Está en la página 1de 2

La leyenda del dragón de Wawel

Muchos siglos atrás vivía en una cueva al pie


de las colinas de Wawel el dragón más
horrible que jamás se haya visto. Era un
monstruo que asolaba las cercanías de las
colinas y devoraba el ganado que pastaba allí.

Los caballeros más valientes trataron de


vencerlo una y mil veces, pero todo esfuerzo
era inútil. Antes de que los caballeros pudieran
desenvainar sus espadas, el fuego que el
dragón lanzaba por su boca los destruía. Y así
uno tras otro fueron todos derrotados.

Entonces el rey envió a sus heraldos a recorrer


sus tierras anunciando que aquel caballero que
pudiera vencer al dragón se casaría con su hija
y heredaría el trono.

Un gran número de caballeros, tentados por


esta fabulosa oportunidad fueron al encuentro del dragón, pero uno tras otro
fueron destruidos. El rey cayó en la desesperanza, su hija comenzó a creer que
jamás se casaría y el reino se empobreció cada vez más.

Un día un joven zapatero llamado Krak elaboró un plan para conquistar a la


bestia: pondría una gran golosina en una rama embebida en sulfuro y después la
dejaría en la entrada de la cueva. El dragón, que era tonto y glotón, tragaría el
tramposo regalo de un bocado. Así lo hizo.

La garganta del dragón ardió tanto que debió correr hasta el río Vístula para
apagar su dolor, y tomó tanta agua que estalló en medio de un gran ruido...
desde entonces el pueblo quedó liberado de su terror.

El zapatero se casó con la hija del rey y luego de la muerte del monarca,
ascendió al trono. El pueblo que él rescató del poder del Dragón de Wawel tomó
su nombre y con gran honor la vieja capital de Polonia es conocida como
Cracovia (Kraków).

También podría gustarte