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Ensayo en esbozo de una lectura retórica de Paul De Man

I
Lisias escribe y habla en público. Y sus escritos son leídos. Platón escribe, y sus escritos
son leídos. Demóstenes escribe y habla en público. Y sus escritos son leidos.

Aristóteles escribe Peri Rhetor-iké, es decir, un texto acerca de la técnica del Rhetor, es
decir, del que habla en público. Y quien habla en público, puede escribir antes aquello de la
que va a hablar: Lisias, Demóstenes. O puede hablar después de haber leídos lo que otro
ha escrito para que él lo hable.
Por tanto, si quien lo lee escribe y habla en público, o si quien lo lee sólo escribe para otro,
o si quien lo lee solo habla en público lo que han escrito para él, etc. realizará una lectura,
una recepción del texto distinta.

Ahora bien, lo escrito, el texto, la escritura es indiferente a esos lectores en tanto que
disposición, sintaxis, distribución, inscripción de... Y Aristóteles ¿para quién escribía?
porque en él tal orientación, la de los lectores, receptores ¿pudo determinar la disposición,
la distribución?
Lo que escribió expone un modo de leer, analizar, un modo de escuchar, analizar un texto,
un discurso bien deliberativo, bien judicial, bien epidíctico.
Mas en lo escrito no se afirma que esté orientado el análisis para el texto épico, lírico, es
decir, el poema, la literatura.
Mas no cabe duda que en un momento dado fue leído para ser usado en relación con el
único grupo de textos para el que no fue escrito: el literario.

Cabe preguntarse, una vez que el texto aristotélico está inserto en el corpus de obras
pertinentes para la lectura, el análisis de la escritura literaria, y cuando, además, algunos de
sus especialistas plantean una vuelta a la retórica, una lectura retórica ¿qué pretenden
hacer al referir “vuelta a la retórica”, con “lectura retórica”?

II
Paul de Man es uno de estos especialistas que en un momento dado propone volver a la
retoriké a la hora de leer, analizar, la literatura.
Ahora bien, en sus textos encontramos las palabras “retórica” y “tropología”, así como otras
pertenecientes a su campo semántico.

Ambas palabras pueden escribirse bien una tras otra “....retórica, tropología, ...”, bien una
opuesta a la otra “....retórica frente a tropología...”, bien como equivalentes “...retórica o
tropología..”, bien etc...En De Man el uso que hace de dichas palabras, su disposición,
distribución en el texto da paso presenta una significación de equivalencia.
Mas, ¿lo son? Sabemos que no. Sabemos que la tropología, es decir, el discurso acerca de
los tropos constituye parte de lo referido a la Retórica, al sentido de la palabra.

Es decir, asistimos en los textos de De Man al uso de tropo, una figura: la sinécdoque. Ya
que su lectura retórica, no es retórica, es sólo tropológica, figurativa. De modo que las
operaciones retórica, siguen veladas, cegadas ante la luz, la iluminación del enfoque
tropológico.
Además, De Man plantea la prelación de la lectura entendida como atención a las
operaciones textuales, presentes en el texto. Mas dichas operaciones, que pretende
encontrar antes de, más acá de “la recepción del lector”, y “más allá de la intención del
escritor”, es decir, en el lenguaje, en su capacidad figurativa, solo quedan desveladas por la
“recepción” que De Man hace de sus lecturas, y resultan desveladas a nosotros dada la
intención con la que escribe los libros en los que las leemos. Es decir, queriendo quedar
más acá de la recepción, y más allá de la intención del autor De Man queda, aparece en la
recepción de los textos que realiza como lector_en la intención de lo escrito como autor_en
el texto que nos desvela su lectura-escritura-tropológica. De modo que si la sinécdoque,
figura retórica opera como esquema de lectura-escritura al escribirse como retórica, el texto
escrito condensa lo que creyó eludir:la recepción-intención al leer-escribir.
Es, por tanto, su obra, en tanto condensación una metáfora, o logró que sea una alegoría.

Creo que es necesario un retroceder. Si De Man está atrapado en la figura la sinécdoque, si


pretendiendo hacer una lectura retórica, hace algo menos, sólo una lectura tropológica,
entonces ¿qué exigiría una vuelta a la retórica, qué sería una lectura retórica?

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