallo de ésta, se tiene como agraviado al Estado, lo cual
desnaturaliza el proceso, por lo que se ha incurrido en causal de nulidad, señalado en el artículo 298
del Código de Procedimientos Penales.
En consecuencia, está Fiscalía Suprema Penal, propone se declare NULA la sentencia
recurrida e INSUBSISTENTE la acusación Fiscal de fs. 1364/1368 en le extremo que formula la
acusación sustancial contra Nicodemus Guzmán Cuevo, por el delito la Fe Pública en la modalidad de
Falsificación de Documentos, en agravio del Estado, DEBIÉNDOSE remitir a la brevedad posible los
autos al Fiscal Superior, a fin formule nueva acusación, conforme a lo expuesto en la presente.
S.S. PAJARES PAREDES / SAN MARTÍN CASTRO / PALACIOS VILLAR / LEGAROS CORNEJO /
MOLINA ORDÓÑEZ.
283
ANEXO 7
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por el acusado Andrés Zambrano Vera o Gualberto
Zambrano Rodríguez contra la sentencia condenatoria de fojas doscientos nueve, de fecha de junio de dos
mil tres, oído el informe oral; de conformidad con el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal; y,
CONSIDERANDO: Primero,-Que con la boleta de información básica de vehículos obrante a fojas
diecisiete y el resultado de autenticación de fojas diecinueve se acredita que la tarjeta de propiedad
de fojas dieciocho a nombre de Juan Zambrano Torres es falsa, así como que se alteró la placa de
rodaje del vehículo y se cambió el color del mismo. Segundo.- Que el vehículo marca VW
intervenido por la policía el uno de noviembre de mil novecientos noventa y uno al haber
protagonizado un accidente automovilístico había sido robado a su propietario Jorge Villarroel Pinto
el día quince de octubre de mil novecientos noventa y uno; que Jeny María Lench Maguiña y
Antonio Cachuan Cristóbal, así como el acusado Zambrano Vera o Zambrano Rodríguez, quien
huyó raudamente al notar la presencia policial, eran los ocupantes del mismo; que en dicho vehículo,
conducido en esa ocasión por el imputado, se encontró una tarjeta de propiedad falsificada; que la
tenencia del vehículo por parte del imputado se acredita con la declaración de los intervenidos y con
su aceptación una vez que fue capturado por la policía. Tercero.- Que el acusado Zambrano Vera o
Zambrano Rodríguez en su declaración rendida en el juicio oral reconoce que conducía el vehículo,
que huyó luego del accidente y que el automóvil estaba bajo su dominio; que, sin embargo, como
argumento de defensa alega que el señor Zapata Zambrano, amigo de su suegro, le vendió el
vehículo, bajo el sistema de alquiler - venta, y que no pudo percatarse que la tarjeta de propiedad que le
entregó era falsificada, que el color había sido modificado y que la placa había sido adulterada.
Cuarto.- Que, sin embargo, no es de recibo la aludida exculpación, si se tiene en cuenta: a) la
posesión del documento falso y del vehículo con placas adulteradas y color cambiado; b) el hecho
que huyó al momento de la intervención policial del vehículo robado; c) la tenencia del vehículo en
cuestión por un tiempo prudencial y que, por lo demás, era obvio darse cuenta de las alteraciones del
vehículo así como de la evidente falsedad de la tarjeta de propiedad; d) la intrínseca falta de
verosimilitud de la alegación de desconocimiento de la falsedad y de su adquisición legitima - ni
siquiera puede sostener la realidad de un vendedor conocido por él-dado que, como ya se anotó, no
existe elemento de prueba que corrobore tal versión exculpatoria y, menos, su solvencia para comprar
un vehículo; y e) la presencia de un indicio posterior a los hechos, consistente en la segunda fuga que
protagonizó, esta vez en la propia sede judicial cuando fue puesto a disposición del órgano jurisdiccional
por la policía, conforme se advierte de la razón obrante a fojas ciento cincuenta y dos; que estos indicios
valorados conjuntamente permiten una inferencia razonable y unívoca en el sentido que utilizó a
sabiendas una tarjeta de propiedad falsa y que estaba en posesión de un vehículo con el color
modificado y la placa adulterada. Quinto.-Que, la pena impuesta guarda proporción con la
naturaleza del delito, la forma y circunstancias de su comisión, así como por la entidad del injusto,
siendo de resaltar al amplio prontuario judicial que registra; que, de otro lado, al fijarse la pena de multa
no sólo debe indicarse los días multa y el porcentaje a pagar, sino también el plazo perentorio para su
416
PÉREZ ARROYO, La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005), t. I. p. 594-
596.
284
pago y el apercibimiento de ley en caso de incumplimiento, conforme a lo previsto por artículo
cuarenticuatro y cincuentiséis del Código Penal, por lo que es del caso integrarla al no modificar el
sentido de la resolución, de conformidad con el 1 penúltimo parágrafo del artículo doscientos
noventiocho. Por estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de
fojas doscientos nueve, de i fecha doce de junio de dos mil tres, en el extremo que condena a
Andrés Walberto Zambrano Vera o Gualberto Zambrano Rodríguez como autor del delito contra la
fe pública - falsificación de documentos en agravio del Estado, y Jorge Villarroel Pinto a cinco años
de pena privativa de la libertad, y el pago de cuarenta días multa de su renta a razón del veinticinco
por ciento de su haber diario; e, integrando la citada sentencia: DISPUSIERON que la pena de
multa se pagará en el termino de diez días, bajo apercibimiento de conversión en caso de
incumplimiento; con lo demás que contiene; y los devolvieron.
S.S. PAJARES PAREDES/SAN MARTÍN CASTRO/ PALACIOS VILLAR/LECA- í ROS
CORNEJO/MOLINA ORDÓÑEZ.
285
ANEXO 8
VISTOS; Interviniendo como ponente el señor Vocal Supremo Robinson Octavio Gonzales
Campos, con lo expuesto por el señor Fiscal Supremo; y,
CONSIDERANDO:
Primero.- Que los integrantes de este Supremo Tribunal, circunscribiéndose al primer
párrafo del artículo trescientos de Código de Procedimientos Penales, modificado por el
Decreto Legislativo número novecientos cincuenta y nueve, sólo pueden pronunciarse con
relación a los extremos impugnados debidamente, en este caso por parte del Procurador Público
a cargo de los asuntos judiciales de la Contraloría General de la República, en observancia del
principio de la no reforma en peor -"non reformatio in peius"- contenido en el indicado
dispositivo.
Segundo.- Que en ese sentido es condición "sine qua non" para la imposición de una sanción
a los justiciables que se establezca indubitablemente la comisión del delito, así como la
responsabilidad penal de estos, lo que doctrinariamente se conoce como declaración de certeza
del ilícito penal.
Tercero.- Que los elementos del delito de concusión - colusión desleal, según el artículo
trescientos ochenticuatro del Código Sustantivo, viene a ser el acuerdo clandestino entre dos o
más agentes para lograr un fin ilícito, perjudicando a un tercero, el Estado, en este caso
mediante diversas formas contractuales, para lo cual se utiliza el cargo o comisión especial;
que, se aprecia de autos, que no se ha logrado acreditar la concurrencia de estos elementos
objetivos y subjetivos en la conducta desarrollada por los encausados Ibraín Adriano Olguín
Rivera (jefe de abastecimiento), José Paulino Saavedra Carhuatocto (jefe de almacén) y Carlos
Criollo Mejía (apoyo a la oficina de almacén), toda vez que no se ha logrado acreditar perjuicio
económico a la Municipalidad de Ayabaca, puesto que la adquisición de alambres, balones de
gas y cuatro cilindros de petróleo fueron obtenidas siguiendo el procedimiento que exige las
normas pertinentes sobra adquisición de bienes y servicios a favor del Estado, conforme
aparece de las respectivas declaraciones instructivas de los procesados, así como del informe de
auditoría número cero ochenta y tres - dos mil - MPA/OAJ/ACOMPA que corre a fojas noventa y
uno a noventa y nueve, así como las resoluciones de la Intendencia de Aduanas obrante a fojas
ciento noventa y tres, doscientos treinta y cinco; por ende tampoco se configuraría el tipo
penal de peculado por culpa atribuido al encausado Otero Santur.
Cuarto.- Que, en cuanto a los delitos de abuso de autoridad y omisión de denuncia,
también atribuida al procesado Manuel Otero Santur, en autos han quedado desvirtuadas
estas imputaciones, toda vez que el citado encausado, una vez conocidos los hechos materia de
instrucción, dispuso no solo una inmediata investigación sobre el tema sino también una
auditoría interna respecto a la actuación de los involucrados, por tanto no permaneció
indiferente ante el conocimiento de supuestas irregularidades.
417
JURISPRUDENCIA PENAL, t. II. Normas Legales, Trujillo, Octubre, 2005, p. 217-219.
286
Quinto.- Que, respecto al delito contra la fe pública, es necesario precisar que el
presupuesto infaltable para que se configure la antijuricidad es el perjuicio que se causa con la
utilización del documento en cuestión; en ese sentido, conforme se ha establecido en el
considerando anterior, no se ha causado ningún perjuicio a la entidad agraviada; por ende, al no
concurrir el elemento substancial objetivo, es inexistente la condición objetiva de punibilidad
atribuida al encausado Holguín Rivera; en consecuencia, siendo esto así se tiene que lo resuelto
por el Colegiado se encuentra arreglado a ley.
Por lo que: Declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas
cuatrocientos seis, su fecha veintitrés de setiembre del dos mil tres, que ABSUELVE de la
acusación fiscal a MANUEL OTERO SANTUR por e! delito contra la administración pública,
peculado culposo, abuso de autoridad y omisión de denuncia, en agravio de la Administración
Pública y del Estado; a IBRAIN ADRIANO HOLGUÍN RIVERA por los delitos de contra la
administración pública, concusión impropia y contra la fe pública, falsificación de documentos,
en agravio del Estado y de Simeón Castillo Abad, representante de la Empresa
SAMANGAS.R.L.; y a JOSÉ PAULINO SAAVEDRA CARHUATOCTO y CARLOS CRIOLLO
MIJA como cómplices del delito de concusión impropia en agravio del Estado; con lo demás que
contiene; y los devolvieron.
SS. GONZALES CAMPOS R.O.; VALDEZ ROCA; VEGA VEGA; BARRIOS ALVARADO:
PRADO SALDARRIAGA.
287
ANEXO 9
418
AVALOS RODRÍGUEZ, et ROBLES BRICEÑO, Modernas Tendencias dogmáticas, p. 309-310.
288
ANEXO 10
VISTOS; oído el informe oral; el recurso de nulidad interpuesto por la parte civil, Asociación
Agropecuaria «Sumac Pacha», contra la sentencia de vista de fojas tres mil setecientos setenta y seis,
del siete de agosto de dos mil tres, que revocando la sentencia de primera instancia de fojas tres mil
seiscientos ochenta y dos, su fecha treinta y uno de enero de dos mil tres, declara extinguida por
prescripción la acción penal incoada contra Cristóbal Antonio Galjuf Nieto y otros por delito contra la
fe pública y contra Cristóbal Antonio Galjuf Nieto y otros por delitos contra la Adminis tración de
Justicia; de conformidad en parte con el dictamen de la Señora Fiscal Supremo en lo Penal; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que este Supremo Tribunal conoce el recurso de nulidad de fojas tres
mil setecientos noventa y cinco por haberse declarado fundado el recurso de queja de fojas tres mil
ochocientos diez, interpuesto en ambos casos por la parte civil Asociación Agropecuaria «Sumac
Pacha», según es de verse de la Ejecutoria Suprema corriente a fojas tres mil ochocientos cuarenta y
uno, del siete de octubre de dos mil cuatro; que como la declaración de prescripción materia de la
sentencia de vista de fojas tres mil setecientos setenta y seis, del siete de agosto de dos mil tres, dictada a
mérito del escrito de excepción de prescripción corriente a fojas dos mil seiscientos diecisiete,
comprende dos delitos, y el delito contra la Administración de Justicia - inducción a error a funcionario
público tiene como agraviado al Estado según se advierte del auto de apertura de instrucción de fojas
trescientos setenta y uno y de la acusación fiscal de fojas dos mil trescientos treinta y dos, es de
puntualizar que ese extremo prescriptorio se encuentra firme al no haber sido recurrido por el Estado,
de modo que el objeto procesal del presente recurso de nulidad se circunscribe a determinar si la
prescripción por el delito contra la fe pública ha operado o no. Segundo.- Que la parte civil Asociación
Agropecuaria «Sumac Pacha» en su recurso formalizado de fojas tres mil setecientos noventa y cinco
sostiene que la Sala superior erróneamente estimó como momento de comisión del delito la fecha de la
escritura pública de traslación de dominio de inmobiliaria San Blas a Mon-tagne y Compañía Agrícola
San Bartolo, sin tomar en cuenta el fraude en los asientos registrados y la utilización de los mismos a
partir de mil novecientos noventa y seis; asimismo, acota que el plazo de la prescripción recién correrá
si no se ha denunciado el hecho para el año dos mil seis. Tercero.- Que de la acusación fiscal de fojas
tres mil trescientos treinta y dos aparece que conforme a la pericia grafotécnica de fojas trescientos
treinta y tres, ratificada a fojas cuatrocientos treinta y ocho, se imputa a los encausados la adulteración
de dos escrituras públicas: de veintidós y del veintitrés de diciembre de mil novecientos sesenta y
nueve, las cuales fueron presentadas como prueba instrumental en una demanda incoada contra la
agraviada sobre reivindicación tramitada por ante el Séptimo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima;
que el señor Fiscal Provincial en la acusación escrita de fojas dos mil trescientos treinta y dos
expresamente ha considerado los supuestos típicos de falsificación y de uso de documentos falsos:
falsedad propia y falsedad impropia, así como el tipo penal de inducción a error a funcionario público;
que de fojas dos mil ochenta y seis aparece que la demanda en cuestión fue presentada el tres de
diciembre de mil novecientos noventa y seis, y como anexos figuran las escrituras cuestionadas.
Cuarto.- Que si tiene en cuenta que la acusación fiscal -que introduce la pretensión penal y, por tanto,
419
PÉREZ ARROYO, La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005), t. III. p. 1574-
1576.
289
fija el ámbito fáctico de la sentencia- consideró expresamente no sólo la adulteración de un documento
público sino también la utilización de un documento público falso en perjuicio de la agraviada con el
propósito de que el órgano jurisdiccional civil falle a favor de quien demandó: Montagne y Compañía.
Agrícola San Bartolo Sociedad Civil de Responsabilidad Limitada, es obvio que a los efectos de la
prescripción de la acción penal debe tomarse en cuenta -por tratarse de un delito de resultado y de
estructura instantánea- la fecha del uso del documento faíso: tres de diciembre de mil novecientos
noventa y seis -la fecha de consumación se produce desde que el sujeto, conociendo la falsedad del
documento, realiza un acto material de utilización del mismo-; que, siendo así, como la pena máxima
privativa de libertad es de diez años, a la fecha, contado el término adicional por interrupción del plazo
ordinario, es de concluir que no ha transcurrido los quince años exigibles para estimar la prescripción
de la acción penal, tal como lo establece la concordancia de los artículos ochenta, ochenta y dos
inciso dos y ochenta y tres del Código Penal. Quinto.- Que, por consiguiente, al haberse amparado una
excepción cuando legalmente no correspondía, es del caso reformar ese extremo y disponer que el
Tribunal Superior dicte nueva sentencia sobre el fondo del asunto, Por estos fundamentos:
declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas tres mil setecientos setenta y seis,
del siete de agosto de dos mil tres, en cuanto que revocando la sentencia de primera instancia de fojas
tres mil seiscientos ochenta y dos, su fecha treinta y uno de enero de dos mil tres, declara fundada la
excepción de prescripción deducida por Cristóbal Antonio Galjuf Nieto, Ricardo Daniel Otero
Lummis, Junean Albuquerque Núñez y Juan Carlos Benaven-te Teixeira; reformándola en ese
extremo; CONFIRMARON la sentencia de primera instancia, en la parte que declara
INFUNDADA la excepción de prescripción deducida por Cristóbal Antonio Galjuf Nieto, Ricardo
Daniel Otero Lummis, Junean Albuquerque Núñez y Juan Carlos Benavente Teixeira respecto del
delito contra la fe pública en agravio de «Asociación Agropecuaria «Sumac Pacha»; en consecuencia,
ORDENARON que la Sala Penal Superior emita nueva sentencia pronunciándose sobre la excepción de
naturaleza de acción y, en su caso, sobre el fondo del asunto; en los seguidos contra Cristóbal Antonio
Galjuf Nieto y otros por delito contra la fe pública -falsificación de documentos en agravio de la
Asociación Agropecuaria «Sumac Pacha»; y los devolvieron.
S.S. SIVINA HURTADO /SAN MARTIN CASTRO /PALACIOS VILLAR/LEGAROS CORNEJO /
MOLINA ORDÓÑEZ / SMC-GAM.
290
ANEXO 11
VISTOS; Interviniendo como vocal ponente el doctor Ramírez Descalzi, de conformidad con lo
opinado por la Señora Representante del Ministerio Público a fojas seiscientos quince; y,
CONSIDERANDO, además Primero.-Que, se imputa a los sentenciados el haber intervenido en un
proceso civil por declaratoria de herederos analizando como medio probatorio de filiación la partida de
matrimonio que en fotocopia obra a fojas veinticinco y que resultó ser falsificada, que habiendo tomado
conocimiento de dicha circunstancia la Segunda Sala Civil de Lima, instancia en la que se encontraba
ventilando dicho proceso, remitió copias certificadas al Ministro Público cuyo representante procedió a
formalizar la denuncia correspondiente instaurándose proceso penal; Segundo.- Que, el delito de
Falsificación de Documentos es eminentemente doloso por lo que el agente activo deberá actuar con
conocimiento y voluntad de todos los elementos constitutivos del tipo, como son la elaboración o la
adulteración todo o de parte de un documento público o privado de cuyo uso se pueda derivar un
perjuicio; por otro lado el que hace uso de un documento falso o falsificando como si fuese legítimo,
siempre que de su uso pueda resultar algún perjuicio; que dicho perjuicio deberá trascender el propio
menoscabo de la Fe Pública y debe ser entendido como la transgresión potencial de otros bienes jurídicos;
Tercero.- Que siendo así, en autos, no se ha acreditado el accionar doloso de la sentenciada Elva Yactayo
Sánchez quien si bien es cierto llegó a utilizar la partida matrimonial de fojas veinticinco con el fin de
demostrar su filiación con el causante Paulino Figueroa Sánchez también lo es que rechaza enfáticamente
los cargos que le son atribuidos en el sentido de haber enfáticamente los cargos que le son atribuidos en el
sentido de haber elaborado el documento sub-materia, o que de su uso pueda haber resultado algún
perjuicio a la agraviada; que esta ver-síon exculpatoria se ve corroborada con la valoración conjunta de
los medios probatorios obrantes a fojas ciento veinticuatro y ciento veinticinco que certifican el hecho
que la sentenciada habría tomado conocimiento de la falsedad documentaría sólo después que ella misma
solicitara información a la Municipalidad de Vitarte; Cuarto.- que asimismo se encuentra probado que
la sentenciada Elva Yactayo Sánchez efectivamente mantuvo con la persona del causante una relación de
convivencia que se extendió por muchos años conforme lo reconoce la propia agraviada en su
declaración preventiva de fojas ciento cuarentisiete que siendo así, resulta coherente lo manifestado por
la sentenciada en su declaración instructiva de fojas ciento dos cuando manifiesta que tiene cuarto grado
de primaria de instrucción y que en cierta ocasión su conviviente la presentó a un amigo de quien dijo
ser funcionario de la Municipalidad de Ate Vitarte y le hizo firmar un papel prometiéndole que sería
para su bien y habiéndolo guardado celosamente sólo llegó a tomar posesión del documento una vez pro-
ducido el deceso de su esposo, que no llegó a indagar más al respecto por cuanto se califica como una
mujer de crianza antigua incapaz de contradecir los designios de su marido, manifestación que se
encuentra corroborada con la Constancia del Jefe de Registro Civiles de la Municipalidad de Ate-
Vitarte, donde hace constar que el folio quinientos ocho del libro dos, respecto del matrimonio civil de
dicha sentenciada, al parecer ha sido sustraída, lo cual demuestra que es posible lo manifestado por ella,
surgiendo en todo caso, al respecto, una duda razonable que le favorece en aplicación del principio
universal del indubiopro reo consagrado en el artículo ciento treintinueve de la Carta Política del Estado
Peruano0', que otro elemento indiciario de irresponsabilidad es el hecho de que al tomar conocimiento de
la irregularidad de la partida la sentenciada se desistió inmediatamente del proceso de declaratoria de
herederos s.eguido por ante la Segunda Sala Civil de Lima; Quinto.- Que, para actuar dolosamente, el
sujeto de la acción debe saber que es lo que hace y conocer los elementos que caracterizan su acción como
acción típica, asimismo, no basta tener mero conocimiento de los elementos objetivos del tipo, es
necesario además, querer realizarlos; que en este extremo del dolo; se tiene que el mismo, no se ha
llegado a acreditar en autos; que por otro lado en lo referente al sentenciado Fernando Borda Madrid se
tiene que su participación se limitó a representar a su co-encausada en los seguimientos del proceso
civil referido habiéndose desistido una vez impugnado el documento de filiación de su representada;
por estos fundamentos®; CONFIRMARON la sentencia venida en grado obrante a fojas doscientos
420
DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA 31, Gaceta Jurídica, Lima, Abril 2001, p. 160-161.
291
dieciséis, su fecha tres de octubre de mil novecientos noventisiete que falla: ABSOLVIENDO a Elva
Yactayo Sánchez y Fernando Borda Madrid de la acusación fiscal incoada en su contra por delito contra
la Fe Pública Falsificación de Documentos en agravio de Lucinda Figueroa Montenegro; con lo demás
que contiene; notificándose y los devolvieron.- SS. MARTÍNEZ MARAVÍ/BASCONES GÓMEZ VE-
LÁZQUEZ/RAMÍREZ DESCALZI
292
ANEXO 12
Exp. N° 1726-96421
VISTA; la causa seguida contra Miguel Ángel Quispe Gonzales Montes de Oca por delito contra la Fe Pública
-Falsificación de Documentos en General(I)- en agravio de Casimira Aranza Morales viuda de Quispe Gonzales
y del Estado; RESULTA DE AUTOS: a mérito del parte policial de fojas cinco y demás recaudos el
representante del Ministerio Público formula denuncia a fojas setentícinco imputando al procesado
Quispe Gonzales Montes de Oca el hecho de haber adulterado el Certificado de Defunción del Ministerio de
Salud que declara el fallecimiento de don Vidal Marcelino Quispe Gonzales Ramírez, en la concerniente al
estado civil, así como en lo que se refiere a la Declaratoria de Registro en la parte correspondiente a los nombres
y apellidos del cónyuge del occiso y la parte del Declarante, donde el denunciado procedió a erradicar la
identidad de la esposa colocando en su lugar "soltero", así como sustituyéndose con sus nombres y domicilio
como Declarante, perjudicando de esta manera los derechos de la agraviada al no haberse podido inscribir la
Defunción en la Municipalidad de la Victoria por las adulteraciones existentes; calificada se apertura
instrucción a fojas setentiséis VÍA ORDINARIA, tramitándose de acuerdo a su naturaleza, elevados los autos
con los informes finales de fojas trescientos cinco y trescientos once respectivamente, el Fiscal Superior emite
Acusación Sustancial a fojas trescientos veintidós, dictándose el Auto Superior de Enjuiciamiento a fojas
trescientos veintiséis; instalada la Audiencia y efectuado el debata oral, su ministerio formula requisitoria oral, la
Defensa efectúa su alegato y con las conclusiones escritas de ambos la causa queda expedita para pronunciar
sentencia; y CONSIDERANDO: los cargos imputados y la valoración de las pruebas en el acto oral, se ha
llegado a establecer objetivamente que Vidal Marcelino Quispe Gonzalos Ramírez falleció con fecha veintiséis
de abril de mil novecientos noventicinco, en el Jirón Antonio Bazo número cuatrocientos cuarentiuno distrito
de La Victoria, certificando el fallecimiento el Doctor Miguel Ángel Valdivia Gálvez Médico del Hospital
"Alberto Sabogal" del Instituto Peruano de Seguridad Social - Callao, quien expidió el Certificado de Defunción
consignando los datos en el anverso del documento con información proporcionada por el Declarante Vidal
Marcelino Quispe Gonzales Aranza quien a su vez suscribió los datos en el reverso del documento relativo a la
Declaratoria de Registro, siendo éste a quien se le extendió el documento en su condición de hijo del fallecido,
asimismo, se ha llegado a establecer fecha-cientemente que el procesado Miguel Ángel Quispe Gonzales
Montes de Oca, luego de recibir el citado documento procedió a adulterar los datos consignados por el Médico
y Declarante mediante el método de erradicación y adición de texto, en lo relativo al estado civil, en el campo
gráfico destinado para el estado marital o conyugal, así como los datos referentes al declarante, documento
falsificado que dolosamente fue presentado por el procesado a la Municipalidad de La Victoria -Unidad de
Registros Civiles- para inscribir la Defunción con el exprofeso fin de perjudicar a la agraviada Casimira
Aranza Morales viuda de Quispe Gonzales a quien no reconoce como esposa legítima del fallecido, logrando de
esta forma postergar el cobro de la pensión del Seguro y reclamar derechos sucesorios en su condición de
cónyuge supérstite, hechos que se encuentran acreditados con el mérito de la manifestación policial del
procesado Quispe Gonzales Montes de Oca de fojas diez ampliada a fojas trece donde reconoce haber
efectuado la rectificación de los datos por ser inexactos, con el mérito de la instructiva de fojas ciento uno
cuando reconoce que efectuó la rectificación a fin de evitar contradicciones y problemas posteriores de
rectificación de partida, con el mérito de la testimonial de Miguel Ángel Valdivia Gálvez de fojas ciento cincuenta
quien en su condición de Médico tratante expresa que extendió el certificado de defunción precisando que consignó
como estado civil del fallecido la condición de casado el que ha sido cambiado, añadiendo que el certificado no
puede ser cambiado ni rectificado los datos sin su autorización, con el mérito de la preventiva de Casimira
Aranza Morales de fojas ochentinueve y testimonial de Vidal Marcelino Quispe Gonzales de fojas
noventiuno, quienes precisan que entregaron el Certificado de Defunción original al procesado quien se
comprometió a realizar los trámites de la Partida de Defunción y asumir el entierro, con el mérito de la
421
DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA 18, Gaceta Jurídica, Lima, Marzo 2000, p. 176-179.
293
fotocopia certificada notarialmente de fojas se-sentidós que acredita el texto original del Certificado de
Defunción, con el mérito de la Pericia de Grafotecnia de fojas doscientos veintiuno donde se establece que el Cer-
tificado de Defunción expedido a nombre de Vidal Marcelino Quispe Gonzales Ramírez, que en original obra
en la Municipalidad de La Victoria es un documento adulterado por erradicación y adición de texto, concluyendo
que es un documento FRAUDULENTO, con el mérito de la testimonial de Óscar Condori Larico de fojas
ciento treinta, empleado del Registro Civil de la Municipalidad de La Victoria quien precisa que el procesado en
forma insistente y apresurado exigía la inscripción de la Defunción, advirtiendo posteriormente que el Certificado
de Defunción presentaba enmendaduras motivo por el que fue observado y no se inscribió formalmente, con el
mérito de las confrontaciones de fojas ciento treintisiete y ciento treintinueve, donde se evidencia que el
procesado no reconoce el matrimonio entre el fallecido y la agraviada, con el mérito del Acta de Matrimonio
de fojas doscientos dieciséis con lo que la agraviada acredita su condición de esposa legítima; siendo así,
resulta evidente que en autos se encuentra acreditado el delito contra la Fe Pública bajo la modalidad de Falsifi-
cación de Documentos en General, ilícito previsto en el artículo cuatrocientos veintisiete del Código Penal(2>,
asimismo acreditada la responsabilidad penal del procesado Quispe Gonzales Montes de Oca quien no sólo
adulteró en forma consciente y de mala fe los datos originarios del Certificado de Defunción del Ministerio
de Salud -instrumento que tiene la calidad de documento público y oficial al haber sido expedido por el
Médico autorizado- sino que además hizo uso del documento falsificado con la finalidad de perjudicar a la
agraviada en su condición de cónyuge supérstite postergando el reclamo del seguro y derechos sucesorios;
respecto al argumento de defensa esgrimida por el procesado en el sentido de que no consideró ilícita la adi-
ción por cuanto los datos originarios son inexactos presentando documentos justifi-catorios al respecto, debe
precisarse en este análisis que tal sustentación bajo ninguna forma puede constituir eximente de responsabilidad
más aún cuando el bien jurídico protegido en el delito que nos convoca en el tráfico jurídico®, asimismo el
testimonio de Fernando Caycho Vera de fojas ciento noventiocho resulta irrelevante para el presente caso en
razón a los argumentos antes expuestos; para los efectos de la graduación de la pena se tiene que el procesado no
registra antecedentes penales conforme se advierte de fojas ciento cincuenticuatro; resultan aplicables al caso
los artículos once, doce, veintitrés, veinticuatro, veintiocho, veintinueve, cuarentiuno, cuarentidós, cua-rentitrés,
cuarenticinco, cuarentiséis, cin-cuentisiete, cincuentiocho, noventidós, no-ventitrés del Código Penal(4),
concordado con el artículo doscientos ochentitrés y doscientos ochenticuatro del Código de Procedimientos
Penales*5'; en consecuencia, evaluando los hechos y pruebas con el criterio de consciencia que la Ley autoriza, la
TERCERA SALA PENAL DE LA CORTE SUPERIORDE LIMA, administrando justicia a nombre de la
Nación FALLA: CONDENANDO a Miguel Ángel QUISPE GONZALES MONTES DE OCA cuyas
generales de ley obran en autos como autor por delito contra la Fe Pública -Falsificación de Documentos en
General- en agravio de Casimira Aranza Morales viuda de Quispe Gonzales y del Estado, a DOS AÑOS
DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD CONDICIONAL sujeto a las siguientes reglas de conducta: a)
no variar de domicilio sin previo aviso del Juzgado, b) concurrir al local del Juzgado cada treinta días a fin de
firmar el cuaderno de control y dar cuenta de sus actividades, c) no concurrir a lugares de dudosa reputación
ni ingerir bebidas alcohólicas, bajo apercibí-miento de revocársele la condicionalidad de la impuesta; y
NOVENTA DÍAS - MULTA equivalente al veinticinco por ciento de . su ingreso diario; FIJARON: en UN
AÑO EL PLAZO DE SUSPENSIÓN de la pena la que empezará a regir consentida y/o ejecutoriada que sea la
presente sentencia; FIJARON: en TRES MIL NUEVOS SOLES el monto de la Reparación Civil a favor de
la agraviada Aranza Morales y en MIL NUEVOS SOLES a favor del Esta-do; MANDARON: que consentida
y/o ejecutoriada que sea la presente sentencia se remita el testimonio al Registro Central de Condena para su
inscripción; regístrese y tómese razón donde corresponda.
S.S.: PARIONAPASTRANA/ BENAVIDES VARGAS / CHUNGUI CHIPANA
294
ANEXO 13
INSTRUCCIÓN 660-2006
295
veinticinco a doscientos veintisiete, su fecha primero de setiembre del dos mil seis, mediante la
cual se CONDENA a tres años de pena privativa de libertad, suspendida por el plazo de dos años
y, que con las reglas de conducta establecidas, la acusada GRACIELA CRISTINA VALVERDE
TUMBAJULCA, en la instrucción seguida por el delito de falsificación de documentos en
agravio de Emiliano Alayo Campos y el Estado; REVOCARON el extremo que fija, por concepto
de reparación civil la suma de cuatrocientos nuevos soles; REFORMÁNDOSE en dicho extremo
FIJARON en la suma de DOSCIENTOS nuevos soles por concepto de reparación civil, que
deberá ser pagada a favor del agraviado Alayo Campos; CONFIRMARON todo lo demás que
contiene, lo devolvieron.- Vocal Ponente doctor Valeriano Baquedano.-
S.S.
TENORIO ORTIZ
VALERIANO BAQUEDANO
IBÁÑEZ PANTOJA
296
ANEXO 14
INST N°705-95
TRUJILLO
l°JUZG. PENAL
297
fotostática de su libreta electoral y que por el trabajo le cobraba h suma de cuatro
millones de soles, por que el acusado le hizo entrega de esa suma. reclamándole que tenia que
¡lunar en transportes a lo que el empleado le manifestó que de su propia libreta y
documentos sacaba la firma y le entregaba su brevete, obteniendo en esa forma la licencia y fue
con ¡IKWVG de la intervención policía! que se enteró que eí documento era fabo, versión que sigue
sosteniendo en el acto oral, guardando silencio cuando es interrogada en. eí sentido de que si
conocía que el trámite que estaba " haciendo era incorrecto e irregular; que, io manifestado por el
acusado debe considerarse como argumento de defensa., si corno e! mismo acusado refiere que e!
empleado de la Oficina de Transportes le solicitó copia de su libreta electora] para hacerle su firma, lo
que significa que la licencia de condecir iba a ser conseguida en forma ilegal, b que evidencia que
tuvo pleno conocimiento de estos hechos y ha utilizado. ese documento por más de nueve años, por
lo que <la'cGnSú.cíá~deí acusado se encuentra dentro de io previsto en la parte in fine de! articulo
cuatrocientos veintisiete dei Código Penal y) debe ser sancionado;;por haberse acreditado la existencia
del delito y la responsabilidad de'* acusado, que., éste acusado ha manifestado su arrepentimiento,
carece de antecedentes penales y judiciales y debe tenerse en cuenta su modesta, situación económica
para ios efectos de imponerle í.a reparación civil, POR ESTAS CONSIDERACIONES apreciando ios
hechos y las pruebas que los abonan con criterio cíe conciencia que faculta ía íey y en aplicación de
los artículos seis, diez, doce, veintitrés, veintinueve, noventidós, noventitrés y cuatrocientos
veintisiete • del Código Penai., concordante con los artículos doscientos ochenta., doscientos
ochentitrés y doscientos ochenticinco del Código de Procedimientos. Penales, LA PRIMERA
SALA PENAL ESPECIALIZADA DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD,
administrando justicia a nombre de la Nación JLA-LL-áL CONDENANDO a ALVARO
MENDOZA RÍOS, como 3:*:or de! delito Contra la Fe Publica, en agravio del Estado y/o el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a DOS AÑOS de pena privativa de su libertad,
CIENTO OCHENTA días MULTA, con más la obligación de pagar a favor del agraviado la suma de.
CIEN nuevos soles por concepto de reparación civil; SUSPENDIERON la ejecución de la pena por el
término de UN AÑO, siempre y cuando el sentenciado cumpla con las siguientes reglas de
conducta: Prohibición de frecuentar lugares de dudosa reputación; No ausentarse del. lugar
de sus domicilios sin autorización Judicial; Comparecer personal y obligatoriamente al
Local del Juzgado de Origen, el ultimo día hábil de cada mes a fin de justificar e informar
sus actividades: Me portar objetos que faciliten la comisión de nuevos hechos
dolosos; bajo apercibimiento de aplicársele lo dispuesto por el artículo cíncuentinueve
del Código Penal MANDARON que, consentida y/o ejecutoriada que sea la p r es e nte
se n te nc ia se r ec ita n lo s B o let i ne s y T es ti mo nio s d e Condena al Registro Central de
Condenar, para su debida inscripción; DISPUSIERON que los autos se remitan al Juzgado
de Origen para la efectivización de la sanción económica y fecho se ARCHIVE el proceso
de manera definitiva en la sección respectiva de esta Corte.- Actuó como Director de
Debates el señor Vocal doctor Jaime Risco Díaz.
S.S. RISCO DÍAZ / DAMACEN MORI / LARA ESTELA
298